La asignatura pendiente de África, la educación

África/05 de Mayo de 2018/La Vanguardia

«En cuarto curso (entre 10 y 11 años), menos del 10% de los niños pueden leer un párrafo», explica la directora para África y Educación de BM, Sajitha Bashir

Pese al aumento de las tasas de escolarización, África afronta una «crisis de enseñanza» y su reto es mejorar la calidad educativa, explica a Efe la directora para África de Educación del Banco Mundial (BM), Sajitha Bashir. «Hay una crisis de enseñanza en África. Hay más niños en la escuela, que es algo bueno, pues necesitan estar en la escuela; pero relativamente pocos están aprendiendo algo», resume Bashir, que esta semana asistió en Nairobi a una reunión panafricana de alto nivel sobre educación organizada por la Unesco y el Gobierno de Kenia.

Esto supone que «en cuarto curso (entre 10 y 11 años), menos del 10% de los niños pueden leer un párrafo» en muchos países, dice la experta india.

Según un informe del BM sobre educación, con estadísticas de 40 países africanos del primer al noveno curso (6 a 14 años) divulgado en la reunión de Nairobi, en Kenia y Senegal casi todos los niños de 10 y 11 años pueden leer una letra, pero poco más del 20% puede leer un párrafo.

En los primeros cursos no aprenden el abecedario, cómo leer o cómo hacer matemáticas simples y una de las razones es que no van asiduamente al colegio»

En países como Tanzania o Uganda, el porcentaje de quienes pueden leer un párrafo en cuarto curso es muy cercano a cero. ¿Por qué no son capaces? Porque, según la directora del BM, «en los primeros cursos no aprenden el abecedario, cómo leer o cómo hacer matemáticas simples y una de las razones es que no van asiduamente al colegio».

Sin embargo, «África Subsahariana no debería seguir siendo tratada como un grupo», explica la experta. En el informe se distinguen cuatro grupos: avanzados (Sudáfrica, Kenia, Zimbabue o República del Congo, entre otros), emergidos (Camerún, Tanzania, Ruanda o República Democrática del Congo), emergentes (Mauritania, Angola, Etiopía o Nigeria) y atrasados (la mayoría de países del Sahel, incluido Senegal).

El primer grupo tiene prácticamente universalizada la educación primaria y los primeros cursos de secundaria, con tasas de escolarización muy próximas al 100%, mientras que el último grupo sigue estancado en el 80% de escolarización en primaria y se reduce a entre el 40 y el 60% en el comienzo de secundaria.

África Subsahariana no debería seguir siendo tratada como un grupo»

En los países intermedios, el reto está en conseguir que los escolares se queden en el colegio y no abandonen. Pero en todos ellos, la calidad de la educación es deficiente.

El problema, según Bashir, responde a un cúmulo de circunstancias, como la falta de formación de los maestros, la masificación de las aulas, la falta de material o que la lengua de enseñanza sea diferente a la que entiende el alumnado.

En el informe se muestra, por ejemplo, que ningún docente de matemáticas o lengua consigue sacar la nota máxima en un examen de una clase de cuarto curso, sin llegar siquiera a aprobar una prueba de redacción.

Además, al subir las cifras de escolarización en los primeros cursos, pero no conseguir que los niños progresen en el aprendizaje, las clases aumentan el número de estudiantes y comienza un círculo vicioso donde salen perdiendo los alumnos y la educación, según la experta.

«A veces, a los niños se les enseña en una lengua que con la que no están familiarizados», por lo que los países deberían mejorar sus políticas idiomáticas, como ya hacen algunos como Etiopía, donde los futuros profesores reciben formación y los materiales se elaboran en medio centenar de lenguas.

Por eso, subraya Bashir, lo que hace falta es «una cultura de aprender del otro, especialmente de aprender de buenos ejemplos en África», sin la necesidad de mirar más lejos.

La directora del BM también recuerda que muchas familias africanas afrontan para sus hijos el dilema de trabajar con el fin de aportar dinero al hogar familiar o ir al aula.

La solución -opina- sólo tiene que pasar por la concienciación, ya que la balanza siempre se suele decantar hacia el trabajo.

«Para los mayores que han salido del colegio, tenemos que ser capaces de proveer formas más flexibles de educación», asevera la experta.

Pero «en los primeros años -concluye-, tiene que hacerse una gran sensibilización en la población para concienciar de que estudiar es lo más importante».

Fuente: http://www.lavanguardia.com/internacional/20180428/443093651609/africa-crisis-de-ensenanza-banco-mundial.html

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