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Las redes son nuestras

La hacktivista española Marta Franco publicó en 2024 Las redes son nuestras, un ensayo que lleva un sugerente subtítulo: una historia popular de internet y un mapa para volver a habitarla. Desde Lisboa envía algunas pistas más para evitar la parálisis.

Habita internet desde 1999 y subraya ese verbo. A principios de este siglo, mientras estudiaba periodismo, empezó a participar en colectivos sociales relacionados con “okupación, feminismo y cultura libre”. Primero fue construir sus páginas web, gestionar sus listas de correo y subir noticias a Indymedia, la red global de contrainformación. “Aunque éramos entusiastas del software libre, comenzamos a usar plataformas de redes sociales de empresas privadas porque facilitaban llegar a más gente. Exploramos Facebook y, sobre todo en mi caso, Twitter. Entonces surgió el 15M, donde, como explico en el libro, usamos una combinación muy potente de herramientas digitales libres y privativas, pero con el tiempo y las prisas nos fuimos olvidando de la parte libre”, dice la periodista y activista de 40 años, que hoy vive en Lisboa.

Su libro aborda la historia de internet: aquel espacio común, que nació libre, hoy dominado por las corporaciones. Contra los mitos fundacionales de Silicon Valley, Franco contrapone el activismo de base, el aporte militante de la comunidad científica, los hacklabs y Wikipedia, que lleva años en el top de las webs más visitadas del mundo. Haciendo memoria histórica, sin añoranza, en el libro repasa cómo internet dejó de ser un espacio creativo y colaborativo para volverse una usina de ofensa y conspiración, a la vez que propone algunas alternativas para recuperar su espíritu original.

En el libro decís que repensar aquella historia de victorias en su uso más abierto y democrático no es un ejercicio de nostalgia impotente, sino una herramienta para recordar que se puede ganar. ¿Cómo hacer para construir un territorio creativo hoy sin caer en la lógica de los negocios que impera en internet?

Es como si internet fuera una ciudad donde sólo hay centros comerciales. Estamos atrapadas por sus lógicas, podemos regular para que sea un poco mejor pero siempre quedaremos en manos del dueño. Necesitamos que haya también calles, plazas, bibliotecas públicas, centros vecinales y espacios autogestionados. Hablo de ser “habitante” para reivindicar una forma de estar en internet distinta a la de “usuaria”. Ser habitante de un lugar supone tener cierta agencia y conciencia del espacio en el que vives, convivir con tus vecinas y aspirar a mecanismos democráticos para la gestión de lo común. Casi todas las personas hemos renunciado a ser habitantes de internet porque solemos ser usuarias pasivas de unas pocas plataformas privadas, sin cuestionar cómo nos vienen dadas ni intentar incidir sobre su gobernanza. Mi propuesta pasa por recuperar la noción, y el deseo, de que en internet debe haber espacio público y comunal.

Suena bien para alguien que esté familiarizado con los hackers, la resistencia 2.0 y la militancia contra el poder de las corporaciones pero aplica a una porción muy selectiva y minoritaria en el mundo. La gran mayoría, tal vez quiera usar Instagram para uso recreativo o comercial, quiera comprar en Amazon las últimas novedades y estar al tanto de los éxitos de Netflix. ¿Cómo despertar ahí un interés, una curiosidad, y no que lo vean como algo ajeno? ¿Y qué pasa, además, con los que ni siquiera tienen buena conexión a internet, con los que están afuera del consumo y del uso convencional y hegemónico?

El éxito de Amazon, Netflix o Instagram se basa en ponerlo extremadamente fácil para engancharte a tus productos, pero todas las personas que las usan pueden experimentar sus efectos negativos: sentir adicción, perder demasiado tiempo viendo videos o memes estúpidos, que cierren el comercio local y les afecte laboralmente, recibir mensajes de odio y no poder hacer nada para frenarlos, etc. Creo que lo que falta es conectar esas malas experiencias con sus causas, y señalar las alternativas. Las papas fritas están ricas y son muy fáciles de conseguir, pero mucha gente tiene conciencia sobre sus efectos en la salud y no se alimenta exclusivamente de ellas.

El consumo hegemónico precisamente te exige buena conexión a internet porque prima los videos sobre otros formatos. No obstante, estoy de acuerdo en que es un privilegio poder dedicar tiempo y espacio mental a la militancia tecnológica. La respuesta a tu pregunta es compleja, pero creo que las luchas por una internet libre también se integran dentro de todas las luchas que tenemos que llevar a cabo para conseguir que todas las personas puedan vivir su vida con dignidad, agencia y autonomía. Digamos que cuanto más libre sea internet, mejor herramienta tendremos para organizar esas luchas.

Sin embargo esa no parece ser la tendencia y desde la perspectiva de los usuarios parece ser más lo que ofrecen que lo que nos quitan las redes sociales.

Creo que cuando usamos las redes no percibimos que les estemos cediendo nuestra intimidad a nadie porque lo que estamos viendo es una interfaz y un dispositivo, no a una persona que nos observa. Y tampoco estamos exactamente compartiendo nuestra intimidad con nadie concreto, porque lo que les interesa a las plataformas es el big data, las grandes cantidades de datos agregados, que es de donde se puede extraer valor para predecir pautas de consumo o para entrenar inteligencia artificial, por ejemplo.

Es como si internet fuera una ciudad donde sólo hay centros comerciales. Necesitamos que haya también calles, plazas, bibliotecas públicas, centros vecinales y espacios autogestionados. Hablo de ser “habitante” para reivindicar una forma de estar en internet distinta a la de “usuaria”.

Pero sí intuimos que estamos contribuyendo a algo negativo: casi todo el mundo conoce los escándalos de esas empresas y también ha sentido la ansiedad, el cansancio o la tristeza que pueden crear. Pero creo que hacemos un cálculo entre coste y beneficio y llegamos a la conclusión de que lo que nos dan merece la pena; o bien que las consecuencias de irnos serían aún peores porque podríamos perder trabajo, contacto con personas a las que apreciamos u oportunidades de informarnos o entretenernos, que no obtendríamos de otra manera.

Cuando decís que “nos robaron internet” invocas una batalla perdida. ¿Cómo hacer para recuperarla, en momentos donde los experimentos de la IA crecen exponencialmente, y las ultraderechas se afirman en las redes y en las plataformas de forma hegemónica?

Estamos ante un problema tan complejo que no hay ninguna solución mágica. Necesitamos que las instituciones democráticas regulen con eficacia para poner límites a las grandes tecnológicas y también que inviertan en el desarrollo y mantenimiento de tecnologías digitales públicas; necesitamos una sociedad civil organizada que, además de presionar a los gobiernos y vigilar a las empresas, desarrolle sus propios proyectos y se atreva a imaginar e innovar saliéndose de los caminos y la urgencia que nos marcan los hypes tecnológicos; necesitamos activarnos individualmente, como consumidores, haciendo un uso más crítico y consciente de internet. La buena noticia es que ya hay mucha gente pensando en ello, muchos proyectos a los que apoyar o unirse. Las redes, en cuanto tecnologías cuya razón de ser son los vínculos entre personas y saberes, son nuestras.

luchar o fugar

Ni tecnosolucionismo ni pesimismo colapsista. Marta Franco asume que apagar el celular, cambiar de vida y perderse en el bosque no es una opción para la mayoría de la humanidad. La desconexión es un lujo que poca gente puede permitirse, escribe en Las redes son nuestras, haciendo un estudio de éxitos editoriales de los últimos años que recogen reflexiones amplias y más o menos apocalípticas como las de Byung-Chul Han, Yuval Noah Harari o Remedios Zafra. Franco prefiere elegir los kits de DataDetox que hace la ONG tecnocrítica Tactical Tech, la cual propone planes de acción divididos en varios pasos para examinar hábitos tecnológicos y tomar decisiones para cambiarlos. O cita pautas para sabotear la maquinaria que extrae nuestros datos personales, empezando por instalar un sistema operativo libre (GNU/Linux) en cada computadora, “ya que el software no espía”, o recurrir a bloqueadores de anuncios como AdNauseam, una extensión para Firefox y Chrome que, “además de eliminar los anuncios de las páginas, clica en ellos de manera ciega, es decir, la web receptora no registrará desde qué ordenador proviene”.

Hablás en el libro de una memoria “desde abajo”. ¿Qué experiencias rescatás en Europa y en Latinoamérica de redes comunitarias y confluencias públicas en el presente?

Me gusta mucho Som Connexió, una cooperativa con origen en Catalunya que se está extendiendo por España y ofrece conexión a internet con criterios éticos y sostenibles. Framasoft es una organización francesa sin ánimo de lucro que desarrolla aplicaciones para el trabajo colaborativo, alternativas a productos como Doodle o Google Forms que se pueden usar de manera gratuita, y están continuamente desarrollando y mejorando. A nivel institucional, en Bruselas llevan varios años hablando de “soberanía tecnológica” porque se percibe que depender de empresas norteamericanas y chinas es arriesgado, pero por fin parece que el discurso va a cristalizar en algo: se está empezando a impulsar Eurostack, un proyecto para tener infraestructura digital desarrollada por empresas europeas y con financiación pública. Personalmente no confío en que la Comisión Europea vaya a hacer nada fuera del marco empresarial imperante, que ya sabemos que está alejado de la justicia social, pero cualquier iniciativa que al menos contribuya a descentralizar el poder de las big tech me parece interesante. Respecto a Latinoamérica, recomiendo seguir a las organizaciones Derechos Digitales y Sursiendo; la primera trabaja en el ámbito de la incidencia en políticas públicas, la segunda en el de las tecnologías desarrolladas y gestionadas desde abajo, con un enfoque más imaginativo.

¿Cómo ves la realidad del software libre?

El software libre es de uso masivo y popular: Android es software libre, la mayoría de los servidores de internet corren sobre Linux, casi todo el software que se usa para construir grandes modelos de lenguaje como ChatGPT es libre… Lo que ocurre es que las grandes empresas se han centrado en parasitar código libre para desarrollar servicios cerrados. Es decir, ya no te venden un software que te puedas instalar en tu ordenador o servidor y ejecutar cuando quieras, sino un servicio que, aunque se base en código libre, por cómo está diseñado solo puedes usarlo ejecutándolo en sus servidores. Por ejemplo, en el caso de la IA generativa, técnicamente puedes montarte tu propio modelo de lenguaje, pero necesitas cantidades de computación estratosférica para entrenarlo, por eso acabas pagándole una mensualidad a ChatGPT para usar el que ya tiene montado en sus servidores.

Creo que las luchas por una internet libre también se integran dentro de todas las luchas que tenemos que llevar a cabo para conseguir que todas las personas puedan vivir su vida con dignidad, agencia y autonomía. Digamos que cuanto más libre sea internet, mejor herramienta tendremos para organizar esas luchas.

Dicho esto, sigue quedando mucho software libre que podemos instalar en nuestro ordenador y sustituye a servicios de las grandes tecnológicas. Por ejemplo, en vez de usar Google Docs en la nube, puedes instalarte Libre Office. Promover este software libre es una estrategia interesante porque quita cuota de mercado a las grandes mientras nos da mayor privacidad y opciones de configuración, e incluso puede abrirnos hacia una mejor comprensión de cómo funciona el software que usamos.

pragmatismo de la razón

“Hace ocho años nos robaron internet. Lo habíamos llevado demasiado lejos, y nos lo quitaron. Desde 2011, cuando internet se convirtió en sinónimo de redes sociales, protagonizamos la Primera Árabe en Túnez y Egipto, Geração à Rasca en Portugal, el 15M en España, Occupy Gezi en Turquía, Vem Para Rua en Brasil… Millones de personas utilizamos las redes para generar el ruido, la propaganda y la agitación que alimentaron movimientos sociales de masas. Los cambios políticos que impulsamos son de alcance diverso, pero, incluso si nos resultan insuficientes, el caso es que llegamos demasiado lejos”, recupera Franco, en una parte del libro, la historia también reciente de internet. “Las fuerzas del mal se reorganizaron: aprendieron de nuestras tácticas de inteligencia colectiva y las transformaron en un conjunto de metodologías para hacer trampas y bullying. De ellas se benefician desde Trump hasta Vox pasando por Milei, en una convergencia que podemos llamar la Internacional del Odio. Ahora, aquellas plataformas que nos ayudaron a encontrarnos y organizarnos son un campo de minas y experiencias desagradables”, completa.

¿Cómo evitar el pesimismo frente al fortalecimiento de la ultraderecha en el mundo?

El panorama es muy negativo pero creo que el pesimismo es un lujo que no nos podemos permitir. Está claro que el análisis es demoledor: no es sólo Elon Musk, Silicon Valley se ha volcado con la campaña de Trump porque le prometía dejar que la IA y las criptomonedas crezcan sin regulación. Tenemos a los jefes de las empresas que controlan la mayoría de las tecnologías que median nuestras vidas alineados con un gobernante neofascista que está marcando tendencia a nivel global. Pero en muchos momentos de la historia hemos conseguido salir de etapas oscuras gracias al esfuerzo de la gente de abajo, de la colaboración y las alianzas múltiples. Esto que digo no es optimismo, es pragmatismo: mirando a lo concreto avanzamos mucho más que lamentándonos. Nos toca agarrarnos a lo que todavía funcione, a los espacios de democracia y justicia que aún persistan, apoyarnos en ellos y cuidarlos para que crezcan.

derecho a la información / desafíos de la comunicación

Franco habla de tres “robos” emblemáticos. El primero sucedió cuando la infraestructura creada con financiación pública para posibilitar la existencia de la red acabó en manos de empresas, como el caso de la RedIRIS en España, con la posterior privatización de Telefónica. El segundo surgió con el modelo de negocio basado en monetizar unas dinámicas sociales que habían nacido con el movimiento antiglobalización, a comienzos de 2000, como el caso de Google cuando compró la tecnología que sirvió para lanzar Blogspot y se hizo con YouTube. Y el tercero es el que se produjo hace aproximadamente una década cuando las redes sociales, convertidas ya en sinónimo de internet, fueron tomadas por ejércitos de bots y los algoritmos dominaron la escena desde posiciones muy reaccionarias. “Las herramientas que antes nos fueron útiles ahora nos son ajenas”, resume la comunicadora, quien añade que la ultraderecha, además de bots, tomó la iniciativa política en Twitter en los últimos años con referentes digitales, personajes y cuentas, al estilo de verdaderas milicias online.

A la hora de recuperar “las plazas de internet”, Franco habla de escapar a las novedades, lo viral y las agendas que imponen los medios hegemónicos. Hace tiempo que un puñado de empresas concentra más poder que la inmensa mayoría de los países, lo que significa que hay actores geopolíticos clave sin control democrático. Para la autora, no hay que mirar tanto lo macro sino lo micro: recuperar la construcción de sentidos en la horizontalidad y los espacios colectivos.

El derecho y el acceso a la información parecen estar en crisis en un mundo donde el juego de poder se estrecha y las prácticas autónomas gestionan sus creaciones ante todo tipo de adversidades, ¿qué panorama ves en la comunicación más allá de boicotear a las grandes empresas y apostar por alternativas de software libre, como proponés en el libro?

Sabemos que la tecnología nunca es neutral, siempre refleja las motivaciones políticas encarnadas en las empresas y los gobiernos que la promueven. Las tecnologías digitales están especialmente concentradas en muy pocas empresas, y se están concentrando más por el desarrollo de una IA que requiere unas capacidades de computación estratosféricas. Como hacedores y consumidores, no podemos seguir perdiendo el tiempo con cortinas de humo, tendencias alimentadas por el marketing o polémicas vacías, porque así perdemos la oportunidad de pensar e incidir sobre los temas realmente importantes. Una pista: donde no hay algoritmos de recomendación se respira mejor. Es decir, dejar de pasar tanto tiempo en Instagram, TikTok o Bluesky y mirar más hacia las webs, listas de correo, foros o el fediverso (Mastodon). A corto plazo parece que así pierdes algunas oportunidades, pero a la larga es la única salida que veo para que el periodismo y la comunicación en general conserven su valor específico en un entorno de creación de contenidos tan ruidoso y competitivo. Construir comunidades de información y crear el periodismo que sea importante para ellas. Si tu trabajo se parece a lo que puede hacer una IA, te quedan muy pocos años de trabajo. El periodismo lleva años intentando jugar el juego de internet: cada vez más rápido, más inmediato y más llamativo para competir en la batalla por la atención. Con el panorama actual de influencers, propaganda política e IA generativa está muy claro que es un juego en el que los periodistas nunca van a ganar. Pararse para intentar pensar otra estrategia es sin duda arriesgado y costoso, pero creo que seguir adelante como si nada es aún más arriesgado porque es un callejón sin salida. Si hay salida, debe estar en reinstaurar el valor del periodismo como servicio de calidad, que es lo que puede justificar su financiación común (dinero público, donaciones, suscripciones, etc). Y en Argentina tenéis una larga historia de medios comunitarios que demuestran que se pueden hacer cosas de otras maneras.

Fuente de la información e imagen:  https://revistacrisis.com.ar

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Europa: La Unión Europea hiere de muerte a la libertad de prensa

La Unión Europea hiere de muerte a la libertad de prensa

OLLANTAY  ITZAMNA

Unión Europea, dentro de las medidas contra Rusia, prohibe la emisión de RT y Sputnik

muy a pesar que la humanidad, en especial Europa, padece déficit informativo sobre lo que ocurre en Ucrania, y ante la inclemente hegemonía mediática made in USA, la Unión Europea (UE) acaba de prohibir la emisión de los medios informativos rusos como RT y Sputnik en el territorio europeo. Esta decisión es una constatación  de un total retroceso en los avances del derecho a la información que asiste a la humanidad.

Ante la intervención militar de Rusia para finalizar la violencia descomunal desatada por el gobierno de Ucrania sobre las poblaciones rusohablantes en dicho país, la humanidad comenzó a prestarle atención a lo que ocurría y ocurre en aquel “desconocido” rincón del mundo, aunque siempre con limitadas fuentes de información o con alta dosis de infotoxicidad al respecto.

Para los pueblos de Abya Yala, los mundos de Asia y Medio Oriente, entre otros, son mundos desconocidos, no sólo por los idiomas diferentes, sino porque para las corporaciones mediáticas que tienen hegemonía en nuestra región simplemente no les interesa mostrarnos dichas realidades.

¿Cuántos de nosotros sabíamos que en la región de Donbass, por ejemplo, poblaciones completas estaban siendo exterminadas por el régimen de Kiev únicamente por ser rusófonas? ¿Cuántos de nosotros sabíamos que a los habitantes de Crimea el régimen de Kiev, desde hace ya 8 años, les secuestró y cerró el acceso al agua dulce? ¿Sabíamos que el conflicto de Ucrania era un negocio seguro para que EEUU termine vendiendo gas natural a Europa, evitando a los rusos como proveedores?

Medios de información masiva como RT y Sputnik, desde los mundo rusos, alivian en buena medida aquel “silencio” mediático y nos ayudan a ver y formarnos una opinión equilibrada sobre lo que ocurre en esa y otras partes del mundo.

Pero, muy a pesar que la humanidad, en especial Europa, padece déficit informativo sobre lo que ocurre en Ucrania, y ante la inclemente hegemonía mediática made in USA, la Unión Europea (UE) acaba de prohibir la emisión de los medios informativos rusos como RT y Sputnik en el territorio europeo. Esta decisión es una constatación de un total retroceso en los avances del derecho a la información que asiste a la humanidad.

Es explicable que la UE-EEUU/OTAN tomen medidas en contra del gobierno ruso por el conflicto en Ucrania. Pero, restringir a la población su derecho a la información diversa es injustificable y deplorable desde todo punto de vista. Con esta medida no “atacan al gobierno ruso”, agreden a toda la humanidad que creemos y apostamos por la democracia integral e informada.

Quienes conocemos el modus operandi del régimen hegemónico, y sobre todo lo tendencioso que son sus medios de desinformación, no estamos dispuestos a renunciar a nuestro derecho a la información establecido en normas internas e internacionales. Sabemos lo que hicieron en Bolivia, Argentina, Honduras… (por mencionar algunos países donde gobiernos defactos prohibieron la señal de TeleSur para aporrear y masacrar a los pueblos ante la complicidad silente de CNN y las corporaciones mediáticas de las industrias armamentistas) En Ucrania hacen lo mismo. Y, si la UE avanza en la dirección en la que va, más temprano que tarde terminará engendrando a su nuevo Hitler, antisujeto del derecho a la información.

Los pueblos originarios de Abya Yala, sobrevivientes a los genocidios recientes y de antaño, sabemos lo que significa el “silenciamiento de los medios de información”. Los genocidas clausuran o prohíben a los “incómodos” medios con la finalidad de ejecutar delitos de lesa humanidad en la oscuridad, sin cámaras, ni micrófonos.

Fuente de la Información: https://ollantayitzamna.com/2022/02/28/la-union-europea-hiere-de-muerte-a-la-libertad-de-prensa/

 

 

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México: ARTICLE 19, Lanza campaña para promover derecho a la información y salud de mujeres indígenas

La campaña “Nosotras con la información” de ARTICLE 19, lanzada el pasado jueves, tiene como objetivo promover el derecho a la información y a la salud de las mujeres indígenas en Chiapas, Yucatán y Oaxaca, por medio de videos animados y cápsulas de radio en cinco lenguas originarias.

En los materiales se habla de la importancia de la partería como un derecho sexual y reproductivo para las mujeres indígenas, además del derecho de las víctimas de violencia sexual a contar con información suficiente, completa y en su propio idioma.

Es responsabilidad de las instituciones de todos los niveles y de los organismos garantes del derecho a la información promover políticas de transparencia proactiva que hagan disponible esta información a mujeres indígenas.

El pasado 8 de julio de 2021, ARTICLE 19 Oficina para México y Centroamérica presentó la campaña “Nosotras con la información. Campaña por el derecho a la información y a la salud de las mujeres indígenas de Chiapas, Yucatán y Oaxaca”, con la presencia de mujeres indígenas hablantes de cinco lenguas originarias que se hablan en estos estados, quienes participaron en la traducción interpretación, locución y corrección de estilo de los materiales de esta campaña, así como los productores de las cápsulas de radio Tseltal Bachajón Comunicación, la organización Nich Ixim, Movimiento de Parteras de Chiapas, Leopoldo Maldonado, director regional de ARTICLE 19 y la moderadora Cinthya Cecilia Alvarado Rivera, investigadora de la misma organización.

La campaña “Nosotras con la información” surgió a partir de la identificación de un vacío en materia de políticas públicas por parte del Estado mexicano en sus tres niveles: existe poca o nula información desde una perspectiva de género e intercultural que permita a las comunidades indígenas, en particular a las mujeres indígenas, acceder a su derecho a la salud. Esta información debe de ser veraz, verificable, oportuna, culturalmente adecuada, por medios accesibles y en los distintos idiomas que hablen las personas.

Es ante esta situación que, desde el proyecto “Transparencia Proactiva” de ARTICLE 19, insistimos en la necesidad de seguir promoviendo el derecho a la información como un derecho llave para poder acceder a otros derechos, como lo es el derecho a la salud, a la educación, a un medio ambiente sano, al agua, a la cultura, a la libre determinación, a la consulta, entre otros. Son las instituciones de todos los niveles y los organismos garantes del derecho de acceso a la información, los encargados de generar, publicar y acercar la información de interés público a la población a través de políticas transparencia proactiva, tal como lo establece la propia Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública.

Durante la presentación, Leopoldo Maldonado mencionó que “en México, las problemáticas de mortalidad materna y violencia obstétrica persisten frecuentemente entre mujeres indígenas y rurales, siendo ellas quienes tienen un 40% más riesgo de morir de diabetes y 50% mayor probabilidad de padecer cáncer de mama y cérvico-uterino en comparación con mujeres no indígenas”. Asimismo, apuntó: “esto se debe no solo a la falta de servicios médico sanitarios o a la discriminación por parte del personal médico, sino a la falta de información adecuada, oportuna y culturalmente pertinente, lo que impide el acceso a la salud de las mujeres indígenas”.

Por su parte, Lucy Méndez integrante de la organización Nich Ixim y del Movimiento de Parteras de Chiapas, destacó la importancia de hacer materiales en la lengua y en formatos adecuados, como los materiales de esta Campaña. Francisca Rodríguez, intérprete y traductora de la lengua Ch’ol variante de Tumbalá, mencionó: “como mujer indígena trabajar en esta Campaña me ha sido de gran aprendizaje, sobre todo crear información en nuestro propio idioma. Hay muchas personas que no leen o escriben, pero a través de las animaciones ayuda a comprender a las personas que tienen derechos”.

Elena Hernández, intérprete y traductora de Chinanteco de la parte alta, comentó que para ella ha sido una experiencia satisfactoria participar en esta Campaña sobre todo para que estos mensajes lleguen a todas las mujeres indígenas en su propia lengua. Adicionalmente, Marina Hernández, también intérprete y traductora de Chinanteco de la parte alta, hizo referencia a la importancia de abordar la salud sexual y reproductiva, a pesar de que en muchos lugares este tema sigue siendo tabú: “transmitir estos mensajes en nuestra lengua ayuda a normalizar el hablar estos temas y qué mejor que nuestra lengua sea un arma para exigir a las autoridades nuestros derechos”.

En relación la situación del derecho a la información vinculada con la salud sexual y reproductiva para las comunidades y mujeres indígenas, Reyna Domínguez, traductora de Zapoteco variante de la Sierra Norte, mencionó que este tipo de información, al generarse normalmente en español, “se vuelve nula porque muchas de nuestras mujeres no tuvieron acceso a la educación. Las mujeres indígenas han estado en el olvido, de ahí la importancia de difundir información en sus lenguas”. Al respecto, Liria May, traductora e intérprete de la lengua Maya de Yucatán refirió que contar con esta información en su lengua materna le  “permite tener una mayor comprensión sobre los cuidados que debemos tener como mujeres. También puede ayudarnos a atendernos mejor y a tiempo».

Sobre la importancia de difundir la Campaña en medios comunitarios, Genoveva López, traductora de Tseltal e integrante de Radio Ji´tontik dijo que es importante tener esta información en lengua materna “porque hay muchas mujeres que no tuvieron oportunidad de ir a la escuela, no aprendieron el castellano, por eso es importante también pasarlo en la radio”. Asimismo, Josué Arco y Mariano Estrada de Tseltal Bachajón Comunicación destacaron la relevancia de escuchar estas voces en diferentes medios y formatos, pues representan mejor y se acercan de manera más real a los contextos de sus comunidades.

ARTICLE 19 agradece el apoyo de la Embajada de Irlanda y Hewlett Foundation, y a todas las personas que participaron y acompañaron este diálogo, a las que colaboraron en la elaboración de todos los materiales a través de la documentación, a las mujeres choles, tseltales, chinantecas, zapotecas y mayas, organizaciones locales, a los equipos de animación e ilustración de los videos y realización de las cápsulas de radio e invita a estar pendientes de las redes sociales de la organización, así como de radios comunitarias de Yucatán, Oaxaca y Chiapas, ya que se estarán difundiendo en semanas próximas.

Fuente de la información e imagen: Artículo 19

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Nelson Olanipekun: La prohibición de Twitter en Nigeria es parte del gran ataque a su sociedad civil

Hace cuatro años Omoregie y sus amigos fueron arrestados sin motivo y puestos bajo custodia. Cuando llegaron a la comisaría, él observó cómo la policía empezaba a golpear a sus amigos. Atemorizado, comenzó a tuitear discretamente sobre las agresiones a medida que se producían.

Yo y otros muchos usuarios de Twitter pudimos leer sus temores mientras pedía ayuda a través de sus tuits. Actuando como abogado, pude conseguir su liberación en pocas horas con la ayuda de otros activistas a través de la unidad policial encargada de las denuncias ciudadanas.

Pensé en Omoregie (un nombre supuesto por seguridad) ahora, después que el gobierno de Nigeria prohibió el viernes 4 de junio el uso de Twitter en el país, convirtiendo su uso en un delito.

La prohibición se produjo después de que la plataforma de redes sociales borrara un tuit del presidente Muhammadu Buhari, en el que amenazaba con la violencia a los habitantes de una región del sureste del país en la que se habían producido ataques a infraestructuras públicas.

Aunque la prohibición de Twitter sorprendió a muchos, la actuación del gobierno contra las redes sociales ha sido amenazada desde hace tiempo y forma parte de una estrategia a largo plazo para doblegar a la sociedad civil y obligar a los ciudadanos nigerianos a obedecer al gobierno.

Twitter ha sido hasta ahora una importante fuente de activismo y noticias en Nigeria.

Los nigerianos pasan casi cuatro horas diarias en las redes sociales y Twitter es la segunda plataforma de medios sociales más grande después de Facebook.

La mayoría de los debates públicos comienzan en Twitter y la plataforma suele marcar el tono de las noticias nacionales que se transmiten en los medios de comunicación tradicionales. Se ha convertido en la plataforma para exigir responsabilidades al gobierno, a las instituciones y a los individuos poderosos.

También ha sido durante mucho tiempo un lugar para el activismo y la organización de movilizaciones, como las protestas del año pasado contra el SARS (síndrome respiratorio grave agudo), que condujeron a la erradicación de la Brigada Especial Antirrobo.

Aunque la prohibición de Twitter sorprendió a muchos, la actuación del gobierno contra las redes sociales ha sido amenazada desde hace tiempo y forma parte de una estrategia a largo plazo para doblegar a la sociedad civil y obligar a los ciudadanos nigerianos a obedecer al gobierno.

Noventa y nueve personas fueron asesinadas durante las protestas EndSARS en Nigeria y Twitter ayudó a exponer estos abusos. Esto fue más evidente durante un ataque de la policía y el ejército a los manifestantes en el puente de Lekki, en Lagos, la mayor ciudad de Nigeria y su antigua capital.

La documentación del ataque, incluida la retransmisión en directo de DJ Switch, una personalidad de los medios de comunicación, obligó a los altos cargos militares a intervenir y a reconocer posteriormente que el ataque había tenido lugar. Tras retransmitir ese ataque en directo, DJ Switch se vio obligada a solicitar asilo en Canadá por las amenazas contra su vida.

Esta eficacia del activismo ha llamado la atención del gobierno de este país de África occidental.

Hace unos dos años, el gobierno nigeriano presentó un proyecto de ley de medios sociales que pretendía regular el espacio de las redes sociales y criminalizar con multas y penas de cárcel los simples comentarios que las autoridades consideraran “falsos” o de incitación al odio.

Aprovecharon su oportunidad al finalizar la primera semana de junio. El sistema judicial de Nigeria ha estado en huelga durante los últimos dos meses, por lo que la prohibición de Twitter se aplicó sin la supervisión de los tribunales.

Además de la prohibición de Twitter, el gobierno ha exigido controlar la concesión de licencias a todas las plataformas de medios sociales, así como a los servicios que transmiten noticias y entretenimiento a través de Internet.

Todas estas restricciones pretenden controlar la libertad de expresión, un derecho garantizado por la Constitución de Nigeria, la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos y la Declaración de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, ambas ratificadas por Nigeria.

La prohibición de Twitter en el país también se produce cuando el gobierno nigeriano aumenta la represión de la acción ciudadana fuera de línea.

En repetidas ocasiones han pisoteado el derecho de los ciudadanos a reunirse y protestar en el espacio físico. La policía y el ejército han disparado contra activistas y muchos han sido detenidos mientras protestaban pacíficamente. También se ha utilizado Twitter para poner de manifiesto estas medidas represivas.

Desde que se anunció la prohibición de Twitter, el gobierno de Buhari, en el poder desde 2015, no ha perdido tiempo en aplicar castigos a los usuarios.

Inmediatamente después del anuncio, el Fiscal general de Nigeria ordenó la detención y el enjuiciamiento de cualquier persona que utilice la aplicación de Twitter.

En la práctica, esto significa que la policía estará facultada para registrar los teléfonos en busca de la aplicación. Los registros policiales de los teléfonos móviles y el descontento con esos registros no son nuevos para los nigerianos y fueron uno de los motivos de las protestas de EndSARS.

La prohibición draconiana también plantea la cuestión de  ¿qué seguridad hay para los medios de comunicación locales, los periodistas y los ciudadanos de Nigeria? si Twitter, una plataforma mundial que ayuda a poner de relieve los excesos del gobierno, puede cerrarse,

Con la prohibición de Twitter, Nigeria corre el riesgo de seguir hundiéndose hacia la dictadura y habrá menos formas de organizar desafíos a la misma.

Algunos argumentarán que Twitter tiene la culpa de su prohibición porque se excedió al borrar un tuit del presidente Buhari que, según Twitter, viola su política. Pero incluso si aceptamos que Twitter se equivocó al borrar ese tuit, la reacción del gobierno de prohibir una plataforma tan importante para el debate público y el activismo es mezquina y una extralimitación extrema.

Es hora de que las democracias del mundo tomen medidas concretas y eviten las violaciones de los derechos humanos en Nigeria. La censura de las voces independientes es a menudo un medio para impedir la rendición de cuentas y permitir un gobierno autocrático.

Permitir la prohibición de Twitter por parte de unos pocos políticos sin que se critique sería una señal de que el mundo respalda la autocracia. El silencio y la inacción del mundo suponen un respaldo a la prohibición de Twitter, una reducción de la capacidad de organización de la sociedad civil y una violación de los derechos de 200 millones de nigerianos.

Fuente: https://rebelion.org/la-prohibicion-de-twitter-en-nigeria-es-parte-de-gran-ataque-a-su-sociedad-civil/

 

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El derecho a la información de la infancia, un derecho no cubierto (o no del todo)

Por: Pablo Gutierrez del Álamo

Los medios de comunicación no dan prácticamente ningún espacio para la infancia y la juventud, más allá de series de dibujos animados o similares. La información no parece ser una prioridad en un país en el que el 40% de los jóvenes no diferencia entre lo que es opinión e información.

Lo dice la Convención de los Derechos del Niño; niños y niñas tienen derecho a la información. Pero ¿se cumple? Si cualquier se da una vuelta por las parrillas de los diferentes canales de televisión convencionales puede comprobar que no. ¿Radios hechas por y para niños? Más allá de las existentes en muchos centros educativos, tampoco parecen ser un referente. ¿Periódicos y revistas? Tampoco muchos.

Se trata de un porcentaje alto de la población que se encuentra al margen de la información, del foco de interés de las grandes empresas de comunicación. Desde la vuelta de la democracia a España de una manera u otra se han perdido muchos referentes en los que las niñas y niños eran protagonistas, como espectadores, como ciudadanos críticos también.

Desde los tiempos en los  que se puso en marcha el programa Prensa Escuela desde el Ministerio de Educación ha llovido mucho. Y con ello se ha perdido mucho también. También desde que en 1989 dejada de emitirse en Televisión Española el primer y casi único informativo en el que chicas y chicos no solo eran protagosnistas de la información, La Semana, también la redactaban y tenían labores en la producción y postproducción del espacio informativo que entonces dirigía Francisco García Novel.

Es verdad que en algunas televisiones autonómicas, como la catalana TV3 hay espacios para la información dedicadaa esas generaciones que llamamos el futuro de la sociedad, aunque son el presente. Nos encontramos en un país que no dedica esfuerzos públicos (y muy pocos privados) a que la ciudadanía crítica sea una realidad desde los primeros años y nos los recuerda, cómo no, PISA 2018. El 40% de quienes hicieron la prueba no saben distinguir qué es opinión y qué es información.

Algunas de estas situaciones se explicaron el pasado día 11 en la Universidad Complutense de Madrid durante el I Diálogo sobre Contenidos Infantiles y Juveniles en el que intervinieron representantes de algunas de las propuestas pasadas y presentes más interesantes en el panorama informativo dedicado a las personas menores de edad.

Desde el propio Francisco García Novel, quien comentó cómo se hacía aquel informativo que vió la luz en 1974, todavía en dictadura, y cerró la emisión en el 89; Beatriz Sainz de Rozas, presentadora del informativo juvenil 2.4 del Canal 24 horas de TVE; Gustavo Puerta, director de la revista ilustrada ¡La Leche!, para menores de 9 a 12 años; Beatriz Lucas, directora de los programas Alumnos Radioactivos y Cero en Conducta en la emizora M21 del Ayuntamiento de Madrid (que ya no emite en las ondas y que a partir del 31 de diciembre desaparecerá de Internet también); Edelmira Rodríguez, Directora de Contenidos y Programación de CMM de Castilla-La Mancha.

Todos contaron sus experiencias profesionales con la infancia y la juventud alrededor de la información, de cómo chicas y chicos han participado y participan en la creación de contenidos (para radio y televisión, sobre todo) informativos, en los que han tenido la ocasión de hablar de sus intereses y preocupaciones, de sus vidas, de su día a día en colegios e institutos.

Problemas de todo tipo

Lamentablemente, muchos de estos proyectos han desaparecido ya. El ya mencionado La Semana (en el 89), también el informativo 2.4 que tuvo tiempo para emitir ocho programas entre los meses de mayo y junio de este año pero que hoy por hoy se desconoce cuál será su futuro. También el programa Alumnos Radioactivos que ha supuesto un acercamiento importante para miles de alumnos y alumnas de la ciudad  de Madrid a la radio, no solo como oyentes sino, precisamente, como creadores.

Son poquísimas las propuestas que tienen en cuenta a la infancia a la hora de, siquiera, ofrecer la información de la actualidad «convencional» pasada por el filtro del lenguaje y de los saberes de la infancia. No se hacen programas escolares oficiales que enseñen a chicas y chicos a acercarse a los medios de comunicación para aprender a interpretar qué es información y qué no lo es, qué aparece como importante y qué como secundario. Algo que conocen en carne propia, como explicaba Beatriz Sáinz durante la conversación que se mantuvo (de tres horas) cuando dijo que «los menores no son referentes o protagonistas», y si lo son «son siempre ciritcados». Algo que intentaron paliar desde sus programas lanzando mensajes alentadores a la juventud.

Otras de las dificultades tienen que ver con la calidad de lo que se produce para la infancia, así como los mensajes que se les envían. O de cómo es la narrativa que se utiliza para enviarles los mensajes; una narrativa que debería modernizarse porque no puede contarse igual a una persona adulta una información que a chicas y chicos de 8, 9 o 10 años. O 16.

También está la dificultad de a qué contenidos pueden o no acceder niñas y niños. Mientras Francisco García comentaba cómo en uno de sus programas entrevistaron a Felipe González (PSOE) y a un representante del PCE, jefe de prensa en aquel momento, para que explicaran a su audiencia de La Semana qué era lo que diferenciaba al socialismo del comunismo, «ahora dirían que adoctrinamos. Pero los chavales hacían lo que querían».

Esta es la clave, el miedo adulto a dejar a la infancia expresarse. «Si les dejas, tienen muchas lecciones que darnos», comentaba Beatriz Lucas, «no les damos la oportunidad. Falta su punto de vista en los contenidos audiovisuales».

Un caso de éxito

Desde la televisión de Castilla-La Mancha, Edelmira Rodríguez explicó cómo un programa pensado en colaboración con la Consejería de Educación de la Región y pensado para emitirse por la plataforma digital de la televisión autonómica, pasó a la emisión convencional dado el éxito conseguido.

Se trata del programa ‘Los investigadores’, pensado como una especie de escape room en el que nueve alumnos de diferentes centros de la Comiunidad (uno por cada provincia) tenían que realizar una investigación en el plazo de una hora. Cada cual tenía que realizar alguna tarea concreta y gracias a la colaboración del grupo se consiguía alcanzar una solución.

Trabajo en equipo, conocimientos adquiridos en los años de la secundaria obligatoria y colaboración entre lo ingredientes para el éxito, no solo del grupo de alumnos, sino para el éxito del propio programa.

Eso sí, según comentó, hoy por hoy se encuentra la realización de más programas en espera por dificultades presupuestarias.

Este primer Diálogo que «amenaza» con no ser el último, fue convocado por la Academia de TV, la Cátedra Complutense de comunicación y marketing por la infancia y la adolescencia (UCM), y la Muestra de TV de Calidad para los niños «La Maleta Prix Jeunesse».

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/12/13/el-derecho-a-la-informacion-de-la-infancia-un-derecho-no-cubierto-o-no-del-todo/

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Panamá, entre los países con más casos de Sida

Panamá/05 octubre 2017/Fuente: Prensa Latina

La nación istmeña emerge hoy entre los cinco países con más casos de Sida reportados, además de observarse un alarmante rebrote de sífilis, enfermedad que alcanza a los hijos de las gestantes, refieren datos oficiales.

Según la Asociación Panameña para el Planeamiento de la Familia (Aplafa), esta situación responde en gran medida a la falta de información existente entre los jóvenes en términos de salud sexual y reproductiva, de ahí la campaña #InfoSexualParaTodos.

En conferencia de prensa, se conoció que la iniciativa está dirigida fundamentalmente a jóvenes y adolescentes en situación de vulnerabilidad para evitar un incremento en los casos de embarazos, Infecciones de Transmisión Sexual y VIH-Sida debido a la falta de información sobre cómo protegerse.

Para ello, Aplafa cuenta con ocho clínicas, donde son atendidas miles de personas al año, y el impacto de sus redes sociales que ‘desde hoy se convertirán en aulas virtuales’ con toda la información necesaria y coordinación directa para que las personas en riesgo reciban atención inmediata.

De acuerdo con el doctor Orlando Quintero, cerca de dos mil nuevos casos de VIH-Sida reporta anualmente Panamá, de los cuales 200 corresponden a mujeres y siete a niños, cifras que reflejan un crecimiento en la enfermedad.

Aunque el incremento se refleja en todos los sectores de la población, los jóvenes (27 por ciento) son los más expuestos al contagio debido a la falta de educación sexual y prevención, afirmó el director ejecutivo de la Fundación Pro Bienestar y Dignidad de las Personas Afectadas por el VIH-Sida (Probidsida).

Quintero calificó de insuficiente los esfuerzos que actualmente realizan las autoridades de salud para controlar la epidemia, la cual en la última década aumentó sus índices de prevalencia como muestra la lista de los 74 países que a nivel mundial no logran frenar su avance.

A las cifras antes mencionadas se suman al menos dos casos de violencia doméstica cada hora en hogares con hijos no planificados, y un embarazo adolescente cada 40 minutos.

Sobre este último tema, el doctor Paul Córdoba, de Aplafa, aseguró que un tercio de las embarazadas que solicitan ayuda en la institución son adolescentes entre 13 y 14 años, quienes en muchos casos inician sus relaciones sexuales con hombres entre 18 y 30 años.

Al referirse a los riesgos, el especialista enumeró la posibilidad de morir durante el parto y el abandono escolar en el 60 por ciento de los casos, lo que genera el desempleo en muchas de ellas, al punto que el 90 por ciento de las embarazadas dependen de sus parejas o familiares.

Ante esta realidad, Córdoba insistió en la necesidad de capacitar a padres y profesores para entablar una buena comunicación con los jóvenes, en aras de lograr una acertada orientación sexual, algo de lo cual adolece hoy la sociedad panameña en sentido general.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=121338&SEO=panama-entre-los-paises-con-mas-casos-de-sida

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Entrevista a Ernesto Villegas, Ministro de Comunicación e Información de Venezuela: En Venezuela se hace una producción cinematográfica de la violencia opositora

Entrevista a Ernesto Villegas, Ministro de Comunicación e Información de Venezuela

«En Venezuela se hace una producción cinematográfica de la violencia opositora»

Ernesto J. Navarro
Question Digital
En Venezuela la disputa por el poder también se escenifica en los medios de comunicación tradicionales y las redes sociales.

Sobre las guerras simbólicas y la búsqueda de la verdad en tiempos de violencia opositora, entrevistamos al periodista Ernesto Villegas Poljak, Ministro de Comunicación e Información del gobierno de bolivariano de Venezuela.

¿Qué significa ser ministro de Comunicación en Venezuela, cuando la guerra es mediática?

-Es una responsabilidad no solo mía, de muchas personas. En la medida en que uno pueda contribuir a que prevalezca la verdad, por encima del cerco mediático y el pensamiento único, resulta satisfactorio.

Para mi es satisfactorio poder estar de este lado de la historia.

¿Es Venezuela un campo de experimentación sobre a manipulación de la opinión pública?

-En Venezuela se está produciendo un mega ‘fake news’. Aquí se está probando una receta ucraniana recargada.

Yo creo que en el mundo, se han dado avances sobre la lectura crítica de los medios de comunicación y eso me permite augurar que en un futuro no muy lejano, Venezuela será objeto de estudio.

¿Considera que existe una preparación mediática para la guerra?

-Claro que sí, pero no es sólo mediática. Se preparan las condiciones generales para la guerra que incluye la participación de los medios de comunicación.

Lamentablemente hay factores que han estado trabajado para crear esas condiciones no solo subjetivas sino también objetivas para la guerra, por eso nuestra gran victoria es la paz.

Hay que desactivar esas iniciativas que no dejarán nada bueno para Venezuela, América Latina y el mundo.

¿Habla de la producción de escenarios noticiosos al estilo de la plaza verde de Libia?

-Ha habido varias situaciones en las que, sospechosamente se han evidenciado puestas en escena que revelan una producción cinematográfica de buena parte de las imágenes que le dan la vuelta al mundo.

Así construyen un relato que pretende decir internacionalmente que en esos hechos violentos hay muchas violencia.

En las guarimbas, se ve claramente cómo se producen imágenes de apoyo para los materiales audiovisuales que después se van a editar. Uno aprecia que de pronto corren cuando no está pasando nada o movimientos que parecen actorales. Algo llamativo es que los hechos más violentos se producen cuando las manifestaciones ya casi se han extinguido, con remanentes de grupos muy violentos. Afortunadamente eso ha pasado y nos abrimos a un nuevo momento político con la Asamblea Nacional Constituyente. Aspiramos que sea un lugar de encuentro político incluso con los factores que decidieron excluirse por voluntad propia.

¿Podrá haber un reencuentro con todos los factores políticos?

-Es una gran oportunidad. La política de la motosierra que adoptó la oposición, logró encontrarnos a los chavistas con venezolanos comunes y corrientes, no necesariamente chavistas, que salieron a votar contra la violencia, que castigaron a esa política de la motosierra.

Yo uso de esa figura de la motosierra, que alude desmanes cometidos por paramilitares en Colombia, porque esa violencia desatada por la oposición generó en Venezuela una nueva categoría política: el desplazado electoral.

Eso explica las imágenes impresionantes de gente cruzando ríos o poblando el Poliedro de Caracas para poder votar.

La primera línea de encuentro es con los venezolanos, con aquellos que no reconociéndose chavistas, salieron a votar contra la violencia. Tenemos que hacer estable esa conexión.

¿Cómo se contrarresta esta fase de la guerra mediática se asemeja a los escenarios previos a las invasiones ejecutadas por EE.UU.?

-Primero, reconociendo el fenómeno que el cartel mediático pretende invisibilizar y es lo que nosotros llamamos ‘La Venezuela Heroica’.

Cuando uno escudriña en el discurso de la derecha política, el imperialismo estadounidense y del cartel internacional mediático, encontraremos que intentan negar lo que aquí pasó el 30 de julio.

Es una negación histórica, consistente con la negación que ha hecho la oposición del chavismo y del propio Hugo Chávez.

Recordemos la excusa del golpe de Estado (abril 2002) era que Chávez ya no tenía respaldo popular. También desconocieron su triunfo en el referendo revocatorio en 2004. Siempre han intentado negar al chavismo.

Nuestro acento debe estar en la visibilización del fenómeno político que protagoniza el pueblo venezolano.

Hay personas, incluso dentro de la izquierda que dudan de la cantidad de votos obtenidos en la elección constituyente, ¿Usted que les responde?

-Tenemos que trabajar más para que los venezolanos no se sigan contagiando con la visión hegemónica de los medios cartelizados, ya que la opinión pública se forma por mecanismos en los que los grandes medios aún tienen mucho peso.

Por existen personas que, incluso desde una posición de solidaridad, pueden llegar a tener dudas de que en Venezuela hubo una verdadera explosión electoral.

Hay otros que sacan cuentas y dicen que es imposible que el chavismo haya tenido tal recuperación.

Yo argumento lo siguiente: el techo electoral del chavismo es muy alto, es mucho más alto que el de la oposición.

En 2016 dije en una entrevista, que la oposición le teme a la recuperación electoral del chavismo. El reto es que esa recuperación se sostenga en el tiempo y que no sea solo a causa de la actitud alocada de la oposición y su política de a motosierra.

Un ex ministro de comunicación de este gobierno, puso en dudas la cantidad de votantes en la elección constituyente y señaló como ciertas las declaraciones de la empresa Smarmatic ¿Qué opinión le merecen esas declaraciones?

-Cada quien es libre de expresar sus impresiones, sobre todo cuando no ejerce cargos de responsabilidades públicas.

Ahora, quiere referirme al fondo de ese tema. Smarmatic es una empresa proveedora de servicios al Poder Electoral, no es el Gobierno Bolivariano quien lleva la relación con esa empresa.

Los rectores del consejo electoral ya fijaron posición sobre ese caso.

Esa misma empresa ha expresado en varias oportunidades que el sistema electoral venezolano es el más seguro y auditable del mundo.

Y la mejor respuesta a las dudas que cualquier persona pueda abrigar la expresó el presidente del partido social demócrata, que pocas horas después anunció que su partido, de oposición, inscribirá candidatos a la elección de gobernadores, organizadas por el mismo poder y donde se utilizará el mismo sistema electoral que escogió a la ANC.​

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=230084

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