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Libro(PDF): «Trabajo y crisis de los modelos productivos en América Latina. Argentina, Brasil, México, Venezuela, Colombia, Chile y Uruguay»

Reseña: CLACSO

Este libro, con casos nacionales significativos de la región, continúa la reflexión colectiva de investigadores pertenecientes a varios grupos de trabajo de CLACSO, que analizan desde la Macroeconomía, la Economía y la Sociología del Trabajo el fuerte impacto que tuvieron en la década pasada los modelos de desarrollo, o más bien, las configuraciones sociales sobre el trabajo en varios países de América Latina. Permite comparar las grandes diferencias que se observan en solo una década con las que esos mismos autores describieron en el libro Trabajo y modelos productivos en América Latina: Argentina, Brasil, Colombia, México, y Venezuela luego de las crisis del modo de desarrollo neoliberal, coordinado por Enrique de la Garza Toledo y Julio César Neffa (CLACSO, 2010).

Autores (as): Julio César Neffa. Enrique de la Garza Toledo. [Coordinadores]

Fernando Urréa Giraldo. Daniel James Hawkins. Jaime Rendón Acevedo. Marcio Pochmann. José Ricardo Ramalho. Enrique de la Garza Toledo. Jorge Carrillo. Ana Karina Hernández. Francisco Pucci. Antonio Aravena. Héctor Lucena. Julio César Neffa. [Autores y Autoras de Capítulo]

Editorial/Editor: CLACSO.

Año de publicación: 2020

País (es): Argentina

Idioma: Español.

ISBN: 978-987-722-598-3

Descarga: Trabajo y crisis de los modelos productivos en América Latina. Argentina, Brasil, México, Venezuela, Colombia, Chile y Uruguay

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=1961&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1387

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Libro: Tiempos interesantes Crisis y pandemia en el mundo actual

Por: jovenesemergencia.

(Versión en PDF)

 “Si no nos mata el virus, nos mata el Gobierno”*

Patricia Juárez, trabajadora doméstica mexicana

 

Se dice que la expresión Ojalá vivas tiempos interesantes es una maldición china. La frase fue popularizada por Robert F. Kennedy en un discurso en Cape Town, Sudáfrica, en 1966. Parece que la primera persona en atribuirle a los chinos esa expresión que no existe en su lenguaje fue el británico Joseph Chamberlain a fines del siglo XIX.

 

Hoy, sin duda, vivimos tiempos interesantes. No se trata de una maldición china, aunque también se le atribuya a China la visible maldición y su principal divulgador sea un político yanqui, Donald Trump. La humanidad ha llegado a su más alto grado de desarrollo tecnológico y sin embargo se ha paralizado por un virus tan parecido a un catarro común. Esto último se pone de manifiesto al ver que una de las herramientas más eficaces y aplicables para contrarrestarlo sea indicarle a la gente cómo ejercer una actividad humana tan antigua y cotidiana que pareciera no necesitar mayor explicación (lavarse las manos) y que aún así 3 mil millones de personas no lo puedan hacer por carecer de agua y jabón en sus hogares. O que la posibilidad de garantizar la vida humana sea dejar de acercarse a otros humanos, con una “distancia social”. O que veamos estados de excepción característicos de las más nefastas dictaduras como “un mal necesario” y que incluso sea aplaudido.

 

Parece que presenciamos una película sobre el fin del mundo. Si nos detenemos y rememoramos un poco, veremos hace tan sólo unos meses imágenes de grandes bloques polares derritiéndose, miles de animales huyendo del fuego y millones de hectáreas en llamas en Australia. Rebeliones populares en Haití, Bolivia, Ecuador, Chile. Cientos de miles de personas muriendo en los mares o en el desierto, tratando de buscar una vida mejor. Imágenes de caída de precios del petróleo y caídas de las bolsas de valores. Grandes guerras en curso en medio oriente y la amenaza de una mayor guerra ¿recuerdan cuando el asesinato del líder militar iraní nos tuvo tan cerca de que todo volara por los aires? Quizás no es sólo una película la que pareceríamos observar. Mas bien, es como si estuviésemos frente a una inmensa pantalla en la que simultáneamente y de modo sobrepuesto se emiten imágenes de destrucción incomprensibles. Lo único que nos queda claro, en medio de tanta confusión es que estamos ante un horror inédito, que eufemísticamente podríamos llamar tiempos interesantes.

 

  1. La pandemia

 

El SARS-CoV-2 que causa la enfermedad COVID-19 es un nuevo virus de alto contagio con bajo índice de letalidad. Sin embargo, por ser un nuevo patógeno, nuestros organismos no tienen inmunidad contra él y no existen hasta ahora vacunas para prevenir el contagio. A la fecha las cifras de personas contagiadas ronda las 600 mil, con más de 27 mil muertes y poco más de 131 mil personas recuperadas en 176 países. Aunque el virus surgió en China, ahora es Estados Unidos el país con más número de contagios: más de 104 mil. Y son Italia y España los países con mayor número de muertos, con 9134 y 5138, respectivamente.

 

En las últimas décadas las epidemias que han surgido en el mundo han crecido en su niveles de expansión y en su frecuencia de aparición: el SARS (2002-03), la gripe porcina H1N1 (2009), el MERS (2012), el Ébola (2014-16), el Zika (2015), el dengue (2016) y ahora el COVID (2019-20). Aún no se sabe cuál fue el origen del más reciente virus. La investigadora Silvia Ribeiro del grupo ETC señala que hay tres causas concomitantes y complementarias que han producido los virus en las últimas décadas: 1. La cría industrial, masiva e intensiva de animales. 2.  El contexto general de la agricultura industrial y química. Y 3. el crecimiento descontrolado de la mancha urbana e industrial. Al cual tendríamos que añadir la falta de estrategias de salud preventiva; la resistencia y mutación de virus por las formas en que se consumen los fármacos en el mundo y tampoco podemos descartar, de ninguna manera, la posibilidad de surgimiento de este virus en laboratorios militares como ha sido denunciado por funcionarios chinos.

 

En ningún momento podemos poner en duda la existencia de este virus, aunque tengamos tanta desconfianza de los gobiernos y organismos internacionales. Tampoco podemos subestimar los riesgos que tenemos. Además de impulsar el auto cuidado, tenemos que pensar en cómo enfrentar esta crisis, reflexionar sobre los escenarios que se están configurando y, ante ellos, qué podemos hacer para los tiempos venideros.

 

  1. Lxs más afectadxs

 

Existe una idea de que el Covid-19 sólo afecta a los ricos por tener su mayor número de afectados en Europa y en Estados Unidos y porque los medios llenan sus titulares con una veintena de famosos infectados. La conjetura es fácil de hacer, pero si se piensa tan sólo un poco ¿acaso en Europa y Estados Unidos sólo existen ricos? Se mencionan unos 20 casos de famosos, de los cuales casi ninguno ha muerto, pero ¿quiénes son los casi 600 mil afectados? ¿Cuándo la muerte de un pobre ha aparecido en los grandes titulares? Quizás lo único angustiante en este sentido es que no es una enfermedad que sólo afecta a los pobres, como la mayoría de las que matan a miles diariamente.

 

Ciertas condiciones biológicas señalan como más vulnerables a muerte por COVID-19 a lxs mayores de 65 años, infantes menores de cinco, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas no transmisibles (hipertensión arterial, pulmonar, insuficiencia renal, lupus, cáncer, diabetes mellitus, obesidad, insuficiencia hepática o metabólica, enfermedades cardiacas o algún padecimiento o tratamiento farmacológico que generen supresión del sistema inmunológico).

 

Las condiciones socioeconómicas complejizan el espectro de afectadxs a la gente que carece de seguridad social, a los que no pueden permanecer bajo aislamiento por tener que buscar su sustento día a día, los trabajadores “informales”, las micro y pequeñas empresas También están las personas indocumentadas que día a día cruzan las fronteras de sus países en búsqueda de mejores condiciones de vida. Y los presos comunes, hacinados en espacios ideales para el contagio.

 

Conjuntado ambos condicionantes que hacen más propenso el contagio y la muerte, así como los impactos económicos que tienen las medidas de cierres de negocios, los despidos, etc. encontramos que la gente más afectada es un amplio espectro de pobres y clase media baja. Enfatizamos que gran parte de las enfermedades crónicas que vulneran a las personas tienen una mayor propagación entre esos sectores por la destrucción de las formas de producción de alimentos campesinos y su sustitución por “alimentos” de bajo costo producidos industrialmente y regados por todo el país bajo el “libre comercio” que son los que alcanzan a pagar para su consumo, el vivir cerca de fuentes de contaminación (antenas de celulares, plantas de alta tensión, pesticidas, entre otros) que sólo se colocan en las zonas pobres.

 

Hay un elemento básico de clase que afecta a los más pobres. Lxs más pobres serán los más afectadxs y los daños vendrán por los contagios, los impactos económicos de las medidas tomadas por el COVID-19 y la crisis económica en curso. Ya los sectores dominantes se frotan las manos para hacer de la crisis “una oportunidad” de negocios, que seguramente afectará a esa parte de la población excretable, desechable, como le ha nombrado Giorgio Agamben. Dentro de esa población “sobrante” las mujeres serán las más afectadas, por ser los principales sostenes económicos de muchas familias y estar expuestas al contagio, pero también por el riesgo de que se dispare la violencia intrafamiliar contra las que permanecen en cuarentena.

 

  1. El papel de los Estados.

 

A pesar de ser el foco original de contagio, China sorprendió al mundo por medidas que lograron frenar la expansión del mismo, controles para frenar la infección y la construcción de un hospital en un par de semanas. Corea del Sur ha tomado medidas parecidas. En Europa se señala que los países tomaron mediadas tardías, que llevaron a su alta expansión, hoy tienen paralizadas sus naciones, pero el número de muertos va en un ascenso aparentemente incontrolable.

 

En América Latina tenemos una amplia variedad de acciones frente a la emergencia. En El Salvador Nayib Bukele apuesta recuperar su legitimidad con las medidas tempranas que tomó para imponer la cuarentena, luego de su fallido auto golpe de Estado. Bukele, junto con Lenin Moreno, presidente ecuatoriano, han aprovechado este momento para avanzar en el endeudamiento de sus países con el Fondo Monetario Internacional. Sebastian Piñeira, en Chile, retrasó el referéndum sobre la Convocatoria a Asamblea Constituyente. La golpista Jeannine Añez en Bolivia postergó el llamado a elecciones de manera indefinida, con miras a sostenerse en el cargo por más tiempo y buscar revertir la tendencia de las elecciones que anunciaban al candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) Luis Arce como posible ganador.

 

Jair Bolsonaro en Brasil y Donald Trump en Estados Unidos subestiman la crisis del COVID. El primero le llama “gripecita” -Olavo de Carvalho, su ideólogo, afirma que no existe- y llama a no seguir ninguna recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El segundo, insinúa cancelar las medidas de cuidado en el país que ya tiene mayor número de infectados, fomenta su campaña de odio contra China llamándole “virus chino”, reniega de la importancia de los ventiladores de aire para pacientes y lanza una nueva serie de ataques contra Venezuela. Iván Duque, en Colombia, se empeña en impulsar el golpe en Venezuela sin tomar en cuenta la situación tan grave que vive su país y se niega a coordinar esfuerzos de sanidad en la frontera con Venezuela con el presidente Nicolás Maduro para evitar una desgracia.

 

Mientras tanto, Venezuela se toman medidas extraordinarias con la reducción de actividades a las mínimas vitales, impidiendo que haya despidos a trabajadores hasta el 31 de diciembre del año en curso, suspendió los pagos a prestamos contraídos por el Estado, prohibió que se corten las telecomunicaciones en caso de que no puedan pagar y se han activado las organizaciones de base para garantizar el abasto de alimentos para toda la población. Todo esto mientras el Fondo Monetario Internacional (FMI) le niega un préstamo y las Fuerzas Armadas y los equipos de inteligencia desmontan un intento de asesinato al presidente y se desarrollan medidas preventivas ante la posibilidad de un ataque luego de que Trump pusiera en la lista de financiadores del narcotráfico a Maduro y otros funcionarios de Estado este 26 de marzo.

 

Fuera de toda esta dinámica, resalta la fortaleza de Cuba para -también en condiciones de bloqueo y acoso- sostener uno de los mejores sistemas de salud del mundo y poniendo a su disposición brigadas de médicos para apoyar a los países más afectados, en esa tradición internacionalista. Además, es un medicamento desarrollado en laboratorios cubanos, el Interferón, el que más eficazmente ha ayudado a atender a las personas infectadas.

 

Argentina es uno de los países más afectados. Ahí se han tomado las medidas más radicales de contención de población. Las Fuerzas Armadas organizan el estado de sitio. Ya se han dado diversos casos de agresiones y abusos por parte de la Policía y el Ejército frente a personas que no acatan las ordenes, sin que las autoridades reparen en si tienen posibilidades de cumplirlas. A pesar de ser por una causa necesaria, las reminiscencias con la dictadura resultan preocupantes, al mismo tiempo que el presidente Alberto Fernández emprende un viraje discursivo al insistir que las medidas que no se acaten mediante la razón se harán por la fuerza.

 

En México aún no se alcanza a comprender si las medidas que ha tomado el gobierno son las correctas, indolentes o las únicas posibles. Más allá de los absurdos, cuando no irresponsables comentarios del presidente Andrés Manuel López Obrador que llama a no “apanicarse”, que su escudo protector es no ser corrupto, de presumir unos escapularios “protectores” y de sus reiterados llamados a abrazarse y salir a las calles -a pesar de que la OMS indicaba lo contrario- la cuestión es si el sistema de salud en México tiene condiciones para hacer otras cosas y si la paralización total por la que muchos propugnan se podría aplicar sin que el remedio resulte peor que la enfermedad.

 

Considerados por muchos como las cabezas de un nuevo ciclo progresista, los gobiernos de Fernández y López Obrador se han topado con un escenario imprevisto que pone en vilo su capacidad para cumplir con las expectativas que los llevaron al triunfo. Lo más preocupante no será su fracaso en tanto individuos,  sino que, acorralados por el nuevo escenario, llenos de soberbia y con un grupo de seguidores incondicionales, cataloguen a las expresiones populares de inconformidad como enemigos -y con eso los persigan, hostiguen y judicialicen- y que sigan cediendo más poder, recursos y legitimidad a empresarios y Fuerzas armadas.

 

  1. La crisis más profunda

 

Está en curso una crisis económica profunda que no fue causada por el COVID-19 pero sí precipitada por él. Los paros laborales en China por la epidemia impactaron el crecimiento económico de las cadenas mundiales de valor. Al mismo tiempo que se frustró un acuerdo entre Rusia y Arabia Saudita para fijar los precios del petróleo. Las bolsas del mundo en un mes cayeron entre del 30% al 14%. Y luego vino la paralización, a causa de la pandemia, de varios sectores económicos en gran cantidad de países del mundo.

 

La crisis actual se concentra en la deuda de las grandes empresas y la deuda de los estados en un mundo lleno de burbujas financieras. Estamos ante una nueva crisis que tiene su conexión directa con la de 2008. Pero a diferencia de aquel momento, que logró ser atenuada, las posibilidades de controlarla son ahora más difíciles. Además de que la crisis en el fondo viene de una crisis estructural que comenzó a inicios de los años 70. Con el distanciamiento social se han frenado las dinámicas de producción y consumo, sobre todo en los países más desarrollados. Su efecto expansivo a los países periféricos ha sido más fuerte.  Uno de los mayores impactos, según la estimación de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) será la pérdida de 25 millones de empleos en el mundo.

 

Queda claro que la crisis de salud se utilizará como una herramienta para imponer medidas económicas lesivas para lxs más. Giorgio Agamben ha insistido -sin poner en cuestión la existencia de la pandemia- en la riesgosa tendencia a normalizar y avalar el estado de excepción impuesto. Naomi Klein, por su parte, ha recuperado en días recientes la denuncia del uso de la pandemia como doctrina del Shock. Una vez que el virus se instale y nos hayan metido en un escenario de pánico, será más fácil la instauración de políticas de control, económicas y políticas que de otro modo detonarían protestas.

 

También es difícil prever si podrán atenuar la crisis y/o reparar las grandes burbujas financieras en lo inmediato, aunque hay quienes dicen que esta crisis puede desenbocar en una mayor al crack de 1929. Sin embargo, es evidente que estamos más próximos a una reestructuración profunda del capitalismo, a la creación de un Nuevo “Consenso de Washington” y un amplísimo esfuerzo por revitalizar la economía, un New Deal post COVID-19 en el que Estados Unidos dará una pelea más voraz para sostenerse como el gran hegemón ante otros países que hoy se encuentran más fuertes que antes como son China y Rusia. Mientras no exista una alternativa radicalmente diferente y opuesta, la salida será del capitalismo y entre sus mejores formas de reestructurarse -nunca hay que olvidarlo- siempre existen las guerras.

 

  1. ¿Y qué hacemos?

 

Varias voces han insistido en que estamos en guerra contra un enemigo invisible, el nuevo virus. Esto puede servir para convocar a cierta disciplina y generar un cuerpo colectivo. Empero, para pensar una salida efectiva no podemos organizarnos contra a un enemigo invisible, que además se propaga a través de seres humanos. Esto daría como resultado ubicar a cualquier persona como un potencial propagador del enemigo, un mecanismo por demás similar a las ideas propagadas por las doctrinas de seguridad nacional de las décadas del 60 y 70 en nuestro continente: el peligro del enemigo interno.

 

El problema no es el virus, sino los sistemas precarios de salud que tenemos, las condiciones de vida por debajo de lo aceptable que está más vinculado a las necesidades de consumo del sistema que a las de nuestras propias necesidades sociales.

 

Frente al Estado

 

Son los Estados, y los organismos internacionales avalados por ellos, los que tienen la responsabilidad de responder a esta crisis. Hacia ellos tenemos que dirigir nuestros reclamos y exigencias inmediatas y, a pesar de las condiciones de aislamiento, tenemos que hacerlo de manera colectiva.

 

Estamos ante una emergencia de salud y económica. Necesitamos demandar mediadas urgentes para que sea con los recursos del Estado y de los que más tienen y no a costa de lxs que tenemos menos, lxs más afectadsx. Entre ellas:

 

  • Exigir condiciones óptimas para los trabajadores de la salud, reforzar las denuncias públicas que han hecho sobre la falta de medicamentos, insumos y materiales. De ellxs depende nuestras vidas y tenemos que cuidarles.
  • Demandar mayor presupuesto público para la salud, tanto para la emergencia como para la salud preventiva. Nuestra vida no puede depender de nuestro poder adquisitivo. La salud es un derecho humano y debe ser garantizado por el Estado.
  • Impedir despidos de personal ante la cuarentena. Suspensión provisional de cobro de servicios básicos. Cancelación de impuestos de la gente más pobre. Que la salida a la crisis sea con los recursos de quienes más tienen. 
  • Si bien la población mayor de 65 años es más vulnerable, en México la media de los infectados es de 41 años, de los doce  muertos sólo cuatro eran mayores de 65. Por lo que necesitamos atención a toda la población sin diferencia de edad.
  • En las defunciones ha quedado evidenciado que los impactos del virus están relacionados con el profundo deterioro de la salud pues las afectaciones que influyeron en la muerte de las personas infectadas por el virus son: tabaquismo, insuficiencia hepática, asma, obesidad, diabetes e inmunosupresión. Problemas de salud directamente relacionados con las dinámicas de consumo fomentadas por el Estado y debido a los daños al medio ambiente. Se tiene que revertir esto a través de políticas públicas y de castigos a las empresas responsables.
  • La entrega de 4mil 500 mdp al Ejército y Marina para llevar a cabo planes de contingencia debe dirigirse al sector salud y contratar personal médico para ello. No pueden ser los elementos armados, los principales responsables del derramamiento de sangre inocente en nuestro país, los que usen los recursos para relegitimar su poder y sembrar el terror en la población.
  • Debe impulsarse la producción y comercialización de alimentos de origen comunitario-rural. Esos alimentos pueden ayudar a mejorar la salud, activan la economía de sectores pobres y garantizan una estabilidad en los precios.
  • Frenar el acaparamiento de productos básicos. Se tiene que impedir se dispare el precio de la tortilla y los ingredientes esenciales de nuestra dieta.
  • Tras la crisis de salud, impulsar actividades económicas de emergencia para reactivar la economía sin que vayan en contra de la vida de los pueblos. Se debe cancelar el Tren Maya y el proyecto del Corredor Transistmitco y destinar sus recursos a salvaguardar la economía comunitaria y la cultura de nuestros pueblos. No más excusas: los pueblos sabemos administrar nuestra riqueza; las multinacionales, los grandes empresarios, los intereses espurios y nuestros gobernantes han sido los principales responsables de esta crisis. 

 

Autogestión y colectividades

 

Más allá de las demandas al Estado, en lo inmediato hay un sin fin de cosas que podemos hacer entre la gente cercana. Frente al distanciamiento social obligado debemos de fortalecer nuestros lazos humanos.

 

Vivir la cuarentena como se pueda: Quienes tengan condiciones de implementarla lo tienen que hacer y cuidar a los seres más queridos y a las personas que sabemos que serán vulnerables.

 

No olvidar la importantísima movilización de millones de mujeres contra los feminicidios y el patriarcado que fue inédita hace casi un mes atrás. La lucha sigue vigente y en las condiciones de encierro y pobreza la violencia patriarcal se vuelve más feroz. Armemos formas de prevención y actuación ante la violencia patriarcal.

Crear y/o reforzar redes de solidaridad. Solidaridad con compañeros y compañeras que perderán sus empleos. Apoyar el comercio local, apoyar en el consumo de productores independientes que no pueden aplicar la cuarentena total.

En momentos de crisis y encierro nuestra vulnerabilidad es aún mayor. Debemos cuidar la salud emocional, creando un tejido social envuelto en la identidad solidaria y comunal, poniendo en el centro el bienestar común antes que el propio. Y en eso será importante evitar saturar de información a las personas. Tener cuidado con lo que divulgamos, para no reproducir fake news y deep fakes que sólo buscan generar paranoia, miedo, desconfianza y confusión.

 

  1. Alternativas.  Desde la raíz, con sueños y fuerza

 

Ante estos tiempos que nos parecen tener atadxs, asiladxs, con poca energía y sobreinformación que nos empujan a pensar más el fin del mundo y menos el fin de este sistema, podemos hacer algo distinto y construir alternativas.

 

Demandar al Estado acciones en beneficio de la gente no es suficiente. Tampoco la creación de redes comunitarias en nuestro entorno más inmediato. Construir una gran alternativa frente al sistema es cada día más necesario. Para ello se requiere de todo lo anterior, pero no basta.

 

También, ha quedado claro que la salida del sistema siempre es para peor: siempre son un salto hacia delante, recrudeciendo las formas de explotación, dominación y opresión. No podemos ser ingenuos frente a esto: sus crisis no lo harán morir, sino transmutar en formas más agresivas.

 

Habrá que insistir de muchas -nuevas- maneras: es posible, urgente y necesario, vivir de modo diferente. Y que los escenarios de futuro pueden no ser los del fin de la humanidad y sí los del fin del capitalismo y de todas las relaciones de dominación que padecemos. Para ello será necesario ir creando nuevos proyectos, desatando sueños y esperanzas. Y sobre todo generando acciones, haciendo fuerza y aplicándola en contra de quienes nos quieren arrebatar la vida de múltiples formas.

 

En medio de la contingencia de salud la gente de Mexicali, Baja California, nos dio una enorme lección. Se atrevieron a salir a las calles -con los cuidados necesario- para echar fuera de sus tierras a la empresa gringa Constellation Brands que quería robarse el agua de su Valle para un negocio de cervezas. Contra todo su dinero, contra una consulta amañada a favor de la empresa, de intimidaciones y acarreos, derrotaron a la empresa y a los políticos que la favorecían. Una pequeña victoria nos demuestra, entre tanto mal, que cuando la gente se suma puede vencer a cualquier enemigo.

 

Resulta imperioso crear una alternativa que movilice. Antes de la cuarentena se venían gestando una fortísima lucha de mujeres, movimiento de familiares de víctimas de la violencia y de comunidades en defensa de su tierra y territorio. Será necesario que vuelvan a cobrar fuerzas y buscar lazos de unidad. El  gobierno actual ha demostrado sus limitaciones para atenderles y ha preferido sostenerse en el gobierno a través de los pactos con los grandes empresarios trasnacionales (en especial gringos y mexicanos), dándole más poder a las Fuerzas Armadas y profundizando la violencia e impulsando proyectos de saqueo.

 

Ya no es posible limitar la crítica y el surgimiento de una alternativa al argumento que cualquier oposición al Presidente le hace juego a la derecha reaccionaria y proto golpista. Si no avanzamos en una alternativa por fuera de la pugna entre quienes hoy dominan el país, siempre estaremos relegadxs a ir detrás de un Presidente que va en contra de nosotrxs. Pensar la política y el destino de este país a través de la elección del mal menor bajo la amenaza de un mal peor, nos seguirá arrastrando a la legitimar sistemas que sólo nos conducen a menos que la supervivencia.  Está en nuestro pueblo, en la gente más afectada por todas las crisis (la de salud, la económica, la del crimen), en nosotrxs la responsabilidad de cambiar el rumbo de nuestro país.

 

Lecturas recomendadas

 

Manual de prevención del Coronavirus. 101 tips:

https://albaciudad.org/2020/03/libro-manual-prevencion-coronavirus-101-tips/

 

Guía de salud solidaria, elaborada por médicxs mexicanos:

https://www.educaoaxaca.org/wp-content/uploads/2020/03/GUIA-SOLIDARIA-COVID.pdf

Revista Argentina de Salud Colectiva, elaborada por médicxs:

http://revistas.unla.edu.ar/saludcolectiva/Covid-19

 

Sobre la crisis económica en el contexto del COVID

https://rebelion.org/covid-19-como-fenomeno-visible-de-una-situacion-critica-de-la-economia-mundial-que-viene-de-lejos/

 

Naomi Klein sobre la doctrina del Shock

https://www.lavaca.org/notas/el-desastre-perfecto-naomi-klein-y-el-coronavirus-como-doctrina-del-shock/

 

Sobre la crisis mundial -“Crisis mundial 2020 y transición al postcapitalismo”

https://www.alainet.org/es/articulo/204788

 

Giorgio Agamben, “La invención de una epidemia”. En: https://www.pagina12.com.ar/250990-la-invencion-de-una-epidemia

 

De Mike Davis. El impacto de la enfermedad desde la situación de clase

https://vientosur.info/spip.php?article15712&fbclid

 

Judith Buttler sobre la crisis de salud

https://www.alainet.org/pt/articulo/205377

 

Opinión de Byung-Chu sobre la emergencia viral

https://elpais.com/ideas/2020-03-21/la-emergencia-viral-y-el-mundo-de-manana-byung-chul-han-el-filosofo-surcoreano-que-piensa-desde-berlin.html

 

De Misión Verdad sobre la crisis económica y la pandemia:

 

https://medium.com/@misionverdad2012/notas-en-tiempo-real-de-la-pandemia-financiera-global-a70feefe6622

 

https://medium.com/@misionverdad2012/el-capital-en-tiempos-de-coronavirus-una-nueva-guerra-contra-el-trabajo-43e90a1e75a9

 

Fuente de la reseña: https://jovenesemergencia.org/tiempos-interesantes-crisis-y-pandemia-en-el-mundo-actual/

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¿Está preparada Colombia para apostar por la educación virtual?

América del Sur/ Colombia/ 21.04.2020/ Fuente: noticias.caracoltv.com.

 

Aunque el gobierno ha buscado opciones para llegar a sectores rurales y con bajos recursos, expertos no ven el panorama claro. Ojo a esta radiografía.

Forzados por la cuarentena y en medio de la incertidumbre de la pandemia del coronavirus, 10 millones de estudiantes de educación básica y media regresaron este lunes a clases de manera virtual: 8,1 millones de esos jóvenes pertenecen a instituciones públicas y al menos otros dos millones a escuelas rurales de Colombia.

Un escenario inédito que tiene a todos inquietos: a los padres de familia, a los alumnos mismos, a los rectores, a los operadores de telefonía y al gobierno que trata de capotear el temporal sobre un propósito esencial: que no haya deserción escolar.

“Tanto para los niños de lo urbano como de la ruralidad no hemos ahorrado esfuerzos: está la plataforma Aprender Digital, pero sabemos que no todo el país está conectado. En ese sentido estamos llegando con una programación de 12 horas en el canal 3, 2, 1 Educación, con programas como El profe en casa. Estamos teniendo parrillas de radio y enlazaremos en las próximas semanas canales regionales y emisoras comunitarias”, explica María Victoria Angulo, ministra de Educación.

Sin embargo, ¿está Colombia preparada para un desafío de esta envergadura? Mucho más teniendo en cuenta que la cobertura de internet, según cifras conservadoras, ronda el 70% en el país y en áreas rurales es aún más deficiente.

“Colombia no está preparada para la educación virtual. Miremos el caso de la educación rural: hoy más de 2 millones 350 mil niños se están viendo afectados por esta circunstancia”, sostiene Nelson Alarcón, presidente de Fecode.

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Pese a estas críticas, la ministra Orozco insiste en que se están haciendo esfuerzos. Señala que la plataforma Aprender digital podrá descargarse sin consumir datos.

Agrega que a las familias de estratos 1 y 2 se les facilitará un paquete de internet con tarifas muy bajas que se mantendrán hasta 2023.

Para los expertos, no obstante, la radiografía de la virtualidad educativa es bastante mala. Un estudio del laboratorio de economía de la educación de la Universidad Javeriana, liderado por la profesora Luz Karyme Abadía es crudo: la mitad de los rectores de colegios públicos consultados aceptó que sus maestros no tienen ni las herramientas ni las estrategias pedagógicas para encarar lo que se viene.

“La emergencia sanitaria que estamos viviendo a causa del COVID-19 evidenció el atraso tecnológico tan grande que existe en los colegios oficiales del país”, afirma la profesora Abadía.

Y como si todo no fuera lo suficientemente complejo ya también ronda la corrupción. Una auditoría de la Contraloría reveló en enero pasado graves irregularidades en 25 contratos por 153 mil millones de pesos suscritos por siete gobernaciones y pagados con recursos del sistema de regalías.

Dichos contratos tenían por objeto la prestación de servicios de conectividad a internet a instituciones de educación pública.

Según el expediente, en algunos contratos se pagó dos veces por este servicio. En otros, las megas compradas por las gobernaciones a los operadores de internet no se entregaron y hasta hubo contratos millonarios para proveer internet a centros educativos en tiempos de vacaciones escolares. Y eso que solo se auditó la tercera parte de las regiones de Colombia.

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Estos hallazgos, que hoy indaga también un grupo élite de la Fiscalía, se dieron en las gobernaciones de La Guajira, Magdalena, Santander, Norte de Santander, Meta, Nariño y Casanare.

Mientras el Gobierno busca salidas para evitar la deserción escolar y tanto padres como alumnos se llenan de paciencia para resistir el nuevo modelo de educación virtual, los organismos de control le ponen la lupa a toda la contratación para evitar un desangre.

Fuente de la noticia: https://noticias.caracoltv.com/coronavirus-covid-19/esta-preparada-colombia-para-apostar-por-la-educacion-virtual-nid226809-ie215

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España: Educación en la crisis. Intuición ignorante

Europa/ Epaña/20.04.2020/ Fuente: www.laopiniondemurcia.es.,

 

«Sería deseable que las decisiones sobre algo tan trascendente como la educación pública se tomaran por expertos capaces de proponer programas de adaptación y progreso que no dependan del día a día o de lo que ocurra a corto plazo»

«En un alarde de compromiso, esfuerzo y optimismo, profesores y alumnos se han lanzado a un tipo de enseñanza para el que no se les ha preparado técnica ni intelectualmente»

Está claro que el estado de alarma sanitaria que el Gobierno de España decretó hace ya más de un mes ha cambiado mucho y de forma radical e inesperada lo que consideramos normal. Aceptamos con resignación las diferencias con las que cada familia esta viviendo el confinamiento, porque lo vemos consecuencia de la historia personal y familiar. Se activan todos los mecanismos de resiliencia viendo a través de los medios de comunicación y, sobretodo, la ‘ventana indiscreta’ de la televisión, cómo evoluciona la pandemia. Nos sentimos impotentes y asombrados por el creciente número de personas infectadas, enfermos ingresados en UCI y muertos por la infección. Nos resignamos ante la presencia en escena de personajes que hacen gala de la opulencia de sus casas, mientras que nuestro entorno es más reducido y con menos diseño, alentados quizás por el espejismo de nuestra imaginación e ilusiones y el hecho de que el coronavirus nos asusta a todos por igual.

En este escenario de desigualdad hemos aceptado el teletrabajo, sabiendo que no es lo mismo teletrabajar en una habitación con intimidad y con medios informáticos potentes, que en una mesa de camilla con nuestros hijos haciendo los teledeberes y compartiendo unas exiguas velocidades de red. Creo que lo aceptamos porque nos atañe a los adultos dentro de nuestra responsabilidad ciudadana y porque no nos queda otro remedio.

Ahora bien, es vivir en la inopia admitir que estas diferencias de capacidades dentro del ámbito de la familia y su entorno no afectan al desarrollo adecuado de las capacidades de aprendizaje y rendimiento escolar de los alumnos que están sufriendo el confinamiento.

España es un Estado social en el que existe el compromiso de la igualdad de oportunidades cuyo pilar es la enseñanza pública. El acceso igualitario al desarrollo intelectual es el mayor valor de nuestra convivencia social democrática; una sociedad inteligente identifica y asegura el resto de servicios básicos para todos los ciudadanos. Sin este principio y por la falta de oportunidades, es seguro que muchos profesionales no hubiéramos llegado a bachiller y a la universidad. La enseñanza pública presencial equilibra muy significativamente las diferencias económicas y sociales, ya que los alumnos tienen acceso por igual a los medios necesarios para desarrollar sus capacidades. Sabemos también que las diferencias socioeconómicas juegan un papel complementario, pero no es excluyente. La educación pública presencial es un vínculo fundamental de equidad social y, a su vez, motivador para el esfuerzo, puesto que no se ven coartadas las capacidades de los estudiantes.

Estos últimos días se ha abierto el debate sobre qué hacer con este curso escolar tan atípico, con un tercio del programa sin desarrollo presencial. En un alarde de compromiso, esfuerzo y optimismo, profesores y alumnos se han lanzado a un tipo de enseñanza para el que no se les ha preparado técnica ni intelectualmente. También, siguiendo son ese optimismo temerario, las Administraciones están recogiendo datos de conexión, seguimiento, aprovechamiento del programa (todo virtual), con conclusiones dispares según a quien se le pregunte. Pero creo que es necesario imaginar varios escenarios:

1) un estudiante con medios adecuados, intimidad espacial en el hogar y asesoramiento particular;

2) varios hermanos compartiendo medios informáticos entre ellos y con el tele-trabajo de papá y/o mamá, en la mesa de camilla o el comedor familiar, sin acceso a asesoramiento adecuado; y para terminar,

3) alumno en un hogar empobrecido al extremo sin medios informáticos ni capacidad de intimidad en el entorno familiar. Es imposible que se cumpla en ellos el pilar social de la igualdad de oportunidades, como es evidente. Pues bien, hay políticos y Gobiernos que se instalan en la inopia y consideran que el rendimiento escolar en estas circunstancias puede ser evaluado con equidad, cuando para unos ha supuesto un esfuerzo equivalente a un paseo por la playa (escenario 1) y comparado con el de subir una pared vertical sin ayuda técnica (escenario 3). El esfuerzo en cada escenario es absolutamente diferente y es un insulto a la inteligencia natural pensar que una evaluación del rendimiento sería justa. Solo cuando haya aulas de estudio en cada esquina de las ciudades, informatizadas y con profesores de apoyo, podríamos decir que todos los estudiantes pueden acceder a teleenseñanza en igualdad de condiciones. Y este no es el caso.

Me asombra mucho el ver cómo la sociedad acepta estas posturas expresadas por los representantes de la Administración con competencias educativas. No sé por qué no hay una respuesta solidaria y contundente contra tal desatino. Me pregunto si no estamos un poco anestesiados por el confinamiento, o porque tanta noticia WhatsApp/Twiter/etc, nos está haciendo insensibles e inactivos.

En el desarrollo de las capacidades intelectuales, la posibilidad para alcanzar las metas es el motor de la motivación para el esfuerzo personal. La equidad de medios y oportunidades para que cada estudiante alcance el máximo de sus capacidades es un compromiso social, que no puede verse fracturado en ninguna situación. Ahora se está poniendo encima de la mesa que se evalúe por igual el rendimiento escolar que depende de situaciones diametralmente opuestas. Creo que esto significará truncar por motivos arbitrarios (posiblemente en el marco de ineptitud e interés político) las expectativas de muchos jóvenes con capacidad de llegar a ser grandes profesionales. Cualquiera de ellos puede ser quien descubra la vacuna definitiva contra el coronavirus, el remedio contra el cáncer, asegure nuestra seguridad y salud, encuentre la solución a los problemas del hambre y el deterioro medioambiental del planeta; y casi todos ellos serán buenos ciudadanos que harán mejor a nuestro país. No podemos permitir que decisiones de estrategia política nos priven de ello.

Sería deseable que las decisiones sobre temas trascendentes se tomaran por expertos capaces de proponer programas de adaptación y progreso que no dependan del día a día, o de lo que ocurra a corto plazo. Lo que estamos viendo es que las decisiones van en un sentido u otro como reacción a lo que ocurra en el momento inmediatamente anterior a la espera del posterior inmediato. Esto produce una sensación de vértigo, que aceptamos como normal en el caso de la sanidad, que ha de reaccionar ante la urgencia de la enfermedad; pero no entiendo por qué ha de ser así en educación.

Se debería plantear un programa de respuesta y adaptación de largo recorrido y con mucha probabilidad de poder ser aplicado. Por ejemplo, el destino de la EBAU (antes selectividad) es tan incierto que nadie es capaz de apostar a que se pueda celebrar un examen multitudinario en el mes de junio o julio. Sin embrago, no se ha puesto encima de la mesa un plan alternativo a este examen, que sea equitativo y justo. Seguimos esperando hasta el ultimo momento y ya improvisaremos, guiados por la intuición ignorante (como se esta poniendo de manifiesto hasta el momento).

La intuición ilustrada está brillando por su ausencia para la toma de decisiones en educación. Parece que esta intuición ilustrada está siendo utilizada únicamente por los profesionales de la sanidad a pie de cama, menos mal que ahí sí esta funcionando.

Fuente de la noticia:  https://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2020/04/20/educacion-crisis–intuicion-ignorante/1108238.html

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El Webinar «Coronavirus y Crisis de los sistemas educativos en América: Alternativas desde los y las trabajadores de la educación»

Mundo/14-04-2020/Autor y Fuente: Grupo de Contacto Internacional

El *Grupo de Contacto Internacional* conformado por dirigentes gremiales del sector Educación de América y Europa te invita al Webinar  *Coronavirus y Crisis de los sistemas educativos en América: Alternativas desde los y las trabajadores de la educación*

Fecha: viernes, 17 abril 2020

Hora:

*2 pm hora de Costa Rica

3 pm hora de Bogotá /Panamá / Ciudad de México / Ecuador

4 pm Caracas

5 pm Buenos Aires / São Paulo

5 pm Nueva York/ Puerto Rico

Expositores y Expositoras:

Dennis Solís de APSE Costa Rica

Monique Dols magisterio de Nueva York

Yesid González de ADE Bogotá/Colombia

Andrea Lanzette de SUTEBA Multicolor Buenos Aires

Edgar Isch Profesor universitario y gremialista de Ecuador

Moderador: Luis Bonilla-Molina del Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes

Relatoria: Mercedes Martínez Padilla, Federación de Maestros de Puerto Rico

17 abril 2020
* Hora de referencia mundial para la conexión 02:00 PM hora de Panamá*

Entrará al webinar a través del siguiente enlace:
https://us02web.zoom.us/j/89232283548?pwd=VjhKN2FKZlRWdEc2NDB2TFZmNU1JQT09
Contraseña: 291635

Transmitiremos en vivo a su vez en la página de facebook de la Federación de Maestros de Puerto Rico en la siguiente dirección: https://www.facebook.com/federaciondemaestrosdepuertorico/

Imagen: https://optinmonster.com/webinar-marketing-101-how-to-sell-anything-with-webinars/

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Coronavirus y crisis: enfrentar la coyuntura construyendo mayor igualdad

Por: Horacio Fernández y Claudio Lozano

 

Presentación: La aparición de la pandemia debido al corona virus ha desencadenado una profundización de escenarios de crisis tanto a nivel mundial, regional y en nuestro país indudablemente. Ahora bien, desde el material que se presenta a continuación, se procura puntualizar condiciones recesivas que ya se vivían en los distintos escenarios, y que incrementa las posibilidades de asistir a una depresión generalizada. Por lo que resulta importante tratar de describir, sucintamente las condiciones previas a la pandemia. Así mismo y dado que en los procesos de crisis en el orden capitalista se agudizan las condiciones de desigualdad, y los sectores del poder económico intentan descargar el peso de las mismas sobre el resto de la sociedad, se plantean para nuestro país una serie de propuestas que hagan que sea ese poder económico (grandes fortunas, cúpula empresarial concentrada y la gran banca privada), el que hoy aporte los recursos necesarios. Llevar adelante estas iniciativas, impone la rediscusión del papel del Estado, orientado a garantizar formas de regulación que permitan garantizar las condiciones de reproducción social con mayor equidad, para enfrentar la pandemia y encarar luego un proceso de recuperación conjugado en condiciones de mayor igualdad. CRISIS ANTES DE LA CRISIS Es preciso dejar en claro que esta crisis tiene componentes que ya existían en el ordenamiento del funcionamiento actual del sistema capitalista mundializado, antes de la aparición de la pandemia. Tiene muchos puntos de continuidad con la crisis del 2008 y tiene puntos de diferencia, a los que es necesario referirse. Como punto en común podemos caracterizar que estamos frente a una crisis que no se resuelve, y que tiene como marco las contradicciones entre las relaciones capitalistas y los impactos que introduce el cambio tecnológico: generación de excedentes extraordinarios por vía del incremento de la productividad y la reducción del consumo de la fuerza de trabajo por unidad de producto y apropiación privada y concentrada de los mismos, produciendo fenómenos simultáneos de depresión del consumo de masas, sobreinversión y sobreacumulación de capitales. Este escenario nos pone frente a enormes masas de plusvalor que no encuentran donde valorizarse y que terminan generando burbujas especulativas, montañas de capital ficticio sin contrapartida en la economía real. Este proceso, que no encontró resolución luego de la crisis del 2008, se refleja en un bajo crecimiento de la economía, baja tasa de inversión productiva y bajo crecimiento del comercio mundial. Fenómeno acompañado por un crecimiento exponencial del endeudamiento a escala global, endeudamiento tanto de los Estados, corporativo (de las empresas) y de las familias. En su informe 3 sobre el Comercio y el desarrollo del 2018, la UNCTAD (organismo de las Naciones Unidas para el Desarrollo), señala que a comienzos de ese año a escala global, ese endeudamiento había llegado a los 250 billones de dólares, el triple del Producto mundial, contra los 142 billones de una década atrás. Cabe así mismo mencionar, que una parte sustancial del endeudamiento corporativo, fue a alimentar inversiones financieras especulativas y recompra de acciones de esas mismas empresas que generaron una exuberante valoración bursátil sin creación de valor. NUEVOS ELEMETOS O sea, que lo que estábamos analizando, era que se habían gestado las condiciones para el estallido de una nueva crisis. La incertidumbre era acerca de cuándo venía, y cuándo iba hacer su aparición el cisne negro que la desatara. Como aspectos nuevos y que no estaban presentes en la crisis del 2008, por lo menos con la importancia que lo están hoy, hay dos nuevos componentes. En primer lugar las disputas proteccionistas entre Estados centrales afectados en término de desigualdad social por los resultados del redespliegue productivo global, y que tiene por objeto capturar los mayores beneficios en el reparto de la globalización. Aparece Estados Unidos como un actor central pretendiendo recuperar espacios y en ese marco la virulencia del enfrentamiento comercial con China ocupa un rol fundamental. Por otra parte, otro factor que no estaba presente en 2008 son los enfrentamientos alrededor del cambio en la matriz energética que se expresan en dos aspectos. Por un lado, en la guerra de precios de los productores de hidrocarburos convencionales, es decir la disputa de Rusia y Arabia Saudita, y que junto a la caída de demanda mundial, ha llevado el precio del petróleo a apenas por sobre los 20 dólares el barril. Así mismo, el establecimiento de precios tan bajos busca forzar un parate de la producción del shale de un Estados Unidos transformado en un jugador central en la discusión petrolera mundial y puesto en conflicto, original por cierto, con uno de sus aliados principales en Medio Oriente, que es Arabia Saudita. También aparecen actores en la disputa por el camino a energías más limpias, versus los dependientes de combustibles fósiles. En ese sentido, China parece estar recorriendo el camino hacia las energías más limpias y en esa dirección está incorporando alrededor de un millón de vehículos eléctricos por año. Es decir, sobre este trípode: crisis no resuelta en la acumulación de capital, disputas por el proteccionismo, y disputas por el cambio de la matriz energética, elementos que ya permitían avizorar que la economía mundial transitaba hacia una nueva fase recesiva, hace su aparición la pandemia, desestabilizando aún más un cuadro ya inestable como el descripto. Generando un escenario de mucha mayor incertidumbre y de mucha mayor complejidad, y abriendo la puerta no ya un proceso recesivo, sino a la posibilidad de que se desencadene una depresión generalizada de la economía mundial Este escenario, que nos coloca en un círculo de caída de la producción, caída del consumo, mayor caída de la producción, pérdida de los ingresos, pérdida para los Estados, para las empresas y para 4 las personas, y que impone una ruptura de la cadena de pagos y de imposibilidad de afrontar los compromisos de deuda, hecho este que retorna en términos de ruptura del crédito y mayor profundización caída de la producción. Es decir, estamos ingresando en una espiral descendente que tiene difíciles pronósticos, y que se expresa en los procesos de destrucción de capital y desvalorización, que evidencian los mercados bursátiles. En ese contexto aparecen paquetes de financiamiento promovidos por los países centrales (Estados Unidos, Alemania, Banco Central Europeo). Y el intento de ponerle un piso a la caída. En síntesis, la pandemia cataliza, acelera y profundiza una crisis que ya estaba en ciernes. En igual sentido, sostener este planteo pone en duda aquellos pronósticos que, suponiendo el final de la pandemia en los próximos dos meses, prevén una rápida recuperación de la economía y el comercio mundial. ¿Cómo esta crisis va a impactar en la Región? Obviamente el impacto en el canal comercial es fundamental. Las exportaciones de materia prima de nuestra región tienen por destino los países que hoy están atacados por esta crisis en el hemisferio norte. El turismo y los servicios van a golpear muy fuertemente en América Central, en América Latina y en Argentina también. El parate productivo que ya traía la guerra comercial, sumado al que profundiza la aparición de la pandemia, golpea fuertemente sobre la interrupción generalizada de las cadenas globales de valor, con especial intensidad tanto en Brasil como en México. Esto tiene un aditamento, que es el deterioro de los precios de los commodities. Una gran diferencia para la región en comparación con la crisis del 2008, es que justamente en aquel momento, la región venía de una situación de elevados precios internacionales, que le había permitido acumular un importante volumen de reservas, que permitieron que los gobiernos de la región pudieran surfear en ese momento la crisis. Vale resaltar que China que hace una década actúo como un dinamizador para arrastrar favorablemente a la economía mundial, hoy ha recortado sus proyecciones de crecimiento para este año a sólo un 3.5%. Lo cual obviamente afecta la situación de los precios de los commodities. En este marco, ¿Cómo nos golpea la crisis en Argentina? Lo que hay que aclarar y particularizar es que este marco encuentra a la Argentina, y es un rasgo común en los países de la región, con márgenes de informalidad, precariedad, pobreza y de indigencia muy altos. Después de la trágica experiencia del neoliberalismo macrista, nosotros tenemos casi un 40% de pobreza, y 10% de indigencia. Cabe puntualizar que desde el 2010 hasta los años de la recesión macrista se venían alternando períodos de crecimiento y de caída de la actividad. Con lo cual, podemos decir que Argentina afronta la pandemia en el marco de diez años de estancamiento. Que se agravaron en los últimos dos años con caídas importantes del PBI estancamiento e informalidad, donde prácticamente el 50% de la fuerza de trabajo ocupada presenta algún grado de precariedad, lo cual dificulta aún más la situación. 5 Es decir, este cuadro hace que la pandemia agrave el cuadro social. Pero dicho cuadro, donde la pobreza y la indigencia tienen por correlato situaciones de hacinamiento, de falta de vivienda, de limitaciones al acceso al agua potable y de falta de higiene y salubridad, le plantea restricciones al mantenimiento de una cuarentena generalizada. Ya que la misma potencia, si no se actúa con celeridad y eficacia, la desigualdad y el deterioro social. Lo planteado impone una drástica alteración de las prioridades con las que se conducía el paradigma gubernamental en materia económica. Hasta este momento el gobierno intentaba modificar la estructura de precios relativos de la economía resultante del macrismo, mientras negociaba una solución al endeudamiento externo. En este marco la prioridad asignada a la resolución de la deuda impactó en términos de una fuerte austeridad fiscal, que limitó la posibilidad de utilizar al Estado como un potente redistribuidor de ingresos e inductor del consumo y la demanda global. En la nueva situación, ningún acreedor puede demandarle a la Argentina un plan económico consistente. Y la situación de crisis mundial, permite una solución acordada que postergue los pagos por varios años o en su defecto la inmediata suspensión de los pagos. Pero además, el debate sobre cómo reactivar la economía se ha transformado en una discusión respecto a cómo evitar o contener una mayor caída de la actividad y una mayor desigualdad. Sobre todo por lo que se planteaba antes, esta retroalimentación negativa entre condiciones sociales que hacen más vulnerable a la pandemia, y una pandemia que agrava la situación de las condiciones sociales. Cuadro este que puede generar una situación de colapso de inimaginables consecuencias. Entonces, parece ser necesario discutir que lo más importante, lo que está a la orden del día, son las medidas de contención de esta situación. El gobierno ha lanzado una cantidad de medidas: transferencia de ingresos a los sectores más postergados, a través de bonos para dependientes de planes, beneficiarios de la asignación por hijo y jubilados que gana la mínima. Y en los últimos días ha incorporado a monotributistas, que son aquellos que en muchos casos encubren relaciones laborales, monotributos sociales, trabajadores y trabajadoras autónomas y trabajadoras de casa de familia, más el resto de la informalidad (con las limitaciones previstas: no percibir otros planes excepto AUH y asig. por embarazo o que no haya otro miembro del hogar con ingresos). Transferencia de ingresos acompañada por una recuperación de la inversión pública, que se encuentra limitada porque obviamente, frente al aislamiento que nos propone la cuarentena, el shock de inversión, no tiene muchas posibilidades de llevarse a cabo. Puntualmente, hoy sólo se ejecutan las que son destinadas a ampliar la capacidad del sistema sanitario. Otra medida importante, que alcanza a un punto del producto bruto interno, es abrir una línea de financiamiento para dotar de capital de trabajo a bajas tasa de interés a pequeñas y medianas empresas, fondeadas a través de la liberación de encajes y rescate de Leliq por el BCRA. Con respecto a las medidas que se han planteado desde el gobierno, podemos caracterizarla como en tres rubros: la transferencia directa de ingresos hacia a la población más vulnerable, un shock 6 de inversión pública, y el financiamiento para la PyMES. En términos generales podemos decir que hay un desbalance en el paquete gubernamental que privilegia la política monetaria y la asistencia financiera, por vía el sistema bancario. Hoy no parece ser este el camino. Los bancos no sirven para canalizar financiamiento y el tercio de las empresas que están bancarizadas incorpora a muchas que tienen espaldas para afrontar la situación, y deja afuera a toda la informalidad empresarial. El camino es la política fiscal que incluye la discusión respecto a cómo generar un piso mínimo de ingresos equivalente, por lo menos a la canasta alimentaria y de alcance universal para el conjunto de los hogares. Política fiscal que debe fondearse aprovechando la amplia liquidez disponible en la gran banca privada y que debe servir para asistir de manera directa a la nómina salarial PyME. Frente a lo agudo de la pandemia, hay que garantizar ningún hogar con hambre, ningún hogar bajo la línea de indigencia. Y finalizada la misma, para apuntalar la recuperación, hay que elevar el piso de ingresos de alcance universal para alcanzar el criterio de ningún hogar bajo la línea de la pobreza. ¿Qué herramientas creemos nosotros y que hemos planteado desde nuestra Central?: transformar y universalizar el hoy vigente Salario Social Complementario en un Salario Social de Empleo y Formación para las Jefas y jefes de hogar desocupados o con ocupaciones de subsistencia. También universalizar efectivamente la asignación por hijo e hija. Hemos demostrado que fácilmente pueden incluirse en el sistema, tres millones de pibes y pibas que hoy están por fuera. Promover una asignación para todas aquellas adultas y adultos mayores que no cumplen con los requisitos de la seguridad social. Son tres herramientas de carácter universal, o propuestas de Renta Básica, que obligan a destacar un concepto. Y es que, frente a las formas precarias de relación laboral hoy vigentes, la seguridad social no puede estar más atada, como en el Estado de Bienestar, al modelo del pleno empleo del fordismo. Y por ello, hay que animarse a pensar otras alternativas. Lo que transitemos hoy, conteniendo los efectos de la pandemia, tiene que tener un vínculo con lo que pensamos como recuperación posterior del proceso económico. En ese sentido pensamos que junto al establecimiento del piso de ingresos que estamos planteando hay que impulsar un plan de financiamiento compulsivo. Con esto queremos decir que los bancos tienen que garantizar que se reprogramarán todas las deudas que no puedan pagarse. Pero además, que se van activar las líneas de crédito para garantizar el pago de salarios y el crédito para el capital de trabajo. Como decíamos, la propuesta de volcar casi un punto del PBI a baja tasa es importante. Pero choca con el obstáculo de la gran banca privada que no quiere habilitar líneas de créditos. Se requiere una acción agresiva del Banco Central. Y si es necesario, declarar de interés y de utilidad pública al sector. Para poder intervenir y obligar, mientras dure la emergencia, con regulaciones más fuertes, a cumplir con las instrucciones de la autoridad pública. Suspensión de pagos, renta universal, financiamiento de la nómina salarial y el capital de trabajo de las PyMES, son las claves de una estrategia que debe completarse con una clara vocación estatal de comprometer a las principales fortunas y a la cúpula empresarial en el aporte 7 concreto frente a la crisis. Resulta intolerable que, en contextos como el vigente, los dueños del poder económico boicoteen la situación aumentando precios, limitando el abastecimiento o agravando el desempleo y la caída de los ingresos. Es indispensable, en este sentido, declarar de interés y utilidad pública aquellos aspectos de la economía que resultan centrales para afrontar la emergencia: Alimentos, Salud, Medicamentos, Equipamiento Médico, Transporte, Finanzas, Energía, Higiene y Limpieza. Esto debería dotar al gobierno de instrumentos para intervenir sobre las firmas y los bancos, a efecto de obligarlos a cumplir con las definiciones de la Autoridad Pública. Esto permitiría colocar un bono a los grandes bancos para dispones de la liquidez existente y no prestada por las propias entidades. Permitiría exigir que las empresas importantes sean capitalizadas por sus dueños para afrontar la nómina salarial y el pago de impuestos. Garantizar que las empresas que han hecho fortunas en base a los tarifazos afronten el no pago de las facturas con sus propios recursos. Que los laboratorios se subordinen a la política de medicamentos que imponga el ministerio de Salud, así como también el abastecimiento a precios razonables de los alimentos. Estas definiciones sumadas a la posibilidad de requerir un aporte de las grandes fortunas, considerando inclusos el dinero fugado al exterior, son algunas de las posibilidades que hay que barajar en el presente contexto. Por otro lado, no podemos pensar que, superada la crisis de la pandemia, la economía mundial vuelva a funcionar como hasta ahora. Entonces, la salida que se pensaba para nuestro país, basada en poder generar un shock de exportaciones, no tiene mucha posibilidad. Primero, porque el mercado externo está deprimido. Segundo, porque la apuesta a grandes exportaciones a través del shale gas para que generara dólares, tampoco tiene perspectivas por lo ya explicado. Por lo tanto, no hay recuperación si no es pensando seriamente en el mercado interno como actor fundamental, impulsando un fuerte proceso de sustitución de importaciones. Ahí tiene un rol imprescindible como inductor de la demanda agregada el piso de ingresos de alcance universal equivalente al valor de una canasta de bienes y servicios, que permiten a un hogar superar la situación de pobreza. Así mismo, en el marco del derrumbe del valor patrimonial de las acciones empresarias, se abre la oportunidad para que el Estado vuelva a ocupar un papel central en actividades neurálgicas, sobre todo del complejo energético. Existen condiciones para retomar por poco valor el control sobre el sector energético (luego del proceso de destrucción de valor, hoy YPF tiene una valuación de 1000 millones de dólares). Recuperar el control sobre YPF, y el proceso de distribución energética podría permitir volver a tener un sistema centralizado, fundamental para pensar en un sistema productivo distinto como el que planteamos. Entonces, si se suspenden los pagos, si hay un estricto control de las divisas, no se paga un peso más de las reservas, y lo que entra por comercio exterior se utiliza para incentivar el aparato económico, el financiamiento compulsivo y la recuperación y el control del mercado de 8 alimentos y el de la energía por parte del Estado, estamos en condiciones de pensar en unir una estrategia productiva distinta a partir del enfrentamiento de la pandemia. Poder desarrollar estas estrategias impone primero la revalorización del rol del Estado. Pero resulta indispensable dejar en claro qué significado damos a esta afirmación. Estamos acostumbrados a ver que los más connotados gurúes neoliberales, hablando en nombre del poder económico, hoy salen a pedir que el Estado sea el garante del orden económico que a ellos los beneficia. Que emita, si eso es necesario para ese objetivo!! Son los que suelen reclamar en contextos de crisis la socialización de las pérdidas, así como en las recuperaciones proponen privatizar las ganancias. Son también los que ya comienza a decir que el sector privado ya hizo un gran esfuerzo y que ahora le toca al Estado y vuelven con las viejas recetas de achicar el gasto público (salarios jubilaciones, etc.). Vale la pena afirmarlo una vez más, que por décadas de aplicar estas políticas de desfinanciamiento y achicamiento del sector público, hoy los Estados se encuentran inermes, tanto en argentina como en gran parte del mundo para enfrentar sanitaria y socialmente las consecuencias de esta pandemia. Desde los trabajadores y los sectores populares el debate sobre el papel del Estado debe orientarse a garantizar formas de intervención y regulación que permitan la construcción de un nuevo acuerdo social, capaz de garantizar las condiciones de reproducción social sobre bases de mayor justicia y equidad. A su vez, y aunque es posible que deban ser tratados con mayor profundidad, es importante destacar algunos comportamientos y reconfiguraciones sociales que como organización social, como organización sindical debemos mirar con detenimiento. Tenemos que estar atentos para que como sociedad, no permitamos cruzar una línea bastante delgada que está entre el control de la pandemia y el autoritarismo. Porque realmente también alarma ver los pedidos de extremo punitivismo cuando salen en boca de aquellos que, hasta hace poco tiempo negaban que en nuestro país hubiera habido 30.000 detenidos desaparecidos, o aquellos que son los adalides de las políticas de mano dura. Al mismo tiempo como organización de trabajadores nos vemos desafiados. Cómo nos defendemos en estos momentos, si no podemos defender y ejercer la organización y la acción colectiva de los trabajadores. Cómo afrontamos el aislamiento social, el miedo al contacto, el miedo a la circulación, cuando la organización en los lugares de trabajo y la acción colectiva y directa para defender nuestras condiciones de trabajo y conquistar nuevas son eminentemente colectivas? La salida de la crisis va a reconfigurar nuestros comportamientos sociales. Frente a grandes crisis los sectores que concentran el poder, procuran aplicar la doctrina del shock denunciada por Naomi Klein, intentando que las soluciones a las mismas a gran escala se vertebren profundizando las desigualdades. Estamos desafiados a descubrir nuevas capacidades de construcción y organización social para enfrentar esta encrucijada. Las enormes muestras de solidaridad que se ponen de manifiesto frente a la crisis son la base sobre la que vamos a construir colectivamente esas condiciones. 9 Además resulta evidente que se acelera la incorporación de nuevas formas de trabajo. El teletrabajo, la educación a distancia o virtual, el comercio on-line. Todas estas transformaciones, todas estas modificaciones que formaban parte de los objetivos para limitar el colectivo de los trabajadores, ganan un espacio en la emergencia, que difícilmente no se intente hacerlas permanecer a posteriori como un ordenamiento social general. Como trabajadores y trabajadoras, nuestros modelos de organización siempre adoptaron la mejor forma para enfrentar la explotación de la fuerza de trabajo en cada época histórica. En esta oportunidad no será distinto. Aceptamos los desafíos que nos propone. Enfrentamos una situación de crisis. Pero estamos convencidos que revalorizando el rol del Estado, y dando una disputa sobre los términos en que se debe dar esa revalorización, podemos afrontar la pandemia primero, para luego encarar un proceso de recuperación bajo contenidos de mayor igualdad.

Fuente: Los autores escriben para OVE

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Crisis económica por el coronavirus impactará sobre los más pobres, alerta Cáritas

Europa/Italia/08/04/2020/Autor y fuente: acento.com.do

Roma, Italia.- Caritas Internationalis advirtió de que la crisis económica derivada de la pandemia «impactará sobre los más pobres» e instó a la comunidad internacional a «estar preparados para implementar medidas que ayuden a las personas a construir sus vidas».

En una rueda de prensa telemática desde Roma, el secretario general de Caritas Internationalis, Aloysius John, expresó su preocupación sobre cómo afectará la crisis sobre los más pobres y los países menos desarrollados.

«Estamos en medio de una tragedia mundial histórica sin precedentes creada por la pandemia del coronavirus. En este momento crítico, Caritas Internationalis se está organizando para acompañar, movilizar recursos, apoyar y ayudar a los afectados por el virus y también aquellos que se ven afectados indirectamente debido a las consecuencias sociales y económicas de la pandemia», explicó.

Se detuvo, sobre todo, en el impacto económico global que esta teniendo la pandemia con «cientos de miles de personas sin trabajo debido al encierro y la desaceleración de la economía global».

«Estamos ante una crisis importante que no se parece a ninguna otra crisis que hayamos conocido. Es global, afecta a todos y no se salva a ningún país. Es un gran desafío», dijo el secretario de Caritas Internationalis que aseveró que esta situación llama a la «solidaridad global».

Las 165 Caritas nacionales han puesto en marchas varios programas y medidas para apoyar a las poblaciones afectadas y por ejemplo en India se han suministrado más de 72,000 botellas de desinfectante, más de 400.000 mascarillas y 64.000 kits para higiene personal

Por ello, adelantó que la preocupación mayor en estos momentos de este organismo católico es «preparar a los países más pobres de África, Asia, América Latina y Oriente Medio» y sobre todo a «los migrantes, los solicitantes de asilo y los desplazados, que también se encuentran en condiciones vulnerables y ya están afectados por la pérdida de medios de subsistencia, precarias condiciones de vida y también falta de necesidades básicas».

Otra de las preocupaciones de Caritas Internationalis es la situación humanitaria en Sudán del Sur y África Central, «donde un brote de la pandemia podría conducir a un gran desastre humanitario en estos países, ya frágiles debido a la continua guerra y violencia.»

Y ante ello pidieron que no «se desvíe la asistencia humanitaria» a estas comunidades que sobreviven con ayuda.

John explicó que también se están ocupando de los que llamó «pobres urbanos», los más necesitados en las grandes ciudades y también los más vulnerables en esta crisis.

Además de su campaña de información a nivel local sobre las medidas higiénicas necesarias, también se informó de algunas iniciativas de ayuda a los ancianos, como hacerles la compra o llamándoles por teléfono para aliviar la soledad.

Las 165 Caritas nacionales han puesto en marchas varios programas y medidas para apoyar a las poblaciones afectadas y por ejemplo en India se han suministrado más de 72,000 botellas de desinfectante, más de 400.000 mascarillas y 64.000 kits para higiene personal.

Por ejemplo, en Ecuador, la Caritas local ya está ayudando a casi 2.000 personas, incluidos alrededor de 1.000 niños y adolescentes, explicaron.

También se están distribuyendo de alimentos y productos de necesidades básicas como Caritas Jerusalén, que lleva paquetes de alimentos a la gente en Cisjordania y también en Gaza a través de las parroquias.

Mientras que Caritas Venezuela organiza comedores para distribuir almuerzos y tiene un programa de nutrición para los niños.

Por ello, Caritas abogó a la comunidad internacional a que continúe «enfocando su atención en el apoyo al Sur del mundo, que se necesita cada vez más en este momento de tragedia».

También pidió «que se levanten las sanciones a Siria, Líbano, Yemen e Irán para que el trabajo humanitario pueda continuar en este momento crítico de supervivencia para los más pobres». EFE

Fuente e imagen: https://acento.com.do/2020/economia/8801358-crisis-economica-por-el-coronavirus-impactara-sobre-los-mas-pobres-alerta-caritas/

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