El acrítico uso informacional de internet en la Educación Primaria venezolana (I Parte)

El acrítico uso informacional de internet en la Educación Primaria Venezolana (I PARTE)

Jorge Díaz Piña

Después de haber presentado la relatoría comentada de los documentos sobre el origen de la neoliberal “sociedad de la información” en Estados Unidos y Europa (http://www.aporrea.org/internacionales/a225633.html), el posicionamiento de América Latina y el Caribe ante ésta (http://www.aporrea.org/medios/a225933.html), y el de la Educación Primaria de Venezuela (http://www.otrasvoceseneducación.org/archivos/63367), vamos a proceder al proceso interpretativo de los mismos. Entendiendo este proceso como una atribución de sentido a partir de la significación dada a los textos desde paradigmas epistemológicos y teóricos que soportan la “caja de herramientas” del análisis crítico del discurso.

         El proceso que durante las décadas de los años 80 y 90 del siglo pasado va a posicionar hegemónicamente a nivel internacional al neoliberalismo económico se va a apoyar en el discurso ideológico de lo que Ramonet (1995) denominó el pensamiento único “la traducción a términos ideológicos de pretensión universal de los intereses de un conjunto de fuerzas económicas, en especial, las del capital internacional” (p. 58). Discurso que además de apoyarse en las ideas-fuerza del libre comercio sin fronteras, la desregulación de los mercados, la libre concurrencia, la competencia y otras, que expresan su propósito global de expansión y control del mercado mundial, va también a expresarse en la idea-fuerza de un mundo más estrechamente interrelacionado de manera interdependiente pero asimétrica. En el que los términos de intercambio serán desiguales entre las naciones capitalistas centrales o hegemónicas autonombradas como desarrolladas, y los países periféricos o dependientes de aquellas que se articularán de modo subordinado a las mismas, como se pudo constatar en la presentación analítica de los textos seleccionados al respecto. Ander-Egg (1998) lo refiere de la siguiente manera

“Es un proceso asimétrico: unos globalizan, marcando las orientaciones y ritmos del mercado y de la inversión, no por imposición imperialista, sino como consecuencia del poderío de las multinacionales y de los grupos financieros; otros son globalizados o, mejor dicho, quedan atrapados en la marea globalizadora, con notables efectos en amplios sectores de la población.” (p. 11)

Este mundo interrelacionado será viabilizado principalmente a través de las TICs, “las redes de computadores son la base tecnológica que ha permitido el surgimiento del capitalismo de redes global” (Fuchs, 2012, p. 34). Estas tecnologías serán presentadas por el discurso neoliberal como innovaciones que impactan transformadoramente la productividad económica y las actividades socioculturales, así como los restantes ámbitos de las sociedades, “la globalización propiamente dicha es un fenómeno histórico reciente, impulsado por las tecnologías de la comunicación y de la información (…) es un fenómeno y proceso histórico cuya concepción y realización expresa la ideología neo-liberal” (Ander-Egg, ob., cit. pp. 11-12). De aquí que la temática de la información o de sus flujos cruce e impregne los restantes discursos (científicos, políticos, administrativos y otros). Tanto su soporte tecnológico como los flujos informacionales se convertirán en las condiciones suficientes para liberarse de fronteras y legislaciones nacionales, así como de incompatibilidades tecnológicas para englobar o interconectar los distintos lugares o sitios geográficos en tiempo real. Lo que implica que el espacio y el tiempo serán objeto de compresión virtual. Otra consecuencia que esto conllevará, será la afectación de las relaciones sociales interpersonales ya que las mismas serán significativamente mediadas o mediatizadas por las TICs., “la tecnificación de las relaciones sociales, en todos los niveles, se universaliza.” (Ianni, 1998, p. 9).

La importancia con la que se impulsará y alcanzará la generalización de los flujos informacionales para la interconexión mundial, implicará que se empiece a llamar prevalecientemente a este tipo de relacionamiento social con el eufemismo ideológico neoliberal de sociedad de la información, “el discurso de la sociedad de la información es una ideología que anticipa y celebra la privatización de la información y la incorporación de los desarrollos de las TIC a la expansión del libre mercado.” (Fuchs, ob. cit., p. 29). A partir de los años 90 se promoverán estrategias de carácter internacional para acelerar ese proceso de informacionalización global con el que se solapará la expansión capitalista neoliberal.

Las iniciativas en el sentido de estructuración de la sociedad de la información son entendidas como parte del creciente, profundizado y asimétrico proceso de renovación de la interdependencia internacional (denominado “globalización”), orientadas como están por las ideas y las prácticas neoliberales, para las cuales el mercado libre y desregulado es, por encima de todas las cosas, la entidad que es necesario preservar. (Bemfica y otros, 2005, p. 94)

Lo que conducirá a que se creen instancias o mediaciones transnacionales de organización y control global. Dichas instancias serán promovidas primordialmente por los Estados Unidos (EE.UU.) y por la Unión Europea (UE), que los inscribirán en el marco de la ideología neoliberal o del pensamiento único para profundizar la internacionalización económica capitalista en su nueva fase de acumulación o etapa de expansión o nuevo modo de desarrollo según Castells (2010), con base en la generalización de la tecnología informacional de manera destacada. En esta dirección, el discurso sobre la sociedad de la información servirá como cobertura ideológica para incitar y articular a las demás naciones en función de la promesa de lograr su desarrollo a través de la competitividad informática. Sociedad de la información que demanda en lo tecnológico, mercantil y legal, regulaciones normativas para el funcionamiento eficiente de las redes de las telecomunicaciones a nivel internacional para su gobernanza. En este sentido, el discurso de la sociedad de la información, que tiene como presupuestas a las TICs como dispositivo de transformación social, es legitimado y difundido por medio de instancias transnacionales para impulsar el “libre mercado mundial”, “los intereses del mercado son transformados en interés público y los intereses nacionales se subordinan a los internacionales. Los Estados tienden a someterse a directrices definidas en instancias foráneas” (Bemfica y otros, 2005, p. 94); sin embargo, ello no ocurre sin que se generen contradicciones entre la libertad mercantil global y la necesidad de un marco regulatorio que la haga funcionar, esto es, entre sus ideas de liberalización y privatización, y la exigencia de acceso a la información que requiere la intervención del sector gubernamental para intentar favorecerla, así como entre el principio de “cooperación internacional” y las directrices institucionales internacionales que propician la desigualdad entre los intereses y las naciones involucrados.

Todas esas contradicciones tienen como base fundamental la tensión entre la naturaleza de la información como bien cultural o público que le confiere la característica de ser transferible y de libre acceso, y la información como producto o servicio mercantil, o de valor agregado privado, y que en última instancia, son manifestaciones de la contradicción entre el valor de cambio de las cosas materiales e inmateriales, en este caso, de la información, y su valor de uso o utilidad en la sociedad capitalista. Por esta razón la difusión y expansión de la sociedad de la información a través de las políticas de los organismos internacionales a cargo, estarán condicionadas por las discusiones y luchas en torno a los posicionamientos respecto al acceso versus privacidad, que envuelve los temas de servicios de información de carácter universal, libertad de expresión y propiedad intelectual entre otros que destacan.

Pese a lo paradójico de este contexto en que se desenvuelve la globalización tecnoinformacional, las políticas nacionales de los países periféricos o dependientes respecto a las orientaciones y acciones para la informacionalización de sus sociedades, pasan por aceptar y subordinarse aunque manifestando resistencias y planteando opciones alternativas al cumplimiento de las regulaciones internacionales establecidas convirtiéndose los gobiernos de esta manera, en aseguradores de la aplicación de esas regulaciones como se evidencia en las declaraciones intergubernamentales de América Latina y el Caribe sobre la global sociedad de la información que referimos en su oportunidad.

Este acatamiento de los gobiernos nacionales se enmarca en las prioridades de la agenda internacional de los centros hegemónicos del capitalismo neoliberal de afianzar un mercado global desnacionalizado o mercado mundial en red en el que las tecnologías informacionales y sus flujos conforman la unidad funcional de una red de redes. De esta forma, se imponen políticas de información y comunicación que son expresión de una creciente, profunda y asimétrica interdependencia capitalista mundial, denominada metafóricamente globalización (Ianni, 1998), noción de significación ambigua que también solapará ideológicamente la búsqueda de la hegemonía planetaria por el capital neoliberal, al igual que la de sociedad de la información, y que desde una perspectiva histórica antidependiente e indoafrolatinoamericanista se propone que se denomine capitalismo tecnoinformacional de redes globorrecolonizadoras. Globalización que con base en su ideario o imaginario político-ideológico, responde a las concepciones neoliberales de un mercado libre de regulaciones nacionales pero subordinado a sus regulaciones internacionales protectoras de un mercado de intercambio mundial desigual, que en el terreno informacional tiene entre sus manifestaciones   la división internacional entre productores y consumidores de información o “brecha digital”.

No obstante lo expuesto, el neoliberalismo no es tan solo una ideología que tiene correlatos en la economía global y la política internacional; tiene su expresión también en el campo cultural o, mejor dicho, en el campo de la contracultura capitalista en tanto convierte a los bienes culturales como la información de acceso público o universal, en bienes privatizados o mercancías que limitan su acceso. Así como se ha expresado generalizadamente que “todo es cultura”, ahora desde la perspectiva neoliberal se podría decir “todo es información, por tanto todo es informatizable o mercantilizable”. De aquí que a partir de esta hipotética sentencia se pueda pensar la mercantilización de la información como teoría y práctica contracultural neoliberal de la información.

La cultura que está prevaleciendo por medio de la influencia que ejercen los discursos de las redes multimedia, es la que se ha dado en llamar la cibercultura. Marí (2002) ha afirmado para enfatizar el progresivo dominio del computador y de las redes informáticas sobre el discurso televisivo y de otros medios que “la cultura hegemónica es, ahora, la ´cibercultura´. En la práctica este relevo se traduce en la progresiva influencia que cobra el discurso de la red sobre el conjunto de los discursos mediáticos (televisivo, de la prensa escrita) y sociales (político, económico)” (p. 51).

La cibercultura es la nueva cultura que además de implicar nuevos objetos simbólicos, implica la formación de nuevos sujetos significantes en una nueva relación entre sujetos y objetos, en un ámbito de semiosis a través de los flujos informacionales y de la comunicación tecnotransmisiva. Ello conlleva por consiguiente,   nuevos modos de informarse y comunicarse en el que ambos procesos se hibridan para amalgamarse, provocando su indefinición y ambivalencia. Se confunde a la comunicación con la información, y viceversa, ya que se vuelve teletransmisiva en la comunicación instrumentalizada a la información, y a la comunicación se le instrumentaliza tecnoinformacionalmente. Concibiéndose a la comunicación como mero intercambio de señales o mensajes, y no como resignificación en interacción dialógica reconstructiva. Esto conduce a que Marí (2002), sentencie que “el poder existe en la red, aunque su gestión parta de modelos menos verticales y visibles” (p. 158).

Con relación a la interacción dialógica referida ante la información y la comunicación instrumental teletransmisiva, es conveniente resaltar el criterio aportado desde sus investigaciones en torno a la estética de la creación verbal, por el semiólogo ruso Bajtin (1982). Para él el terreno de la expresión es un campo de enfrentamiento entre las fuerzas socioculturales de una sociedad a propósito de su constitución y organización. Esa confrontación la define como lucha entre el monolingüismo y el plurilingüismo. De acuerdo a esta distinción, existe en la sociedad una creación diferencial de los procesos de enunciación y de enunciados producidos. Unos, atienden a la polifonía y nuevas posibilidades semánticas, son los que él denomina plurilingüistas, por ejemplo la conversación, y otros, por el contrario, atienden a la homogeneización, la unificación y la centralización, a la destrucción de la heterogeneidad de los significados y de las semióticas, y los llama monolingüistas, ejemplos, la información y la comunicación mecánica o instrumental.

Son dos formas divergentes de pensamiento y actuación en torno a la expresión enunciadora en una misma lengua o régimen de signos. Sin embargo, reconoce una dialéctica entre ambos procesos en la lucha por los dispositivos de efectuación de las enunciaciones, que en esta investigación educativa, se daría en/por los procesos de expresión de los dispositivos tecno-info-comunicativos de las TICs e Internet, que puede tender a inscribirlos en la pluriliguisticidad, y que aquí se propone que sea en la educación escolar por medio de la regulación de la información y de la comunicación instrumental teletransmisiva a través de su regulación conversacional o dialógica intersubjetiva de los estudiantes bajo la moderación de los docentes.

En opinión de Lazzarato (2010), que ha estudiado el capitalismo neoliberal desde la filosofía del acontecimiento, entendiendo por tal la apertura o construcción de opciones posibles desde la pregunta sobre lo que no ha sido interrogado críticamente y su problematización, y no la solución instrumentalista de problemas, la información y la comunicación teletransmisiva de las TICs impiden u obturan la producción de acontecimientos generando pseudoacontecimientos con soluciones preestablecidas y estandarizadas para manipular los significados y el sentido individual y colectivo. No obstante, pueden ser reconducidas para producirlos en su originalidad creativa o co-creativa.

“Con la net, la potencia de las fuerzas centrífugas, que estaba aprisionada y capturada por la fuerza de unificación y de homogeneización de las redes analógicas (televisión), se libera, se activa e inventa otras máquinas de expresión, otros regímenes de signos. De este modo devuelve la potencia de creación y de realización de los mundos posibles a su propia indeterminación.” (p. 169)

Para Levy (2007), la cibercultura designa “el conjunto de las técnicas (materiales e intelectuales), de las prácticas, de las actitudes, de los modos de pensamiento y de los valores que se desarrollan conjuntamente en el crecimiento del ciberespacio” (p. 1), asumiendo el ciberespacio como el campo de interconexión mundial de las computadoras u ordenadores. Esta interconexión global ciberespacial, junto con la cibercultura que le es concomitante, producen cierta forma de universalidad de las ideas por su ubicuidad y apertura en la red al circular en los textos informativos que para Levy (2002), no genera totalidad, unidad o cierre de sentido en los individuos. Por esto, la cibercultura logra una presencia virtual o representación global de lo social sobre sí mismo, una universalidad, que es destotalizadora (p. 120).

El nuevo “régimen informacional emergente de poder” (Lash, 2005, p. 12), redefinirá histórica y transformadoramente de manera técnico-instrumental la naturaleza de la información como lo señala Mattelart (2002), cuando afirma que, “se acentuará la tendencia a asimilar la información con un término procedente de la estadística (data/datos) y a no querer ver más información sino allí donde hay un dispositivo técnico” (p, 72), creando así un nuevo modo de información. El cambio de la naturaleza de la información expuesto revela su determinación como recurso económico cuantificable, que por consiguiente, la ajusta con base en una economía neoliberal de la información al mercado capitalista, a sus prácticas, instituciones y condiciones de consumo.

Este nuevo modo de información incidirá mediante relaciones de poder como fuerzas de sujeción, en los procesos de subjetivación de los individuos, ya que “designa la forma en que los símbolos se usan para comunicar significaciones para constituir sujetos” (Poster, 1987, p, 122). Desde esta definición de la información, se puede caracterizar la que circula digitalmente por Internet como un modo de significación codificada o programada de los discursos en el que se tiende a mediatizar o regimentar la percepción y la representación de los sujetos que con ella interactúan. Es necesario indicar que para efectos de nuestra exposición, los niños y niñas de las recientes generaciones que son contemporáneos con la difusión sociocultural del uso de las TICs, se les estima manipuladoramente a efectos de su normalización, como “nativos digitales”, por cuanto su desarrollo existencial antes o fuera de la escuela y en ella, se ha desenvuelto y desenvuelve en buena medida vinculada a su empleo, de acuerdo a sus diferentes orígenes y posiciones sociales, convirtiéndose en atractivos nichos de interactividad que impactan sus mundos de vida, influyendo decisivamente en su subjetividad por tanto.

Cuando es referida la subjetivación de los individuos, se alude a su constitución como sujetos de un cierto tipo con base en las experiencias a son sometidos o involucrados, lo que implica que se actúa discursiva y prácticamente sobre sus cuerpos para lograr efectos biopsicosociales a través de su disciplinamiento normalizador sujetante y que conducen a formas de ser y estar en el mundo (Foucault, 1992). Se actuará, en este caso del informacionalismo globalizador, de manera tal que se propiciará configurarlos alienadamente como sujetos informacionales, individuos sujetados o controlados para pensar y actuar de acuerdo a los flujos de información que circulan reificada y fetichistamente a través de la red de Internet.

En torno a la actuación del poder sobre los individuos Lash (2005), plantea una posición complementaria en lo que refiere más que a una subjetivación interna, a una objetivación externa del poder sobre aquellos, cuando indica que “la cultura global de la información, depende del poder de exclusión. En lo fundamental, se trata de exclusión respecto al circuito, a los medios de información, a los flujos globales de información y comunicación.”(p. 12). Esta complementación da pie para reconsiderar como efecto de poder la denominada brecha digital, y sirve para diferenciar socioculturalmente el acceso tecnológico desde las relaciones internacionales y nacionales entre las clases sociales, así como para diferenciarlas también con base en el tipo de uso dominante de las TICs: informativo, comunicación teletransmisiva, recreacional, etcétera.

Acá se desea destacar que se asume la alienación informacional dentro del contexto de alteración y mutación de los procesos de socialización previos al uso infantil masivo y escolar de las TICs, como una condición subjetiva que se produce primordialmente por la separación del consumo informacional instrumental tecnotransmisivo y el contexto cultural reflexivo que permite a los individuos atribuir sentido crítico a la información cuando es interpretada hermenéuticamente, esto es, cuando se propicia su comprensión preferencialmente por medio de la intersubjetividad reconstructiva de la información dada que brinda la comunicación dialógica mediada trascendentalmente. Esto impide la aparición del riesgo patológico del solipsismo inducido en el individuo cuando en su interactividad asocial consigo mismo o monóloga con/por la mediación informacional de Internet conduce a la auto-referencialidad disociada o esquizoide. Haciendo que la información sea indiferente al sentido crítico, ya que el mundo referido para atribuir significado semiótico es tan solo el del sentido común y virtualmente representado suyo. O, en menor medida, pero sin dejar de ser riesgo morboso en definitiva, en interactividad con otros como él, hiperconectados pero sin reconocimiento de sus otredades o alteridades, especie de “monólogo a varias voces” por reiterativa y falta de intersubjetividad polifónica real, que median sus relaciones teletransmisivamente entre sí solamente, sin referentes culturales suficientes que les permita intercambiar o comparar la información con experiencias de alteridades trascendentes a las suyas. Esta consideración se hace pese a la opinión opuesta de Lash (2005), quien sustenta que ya no es posible apoyarse para la reflexión crítica en ninguna experiencia o ámbito trascendental, “la crítica siempre implicó un trascendental, otro espacio independiente desde el cual podía lanzarse la reflexión crítica… A mi entender, el propio orden global de la información ha borrado y devorado todos los trascendentales.” (p. 11)

Referencias

Ander-Egg   (1998) Reflexiones en torno al proceso de Mundialización/Globalización. Editorial Lumen-Hvmanitas, Argentina.

Castells, M. (2010) Comunicación y poder. Alianza Editorial, Madrid.

Bemfica, J., Pereira, A. y Pimienta, C. (2005) “Estado y mercado en la construcción de la Sociedad de la informaciónglobal”, Nueva Sociedad, N° 196.

Foucault, M. (1997) Microfísica del poder. Ediciones La Piqueta. Madrid

Fuchs, C. (2012) Una contribución a la crítica de la economía política del capitalismo Informacional transnacional. En Nómadas Nº 36. Universidad Central, Colombia.

Ianni, O. (1998) Teorías de la Globalización. Siglo XXI editores, México.

Lash, S. (2005) Crítica de la información. Amorrortu editores. Buenos Aires.

Lazzarato, M. (2010) Políticas del acontecimiento. Ediciones Tinta limón. Buenos Aires

Levy, P. (2007) Cibercultura. La cultura de la sociedad digital. Anthropos Editorial.  Barcelona.

Marí, V. (2002) Globalización, nuevas tecnologías y comunicación. Ediciones de La Torre. Madrid.

Mattelart, A. (2002) Historia de la sociedad de la información. Edit. Paidós. Barcelona

Poster, M. (1987) Foucault, marxismo e historia. Modo de producción versus Modo de Información. Editorial Paidós, Buenos Aires.

Ramonet, I. (1995) “Pensamiento único y nuevos amos del mundo”. En Cómo nos venden la moto. Editorial Icaria, Barcelona.

Fuente imagen: http://aprendizajesync.files.wordpress.com/2012/12/impacto-tecnologia-educacion-estudiantes-internet-redes-sociales.jpg

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Gino Ferri:“No es posible pensar que en nueve años los padres solo ven a las maestras y basta ”

Entrevista al educador italiano Gino Ferri, maestro durante muchos años de las escuelas de Reggio Emilia y ahora formador de maestros en Catalunya, que defiende romper con un modelo demasiado rígido.

Gino Ferri lleva en las espaldas 25 años como maestro en las escuelas infantiles de Reggio Emilia, en Italia, un municipio referente en materia de educación infantil. Ahora, sin embargo, prevé instalarse en Cataluña, donde imparte cursos y asesora escuelas para renovar su forma de enseñar. No hablamos de Reggio Emilia, sino de la situación de las escuelas en nuestra tierra y de todo lo que se puede hacer para romper con un modelo educativo demasiado rígido.

Si hablamos de cooperación en la educación, ¿Cómo crees que funciona la relación entre los niños y niñas más pequeños y los maestros?

Más que hablar de cooperación, me gusta hablar de construcción social de los aprendizajes. Los seres humanos construyen no solo sus pensamientos y su conocimiento, sino también su identidad por medio de la relación. Debemos pensar en escuelas cuyo fundamento sea la posibilidad de construir todo lo que pasa allí dentro por medio de la relación. Esto significa entre los niños y niñas, pero también con los adultos.

Claro que todo esto requiere una organización que lo apoye. Para que los niños y niñas puedan vivir procesos ricos es mejor que desarrollen todos sus caminos de conocimiento en grupos pequeños. Si dentro de una clase hay 26 niños, tienes que organizar el trabajo en muchos grupos pequeños que actúan al mismo tiempo haciendo cosas diferentes, y es lo que estoy intentando trabajar aquí con las escuelas que he asesorado, intentando provocar pequeños cambios, porque la costumbre es todos los niños y niñas haciendo lo mismo al mismo tiempo. Las clases a menudo solo tienen mesas, sillas y nada más, y lo que hay que construir es un imaginario en el que las maestras puedan pensar en organizar los espacios en formatos diferentes, mucho más ricos, con oportunidades variadas, de modo que luego puedan organizar pequeños grupos que puedan hacer cosas en autonomía. Y la maestra tiene que poder trabajar cada día con un pequeño grupo diferente, de manera que los niños y niñas puedan disfrutar de las oportunidades que aprender en relación les ofrece.

Todo esto es una carga muy grande para los y las maestras, acostumbrados a hacer algo menos complejo.

Claro, pero lo que noto es que las maestras tienen ganas de cambiar, muchísimas ganas. Si trabajan de forma muy tradicional, muy rígida, es porque no conocen posibilidades diferentes y se enganchan a formas muy rígidas porque les dan seguridad. Y el trabajo que estoy haciendo ahora como formador es ayudar a las maestras a imaginar posibilidades diferentes y a no tener miedo de probar formas diferentes de vivir su día a día. Muchas veces actúan rígidamente porque les da seguridad, pero si las apoyas y les dejas pensar posibilidades diferentes diciéndoles «poco a poco», «pequeños cambios», y sobre todo recurriendo a la ayuda de tus compañeras, dialogando, se puede hacer, y lo hacen con ganas.

Si dices que sí hay ganas, ¿crees que hay un problema en la formación de maestros?

La formación es una cosa y lo que luego se vivirá dentro de las escuelas es otra, y es así en todo el mundo. También diré que me parece que aquí las universidades tienen muchas más relaciones positivas con las escuelas que por ejemplo en Italia. Allí son mundos separados, pero aquí, como he visto por ejemplo en Vic, hay relaciones mucho más estrechas. No creo que sea un problema de formación, sino de cómo pensamos en la escuela.

Con este modelo tradicional del que hablas, de niños y niñas sentados en filas y la maestra dando la lección, da la sensación de que la gente se va volviendo gris. ¿Crees que este modelo mata la ilusión de maestros y niños?

Hay niños de cuatro o cinco años que han perdido la capacidad de imaginar. Sí, podría contarte ejemplos increíbles donde se pueden ver niños de cuatro o cinco años que están acostumbrados a no imaginar, que han perdido toda su capacidad de imaginar. Si preguntas a las maestras por qué está pasando esto, al principio se quedan un poco sorprendidas, pero luego reflexionando llegan a la conclusión de que es porque los estamos acostumbrando así. No solo tienen que hacer todos lo mismo y al mismo tiempo, sino además llegar todos al mismo resultado. Las herramientas que se utilizan, y demasiado, aquí en las escuelas 3-6, las fichas, tienen por finalidad hacer llegar a todos los niños y niñas al mismo resultado, pero es algo que está cambiando, porque hay sensibilidad, hay disponibilidad para cambiar, para imaginar posibilidades diferentes. Lo que hay que hacer aquí es invertir más en el ámbito de la formación dentro de las escuelas. No solo proponer cursos en los que se pueda matricular todo el mundo, sino trabajar más dentro de las escuelas. Lo que veo cada día es que entrando en las escuelas y trabajando junto a las maestras las cosas ya cambian. Incluso en las escuelas más rígidas.

¿Y cómo funciona esta formación dentro de las escuelas?

Lo que hago yo es conocer la realidad de las escuelas sobre unos determinados temas y luego interpretar un poco lo que veo y proponer preguntas para reflexionar. Por ejemplo, hace unos días en una escuela de Terrassa hablábamos sobre los procesos de cambio que ellos ya habían hecho desde hace unos años. Pero luego reflexionamos sobre las herramientas que utilizan para evaluar a los niños y niñas, y mi pregunta fue: ¿Qué relación existe entre estas puñeteras herramientas que utilizáis y los cambios realizados? Y entonces se dieron cuenta de que tenían que cambiar, porque con los niños y niñas de infantil estaban evaluando los resultados, mientras que en nuestra vida cotidiana hemos intentado hacer algo diferente. Es un ejemplo muy particular, pero este es el tema. E inmediatamente nacen procesos de cambio. En una realidad muy dinámica como es Cataluña, ahora lo que debería hacerse es trabajar más dentro de las escuelas. Y llevar la formación dentro de las escuelas, con los claustros, con los grupos, porque hay disponibilidad.

¿La evaluación es un elemento que te ata al modelo tradicional?

Evaluar es importante, porque es una asunción de responsabilidad que debe hacer la escuela, devolver algo que hable de todo lo que ha vivido el niño a lo largo de su ciclo dentro de la escuela. Lo que hace falta es preguntarnos qué es lo que evaluaremos, porque esta pregunta habla de tu idea de qué es la educación. Si solo evaluarás los resultados académicos, incluso en P-3 y P-4, ya está, y para mí evaluar significa también ayudar a las familias a comprender algo diferente. Es decir, que hoy en día los resultados académicos evaluados de forma tradicional no tienen sentido, porque el mundo está lleno de chicos que han tenido buenísimas notas y que ahora no tienen trabajo y están a la espera. «¡Ah, nadie me busca!», dicen. La verdad es que la escuela, en una realidad como la actual, debe ayudar a las personas a saber pensar, saber construir y saber actuar. Para ello se debería involucrar a las familias en la escuela, porque si no lo que las familias esperan de la escuela son buenas notas, buenos resultados académicos. Pero también es responsabilidad de la escuela ayudar a las familias a comprender algo diferente.

¿Y cómo llevamos las familias a la escuela? ¿Cómo cambiar esta relación?

Cambiando la forma de encontrarse con las familias. Las escuelas hacen casi solo encuentros individuales con la familia, y casi no hay encuentros en grupo. Para mí este es el primer paso que se debería hacer, porque es dentro de los encuentros en grupo donde puedes construir una cultura de la educación diferente, también con los padres. Sobre todo fomentando el diálogo entre los padres, y el de estos con la escuela, a partir de los significados que cada día vamos construyendo con los niños y niñas dentro de los procesos educativos.

¿Hay que educar también a los padres, entonces?

No es educar porque tú como escuela lo sepas todo, pero sí involucrar a los padres para que la escuela pueda ayudar a cambiar su mirada hacia la infancia y hacia lo que puede ser la educación, si no todo sigue igual. Nos encontramos en un contexto social que lo hace difícil. Ante el individualismo, los padres y madres piensan solo en su hijo, que tenga buenos resultados…

Claro, por eso hay que cambiarlo y hacer más encuentros de grupo, porque, claro, si no solo tenemos entrevistas individuales en que  cada familia solo pide por su hijo y no mira nada de lo que hay en el contexto en el que vive su hijo cada día, sobre todo hablando de un modelo de escuela 3-12 como el que hay aquí. ¡Los niños y niñas viven nueve años dentro de la misma escuela! No es posible pensar que en nueve años los padres solo ven a las maestras y basta.

¿Y crees que los cambios en la escuela son una palanca para cambios también en la sociedad?

Desde la Revolución Francesa, a finales del siglo XVIII, la escuela siempre ha sido pensada como posibilidad para cambiar la sociedad. Y si pensamos en lo que ha pasado desde los años sesenta del siglo pasado, es lo mismo. La escuela es la posibilidad fundamental para cambiar la sociedad. Está claro que los cambios no son tan radicales, pero es una posibilidad importante, y no solo para preparar personas que sepan hacer cosas, porque no es así. Ahora saber hacer cosas mecánicamente no sirve de nada. Ahora lo que es necesario para cada persona es saber interpretar la realidad y saber construir posibilidades.

Más allá de la escuela, ¿cómo educa la sociedad en la que vivimos? ¿Cómo educa el entorno?

Hay que preguntar a los niños para que se pongan en la situación de pensar y hacer hipótesis. Una de las funciones de la escuela debería ser dar a los niños y niñas la posibilidad de saber interpretar qué pasa dentro de la sociedad. Y esto se hace fomentando la capacidad de los niños y niñas de hacer hipótesis, aunque no tengan nada que ver con la realidad. Hacer hipótesis como posibilidad para conocer, las que sean. Y hablo de niños y niñas muy pequeños, de P-3 y P-4. No decirles todo-esto-es-así, sino preguntarles para que se pongan en la situación de pensar, hacer hipótesis, imaginar, darse explicaciones de los fenómenos que encuentran cada día. Y no darles una puñetera ficha ya con el resultado.

Hemos hablado de la educación infantil, un poco al margen de lo puramente académico, pero a medida que avanzan los niños o los jóvenes esto va ganando cada vez más peso.

Es importante, pero también lo que hace la diferencia es cómo la escuela propone lo académico intentando estar cerca de las formas de aprender de los seres humanos. ¿Cómo aprendemos los seres humanos? La psicología y las ciencias de la mente nos han dicho que el ser humano aprende de forma activa, no solo haciendo, sino entrando en una relación fuerte con su objeto de aprendizaje, y esto vale para los niños de P-3 y para los de sexto de primaria. Debería ser la manera a través de la cual la escuela propone también lo académico, no simplemente mediante informaciones que pasan de los profesores a los alumnos, si no no cambia nada.

Fuente de la entrevista: http://www.laeducacioncuantica.org/educacioncuantica/SEducacionCuantica?PN=16&PE=2&WEBLANG=1&VOLNOT=noticia2&VOLTIP=-1&VOLPAG=1&NOTICIA=636#noticia

Fuente de la imagen: http://www.laeducacioncuantica.org/educacioncuantica/pages/images/uploads/969.jpg

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