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La CIA en las universidades: cómo la inteligencia controla a profesores de élite

Por: Hector G. Barnés

A simple vista, pocos mundos chocan más que el de la inteligencia global y el de la academia, supuestamente aislada en su burbuja. Es un prejuicio equivocado, ya que el mundo académico sigue teniendo una gran importancia geopolítica, estratégica, científica y discursiva. Tanto es así que, como desvela un nuevo libro que será publicado este otoño, la CIA y el FBI llevan décadas invirtiendo millones de dólares para controlar, captar y financiar a profesores universitarios de todo el mundo, tanto dentro de sus propias fronteras como en el exterior.

El libro se llama ‘Spy Schools: How the CIA, the FBI and Foreign Intelligence Exploit America’s Universities’ (Henry Holt) y ha sido escrito por el periodista Daniel Golden, editor de ProPublica y Premio Pulitzer en 2004. Como él mismo explica en el prólogo, la idea surgió mientras comía con un antiguo oficial del Gobierno. Ya que había pasado años estudiando este tema, el periodista deslizó sus temores de que los servicios de inteligencia estuviesen “invadiendo” el mundo académico. La respuesta fue reveladora: “Todos los bandos explotan las universidades”.

Los profesores, licenciados e incluso algunos estudiantes son codiciados por informantes de todos los bandos

“En los últimos años, las universidades americanas se han convertido en el terreno de juego idóneo para las batallas secretas de espías contra espías”, escribe el autor en su flamante libro. “Aunque a menudo se los represente como enclaves de aprendizaje escolar y pericia atlética, o parques de juegos para adolescentes en las puertas de la madurez, se han convertido en una inquietante línea de fuego para el espionaje”. El espionaje es mutuo: agentes chinos, rusos o cubanos analizan a su enemigo desde las aulas de sus universidades, intentan reclutar aliados y acceden a material militar sensible. Los tiempos del Círculo de Espías de Cambridge no están tan lejos.

“El FBI y la CIA responden en consecuencia, buscando sus fuentes entre los estudiantes y profesores internacionales”, recuerda Golden. “Con conexiones estrechas con los gobiernos, los negocios y la tecnología, además de la pericia técnica que se necesita para competir en una economía basada en el conocimiento, los profesores, licenciados e incluso estudiantes son codiciados por informantes de todos los bandos”. Lo confirma un antiguo oficial del Pentágono, que reconoce las universidades como “el mejor terreno para reclutar”. La fórmula de campus abierto de las universidades occidentales favorece que se lleven a cabo trabajos de inteligencia.

Un nuevo contexto

Golden encuentra dos hitos que explican por qué las universidades han vuelto a jugar este rol, después del freno de los años sesenta y setenta, en los que la inteligencia era repudiada por el mundo académico. Por una parte, el acercamiento entre CIA, FBI y universidades al calor del resurgir patriótico después del 11 de septiembre, que realineó a muchos docentes. Por otro, la globalización de la educación superior, que ha favorecido “amistades y entendimientos entre países hostiles”. La movilidad de profesores es mucho mayor y, con ella, la posibilidad de deserción o espionaje.

“Soy de la CIA, y quiero que monte en un avión conmigo de camino a Estados Unidos”, le dijo el agente al científico iraní en su habitación de hotel

¿En qué se traducen exactamente estas relaciones entre inteligencia y mundo académico? En muchos casos, como expone un fragmento del libro que reproduce ‘The Guardian’, en conferencias más o menos amañadas, el entorno de captación por excelencia. A veces, simplemente envían sus propios agentes; otras veces, las organizan desde la sombra, a partir de empresas privadas (el principio es que el nombre de la CIA no aparezca por ninguna parte); y, en algunos casos, organizando reuniones ‘falsas’ con el único motivo de alcanzar a un potencial desertor de un país enemigo.

Ha sido así como la inteligencia americana ha conseguido entorpecer el programa nuclear iraní, desvela Golden. Expone el ejemplo de un científico de aquel país que una noche, tras una conferencia en un país neutral, recibió la visita de un agente de la inteligencia americana. “Soy de la CIA, y quiero que monte en un avión conmigo de camino a Estados Unidos”, le espetó. La operación se había preparado cuidadosamente durante meses. Entre otras cosas, montando una conferencia en la que ni ponentes ni asistentes sabían que estaban siendo parte de una charada cuya máxima motivación era conseguir acceder durante unos pocos minutos a dicho científico sin que nadie sospechase.

El contexto idóneo para hacer 'networking', y quizás algo de espionaje. (iStock)
El contexto idóneo para hacer ‘networking’, y quizás algo de espionaje. (iStock)

Como recuerda el periodista, “la importancia de una conferencia puede ser medida no solo por el número de ganadores del Nobel o de catedráticos de Oxford, sino por el de espías”. Los paneles de académicos son un lugar privilegiado donde se reúne la ‘crème de la crème’. Es ahí donde la inteligencia extranjera intenta atraer a los académicos americanos, lo que obliga a los servicios nacionales a mover ficha antes. El FBI llegó a advertir a los profesores sobre los peligros de las conferencias donde, bajo la apariencia de una tontorrona copia de archivos en una memoria USB, se podían sustraer investigaciones sensibles.

¿Cómo lo hacen?

El proceso de reclutamiento emerge directamente de la psicología aplicada por la CIA en muchas de sus operaciones de espionaje. Lo explica un antiguo agente de la compañía que había trabajado fuera de las fronteras americanas. Todo comienza con la selección de su candidato, revisando las conferencias programadas a medio plazo. No hace falta que esté confirmado; que haya acudido al menos dos veces antes es más que suficiente para saber que volverá a hacerlo. Entonces, sus asistentes crean un perfil del objetivo: el agente deberá saberlo todo sobre él, tanto para resultar creíble como para convencerle cuando sea necesario de que de verdad forma parte de la CIA.

Como la mayor parte de científicos e investigadores necesitan siempre nuevas vías de financiación, es fácil que caigan en la trampa. Ya no hay vuelta atrás

Es el momento de diseñar un personaje para el agente, probablemente un hombre de negocios al frente de una compañía ficticia y con una web diseñada para tal propósito. El primer contacto debe realizarse sutilmente, para no llamar mucho la atención. Poco a poco, hay que hacerse visible ante el objetivo; por ejemplo, alabando un ‘paper’ en concreto. El paso definitivo se da en la primera cita, cuando ese hombre de negocios se ofrece a financiar su siguiente proyecto. Ahí está el truco: como la mayor parte de científicos e investigadores necesitan constantemente nuevas vías de financiación, es fácil que caigan en la trampa. Una vez dan el paso, no hay marcha atrás, porque la revelación de que están siendo financiados por la CIA (aunque no lo sepan) puede acabar con sus carreras o incluso con sus vidas en su país natal.

¿Cómo trabaja la CIA con los profesores estadounidenses? Ante todo, ocultando sus huellas. En parte, porque la colaboración con la inteligencia ha estado mal vista desde hace décadas, por lo que puede suponer un estigma que trunque una carrera. Como recuerda Golden, la estima hacia la organización que “saboteó regímenes marxistas populares entre los intelectuales” no es precisamente alta. Pero aún más obvio es que de esa manera resulta más fácil obtener información sensible. La CIA organiza conferencias sobre política internacional para que sus agentes aprendan de los profesores que dedican su carrera a estudiarla por un honorario de apenas 1.000 dólares.

El autor, Daniel Golden.
El autor, Daniel Golden.

Financiada con alrededor de 200 millones por el Gobierno americano y la propia CIA, Golden desvela que Centra Technology, con sede en Arlington (qué coincidencia), es la intermediaria que organiza la mayor parte de estas conferencias. A través de ella se acercan a los organizadores, que no saben que están trabajando para la agencia hasta mucho más tarde —un profesor explica que lo descubrió al darse cuenta de que los asistentes no revelaban sus apellidos—, si es que llegan a hacerlo. La organización niega toda relación con la inteligencia, pero el periodista presenta el testimonio de varios académicos que saben quién está detrás.

Los resultados de estos trabajos de inteligencia se han dejado notar en forma de guerras. Por ejemplo, la de Irak. El premio Pulitzer explica que la decisión del Gobierno de George W. Bush de derrocar a Sadam Husein estaba muy influida por los movimientos de los profesores iraquíes, que se estaban especializando en química, biología o energías nucleares, algo que fue interpretado como un signo de que el programa nuclear seguía adelante. Golden no es, ni mucho menos, el primero que señala este peculiar encamamiento entre inteligencia y academia: ya lo hicieron previamente en primera persona agentes como John Kiriakou en ‘Doing Time Like a Spy’ o Ishmael Jones en ‘The Human Factor’. Las guerras de inteligencia siguen librándose no tan lejos de nuestros ojos.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-10-11/cia-universidades-daniel-golden_1458696/

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Entrevista a Jon E. Illescas: ‘La dictadura del videoclip’

04 Junio 2017/Fuente:elviejotopo /Autor:  José Durán Rodríguez

La clase dominante ha encontrado en la industria cultural una herramienta perfecta para imponer sus valores: el videoclip musical. Es la tesis que defiende Jon E. Illescas. En enero de 2016 le entrevisté por su ensayo La dictadura del videoclip (El Viejo Topo, 2015). En esta entrada recupero íntegras sus jugosas respuestas, ya que en el artículo publicado en Diagonal hice un extracto de las mismas. Espero que os resulte interesante.

¿Los videoclips son una herramienta de transmisión ideológica sobre la juventud más eficaz que otras?

Desde luego, por esa razón instituciones tan poderosas como el Pentágono o personalidades tan importantes como el Primer Ministro de Reino Unido, se esfuerzan por insertar su propaganda en ellos. Hay que considerar que los protagonistas de estos vídeos, las estrellas del pop, son las celebridades más admiradas por los jóvenes de todo el mundo. En Twitter, la red social con el público más joven, el principal tema de conversación es la música y las tres cuentas más seguidas pertenecen a estrellas del pop, la cuarta a Barak Obama, y la quinta, a YouTube, empresa que a la postre es el canal de streaming más popular donde sus diez vídeos más vistos son todos videoclips.

¿Cómo lo consiguen?

Con una irresistible mezcla de música, sexo y espectáculo. Irresistible, se entiende, para el público principal al que se dirigen los vídeos: jóvenes en plena revolución hormonal. El videoclip dominante explota dos temas que los adolescentes no pueden sacarse de la cabeza: el sexo y la música. A esas características hay que sumar la aparente gratuidad de su consumo y la brevedad de un metraje que tan bien se adapta a estos tiempos presididos por el fast food cultural y la debilidad de las atenciones.

¿Dirías que tienen una influencia directa en la conducta de los jóvenes o influyen de una manera más sutil?

Depende. A veces sí es directa, por ejemplo, cuando los jóvenes imitan a sus estrellas en el baile o compran los productos y servicios que se anuncian en su contenido audiovisiaul mediante la técnica publicitaria del product placement que afecta ya a casi la mitad de los vídeos dominantes. También en cuanto al consumo de drogas. En las entrevistas que realicé, muchos jóvenes afirmaron imitar el ocio nocturno que observaban en los vídeos incluso comprando el mismo tipo de bebidas que aparecían en el metraje. Otra veces, sin embargo, la influencia puede ser más indirecta pero igual o quizás incluso más poderosa. Por ejemplo, cuando el flujo de videoclips más comerciales silencia o censura temas que importan a los adolescentes y que tratan las miserias del sistema como la crisis, la desigualdad, la pobreza, las guerras o el cambio climático mientras que sobrerrepresenta otros aparentemente “positivos” como el lujo, el consumismo, el escapismo, etc. En estos últimos casos la influencia es más lenta y se produce por acumulación inconsciente antes de emerger al terreno verbalizable o a la arena política de cada cual.

¿Se podría establecer una relación causa-efecto?

Depende de la intensidad y de lo diferente que sean el resto de influencias culturales que circunden al joven y construyan su cosmovisión, ideología, sentido común, etc. En definitiva, las fuentes de donde se provea para consolidar sus valores y contravalores. Si el espectador adolescente tiene unos padres que valora positivamente y unos amigos con pensamiento a contracorriente, el flujo del videoclip dominante hallará su poder más atenuado y el joven, por sí mismo, podrá rechazar los efectos de gran parte de este flujo. Aunque ello no signifique que no le afecte, debido a su omnipresencia en muchos espacios de sociabilización (discotecas, pubs, gimnasios, centros comerciales, etc). Sin embargo, si la mayoría de su entorno afectivo próximo tiene un pensamiento prosistema, el flujo del videoclip dominante funcionará como un seductor y poderosísimo continuo de adoctrinamiento disfrazado de entretenimiento.

¿Cómo se pueden defender/proteger los adolescentes de los mensajes que transmiten los videoclips, siendo algo aparentemente inocuo?

En primer lugar, lo prioritario es que la sociedad y en particular la comunidad educativa se conciencie del impacto que el videoclip dominante tiene en sus vidas y entiendan que su producción es fruto genuino de la cultura juvenil financiada con criterios capitalistas. Éste es uno de los objetivos fundamentales del libro. En segundo lugar, fomentando una educación crítica con ejemplos positivos contrarios a los mensajes negativos más recurrentes del flujo del videoclip. En este sentido, desde el sistema educativo, es urgente alfabetizar audiovisualmente a la juventud. Del mismo modo que se enseña a leer y a escribir a los alumnos se les debe enseñar a “leer” y a crear audiovisualmente para que sean menos manipulables a este tipo de lenguaje que, a la postre, es el más poderoso de todos como viene demostrando desde hace decenios la televisión. De este modo, ellos mismos podrán rechazar los mensajes más zafios de los videoclips dominantes, aquellos que son claramente misóginos, racistas, sexistas, clasistas, antihumanistas, etc.

Desde luego la censura no es la solución y en ningún caso abogo por ella. Otra cosa es que estuviera bien que las instituciones públicas catalogaran los videoclips por edades antes de comenzar el metraje, para dar información a los padres, tutores, etc., y a los propios jóvenes que quisieran hacerles caso. Otra posibilidad es que las instituciones obligaran a las empresas difusoras a ceñir la emisión de videoclips según sus contenidos a diversos horarios previamente estipulados para niños, adolescentes, adultos, etc. como sucedía con la televisión offline. Actualmente, YouTube, como verdadera televisión global online, emite para todas las franjas horarias dada la amplitud internacional de su mercado y hacerlo para diferentes franjas según territorio de consumo le supondría, hoy día, un coste adicional que sin obligación gubernamental de por medio no asumirá.

Desde el sistema educativo es urgente alfabetizar audiovisualmente a la juventud. Del mismo modo que se enseña a leer y a escribir a los alumnos se les debe enseñar a “leer” y a crear audiovisualmente para que sean menos manipulables a este tipo de lenguaje. De este modo, ellos mismos podrán rechazar los mensajes más zafios de los videoclips dominantes, aquellos que son claramente misóginos, racistas, sexistas o clasistas.

¿Qué peso tienen los videoclips frente a otras instituciones de socialización, como la familia, la escuela, las amistades,…?

Frente a la familia cada vez mayor, pues las familias, en especial las de clase trabajadora, cada vez educan menos a sus hijos. En las últimas décadas, como no se produjo una reducción de la jornada laboral equivalente, debido a la progresiva incorporación de las mujeres al mercado laboral, esto dio como resultado una menor presencia educacional de los progenitores en casa. En especial de las madres que, tradicionalmente, eran las encargadas de esas tareas de cuidado y reproducción familiar. Es decir, si antes cada núcleo familiar dedicaba 8 horas a trabajar para el capital y 8 horas para las tareas del hogar (entre ellas la educación de los menores), ahora tenemos 16 horas de trabajo para el capital y… ¿cuántas para la reproducción del hogar y la educación de los pequeños? La incorporación de las mujeres al mercado capitalista, que supuso una innegable mejoría para muchas de ellas al hacerlas menos dependientes de los hombres, como no se acompañó de una reducción de la jornada laboral de las y los asalariados, supuso un aumento de la masa del tiempo familiar dedicado a garantizar los beneficios de la clase empresarial.

Además, los crecientes procesos de automatización de las actividades productivas gracias al desarrollo de la tecnología y las revolucionarias mejoras en los procesos de inteligencia artificial, aumentaron el paro estructural en todo el mundo e hicieron que al crecer el ejército de parados, las jornadas, de facto, aumentaran en las empresas (más horas extras, más jornadas en negro, menos vacaciones, etc.) tanto para hombres como para mujeres. Ahora padres y madres no sólo están menos tiempo con los hijos sino que cuando llegan a casa, la calidad de su tiempo es menor pues se hallan más agotados tanto física como psicológicamente. Y como sabe cualquiera que tenga hijos, educar requiere de mucho tiempo y esfuerzo. Si se acorta el tiempo y se sustraen la mayoría de fuerzas de los progenitores porque se desvían para la reproducción ampliada de capital, los menores serán educados por otros agentes ajenos a quienes les dieron la vida. Y aquí entran la escuela y las amistades, pero, sobre todo, la industria cultural.

La primera, pese a que todavía es muy importante y cuenta con excelentes profesores, cada día se halla más devaluada a los ojos de los adolescentes, pues debido a la crisis les ha quedado meridianamente claro que conseguir títulos no garantiza tener un buen puesto de trabajo, ni siquiera un trabajo a secas. Entonces, ¿por qué van a dedicar tanto esfuerzo a estudiar? Así, la cultura no cotiza al alza en sus cosmovisiones. La segunda, las amistades, continúan siendo una importantísima fuente de producción y reproducción de valores e ideologías, lo que ocurre que se nutren de los mismos agentes que nutren a cada joven, es decir: la familia, la escuela, las industrias culturales, etc. De este modo, nos encontramos que en un contexto de reducción de la presencia parental en el hogar y devaluación de las instituciones educativas, la industria cultural se ha transformado en la principal educadora de los jóvenes. Y aquí la dictadura del videoclip, es decir, los videoclips dominantes, funcionan como poderosos reproductores de hegemonía pues son la principal herramienta comunicacional sobre la que se construye el estrellato de las celebridades del pop, como señalé anteriormente, los ídolos de la industria cultural más admirados por la juventud global. A años luz de celebridades de otros sectores. Sirva como ejemplo que de las 100 cuentas más seguidas en Twitter, por cada as del deporte o cada celebridad del cine, hay nueve estrellas de la música. Ellas son las encargadas de educar a los jóvenes con un currículum muy diferente al utilizado en los centros educativos y con un público que trasciende los límites de los Estados-nación o las diferentes regiones, dado el alcance del mercado mundial capitalista.

Hay videoclips que plantean otros mensajes y han conseguido gran éxito (por ejemplo, All about that bass de Meghan Trainor es una defensa de la aceptación del cuerpo frente a los cánones de belleza impuestos), ¿cómo los evalúas?

Como la excepción que confirma la regla y como una farsa (como lo fue Adele antes de su abrupto adelgazamiento). Meghan Trainor trabaja para Sony Music, una de las tres grandes discográficas que controlan más del 92% del flujo dominante de videoclips y All About That Bass es propiedad de Vevo, la empresa que posee el canal mayoritario de este flujo en YouTube. O sea, las mismas empresas que transmiten los cánones que supuestamente Trainor critica en el vídeo. ¿Curioso, verdad? Y digo “supuestamente critica” porque en un  vídeo posterior de la cantante (Dear future husband) todos los chicos que en la trama la pretenden son modelos de cuerpos atléticos, no hay ningún hombre de su fisonomía. Entonces, ¿en qué quedamos?

En realidad, todo se trata de una estrategia de promoción para llegar a ese público que no se identifica con las esculturales mujeres que salen de protagonistas de los videoclips y además se sienten incómodas con que sólo haya este tipo de arquetipos. Una vez atraído ese sector del público femenino, se le podrá vender con mayor éxito redes sociales para ligar como POF (que Trainor anuncia), donde se les invitará a pensar que pueden lograr citarse con chicos tan guapos como los que intentar conquistar a la cantante en el vídeo. Es un negocio que se basa en criticar hipócritamente las reglas que siguen los dueños de ese mismo negocio. Entiendo que a muchas adolescentes con cuerpos considerados como “no deseables” y dotes musicales les pueda parecer inspirador que una cantante como Trainor, con un físico distinto al arquetipo dominante del videoclip más comercial, pueda triunfar en la industria de la música. Eso fortalece el mito de “el que vale, triunfa”. Seguro que es alentador para ellas. El problema es que es un espejismo prefabricado por la misma oligarquía mediática que margina a las cantantes según su físico, aunque tengan grandes dotes musicales. Es un espejismo que cumple su objetivo. Del mismo modo ocurre cuando los obreros piensan que podrán abandonar la desdichada vida que padecen en el sistema porque puede caerles la lotería que compran todas las semanas y hacerse ricos. Tienen menos posibilidades, matemáticamente, que les caiga un rayo en la cabeza. Pero la lotería y Trainor funcionan igual: consuelan y llenan determinados bolsillos.

Lo cierto es que el flujo del videoclip dominante está gobernado por lo que llamo la dictadura de los guapos. En sólo uno de cada cuatro vídeos aparecen personas con físicos que pudiéramos considerar “mayoritarios”, es decir, todo lo que no son atractivos y bellos modelos. Con una larga lista que incluye personas con sobrepeso, obesas, muy delgadas, bajas, muy altas, “feas”, mayores, discapacitados, etc.  Pero es que cuando aparecen representantes de ese gran colectivo de gente corriente, en la mayoría de casos son como secundarios, malvados o perdedores de las tramas. Cantantes con grandes voces y con mucho talento son marginados por la gran industria de la música por tener un aspecto físico considerado sexualmente no atractivo. Se llega al extremo de eliminarlos del vídeo y substituirlos por atractivos modelos que incluso a veces simulan cantar la canción. Los cantantes también pueden “ceder” su protagonismo a púberes. Justo lo que ocurre con la célebre Sia en todos sus vídeos de éxito. Toda esa leyenda de que su rostro no aparece en los vídeos porque ella no quiere ser famosa es un cuento de la industria reproducido obedientemente por ella misma. No aparece porque tanto ella como los empresarios que la auspician saben que si lo hicieran correrían el riesgo de no atraer al mismo público y por tanto, ganarían mucho menos dinero. Hoy en día, clásicos de la música popular que triunfaron hace décadas como Elton John, Freddie Mercury, Prince, Cindy Lauper o el fallecido David Bowie no hubieran podido triunfar como lo hicieron en la primera liga de la música de masas porque las nuevas reglas del negocio musical les hubieran impedido el paso al público mayoritario. ¿La razón? No eran lo suficientemente guapos ni físicamente atractivos. Ni las discográficas querrían apostar por ellos lo suficiente para que alcanzaran al gran público ni las empresas anunciantes querrían promocionar sus mercancías en sus vídeos. Las y los guapos producen una disonancia cognitiva en el público llamada efecto halo que la industria explota para el único fin que para ella cuenta: acumular beneficios.

Hoy en día Elton John, Freddie Mercury, Prince, Cindy Lauper o el fallecido David Bowie no hubieran podido triunfar como lo hicieron en la primera liga de la música de masas porque las nuevas reglas del negocio musical les hubieran impedido el paso al público mayoritario. ¿La razón? No eran lo suficientemente guapos ni físicamente atractivos.

¿Consideras que los videoclips son uno de los peajes que impone la industria para poder llegar a un público masivo?

Por supuesto. Hoy en día no hay una canción de éxito sin su videoclip mainstream. Cada vez más, la música se consume por la vista y el posterior consumo exclusivamente auditivo que podamos tener en nuestros hogares o en los espacios públicos está fuertemente condicionado por los recuerdos visuales anexos a sus conocidas melodías. Por ejemplo, es imposible haber visto un videoclip de Rihanna y luego escuchar esa misma canción sin que el recuerdo visual de Rihanna o el vídeo asome por nuestras mentes. ¿Qué mejor publicidad?

¿Se puede lograr esa hegemonía de otros modos, sin pagar esos peajes?

Es imposible acceder al mercado musical mayoritario sin entrar al flujo del videoclip dominante. Sólo tres grandes discográficas que también son distribuidoras controlan el negocio, si no aceptas sus reglas te quedas fuera del Olimpo manufacturado de Dioses y Diosas del pop. Si un músico desoye sus órdenes, quedará fuera de la iconosfera-mundo, es decir, será un completo desconocido del imaginario colectivo compartido por la mayoría de habitantes del planeta. Su carrera quedará, en el mejor de los casos, restringida a nichos de mercado.

¿Cómo se podría crear una industria cultural que se rija por otros presupuestos y consiga ser mayoritaria?, ¿es posible o hay que abandonar esa idea?

En mi opinión no sólo creo que no hay que abandonar esa idea sino que considero que hay que considerarla como prioritaria en nuestra agenda política. Si queremos superar el capitalismo (o el neoliberalismo, que sólo es su forma actual unido a aquel como nuestra piel a nuestro esqueleto), es urgente que las organizaciones anticapitalistas unan sus fuerzas bajo un programa de mínimos y financien una industria cultural contrahegemónica con vocación de ser mayoritaria. Una industria cultural, que es lo mismo que decir una industria de las conciencias por mal que suene, ya que al final de eso se trata. Una industria a contracorriente que difunda sus propios valores e ideología. Una industria cultural compuesta de diversas industrias culturales como la cinematográfica, musical, literaria popular, etc. Así tendríamos nuestras propias películas, discos, videoclips, bestsellers, etc., contrahegemónicos. De ese modo llegaríamos a las mayorías.

No se puede competir con productos audiovisuales como los videoclips dominantes consumidos por miles de millones de jóvenes en todo el mundo con artículos o libros izquierdistas apenas leídos por miles de ellos en diferentes regiones. Es una relación de 1.000.0000 contra 1. No hay posibilidad de victoria. De ahí que las posiciones de izquierda en el mundo se vayan continuamente debilitando desde la popularización de la cultura audiovisual de masas, en especial entre los jóvenes, que paradójicamente son y serán los mayores afectados de su inacción política con el aumento incontenible del paro estructural en el sistema-mundo capitalista. ¿Has visto la composición demográfica de las asambleas de las organizaciones de izquierda de las últimas décadas? ¿Cuántos de sus miembros tienen entre 15 y 24 años? Es necesario que construyamos una hegemonía cultural e ideológica socialista o de lo contrario, de continuar del mismo modo, iremos a peor en el marco del capitalismo que, no lo olvidemos, sigue sus propias leyes. Para ello tenemos que alcanzar a las mayorías y requerimos unir fuerzas, pues con las mismas personas que ahora están trabajando divididas en multitud de medios alternativos, organizaciones políticas de izquierda, etc. tendríamos una fuerza mucho mayor que superaría la mera suma de organizaciones gracias a las ventajas de la economía de escala y al efecto multiplicador de concentrar esas producciones bajo una misma “marca” socialista, anticapitalista y, en definitiva, contrahegemónica. Eso no significaría el fin del debate o las diferencias entre las agrupaciones que constituyeran esta industria cultural socialista, sino simplemente alcanzar mejores resultados uniendo fuerzas en aquello que estuviéramos de acuerdo contra un enemigo que, de no hacerlo, acabará por fagocitarnos a todos. Incluso, a gran parte de sus componentes.

Por lo pronto te diría que no soy moralista, al menos no como se suele entender ese adjetivo cuando se utiliza popularmente a modo de crítica. Si alguien quiere comprobarlo sólo tiene que buscar por internet el tipo de obra plástica que realizo, donde la sexualidad y ciertas provocaciones son temáticas y actitudes comunicativas recurrentes. El problema no son los temas, motivos o actitudes que se traten en o revistan las producciones culturales sino la forma de abordarlos, las intencionalidades, los públicos, el marco, sus funcionalidades sistémicas, etc.

Normalmente, cuando alguien considera moralistas las posiciones de otra persona es porque, curiosamente, la moral que quiera o no hace pública difiere de la suya propia. Es parte del mito de la secularización de la moral, parcialmente ligado al quimérico intento de privatización de la religión al espacio personal. Sin embargo, por mucho que suene antipático para ciertos sectores de izquierda, en realidad, moral tenemos todos, aunque la (mal) disfracemos con el nombre de ética. La ética es la reflexión sobre la moral (o morales) de cada individuo, sociedad o época particular. Pero los que reflexionan sobre ella también tienen su propia moral. No son seres etéreos e impolutos de toda moralidad que sobrevuelan los cielos en medio de un nirvana infinito donde su interactuación con el mundo no esté definida por unas jerarquías perceptivas y emocionales que les orienten sobre lo que para ellos está bien o mal.

Te pondré un ejemplo con el caso del videoclip. Imagina que dentro de 30 años siguiésemos viviendo en el marco del capitalismo (algo desgraciadamente bastante probable) y ya se hubieran popularizado entre el gran público un nuevo tipo de videoclips dominantes: el porno. Algo que tarde o temprano, de continuar así las constantes actuales, muy posiblemente, sucederá. En estos vídeos, las estrellas musicales cantarían mientras realizarían sexo explícito con otras personas y/o estrellas de la canción. Llegados a este punto, ¿cuál sería el siguiente paso? ¿cómo podría la industria seguir llamando la atención mediante esta hipersaturación sexual? ¿cómo podría rizar el rizo? Imagina que en ese contexto, diez años después y hastiados de los videoclips porno dominantes, como otra vuelta de tuerca más, comenzaran a lanzarse “rompedores” vídeos donde las estrellas del pop, los Pitbull y los Justin Bieber del futuro, aparecieran manteniendo relaciones sexuales en extrañas orgías con diversos animales y con niños y niñas de seis años mientras cantaran alegres canciones evasivas. Disculpa la dureza de la imagen pero si hoy nos trajeran esos vídeos en una máquina del tiempo, nadie, después de verlos, apuntaría con la frialdad del analista: ¡Eso no es ético! Sino por el contrario, la mayoría exclamaríamos consternados… ¡Es repugnante!, ¡una salvajada!, etc. ¿Seríamos moralistas por ello? Desde luego, nuestro juicio se emitiría en relación con una moral particular establecida en nuestra cosmovisión, en un sentido común dependiente de aquella. Un buen sentido común gramsciano e implícito que rechazaría esas producciones audiovisuales porque en la actualidad afortunadamente afirma que los niños no tienen la madurez física ni psíquica necesarias para mantener relaciones sexuales, menos con adultos. Por lo cual deben ser protegidos por la sociedad y especialmente cuidados para desarrollar actividades propias de su etapa vital. Y ese mismo buen sentido común del presente condenaría esos vídeos musicales por entender que cuando los seres humanos copulan con animales estamos tratando una parafilia particular muy poco sana para una persona adulta y, por cierto, nada respetuosa con los propios animales.

Si en 1981, año que se estrenó la MTV, hubiera aparecido un vídeo donde la cantante principal apareciera torturando a una mujer y asesinando y descuartizando a su marido por dinero, mientras en la escena final luciera desnuda recostada triunfalmente fumando un puro, cubierta de sangre y billetes de dólares, muchos habrían rechazado el vídeo tildándolo de inmoral. Pero ese videoclip existe en la actualidad y a la gran mayoría de sus jóvenes consumidores no les parece mal. Se llama Bitch Better Have My Money (“Zorra, más vale que tengas mi dinero”) y está protagonizada por la estrella más importante del vídeo musical: Rihanna. Ningún medio mayoritario, hasta donde conozco, ha cuestionado la validez de su mensaje para el público adolescente al que va dirigido. Muchos jóvenes incluso celebran lo “atrevido” de su trama. El sentido común se ha modificado y comportamientos anteriormente considerados poco instructivos o rechazables se han naturalizado mediante el espectáculo de su representación en la industria cultural. Hay más ejemplos: vídeos que animan a los jóvenes a traficar con cocaína, otros que insistentemente proclaman que lo más importante de la vida es el dinero advirtiendo a sus seguidores que nada ni nadie los debe alejar de él u otros que aconsejan desde los estribillos que los hombres no se fíen de las mujeres porque son todas “unas putas”. Tal cual. En fin, la lista, desgraciadamente, es muy extensa. ¿Sería moralista preocuparse por el hecho de que cantantes promocionados por millones de dólares y seguido por millones de jóvenes canten en sus vídeos que todas las mujeres son unas “putas”, “zorras”, etc.? ¿Es moralista pensar que este ejemplo pueda aumentar los índices de violencia machista y sepultar todos los programas públicos habidos y por haber a favor de la igualdad entre los y las adolescentes?

La moral, como la ideología, la tenemos todos y se modifica a lo largo del tiempo como el resto de la cultura humana incidiendo en ella tanto las vicisitudes del modo de producción dominante como el estado de la lucha de clases en cada contexto histórico. El problema es que es un asunto del que se suele hablar poco porque puede suscitar desencuentros y retratarnos públicamente ante la moral de los demás. Y eso siempre es peligroso. En particular, frente a la moral de los poderosos, que, con gran diferencia, suele destacarse por su sorprendente laxitud respecto a la suerte de los dominados.

Fuente de la entrevista: http://www.elviejotopo.com/topoexpress/la-dictadura-del-videoclip/

Fuente de la imagen: http://www.elviejotopo.com/wp-content/uploads/2017/01/ilustraciocc81n-219-copia.jpg

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Political Indoctrination in Chinese Colleges

China/Abril de 2017/Fuente: The Jamestown

Resumen: En un sistema en el que los ministros están incentivados a informar sólo una buena noticia, el ministro de Educación de China censura pública de los fracasos en la educación ideológica y política (思想 政治 教育, IPE) en las universidades chinas fue una sorpresa (FRI, 12 de marzo). Se está llevando a cabo una campaña para intensificar el IPE desde la conferencia de diciembre de 2016 sobre el trabajo ideológico y político en las universidades y colegios de China. En la conferencia, el presidente chino Xi Jinping reafirmó enérgicamente la supremacía del marxismo y el socialismo en las instituciones chinas de enseñanza superior, y presionó para fortalecer el trabajo ideológico y político para adoctrinar a los 37 millones de estudiantes universitarios del país (Xinhua, 9 de diciembre de 2016).

In a system where ministers are incentivized to report only good news, China’s Minister of Education public censure of failures in ideological and political education (思想政治教育; IPE) at Chinese universities came as a surprise (FRI, March 12). A campaign has been underway to intensify IPE since a December 2016 conference on ideological and political work in China’s universities and colleges. At the conference, Chinese President Xi Jinping strongly reaffirmed the supremacy of Marxism and socialism in Chinese institutions of higher learning, and pressed for strengthening of ideological and political work to indoctrinate the country’s 37 million college students (Xinhua, December 9, 2016). Yet the Minister of Education’s criticisms indicate that IPE is not proving successful.

The Status Quo of IPE

Chinese colleges have a long history of radicalism that stirs fear among Party elites. Whether it was the Red Guard movement, the 1989 student demonstrations, or the recent nationalist protests, the college campus, with its proclivity for freethinking, is a place where the Party cannot afford to let go of the reins. Chinese universities are firmly controlled by the state through finances and appointment of administrative leadership. Even outwardly independent private colleges are falling under the control of newly installed Party secretaries with the clear intention of being the “backbone of ideological and political work (China Wenming Online, January 13).”

According to surveys completed by Chinese researchers, the Party enjoys majority support among college students—with one poll showing that 73.3 percent “support” or “strongly support” the Party’s leadership. [1] Although we must be aware that China’s political climate deeply influences how interviewees answer a survey, research has shown that the Party does have a healthy level of support among college students. [2] Nonetheless, student support for IPE, the Party’s signature indoctrination program, is comparatively low.

Mixing Marxism, patriotism, and some traditional Chinese values, IPE aims to rally mass support for the Party, its ideology, and its governance. Taught as a required course, one study shows that 64.4 percent of students are “unsatisfied” with IPE, with another 17.9 percent “very unsatisfied.” [3] Likewise, 50 percent of respondents in another study find IPE “almost pointless,” but forced themselves to attend due to school rules. Plagiarism and cheating are common due to students’ falling enthusiasm. [4] Despite interest in Red Culture (红色文化), a set of state sponsored cultural values based on the Chinese Communist Party’s revolutionary experience—a notable minority (28.3 percent) of students find Red Culture events (a component of IPE) boring. Over half (53.2 percent) said they were forced to attend, and 60.5 percent view these events as irrelevant to real life. [5]

Why is IPE so Unpopular?

Political indoctrination is rarely fun, especially for students living in a relatively open society. While students demand more discussions, debates and field work, IPE teachers can only continue with monotonous lectures because any exercise involving critical analysis will shatter the perfect image of Marxism. [6] Thus, while Chinese college students loathe IPE for being a “single-voice class” (一言堂) where the teacher dominates the conversation, changes are less likely to come as it could possibly destroy IPE in its entirety. [7]

IPE is fighting an uphill battle in three areas. The increasing Internet usage by Chinese college students is corroding the hold of official ideology. For example, the officially championed myth of the Chinese Communist Party as the mainstay in expelling Japanese invaders is slowly losing believers, because more and more students are learning the truth from the Internet. [8] Eighty percent of Chinese college students spend more than two hours a day surfing the Web, 92 percent say they use the Internet as a source of information, and 88.9 percent use Weibo (Chinese equivalent of Twitter) and WeChat (Chinese equivalent of WhatsApp)—two apps that allow students some modicum of privacy when discussing current affairs. [9]

The arrival of organized religion to Chinese campuses poses another threat to official ideology. Besides offering mental comfort, organized religious groups serve as a social safety net for students, in comparison to communist political organizations that are fraught with corruption and exclusivism. Recent studies show that interest in religion is gaining strength in Chinese colleges, even in the Communist Youth League. [10] Forty-nine percent of students do not know that Party members must be atheists, and a third (31.4 percent) do not mind campus proselytizing—an act forbidden by the state. [11] While the growing interest in religion has not openly challenged the Party’s dominance of campuses, one trend might spell trouble in the near future. In one survey of Xinjiang colleges, 5.8 percent of respondents believe one can force a religion on others. [12] More alarmingly, 8.6 percent agree with the extreme position that spreading one’s religion using violent means is permissible. [13]

IPE educators face additional difficulties in areas dominated by ethnic and religious minorities, in particular among Tibetans and the Turkic Muslims of Xinjiang. Few of these groups played major roles in the events of the 20th century that conditioned the contemporary Chinese psyche. Compared to Mongols and Hui Muslims that allied with Chinese communists in the fight against Japan, Tibetans and Turkic Muslims played next to no role in the in the War of Resistance Against Japan (1937–1945) which forms the core of the CCP’s national narrative. Moreover, Marxism’s anti-religion doctrine makes IPE difficult when teaching Tibetan college students who hold Lamaism in high regard. Most Tibetans live their entire life according to Buddhism precepts and hold deep reverence for their religious leaders. To teach religion as obsolescent is not only deeply offensive to Tibetans, but also counterproductive to IPE in general. [14] The same can be said for Xinjiang, where ethnic Turkic Muslims constitute more than half of the province’s population. Although students would pay lip service to the curriculum just so they can graduate, the doctrinaire system of pedagogy is not truly winning over hearts and minds.

The Role of Political Counselors

Outside of the classroom, Political Counselors (政治辅导员; PCs) take care of a student’s all-around needs while attending college, and are tasked with shaping his/her ideological and political values. As the “backbone of ideological and political education for college students,” PCs are “the organizer, implementer and mentors of college students in everyday ideological and political education and management” (Ministry of Education, July 23, 2006).

Working closely with selected student cadres, the PCs spread the Party’s message when students are outside of the classroom. Although the law stipulates that there should be one PC to every 200 students, in reality, personnel shortage makes the ratio much higher. One to 300 or 400 is not an unusual number. In extreme cases, it has been reported that a PC have to take care of 1,000 students, making the job impossible. [15]

Besides being over-encumbered, 56 percent of PCs are unsatisfied with their salary and benefits. To add to the already tense environment, PCs are governed by a dual command regime, where school and department leadership can sometime issue conflicting orders. [16]

Under these circumstances, it is not a surprise to find that some PCs do not even agree with the Party line themselves. One poll shows that 31.92 percent of PCs do not believe in the Marxist dogma that a communist society is inevitable. Straying from the government narrative, close to half (47.1 percent) of PCs do not believe that the income gap will close in ten years. [17]

The Role of Protection Divisions

If IPE teachers and PCs are the softer side of political indoctrination, then Protection Divisions (保卫处) are the “stick” that police political behavior. Present in every university bureaucracy, the Protection Division have several functions—public safety, fire prevention, registering visitors and temporary workers—and most importantly, political policing. Underneath each Protection Division there is a Political Protection Section (政保科; PPS). While taking on different names at different colleges, the mission of the PPS remain more or less the same—propagate official ideology and counter any attempts by “hostile forces” in influencing students. Although the PPS do not have law enforcement power, a power reserved for the public security police, it does have the power to investigate. [18] Political Protection Informants (政保信息员), selected from the student body, serve as the PPS’s “eyes and ears (耳目)” (Xi’an Shiyou University, June 6, 2014).

Given the secrecy surrounding its work, most PPSs do not publicize their duties, but the PPS of the Harbin Institute of Technology, self-referred to as the Political Protection and State Security Office (政保国安办), openly declares its responsibilities as the following:

  1. Responsible for propaganda and education of the national security concept, enemy awareness, and political stability.
  2. Responsible for understanding, controlling, tracking, and ideological education of key people that can influence political stability.
  3. Responsible for carrying out research and information gathering; grasp the ideological trends among faculty and students in a timely and accurate manner to provide the basis for higher-level leadership decision-making.
  4. Cooperate with public security and state security police in detecting and investigating cases endangering state security.
  5. Responsible for security of important leaders and foreign dignitaries. Assist relevant agencies in implementing security measures for foreign experts, teachers, exchange students, compatriots from Hong Kong, Macau, Taiwan, and visiting foreign staff.
  6. Assist relevant agencies to prevent and punish infiltration, incitement, and sabotage of schools by domestic and foreign hostile forces, illegal religious forces, and ethnic separatist forces.
  7. Assist relevant agencies in secure management of the campus’s computer network system and identification of sources of harmful information.
  8. Assist relevant agencies in confidential work.
  9. Conduct political review of school staff in accordance with the requirements of relevant agencies.
  10. Assist relevant agencies in managing student associations.
  11. Conduct basic business work. Establish and improve the management of various data files.
  12. Assist other sections and offices in completing tasks. Complete any other mission assigned by the division director (Harbin Institute of Technology).

In essence, PPS is the monitor of campus security and ideological uniformity, in addition to serving as the workhorse of counterintelligence. While IPE staff focus on pedagogy, it is the PPS’s mission to keep out unofficial people and ideas. This repressive regime is likely to receive greater state investment due to the risks associated with liberalizing IPE.

Conclusion

Among Chinese college students, support for the Party and government remain strong—at least on paper. However, most students have shown their dissatisfaction with IPE and their inability to intake additional political coursework void of liberal teaching methods. In the future, the state will likely strengthen IPE in the following ways. Firstly, the state will try to assert greater control of the cyber sphere by clamping down on alternative sources of information popular among students—also by intensifying propaganda and counterpropaganda on Weibo and WeChat. Secondly, more PCs will be trained to alleviate the current personnel shortage. Thirdly, greater attention will be diverted to indoctrination in ethnic areas, especially to the Tibetan and Turkic Muslims most susceptible to what the state calls the “three evils” of terrorism, separatism and religious extremism. Finally, there will be a renewed pushback against the spread of religion in colleges, a trend, if unchecked, will present significant challenges in winning over China’s brightest young minds.

Fuente: https://jamestown.org/program/political-indoctrination-chinese-colleges/

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Gobierno Bolivariano inauguró el Liceo Bolivariano Hugo Rafael Chávez Frías en Anzoátegui

Venezuela/Abril de 2017/Fuente: MPPE

Con una inversión de más de 1.100 millones de bolívares, el Gobierno Nacional inauguró este viernes el Liceo Bolivariano Hugo Rafael Chávez Frías, para atender a una matrícula de 1200 estudiantes del estado Anzoátegui.

El viceministro de Comunidades Educativas y Unión con el Pueblo del Ministerio del Poder Popular para la Educación (MPPE), Jehyson Guzmán, expresó que el Gobierno Bolivariano levantó esta obra para reivindicar el derecho de los estudiantes y las estudiantes del estado Anzoátegui a recibir una educación gratuita y de calidad.

“Este es un esfuerzo del Gobierno Bolivariano para seguir invirtiendo en el bienestar de nuestro pueblo. El Liceo Bolivariano Hugo Rafael Chávez Frías cuenta con los libros de la Colección Bicentenario, con un comedor que está en capacidad de atender a 1200 estudiantes, un conuco escolar, laboratorios y distintos recursos para el aprendizaje”, destacó Guzmán, este viernes, desde el municipio Simón Bolívar del estado Anzoátegui.

Durante la inauguración de la institución, el viceministro de Comunidades Educativas y Unión con el Pueblo develó una placa en honor al Comandante Eterno Hugo Chávez.
Por su parte, la jefa de la Zona Educativa del estado Anzoátegui, Carmen Castillo, dijo que este tipo de obras solo se hacen en revolución y “el Gobierno Nacional seguirá entregando instituciones educativas de esta naturaleza para los venezolanos y las venezolanas”.

“Esta institución, ejemplo y orgullo en nuestro país, tiene 16 aulas y cuenta con una biblioteca cargada de los libros de la Colección Bicentenario. El liceo está en capacidad de atender a más de 1200 alumnos que podrán disfrutar del Sistema de Alimentación Escolar (SAE). Estas son las obras que nos hacen sentir orgullosos y orgullosas de ser revolucionarios. Presidente Maduro, usted cuenta con los maestros, profesores, alumnos y los jóvenes del estado Anzoátegui para librar esta gran batalla revolucionaria”, puntualizó Castillo.

La presidenta de la Federación de Estudiantes de Educación Media (FEVEEM), Genifer Garvett, señaló que mientras la oposición venezolana se dedica a saquear liceos y a atentar contra el derecho de los estudiantes venezolanos, la Revolución Bolivariana se da a la tarea de inaugurar espacios para que los jóvenes puedan recibir sus clases y se formen para “lo grande y lo hermoso”.

“Esto solo es posible en Revolución. Por ello, los integrantes de la Organización Bolivariana de Estudiantes y de la Federación Venezolana de Estudiantes de Educación Media se restean con el presidente Nicolás Maduro para seguir superando todas las adversidades. Los liceos de Venezuela son territorios de paz”, finalizó Garvett.

Fuente: http://me.gob.ve/index.php/noticias/81-noticias-2027/abril/2823-gobierno-bolivariano-inauguro-el-liceo-bolivariano-hugo-rafael-chavez-frias-en-anzoategui

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China no quiere que sus niños lean Peppa Pig o Winnie the Pooh

China/Marzo de 2017/Fuente: El Diario

Los editores chinos han recibido órdenes desde el Gobierno para que dejen de imprimir títulos extranjeros y frenar así la corriente ideológica occidental.

Winnie the Pooh, Peppa Pig, Charlie y la fábrica de chocolate e incluso James y el melocotón gigante no lo están pasando bien en China. Diversas informaciones apuntan a que el Partido Comunista quiere introducir duras medidas en torno a la literatura infantil. Con unos 220 millones de personas por debajo de los 14 años y una clase media que no para de crecer, China es el hogar de un inmenso mercado potencial de libros de dibujos para niños. Al parecer, solo el año pasado se publicaron más de 40.000 títulos infantiles en el país.

Sin embargo, los libros de cuentos parecen estar en el punto de mira de Pekín. Supuestamente, el Partido Comunista ha lanzado una agresiva campaña contra las hostiles ideas occidentales que se reproducen hoy en día en el país. Según el South China Morning Post de Hong Kong, los editores chinos han recibido órdenes para que el número de libros infantiles extranjeros que se imprimen se reduzca.

En estos momentos, los libros de cuentos procedentes de Corea del Sur o de Japón apenas se imprimen en el país, explicó una fuente editorial al periódico. También añadió que el abastecimiento de libros de otros países ya era «muy limitado».

Otra fuente, en este caso un editor de una empresa estatal, aseguró que autoridades del Partido Comunista se habían quejado de que los libros de dibujos extranjeros habían introducido una intolerable «corriente de ideología» desde Occidente. «El gobierno ha decidido deliberadamente limitar la importación de libros y proteger los que están escritos por autores chinos», añade la misma fuente.

Este viernes, el gigante de comercio electrónico Alibaba anunció que prohibirá la venta de todas las publicaciones extranjeras en Taobao, uno de los sitios más populares de china para la compra online con el objetivo de «crear un entorno seguro y protegido para aumentar la confianza y satisfacción del consumidor».

Durante años, China ha luchado para impedir el influjo cultural extranjero y este esfuerzo se ha intensificado desde que Xi Jinping se convirtió en presidente en el año 2012, momento en el que prometió promover lo que él denomina «el Sueño de China». Xi ha declarado que  las universidades chinas se tienen que convertir en bastiones del Partido Comunista mientras que el ministro de Educación Yuan Guiren ha alertado de que «las fuerzas enemigas» están intentando infiltrarse en las mentes y corazones de los campus del país.

La autoridad editorial estatal contó en the South China Morning Post que el veto a ciertos libros había sido transmitido oralmente y estaba «dirigido a hacer que las ideas de los ciudadanos se ajustasen al dogma del Partido Comunista». Sin embargo, existen dudas sobre si Pekín será capaz de cumplir el mandato con éxito.

«No me puedo imaginar que esta restricción se haga realidad, llevarla a cabo es muy complicado, y además tampoco tiene ningún beneficio en absoluto para la gente o para el país», asegura un editor chino en the Financial Times. En estos momentos hay seis títulos extranjeros en la lista de lo más vendido en la web de Amazon china, entre los que se incluye Harry Potter o Adivina cuánto te quiero de Sam McBratney.

Fuente: http://www.eldiario.es/theguardian/China-Peppa-Pig-Winnie-Pooh_0_621888832.html

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Alemania: Germany’s Latest Best Seller? A Critical Version of ‘Mein Kampf’

Alemania/Enero  de 2017/Autora: Melissa Eddy/Fuente:The New York Times

RESUMEN: La portada de dos volúmenes de una versión meticulosamente anotada históricamente de «Mein Kampf» de Adolf Hitler fue una de las obras más vendidas de no ficción de Alemania el año pasado, dijo su editor el martes, anunciando que sacaría una sexta carrera al final de el mes. La nueva versión, «Hitler, Mein Kampf, una edición crítica», se pasó 35 semanas en la lista de best-sellers de Der Spiegel y vendió unas 85.000 copias, según el Institute of Contemporary Historia en Munich. El éxito de la versión crítica y anotada era una prueba de que el intento de un equipo de historiadores de anotar, criticar y contextualizar el trabajo original muy criticado valió la pena. El proyecto había sido planeado para seguir la expiración a finales de 2015 de un copyright de 70 años de propiedad del Estado de Baviera y suscitó controversia durante los tres años que llevó a completa.

The dual-volume doorstop of a meticulously historically annotated version of Adolf Hitler’s “Mein Kampf” was one of Germany’s best-selling works of nonfiction last year, its publisher said on Tuesday, announcing that it would bring out a sixth run at the end of the month.

Originally published in the 1920s and banned for seven decades in Germany, the new version, “Hitler, Mein Kampf, A Critical Edition,” spent 35 weeks on Der Spiegel’s best-seller list and sold about 85,000 copies, according to the Institute of Contemporary History in Munich.

The success of the critical and annotated version, it said, was proof that the attempt by a team of historians to annotate, criticize and contextualize the original much-reviled work was worth it. The project had been planned to follow the expiration at the end of 2015 of a 70-year copyright held by the state of Bavaria and stirred controversy during the three years it took to complete.

“We are very happy that the ambitious bridge between fundamental academic work and historical-political explanation appears to have succeeded,” said Andreas Wirsching, the institute’s director.

Mr. Wirsching said that publication of the work spurred more than five dozen discussions at museums, memorial sites, schools and churches examining the edition, which included 3,500 critical, historical annotations to the original, and showed the level of public interest and countered fears it would fuel neo-Nazi sentiment.

“On the contrary, the discussions about Hitler’s worldview and dealing with his propaganda presented an opportunity — at a time when authoritarian political beliefs and far-right slogans are again gaining in popularity — to re-examine the ominous roots and results of such totalitarian ideologies,” Mr. Wirsching said.

The decision to bring out a new edition of a work that advocated an Aryan “master race” provoked fierce debate before publication. One side argued the new work was an important step toward illuminating an unsavory era in Germany. The other insisted it would only encourage nationalists and xenophobes at a time when the country was engulfed in its own debate about refugees and the threat posed by foreigners.

Because most orders are handled through booksellers, the institute said it had been unable to compile statistics on exactly who had bought the 2,000-page edition. But based on reporting by German regional and local newspapers, the buyers do not appear to be far-right extremists or other radicals, it said.

“By and large it appears to be customers who are generally interested in politics and history, as well as people who are active in political education, such as teachers,” the institute said in a statement.

Despite more than 30 queries for translation rights, the institute said it planned to bring out editions only in English and French.

The Nazi leader’s manifesto, which first appeared as two volumes in 1925 and 1927, was banned in Germany by the Allies in 1945 and had not been officially published in the country until the annotated edition was brought out last year.

Also last year, a Leipzig-based publisher of right-wing books began selling a reprint of Hitler’s original work, leading state prosecutors in Leipzig and in Bamberg to begin separate investigations into whether they could press charges for violating laws forbidding propaganda.

Prosecutors could not immediately be reached for comment on Tuesday, but the publisher, Der Schelm, was advertising a second edition of its publication on its website.

Fuente: http://www.nytimes.com/2017/01/03/world/europe/germanys-latest-best-seller-a-critical-version-of-mein-kampf.html?_r=0

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Kreisel: El inmisericorde toma y dame del capitalismo con los niños

Por: Alberto Aranguibel B.

En la sociedad capitalista, desideologizada como es, existe la creencia de que el quehacer humano estaría determinado por el carácter o la vocación de quienes llevan adelante cualquier actividad.

Los curas, por ejemplo, suelen ser vistos como personas de carácter mesurado y habla amorosa, porque la religión es supuestamente el compendio de la pureza del Ser supremo que veneran.

De ahí la creencia en las sociedades contemporáneas de que un empresario cuya área de negocios sea la de juguetes, deba ser una persona movida indefectiblemente por los más nobles sentimientos de amor hacia los niños.

Walt Disney, cuya trascendental obra dirigida especialmente a los niños lo convirtió en el más emblemático ícono de la bondad sobre la tierra, se erigió a la larga en la referencia del mundo capitalista que mejor expresó la fórmula de hacer negocios milmillonarios explotando sin el más mínimo pudor la sensibilidad del ser humano hacia los más pequeños.

Disney logró ser la persona cuyo trabajo en el ámbito cinematográfico ha sido reconocido más que ningún otro hasta hoy con el prestigioso Premio Oscar. Sus películas forman parte del acervo cultural del mundo entero desde hace casi un siglo; con ellas se ha construido el ideario del cuento infantil animado en todos los rincones del planeta.

La noción de diversión y entretenimiento que hoy en día tiene la humanidad, pasa indefectiblemente por el modelo de parque temático concebido y llevado a cabo por Disney con Disneyland (California, Estados Unidos) y Disney World (Florida, EEUU), bases de la más poderosa corporación del mundo en la creación y mercadeo de productos de consumo masivo para niños.

Pero el famoso magnate del entretenimiento, fallecido a causa de un cáncer de pulmón en 1966, era en realidad uno de los seres más aborrecibles que pueda recordar la humanidad desde los tiempos de Atila.

Desde siempre Disney fue un miserable explotador que erigió su gran fortuna a costa de escamotear el trabajo de auténticos artistas del dibujo animado, entre ellos Ub Iwerks, creador del ratón Mickey que Disney se atribuyó como creación propia hasta su muerte.

El desprecio del tacaño empresario hacia los trabajadores llegaba a extremos de lo indecible, no solo impidiéndoles las posibilidades de agruparse en sindicato (lo cual hizo durante mucho tiempo hasta que las leyes y la presión social lo hicieron ceder) sino negándoles incluso la sola mención en los créditos de las películas que producía.

Para esconder ante los tribunales su vocación explotadora, Disney argumentaba que los sindicalistas eran “simples comunistas tratando de acabar con la democracia estadounidense”, razón que le granjeaba no solo una mayor simpatía entre la gente sino que le hacía ganar cada vez más dinero, porque esa posición procapitalista le aseguraba el financiamiento fácil de los grandes bancos de EEUU y le permitía obtener los jugosos contratos que obtuvo para la producción de la propaganda que el Ejército de Estados Unidos requería para avanzar con su empeño genocida por el mundo durante la II Guerra Mundial.

Contrario a lo que piensa la mayoría de la gente, Disney no le debió nunca su gigantesca fortuna al éxito de los personajes que sus dibujantes crearon y que él presentó al mundo como suyos, sino a los creados por Lewis Carroll y los hermanos Grimm, entre muchos otros grandes creadores de cuentos infantiles, a los que Disney no les pagó jamás ni un centavo por derechos de autor apoyándose en las superficiales modificaciones que hacía a las historias originales que plagiaba para así hacerlas aparecer como propias.

Todo, absolutamente todo lo que hizo Disney como empresario, estuvo cimentado en la más perfecta y salvaje lógica capitalista. Pero no es solo esa condición la que determina su carácter aborrecible.

Como hombre de derecha que era, apoyó el crecimiento de su empresa ya no solo en su condición de fervoroso militante del Partido Republicano, sino como funcionario encubierto de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), tal como lo han revelado diversos documentos que evidencian sus actividades desde 1940 como agente de contacto especial (Special Agente Contact) para ese organismo, por órdenes directas de John Edgar Hoover, brazo ejecutor de la razia fascista del macartismo anticomunista en Estados Unidos.

Aquel “noble buen hombre” que siempre aparentó ser, preocupado exclusivamente por la felicidad de los niños, no fue nunca sino un capitalista perverso y ruin, que llegaba a la peor vileza incluso contra sus propios colaboradores en la búsqueda de acumular cada vez más dinero.

La indecible inmoralidad de ofrecer felicidad a los niños a cambio de cualquier fortuna mal habida está reñida hasta con la palabra de Dios.

Eso es lo que no entienden (o no les da la gana de entender) quienes hoy elevan su más airada protesta en contra del procedimiento de incautación y decomiso por parte de los organismos del Gobierno Bolivariano que velan por los intereses del consumidor venezolano, de los más de 4 millones de juguetes que la empresa Kreisel mantenía ocultos desde el año 2009 en sus galpones de varias ciudades del país.

Los juguetes, adquiridos con divisas preferenciales por esos delincuentes, son presentados por los líderes de la oposición venezolana (y por cientos de seguidores de la MUD a través de las redes sociales) como objeto de “un robo al trabajo honesto de un noble y esforzado empresario venezolano”, como dicen ellos que son los empresarios que juegan con su empresa a la quiebra económica del país para asaltar el poder y reinstaurar el neoliberalismo en Venezuela.

El propósito de la empresa Kreisel no es otro que el de la especulación para obtener beneficios incalculables, en el marco de una acción contra los consumidores que busca hacerles estallar de ira contra el gobierno.

Nada puede ser más inhumano y cruel que provocar el sufrimiento intencional a los niños para obtener un beneficio económico y ejercer a la vez una acción política que acabe con el derecho de esos pequeños, y de la sociedad toda, a disfrutar de la vida en paz y en armonía, sin las presiones delirantes de quienes con su guerra económica contra el pueblo promueven la convulsión social como medio para hacerse del poder.

Esconder 4 millones de juguetes en temporada de Navidad es la contravención incluso de los mismos principios del capitalismo que dicen promover la Noche Buena como la fecha más hermosa y auspiciosa de la humanidad, y que el mercado neoliberal usa en realidad como hipócrita escenografía para tratar de ocultar la pobreza que el propio capital genera a lo largo del mundo.

Pero nada de extraño hay en todo este acontecimiento.

En los locales de esa empresa estafadora y criminal se está ejerciendo simplemente una filosofía que se opone a la concepción humanista que inspira a la mayoría de la población venezolana.

Se trata de la insalvable confrontación del capitalismo y su perversa forma de actuar en la sociedad, frente a un socialismo fundado en la más clara e inequívoca idea de justicia e igualdad social.

No es para nada la persecución del gobierno del presidente Nicolás Maduro contra el empresariado, ni la individual actuación canallesca del miserable dueño de la empresa Kreisel contra el pueblo venezolano.

En la Venezuela revolucionaria de hoy esa lógica de un capitalismo al mejor estilo de Walt Disney, que se presenta como bondadoso cuando en realidad su credo y su práctica es la del asaltante, ya no funciona.

No funciona porque el pueblo está consciente del carácter criminal de esos usureros que buscan quebrar al país para asaltarlo, y sabe que sus autoridades, en apego estricto a la ley y en defensa del pueblo, aplicarán siempre la justicia que corresponde para que tal miseria no prospere nunca jamás en nuestro suelo.

Fuente: http://www.correodelorinoco.gob.ve/nacionales/kreisel-inmisericorde-toma-y-dame-capitalismo-ninos-opinion/

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