Entrevista con Rosa María Torres por Desirée Yépez de Revista Plan V
En el primer trimestre del año pasado, desde el Ministerio de Educación se anunció el inicio de un convenio de cooperación entre Ecuador y Finlandia con el fin de mejorar la calidad educativa en el país. Para muchos, la educación básica en el país nórdico es un modelo a seguir. Rosa María Torres es pedagoga, investigadora, y en octubre de 2015 viajó hacia el país europeo a analizar el funcionamiento del sistema finlandés que se quiere replicar a escala mundial. ¿Es posible que funcione en Ecuador? Ella responde.
En marzo de 2015 se anunció que Finlandia asesoraría a Ecuador en temas de educación inicial y práctica docente ¿Por qué se toma a Finlandia como referente educativo?
Finlandia se convirtió en estrella mundial de la educación a raíz de las pruebas del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA), en el año 2000. Finlandia sorprendió, y se sorprendió a sí misma, en las tres áreas que mide esa prueba: lectura, matemáticas y ciencias. Ahora los finlandeses están creando algo que llaman ‘educación para exportación’. Programas, instituciones, proyectos, para ayudar a otros países. Finlandia viene colaborando en la mayoría de países de América Latina. El Ecuador es uno de ellos.
Desde su experiencia como pedagoga, ¿qué cree que es importante replicar del modelo finlandés en Ecuador?
No se puede separar lo pedagógico de lo curricular, la formación docente, la sociedad, los medios de comunicación… todo es un paquete. Un modelo educativo responde a una determinada sociedad, a un momento específico, y tiene componentes culturales que no son fácilmente transferibles.
Lo de Finlandia es un proceso, son cinco décadas que los finlandeses están dedicados de manera sistemática a reformar su educación. Vienen de una situación de gran precariedad. A mediados del siglo pasado, los pobres iban por un lado, los ricos por otro … En este lapso lograron desarrollar una sociedad profundamente igualitaria, una educación democrática que valora el juego, que pone en el centro el aprendizaje. No hay el concepto de escuela de excelencia; todos los profesores son buenos. No es solo la pedagogía; hay una cultura de confianza, que es un valor de la sociedad. Por el contrario, en América Latina los niveles de desconfianza son altísimos; En ese contexto, es difícil instalar la confianza en la cultura escolar.
¿Cómo trasladar ese modelo a Ecuador?
Se trata de un cambio cultural, tomaría décadas. Finlandia tiene los índices más altos en todas las cosas buenas a las que uno aspira. Es el segundo país menos corrupto del mundo. A nivel económico, político y social tiene indicadores positivos. Eso no se traslada fácilmente, está en la cultura, en la historia, en la gente.
El cambio fundamental en educación está en la pedagogía. Se puede tener la mejor infraestructura, la mayor inversión, pero si no cambian las relaciones de enseñanza-aprendizaje en las aulas, entre profesores y alumnos, todo lo demás es decorativo.
En el Ecuador no ha habido un cambio pedagógico. Las Unidades Educativas del Milenio tienen gran infraestructura, computadoras, pero adentro de esa estructura se reproduce la educación tradicional, el modelo pedagógico frontal, transmisivo, pasivo.
Lo pedagógico es la gran fortaleza de Finlandia. No se ven cosas espectaculares en infraestructura. Vi cosas extraordinarias en escuelas modestas, modestas desde el punto de vista arquitectónico y de recursos tecnológicos, pero de enormes riquezas en términos pedagógicos. Profesores haciendo maravillas con recursos mínimos.
El modelo finlandés parecería contradictorio con el ecuatoriano, pues parte de los logros que recalca la ‘Revolución Ciudadana’ es el despliegue de infraestructura y tecnología en espacios como las Unidades Educativas del Milenio…
Vivimos momentos distintos. Cuando empiezas antes, antes te das cuenta de los errores, investigas, afinas cosas… En Finlandia se eliminaron los laboratorios informáticos en las escuelas. En Ecuador se inauguran las Unidades Educativas del Milenio, con despliegue tecnológico, laboratorios informáticos que se presentan como una innovación… En otros contextos las TIC ya están incorporadas en las aulas.
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Foto: Gabriela Yépez |
En América Latina seguimos en la etapa en que primero compras las computadoras, las pizarras electrónicas, y luego se piensa qué hacer con eso. En Finlandia muchos profesores usan la pizarra verde o la blanca con marcadores. Vi pocas pizarras electrónicas.
Finlandia ha hecho el recorrido que seguramente vamos a hacer, en 10, 20 años: desechar aquello que no sirve, aquello que distrae, y confiar en los profesores como lo fundamental.
Parte del convenio entre Ecuador y Finlandia es la formación de profesores en centros zonales de práctica y desarrollar programas de actualización. ¿Se sabe algo de los resultados en este primer año?
Hay poca información. Es difícil hacer investigación educativa en el Ecuador. La información que da el Ministerio de Educación es escueta. Me fui a enterar en Finlandia acerca de qué están haciendo aquí los finlandeses, allá me reuní con alguna de la gente que está trabajando en el Ecuador.
¿Y qué están haciendo aquí los finlandeses?
Entre otros están ayudando en capacitación docente. Cómo lo están haciendo y si hay resultados, lo desconozco.
La formación docente es un proceso complejo. De hecho, en Finlandia me comentaban que cuando hacen capacitación en otros países les obligan a replicar cosas que ellos ya dejaron de lado, como las capacitaciones masivas. Procesos estandarizados, donde se replica la pedagogía que no se quiere.
La idea es formar a los docentes del mismo modo que se les pide a ellos que se relacionen con los alumnos. De hecho, en Finlandia el criterio principal de selección de los maestros no radica en la cantidad de títulos que posea, ni en sus calificaciones. Se realiza una entrevista personal, donde se valora su compromiso con la comunidad, si fue o es voluntario en alguna causa, habilidades artísticas, sus sensibilidades como persona… Solo el 10% de quienes se presentan obtienen una plaza.
En Finlandia no hay rankings y se evita las pruebas estandarizadas. No se rankea a las escuelas, menos a los alumnos, no hay ‘tú eres el mejor’ o ‘tú eres el peor’. El sistema educativo finlandés fomenta la colaboración, no la competencia. El principal objetivo es la equidad, no la excelencia. El Ecuador se enrumba en un sentido contrario, basado en la competencia y la excelencia. En Finlandia el lema es ¨toda escuela, una buena escuela¨.
¿Cuáles son los defectos de ese sistema?
Encontré pocas situaciones que me sorprendieron negativamente… Por ejemplo, entré a una clase de secundaria y la profesora les pidió a los alumnos pararse y saludar a la visitante, como en los planteles más tradicionales. Luego la exhibición era que yo viera cómo hacían, en parejas, un Powerpoint sobre Finlandia, usando Wikipedia: ¡la cosa más convencional del mundo hoy en día! Tal vez la profesora pensaba que yo, visitante de país del tercer mundo, me sorprendería con eso. Al salir me di cuenta que no era el aula, sino que toda esa escuela es así. Eso es lo más «terrible» que vi en mi visita en Finlandia…
Los finlandeses me decían que vaya al norte del país para analizar lo que pasa en la zona rural, pues Helsinki, la capital, es una cosa, la zona rural – como en todo lado – es otra … Las peores cosas las vi en situaciones de ‘show-off’, donde los profesores están pensando en el visitante y no en los alumnos.
¿Cómo trasladar los aspectos positivos a un contexto escolar como el ecuatoriano?
Hay muchas cosas que pueden hacerse sin necesidad de trasladar o copiar de nadie. Ver a los chicos finlandeses en el comedor escolar es un poema. Los chiquitos aprenden a servirse, comer tranquilos, compartir, desechar, poner las cosas en su sitio y reciclar.
Quisiera ver qué pasa en el Ecuador en el comedor de una Escuela del Milenio… Todo eso pueden aprender a hacer nuestros niños, si tienen el ejemplo y la guía adecuada. Se trata de ejercicios ciudadanos que tienen un impacto sobre la vida para siempre.
¿De qué depende que esos aspectos se puedan replicar en Ecuador?
De los sistemas escolares que he visto, el finlandés es el más atento a las necesidades del alumno. Hay un valor subyacente que es la empatía y otro que es el respeto. Hay que pensar en los chicos, son personas y cada uno es distinto. Basta con comprender eso, son valores universales.
En el Ecuador, el Ministro de Educación dice que aspira a que nuestro país tenga «el mejor mejor sistema escolar del mundo». No sé qué entiende él por eso… Hay muchos criterios para definir qué es un buen sistema educativo. Los puntajes en pruebas no son lo único ni lo más importante. Eso revela apenas un aspecto de una escuela. Falta saber cómo se sienten los alumnos en una escuela, si tienen miedo o si aprenden motivados, con alegría. No estoy de acuerdo con rankear escuelas con base en pruebas. Finlandia no lo hace. Y otros países están dejando de hacerlo. Es una lástima que el Ecuador empiece a hacerlo cuando otros lo abandonan.
Mientras se habla del ‘boom’ de la educación finlandesa, en Ecuador se destaca un supuesto ‘milagro ecuatoriano’ en educación, que se refiere básicamente a la inversión que el gobierno de Rafael Correa ha destinado a ese rubro. ¿En términos educativos, existe realmente un milagro ecuatoriano?
El ‘milagro ecuatoriano’ destinó la inversión principalmente a tres rubros: carreteras, hospitales y escuelas.
En educación, la prioridad en estos nueve años se ha puesto en la infraestructura. Recuperar la gratuidad ha sido una conquista importante pero la calidad sigue siendo un desafío grande y pendiente. La infraestructura es un aspecto secundario de la calidad educativa; el factor más importante para el cambio educativo siguen siendo los docentes, y ese es tema complejo y proceso largo.
Publicado originalmente en http://otra-educacion.blogspot.com/2016/03/en-el-ecuador-el-modelo-pedagogico-no-ha-cambiado.html