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La activista sudanesa Amira Osmane Hamed gana importante premio de DDHH

La activista sudanesa Amira Osman Hamed ganó el premio de derechos humanos Front Line Defenders, anunció la organización este viernes que también distinguió el trabajo de activistas de Afganistán, Bielorrusia, México y Zimbabue.

La distinguida la activista e ingeniera sudanesa Amira Osman Hamed lucha desde hace dos décadas por los derechos de las mujeres sudanesas y estuvo detenida el año pasado durante la represión tras el último golpe de estado que sufrió el país.

Osman «nunca fue desalentada de su misión», destacó la organización con sede en Dublín al anunciar el premio destacando su «defensa tenaz de la democracia, los derechos humanos y los derechos de las mujeres».

La organización destacó el trabajo de Javier del Tránsito y María del Tránsito Salvatierra por el esclarecimiento de las desapariciones en México, un drama que los afectó personalmente cuando perdieron a su hija, que finalmente apareció en una fosa común.

«Pese al dolor personal y a las amenazas que enfrentaron, Javier y María del Tránsito han continuado demandando verdad y justicia», destacó la organización.

Front Line Defenders también reconoció la trayectoria de la activista afgana Liah Ghazanfar Jawad, de la unión de maestros rurales de Zimbabue (ARTUZ) y de un luchador por los derechos humanos de Bielorrusia, que no fue identificado por motivos de seguridad.

Fuente: https://www.elfinancierocr.com/cables/la-activista-sudanesa-amira-osmane-hamed-gana/Y7TBAVGV2BAPBDBIFDVARP64PA/story/

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Afganistán: El Talibán ordena a las mujeres cubrirse y no salir de casa, la ONU expresa gran preocupación

Las autoridades afganas de facto advierten que, de no obedecer, castigarán a los hombres de sus familias. La Misión de la ONU señala que la medida contradice las declaraciones de los talibanes garantizando el respeto de los derechos humanos de las mujeres y de todos los afganos.

La Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA) expresó profunda preocupación este sábado tras el anuncio del Talibán, la autoridad de facto de ese país, de que las mujeres deben cubrirse el rostro en público y quedarse en sus casas, saliendo únicamente en casos de necesidad.

La disposición también señala que si las mujeres contravienen la ordenanza, los hombres de sus familias serán castigados.

De acuerdo con la información recibida por la UNAMA, la medida no es una recomendación sino una directiva formal.

La UNAMA señaló que la decisión contradice las repetidas declaraciones de los talibanes garantizando que respetarían y protegerían los derechos humanos de todos los afganos, incluidas las mujeres y las niñas.

Dichas afirmaciones fueron hechas durante las discusiones y negociaciones que la comunidad internacional sostuvo con representantes del Talibán en los últimos diez años.

Cuando los talibanes tomaron el poder en agosto de 2021, aseguraron una vez más que todas las mujeres gozarían de sus derechos en el ámbito laboral, educativo y social.

Atropellos a los derechos de las mujeres

Los despachos de prensa sobre la nueva normativa reportan que las mujeres deberán usar burkas que las cubran desde la cabeza hasta los pies, mostrando sólo los ojos, como tuvieron que hacerlo en el periodo en que los talibanes gobernaron el país, de 1996 a 2001.

El nuevo atropello contra las mujeres se suma al de no permitir que las niñas asistan a la escuela secundaria, en vigor desde septiembre pasado, poco después de que los talibanes tomaran el control del país.

Con ese mandato, también se prohibió que las maestras regresaran a sus trabajos.

Esas medidas recibieron una amplia condena en todo el mundo y socavaron las promesas de los talibanes en el sentido de que seguirían estándares internacionales para establecer relaciones positivas en el plano global.

Dos mujeres afganas caminan cerca de una mezquita en la provincia de Herat.
UNAMA
Dos mujeres afganas caminan cerca de una mezquita en la provincia de Herat.

La UNAMA buscará aclaraciones

La Misión de la ONU informó que “solicitará reuniones de inmediato con las autoridades de facto talibanes para buscar aclaraciones sobre esta decisión”.

Además, señaló que llevará a cabo consultas con miembros de la comunidad internacional para determinar las implicaciones de esta orden.

Desde que los talibanes tomaron el poder, los donantes recortaron la asistencia al desarrollo e impusieron sanciones al sistema bancario del país, colocando la economía afgana en situación de colapso.

El 30 de agosto de 2021, el Consejo de Seguridad adoptó una resolución pidiendo a los talibanes que permitieran el tránsito seguro para todas las personas que decidieran salir del país.

Crisis humanitaria

Luego, en septiembre, se realizó una reunión de alto nivel en Ginebra, en la que la comunidad internacional prometió más de 1200 millones de dólares en ayuda humanitaria para el pueblo afgano.

Con casi 23 millones de personas en situación de hambre, Afganistán va rumbo a convertirse en la mayor crisis humanitaria del mundo, con necesidades superiores a las de Yemen, Etiopía, Siria o Sudán del Sur.

Frente a este escenario, la ONU y sus socios humanitarios hicieron en enero un llamamiento a reunir más de 5.000 millones de dólares para Afganistán para reactivar los servicios básicos en el país.

La ONU ha manifestado repetidamente el compromiso de mantenerse en el terreno entregando ayuda humanitaria para salvar las vidas de los afganos.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2022/05/1508292

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Nadia Ghulam: «Las mujeres en Afganistán son un objeto de intercambio, no tienen voz y para tenerla necesitan acceso a educación»

La activista y escritora da una conferencia en la UV y pide agilizar la burocracia para garantizar la enseñanza a todas las personas refugiadas con el fin de ser un «puente para el desarrollo de la paz en el país de origen»

Nadia Ghulam (Kabul, Afganistán, 1985), activista y escritora afgana refugiada en Cataluña, cumplirá pronto los 37 años y todavía se pone tiritas en la cara a diario para aliviar el picor de las quemaduras que sufrió tras el ataque de una bomba a su casa cuando apenas tenía ocho años. Son cicatrices físicas de una guerra que no se van. Las del interior tampoco.

Ha venido a València a dar una conferencia en la Facultad de Derecho de la Universitat de València (UV), (que impulsa una red para acoger a alumnas y profesoras afganas) y contar su historia vital, aunque duela recordarla. Una historia que empieza en Kabul y continúa en Barcelona, donde vive desde hace quince años como refugiada.

Durante diez años, Nadia Ghulam se hizo pasar por su difunto hermano para poder trabajar y mantener a su familia

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Charla con Levante-EMV sobre su llegada, su adaptación, la crisis humanitaria mundial y la necesidad de proporcionar un acceso a la educación real a todas las personas refugiadas por igual para que puedan construir puentes y establecer la paz en su país de origen. Nadia Ghulam no fue Nadia durante diez años. Tras aquella bomba de la que salió con vida, perdió a su hermano y su padre se encontraba muy débil de salud.

Era 1991 y los talibanes tomaron el país. Nadia se hizo pasar por su hermano difunto para poder trabajar y llevar un trozo de pan a casa para su familia. Dice que no fue una decisión consciente. «Era una niña, tenía diez años, pensaba que eso sería un día, que mañana volvería a ser Nadia, pero ese día se convirtió en diez años». Lo cuenta en su libro El secreto de mi turbante, escrito junto a Agnès Rotger.

«Todas las personas de mi país tienen un sueño: que llegue la paz. Lo sueñan, lo piden, lo imaginan; pero nunca lo viven»

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¿Cuándo empezó la guerra para ti? Le pregunta este periódico. «Nací en guerra, crecí en guerra y hasta que no llegué a España no supe lo que era la paz. No soy la única. Todas las personas de mi país tienen un sueño: que llegue la paz. Lo sueñan, lo piden, lo imaginan pero nunca lo viven«, dice la escritora. La guerra no dura un día o un mes, señala. «Un día de guerra son diez años de traumas, la mayoría de personas nunca recuperan su vida anterior o su capacidad psicológica de estar tranquilas. Viven con miedo, preocupación, violencia. Siempre en alerta», relata.

«La semilla de la paz es la educación»

Nadia dice que ha aprendido a vivir con dolor. Y que transforma su depresión en acción para cambiar las cosas a través de la asociación que fundó, Ponts per la Pau, una entidad «muy pequeña pero con objetivos muy grandes» que ayuda a niños y niñas afganas para proporcionarles «la semilla de la paz, la educación«. Dice que aspira a ser la nueva Organización de Naciones Unidas (ONU) para tender puentes por la paz, pues esta organización «ha fracasado«.

«Parar la venta de armas, concienciar o educar en valores son algunas de las soluciones para crear un proyecto de paz mundial»

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«Lleva desde los años cuarenta diciendo que quiere acabar con las guerras. Estamos en 2022 y sigue muriendo mucha gente en conflictos armados. No solo se trata de firmar un documento, sino de pasar a la acción«. ¿Cómo? «Parando la venta de armas, concienciando a la población, proporcionando educación en valores. Todo esto haría que se erradicaran las guerras y las personas trabajaran por un proyecto de la paz de verdad», dice Nadia Ghulam. Aunque apunta que la gente la llama utópica, «desde todo mi corazón y mi mente estoy convencida, y después de salir de debajo de una bomba, de que la paz es posible».

«Nos hablan de derechos como en mi país hablan de Dios. Allí justifican la violencia con Dios, aquí si no se puede convalidar estudios o acceder a enseñanza superior, es por las leyes y la burocracia»

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Pide a las instituciones que agilicen los trámites burocráticos para las personas refugiadas y recuerda su llegada a España. «No sabía ni lo que era una refugiada o si tenía algún derecho. No conocía los derechos porque no tenía. No supe que tenía el derecho a pedir asilo y las personas de la administración tampoco lo sabían ni les importaba. Al inicio no me trataron como refugiada y estuve cinco años sin permiso de trabajo y sin poder estudiar«. Por eso, en su labor como educadora social, ejerce una misión clave. La sensibilización. «Una de las cosas que hago ahora es insistir a las personas que trabajan en organizaciones o en migración que no nos traten como números, sino como seres humanos», dice la escritora.

«No quiero certificados ni títulos, quiero conocimientos»

«Nos hablan de derechos como en mi país hablan de Dios. Allí justifican la violencia con Dios, aquí si no se puede convalidar estudios o acceder a enseñanza superior, es por las leyes y la burocracia«, denunciaY recuerda que su país «que no tiene interés en la educación, no envió el título para convalidar sus estudios y poder continuarlos en España» y por ende, no podían aceptarla en la universidad. Un error. Un obstáculo para la paz, añade. «Como inmigrante no quiero certificado. Quiero conocimiento. Tengo hambre de conocimiento, quiero que abran las puertas de universidades a las personas refugiadas para poder estudiar», sentencia.

«Si nos cierran la puerta de la enseñanza prefiero morir, porque si las mujeres de mi pueblo no tienen posibilidad de recibir una educación, yo no puedo vivir tranquila»

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«Las instituciones tienen que garantizar un acceso fácil a la educación a los refugiados. Eso es lo que hace que nosotros podamos ser un puente para el desarrollo de nuestro país de origen«. Tener un futuro mejor a través de la educación es, señala, «la única esperanza que tenemos». «Si nos cierran esta puerta prefiero morir, porque si la gente, las mujeres de mi pueblo no tienen posibilidad de recibir una educación, yo no puedo vivir tranquila«.

Diez meses en pausa

Nadia Ghulam se rompe cuando relata las trabas burocráticas que ponen en pausa la vida de las personas refugiadas. Su hermana está en un centro de refugiados en Salamanca y no puede irse con ella a Barcelona hasta que no se resuelva su condición como tal. Algo dolorosísimo para la activista y escritora. «Mi sobrino me dice que estaba triste porque llegaron los talibanes y no podía celebrar su cumple, yo le dije que no se preocupara que lo celebraríamos y él me preguntó si en mi casa. Ojalá que sí». Además, relata cómo una chica joven recién llegada como refugiada estudiaba su tercer curso de periodismo en Afganistán y ahora ve su vida parada. «Me dice, ‘aquí no soy nadie, no puedo hacer nada'». «Ella pensaba que en diez meses habría acabado la carrera, habría empezado a trabajar. Es doloroso para mí que una persona que quiere estudiar no tenga la posibilidad». Tenga, al fin y al cabo, la vida en pausa.

A pesar de que Afganistán ya no ocupa el foco mediático, la vida allí sigue bajo el régimen talibán desde que el pasado agosto las tropas americanas abandonaran el país. «La violencia va aumentando mucho. La comunidad internacional mira hacia otro lado, la ayuda no llega, no hay comida, ni medicamentos, las mujeres están encerradas en sus casas sin salario y toda esta situación hace que la violencia aumente», dice Nadia Ghulam.

«La gente está muriendo de hambre, las familias venden a sus hijas para mantener al resto o las matan para tener una boca menos que alimentar, incluso hay familias enteras vendiendo sus órganos para sobrevivir». La situación, sentencia, es de desesperación absoluta. Y en ese contexto, las mujeres no existen. No tienen voz. No tienen voto. Viven en la sombra.

«Una mujer es un objeto de intercambio ahora mismo. Se la puede comprar, vender o hacer lo que quieran con ella»

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«Una mujer es un objeto de intercambio ahora mismo. Se la puede comprar, vender o hacer lo que quieran con ella. La mujer no tiene voz y para que la tenga es necesario acceder a la educación y la vida pública«. Critica que Estados Unidos entró en el país para «ayudar a las mujeres y niñas» y ahora se ha ido. «¿Ahora ya no hay mujeres o qué?», se pregunta. Sigue habiendo pero viven atemorizadas.

Además, señala al error de poner a Kabul como ejemplo de todo el país. «Afganistán es muy grande, si te vas a otro pueblo es como si te fueras a otro país» y lamenta que a las provincias no llegaron ni las escuelas ni los hospitales, pero sí la guerra. Lo que ha hecho que la población de los municipios haya sufrido muchísimo durante todos estos años. «Ahora estos jóvenes que vivieron la guerra de niños son talibanes personas que han crecido en la violencia, que tienen armas (que no se cultivan en la tierra, alguien se las ha dado)».

«Los afganos sufren de la misma forma que sufren los ucranianos»

«Solo porque no tenemos el mismo color de piel ni la misma religión, no se trata igual a los refugiados ucranianos que a los que vienen de otros países en guerra», dice Nadia. Eso le duele. Primero aclara una cosa: la ayuda a Ucrania «es una verdadera maravilla». Una que «querríamos de manera igualitaria para todas las personas refugiadas». Comenta que en las fronteras de Polonia y países limítrofes con Ucrania hay «miles de personas de Afganistán, Siria o partes de África a las que «no se les está dejando pasar». Aboga por una atención y ayuda humanitaria igualitaria. Sin discriminar por el color de piel, la religión, el origen. «Los afganos sufren de la misma forma que sufren los ucranianos», sentencia.

Ghulam lamenta que la tierra afgana está quemada. Literal y metafóricamente. Ya no cultiva verduras, hortalizas, alimentos. Las bombas y los productos químicos de guerra han destrozado todo. El país es una cicatriz enorme de una quemadura que no se acaba de curar. Y lo peor es que no se da valor a la educación.

«El valor de la educación solo lo saben los que la han recibido. Los niños de la guerra le dan valor a las armas pero no a los bolígrafos, sencillamente porque no saben usarlos»

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Nadia Ghulam comparte con este periódico un refrán que dicen en Afganistán: «El valor de una joya solo lo sabe el joyero«. «El valor de la educación solo lo saben los que la han recibido. Los niños talibanes le dan valor a las armas pero no a los bolígrafos, sencillamente porque no saben usarlos».

Por eso, Ghulam lanza un mensaje. «Dar la posibilidad a las personas refugiadas afganas en las fronteras de aprender, de formarse en valores, de ser atendidas por psicólogas. Todo eso revertirá en hacer puentes de desarrollo con nuestro país«. «Vamos a construir nuestro país con la paz. Con todo lo aprendido. No las hagamos desgraciadas en el exilio. Eduquémoslas para construir un mundo mejor», concluye. Nadia Ghulam sueña con volver a su país. Y para eso trabaja. Por ella, por su pueblo. Y también sueña con algo que muchas personas afganas nunca han conocido: la paz.

Fuente: https://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2022/04/27/nadia-ghulam-mujeres-afganistan-son-65396539.html
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El veto a la educación femenina revela las divisiones de los talibanes afganos

El veto talibán a la educación femenina demuestra que los ultraconservadores mantienen el control del movimiento islamista y expone una pugna por el poder que pone en riesgo la ayuda internacional necesaria para la población de Afganistán, aseguran los expertos.

Los colegios de secundaria para mujeres fueron cerrados el mes pasado, apenas horas después de reabrir por primera vez desde el regreso de los talibanes al poder en agosto.

El giro, ocurrido tras una reunión secreta de los líderes del grupo en la ciudad de Kandahar, la cuna del movimiento, provocó indignación internacional y desconcierto en muchos de sus integrantes.

«La orden fue devastadora», indicó un alto responsable talibán a AFP. «El mismo líder supremo intervino», añadió.

Todas las autoridades talibanas que hablaron con AFP sobre la cuestión lo hicieron bajo condición de anonimato.

El movimiento nunca ha argumentado esta prohibición, más allá de señalar que la educación de las chicas debe concordar con los «principios islámicos».

Pero un alto responsable dijo a AFP que el líder supremo Hibatulá Akhundzada y otros dirigentes mantuvieron posturas «ultraconservadoras sobre este tema» y dominaron el debate.

Dentro del movimiento emergieron dos grupos: el urbano y los ultraconservadores, afirmó. Y «los ultraconservadores ganaron esta ronda», añadió.

En este grupo figuran influyentes clérigos como el jefe de justicia Abdul Hakim Sharai; el ministro de Asuntos Religiosos, Noor Mohamad Saqeb, o el ministro de la Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio, Mohamad Jalid Hanafi.

– Kandahar impone su influencia –

Estos clérigos se sienten excluidos de las decisiones del gobierno y expresan su oposición a la educación femenina como una forma de restaurar su influencia, dijo Ashley Jackson, una investigadora en Londres que ha trabajado extensamente sobre Afganistán.

Según ella, la «desproporcionada influencia de esta minoría desfasada» ha impedido que el país avance en algo que la mayoría de afganos respaldan, incluso gran parte de quienes están en el poder.

Esto «demuestra que Kandahar permanece como el centro de gravedad de la política talibana», opinó el analista Graeme Smith, del International Crisis Group.

Otro alto miembro talibán explicó que los radicales estaban tratando de apaciguar a miles de combatientes que proceden de zonas rurales profundamente conservadoras.

«Para ellos, incluso si una mujer sale de su casa, es inmoral. Imagínate lo que significa educarla», señaló.

El líder Akhundzada estaba en contra de la «educación moderna y secular» porque la asocia a la vida bajo los gobiernos respaldados por Occidente de Hamid Karzai y Ashraf Ghani. «Es su visión del mundo», añadió.

Los talibanes regresaron al poder el año pasado aprovechando la salida de las tropas internacionales lideradas por Estados Unidos dos décadas después de la invasión que propició la caída del primer régimen de los fundamentalistas (1996-2001).

En estos 20 años, las chicas pudieron ir a escuela y las mujeres pudieron buscar trabajo en todos los sectores, a pesar de que el país siguió siendo socialmente conservador.

El activista y académico islámico Tafsir Siyaposh indicó que las chicas en Afganistán siempre estudiaron en clases segregadas por sexo y seguían un currículo islámico, con lo que el veto enseña que los talibanes solo quieren «oprimir los derechos de las mujeres dando excusas».

– Golpe a la ayuda internacional –

Una fuente talibana en Pakistán confirmó las diferencias en la cúpula del movimiento sobre esta cuestión, pero aseguró que no había riesgo de fragmentación.

«Hay debate en este tema (…), pero estamos intentando superar nuestros defectos», dijo.

En cualquier caso, los analistas argumentan que esta prohibición socavó el intento de los talibanes de ganar reconocimiento internacional y recaudar ayuda para la grave crisis humanitaria del país.

Jackson aseguró que ni el líder Akhundzada ni las personas cercanas a él «entendieron completamente» las consecuencias en la comunidad internacional que ha vinculado el reconocimiento del movimiento al respeto de los derechos de las mujeres.

Incluso algunos altos mandos talibanes coinciden en esto.

«Les estamos diciendo (a los ultraconservadores) que gestionar un país es diferente a gestionar una madrasa», una escuela musulmana, confesó un responsable talibán en Kandahar.

«Todo iba bien hasta que esta dura orden llegó. Y llegó de nuestro líder, con lo que tenemos que seguirla, aunque intentamos cambiarlo», añadió.

«Plantea la pregunta de con quién exactamente tienen que hablar dentro de los talibanes», agregó.

Fuente: https://www.swissinfo.ch/spa/el-veto-a-la-educaci%C3%B3n-femenina-revela-las-divisiones-de-los-talibanes-afganos/47519792

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Mundo: El asombroso número de embarazos no deseados revela un fracaso en el respeto de los derechos de las mujeres

Casi la mitad de todos los embarazos son no deseados. La falta de métodos anticonceptivos disponibles, las guerras y otras crisis solo agravan la situación, según un nuevo informe publicado el miércoles por la agencia de salud sexual y reproductiva de la ONU.

Cerca de la mitad de todos los embarazos, que suman 121 millones cada año en todo el mundo, no son deseados. Esta es la asombrosa conclusión del último informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA).

“Este informe es una llamada de atención”, dijo la directora ejecutiva del Fondo, Natalia Kanem, y agregó que esa cifra “representa un fracaso mundial en la defensa de los derechos humanos básicos de las mujeres y las niñas”.

El innovador Informe Visibilizar lo Invisible: La necesidad de actuar para poner fin a la crisis desatendida de los embarazos no intencionales, advierte que esta crisis de derechos humanos tiene “profundas consecuencias para las sociedades, las mujeres y las niñas y la salud mundial”.

La falta de información o de conciencia sobre la salud sexual y reproductiva dio lugar a un embarazo no deseado de una adolescente de 18 años en Timor-Leste.

Fondo de Población/Ruth Carr
La falta de información o de conciencia sobre la salud sexual y reproductiva dio lugar a un embarazo no deseado de una adolescente de 18 años en Timor-Leste.

“No hay opción en absoluto”

Más del 60% de los embarazos no deseados terminan en aborto y se estima que el 45% de todos los abortos son inseguros, lo que representa entre el 5% y el 13% de todas las muertes maternas registradas, según el Informe del Estado de la Población Mundial 2022 del UNFPA.

Esto también está teniendo un gran impacto en la capacidad del planeta para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en su fecha límite que es 2030.

Además, se espera que la guerra en Ucrania, y otros conflictos crisis impulsen un aumento de los embarazos no deseados, ya que se interrumpe el acceso a la anticoncepción y aumenta la violencia sexual.

“Para las mujeres afectadas, la opción reproductiva que más cambia la vida ya sea quedar embarazada o no, no es una opción”, dijo la responsable del UNFPA.

Empujada al embarazo

El informe destacó que la desigualdad de género y el estancamiento del desarrollo generan altas tasas de embarazos no deseados.

Por ejemplo, se estima que 257 millones de mujeres en todo el mundo que desean evitar el embarazo no utilizan métodos anticonceptivos modernos y seguros.

Y donde hay datos disponibles, casi una cuarta parte de todas las mujeres se sienten incapaces de decir que no a las demandas de sexo.

Una variedad de factores también contribuye a los embarazos no deseados, incluida la falta de atención médica sexual y reproductiva; los anticonceptivos que no se adaptan a las circunstancias de la mujer; las normas dañinas que rodean a las mujeres y controlan sus propios cuerpos; la violencia sexual y la coerción reproductiva; así como el sentimiento de vergüenza en los servicios de salud.

Todo esto refleja la presión que las sociedades ejercen sobre las mujeres y las niñas para que se conviertan en madres.

Pie de foto: La falta de información o conciencia sobre la salud sexual y reproductiva provocó un embarazo no deseado de una joven de 18 años en Timor Leste.

En los días, semanas y meses posteriores al inicio de una crisis, los servicios de protección y salud sexual y reproductiva salvan vidas, directora del UNFPA

Los embarazos aumentan durante las crisis

Las crisis y los conflictos privan a las mujeres de su autonomía en todos los niveles, lo que aumenta drásticamente el riesgo de embarazos no deseados.

Las mujeres a menudo pierden el acceso a los anticonceptivos y la violencia sexual aumenta, según el informe, que cita estudios que muestran que más del 20% de las mujeres y niñas refugiadas se enfrentarán a la violencia sexual.

“Si tuvieras 15 minutos para salir de tu casa, ¿qué te llevarías? ¿Tomarías tu pasaporte? ¿Comida? ¿Recordarías tu método anticonceptivo? preguntó la doctora Kanem.

Lo cierto es que, después de que comienza una crisis, los servicios de salud y protección sexual y reproductiva salvan vidas.

“En los días, semanas y meses posteriores al inicio de una crisis, los servicios de protección y salud sexual y reproductiva salvan vidas, protegen a mujeres y niñas de cualquier daño, y previenen embarazos no deseados. Son tan vitales como la comida, el agua y el refugio”, observó la directora del Fondo.

Una mujer ucraniana en estado avanzado de su embarazo que salió de Odessa con su madre y su hijo recibe un kit de dignidad en un centro de acogida en la capital de Moldova, Chișinău.

Fondo de Población Moldovia/Adriana Bîzgu Edit
Una mujer ucraniana en estado avanzado de su embarazo que salió de Odessa con su madre y su hijo recibe un kit de dignidad en un centro de acogida en la capital de Moldova, Chișinău.

Actuar contra la desigualdad

El informe muestra con qué facilidad los derechos más fundamentales de las mujeres y las niñas quedan relegados a un segundo plano tanto en tiempos de paz como durante la guerra.

El informe hace un llamado a los tomadores de decisiones y a los encargados de los sistemas de salud para que ayuden a prevenir embarazos no deseados al mejorar la accesibilidad, la aceptabilidad y las opciones anticonceptivas, al tiempo que insta políticos y líderes comunitarios a empoderar a las mujeres y las niñas para que tomen decisiones afirmativas sobre sexo, anticoncepción y maternidad.

Si se hace esto, las mujeres y las niñas podrán contribuir plenamente a la sociedad con las herramientas, la información y el poder para decidir por sí mismas si tener hijos o no.

“Al poner el poder de tomar esta decisión tan fundamental directamente en manos de las mujeres y las niñas, las sociedades pueden garantizar que la maternidad sea una aspiración y no una inevitabilidad”, concluyó la directora del Fondo de Población.

Efecto Ucrania

También es probable que la guerra en Ucrania provoque un aumento de los embarazos no deseados, dijo Monica Ferro el miércoles, portavoz del Fondo, a los periodistas en Ginebra.

Prevemos que 265.000 mujeres están embarazadas en Ucrania y en los próximos tres meses, 80.000 personas darán a luz. Por lo tanto, si no hay un centro de salud para dar a luz, para tener un parto con personal calificado, o si no tienen acceso a la atención médica, esto aumentará, como sabemos, la mortalidad y la morbilidad materna”.

A principios de este mes, un hospital de maternidad fue blanco de bombardeos en la ciudad costera afectada de Mariupol. Como parte de la respuesta de la ONU, el UNFPA ha enviado medicamentos esenciales y servicios, y suministros de salud sexual y reproductiva que salvan vidas a Ucrania.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2022/03/1506472

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La ONU denuncia la decisión de los talibanes de no reabrir las escuelas para todas las niñas

Los talibanes han decidido vetar la esperada reapertura de las aulas de educación secundaria para las niñas. La ONU y sus agencias lamentan tal decisión y coinciden en tildar el incumplimiento de los compromisos de reabrir las aulas como una medida lamentable y un retroceso en el futuro de las niñas y mujeres afganas, y de los ciudadanos en general.

La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, afirmó en un comunicado que «el incumplimiento por parte de las autoridades de facto de los compromisos de reabrir las escuelas para niñas a partir del sexto grado —a pesar de los reiterados compromisos en favor de la educación de las niñas, incluso durante mi visita a Kabul hace dos semanas — es profundamente perjudicial para Afganistán».

El alejamiento de las aulas, su inseguridad

La negación a la educación viola los derechos humanos de las mujeres y las niñas,  Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU

Las escuelas de educación secundaria tenían previsto abrir sus puertas para las niñas en todo el país tras las vacaciones de invierno; sin embargo, las autoridades talibanes habrían dado marcha atrás a primera hora del miércoles, a la espera de una decisión sobre los uniformes que deben llevar.

«Denegar la educación viola los derechos humanos de las mujeres y las niñas: va más allá de su derecho a la educación, las deja más expuestas a la violencia, la pobreza y la explotación«, explicó Bachelet.

El futuro de Afganistán en peligro

El Secretario General de la ONU, António Guterres, manifestó su profundo pesar por la suspensión impuesta por los talibanes de la vuelta a la escuela para las niñas de secundaria.

«El comienzo del nuevo curso escolar era esperado por todos los estudiantes, chicos y chicas, y por los padres y las familias», dijo Guterres. Añadió que la repentina medida de los talibanes de no reabrir las aulas, «a pesar de sus reiterados compromisos, supone una profunda decepción y daña profundamente a Afganistán”.

”Denegar  la educación no solo viola la igualdad de derechos de las mujeres y las niñas a la educación, sino que también pone en peligro el futuro del país debido a la enorme contribución de las mujeres y las niñas afganas».

«Insto a las autoridades de facto talibanes a que reabran las escuelas para todos los estudiantes sin más demora».

Unas niñas en un centro de aprendizaje en la aldea de Gulab Khail en la provincia de Maidan Wardak,en Afganistán.

© UNICEF/Azizzullah Karimi
Unas niñas en un centro de aprendizaje en la aldea de Gulab Khail en la provincia de Maidan Wardak,en Afganistán.

La determinación de las afganas

Michelle Bachelet ha recordado que, en su reciente visita a Kabul, las mujeres le manifestaron su deseo de hablar ellas mismas con los talibanes.

Las mujeres le dijeron que disponen de «información, soluciones y capacidad para ayudar a trazar una salida a esta crisis económica, humanitaria y de derechos humanos en Afganistán».

«Insistieron en la igualdad de derechos a una educación de calidad en los ciclos primario, secundario y terciario, y aguardaban con esperanza la reapertura de hoy de las aulas».

Discriminación estructural

En un momento en el que los ciudadanos afganos sufren los efectos de múltiples crisis, la alta funcionaria de la ONU describió la decisión como «muy preocupante».

«Quitarle el poder a la mitad de la población afgana es contraproducente e injusto», afirmó Bachelet, y añadió que «una discriminación estructural como ésta también es profundamente perjudicial para las perspectivas de recuperación y desarrollo del país».

Finalmente, Bachelet hizo un llamamiento a los talibanes para que «respeten el derecho a la educación de todas las niñas y reabran las escuelas para todas las estudiantes sin discriminación ni más demora«.

Esperanzas rotas

Por su parte, la directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Catherine Russell, emitió un comunicado en el que describía la decisión como «un gran revés para las niñas y su futuro».

“Millones de alumnas de enseñanza secundaria de todo Afganistán se han despertado hoy con la ilusión de poder regresar a la escuela y reanudar su educación. Sin embargo, sus esperanzas no han tardado en verse truncadas”, lamentó Rusell.

La decisión de los talibanes anula “el derecho de toda una generación de niñas adolescentes a una educación, y les arrebata la oportunidad de adquirir las competencias necesarias para labrarse un futuro”, añadió.

Instó también a las autoridades de facto que cumplan con su “compromiso con la educación de las niñas sin más demora” y a los dirigentes de todos los rincones de Afganistán les pidió que defiendan la educación de las niñas adolescentes.

Todos los niños y las niñas merecen ir a la escuela. Es la forma más segura de guiar al país por un camino más seguro hacia la paz y la prosperidad que merece el pueblo de Afganistán”, concluyó la directora de UNICEF.

Una decisión deplorable

La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en el Afganistán (UNAMA) respondió a la noticia con un tuit donde manifiesta como deplorable » el anuncio de hoy de los talibanes de ampliar de manera indefinida el veto para las estudiantes de mayores de sexto grado para asistir a la escuela».

Fuente: https://news.un.org/es/story/2022/03/1506102

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Talibanes reprimen con gas protesta de mujeres que exigían igualdad y justicia

Las manifestantes reclamaban la libertad de Alia Azizi, funcionaria de policía responsable de la cárcel de Herat, de la que su familia asegura llevar cuatro meses sin noticias

Madrid / AmecoPress y PeriodistasenEspañol.- Una veintena de mujeres afganas concentraron el domingo, 16 de enero de 2022, a las puertas de la Universidad de Kabul, reclamando «igualdad y justicia» en su derecho al trabajo y la educación, y mostrando una pancarta en la que se podía leer «Derechos de las mujeres, derechos humanos».

Las manifestantes reclamaban también la libertad de Alia Azizi, funcionaria de policía responsable de la cárcel de Herat, de la que su familia asegura llevar cuatro meses sin noticias.

Varios talibanes, llegados al lugar de la manifestación en distintos vehículos, han dispersado a las mujeres concentradas rociándolas con gas pimienta.

En su crónica, el servicio de información digital de France Télévisions, publica las declaraciones de una de las manifestantes que, de forma anónima, comenta que el gas le ha afectado a uno de los ojos y que, cuando se lo ha reprochado al talibán, este ha respondido apuntándola con su arma.

Igualmente, recoge las declaraciones de otras dos manifestantes, asegurando que una de las mujeres ha tenido que acudir al hospital porque el gas le ha causado una reacción alérgica en la cara y los ojos.

Desde que tomaron el poder en agosto de 2021, los talibanes intervienen cada vez que se producen concentraciones que reclaman los derechos de las mujeres.

La publicación hace una especie de balance de los últimos acontecimientos en este sentido: las empleadas del sector público no han podido regresar a sus puestos de trabajo, muchas escuelas femeninas no han abierto sus puertas y los departamentos correspondientes de las universidades públicas permanecen cerrados.

Las mujeres no pueden viajar si no van acompañadas de un hombre y los canales de televisión tienen orden de no difundir telenovelas con protagonistas femeninas.

Fuente de la información e imagen:   https://vocesfeministas.mx

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