Educación: la propuesta ‘decolonial’

Por: Manuel Gil Antón

Una palabra recorre el mundo educativo nacional: la decolonialidad. Es central en la concepción de la Nueva Escuela Mexicana y el marco curricular que orienta –u orientará– a los planes de estudio y los libros de texto en la educación básica, y los estudios de las nuevas generaciones de maestras y maestros en nuestro país. ¿A qué se refiere y cuál sería su impacto en el proceso de aprendizaje que se planea transformar?

Lo central, a mi juicio, de este adjetivo adherido a la educación, que califica el tipo de proceso formativo que se propone, es su fundamento en una posición que critica la forma de concebir el desarrollo y las características de la modernidad.

La educación moderna extendió, entonces, una visión del mundo jerarquizada, y se impuso como estamento superior a la población “blanca”, y a los “otros” como inferiores, atrasados, primitivos. Del mismo modo, la ciencia se postula como el conocimiento no solo superior, sino único válido, y se subestima o reprime a otras formas del saber propias de las poblaciones conquistadas.

Una visión decolonial, y por ende una propuesta educativa basada en esta mirada, busca rescatar conocimientos, saberes y formas de organización de las relaciones sociales que han sido soterradas por el imperio de una sola forma de concebir el desarrollo, que establece en la modernidad capitalista el punto más alto en la evolución humana.

¿Es necesario desterrar al conocimiento científico del proyecto educativo? No, pero sí a una posición (cientificista) que no admite ninguna otra vía para el saber. ¿Se requiere reivindicar todo el conocimiento ancestral, con independencia de sus valores y consecuencias? Tampoco, pero sí recuperar las lenguas, los buenos usos y adecuadas costumbres que subsisten y enriquecen la vida de la nación.

Las posiciones extremas –ciencia versus conocimiento comunitario– no llevan a ningún lado. Es interesante, en principio, limitar la pretensión de valor universal y exclusivo del conocimiento canónico heredado de la modernidad, sin caer en lo que se critica: entronizar el saber de los pueblos originarios y afrodescendientes, y postular que es el único válido, inconmovible y liberador. Como bien se afirma: ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre.

Fuente de la información: https://revistaaula.com

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América Latina: El conocimiento ancestral como recurso al Cambio Climático

América Latina/Autor(a) y Fuente: es.unesco.org

La Plataforma de Cambio Climático, Riesgo y Resiliencia destaca el caso Geoparque mundial de la UNESCO, Mixteca Alta, en México, en donde se desarrolla un método de terrazas agrícolas puesto en marcha hace más de 3500 años, que permite maximizar los resultados de los cultivos expuestos a resistir la variabilidad climática

Un horizonte rojo, amarillo, anaranjado, verde, azul y morado. Pocos paisajes del mundo pueden hermanar tan bella paleta de colores con montañas, volcanes, valles y un sinfín de relieves y texturas naturales, en un encuadre tan rico como árido. Esa es una de las postales más singulares que tiene Mixteca Alta, uno de los ocho Geoparques mundiales de la UNESCO en América Latina. Ubicado en México, la comunidad local desarrolla hace más de 3500 años un sistema de terrazas agrícolas con resultados asombrosos para resistir, en pleno siglo XXI, al cambio climático.

Este es uno de los pocos -muy pocos- lugares del mundo donde todavía se aplican conocimientos ancestrales, transmitidos de generación en generación, para generar transformaciones que protejan la agrobiodiversidad del planeta. Dada su importante trascendencia, este caso ha sido categorizado como un referente de buena práctica en la Plataforma de Cambio Climático, Riesgo y Resiliencia que impulsa la Oficina Regional de Ciencias de la UNESCO para América Latina y el Caribe.

El mexicano Quetzalcoátl Orozco Ramírez es uno de los responsables de que dicho logro suceda. Hijo de un matrimonio campesino del antiguo México rural, ha dedicado su vida a la investigación agroecológica formal en el manejo de recursos naturales, tras haber alcanzado su Doctorado en Geografía en los Estados Unidos. Regresó a vivir a Oaxaca -uno de los Estados de México con mayor diversidad biológica y geológica- donde trabaja actualmente como investigador dentro del Geoparque mundial de la UNESCO, Mixteca Alta. Eligió esa tierra para criar junto a su esposa, a su hijo recién nacido, quien lleva el original nombre Centli, en náhuatl, una lengua azteca que data desde el siglo V, y que su traducción al castellano es, curiosamente, maíz. ​​

“Cuando llegué a la Mixteca Alta, me llamó la atención la variedad de maíz, particularmente del maíz de cajete, que es el que crece en las terrazas de estas tierras, tras un largo ciclo de producción y una notoria resistencia a la sequía. Representa muy poco porcentaje de la superficie pero, tomando en cuenta el valor cultural y la importancia para la seguridad alimentaria de los pueblos que no están asentados en el Valle, es muy relevante. Y de ahí el interés por iniciar este estudio de las terrazas”, detalló Orozco Ramírez a UNESCO Montevideo.

Terrazas agrícolas, un método ancestral

La población que reside en Oaxaca maneja prácticas agrícolas que datan de 3400 a 3500 años atrás y, asombrosamente, en la actualidad, su aplicación aporta a la resiliencia contra los efectos del cambio climático mediante una práctica singular de la agricultura en terrazas. En concreto, en este Geoparque, se aplican dos sistemas distintos de terrazas: el de laderas, que implica un esquema más conocido a nivel mundial, y de lamabordos, que sería el método más novedoso. Este último supone una estructura formada por una pared de piedra -camellón o muro- seguido de un arenal que genera la superficie plana. Estas construcciones se ubican estratégicamente sobre los arroyos o corrientes de agua, para aprovechar la erosión natural de los suelos que se encuentran por encima de ellas. Y esa es su mayor fortaleza.

Orozco Ramírez explicó que la variabilidad climática siempre ha estado presente en esta localidad, aún antes de que se sintieran los efectos del cambio climático. Si bien esas consecuencias adversas exacerbaron el fenómeno:  “Esta región, debido a su ubicación y elevación, siempre ha tenido periodos de sequía y de mucha lluvia, con fuertes cambios en las lluvias, incluso, dentro del mismo año. Desde el origen, existió siempre la necesidad de desarrollar una agricultura que fuera capaz de adaptarse a esas condiciones cambiantes”, señaló.

Lo que es evidente, dijo, es la resiliencia que tiene este esquema de terrazas, la cual se expresa en los resultados de la producción. Mientras que aquí la cosecha de maíz es segura año tras año -en el eje de un 50% y 70% de resultado favorable- en las zonas no “aterrazadas” los cultivos no progresan, dijo, ya sea por falta de agua o exceso de lluvia.

Este modelo de terrazas tiene particularidades que lo distinguen. Fue diseñado para rendir, especialmente, durante los años castigados por la sequía, con el cometido de aprovechar al máximo la poca agua que circula en la zona. En los cauces o fuentes de agua, se acumula sedimento hasta formar pequeños terrenos planos, dando origen, justamente, a los lamabordos.

“Son tan singulares debido a que el suelo que se genera es producto del sedimento que arrastra la corriente, que se nutre también de la materia orgánica y de las plantas que se crean en las microcuencas. Surgen sobre los cauces y sus suelos son de origen antropogénico”, distinguió el investigador, diferenciando este método del esquema de contorno que se ubica perpendicular a la pendiente de una loma.

Esta práctica es especialmente valiosa porque tiene un vínculo directo con la seguridad alimentaria en el proceso de adaptación al cambio climático. El Geoparque mundial de la UNESCO, Mixteca Alta es, este sentido, un gran referente a nivel global, porque implementa las terrazas con especial atención en las soluciones basadas en la naturaleza y en la sabiduría de las comunidades locales, impulsando la resiliencia ante la variabilidad climática.

Todos los Geoparques mundiales de la UNESCO son áreas geográficas únicas y unificadas, en donde los paisajes de importancia geológica se gestionan con un concepto holístico de protección, educación y desarrollo sostenible. Mixteca Alta, utiliza su patrimonio geológico, en conexión con todos los demás aspectos del patrimonio natural y cultural de la zona, para mejorar la concientización y la comprensión de cuestiones claves a las que se enfrenta la sociedad, como el uso sostenible de los recursos naturales, la mitigación de los efectos del cambio climático y la reducción de los riesgos relacionados con los desastres naturales.

Orozco Ramírez reconoce que este modelo agrícola tiene potencial para ser extrapolado a otras latitudes, en la medida que exista cooperación y compromiso entre varios actores para impulsar la práctica, invertir en ella y proteger la agrobiodiversidad, actualmente amenazada por los efectos adversos del cambio climático.

Foto: cortesía de Quetzalcoátl Orozco Ramírez, 2021

Una trama colaborativa

Además de los aspectos técnicos, esta práctica agrícola integra un valor ligado a la comunidad autóctona. Los terrenos en los que se trabaja se heredan de generación en generación hace miles de años, lo que configura un apego y compromiso comunitario por mantener los cultivos que los ancestros trabajaban. Sin embargo, la coyuntura del mundo actual impuso un reto importante a esa responsabilidad, dado que en los últimos años han aumentado las dificultades económicas que deben enfrentar varias familias de la zona, obligadas, muchas veces, a migrar en busca de mejores oportunidades de empleo.

“Quien cosecha en lamabordos requiere, necesariamente, de apoyo colectivo para poder sembrar, porque es un trabajo que implica mucho esfuerzo físico y una sola persona no la puedo hacer. Esto genera mecanismos de ayuda mutua y recíproca, que da más cohesión a la comunidad local”,

destacó Orozco Ramírez quien, ​​de hecho, para poder elaborar el manual sobre construcción de lamabordos, estuvo colaborando recientemente con una familia de Oaxaca. Se necesitan, dijo, incentivos para poder consolidar esta práctica agrícola.

“Lamentablemente, en la actualidad existe una combinación de factores socioeconómicos como ambientales que dificultan las actividades primarias en esa en esa zona”, alertó.

El valor de la UNESCO

Orozco Ramírez destacó la importancia del reconocimiento que ha hecho la UNESCO sobre ese territorio, al asignarle la categoría de Geoparque mundial de la UNESCO, lo que significa, dijo, proteger y resaltar el valor que existe a nivel de patrimonio ecológico, patrimonio cultural y patrimonio natural.

“Esto ha hecho que tanto en el interior del territorio como dentro del Estado, y hasta incluso a nivel país, se le ponga mayor atención y se reconozca lo interesante que hay en este sitio. Esta importante sinergia es el resultado directo del reconocimiento que ha hecho la UNESCO a través del Programa de Geoparques”, reafirmó el investigador.

Tras la designación de este territorio como Geoparque mundial de la UNESCO se han impulsado cantidad de actividades alternativas paralelas dentro del sitio, vinculadas, por ejemplo, a la educación y al turismo. El impacto de dichas acciones produjo un aumento a nivel de ingresos para familias de la comunidad local, lo cual contribuye a detener las migraciones forzadas que muchos colectivos se ven obligados a realizar. Estos resultados son “muy bien vistos” por la comunidad local, según el mexicano, quien destacó el rol de la UNESCO como un articulador capaz de provocar valiosos resultados tangibles e intangibles en el territorio.

Mediante la sensibilización de la importancia del patrimonio geológico del área en la historia y la sociedad actual, los Geoparques mundiales de la UNESCO dan a la población local un sentimiento de orgullo de su región y fortalecen su identificación con el área. Se estimula la creación de empresas locales innovadoras, de nuevos trabajos y cursos de formación de alta calidad, a medida que se generan nuevas fuentes de ingresos a través del geoturismo, protegiendo al mismo tiempo los recursos geológicos del área.

Fuente: https://es.unesco.org/news/conocimiento-ancestral-como-recurso-al-cambio-climatico

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Mundo: En primera línea del cambio climático, los indígenas brindan consejos para salvar el planeta

Mundo/02-07-2021/Autor(a) y Fuente: news.un.org

Los pueblos indígenas que viven en la primera línea del cambio climático podrían ofrecer una perspectiva potencialmente innovadora sobre la protección y la sostenibilidad de la biodiversidad, pero necesitan ayuda urgente para resistir un número creciente de amenazas a su forma de vida, dijo la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en Viernes. 

Desde el Ártico a la Amazonía, del Himalaya al Sahel, las 11 comunidades indígenas incluidas en un nuevo  estudio de la FAO   se revelan como «autosuficientes y resilientes, que viven de manera sostenible y en armonía con sus ecosistemas, incluso cuando habitan en entornos hostiles».  

Autosuficiente 

“Generan cientos de alimentos del medio ambiente sin agotar los recursos naturales y alcanzan altos niveles de autosuficiencia”, dijo la agencia de la ONU, que exploró el conocimiento ancestral en las Islas Salomón entre los melanesios que combinan la agroforestería, la recolección de alimentos silvestres y la pesca generan el 70 por ciento de sus necesidades dietéticas.  

En la región ártica de Finlandia, la FAO también señaló que el pueblo sami de Inari genera el 75% de las proteínas que necesita a través de la pesca, la caza y el pastoreo.  

Después de un análisis de las crecientes amenazas que enfrentan las comunidades y sus formas de vida sostenibles, los autores del  informe  sostuvieron que los pueblos indígenas de todo el mundo juegan un papel vital en contrarrestar las amenazas globales como la destrucción de la naturaleza, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y el riesgo. de futuras pandemias.  

Pero sus formas de vida tradicionales, “una de las más sostenibles, autosuficientes y resilientes del planeta”, corren un alto riesgo por el cambio climático y la expansión de diversas actividades industriales y comerciales, advirtió la FAO.   

Hay unos 478 millones de pueblos indígenas en el mundo, según la FAO, cuya investigación también exploró el pastoreo de renos por parte del pueblo Inari Sámi en Nellim, Finlandia, el sistema alimentario forestal del pueblo indígena Baka en el sureste de Camerún y la Milpa. sistema alimentario del pueblo maya Ch’orti ‘- también conocido como “el pueblo del maíz” – en Chiquimula, Guatemala. 

Futuro amenazado 

«A pesar de sobrevivir durante siglos, es probable que los sistemas agroalimentarios de los pueblos indígenas desaparezcan en los próximos años debido a una serie de factores que amenazan su futuro», dijo Juan Lucas Restrepo, director general del socio de la FAO, Alliance of Bioversity-International. y CIAT.  

El informe de la FAO también ofrece información sobre los pueblos Khasi, Bhotia y Anwal de la India, el pueblo Kel Tamasheq en Mali, los pueblos Tikuna, Cocama y Yagua de Colombia y los Maya Ch’orti ‘en Guatemala. 

Sus tradiciones combinan diferentes técnicas de generación de alimentos sostenibles, como la caza, la recolección, la pesca, el pastoreo y la agricultura migratoria, junto con prácticas de adaptación, incluido el nomadismo, que son vitales para vincular la generación de alimentos con los ciclos estacionales de una manera resiliente.  

Resiliencia, adaptabilidad 

«Ser adaptables es el principal elemento resiliente de estos sistemas alimentarios», dijo Anne Nuorgam, Presidenta del Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas. «Los pueblos indígenas adaptan su generación y consumo de alimentos a la estacionalidad y los ciclos naturales observados en los ecosistemas circundantes, no de manera opuesta a como lo hacen la mayoría de las otras sociedades «.  

La Sra. Nuorgam destacó que la “observación profunda del medio ambiente” que se había ido acumulando generación tras generación era clave para garantizar la biodiversidad, junto con una clara comprensión de los elementos en los diferentes ecosistemas.  

Fuente e Imagen: https://news.un.org/en/story/2021/06/1094812

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Líder indígena de Brasil dice que covid mató «bibliotecas vivas» en su pueblo

La indígena brasileña Alessandra Korap, líder de la etnia Munduruku y quien este jueves recibió en ceremonia virtual el premio Robert F. Kennedy de Derechos Humanos 2020, afirmó que la pandemia del nuevo coronavirus mató «bibliotecas vivas», como son consideradas las personas más viejas y sabias de sus pueblos.

«La pandemia mató ‘bibliotecas vivas'» y «aumentó el número de invasores con sed de explotar nuestras tierras aprovechando que estamos en aislamiento», lamentó al recibir el galardón la líder de 36 años y estudiante de Derecho en una de la universidades del estado amazónico de Pará (norte).

Brasil, uno de los países más afectados por la covid-19, totaliza más de 5,3 millones de casos confirmados y cerca de 159,000 muertes, de los cuales 31,761 contagios y 470 fallecimientos corresponden a indígenas.

Korap, quien se ha destacado al frente de las mujeres indígenas que luchan por la defensa de sus tierras contra actividades ilegales de madereros y mineros y se opone a los grandes proyectos hidroeléctricos de la región, recibió el premio virtualmente de parte de Kerry Kennedy, hija del fallecido Robert F. Kennedy.

«Otros intrusos han sido vectores de infecciones dentro de los territorios protegidos», apuntó la activista estadounidense sobre los brotes de coronavirus en los pueblos indígenas de Brasil.

HIDROELÉCTRICAS

De otro lado, para Korap, los cuatro proyectos hidroeléctricos, entre ellos la presa gigante de Belo Monte, «han destruido lugares sagrados» y sus pueblos siguen «amenazados por otras obras».

«Es un territorio tradicional y no queremos compensaciones, queremos nuestro río y la selva vivos, pero nos quieren expulsar. Nuestro territorio, nuestros ríos y nuestra vida no están a la venta. Se tienen que respetar a los pueblos indígenas, quilombolas (de afrodescendiente) y de pescadores», aseveró.

Según Korap, este premio «ayudará a fortalecer la lucha por el territorio y traer esperanza para la resistencia», además de ser un «reconocimiento a los gritos de la selva que hacen eco con las voces» de los pueblos indígenas y a las que quieren «callar» para convertirlas en «museos que no hablan».

«La ganancia del hombre está destruyendo lo más sagrado, por ejemplo el ferrocarril es para cargar soja y maíz para otros países. La colonización no paró, ella continúa y a este Gobierno no les gusta los indios, nos acusa de los incendios», agregó Korap en referencia al presidente brasileño, Jair Bolsanaro.

BOLSONARO Y MEDIOAMBIENTE

El líder de ultraderecha, criticado por su política antiambientalista, ha acusado a agricultores y comunidades indígenas de parte de los incendios que se arrastran por la Amazonía y el Pantanal,el mayor humedal del mundo que el país comparte con Paraguay y Bolivia.

«Tenemos el derecho de decir no» a las obras que los Gobiernos del país han puesto en marcha en la región de la Amazonía, recalcó la líder indígena.

Kerry Kennedy destacó el activismo de Korap en pro de los «pueblos oprimidos» y su empeño por «un mundo más justo, que era lo que Robert Keneddy creía» ante «un presidente (Bolsonaro) que ha quitado muchas de las protecciones que tenían estos pueblos».

El exsecretario de Estado y excandidato presidencial estadounidense John Kerry, quien presentó el premio, apuntó que el mundo encara «un tiempo en el que los valores están siendo puestos a prueba, un tiempo en que los pueblos indígenas están sufriendo, muchas veces aislados».

Por eso, «la lucha extraordinaria por los pulmones del planeta, el liderazgo y coraje por el futuro» está en líderes como Korap, apuntó Kerry.

De acuerdo con el también exsenador, el mundo «necesita millones» como la líder, pues, según el político estadounidense, «se tiene mucho que aprender de los pueblos indígenas para no robarles a los hijos del mundo su futuro».

Después de la entrega del premio, la Robert F. Kennedy Human Rights abrió un debate virtual con personalidades conocedoras de la problemática indígena como el fotógrafo y activista brasileño Sebastiao Salgado y el cacique de los Munduruku -etnia de Korap- Juarez Saw.

Fuente: https://listindiario.com/las-mundiales/2020/10/23/640656/lider-indigena-de-brasil-dice-que-covid-mato-bibliotecas-vivas-en-su-pueblo

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