Las cinco reflexiones educativas de Ken Robinson en ‘El Elemento’

España / 13 de mayo de 2018 / Autor: Daniel Poyatos Soguero / Fuente: HuffPost

Desde luego, a mucha gente le va bien en la escuela y le encanta lo que ésta le ofrece. Sin embargo, demasiadas personas no se gradúan o abandonan prematuramente sin estar seguras de cuáles son sus verdaderos talentos y sin saber qué dirección tomar porque sienten que en los colegios no valoran aquello que se les da bien. Por ello, Ken Robinson, autor de El Elemento analiza, diagnostica y anticipa intervención sobre diversas cuestiones en materia de educación.

1. La búsqueda de nuestra pasión

La educación tendría que ser uno de los procesos principales que nos llevara hasta el Elemento, la pasión o talento que todos poseemos, aquello en lo que nos sentimos como peces en el agua. Encontrarlo es fundamental para nosotros como individuos y para el bienestar de nuestra comunidad. Ejemplos como el de George Harrison y Paul McCartney, que nunca se interesaron por la música en el colegio ni a quienes se llegó a aventurar su talento, son dramáticamente frecuentes.

2. La conformidad goza de mayor valía que la diversidad

Las escuelas actuales se crearon a imagen del industrialismo del siglo XX, en base a sus principios de cadena de montaje y división del trabajo. Promueven una visión reduccionista de la inteligencia y tratan de homogeneizar y estandarizar, por lo que lamentablemente la diversidad sale malparada.

3. Reformas educativas ineficaces

Casi todos los sistemas educativos públicos del mundo están en proceso de reforma: Asia, América, Europa, África y Oriente Medio. La mayoría de estos movimientos de reforma se centran en el plan de estudios y en la evaluación, pero no en la pedagogía.

Al intentar controlar el plan de estudios, primero, se consolida aún más la arcaica jerarquía de las asignaturas y éste se convierte en un elemento segregador de alumnos que destacan en las perjudicadas; segundo, se ha fomentado la creencia de que las artes, las ciencias y las humanidades, y el resto son totalmente diferentes entre sí. Pero la verdad es que tienen mucho en común. El plan de estudios ha de ser interdisciplinario, ya que no aprendemos algo de forma aislada sino dinámica y constructivamente; y tercero, ha de ser personalizado, teniendo en cuenta los intereses y estilos individuales, porque sólo así se motivará a la persona para aprender ahora y a lo largo de su vida.

En cuanto a la evaluación, se prioriza la aplicación de tests estandarizados que minan la innovación y creatividad (tanto de docentes como discentes), motores para el progreso de la sociedad. Por otro lado, la penalización de colegios con «deficiencias», sin tener en cuenta sus condiciones socioeconómicas, aumenta la desigualdad y provoca el cierre o la cesión a entidades privadas con dudosos propósitos.

4. Invertir en profesores

Los verdaderos desafíos de la educación sólo se solucionarán confiriendo el poder a los arquitectos de la vida, a aquellos profesores creativos y entusiastas que se conviertan en mentores de los alumnos y estimulen su imaginación y motivación.

5. Transformar la educación

La educación no precisa que la reformen, sino que la transformen. La clave para esta transformación no es estandarizar la educación sino personalizarla: descubrir los talentos individuales de cada uno, colocar a los estudiantes en un entorno en el que quieran aprender y puedan descubrir de forma natural sus verdaderas pasiones, para que éstas faciliten una vida plena y feliz.

Referencias:Robinson, K. (2009). El Elemento. Barcelona. Editorial: Random House Mondadori.

 

Fuente de la Reseña:

https://www.huffingtonpost.es/daniel-poyatos-soguero/las-cinco-reflexiones-edu_b_9274612.html?utm_hp_ref=es-reforma-educativa

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La formación obligatoria de los padres en el colegio

España / 11 de febrero de 2018 / Autor: Daniel Poyatos Soguero / Fuente: HuffPost

¿Debe ser obligatorio un curso de formación para ser padre o madre? Esta pregunta de índole hiperbólica, e incluso humorística, podríamos reformularla y ganar en realismo para referirnos a la educación que están recibiendo nuestros pequeños. ¿Debe ser obligatoria la formación de los padres dentro del colegio?

Sirva de posición preliminar la contraria a esa corriente que separa casa y escuela. No coincido con quien critica y discute las malas prácticas de las familias. Pienso que se deben a la inconsciente y deficiente formación de los padres para atajar los problemas derivados de la educación de sus hijos. Apoyo a los padres y entiendo las dificultades sociales, laborales, económicas y culturales que tienen que afrontar. Por ello, es necesario echar una mano. ¿Quién mejor que los profesores y educadores en general para prestarla?

El utópico cambio educativo

Frente a décadas de inmovilismo, las circunstancias actuales propician un cambio en la pedagogía dentro de las escuelas. La mutación educativa está en marcha. A ritmo lento, eso sí. Cada vez son más los maestros que innovan. Hito beneficiado por los avances tecnológicos, que permiten compartir y viralizar en un clic las buenas experiencias educativas.

Sin embargo, este cambio educativo es utópico. No se podrá alcanzar nunca sin las familias. Ellas son quienes pasan más tiempo juntas. Son el ejemplo a seguir para los niños. Los maestros podemos inspirar. Guiar. Transmitir. No hacer magia.

De nada sirve que motivemos a los alumnos a esforzarse si sus padres no se esfuerzan. Que insistamos en aprender cultura si sus padres la desprecian. Que intentemos que lean si sus padres no cogen un libro.

Generalmente, de nada sirve que enseñemos persistencia a los alumnos si sus padres no son persistentes. Que aprendamos a solucionar conflictos si sus padres lo arreglan a gritos o golpes. Que les motivemos a esforzarse si sus padres no se esfuerzan. Que insistamos en aprender cultura si sus padres la desprecian. Que intentemos que lean si sus padres no cogen un libro. Que alertemos de los riesgos digitales si sus padres usan el móvil para entretenerlos. Que trabajemos valores si sus padres los consideran un lujo innecesario. Que respetemos normas si en su casa no existen.

O de nada sirve que les enseñemos Matemáticas, Ciencias o Lengua si los niños no han sido estimulados previamente.

El ejemplo de la estimulación y sobreestimulación

Una metáfora. El niño es como una semilla. Si proveemos las condiciones necesarias, germinará. Crecerá. Florecerá. La estimulación cerebral en los primeros años de vida, y la consiguiente formación de circuitos neuronales, es la base para el desarrollo integral del ser humano. Es el agua, la luz y la tierra para la planta. Experiencias y juegos sensoriales, motores o didácticos son ejemplos de estimulación temprana.

Siempre en su justa medida. Sin caer en la sobreestimulación. Igual que no podemos regar en exceso una planta. Se dan casos de padres que sobreestimulan con desmesurada carga académica. Y repercuten de forma negativa en el desarrollo social y personal de sus hijos.

La exigua estimulación o la sobreestimulación representan errores clásicos. Son ejemplos de recomendaciones sencillas que podemos enseñar a los padres.

La formación para padres no es una novedad. Lo que sí sería original sería su asistencia y participación obligatorias

¿Cómo formarles?

La colaboración entre escuela y familias ha resultado, en la mayoría de casos, insatisfactoria e insuficiente.

Es por ello que la propuesta de realización de cursos o talleres para padres en el colegio no es descabellada. Una formación para padres. Donde enseñemos a enseñar. Educar para educar. Nutrir de recomendaciones, herramientas y técnicas básicas y específicas. Muchos las aprovecharán.

No es una novedad. Lo que sí sería original sería su asistencia y participación obligatorias. Siempre amparadas por las administraciones, que deberán atender y facilitar la conciliación familiar y laboral de padres y docentes.

Los profesores debemos pausar nuestra mirada crítica hacia los padres. Unir casa y escuela. Derribar paredes. Mostrar comprensión. Porque podrían haber sido víctimas de un tipo de sociedad que llevamos años construyendo.

Vaticino que sólo sería necesario llevarlo a cabo unas cuantas generaciones. Hasta que encontremos la senda para la buena educación. Que dejará de ser utópica.

Fuente del Artículo:

http://www.huffingtonpost.es/daniel-poyatos-soguero/la-formacion-obligatoria-de-los-padres-en-el-colegio_a_23345992/

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