Deportado llega sin dinero, trabajo ni familia a México

México / www.mundohispanico.com / 9 de Agosto de 2017

Efraín viajó a Estados Unidos hace más de una década, durante años envió dinero a su familia en La Cañada, a donde recién regresó al ser deportado, al llegar a su casa encontró que su mujer ya vivía con el carnicero, por lo que hoy no tiene casa, ni allá ni acá, el migrante enfrenta una situación de abandono, sin familia, dinero ni trabajo.
Como él, cerca de 700 migrantes expulsados de EU, han retornado a este municipio con las manos vacías, los que son apoyados para tramitar documentos básicos como acta de nacimiento, credencial de elector, su filiación al Seguro Popular y empleo, señaló Miguel Ángel Tovar García, subdirector de Atención a Grupos Vulnerables y Migrantes de este ayuntamiento.

Naucalpan ocupa el tercer lugar estatal en número de migrantes después de Ecatepec y Nezahualcóyotl y tan solo este año han retornado cerca de 700 migrantes a territorio naucalpense donde buscan vivienda, trabajo, atención médica y educación para sus hijos, indicó Tovar García.
En 2016, Naucalpan tramitó y logró obtener recursos federales del Fondo de Apoyo a Migrantes por 750 mil pesos, que se invirtieron en la adquisición de sillas y tablones, que fueron entregados a familias de migrantes para que iniciaran negocios de alquiler de mesas y equipo para fiestas, informó Miguel Ángel.
En Naucalpan hay cerca de 22 mil familias que viajaron a Estado Unidos en busca de mejores condiciones de vida, que se establecieron en ciudades como Los Ángeles, Chicago y Arizona, que hoy por la política migratoria de Donald Trump están siendo expulsadas hacia nuestro país, apuntó el funcionario municipal.
En La Mora y en el Ojo de Agua de la Cuenca de San Mateo, hay notorios asentamientos de familias de migrantes que viajaron a EU, que son herméticas en cuanto a la actividad de sus familiares, porque han sido víctimas de extorsiones e incluso de secuestros, lamentó el funcionario.
El retorno de migrantes sigue a la alza, son personas que llegan angustiadas, al haber sido deportadas sólo con lo que traían puesto, llegan sin trabajo y en busca de familiares que no siempre los reciben bien porque ya no aportarán dinero.
Pese a este fenómeno creciente de retorno el Fondo de Apoyo a Migrantes lejos de incrementarse apunta a una reducción para este año, en que Naucalpan prepara como medida emergente círculos o grupos de carpinteros, plomeros, mecánicos, electricistas y herreros, que de forma organizada ofrezcan sus servicios, informó Tovar.
La oficina de Atención al Migrante de Naucalpan, ha dado atención a más de mil personas que han sido expulsadas y retornan de EU o que transitan por el territorio naucalpense rumbo al Norte o a sus lugares de origen, indicó el funcionario.
En este retorno masivo de migrantes, cada caso representa una historia de angustia de personas que vivían en condiciones de confort y con salarios hasta 10 veces superiores a los que pueden obtener en México; la mayoría con una educación de secundaria; con edades promedio de entre 25 a 40 y 50 años de edad; que vivieron en territorio norteamericano las últimas tres décadas.
Los niños y jóvenes deportados incluso no hablan español, desventaja que puede convertirse en un aspecto positivo, toda vez que se están convirtiendo en profesores del idioma inglés, de manera formal en escuelas privadas que han empezado a contratarlos o informal en sus comunidades, señaló Miguel Ángel Tovar, quien dirige la oficina de Atención al Migrante, donde también los apoyan en la búsqueda de un empleo, en la revalidación de estudios o en cursar la preparatoria en línea.

Fuente:https://mundohispanico.com/noticias/deportados-llegan-sin-dinero-trabajo-ni-familia-a-mexico

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Estados Unidos: Crece 272 % detenciones de niños inmigrantes en seis años, dice estudio

Estados Unidos/Junio de 2017/Fuente: Terra

Las capturas de niños inmigrantes no acompañados en EE.UU. aumentó 272 % entre 2011 y 2016, según un estudio divulgado hoy por la organización KIND, que analizó la migración y violencia contra menores en sus países y durante su migración.

De igual forma, el número de menores centroamericanos deportados desde México tuvo un incremento de 446 % durante el mismo periodo, según el análisis del grupo Niños en Necesidad de Defensa (KIND, en inglés) y el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, de México.

Los investigadores, que entrevistaron a niños, funcionarios de EE.UU, México, Honduras, El Salvador y Guatemala, instaron a los Gobiernos de esos países a incrementar sus esfuerzos y recursos para proteger a esos niños.

KIND hizo especial hincapié en niñas que son víctimas de acoso y abuso sexual por familiares o pandillas que las obligan a dejar sus países y buscar asilo político.

El informe «Niñez Interrumpida: Violencia Sexual y de Género en contra de Niños Refugiados y Migrantes Centroamericanos» analiza la violencia contra menores y niños de la comunidad LGBTI en sus países y durante la migración, y los obstáculos que enfrentan para lograr estatus de refugiado en México.

Ambos grupos urgieron a EE.UU. a incrementar sus recursos económicos y mantener un compromiso a largo plazo para apoyar los esfuerzos que se hacen para combatir las causas de la migración, incluyendo la violencia sexual basada en genero en países centroamericanos, al igual que apoyar los esfuerzos gubernamentales de México.

Según el informe, desde 2013 un 40 % de los menores no acompañados entre los 0 a 11 años de edad deportados desde México fueron niñas.

«Niños y especialmente niñas provenientes de El Salvador, Honduras y Guatemala están escapando (de) violaciones, violencia doméstica, esclavitud sexual y tráfico humano», aseguró Lisa Frydman, investigadora de KIND en rueda de prensa telefónica.

Ambas organizaciones entrevistaron a 96 niños centroamericanos, así como a víctimas ayudadas por KIND, y dialogaron con 78 representantes gubernamentales y de la sociedad civil en la región.

KIND detectó que las niñas víctimas de violencia sexual tienen muy pocas opciones de protección en sus países de origen.

Las niñas centroamericanas y niños LGBTI sufren múltiples formas de abuso por su género en sus hogares y sus comunidades a manos de sus padres, parientes y pandilleros, y se ven obligados además a dejar la escuela.

Frydman indicó que en El Salvador, Honduras y Guatemala careen de recursos y capacidad para proteger a estos menores, que además enfrentan los mismos riesgos de ser abusados durante su migración.

De igual forma carecen, cuando llegan a México, de asistencia legal sobre sus derechos o posibilidades de asilo político.

Frydman precisó que los solicitantes de asilo en México muchas veces deben pasar varios meses en centros de detención, lo que los desalienta y optan por la deportación.

El estudio recomienda a los gobiernos de El Salvador, Honduras y Guatemala, incrementar 50 % de su presupuesto para investigar y castigar crímenes relacionados con violencia sexual por género, incrementar la ayuda a víctimas y expandir el entrenamiento a la policía, fiscales, jueces y oficiales de protección al menor.

Por otro lado, recomendó al Gobierno de México dar prioridad a los derechos de protección de los niños migrantes y refugiados, terminar con su detención y entregarlos a instalaciones del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).

Fuente: https://www.terra.es/noticias/mundo/eeuu/crece-272-detenciones-de-ninos-inmigrantes-en-seis-anos-dice-estudio,46ce214f9bd5261c52ea096b0093dfdcm5wa0ghr.html

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Ellos viven en México y van a la escuela a Estados Unidos

México/05 junio 2017/Fuente: CNN en Español 

En quinto grado, JoAnna Rodríguez está en su camino hacia el autobús escolar cuando se da cuenta de que ha olvidado algo importante. No es la tarea ni el almuerzo. Saca un teléfono celular y llama a casa, mientras rebusca en su mochila.

«Mamá, se me olvidó mi pasaporte», dice ella.

JoAnna, de 11 años, necesita demostrar que es ciudadana estadounidense para llegar a la escuela. Esta autoproclamada futura enfermera es una de los casi 800 estudiantes estadounidenses que viven en Palomas, México, y cruzan la frontera con Estados Unidos cada mañana para asistir a la escuela pública en las cercanías de Columbus.

Desde hace más de cuatro décadas, la constitución del estado de Nuevo México garantiza a los ciudadanos estadounidenses una educación gratuita, sin importar dónde vivan. Esto da a familias que enfrentan la deportación la oportunidad de vivir juntos en México, sin sacrificar la educación de sus hijos en  EE.UU. Y crea escenas como esta en un control fronterizo.

De acuerdo con Aduanas y Protección Fronteriza, cientos de estudiantes cruzan otras partes de la frontera entre Estados Unidos y México para asistir a la escuela en lugares como El Paso, Texas. Para esos estudiantes, sin embargo, la educación en Estados Unidos no es gratis. Ellos pagan para ir a escuelas privadas.

A las 8 de la mañana, una fila de niños inquietos se extiende fuera de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza del puerto de entrada de Columbus, donde los agentes molestan a los estudiantes durante el escaneo de pasaportes y la inspección de sus pertenencias. Voltean sus cuadernos, abren sus bolsas de comida y hacen preguntas.

«¿Qué hay en la bolsa?», pregunta un agente.

«Dulces», responde una niña de ojos color avellana con una camisa de color rosa brillante.

Cuando sus hijos cruzan la frontera hacia Nuevo México, las madres les dicen adiós, de puntillas, antes de regresar a México. Muchos de los padres de estos niños fueron deportados y no se les permite pasar más allá de la barrera que se ha convertido en una forma de vida aquí.

La valla divide las dos ciudades, pero no ha impedido que la cultura de ambos países se filtre a través de ella. Encontrarás tacos y hamburguesas en ambos lados. Las calles están llenas de vendedores que hablan en inglés y español, y el pop americano y la música norteña mexicana se puede escuchar desde los coches en Columbus y Palomas.

Cada mañana, los autobuses esperan en el lado estadounidense para llevar a los estudiantes hacia una educación en Estados Unidos.

Es un viaje en autobús de apenas 8 kilómetros. Tan cerca, y sin embargo, para algunos de sus padres, tan lejos.

La familia Rodríguez

El padre de JoAnna, Jesús Rodríguez, es mecánico. Él es optimista, y ama los animales y el campo.

Su madre, Arianna Rodríguez, trabaja con estudiantes de educación especial. Ella es la roca de la familia.

Hay uns diferencia grande entre ellos: ella es ciudadana estadounidense. Él no.

Jesús, de 35 años, nació y se crió en Zacatecas, México. Fue deportado de EE.UU. en 2007 después de ser capturado cruzando la frontera ilegalmente varias veces.

Para Arianna, de 30 años, no es fácil explicar su compleja situación a sus hijas, JoAnna y su hermana menor, Nahima, de 10 años.

«Papá violó la ley porque entró varias veces a Estados Unidos. Es por eso que tuvo que esperar», les dice. «La ley es la ley y tenemos que cumplirla».

JoAnna intenta contener las lágrimas al hablar de su padre. Nahima también está preocupada. Las preocupaciones han aumentado debido a que las nuevas políticas de inmigración del presidente Donald Trump podrían reducir las posibilidades de su padre de volver a EE.UU.

«Tengo miedo», dice ella, al responder preguntas en el patio de recreo de la escuela.

Después de ser deportado, hace 10 años, Jesús se trasladó a una ciudad fronteriza en Chihuahua, México, donde tenía parientes. No estaba dispuesto a renunciar a las oportunidades en EE.UU. para sus hijas, y él y Arianna acordaron que ella y las pequeñas se quedarían en Hatch, Nuevo México.

La decisión obligó a la familia a estar separada durante cinco años. Los fines de semana, Arianna conducía dos horas hacia el sur con las niñas, a Ciudad Juarez, para visitar a Jesús. Cuando llegaba el momento de salir de México, JoAnna pedía a su madre que le dejara quedarse con su padre.

«Ella me decía: ‘No le digas a mamá donde me voy a esconder'», cuenta Jesús.

Arianna describe los viajes de fin de semana como una prueba dolorosa y poco práctica. Le preocupaba que a sus hijas le faltaban demasiados momentos especiales con su padre.

«Dar a papá un beso de buenas noches, que se cayera su primer diente, caminar, hablar… esos son los momentos que se estaba perdiendo», dice ella, con la voz entrecortada por la emoción. «Me hubiera gustado que él estuviera allí».

«Un rayo de luz»

Cuando Arianna oyó por primera vez sobre una escuela primaria en Nuevo México que admitía a ciudadanos que viven en Estados Unidos y México, se mostró escéptica. Parecía demasiado bueno para ser verdad.

Así que se dio una vuelta por la escuela primaria de Columbus. Tres días más tarde, se trasladó a Palomas con las dos niñas. Jesús les salió allí.

«Siempre hay un resquicio de esperanza», dice el director de la escuela primaria de Columbus, Armando Chavez. «Esta escuela es el rayo de luz».

Dos tercios de los 700 estudiantes que asisten a la primaria de Columbus viven en Palomas, según Chavez. Son ciudadanos de Estados Unidos.

Y el número de inscripciones sigue creciendo, por lo que a Chávez le preocupa poder mantener el ritmo de llegada de nuevos estudiantes.

«Me preocupa la longevidad de esta escuela», admite.

La escuela, que ofrece una educación bilingüe, tiene tres reglas en cada clase: mostrar respeto, tomar buenas decisiones y resolver problemas.

Mientras los estudiantes de primer grado escriben frases en inglés, una clase de segundo grado al final del pasillo se centra en la gramática en español. Cada mañana los niños juran lealtad a la bandera estadounidense en los dos idiomas.

En el almuerzo, JoAnna habla con cinco amigas en inglés. Dos de las niñas viven en Palomas, las otras tres en Columbus.

«Hablamos de a qué vamos a jugar en el recreo, y de secretos», dice con una sonrisa. «Pero no te puedo decir».

Esta situación fronteriza no es única. Escuelas cerca de la frontera, en otros estados, como Texas y California, proporcionan educación a estudiantes que viven en México, pero no de forma gratuita. Son en su mayoría privadas, y la mayoría de las familias no pueden pagarlas.

Sin embargo, no todo el mundo en Columbus está de acuerdo con la disposición que permite la llegada de estudiantes de México.

Keith Harris, vicepresidente primero del Partido Republicano del condado de Luna, entiende que los niños que son ciudadanos estadounidenses merecen una educación en Columbus. Pero no está seguro de que deba ser gratuita.

«Ellos obtienen la matrícula gratuita, mientras otros padres están pagando impuestos», dice.

El futuro

La familia Rodríguez espera poder contar con la escuela para mantenerse juntos. A pesar de las dificultades presentadas por la deportación de Jesús, han aprendido a apreciar que viven bajo el mismo techo.

Tienen un nuevo miembro en la familia, una niña llamada Sofía. Y sueñan con cosas simples.

«Hablamos de ir a Walmart juntos, nosotros cuatro, bueno, nosotros cinco», dice Arianna.

A pesar de que la escuela da a la familia Rodríguez la oportunidad de vivir juntos, Jesús no podrá compartir algunos momentos especiales de la vida de su hija debido a su estatus migratorio.

«Me siento triste por que nuestra graduación se acerca y mi padre no va a poder estar», dice JoAnna.

Jesús Rodríguez ha esperado 10 años para seguir una forma legal que le permita regresar a EE.UU. Pero él y su familia temen que las estrictas políticas de inmigración del presidente Trump aplasten sus sueños.

La familia ha contratado a un abogado de inmigración de El Paso, y Jesús ha aplicado para convertirse en residente legal de Estados Unidos.

«Sí, me preocupa, pero se lo dejo a Dios. He aprendido que dejar las cosas a Dios, las cosas salen como se supone que deben salir», dice Arianna.

Con una lágrima corriendo por su rostro, Jesús explica que se apoya en su fe.

«Dios aprieta, pero no ahoga», dice. «Yo sé que él nos ayudará».

Cada tarde, Jesús regresa a la frontera que no puede cruzar a recoger a sus hijas después de la escuela. Después de que los funcionarios fronterizos mexicanos escanean las mochilas de los estudiantes, las dos hermanas compiten por el preciado asiento delantero de la camioneta de papá. JoAnna gana.

Jesús sonríe, sabiendo regresará a casa con su familia.

Fuente:http://cnnespanol.cnn.com/2017/06/05/416814/

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Estados Unidos: Niños activistas defendieron los derechos de sus padres inmigrantes frente a la Casa Blanca

Estados Unidos/Abril de 2017/Autor: Ricardo Sanchez Silva/Fuente: El Tiempo Latino

La concentración estaba pautada a la 1:00pm frente a la Casa Blanca, para realizar una protesta contra las políticas de deportación masivas del Presidente Trump. A diferencia de cualquier otra manifestación, esta sería llevada a cabo por lo más pequeños afectados: los niños.

Un grupo de padres y activistas empezaba a organizarse para la actividad, mientras que un peculiar trovador preparaba su micrófono y guitarra para entonar cantos infantiles de protesta y ayudar a que llegaran al interior de la Casa Blanca las voces de más de cien niños, hijos de inmigrantes indocumentados, que vinieron a Washington DC, para entregar un mensaje a Trump. Media hora más tarde, comenzaron los cantos. El grupo de infantes se sentó en una gran lona circular en la que se leía el lema de la campaña “We Belong Together”, que agrupa a diversas organizaciones de apoyo a inmigrantes en los EE.UU., dirigida por la Alianza Nacional de Trabajadores Domésticos.

La caravana de autobuses inició su recorrido en Miami, para luego hacer escala en Atlanta y Carolina del Norte, donde se sumaron más activistas a la causa. Una vez en el lugar de destino, también llegaron manifestantes de New York, New Jersey, Maryland y Virginia.

“El mensaje es que podemos ser fuertes y pelear por nuestras familias, porque yo creo que soy la voz de nuestros niños. Las deportaciones tienen que parar. No quiero ver niños que estén tristes porque su familia se tiene que ir. No quiero que mi mamá se vaya”, dijo Leah, quien prefirió reservarse su apellido por seguridad, ya que su mamá tiene orden de deportación y se encuentra refugiada en una iglesia de Miami. Con una frase contundente, la infante de padres nicaragüenses dejó claro su objetivo. “Yo tengo temor, pero estoy dispuesta a luchar”.

Al borde del círculo que se formó para levantar las voces y “permanecer juntos”, los pequeños activistas tuvieron la oportunidad de presentar sus discursos al son de consignas que llamaban a la unión y reforzaban el sentido de pertenencia hacia la tierra estadounidense.

Sheila Arias forma parte de “Mamás con Poder”, una de las organizaciones que participa en el evento y cree que la noble causa justifica la participación de los niños, pues están conscientes de la gravedad del problema. “Los niños que han sido afectados saben lo que es el estrés, que pueden regresar de la escuela y no ver a sus padres. Los estamos ocupando de forma positiva, usando sus voces. La manera correcta es que expresen sus sentimientos y opinión. Los niños son el futuro”.

Además de las consignas, la protesta se tornó en un espacio para que los niños expresaran su sentir de diferentes formas, con cantos y bailes. Tal fue el caso de dos hermanos que llegaron con trajes típicos de Bolivia, el país de origen de sus padres, quienes son inmigrantes indocumentados y actualmente residen en Virginia.

Hixander Salvatierra, uno de los bailarines de 8 años, está claro en que su presencia en el evento, tuvo un objetivo: alzar la voz por los derechos de los suyos. “Estoy aquí para defender a mi padre y madre para que no los deporten. Quiero decirle a Trump que pare las deportaciones”.

“La gente que siempre se alza deja la semillita plantada en las siguientes generaciones. Nosotros ya llevamos cuatro años aquí en el activismo y siempre se logra un cambio”, dice Madai Ledezma, oriunda de México, acompañada por su hija, Heather, quien afirma que no le teme a Trump. Ambas luchan de la mano de la organización de apoyo a inmigrantes, CASA.

El evento finalizó con una foto grupal frente a la Casa Blanca y la promesa de que vendrán más acciones de calle contra las políticas de deportación del gobierno de USA.

Fuente: http://eltiempolatino.com/news/2017/apr/21/ninos-activistas-defendieron-los-derechos-de-sus-p/

 

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Niños de EE.UU. demandarán a Trump por deportaciones de padres indocumentados

Estados Unidos/Abril de 2017/Fuente: Mundo Hispánico

Un grupo de niños provenientes de los estados de Illinois y Florida y la organización Familia Latina Unida hicieron este anuncio hoy en rueda de prensa en la Cámara de Representantes, junto con el congresista demócrata por Illinois Luis Gutiérrez.

Los jóvenes demandarán a Trump por infringir su derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad que recoge como “derechos inalienables” la Declaración de Independencia de Estados Unidos en 1776, en la que se basa la actual Constitución del país.

Además, alegarán una desigual protección por el hecho de que sus progenitores sean indocumentados, además de discriminación por su origen, en una acción judicial que llaman “No me hagan huérfano”.

En la actualidad, entre 5 y 6 millones de niños nacidos y criados en Estados Unidos tienen a uno o dos progenitores indocumentados en el país que, aunque no son prioridad para ser deportados, están en peligro de ello.

Estos padres de ciudadanos siguen en el limbo después de que la Acción Diferida para Responsabilidad de los Padres (DAPA) proclamada en 2014 por el entonces presidente del país, Barack Obama, no llegara a entrar en vigor y el Tribunal Supremo no emitiera una decisión definitiva.

En declaraciones a Efe, la abogada de Chicago Tia Haywood Monte, que representará a estos menores estadounidenses con uno o dos padres indocumentados, explicó que su objeto es interponer la demanda en un plazo de 30 días a nivel nacional.

Haywood Monte, cuyo marido también es indocumentado de origen salvadoreño, aseguró que ahora están intentando que el máximo número de letrados se unan para interponer demandas a nivel de estados.

Por su parte, Gutiérrez defendió que los inmigrantes acudirán a los tribunales como lo hicieron los afroamericanos para acabar con la segregación racial en EEUU, la comunidad LGTB (lesbianas, gais, transexuales y bisexuales) para legalizar el matrimonio del mismo sexo y los musulmanes para paralizar el veto de viaje impuesto por el presidente Donald Trump a seis países mayoritariamente de esa creencia.

“Trump no solo quiere que los americanos teman a los inmigrantes, sino que también busca que los inmigrantes tengan miedo a los americanos, a las instituciones y a las autoridades del país. Pero no tiene ni los recursos ni los medios para deportar a los millones que prometió. Por eso, necesita crear esta política del miedo”, aseguró mientras prometió defender a los menores.

Por ello, Familia Latina Unida exigió al Gobierno del país la responsabilidad de poner fin a estas separaciones familiares “injustas para la protección de estos niños que se enfrentan con el miedo, el trauma, la separación de sus madres y padres y se ven obligados a vivir con menos seguridad que otros ciudadanos que no viven con miedo de las deportaciones”.

Una de las caras de preocupación fue la de la indocumentada mexicana Verónica Castro, de cuyo cuidado dependen dos de sus cuatros hijos estadounidenses que tienen una discapacidad y su esposo, el veterano militar Ricardo Pinedo, que sufre de diabetes.

Castro dijo a Efe que su familia no podrá seguir adelante sin ella, aunque celebró que durante un año más no tendrá que preocuparse de la deportación, ya que los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) le han extendido el permiso para quedarse en el país.

Mahalea Velasco, una niña de 11 años nacida en EEUU cuyo padre, Hugo, fue deportado hace 5 años, relató entre lágrimas el drama que su madre, Cecelia García, que también es ciudadana del país, y sus cuatro hermanos han vivido desde entonces.

Por su parte, la adolescente de 15 años Izaithelle Aguirre contó a Efe que su familia ya ha previsto un plan en el que ella y sus hermanos se quedarían con su hermana mayor de edad o su vecina, en caso de que deportaran a su madre a Honduras después de 17 años en EEUU.

Catherine Carlin, de 13 años, también expresó a Efe que teme, junto con sus hermanas de 9 y de 11 años, la deportación de sus padres, ya que no quieren volver a separase de ellos después de haber estado durante el pasado año y medio a cargo de los servicios sociales.

Fuente: http://mundohispanico.com/noticias/inmigracion/ninos-de-ee-uu-demandaran-a-trump-por-deportaciones-de-padres-indocumentados

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¿Señor deportación?

Por Roberto Rodriguez

En Estados Unidos está ocurriendo un interesante debate que se pregunta en cuál administración presidencial ha ocurrido el mayor número de deportaciones de inmigrantes indocumentados.

La polémica no es nueva, ni mucho menos. El 30 de julio de 2012 la revista Forbes publicó un artículo de Alex Nowrasteh titulado “President Obama: Deporter-In-Chief” en el que argumenta que el gobierno, en sentido contrario al de las declaraciones del Ejecutivo sobre la prioridad de una amplia reforma migratoria, en los hechos había recrudecido las prácticas de deportación hasta alcanzar cifras históricas, superiores a las de cualquier otra gestión presidencial. El mismo argumento es reiterado en 2014 por el diario The Economist, cuya edición del 8 de febrero incluyó un editorial con el mismo título de la primera presentación, aunque con cifras actualizadas (véase).

La calificación de Obama como “deportador en jefe” reapareció durante la campaña de Trump, y se repite en la actualidad. La prensa de otros países, México incluido, ha reproducido recientemente tal versión invocando los datos que la sustentan. En un clima de incertidumbre sobre las acciones que Trump tomará contra la población migrante indocumentada, de la que el contingente de nacidos en México es de lejos el de mayor volumen relativo (entre 55 y 60 por ciento del total), entender las tendencias y prácticas de la deportación en Estados Unidos es un tema relevante.

Generalmente se acepta que los datos estadísticos compilados y distribuidos por el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (Department of Homeland Security o DHS) son una fuente oficial confiable. En sus anuarios estadísticos se ofrece información que consigna, por un lado, el número de “remociones” (removals), es decir de acciones de deportación que provienen de la ejecución de órdenes emitidas por la autoridad responsable. Y por otro se informa acerca el número de “retornos” (returns) que no están sustentados en órdenes de deportación. La suma de ambos conceptos puede ser leída como la cantidad de deportaciones efectivas en un periodo determinado.

El registro estadístico indica que, en efecto, durante los ocho años de la administración de Barack Obama el número de deportaciones legales superó todos los antecedentes. Fueron, en total, más de tres millones de órdenes de deportación ejecutadas o un promedio anual de 386,776 o más de mil diarias. En cambio, la cantidad de retornos de tipo “voluntario” (2.2 millones en ocho años) fue muy inferior al ocurrido en las anteriores administraciones. En ese concepto el record corresponde a la gestión de Bill Clinton, con casi 11.5 millones en los dos periodos de gobierno.

¿En qué consisten las deportaciones voluntarias? Según la definición del DHS el concepto integra todos los casos en que a los ilegales aprendidos la autoridad les ofrece el recurso de aceptar ser extraditados sin un proceso judicial formal intermediario. La ventaja que tienen los que aceptan el expediente es que, después de la remoción, pueden optar por solicitar ingreso legal, lo que generalmente no ocurre ya que el antecedente es registrado.

Es pues, como se dice, “voluntariamente a fuerzas”. Según información del DHS la abrumadora mayoría, más del noventa por ciento, de las remociones voluntarias es debida a detenciones ejecutadas por la Patrulla Fronteriza o por el ICE (Immigration and Customs Enforcement). De ahí que la división entre obligatorio y voluntario oculta más de lo que exhibe. Como se muestra en el cuadro, el total y el promedio de remociones más retornos en el periodo de Obama es sensiblemente más bajo que el de los gobiernos antecedentes, de Reagan a George W. Bush.

Las cifras globales son apenas una aproximación general, lo que hay que ver es el desarrollo de las políticas migratorias en EUA, de lo que nos ocuparemos más adelante.

Indocumentados deportados de Estados Unidos(1981 a 2016)
Remociones Retornos Suma
Total Promedio Total Promedio Total Promedio
Obama (09-16) 3,094,208 386,776 2,186,907 273,363 5,281,115 660,139
Bush-2 (01-08) 2,012,539 251,567 8,316,311 1,039,539 10,328,850 1,291,106
Clinton (93-00) 869,646 108,706 11,421,259 1,427,657 12,290,905 1,536,363
Bush-1 (89-92) 141,326 35,332 4,020,357 1,005,089 4,161,683 1,040,421
Reagan (81-88) 168,364 21,046 8,108,489 1,013,561 8,276,853 1,034,607
Fuente: U.S. Department of Homeland Security. 2015 Yearbook of Immigration Statistics.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/senor-deportacion/

Imagen: www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2017/02/migrantes-2-768×503.png

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