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Venezuela: En la ULA falta uno. La silenciosa ausencia de un profesor, bajo la protección de la CIDH

Las aulas de la Universidad de Los Andes en Trujillo, en la calma habitual de la investigación y la enseñanza, esconden un vacío silencioso. Un espacio vacío, una ausencia palpable, un espacio que grita por la justicia. En la ULA falta uno. Falta Gustavo Torres, un profesor que hoy se encuentra injustamente privado de libertad, víctima de una crisis que persigue a la universidad venezolana: la crisis de la libertad; afirma contundente el Profesor Johny Humbría, Presidente de la APULA Trujillo.

 

En un giro preocupante para la libertad académica en Venezuela, el gremio de profesores de la Universidad de Los Andes en Trujillo ha emitido una denuncia alarmante. La situación crítica que enfrenta la academia no solo se ve reflejada en los salarios insuficientes que luchan contra una inflación rampante, sino también en la asfixiante falta de libertades fundamentales. Según declaraciones de Humbría, la universidad no solo sufre por la escasez de recursos, sino que también está siendo desangrada por la ausencia de libertad. La detención de cinco miembros de la comunidad universitaria, entre ellos el profesor Gustavo Torres, tres estudiantes y un egresado, tras las protestas poselectorales. «Un juicio sin rostro, una condena sin voz.».

 

La ausencia del profesor Gustavo Torres en la ULA NURR no es solo una ausencia física, es la ausencia de su voz, de su conocimiento, de su pasión por la enseñanza. Es la ausencia de un profesor que, a diferencia de tantos otros, no ha sido acallado por el miedo, un hombre que siempre ha salido a protestar pacíficamente en defensa de la libertad, la justicia y la democracia.

 

Su detención no es solo un acto de injusticia, es un golpe a la universidad venezolana, a la educación, a la libertad de expresión. Su familia, privada de su presencia, se ve sometida a la tortura de la incertidumbre y la impotencia, recorriendo kilómetros en busca de un mínimo contacto con su ser querido, enfrentando barreras burocráticas y la angustia de un viaje que a menudo se convierte en una esperanza frustrada.

 

 

La situación del profesor Torres y de otros presos políticos venzolanos, ha llegado a oídos de la comunidad internacional, y el pasado 28 de octubre de 2024, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió la Resolución 78/2024, otorgando medidas cautelares en su beneficio. La CIDH, preocupada por el riesgo irreparable a la vida, integridad personal y salud del profesor Torres, ha solicitado al Estado venezolano que informe sobre su paradero y las circunstancias de su detención, o bien, de las medidas tomadas para determinar su destino; y precise si el profesor Torres fue presentado a un tribunal competente para revisar su detención o si se le han imputado delitos; aclare las razones por las que no ha sido puesto en libertad e implemente medidas para que las condiciones de detención del profesor Torres sean compatibles con los estándares internacionales aplicables en la materia.

 

Desde el gremio de profesores de la Universidad de Los Andes en Trujillo, reafirman que esa universidad es una cuna de la libertad y el pensamiento crítico que hoy se encuentra en luto. El silencio de sus aulas se llena con el eco de una injusticia que nos interpela a todos. Desde este profesoral exigen la liberación del profesor Gustavo Torres y de todos los universitarios injustamente detenidos. La universidad no puede seguir viviendo bajo el manto de la opresión. «En la ULA falta uno» es la consigna de esa casa de estudios superiores, señala el profesor Humbría, Presidente de la APULA Trujillo, recordando que su ausencia nos recuerda la lucha que debemos seguir librando. Finaliza diciendo la lucha por la libertad, la justicia y la universidad que soñamos, debe ser la lucha de todos los ulandinos.

 

El otorgamiento de medidas cautelares por parte de la CIDH no solo es un acto de reconocimiento de la vulnerabilidad del profesor Torres, sino también un llamado de atención al Estado venezolano para que garantice sus derechos y ponga fin a la crisis que asfixia la libertad académica en el país.

 

https://diariodelosandes.com/en-la-ula-falta-uno-la-silenciosa-ausencia-de-un-profesor-bajo-la-proteccion-de-la-cidh/

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Venezuela: Los educadores le hablan al país. Sin democracia no habrá educación democrática

PROVEA

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El año escolar 2024-2025 va a iniciarse en un nuevo contexto político para todos: somos víctimas de arbitrariedad y transgresión a los derechos humanos. Y los educadores, formados en la democracia, debemos reforzar la formación de ciudadanos para una convivencia que preserve los valores y principios de un Estado Democrático de derechos y de justicia.

En una de sus obras educativas, el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa decía que “si un Estado es fascista, la escuela es fascista. Si el Estado es falangista, la escuela es falangista. Y si el Estado es democrático, la orientación de la escuela necesariamente tiene que ser democrática”. Por tanto, el desconocimiento de la soberanía popular expresada el pasado 28 de julio (siendo uno de los valores democráticos que debemos enarbolar) y la represión contra los ciudadanos que exigen sea respetado dicho resultado por todos sabido, dan cuenta de un Estado que contradice lo establecido en la Constitución Nacional.

Es imperativo que la sociedad toda comprenda que la existencia de un sistema moderno de justicia, fundamentado en los principios de soberanía del pueblo, libertades públicas, elecciones libres, respeto a los derechos humanos, participación e igualdad de oportunidades, es esencial para garantizar una educación democrática. En otras palabras, sin democracia ni respeto a todos estos valores, la educación para la democracia es letra muerta y el ejercicio de la docencia se verá seriamente comprometido, siendo los educandos los más afectados ante la actual coyuntura de violación masiva de los derechos.

Por otro lado, los educadores, debemos promover el libre debate, la confrontación de ideas, el respeto a la diversidad política y la tolerancia, ya que esto permitirá que la educación refleje la riqueza de la sociedad y forme a los ciudadanos para interactuar de manera crítica y constructiva en el ámbito público.

Sólo en democracia se puede garantizar el derecho a una educación científica, gratuita y de calidad para todos. Solo en democracia se combate la discriminación y la exclusión social. La crisis humanitaria compleja se agudiza hoy, sin que el estado actúe dándole su justo valor.

El sistema y la educación democráticos son dos caras de una misma moneda. Sin un sistema democrático que garantice las libertades públicas, la educación se ve amenazada en su misión de formar ciudadanos críticos, autónomos y comprometidos con la construcción de una sociedad justa y equitativa. Es fundamental, en este nuevo escenario, que nos impone un Estado violador de los derechos humanos, defender y fortalecer la democracia como el cimiento sobre el cual se edifica una educación verdaderamente humana.

No es posible educar en un ambiente de miedo, de terror y persecución a jóvenes estudiantes, a sus docentes y ciudadanos. Se requiere un clima de respeto a los derechos y garantías constitucionales. Se requiere un espacio de tranquilidad, de paz para que sea eficiente y efectivo el proceso enseñanza aprendizaje.

Como educadores, estamos en el deber de oponernos a la pretensión de convertir la educación en un instrumento de control social y político por parte del Estado/Gobierno. Llamamos al magisterio a fomentar el pensamiento crítico, la pluralidad de ideas, el respeto y la defensa de los derechos humanos. En otras palabras, llamamos a fomentar la democracia y a luchar para que en la educación no se siga entronizando la pobreza.

En palabras de Paulo Freire, pedagogo brasilero: “Hablar de democracia y callar al pueblo es una farsa. Hablar del humanismo y negar a los hombres, es una mentira.”

¡Viva la Democracia!

¡Salvemos la Educación!

¡Libertad para todos los menores que se encuentran presos!

https://provea.org/actualidad/los-educadores-le-hablan-al-pais-sin-democracia-no-habra-educacion-democratica/

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Docentes afirmaron que sin democracia no habrá educación democrática en Venezuela

Los trabajadores escolares protestaron frente al Ministerio de Educación el mes pasado. Foto: Adriana Loureiro Fernández para The New York Times.

 

Varios gremios educativos afirmaron este viernes antes del inicio del año escolar 2024-2025, que sin democracia no habrá una educación democrática para todos en Venezuela.

 

A través de un comunicado conjunto compartido por el Movimiento de Educadores Simón Rodríguez en su cuenta de X, reiteraron que sólo en democracia se puede garantizar una educación científica, gratuita y de calidad. Además, que así se puede combatir la discriminación y exclusión social.

 

Asimismo, señalaron que “sin un sistema democrático que garantice las libertades públicas, la educación se ve amenazada en su misión de formar ciudadanos críticos, autónomos y comprometidos con la construcción de una sociedad justa y equitativa”.

 

Ante eso, hicieron un llamado al magisterio “a fomentar el pensamiento crítico, la pluralidad de ideas, el respeto y la defensa de los derechos humanos. En otras palabras, llamamos a fomentar la democracia y a luchar para que en la educación no se siga entronizando la pobreza”.

 

Docentes afirmaron que sin democracia no habrá educación democrática en Venezuela

 

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El Salvador profundo

Recientemente, estuve en una visita de trabajo (para una investigación que realizo con mis estudiantes de Maestría en Métodos y Técnicas de Investigación de la Universidad de El Salvador) en el norte del Departamento de Morazán, en concreto en el Caserío El Trueno, en el Municipio de Torola. Era la segunda vez que visitaba Torola; la primera vez fue allá por 1995-96 cuando –recién terminada la guerra civil (1981-1992)— Miguel Ventura me pidió que lo apoyara en un proceso de formación política para las comunidades del norte de Morazán. Accedí a dar el apoyo que me solicitaba Miguel Ventura, consciente de que ese departamento había sido –en su zona norte— uno de los principales teatros de la guerra civil, con todas las secuelas de destrucción, abandono y dolor que ello había supuesto para sus pobladores. En la UCA, en donde yo trabajaba en ese entonces, imperaba el compromiso –un legado de los jesuitas asesinados en 1989— de proyectar el quehacer universitario (y de tener presencia universitaria) entre los sectores sociales populares. Contaba, pues, con el aval de mi jefe –el P. Rodolfo Cardenal— para insertarme, como profesor, en ese proceso de educación popular.

Antes de 1995-96 ya había visitado Morazán: primero San Francisco Gotera, en 1986[1]; y luego, poco después de firmados los Acuerdo de Paz (1992), Perquín, Sabanetas y el Zancudo. En esas ocasiones, apenas pude conocer las dinámicas de vida de este departamento. Después de mi experiencia en Torola –en donde di una charla de análisis político a pobladores que, durante la guerra, habían permanecido en el campo de refugiados de Colomoncagua (Honduras)— mis viajes al norte de Morazán se hicieron frecuentes, prácticamente hasta que dejé la UCA, en 2008. En coordinación con la Fundación Segundo Montes, en ese tiempo bajo la dirección de Miguel Ventura, organizamos jornadas de formación socio política que me permitieron tener contacto con pobladores de, entre otros lugares, Perquín, Torola, San Fernando, Arambala, Jocoaitique y Cacaopera.

Otro El Salvador se abrió a mis ojos. Gentes que habían vivido y seguían viviendo en el abandono, pero que no habían perdido las ganas de vivir y de esforzarse por salir adelante con lo poco (extremadamente poco) que tenían. Gentes que acogían agradecida, en sus humildes hogares, a alguien que –como yo— llegaba a hablarles de democracia, derechos humanos, participación, sociedad civil y temas equivalentes.

En esos años inmediatos al fin de la guerra de la guerra civil, a este otro El Salvador también pertenecían las gentes del nororiente de Chalatenango (Guarjila, Los Ranchos, San José Las Flores, Aracatao, Las Vueltas) que habían vivido los embates de la guerra, la represión militar y el exilio, en su caso, al campo de refugiados de Mesa Grande (Honduras). Y, actualmente, a este otro El Salvador pertenecen las gentes que, con su pobreza a cuestas, sobreviven en los distintos rincones olvidados y marginados de este país, especialmente en sus zonas rurales y costeras.

No soy ingenuo ni tampoco ciego: El Salvador profundo está marcado por la pobreza, el abandono y la precariedad. Pese a ello, lo que encontré en el caserío El Trueno, después de casi 30 años de haber estado en la zona por primera vez, me impactó por lo mucho del parecido con lo que vi en 1995-1996: una precariedad, abandono y pobreza tales que era como si el tiempo se hubiera detenido. Me las vi con una injusticia social arraigada quizás desde siempre; una injusticia social que ha marcado la vida de bisabuelos, abuelos, padres, hijos y nietos desde tiempos inmemoriales. Una injusticia social que marca la vida de los niños y jóvenes de las comunidades que habitan la zona y que, ahora como en el pasado, no es motivo de preocupación para las autoridades del Estado.

El retroceso en el tiempo que experimenté se vio reforzado por algo que percibí en 1995-96 y sigue estando presente en 2024: la calidez, cordialidad, fraternidad y capacidad de compartir de las gentes de Torola (y que se puede extender, creo yo, a todo el norte de Morazán). También me llamó la atención, al igual que en 1995-96, las ganas de aprender de estas personas, su escucha atenta y su disposición a apoyar, disciplinadamente, aquello que les ayude a mejorar su vida o a conocer mejor sus problemas.

Mientras caminaba desde el centro de reuniones del colectivo de mujeres (la casa de lámina de una lidereza puesta a disposición de la comunidad) hasta el lugar en donde esperaba el vehículo que movería al grupo de estudiantes hacia San Salvador y Santa Ana, no dejaba de pensar en la dura realidad social que me rodeaba. Las dos horas y pico caminando cuesta arriba fueron favorables para darle vuelta a las ideas; no podía dejar de decirme: “este es El Salvador profundo”. Y aquello que decía Monseñor Romero de que “con este pueblo no cuesta ser buen pastor” se me imponía al recordar los tamales pisques que, con esfuerzo y usando lo poco que tienen, nos habían preparado o en las tortillas de maíz nuevo que me regalaron para que me trajera a casa.

Definitivamente, elijo a este El Salvador como mi país. No el país de ficción, grato para quienes han perdido el sentido de realidad o quieren mostrar que creen en algo en lo que no creen.  Por mi parte, me quedo con El Salvador real. Con su gente, con sus pobres; con quienes, como dijo José Martí, quiero yo mi suerte echar.


[1] Con mi ahora exesposa, Ana Delma Márquez (que había nacido en San Francisco Gotera) decidimos llevar a nuestro hijo de un año (Oscar Arnulfo) a casa de sus bisabuelos.

Fuente de la información e imagen:  https://insurgenciamagisterial.com

Fotografía: Luis Armando González

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Ultima Hora. Dignidad, esperanza y organización para recuperar la Democracia en Venezuela

SIN ACTAS NO HAY LEGALIDAD EN LA ELECCIÓN PRESIDENCIAL

La jornada electoral presidencial del domingo 28 de julio ha culminado con una enorme decepción para la gran mayoría del pueblo venezolano. El Consejo Nacional Electoral (CNE) emitió un boletín después de la medianoche, en el cual da como ganador a Nicolás Maduro, a pesar de que Elvis Amoroso anunció que correspondía sólo al 80% de las actas escrutadas. Como la diferencia entre Maduro y González Urrutia es de sólo 704.114 votos, el 20% restante de actas por escrutar, que correspondería aproximadamente a 2.514.694 votos, es una cifra que perfectamente puede modificar el resultado final de las elecciones, de manera que el boletín del CNE con el cual proclamaron como presidente electo a Nicolás Maduro este lunes 29 de julio, no se basa en una “tendencia irreversible” de la votación, sino todo lo contrario. Por esta causa, la proclamación que ha hecho el CNE es completamente ilegal, pues las cifras aportadas no demuestran que Maduro haya ganado las elecciones.

Adicionalmente, dicho boletín no se sustentó en el informe de la comisión técnica integrada por los testigos de los representantes de los candidatos y el representante del CNE, ni fue suscrito por éstos, según lo establece el protocolo respectivo, tal como lo denunció el candidato del partido Centrado, Enrique Márquez. Pero, además, el presidente del CNE, Elvis Amoroso, realizó la adjudicación y proclamación como ganador a Nicolás Maduro como ganador de la contienda electoral sin que previamente se haya producido la totalización del 100% de las actas de escrutinio, lo cual violenta procedimientos claves para garantizar la legitimidad del ganador proclamado.

Hasta que no se haya contabilizado el 100% de las actas, y corroborado dichas actas con las que existen en manos de los testigos electorales del candidato de oposición Edmundo González Urrutia, no puede el CNE definir quién es el candidato ganador de las elecciones presidenciales. La oposición con el 73% de las actas de escrutinio emanadas de las propias máquinas del CNE ha presentado votación a favor de Edmundo González de 2 a 1 respecto a Nicolás Maduro. Es por esa razón que consideramos fundamental que el CNE permita una auditoría de la votación y publique de inmediato los resultados detallados por Estados, Municipios, Parroquias, centros de votación y cada mesa electoral.

Nos preocupa igualmente la denuncia realizada por el candidato opositor Enrique Márquez, quien afirmó este lunes que el boletín leído por Elvis Amoroso a media noche, no salió de la sala de totalización, y que por tanto el origen de ese boletín sería completamente irregular. A lo que se une la suspensión de la transmisión de actas que ejecutó el CNE a las 7 de la noche del domingo, y la expulsión de los testigos de oposición tanto del CNE principal como de numerosos centros de votación.

El pueblo venezolano, dentro y fuera del país, sabía que no estaba participando en unas elecciones totalmente democráticas ni competitivas. Con proscripción de candidaturas; presos políticos; artimañas “técnicas” como: cambiar a electores de circunscripciones de forma unilateral un día antes de la elección; disminuir la cantidad de mesas de votación para generar retrasos y por ende, el desgaste del electorado; enviar máquinas defectuosas a los centros de votación para retrasar el proceso; impedir la presencia de veeduría internacional amplia y con credibilidad; evitar la labor de los testigos electorales; impedir desde 2010 la posibilidad de inscripción en el Registro Electoral Permanente de los venezolanos migrantes en el exterior; etc, fueron sólo algunas de las tácticas utilizadas por el partido-Estado-ente electoral para aferrarse ilegítimamente al poder como fue consumado de madrugada ante la mirada estupefacta de todo un país y el mundo. Ni las dictaduras argentina y chilena, las más cruentas del siglo XX latinoamericano, se atrevieron a semejante fraude electoral cuando sus élites gobernantes organizaron las elecciones que dieron de ganador a Alfonsín y la salida de Pinochet en 1983 y 1988, respectivamente.

El resultado final de la gran jornada cívica que protagonizó el 57% del electorado, incluyó no sólo el ejercicio del derecho al voto sino una gran movilización autónoma e independiente de la sociedad que se auto organizó sin maquinaria, sin recursos, padeciendo persecuciones, chantajes, amenazas y el saldo siempre de personas detenidas que sólo ejercen su derecho a la participación política consagrada en la Constitución Nacional. Estamos, para quienes aún lo dudan, ante la consolidación de un régimen autocrático que no admitirá jamás su derrota frente a su ilegitimidad social y política, porque la miseria, la depauperación de la vida cotidiana con los servicios públicos decadentes, la pérdida de todos los derechos laborales y de la seguridad social propiciado por las políticas económicas del gobierno neoliberal de Nicolás Maduro, no le dan forma de contar con respaldo de ningún tipo. Sería absurdo pensar que una sociedad que ha padecido el éxodo del 30% de su población por la crisis económica (precedente a las sanciones internacionales contra Venezuela, que agudizan la situación), la represión y persecución por pensar distinto y el hambre, haya respaldado a sus verdugos con el voto: ese mito se lo creen sólo quienes desde el poder asumen tener el “derecho a gobernar” irrespetando la voluntad popular.

A escasas horas de este desconocimiento por parte del gobierno -y del CNE controlado por él- se generó un inmediato rechazo en las calles de todo el país, especialmente en los sectores populares, otrora bastiones del chavismo, que ya comienzan a ser duramente reprimidos, tanto por fuerzas de seguridad del Estado como por funcionarios de civil, incrementándose las prácticas de violaciones masivas a los derechos humanos de la población. En menos de 12 horas ya el Observatorio de Venezolano de Conflictos contabiliza 187 protestas en 20 estados del país. No existe contradicción entre la movilización electoral y la protesta. Exhortamos a los funcionarios policiales y militares a respetar los derechos constitucionales, especialmente: la protesta pacífica, la libertad personal, la integridad física y la vida.

Las distintas fuerzas políticas de oposición tienen una gran responsabilidad en sus manos para construir un espacio amplio de cambio que aglutine a todas aquellas personas comprometidas con la reinstitucionalización del país, para contar con las mínimas garantías políticas y construir así caminos viables para salir de la severa crisis humanitaria que padecemos. Estamos ante un Estado criminal que no cesa en su afán persecutorio y en la construcción de “enemigos” para responsabilizar siempre a otros de los errores de gestión que ellos cometen. El impulso transformador y el entusiasmo que vivimos en estos meses de campaña, más la lucha perseverante y digna que han sostenido distintas fuerzas de trabajadores como los docentes, las enfermeras, los siderúrgicos y petroleros, entre otros, deben sumarse en un amplio frente social y político antifascista/antidictatorial, para llevar adelante formas organizativas que logren un reconteo / auditoría electoral de los resultados del 28-J, tal y como han sugerido países como Brasil y Chile, con la participación de la única veeduría internacional creíble que acudió al proceso: el Centro Carter y la Misión de Naciones Unidas.

La historia de 200 años de liberación que ha protagonizado el pueblo venezolano no puede ser pisoteada por más tiempo. La fuerza del pueblo venezolano, su esperanza, su alegría y su solidaridad debe ser el centro de las acciones que guíen el camino frente a un poder totalitario amparado sólo en la fuerza de la represión, porque quedó demostrado que el pueblo perdió el miedo y todos sabemos que los resultados anunciados por el CNE no coinciden con la voluntad popular expresada en las urnas. La unidad de todos los actores políticos y sociales, para ello será fundamental. No es momento para esperar milagros ni mesías, es momento de defender el voto con todas las actas de la votación y construir un frente único en esa dirección.

Los abajo firmantes,

 

Abrahan Carrillo, Ingeniero Industrial en formación (UNA), Autónomo PYME.

Adrián Torres Marcano, Profesor en la Universidad Central de Venezuela (UCV) / Filosopaz.

Alexis Mercado, Universidad Central de Venezuela (UCV).

Alicia Ponte Sucre, Profesor Universitario, Medicina.

Aida Rebeca Rojas, Docente jubilada de la Universidad de Carabobo. Gente del Deporte.

Aliex Mora Profesora Titular. UC. CED

Alirio Rangel Díaz, Agricultor Red de Semilleristas y productores de papa y hortalizas del Estado Trujillo.

Amanda Querales Valdivieso, Artista y trabajadora social de la UCV.

Ana Cristina Henríquez, escritora y cineasta.

Ana M Tortolero, Profesora Titular Jubilada Universidad de Carabobo.

Ana Rosa Arandia, Prof. Titular Jubilada Universidad de Carabobo.

Anadina Salvatierra, Profesora Jubilada de la Universidad de Carabobo.

Anamaría Correa, Profesora jubilada Universidad de Carabobo.

Andrea Gotopo, Abogada de la Universidad de Los Andes (ULA).

Andy Delgado, profesora CENDES – UCV

Anna María Díaz, comunicadora social.

Ángel Enrique Zambrano, abogado, dirigente vecinal.

Ángel Rafael Lombardi Boscán, Director Centro de Estudios Históricos LUZ (Universidad del Zulia), Premio Nacional de Historia.

Ángela Di Stasio, Profesora Universidad de Carabobo.

Antulio Rosales, Profesor universitario en York University.

Ana T. Gómez, Socióloga de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Ana González, Comunicadora Social, Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).

Arnoldo Gomez, Profesor Universidad de Carabobo.

Aulides García, Economista UCV.

Aura Henríquez, Profesora Universidad de Carabobo.

Belinda Colina. Profesora de la Universidad del Zulia (LUZ).

Benjamín Scharifker

Blanca Elena Salas. Profesora titular activa.Enfermería. Universidad de Carabobo.

Carlos Alberto Molina, Antropólogo, Profesor Universitario. Movimiento por la Democracia.

Carlos Araujo Ferrer, Abogado.

Carlos Alberto Nieto Palma, Coordinador General de Una Ventana a la Libertad.

Carlos Silva, Profesor.

Carlos Walter, médico, profesor universitario de la UCV, CENDES.

Carmen Caleya, Gerente universitario.

César Bencomo, Antropólogo Universidad Central de Venezuela (UCV).

César Oviol, dirigente popular.

Cecilia Montero. Profesora Universidad del Zulia (LUZ).

Consuelo Iranzo. Profesora Titular Universidad Central de Venezuela (UCV).

Corteza Agüero Rodríguez, Profesora de educación media jubilada, abogada.

Daniel Ramírez-Carrillo. Antropólogo, Universidad Central de Venezuela (UCV).

Diamora Guevara, abogada.

Doris Castrillón, Profesora Universidad de Carabobo.

Douglas Gómez, Secretario Ejecutivo de la CUT.

Edgar Rolando Smith, Profesor Universidad de Carabobo. OAE.

Edgardo Lander, Profesor titular jubilado de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Edwin Sambrano Vidal, Abogado defensor de DDHH, integrante del Espacio CONSENSO.

Eleonora Cróquer Pedrón, Instituto de Estudios Críticos, México.

Emiliano Terán Mantovani. Profesor investigador CENDES UCV.

Emily Da Silva, Politóloga UCV, investigadora social. Movimiento por la Democracia.

Felix Guillén, profesor de derecho laboral, UJAP.

Fabián Chacón, abogado.

Fabiola Arroyo Poleo, Activista de la comunidad venezolana en Perú.

Fanny Barbera, Profesor Universidad de Carabobo.

Francisco Javier Lasarte Valcárcel, Profesor jubilado de la Universidad Simón Bolívar (USB).

Francisco Javier Rodríguez, ingeniero.

Francisco Javier Tascón Gutiérrez, médico.

Francisco Javier Velasco Páez, Director del CENDES UCV, profesor-investigador, miembro del Observatorio de Ecología Política de Venezuela.

Freddy Colmenares , Profesor Universidad de Carabobo.

Freiman Páez García, Sociólogo Militante y Activista Social de Guasdualito, estado Apure.

Gabriela Ramírez, Ex defensora del pueblo y ex diputada.

Gésime O., Docente Facultad de Odontología. Universidad de Carabobo.

Glexsy Dugarte. Comunicadora Social. Docente en la Universidad Internacional de Aguascalientes.

Golfredo Dávila. Ingeniero. Coordinador de la Unión Nacional de Acción Social, Sindical y Gremial.

Guillermo Tell Aveledo, profesor UNIMET/UCV.

Gustavo Márquez Marín, Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Héctor Navarro. Profesor titular jubilado de la UCV. Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Himilco Villasmil. Economista, educador, cantautor, dirigente político.

Inés Quintero, Historiadora.

Iraida Tapias, abogada.

Isandra Villegas, Profesora Universidad de Carabobo.

Ismenia Brito. Antropóloga. Sector salud. Maracaibo.

Jacqueline Richter, Profesora en la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Jairo Brandao, Psicólogo clínico. Valencia.

Jeudiel Martínez, Sociólogo de la Universidad Central de Venezuela (UCV)

Jesús Puerta. Profesor UC. Grupo Pensamiento Crítico

Johnny Alberto Alarcón Puentes. Profesor de la Universidad del Zulia.

Joaquín Landaeta Pérez, Profesor Universidad de Carabobo.

José Gregorio Darwich Osorio. Profesor Titular de la UCV.

José Jesús Betancourt Sanoja, Médico, dirigente social y político del Estado Cojedes. Movimiento por la Democracia

José Parra, Maestro jubilado.

José Ramón Ortíz, Naturopatia, Sector Salud.

José León Uzcátegui, Profesor titular jubilado de la Universidad de Carabobo (UC). Grupo Pensamiento Crítico.

Juan Carlos Apitz, Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UCV

Juan Carlos Barrios. Docente jubilado.

Juan Cristóbal Castro, profesor de la Pontificia Universidad de Valparaíso.

Juan García. Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Juan Luis Sosa, Abogado, Investigador Social. Director de la A.C. Construyendo Valores para la Convivencia.

Karla Padrón, Internacionalista de la Universidad Central de Venezuela.

Keymer Ávila, investigador y profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Laura Rojas, Economista.

Liliana Buitrago, Docente e Investigadora.

Lucila Méndez de Alam, Profesora Universidad de Carabobo.

Luis Bonilla Molina. Docente e investigador en ciencias sociales.

Luis Mogollón. Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución. Comité Nacional de Trabajadores en Lucha.

Luisa Gomez H., Socióloga, Profesora Titular Jubilada Universidad de Carabobo.

Luis Ramírez, Abogado, Escritor y Político.

Luz Marina Garcés. Profesora jubilada Universidad de Carabobo.

Luz Mely Reyes, periodista, premio mundial de libertad de expresión.

Mabel Mundó. Investigador docente. De Desarrollo cultural y educativo

Magdalena López. Kellogg Institute for International Studies, University of Notre Dame /Centro de Estudos Internacionais, (ISCTE-IUL)

Manuel Antonio Cárdenas Minguet, Ex Director de la Escuela de Relaciones Industriales de FaCES de la Universidad de Carabobo.

Manuel Llorens, psicólogo, profesor de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB)

Manuel Sutherland, Director del Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO).

María Albers. Profesora Titular Jubilada Universidad de Carabobo.

María Cruz Fadoul, socióloga.

Maria Leal, Profesora Universidad de Carabobo.

Maria Luisa Maldonado, Profesora Universidad de Carabobo.

Maria Teresa Boulton, investigadora fotografía.

Mariano Crespo, jubilado Universidad Pedagógico Experimental Libertador (UPEL), Maracay.

Mariella Abraham de Quintero, Profesora Universidad de Carabobo.

Marlene Talavera, Profesora Jubilada de la Universidad de Carabobo.

Marisela Betancourt, Politóloga.

Marisol Aguilera. Profesora universitaria, USB.

Masaya Llavaneras Blanco. Profesora Asistente, Huron University College (Canadá).

Melvis Humbría, dirigente nacional del MAS.

Merlin Serrano Corrales. Socióloga de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Mijail Vargas Valez, abogado UGMA (Venezuela) y UBA (Argentina). Migrante en Argentina.

Milena Granado, Profesora Universidad de Carabobo

Moisés Durán, Sociólogo Universidad Central de Venezuela (UCV).

Nancy Oñate de Gómez, Profesora de la Universidad de Carabobo.

Nelly Prigorian, profesora- investigadora, PhD Ciencias Políticas.

Nelly Arenas. Profesora Titular Jubilada, Universidad de Carabobo.

Nelson Suárez. Educador Carabobo.

Nicmer Evans, Politólogo, miembro del Movimiento Democracia e Inclusión y del Espacio Político CONSENSO.

Nidia Cárdenas. Historiadora y profesora universitaria.

Nilio Parra. Activista comunitario Maracaibo.

Ninoska Rivero, Abogada.

Ocarina Castillo. Profesora titular jubilada UCV.

Oly Millán Campos. Prof. UCV. Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Omaira de Corredor, Profesor Universidad de Carabobo.

Omar Vázquez Heredia, Investigador académico y profesor universitario.

Oscar Fuenmayor. Docente. Maracaibo.

Óscar Rodríguez H. Economista y Abogado de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Ex profesor universitario.

Patricia Parra Hurtado, Politóloga de la Universidad Central de Venezuela (UCV), migrante en Argentina.

Pedro Capett. Profesor de LUZ.

Rafael Herrera, Profesor Jubilado, Universidad de Carabobo.

Rafael Parra, estudiante de Ingeniería en Agrobiotecnología, Instituto Tecnológico de Chascomús del CONICET – Universidad Nacional de San Martín.

Rafael Uzcátegui, Sociólogo y defensor de DDHH.

Rafael Venegas, Profesor Universidad Central de Venezuela (UCV) y Secretario General de Vanguardia Popular.

Raul Fachin Viso, Profesor Universidad de Carabobo.

Rebecca M. Blackwell, socióloga, investigadora científica y docente universitaria.

Ricardo J Olivero M., Profesor Universidad de Carabobo.

Roberto López Sánchez, Profesor en la LUZ (Universidad del Zulia). Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Rose Mary Hernández Román. Docente de la Universidad «Rómulo Gallegos».

Rosmary Díaz, Ingeniera de Sistemas de la UNEXPO. Artista venezolana.

Samir El Hamra Herrera, Profesor Titular de la Universidad de Carabobo.

Santiago Arconada Rodríguez. Activista social. Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Sergio Noguera. Profesor Universidad de Carabobo.

Sofía Viloria. Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Teresa López de Maldonado, Profesora Universidad de Carabobo.

Tulio Hidalgo Vitale, Profesor Universidad de Carabobo.

Thony Navas, Sindicato de Salud Ccs, miembro de Consenso y Comité Nacional de Conflicto Trabajadores en Lucha.

Víctor García Padilla, Profesor Jubilado Facultad de Ingeniería.

Victoria Bigio.

Wilma Gómez, Universidad de Carabobo.

Wladimir Abreu, profesor de Filosofía Antropológica de la Universidad de Carabobo (UC).

Yelena Alejandra Carpio Cuesta, Abogada feminista.

Yslanda Vargas, Profesora Universidad de Carabobo.

Yoember Angulo, Abogado, UCV.

Yuri Valecillo, SNTP, Fotógrafo.

Zoila Amaya. Profesora UC.

 

 

Para suscribir este documento, enviar correo electrónico a: escuelanuestraamerica@gmail.com

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Las mejores (y más inspiradoras) frases de Noam Chomsky

Vivimos en tiempos confusos, desordenados y cambiantes, en los que la filosofía debería de ocupar un lugar central y ser nuestra guía para enfrentarnos a la incertidumbre cotidiana de una mejor manera. En ese sentido, vale la pena conocer y reflexionar sobre las ideas que nos ha dejado Noam Chomsky, uno de los pensadores más importantes de nuestro tiempo. Y qué mejor manera de hacerlo que recopilado sus frases más relevantes.

Las mejores frases de Noam Chosmky
Uno de los pensadores más importantes de nuestro tiempo./Imagen Wikipedia

Y es que Noam Chomsky es muchos mundos al mismo tiempo. Es psicolingüista, profesor, intelectual, académico y en particular activista. Investiga y escribe, pero también sale a las calles para recitar en voz alta las injusticias y recordarnos que el mundo es mejor si el dinero se redistribuye.

También conocido como el “padre de la lingüística moderna”, Chomsky es sin duda un referente contemporáneo para analizar las complejidades del siglo XXI. Las desigualdades sociales, las guerras, las políticas sociales y todas las bifurcaciones del capitalismo.

La vida y obra de Noam Chomsky

Nació un 7 de diciembre de 1928, en una familia de judíos que migraron a Filadelfia. Desde muy pequeño, Noam se escapa a las librerías de viejo de Nueva York a comprar libros relacionados con el anarquismo. Ahí, entre los pasillos polvorientos y los anaqueles de obras perdidas, encontró su vocación.

Pasó de una universidad a otra, de Pensilvania a Harvard y de Harvard a MIT. Sus estudios sobre el lenguaje revolucionaron la academia y trastocaron la forma en la que entendemos y escuchamos el mundo que nos rodea. Desde los años 50, Chomsky y otros intelectuales modelaron la ideología después de la Segunda Guerra Mundial.

Las mejores frases de Noam Chosmky
Chomsky siempre se ha pronunciado por las causas más justas. /Imagen Wikipedia

Asimismo, acompañó sus estudios con un gran activismo. Estuvo en contra de la guerra en Vietnam como muchos jóvenes, se pronunció contra el intervencionismo estadounidense en países de América Latina y habló de la responsabilidad que los intelectuales tienen para criticar los sistemas de poder.

Entre las causas en las que ha levantado la voz, están la libertad de expresión, la guerra en Irak y en particular contra el sionismo, llegando a denunciar que las políticas del gobierno israelí en Palestina son equiparables al apartheid de Sudáfrica.

Frases inspiradoras de Noam Chomsky

Dicho todo lo anterior, y porque siempre es un buen momento para hacerle un homenaje a los grandes personajes de nuestra historia como por supuesto es el llamado Padre del Lenguaje, aquí les dejamos una recopilación de sus frases más inspiradoras. Se trata de una colección de enseñanzas de la vida, de la sociedad y sobre todo de la justicia.

Sobre el nuestras creencias…

1. ”No debemos de buscar héroes, sino buenas ideas”.

2. “Si no creemos en la libertad de expresión de la gente cuyas ideas despreciamos, no creemos en nada”.

3. “La pasividad puede ser el recurso más fácil, pero nunca el más honorable”.

Sobre la democracia…

Las mejores frases de Noam Chosmky

Actualmente ha sido una de las voces más críticas contra el sionismo. /Imagen Unsplash

1. ”Hay que darse cuenta que las campañas políticas, son diseñadas por las mismas personas que venden coches y pasta de dientes”.

2. ”La educación es un sistema de enseñanza impuesta”.

3. ”La propaganda es a un estado democrático lo que la coerción a un estado totalitario”.

Sobre la educación…

1. “No creo que debamos coscificar a la personas como modelos, más bien hay que codificarlas por sus acciones, pensamientos y principios”.

2. ”Si no te interesas en la política, la política se interesará por ti“.

3. ”Fortalezca su mente en cualquier momento y en cualquier lugar”.

4. ”La educación es la herramienta más fuerte que podemos usar para cambiar al mundo“.

Fuente: https://www.sopitas.com/mientras-tanto/las-mejores-y-mas-inspiradoras-frases-de-noam-chomsky/

 

 

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Democracia o libertad: las antinomias de la nueva fase capitalista

¿Qué es lo nuevo de las derechas “alternativas” y por qué siguen sumando adhesiones?

El avance de las fuerzas políticas reaccionarias en el mundo, más allá de las particularidades regionales y nacionales, exige un esfuerzo interpretativo sobre las transformaciones profundas de la economía política y de la producción de poder, sus personificaciones sociales, el correlato en la geopolítica y la construcción de sentido común. Adentrarnos en el caso argentino con la emergencia de Javier Milei, permite un acercamiento analítico a los fenómenos en curso.

El joven siglo XXI irrumpió con toda su maquinaria-digital y aceleradamente se transformaron las relaciones sociales que sostienen nuestras vidas. Este proceso de “pantallización” de nuestra cotidianeidad, ha dado como resultado un aumento exponencial en el tiempo que habitamos el territorio virtual, algorítmicamente organizado. Según el reciente informe de abril de 2024 de DataReportal, 5.440 millones de personas utilizan Internet, representando el 67,1% de la población mundial. Un crecimiento nada desdeñable -catalizado por la pandemia- desde el 2019, cuando el 57% de la población accedía a internet, es decir 4.388 millones de usuarios alrededor del globo.

Es posible agregar, sin objeciones, que en medio del vertiginoso desarrollo del régimen de acumulación y el cambio de fase del sistema capitalista que está configurando la era del metaverso, la democracia revela sus fines y demuestra sus límites. El capital ya no la necesita tal y como durante más de 2 siglos organizó la estructura política en la arena internacional, aunque los desgastados Estados nación sigan siendo un tablero importante en la disputa por la riqueza socialmente producida.

“La verdadera política es la política internacional” sentenció con certeza el estratega argentino Juan Domingo Perón promediando el S.XX, pero el mundo que supo leer, es otro. Qué lejos encontramos los tiempos de un polo socialista y un polo capitalista. La contradicción que se presenta en este tiempo histórico podría definirse por la disputa entre el proyecto de la globalización y sus contradicciones y la “derecha alternativa”, Alt-right o neoreaccionaria, livianamente llamada neofascista.

Se trata, en verdad, de distintas personificaciones sociales y políticas de una misma clase: la capitalista. Su semilla es idéntica, aunque sus ramificaciones y follajes se diferencien y compitan en busca de esa luz solar que les permite reproducirse. Ese sol es nada más y nada menos que la plusvalía, el tiempo de trabajo no remunerado, la última meta de la burguesía.

Esta disputa entre proyectos estratégicos del capital aparece en el campo de las ideas, en la “opinión pública”, como la contradicción “democracia versus libertad”. Partiendo del reconocimiento de su carácter antinómico, es posible encontrar allí un elemento explicativo. De un lado, los globalistas, los “rojos” socialdemócratas, con sus ideas formalistas de “democracia, igualdad y fraternidad”.

En la vereda de enfrente, los neoreaccionarios, libertarios o las derechas rupturistas -alternativas- enarbolando discursivamente la libertad en abstracto, capturando el descontento generalizado a lo largo y ancho del mundo, logrando capitalizar la insatisfacción ante los límites cada vez más evidentes de una democracia para unos pocos. Estos (falsos) libertarios sostienen que la modernidad ha llevado a la alienación, la destrucción ecológica y la deshumanización. Su premisa, en principio, no parece ser incorrecta. De allí la capacidad de captar el voto de grandes sectores de las bases de la pirámide social, cada vez más desigual.

El sistema democrático y sus representantes están siendo asediados por la corrupción, el fraude y la mentira de la clase política, sin distinción, de allí el concepto de “casta”, tan utilizado actualmente de manera sistemática. Sobre estas concepciones cabalga la propuesta de una democracia tecnocrática o neorreaccionaria -también llamada “tecnopolítica”-, que ofrece la aparente posibilidad de una “participación ciudadana” instantánea a través de las redes sociales, donde cada individuo expresa su opinión con la promesa de ser valorado y tenido en cuenta.

Así, el resurgimiento de las nuevas derechas se vincula a la insatisfacción social cada vez más extendida, tanto en el ámbito económico como en el plano ideológico. Ninguna de estas dos variantes logra satisfacer realmente o cubrir la demanda social actual; para ello estas derechas construyeron la propuesta, aparentemente “disruptiva» que logra atraer adeptos, con propaganda antisistema.

De fondo, lo que juega es la eficaz captación y utilización de la frustración social acumulada durante décadas de neoliberalismo. Este tiempo se caracteriza por una “purga continua” en las redes sociales, frente a un sistema que promete acceso ilimitado a bienes y servicios de acuerdo al mérito personal, como reflejo de status social, pero esconde la drástica reducción de oportunidades para edificar un futuro de inclusión y proyección personal y social.

No es que estas derechas sean realmente nuevas; sus discursos emergen de las entrañas del capitalismo, siendo las raíces mismas del sistema. Están fundamentadas en valores impuestos desde la ortodoxia de un momento anterior y sus instituciones, como las iglesias, las escuelas, los gobiernos y los medios de comunicación de antaño. Esas instituciones “del pasado” sentaron las bases de estos movimientos “del presente”.

A partir de esos valores e ideologías, estas nuevas derechas están generando rupturas en un orden que, a pesar de sus promesas, solo produce pobreza y malestar social. El fenómeno resulta ser un cóctel explosivo que impacta directamente en el corazón de los pueblos. Lo viejo siempre parece mejor, ya que el recuerdo se nos presenta sin los conflictos y tensiones de su tiempo.

Este escenario de insatisfacción (que las mismas élites económicas y políticas produjeron y dirigieron) genera un espacio que necesita ser ocupado. ¿Qué pasó que no lo ocuparon los proyectos nacionales y populares o los proyectos revolucionarios? No es sencillo elaborar las respuestas, pero está claro que esta nueva derecha rupturista entendió el momento histórico y sus transformaciones radicales, lo que apunto a desentrañar en mi libro “Nueva Fase. Trabajo, valor y tiempo disponible en el capitalismo del S.XXI” (2023).

El sistema está pasando de una fase mecánica-analógica-informática-tangible basada en energías fósiles a una fase digital-virtual-financiarizada-intangible basada en energías renovables, acelerando los tiempos sociales de producción: lo que en 1970 se producía en 8 horas de jornada laboral, ya en 2020 se producía en una hora y media. El cambio de fase, combinando la aceleración inédita de los tiempos de producción con la aceleración igualmente creciente de la circulación a través del e-commerce y las monedas digitales genera -me atrevo a decir- la mayor transformación de la historia contemporánea.

En este contexto, la derecha alternativa entendió cómo capitalizar la crisis de este tiempo. De la mano de las tecnologías en lo material, del aceleracionismo en lo teórico y de la libertad en lo ideológico, está logrando cubrir el espacio político-representacional vacío. Hay una puesta en marcha desde las redes sociales, controladas por la Nueva Aristocracia Tecnológica, de una producción de “nuevos signos” que expresan una recodificación de lo existente, una reconfiguración de las territorialidades, nuevos órdenes sociales y nuevas subjetividades en curso.

Nos encontramos inmersos en una decadencia económica, cultural, política y filosófica, casi involutiva. Esta crisis civilizatoria constituye un éxito para la nueva aristocracia, que destruye las capacidades creativas y de observación de la humanidad, con la sobreinformación difícilmente procesable y discursos sobreideologizados ocultando el verdadero problema, que es el tránsito hacia un sistema de mayor explotación, pero de aparente libertad.

La nueva Fase Digital trae aparejada, deliberadamente, un proceso de hiper fragmentación social e individualización atomizante. En palabras de Raúl Zaffaroni: “Están promoviendo la pulsión a la soledad, es decir, a desentenderse del destino como integrante de una comunidad”. Fundamentalmente, este tiempo trae un aumento en la explotación, casi imperceptible por la humanidad, porque quienes se disputan el control del futuro logran combinar y apropiarse del trabajo de millones de humanos, mediados por múltiples dispositivos conectados entre sí.

En lo social, híper fragmentación y aislamiento; en lo económico, combinación global de la producción y el consumo. Hoy podemos afirmar que el tiempo personal que transcurre cada vez más en la virtualidad, es tiempo para otro: es tiempo para el capital y tiempo de trabajo para nosotros, sin ningún tipo de remuneración. Tiempo de trabajo extraído gracias al Internet de las cosas que combina los múltiples usos individuales y a partir de ello elabora patrones y comportamientos de los instrumentos que manipulamos. Información que luego es evaluada, analizada y volcada al sistema productivo generando medios de producción de mejor calidad, acorde a las necesidades de los consumidores y con un costo cero. Lo que observa el consumidor, como cara visible del proceso, es la posibilidad de beneficiarse gratuitamente de las actualizaciones de los sistemas operativos de sus dispositivos tecnológicos e interfaces de la red de aplicaciones y plataformas a las que accede, ignorando que dichas mejoras se han realizado a partir del trabajo que le ha sido expropiado

El experimento Milei en Argentina: un “fenómeno barrial-global”

Javier Milei, presidente de Argentina, es una clara representación de esta nueva derecha. El “León” -como él mismo se ilustra- es el experimento de la aristocracia financiera y tecnológica. El “fenómeno barrial-global” más que un león, es, más bien, un peón importante construido estratégicamente para jugar en el gran tablero mundial.

Su figura, una mixtura bizarra de rockstar, panelista de TV y mesías anarcocapitalista, es utilizada para tensionar sobre el orden establecido. Indiferente frente a los agravados problemas sociales y a los intereses nacionales, la prioridad de su agenda es impuesta desde el exterior.

En tal sentido, la invitación a participar del G7, extendida a Milei por la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, o la bendición ofrecida por Elon Musk, dueño de X y Tesla, y la de Mark Zuckerberg, dueño de Meta, en los Estados Unidos, que hicieron una excepción y recibieron en reuniones al presidente. Demasiado para un outsider devenido en mandatario de un país con importantes reservas de recursos estratégicos y con alto desarrollo científico tecnológico a partir de la inversión pública en educación e investigación.

Lo que es evidente es que Milei adoptó sin tapujos ni disimulo el rol ofrecido por la derecha alternativa, e intentará llevar adelante el plan de los dueños de las tecnológicas hasta las últimas consecuencias, ubicando a la Argentina como un eslabón en la cadena global, fuente de suministro de energías para la Inteligencia Artificial a través de Vaca Muerta (gas y petróleo), “Vaca Blanca” (litio) y energías para la fuerza de trabajo a través de la “vaca viva” (alimentos). Siguiendo la definición de The Economist, “transformar a la Argentina en la Texas del sur”, el presidente anunció su intención de convertir al país en “el cuarto polo de Inteligencia Artificial a nivel mundial”, lo que significa desarrollo tecnológico y energético sin inclusión social en un proyecto de país para 10 millones de habitantes.

La disputa entre planes de industrialización con y sin distribución progresiva del ingreso se renueva, porque nunca dejó de estar en discusión quiénes se apropian de los avances sociales y la riqueza que sólo el trabajo produce. La base económica del proyecto en desarrollo en Argentina está configurada por la red financiera y digital, principalmente de la mano de Elon Musk y Mark Zuckerberg, que esperan con ansias desembarcar en el país. Parte de la red son también figuras como Peter Thiel, financista de Silicon Valley y de campañas electorales de Donald Trump, y Steve Bannon, ex asesor de Trump y el impulsor de la ultraderecha en Estados Unidos y Europa.

Se suma al entramado el magnate mexicano Ricardo Salinas Pliego, que además de apostar al proyecto económico de las grandes tecnológicas en la región, ha desarrollado una serie de think tanks, como “Caminos de la Libertad”, con los que busca un “cambio cultural”, con conocidas conexiones con La Libertad Avanza en Argentina.

Estos tanques de pensamiento son los que construyen el elemento ideológico del proyecto. Reproducen y amplían ideas que circulan en las redes sociales, instrumentos a través de los cuales conducen sus bases sociales “libertarias”. Maquillan y presentan como novedosos los fundamentos de teorías económicas sostenidas por Von Hayek o Milton Freedman y construyen sentido común apoyados en intelectuales orgánicos como Nick Land y Alexander Dugin. No le falta tampoco el elemento religioso para su estrategia de conducción, apoyada principalmente en el despliegue de las iglesias evangélicas y el sionismo coordinado desde Israel.

No hay que restar complejidad al aparato ideológico que les da sustento a estas derechas “neorreaccionarias” y su propuesta de “tecnopolítica”. Desde la perspectiva del aceleracionismo de Nick Land, se plantea que la tecnología y el capitalismo avanzan a un ritmo vertiginoso, generando transformaciones profundas y disruptivas en la sociedad y la política. La Cuarta Teoría propuesta por Alexander Dugin, también arroja luz sobre estos fenómenos. Dugin propone una síntesis de las ideologías políticas tradicionales (liberalismo, comunismo, fascismo) que se centra en el individuo, el nihilismo y la despolitización de los valores establecidos. Esta visión nos permite comprender cómo los movimientos neoreaccionarios buscan desafiar y subvertir las instituciones y normas democráticas existentes en favor de una nueva forma de organización social y política.

Al integrar estas perspectivas, podemos obtener una comprensión más profunda. La interacción entre la aceleración tecnológica propuesta por Land y la reconfiguración de valores y poder propuesta por Dugin nos permite vislumbrar cómo estos movimientos buscan establecer nuevas formas de identidad, autoridad y organización social en un contexto de transformación acelerada y crisis de legitimidad en las democracias occidentales.

Hay que pensar, reflexionar y actuar en función de este tiempo histórico. La humanidad universal tiene que tomar conciencia. Para el capital ya no tiene importancia la edad, el oficio, la profesión, la orientación sexual o el género, la condición o situación contractual. Da lo mismo si te considerás emprendedor o crees ser tu propio jefe; para el capital, hagas lo que hagas ya sos parte del Taller Global. Allí cada uno, interconectado en múltiples escalas, es el sostén de la maquinaria digital que produce beneficios que inmediatamente se vuelven ajenos. El o la trabajadora ocupa, sin distinción, la categoría de explotado: vos sos el zombie, no un libre prosumidor. Lo que hoy está en juego, si no rediscutimos nuestro propio proyecto como mayoría explotada, es básicamente, la posibilidad de que nos expropien nuestra esencia, nuestro espíritu mismo.

El desafío es pensar cómo se construye la fuerza necesaria para apropiarse del desarrollo científico tecnológico en curso -que nos pertenece en tanto es producto de la inteligencia colectiva y el conocimiento humano acumulado históricamente- para construir un proyecto económico, político e ideológico desde las grandes mayorías. Perón planteaba ya en el siglo pasado que “sin base científico-tecnológica propia y suficiente, la liberación se hace también imposible. La liberación del mundo en desarrollo exige que este conocimiento sea libremente internacionalizado”. Una premisa más que vigente, sobre la cual volver nuestra mirada.

Cómo pensar la arena política en estos tiempos supone construir alternativas reales que incluyan la discusión sobre las transformaciones estructurales en curso, en esta revolución tecnológica, para utilizar la técnica y el conocimiento estratégico en pos de resolver los grandes padecimientos de la Humanidad, reconstruyendo el tejido social, la co-existencia, base central de la esencia misma del ser humano.

* Magíster en Políticas Públicas y Desarrollo (FLACSO). Analista senior del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).

Fuente de la información e imagen:  https://www.nodal.am

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