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La contrarrevolución educativa en Francia

“Cualquiera que haya enseñado, ya sea grande o pequeño, oficial o no oficial es, en parte, responsable del estado intelectual y moral que ha contribuido a la derrota, incluso, inconscientemente”[1]. Para Pétain y los pétainistas la escuela era responsable de la desmoralización y la derrota de Francia. Acusaban a los maestros de estar infectados por el comunismo, el pacifismo y el internacionalismo. De ahí que la primera medida del régimen de Vichy, consistiera en romper con la política educativa de la III República y en implementar otra, basada en la defensa del nacionalismo, la disciplina, la tradición, el elitismo, la autoridad y la religión católica, con la ayuda de la familia, la Iglesia, la escuela y otras instituciones.

El pasado 7 de julio, estuvimos a punto de revivir ese proyecto reaccionario y autoritario. El Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Lepen y Jordan Bardella junto a sus aliados alcanzaron un nuevo récord histórico en las elecciones legislativas, al conseguir 143 escaños. La victoria in extremis del Nuevo Frente Popular (NFP), el alivio posterior, la derechización del arco político, los miedos y las carencias de la V República nos llevan a preguntarnos si esa ajustada victoria no es más que una prórroga hasta las próximas elecciones presidenciales de 2027 y cuál es el papel de la escuela en este período crucial.

La sociología electoral

Las últimas encuestas confirman el aumento progresivo del voto femenino, del profesorado y de las clases trabajadoras a la extrema derecha. Esta ha conseguido fidelizar y ampliar su base electoral hasta llegar a los diez millones de votantes. Las causas son múltiples, tanto ideológicas como estructurales (principalmente, la adscripción al supremacismo blanco y la precarización del empleo), entre las que no hay que perder de vista la cuestión escolar. Una parte importante del electorado lepenista tiene una relación conflictiva con la escuela y cuenta con poca titulación. El 49% de los votantes del RN en las pasadas elecciones tiene un nivel de estudios inferior al bachillerato[2]. Ahora bien, como indica Anasse Kazib, sindicalista y miembro de Revolución Permanente, eso no significa que haya una correlación entre titulación y voto a la extrema derecha: “Una parte importante de los trabajadores vota al RN, cuando, antes, la misma gente votaba masivamente a la izquierda. Sin embargo, hace 30 o 40 años no tenían más titulaciones que ahora. Si no leemos el resultado a la luz del peso de los discursos y las políticas racistas, el papel del macronismo, del autoritarismo ambiental, el peso de las derrotas sindicales, las traiciones a las clases trabajadoras durante 40 años, no podremos entender la situación y, menos aún, lo que constituyen las bases materiales de la extrema derecha”[3].

En cambio, lo que sí podemos afirmar es que la falta de capital escolar provoca una inestabilidad y precariedad laborales que, a su vez, provocan un sentimiento de pesimismo y malestar. Y esto es lo que ha sabido capitalizar la extrema derecha[4]. Por otro lado, las políticas neoliberales han evidenciado que la meritocracia, en entornos escolares, no es más que un mito[5]. Al contrario de lo que afirma la propaganda neoliberal, la escuela no promueve la igualdad de oportunidades, sino que desempeña un papel importante en la perpetuación de privilegios y dominaciones, tanto de clase como de raza. Uno de los mecanismos habituales de la reproducción social consiste en responsabilizar a las víctimas de las desigualdades sociales, en lugar de señalar las causas estructurales. Si el alumnado, principalmente no blanco y de clase trabajadora, no obtiene buenos resultados o no accede a estudios superiores es porque no se esfuerza lo suficiente o porque no dispone de las capacidades intelectuales que se requieren. Los discursos meritocráticos se apoyan, además, en las tesis culturalistas, tanto de la extrema derecha identitaria, como de la izquierda caviar paternalista. Se obvia, así, lo que el propio sistema escolar produce política y socialmente y, de manera circular, cómo reproduce las relaciones raciales y clasistas existentes.

Otro de los datos importantes de las últimas elecciones es que ha desaparecido la diferencia, según el género, en el voto a la extrema derecha[6]. Tanto los hombres como las mujeres votan por igual a la extrema derecha, lo que desmota la idea de que, actualmente, las mujeres constituyan una fuerza política que permita frenar su avance. El voto femenino a la extrema derecha tiene múltiples causas, entre otras, la precarización de los trabajos femeninos y el hecho de que el RN esté liderado por una mujer. La aparición del partido Reconquista, de Eric Zemmour, ha contribuido al lavado de imagen de la formación al presentarse como una versión más radical. Otra de las explicaciones posibles es que las preocupaciones en torno a la educación de los hijos e hijas, en una sociedad en la que prima el “individualismo social”, siguen recayendo, mayoritariamente, en las mujeres. Estas preocupaciones tienen que ver con la degradación de la oferta escolar pública, lo que conlleva una búsqueda de soluciones en la enseñanza privada al ser percibida como más segura y de mayor calidad. Como indica Félicien Faury, “El desclasamiento social de las escuelas públicas es, pues, más visible en tanto en cuanto se percibe racialmente y es más difícil detenerlo, en tanto en cuanto esta percepción refuerza, de manera circular, las estrategias de evitación de las familias blancas”[7].

Un último dato, no menos relevante, es que el profesorado, que forma un bastión histórico de la izquierda, ha empezado a ceder. El voto a la extrema derecha sigue siendo minoritario. No obstante, ha dejado de ser un hecho excepcional. Sin duda, la instrumentalización por parte del macronismo y la extrema derecha de los atentados contra los profesores Samuel Patty (2020) y Dominique Bernard (2023) han supuesto un punto de inflexión. Esta última ha llegado a hablar de un supuesto efecto boomerang, según el cual “los profesores sufren de lleno la hidra islamista que ellos mismos han creado”[8].

Por otro lado, el aumento progresivo del voto a la extrema derecha entre el profesorado, así como la permeabilización de sus tesis, no pueden entenderse sin tener en cuenta el papel fascistizador que han desempeñado la socialdemocracia y el macronismo. Como la propia Marine Lepen declarara en 2017, las propuestas del ex ministro macronista de Educación, Jean-Michel Blanquer, representaron “una victoria ideológica” pero, también “política” para su formación, ya que muchas de ellas ya estaban en su programa presidencial[9].

El programa electoral del Reagrupamiento Nacional

El programa del RN para la escuela, elaborado por el diputado lepenista Roger Chudeau, tiene un aire de déjà vu. Dos lustros de macronismo han ido allanando el terreno, no solo en relación al currículo, los enfoques y la organización interna sino, principalmente, a través de la progresiva proletarización del profesorado y su desclasamiento, el desprecio por los sindicatos y la lógica gerencial de la escuela[10].

Al igual que el macronismo, el RN defiende una escuela “asimilacionista” como respuesta frente al “entrismo del islam político”, “el gran reemplazo” y “el choque de civilizaciones”. Ahora bien, los disturbios en las banlieues han puesto de manifiesto que tener la nacionalidad francesa, estar escolarizada en Francia y adquirir todos los códigos culturales franceses no es suficiente para que la población no blanca sea considerada francesa de pleno derecho, ya que, “ser francés” debe negociarse constantemente. El RN no busca, por tanto, ninguna “pacificación” ni “integración”. Sabe que el asimilacionismo es un modelo fallido. Desde hace años, hay una fuga de cerebros de diplomados universitarios musulmanes[11]. Su objetivo no es otro que someter y segregar a las clases populares, a falta de poder expulsarlas del territorio nacional. Debemos entender, en esa lógica, la apuesta por la destrucción del colegio “único” y la propuesta del encierro del alumnado “conflictivo” en centros especializados, así como la acusación contra las madres y padres del alumnado no blanco de ser los responsables de la degradación de la escuela pública por educar de forma “defectuosa” a sus hijos e hijas. Para “enderezar” la escuela, defiende la vuelta a los valores tradicionales, la disciplina y la autoridad, la educación y la moral patriótica, y el refuerzo de la formación profesional y de las formaciones técnicas, en general, en continuidad con la lógica de la destrucción del colegio “único”.

Por otro lado, las pequeñas muestras de supuesta renovación, como la propuesta del desdoblamiento de las clases en infantil y primaria, en realidad, son concesiones a costa de recortes que afectarán, principalmente, a las clases populares, ya que este se financiará mediante la supresión de la REP+ (Red de Educación Prioritaria Reforzada).

Todo ello solo será posible con la colaboración del profesorado, que ya ha sido previamente proletarizado por el neoliberalismo. Para asegurarse de ello, aplicará una política de depuración contra quienes se opongan a las prescripciones segregacionistas y reaccionarias.

No es necesario ser de extrema derecha para llevar a cabo políticas de extrema derecha

Volviendo al contexto de las recientes elecciones legislativas, la izquierda, en general, y el Nuevo Frente Popular, en concreto, han apelado a la ya “clásica” necesidad de formar un cordón sanitario contra la extrema derecha a la hora de movilizar al electorado. Sin embargo, es necesario problematizar la idea de que está “a las puertas del poder”, cuando, en realidad, el macronismo lleva tiempo implementando políticas de extrema derecha, tanto en el ámbito escolar, como en las cuestiones migratorias. Tampoco debemos olvidar el papel facilitador que ha desempeñado el Partido Socialista. Durante el mandato de François Hollande y Manuel Valls se aprobó la ley Cazeneuve de 2017 que flexibiliza el uso de armas por parte de la policía, se deportó a personas gitanas[12] y defendieron la inscripción en la Constitución de la retirada de la nacionalidad francesa de las personas binacionales acusadas de cometer un acto terrorista. Así mismo, el RN ocupaba 89 escaños en la Asamblea Nacional (143, en la actualidad), por lo que, aunque nunca ha gobernado, ya tenía una presencia importante en las instituciones, además de llevar años marcando sus temas predilectos y su agenda al resto de partidos políticos.

La política educativa del ex ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, entre 2017 y 2022, que se prolongará con los sucesivos ministros macronistas, se ha caracterizado por dos aspectos principales: por un lado, la voluntad de transformar la escuela y proletarizar al profesorado, siguiendo el modelo empresarial. Para ello, ha impuesto unas reformas escolares muy impopulares, mediante la represión violenta del profesorado y del alumnado[13]. El sistema de competencia entre los diferentes centros educativos ha tenido, como consecuencia, la segregación social, tal y como indican los Índices de Posición Social (IPS) de las escuelas y colegios franceses[14]. Por otro lado, la instrumentalización y el monopolio del concepto de “laicidad” y “valores republicanos”, se ha utilizado como coartada para justificar la represión y el castigo contra el alumnado árabe, negro y musulmán, en el marco de la lucha contra el “entrismo del islam político” en la escuela y contra el “islamoizquierdismo” de la universidad[15].

Por su parte, la primera medida que tomó Gabriel Attal, como ministro de Educación, fue prohibir el uso de las “abayas” en la escuela, lo que sobredimensionó la cuestión de la vestimenta de las alumnas musulmanas y, por extensión, volvió a estigmatizar y criminalizar a toda la población musulmana. Cabe recordar que el hiyab está prohibido en la escuela pública desde 2004. A cambio de que las instituciones musulmanas interlocutoras con el Estado lo aceptaran, Nicolas Sarkozy, por aquel entonces ministro de Interior, prometió que facilitaría la apertura de escuelas privadas musulmanas. Sin embargo, no solo no se cumplió sino que, a partir de la ley contra los separatismos de 2021, ya bajo mandato macronista, se ha multiplicado el cierre de mezquitas, escuelas y asociaciones musulmanas, en una suerte de macartismo.

Otra de las medidas de Gabriel Attal fue la creación del Servicio Nacional Universal (SNU), obligatorio para los jóvenes de 15 a 17 años, como una forma de militarizar a la juventud.

Por último, entre las propuestas recientes del partido Renacimiento de Macron, idénticas al programa del RN, están el uso del uniforme, la repetición de curso y la creación de grupos por nivel, que tendrá unas consecuencias nefastas para el alumnado no blanco, debido a los sesgos racistas en la orientación (por ejemplo, entre estudiar bachillerato o formación profesional) y cada vez que se alcanza una etapa educativa, como ocurre al pasar del colegio al instituto. Según el sociólogo Mathieu Ichou, “la desigualdad escolar que sufre cierto alumnado racializado se debe a los procedimientos de orientación que permiten la exclusión de una parte de la población escolar cuando cumple dieciséis años”[16] y, también, tiene que ver con la segregación espacial y residencial, al concentrarlo en centros escolares públicos considerados como “problemáticos”. Así, para este alumnado, “la experiencia escolar no corrige en absoluto las discriminaciones que puedan sufrir sus padres en el mercado laboral, en el acceso a la vivienda o en otros ámbitos, sino que se añade [a estos lugares de discriminación]”[17].

Vemos, pues, que el proyecto educativo del neoliberalismo autoritario y del nacionalismo identitario convergen al considerar que el igualitarismo y la democratización de la escuela son “enemigos del servicio público”[18].

El pueblo, unido, jamás será vencido

Las acusaciones de “entrismo”, comunitarismo e “islamoizquierdismo” en la escuela no deben ser entendidas, exclusivamente, desde un punto de vista instrumental, al servicio de la destrucción de la escuela pública, sino, sobre todo, como la expresión de la ideología racista e identitaria del supremacismo blanco, funcional al capitalismo. La extrema derecha ha sabido capitalizar el descontento que ha provocado este desmantelamiento. Por su parte, como afirma Frédéric Lordon, “la socialdemocracia se ha convertido en un factor de fascistización cuando sus condiciones de ejercicio han desaparecido. El rechazo al enfrentamiento, el partido del apaciguamiento o el gobierno de la ternura están destinados a acabar objetivamente como colaboradores del único apaciguamiento que conoce el orden burgués: el apaciguamiento burgués”[19]. Así, la extrema derecha se ha erigido en la nueva Juana de Arco que promete “enderezar” la escuela, avanzadilla de la ideología identitaria, a base de orden y disciplina. El control por las políticas educativas se inserta, pues, de lleno en la batalla cultural.

Ante este panorama y la prórroga que ha supuesto la elección del NFP hasta las próximas elecciones municipales (2026) y presidenciales (2027), no queda otra que formar un bloque revolucionario, liderado por los movimientos sociales, que presione a los partidos de izquierdas para que defiendan unas políticas antirracistas, anticapitalistas, antiimperialistas, anticoloniales y antipatriarcales. En el ámbito escolar, es necesario implementar pedagogías antirracistas y luchar por la autonomía de los sindicatos, como herramientas clave para terminar con la reproducción de la jerarquía social y racial. La escuela debe ser un espacio de resistencia que consiga frenar la captación ideológica tanto neoliberal como identitaria.

Ahora bien, aunque las luchas sectoriales son necesarias, debemos ir más allá, por no ser lo suficientemente determinantes a la hora de poner en jaque al sistema racista-capitalista. Frédéric Lordon propone llevar a cabo un bloqueo logístico, una huelga general, es decir, atacar donde más duele para romper “la fusión monstruosa del Estado y el capital”.

En definitiva, debemos iniciar una revolución social que tendrá como efecto una revolución educativa y pedagógica. Esta última permitirá, a su vez, que la primera perdure en el tiempo.

6/08/2024

Natalia Andújar es profesora titular de educación secundaria y bachillerato y militante antirracista

[1] Paul Crouzet, La vraie Révolution nationale dans l’Instruction publique, Privat-Didier (Cuadernos violetas), 1941, p. 5.

[2] https://www.ipsos.com/fr-fr/europeennes-2024/sociologie-des-electorats-2024

[3] https://x.com/AnasseKazib/status/1807753122917339536

[4] Nota del Observatorio de Bienestar n° 2017-02 : Bienestar y voto Note de l’Observatoire du Bien être n°2017 – 02 : Bien-être et vote | CEPREMAP

[5] Grégory Chambat, Quand l’extrême droite rêve de faire école. Une bataille culturelle et sociale, Editions du Croquant, 2023.

[6] https://www.ipsos.com/fr-fr/europeennes-2024/sociologie-des-electorats-2024

[7] Félicien Faury, Des électeurs ordinaires. Enquête sur la normalisation de l’extrême droite, Editions du Seuil, 2023, p. 56

[8] Laure Lavalette, “La islamización de la escuela” https://rassemblementnational.fr/tribunes-libres/lislamisation-de-lecole

[9] Education: pour le FN les propositions du ministre sont une «victoire» – Public Sénat (publicsenat.fr)

[10] Frédéric Grimaud, Enseignants, les nouveaux prolétaires. Le taylorisme à l’école, ESF Sciences humaines, 2024

[11] Olivier Esteves, Alice Picard y Julien Talpin, La France, tu l’aimes, mais tu la quittes. Enquête sur la diaspora française musulmane, Editions du Seuil, 2024

[12] La deportación de la alumna gitana, Leonarda Dibrani, tuvo un impacto importante en la ley de inmigración y asilo https://www.mediapart.fr/es/journal/france/171013/la-deportacion-de-leonarda-fractura-la-izquierda-francesa

[13] Página web del colectivo del profesorado reprimido https://collectifdesreprimees.fr . Durante las manifestaciones contra la reforma del bachillerato de 2018, la policía detuvo a alumnado de Mantes-la-Jolie (en la banlieue de París), increpándole: “Así se porta bien una clase”, mientras estaba maniatado y de rodillas. Este caso fue muy  mediatizado, en un contexto más amplio de protestas de los chalecos amarillos, debido al peligro que suponía para la burguesía blanca la convergencia de luchas de las banlieues con las clases populares blancas https://www.youtube.com/watch?v=TnOwLMdYBDs

[14] https://www.data.gouv.fr/fr/datasets/indices-de-position-sociale-dans-les-ecoles-a-partir-de-2022/

[15]  El Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS) ha desmontado el concepto de “islamoizquierdismo” en la universidad https://www.cnrs.fr/fr/presse/l-islamogauchisme-nest-pas-une-realite-scientifique

[16] Melissa Pandor-Margulis, « Inégalités scolaires : race ou classe ? », in Entrer en pédagogie antiraciste. D’une lutte syndicale à des pratiques émancipatrices, Shed publishing, 2023, p. 224

[17] Ibídem, p. 225

[18] Declaraciones de Jean-Michel Blanquer (2017) : “El enemigo del servicio público es el igualitarismo” https://www.lejdd.fr/Politique/jean-michel-blanquer-au-jdd-lennemi-cest-legalitarisme-3395378

[19] Intervención de Frédéric Lordon, “Balance y estrategia después de la victoria del NFP. ¿Qué hacer?”, 17 de julio de 2024 https://www.youtube.com/watch?v=cEP6FtifSfA

*»El 6 de diciembre de 2018, fueron arrestadas, en Mantes-la-Jolie, 153 personas, en su mayoría, alumnado de secundaria, que protestaban contra la reforma educativa. Imagen: @obs_violences»

Fuente: https://vientosur.info/la-contrarrevolucion-educativa-en-francia/

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Cuba: ¿una contrarrevolución?

En los últimos días mucho se ha hablado de Cuba. Por diferentes medios circulan noticias sobre la Isla. Nos hemos enterado de manifestaciones y de actos violentos.

A falta de información veraz, se difunde por redes una campaña con mentiras para contrarrestar «la culpa del bloqueo», con argumentos simplones como que hay dinero para las tiendas en dólares, pero no para el pueblo común que no maneja divisas (Rangel, 2021)

En calles y plazas de las distintas localidades de la República de Cuba  hay movilizaciones en apoyo a la Revolución y el Socialismo.

No obstante, una  campaña de fake news también circulan por diferentes redes sociales.

 

En ese sentido, Díaz-Canel afirmó “que la difusión de mentiras sobre el país no es causada por errores o casualidades, sino que es calculada y cumple con los manuales del Estado norteamericano para intervenir mediante tácticas de guerra no convencional” (Indymedia, 2021)

 

 ¿Qué está pasando en Cuba y qué intervención tiene Estados Unidos en todo ello?

 

En Otras Voces  en Educación publicamos distintas miradas sobre lo que está pasando en Cuba, en esta ocasión, les compartimos un video del Dr. Miguel Erasmo Zaldívar Carrillo,  para  seguir ampliando la información al respecto:

 

 

Referencias:

Indymedia. (17 de 07 de 2021). Indymedia Argentina. Recuperado el 18 de 07 de 2021, de https://argentina.indymedia.org/2021/07/17/masivas-movilizaciones-este-sabado-en-cuba-en-defensa-de-la-revolucion-y-el-socialismo/

Rangel, Á. V. (17 de 07 de 2021). Surysur/CLAE. Recuperado el 18 de 07 de 2021, de http://www.surysur.net/autor/alvaro-verzi-rangel-clae/

 

Fuente del video:  Canal de YouTube de Miguel Erasmo Zaldivar Carrillo

 

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¿Filantropía o mercenarismo? Legionarios de Goliat (II)

Por: Ernesto Limia Díaz

En su nota publicada en El Toque, Laura Tedesco y Rut Diamint siguen los consejos de Richard Youngs y a codazo limpio tratan de eludir el tema del financiamiento que han recibido de Open Society y de otras instituciones que a su vez son subcontratadas por los contratistas de la NED y la Usaid.

Fue con dinero de Open Society que entre 2009 y 2012 realizaron un trabajo de investigación sobre líderes políticos en Argentina, Colombia, Ecuador, Uruguay y Venezuela. Se entrevistaron con 285 políticos, incluidos expresidentes, exvicepresidentes, vicepresidentes en ejercicio, alcaldes, alcaldesas, diputados, senadores, líderes de partidos políticos, periodistas y dirigentes sindicalistas. Los resultados les permitieron publicar en 2015 en Londres un libro panfletario en el que todos los dirigentes más radicales del progresismo, a pesar de haber llegado a la presidencia en elecciones democráticas, son “conceptuados” de usurpadores. No escapa ninguno: Néstor Kirchner y Cristina Fernández, Rafael Correa y Hugo Chávez; a Nicolás Maduro le suben la parada y lo tachan de “dictador”.

El trabajo de investigación sobre líderes políticos en Argentina, Colombia, Ecuador, Uruguay y Venezuela, realizado con dinero de Open Society, les permitió publicar un libro panfletario donde los dirigentes más radicales del progresismo son “conceptuados” de usurpadores. Fotos: Archivo.

Ya estaban preparadas para empeños mayores y recibieron fondos para el proyecto “Diálogos sobre Cuba”. Desde 2016 han estado cuatro veces en la Isla y visitaron La Habana, Cienfuegos y Santa Clara; a su vez, en 2016 y 2018 asistieron a las conferencias anuales del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI) Raúl Roa García. Todavía les quedó suficiente dinero para organizar conferencias en Buenos Aires, Miami y Madrid, en el camino trazado para agilizar eso que nuestros adversarios han dado en llamar la “transición democrática” —o sea, el regreso de Cuba al capitalismo—. No hablan del origen de esos fondos; pero los resultados de sus trabajos salen demasiado a menudo en Open Democracy y Nueva Sociedad —revista de la Fundación Friedrich Ebert, vieja tapadera de la CIA y la NED—.

En la referida nota intentan velar sus propósitos, o —para ser más exactos— el de sus contratistas: “No promovemos el aniquilamiento, sino el diálogo, la reconciliación aun en escenarios complejos”, dicen. ¿Les habrán preguntado a Marco Rubio y a la ultraderecha de la Florida si aspiran a algún tipo de reconciliación? No creo que batistianos y neofascistas piensen en ello, pero la esencia de lo que sí piensan estas dos legionarias que pretenden dar lecciones queda expuesta en breves líneas de su texto: “¿A qué le tienen miedo? Sabemos que la pérdida del statu quo va a significar la desaparición de los privilegios para algunos, eso es una revolución viva. Esta revolución moribunda, como es evidente, solo sirve a unos pocos” (Tedesco y Diamint, 2021). O sea, la nuestra es una “revolución moribunda” que “solo sirve a unos pocos”. Ellas trabajan para hacer la que aprendieron con Richard Youngs: la de “colores”.

Laura Tedesco y Rut Diamint mienten cuando esgrimen que sus conferencias en Miami, Buenos Aires y Madrid —en medio de la arremetida de la administración Trump— son para debatir el rol de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y no persiguen el interés de aniquilarlas en el plano simbólico. Algunas de sus publicaciones previas al evento muestran lo contrario.

“¿Les habrán preguntado a Marco Rubio y a la ultraderecha de la Florida si aspiran a algún tipo de reconciliación? No creo que batistianos y neofascistas piensen en ello”.

“De militares a gerentes. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias en Cuba” (Nueva Sociedad, no. 278, noviembre-diciembre, 2018)

Tanto en su rol militar como económico, los miembros de las FAR han sido el ángel custodio de la Revolución. Como tal, se han mantenido invisibles, fieles a los hermanos Castro y al imaginario revolucionario, dispuestos a servir tanto en misiones internacionales como en la agricultura cubana o detrás de escritorios de empresas turísticas.

[…] hay preguntas que son importantes en la Cuba actual: en un contexto en el que la amenaza de invasión estadounidense se desdibuja, ¿cuál es el rol de las FAR? Por varias razones, a los gobernantes cubanos, incluyendo al actual presidente Díaz-Canel, les conviene seguir viviendo en el enfrentamiento de la Guerra Fría. En varios sentidos, la Revolución Cubana, especialmente su ala más conservadora, está más cómoda con Donald Trump en la Casa Blanca que con Barack Obama. Este statu quo evita la incertidumbre del cambio.

Hay una contradicción que vale la pena resaltar. Los mismos militares que siguen pensando el mundo desde la lógica de la Guerra Fría se han reconvertido en empresarios que negocian con extranjeros. Su rol para defender la Revolución es, actualmente, asegurar la entrada de divisas. Han aceptado una apertura controlada en lo económico, pero en lo político y en lo militar su pensamiento histórico sigue intacto.

La ausencia de Fidel y un Raúl octogenario abren muchos interrogantes sobre el rumbo futuro de la fidelidad de los miembros de las FAR, la forma de resolver las diferencias entre “fidelistas” y “raulistas” o qué condiciones impulsarán a las FAR a ser agentes de cambio u obstáculos para las transformaciones que proponga el gobierno de Díaz-Canel.

[…]

Las FAR siguen inmersas en la Guerra Fría tanto en sus doctrinas como en su armamento y su manera de entender el mundo. Por razones estratégicas, la mayoría de sus integrantes no habla con extranjeros y solo se relaciona con cubanos para repetir las glorias de los primeros años de la Revolución. No publican su presupuesto, ni cifras de personal. No hay estadísticas. Ni fotos. No son visibles. Y el analista que intenta estudiarlas termina preguntándose si realmente existen hoy unas FAR o simplemente hay un grupo de hombres y mujeres con entrenamiento militar que cumplen funciones en el terreno económico en un país un tanto a la deriva, estancado y cada vez más solo.

“Cuba ¿final a la deriva?” (Open Democracy, 2 de mayo, 2019)

La sobrevivencia eterna de la revolución es una utopía que ni los propios generales de las FAR pueden creerse. Es posible no sepan cómo salir. Ni cómo protegerse a sí mismos en un proceso de cambio.

Díaz-Canel podría ir ya preparando su transformación a reformista o su discurso de despedida. Cuba necesita un líder que surja de las instituciones cubanas (¿quizás un miembro de las FAR, una de las instituciones más respetadas por los cubanos?), capaz de dialogar con el régimen y con los que ya están agotados del régimen. Un líder que quiera reconciliar el pasado con el futuro, que entienda e incluya a la diversidad de la sociedad cubana. Que no quiera rendirse a los pies de los Estados Unidos, pero tampoco condene a las próximas generaciones a las penurias y limitaciones del actual sistema cubano. La historia de la revolución cubana con sus luces y sombras merece, por lo que representó en la región, frente a los avances imperialistas de Estados Unidos durante la guerra fría, un final respetuoso y digno. Mientras contemplamos la larga agonía venezolana, podríamos ir aprendiendo cómo evitarla.

 “Cuba, la pandemia y las FAR” (Nueva Sociedad, julio, 2020)

Cuba se distingue de la mayoría de los países latinoamericanos porque sus Fuerzas Armadas no han estado involucradas en violaciones de derechos humanos y mantienen un alto nivel de popularidad. Sin embargo, existe una mirada crítica hacia los altos mandos de las FAR por considerarlas las dueñas de la economía [sic], especialmente por su manejo casi exclusivo del sector turístico. Las clases sociales que la Revolución intentó borrar del mapa cubano están bien determinadas en una de sus instituciones más emblemáticas: los altos mandos de las FAR se han convertido en empresarios capitalistas, y los mandos medios y bajos (aún más los soldados que realizan el servicio militar) representan al pueblo cubano. Es importante hacer esta distinción para poder descifrar las opiniones de los entrevistados y de las publicaciones oficiales e independientes sobre el rol de las Fuerzas Armadas durante esta pandemia.

[…]

Las misiones médicas que el gobierno ha enviado al exterior se confunden, a veces, con las FAR. Un artículo en France 24 recordaba que Fidel Castro aseguraba en 1998 que ningún profesional sanitario sería alfil político de su gobierno por el mundo. “Nuestros médicos no se mezclarán lo más mínimo en asuntos de política interna. Serán absolutamente respetuosos de las leyes, tradiciones y costumbres de los países donde laboren. No tienen por misión propagar ideologías”. Es difícil constatar si todos los miembros de las brigadas médicas son simultáneamente activos de las FAR. En junio pasado, un médico de la misión en Andorra, capitán del Ejército, abandonó la misión justo antes del regreso a Cuba. Se supone que ha solicitado asilo en España, pero no hay información en los medios sobre su paradero. El médico era un miembro activo de las FAR y jefe de la misión.

Aunque las medidas adoptadas en Cuba responden a una situación de emergencia y son similares a las que han acordado muchos otros países, hay un vacío legal respecto a regular la participación de las FAR, y existe una tradición del régimen de ajustar sus políticas con el auxilio de unas Fuerzas Armadas seleccionadas por su lealtad a la Revolución.

[…]

Hoy, la crudeza de la vida cotidiana hace desaparecer la energía para pensar en otras cuestiones. Lo urgente, resolver el día a día, se lleva todo por delante. Quizás por eso la COVID-19 no figura entre los titulares. Podríamos concluir que la pandemia no parece ser un grave problema de salud pública en Cuba como sucede en Brasil, México o Argentina. La consecuencia más inmediata es que, en Cuba, la jerarquía de las Fuerzas Armadas continúa asegurando sus privilegios, ahora encumbrados merced a las tareas sanitarias. Gracias a las dificultades económicas vinculadas a la COVID-19, las FAR refuerzan su poder económico, mientras los cubanos, a quienes la Revolución vino a liberar, sobreviven condenados al desabastecimiento y las colas infinitas.

Después de los acontecimientos de noviembre —y en correspondencia con la hoja de ruta trazada por Youngs—, cuando se calmaban las cosas convinieron en que era momento de pasar a un escalón superior y el 11 de diciembre de 2020 publicaron un nuevo artículo en Open Democracy: “En Cuba, el unicornio azul se perdió, la Revolución también”. Mienten una y otra vez para brindar legitimidad a los personajes de la piyamada de San Isidro, a la vulgaridad que condiciona las actividades de muchos de ellos y su orientación anexionista; para pasar por alto el acto de desacato del marginal procesado penalmente, quien en un video grabado por él mismo declaró a Trump su presidente, y con posterioridad confesó sus vínculos con un individuo que organiza actividades terroristas contra Cuba desde el territorio de Estados Unidos. Tampoco dicen que uno de sus integrantes —el 27 de enero volvió a la carga en el Ministerio de Cultura— solicitó la intervención armada del ejército yanqui; ni que desde el terreno —en franca violación de los preceptos de la Convención de Viena para las relaciones diplomáticas— Timothy Zúñiga-Brown condujo la provocación de San Isidro en noviembre de 2020.

“Mienten una y otra vez para brindar legitimidad a los personajes de la piyamada de San Isidro, a la vulgaridad que condiciona las actividades de muchos de ellos y su orientación anexionista”.

Mienten al afirmar que “…los jóvenes cubanos, que sí tienen acceso a las redes, elijen otras vías de información que ya no son las generadas en Miami. Existen medios de comunicación como 14ymedio, El Toque, Periodismo de Barrio, El Estornudo, Diario de Cuba o el podcast El Enjambre cuyos editores y periodistas son jóvenes que viven en Cuba” (Tedesco y Dimint, 10/12/2020). En primer lugar, la mayoría de los jóvenes cubanos es revolucionaria; no pongo en duda que alguno lea sus noticias, pero a estas alturas ya se sabe de qué van; en segundo, porque la retórica de ambas politólogas esconde un pequeño detalle: varios de esos sitios digitales operan fuera de Cuba y en lo que sí coinciden todos es que al igual que los de Miami tienen una orientación ideológica neoliberal y son pagados con los fondos de los programas de cambio de régimen de la Usaid y la NED, por tanto, forman parte de la plantilla editorial del gobierno de Estados Unidos.

Mienten cuando dicen que luego de los hechos de noviembre en el Ministerio de Cultura se produjo en La Habana un despliegue militar para reprimir en caso de manifestaciones. Todo el que conoce a Cuba sabe que fue el pueblo quien enfrentó en el malecón habanero la manifestación contrarrevolucionaria del 5 de agosto de 1994, y que la historia se volvería a repetir ante una nueva edición de un hecho como ese, sin contar que hablan de un grupito provocador con muchas ganas de posar para cámaras y videos y una plataforma mediática para sobredimensionarlo.

Mienten cuando tratan de hacer creer que en Cuba hay un clima de intolerancia y de falta de libertad de creación. Ellas mismas se desdicen en su artículo:

En este punto queremos resaltar que desde 2016 hemos realizado varios viajes de estudio a Cuba y si algo nos había llamado poderosamente la atención había sido la cantidad de obras de teatro con una visión muy crítica de la situación política, económica y cívica. Jóvenes actrices, actores, escritores, directores de teatro o de cortos cinematográficos, fotógrafos, curadores, escultores o pintores encontraban espacios donde expresar su descontento, cansancio con la censura y profunda desilusión con la vida cotidiana y el futuro. Sin embargo, ninguno de ellos se consideraba contrarrevolucionario (Tedesco y Diamint, 10/12/2020).

Como decimos acá: “te peinas, o te haces papelillo”. Queda claro que el proyecto “Diálogos sobre Cuba” tiene un sentido político. Sus autoras están descolocadas acerca de la realidad nacional; de poco les han servido sus visitas. Confunden el interés de un pequeñito segmento con las aspiraciones de un pueblo que lucha por edificar su presente y futuro socialista en condiciones estoicas; sin contar que hace rato dejaron de hacer ciencia para dedicarse al activismo político. Su artículo lo pone en evidencia:

¿Qué actitud han tomado los organismos regionales o internacionales frente a la violencia del Estado sobre los artistas? Según el relevamiento que pudimos hacer, y que seguramente es incompleto, de las 30 publicaciones de mayor prestigio internacional que contaron las agresiones a los miembros del Movimiento San Isidro, de ellas, 22 son de medios de Europa y Estados Unidos y 6 de medios de América Latina. Naciones Unidas no se expresó. Los organismos regionales están paralizados. Incluso, presidentes que se vanaglorian de su defensa de la libertad se quedaron callados. La izquierda latinoamericana parece haberse quedado atrapada en los años 70. Nada de los sucesos que las matrices: Rusia y China, adoptaron para sobrevivir, ha modificado el anquilosado ideal de una revolución fallida. Se escudan en el bloqueo y eso les alcanza para negar los fracasos que cotidianamente abruman a los ciudadanos de Cuba. En contraste, Venezuela centra la atención de medios y de políticos, aunque el sufrimiento y la represión no son muy diferentes en los dos casos.

Mientras tanto, los ciudadanos cubanos viven abrumados por la represión, la dolarización de su economía, la escasez de alimentos, la indiferencia de la región, las sanciones del gobierno norteamericano y un sinnúmero de académicos, periodistas e izquierdistas trasnochados que creen que Cuba ha alcanzado el paraíso socialista (Tedesco y Diamint, 10/12/2020).

“La mayoría de los jóvenes cubanos es revolucionaria; no pongo en duda que alguno lea sus noticias, pero a estas alturas ya se sabe de qué van”. Foto: Kaloian Santos Cabrera / Juventud Rebelde.

En el fondo comprendo que la ofuscación nuble sus sentidos: están en juego su proyecto y su más importante logro en cuatro años: identificar un “joven” dramaturgo, con talento y obra, que se dice revolucionario. Lamento anunciarles que Yunior García Aguilera, camino a los 39 años, ya no es un joven. En cuanto a la condición revolucionaria de este hombre hecho y derecho, al que jamás se le ha censurado una puesta y ha hecho causa común con anexionistas y trumpistas, prefiero remitirme a lo que puso en boca del personaje Cordelia uno de los grandes de su gremio: “El tiempo descubrirá lo que encubren los pliegues de la astucia” (“El rey Lehar”, acto I, escena I).

Bibliografía:

Shakespeare, William: “El rey Lehar”. Obras completas, Aguilar S. A. de Ediciones, Madrid, 1951.
Tedesco, Laura: “De militares a gerentes. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias en Cuba”, Nueva Sociedad (Buenos Aires), no. 278, noviembre-diciembre, 2018.  
____________ y Ruth Diamint: “Cuba ¿final a la deriva?”, Open Democracy, 2 de mayo de 2019. Disponible:https://www.opendemocracy.net/es/democraciaabierta-es/cuba-final-a-la-deriva/�� (consultado 2 / 1 / 2021).
________________________: “Atrapados en Cuba”, Open Democracy, 18 de febrero de 2020. Disponible:https://www.opendemocracy.net/es/democraciaabierta-es/atrapados-en-cuba/ (consultado 28.1.2021).
_________________________: “Cuba, la pandemia y las FAR”, Nueva Sociedad (Buenos Aires), julio de 2020. Disponible:https://nuso.org/articulo/cuba-la-pandemia-y-las-far (consultado 26.1.2021).
_________________________: “En Cuba, el unicornio azul se perdió, la Revolución también”, Open Democracy, 10 de diciembre de 2020. Disponible:https://www.opendemocracy.net/es/cuba-perdio-la-revolucion/ (consultado 29.1.2021).
_________________________: “La cobardía de la desinformación”, El Toque, 25 de enero de 2021. Disponible:https://eltoque.com/la-cobardia-de-la-desinformacion/ (consultado 25.1.2021).

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2021/02/04/filantropia-o-mercenarismo-legionarios-de-goliat-ii/

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La revolución muerta y la revolución latente

Por: ZÓSIMO CAMACHO

Desde hace algunos sexenios, el 20 de noviembre es una fecha que busca ocultarse. Los gobernantes en turno, obligados a referirse a la efeméride, “celebran” la Revolución mexicana casi a escondidas, con malabares discursivos para reivindicar la lucha que estalló contra el régimen de Porfirio Díaz y, sin sonrojarse, decir que el actual gobierno es heredero de aquella lucha emancipatoria.

Traición sobre traición, la Revolución mexicana (“interrumpida”, señala Adolfo Gilly) fincó su desaparición desde el mismo momento en que se consolidaba. Aquellos logros (apenas algunos de los que demandó todo el movimiento armado) plasmados en la Constitución de 1917 siempre fueron letra muerta (nada más hay que ver lo que el texto constitucional dice acerca del salario mínimo) o, bien, fueron erradicados de la carta magna mediante las reformas estructurales de corte proempresarial (disolución de los ejidos, fin de la propiedad comunal, retroceso en materia de derechos laborales, privatización del petróleo…).

El desmantelamiento del país, ha implicado que hoy como Constitución exista un engendro con más de 700 reformas. Los presidentes más “reformadores” han resultado ser los dos últimos: Felipe Calderón hizo 110 cambios; Peña Nieto, en lo que lleva en la Presidencia, ha decretado 147 reformas. Conociendo las capacidades de estos gobernantes y los intereses que defienden, ya podemos imaginar el desastre cometido en el texto Constitucional.

Para muchos, la Revolución está muerta y no hay manera de recuperarla. Y es que resulta menos difícil, por ejemplo, redactar una nueva Constitución que tratar de recomponer la actual. Por ello, esta revolución, políticamente, ya está bien muerta y enterrada… El asunto es que al finalizar un proceso, surge otro. Y para este otro ya hay camino andado. De hecho, el movimiento social y el movimiento armado de hoy se nutren de las epopeyas magonistas, zapatistas y villistas, principalmente: los revolucionarios que perdieron y cuyas demandas y postulados sólo fueron reivindicados tibiamente en algunas partes de las leyes y en el discurso político de los jilgueros del sistema. Los “revolucionarios” que ganaron no cuentan con el respaldo popular: ¿alguien reivindica en las calles, en las marchas, en el movimiento social a Carranza, Obregón o Calles? Por supuesto que no.

Se estima que el Partido Liberal Mexicano que protagonizó las huelgas e insurrecciones de 1906, que desembocaron en la Revolución de 1910, llegó a tener más de 20 mil combatientes. Anarquistas (además de Ricardo y Enrique Flores Magón, también figuraban Práxedis G Guerrero y Librado Rivera, entre muchos otros), perdieron pronto militarmente pero constituyeron el principal referente teórico y social de todo el movimiento armado.

El Ejército Libertador del Sur, encabezado por Emiliano Zapata, llegó a contar con más de 30 mil combatientes y cientos de pueblos insurgentes: comunidades indígenas y campesinas de Morelos, el Estado de México, el Distrito Federal, Puebla y Guerrero. Se enfrentaron directamente al ejército porfirista, al que derrotaron en el sitio de Cuautla. Influenciados por el magonismo, redactaron el Plan de Ayala, que se resume en dos frases: “La tierra es de quien la trabaja” y “Tierra y Libertad”, de influencias anarquistas.

El otro movimiento armado cuyo legado pervive hasta nuestros días es el de la formidable División del Norte, con un número indeterminado de decenas de miles de combatientes y 20 cuerpos militares entre estado mayor, dorados, brigadas, tercias y fracciones. Probablemente este ejército irregular encabezado por Francisco Villa ha sido la guerrilla más numerosa en la historia del Continente, que además podía recorrer grandes distancias y sostener batallas fuera de los territorios de los campesinos que lo nutrían: Chihuahua, Durango, Coahuila, Sonora, Zacatecas.

El triunfo esporádico de la Revolución fue captado por la cámara de Casasola, cuando el 6 de diciembre de 1914 las tropas villistas y zapatistas ingresaron a la Ciudad de México, entraron al Palacio Nacional y Pancho y Emiliano pudieron bromear entorno a la silla presidencial. Lo que vino después para la Revolución fueron pérdidas, fracasos y traiciones.

Otra oleada de revolucionarios vendría después, en la década de 1950, con el movimiento del zapatista Rubén Jaramillo, en Morelos, y para las décadas de 1960 y 1970 las decenas de guerrillas que irrumpieron en el escenario político y social, entre las que destacamos al Grupo Popular Guerrillero (encabezado por Arturo Gámiz y Pablo Gómez), la Unión del Pueblo (fundada por Tiburcio Cruz Sánchez, Héctor Eladio Hernández Castillo y José María Ortiz Videz), el Partido de los Pobres y su Brigada Campesina de Ajusticiamiento (cuyo principal líder era Lucio Cabañas), la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (encabezada por Genaro Vázquez) y, entre muchas otras, la Liga Comunista 23 de Septiembre (la organización revolucionaria de tipo urbano más importante de los últimos tiempos y de la cual Arturo salas Obregón fue uno de los principales dirigentes).

En las páginas de Contralínea hemos dado cuenta de que para los organismos de seguridad y defensa nacionales hoy existen cinco movimientos insurgentes (guerrillas) y alrededor de 50 grupos y células de insurrección anarquista. Cada uno, por su lado, hace la revolución, aunque por tal concepto tengan proyectos muy distintos.

Las guerrillas son el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, la formación más numerosa y con mayor impacto desde la Revolución; el Partido Democrático Popular Revolucionario-Ejército Popular Revolucionario (evolución de la Unión del Pueblo); la Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo; el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente, y el nuevo grupo del que dimos cuenta en semanas pasadas y que, según los órganos de inteligencia, aglutina a exintegrantes de otras guerrillas y nuevas generaciones de combatientes con mayor “radicalidad de lucha”. En efecto, no son los únicos movimientos armados. Otros no han desaparecido del todo pero se encuentran en un periodo de silencio y retraimiento. Algunos más están en proceso de integrarse o reintegrarse a alguna de las formaciones citadas.

En otro carril avanzan los grupos anarquistas de corte insurreccionalista, aquellos que han optado por combatir frontalmente y ahora al capitalismo y al Estado. Hoy representan una “amenaza” mayor, según los organismos de seguridad nacional.

Sirva el aniversario del inicio de la gesta de la década de 1910 para reflexionar acerca de la lucha armada y la Revolución: la muerta y la latente, aquella que hoy se construye lentamente y que casi siempre se antoja lejana, pero que, por momentos, parece estar a la vuelta de la esquina.

Fuente: http://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/index.php/2016/11/20/la-revolucion-muerta-y-la-revolucion-latente/

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Disparen contra los progresistas

América del Sur/Venezuela/02 de Septiembre de 2016/Autor: Luis Britto Gracía/Fuente: Aporrea

1

Monopolios mediáticos y sus asalariados festejan el supuesto fin de las revoluciones latinoamericanas y caribeñas. ¿Pero se trata de verdaderas revoluciones? Revolución es cambio total de la base económica y de la superestructura ideológica. La mayoría de los procesos progresistas latinoamericanos bajo asalto son intentos de abrir pacíficamente el camino hacia una transformación revolucionaria respetando las reglas de adversarios que no respetan regla alguna.

2

Se parecen a la primera Declaración de Independencia en Tierra Firme Suramericana, cuando los patriotas venezolanos destituyeron en 1810 al gobernador que les envió José Bonaparte, pretextando lealtad al Borbón Fernando VII. No criticamos que haya sido así. En política es legítimo elegir la vía factible para avanzar cuando las demás se clausuran temporariamente.

Pero no se puede cambiar el juego sin cambiar las reglas del juego. Cada concesión debilita a los progresistas. Como señala James Petras en entrevista concedida a Efrain Chury el 27-8-2016: «¿Y por qué el PT no tiene capacidad de poner millones de personas en la calle si consiguieron 54 millones de votos, si supuestamente tenían una organización formidable? Yo creo que es una organización en baja, no tenía suficiente inserción en las luchas de clase, pactaron con la derecha, incluso incluyeron a muchos miembros de la derecha. Y ahora están sufriendo los golpes de la derecha, la descalificación, se van a instituciones formales que están poco consecuentes, divididos internamente y nada va a pasar por allá. No digo que sea malo que Lula vaya a presentarse a la ONU a denunciar los crímenes de la derecha, las intervenciones, la represión, pero nada va a pasar con la ONU».
(http://www.ivoox.com/analisis-james-petras-cx36-audios-mp3_rf_12552681_1.html)

3

Mientras tanto, a cada avance legal de la izquierda contesta con diez retrocesos ilegales la derecha. Contra Chile se perpetraron la Guerra Económica, el golpe de Estado y el magnicidio. Contra Venezuela se ensayó desde el golpe de Estado hasta el sabotaje petrolero y el magnicidio y el dumping internacional y la Guerra Económica. Contra Ecuador se intentó asimismo el golpe de Estado con magnicidio, con el apoyo de movimientos étnicos. Contra Bolivia se intentaron la secesión territorial y la paralización del país, apoyadas también por movimientos étnicos a quienes Evo concedió plenos derechos. En dicho país, la derecha acaba de asesinar un viceministro. En todos los casos las instituciones agredidas apenas respondieron, o lo hicieron dentro de una escrupulosa formalidad que el adversario no respetó jamás.

4

En Venezuela, Ecuador y Bolivia se ofrece además a la contrarrevolución un arma que no existe en ninguno de los países que ésta maneja: la posibilidad de convocar a fáciles referendos cuya decisión es escrupulosamente respetada. En Venezuela también hay casi más de una elección cada año: se quiere hacer ver como apocalipsis un revés en una justa electoral en la cual se ha vencido dieciocho veces. Pero es difícil triunfar indefinidamente en contiendas electorales cuando se deja al adversario la potestad de realizar o no realizar la importación, producción y distribución de bienes básicos. Con ello los procesos progresistas entregan al enemigo la llave de su marcapasos. Las revoluciones sólo sobreviven mientras avanzan.

Fuente: http://www.aporrea.org/internacionales/a233125.html

Fuente de la imagen: http://www.batanga.com/curiosidades/7868/diferencias-entre-una-revuelta-una-rebelion-y-una-revolucion

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