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Educación Inclusiva: La lucha de una minoría que beneficia a todos

EL MUNDO

Dos madres de niños con pluridiscapacidad denuncian las dificultades que tienen para que sus hijos puedan estudiar en centros ordinarios

Sandra y Nelia, con sus hijos, reivindicando el derecho de los niños con discapacidad a una inclusión educativa real, tal y como reconoce la ley. M.A.C

«Lo recogen tanto la Constitución Española (artículos 27, 10.2 y 96.1) como distintos tratados internacionales, tales como la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas (artículo 24), que España rubricó en 2008: todos los niños, independientemente de su grado de discapacidad, tienen derecho a una educación inclusiva en su barrio, con sus vecinos, con sus hermanos… Todos».

Ambas, educadoras sociales de profesión y compañeras de trabajo, tuvieron que enfrentarse en muy pocos meses de diferencia a la llegada de un hijo con diversidad funcional. En el caso de Nelia, Lucas y su hermano Joel nacieron casi un mes y medio antes de lo previsto, el 1 de enero de 2013. Tras batallar por su vida en la UCI de neonatos de Son Espases y hacerle multitud de pruebas, al pequeño Lucas le diagnosticaron una parálisis cerebral. En el caso de Sandra, su hijo Izan nació en 2012 con una enfermedad rara que le afecta en su proceso de desarrollo, crecimiento y aprendizaje, además de provocarle una importante hipotonía -falta de fuerza en los músculos-, que afecta a sus funciones motoras.

Desde que nacieron sus hijos, la vida de las dos educadoras ha transcurrido en paralelo: ya no sólo comparten jornada laboral; también su lucha por ofrecerles a sus pequeños todo aquello que necesitan para desarrollar al máximo sus capacidades y que puedan tener una vida socialmente inclusiva. Una batalla que, ahora que los menores han cumplido seis años, se ha hecho más ardua para tratar de que puedan seguir su proceso de escolarización de manera ordinaria. Lucas, junto a su hermano mellizo; e Izan, en el colegio de la zona donde reside.

Con estas palabras, Nelia y Sandra recuerdan el derecho de los niños con discapacidad a poder optar por una educación inclusiva, así como la obligación del Estado de garantizársela. Un derecho que, pese a estar reconocido y legislado, en muchas ocasiones no se cumple y supone una verdadera lucha para familias como las suyas, con menores con pluridiscapacidad.

Ambas, educadoras sociales de profesión y compañeras de trabajo, tuvieron que enfrentarse en muy pocos meses de diferencia a la llegada de un hijo con diversidad funcional. En el caso de Nelia, Lucas y su hermano Joel nacieron casi un mes y medio antes de lo previsto, el 1 de enero de 2013. Tras batallar por su vida en la UCI de neonatos de Son Espases y hacerle multitud de pruebas, al pequeño Lucas le diagnosticaron una parálisis cerebral. En el caso de Sandra, su hijo Izan nació en 2012 con una enfermedad rara que le afecta en su proceso de desarrollo, crecimiento y aprendizaje, además de provocarle una importante hipotonía -falta de fuerza en los músculos-, que afecta a sus funciones motoras.

Desde que nacieron sus hijos, la vida de las dos educadoras ha transcurrido en paralelo: ya no sólo comparten jornada laboral; también su lucha por ofrecerles a sus pequeños todo aquello que necesitan para desarrollar al máximo sus capacidades y que puedan tener una vida socialmente inclusiva. Una batalla que, ahora que los menores han cumplido seis años, se ha hecho más ardua para tratar de que puedan seguir su proceso de escolarización de manera ordinaria. Lucas, junto a su hermano mellizo; e Izan, en el colegio de la zona donde reside.

A Nelia la conocen de sobra en la Conselleria de Educación. Ella tuvo que enfrentarse mucho antes de lo que esperaba a un sistema educativo que, lejos de facilitar la inclusión de Lucas, lo que está haciendo es abocarle a un centro de educación especial. Firme defensora de la educación inclusiva y del derecho de sus hijos a criarse y educarse juntos, no ha dudado en reunirse con quien ha hecho falta y aportar todas las ideas e iniciativas necesarias para que, como hacen la mayoría de hermanos, Joel y Lucas puedan ir al mismo cole.

«A los 18 meses, cuando todavía eran unos bebés, ya me dijeron que debía separarlos. Y a los tres años, que Lucas no podía ir a un colegio inclusivo, porque no estaban hechos para él», explica.

Ninguno de los dictámenes recibidos fue suficiente como para que esta madre se diera por vencida. Sabedora de que la ley la ampara y con la absoluta convicción de que el modelo de educación inclusiva es el mejor para cualquier niño, ha removido cielo y tierra para sortear todos los obstáculos de un sistema que, en la práctica, incumple todos los derechos que reconoce sobre el papel.

«He ido a la Conselleria muchas veces y su respuesta siempre ha sido la misma: todo depende de la actitud del profesorado. Desde el colegio, lo que te dicen es que no disponen de los recursos necesarios. Y en medio de todo, un niño inocente que padece las deficiencias del sistema», cuenta, además de recordar que pese a que tanto la ONU como la Constitución Española abogan por un sistema educativo inclusivo, el Decreto de Atención a la Diversidad de Baleares todavía recoge la convivencia de tres modelos como son la segregación (centros de educación especial), la integración (aulas ASCE y UEECO) y la inclusión.

El camino de Sandra no ha sido tan complicado como el de Nelia, pero tampoco exento de dificultades. A nivel educativo, la socialización de Izan en el colegio ha sido más fácil que la de Lucas, ya que tiene más comunicación verbal. No obstante, ha llegado un momento en el que lo que pueden ofrecerle en el centro escolar al niño no es suficiente para que pueda seguir evolucionando y aprendiendo.

«Lo que les hace falta a niños como los nuestros es contar con profesionales especializados que sepan cómo responder a sus necesidades. Yo he tenido suerte y en el colegio de mi hijo se han volcado con él. Pero, ¿y en los casos que no es así? ¿De qué nos sirve que nos pongan a una persona unas pocas horas a la semana o sin formación especializada en discapacidad? No se trata de tener más recursos, sino de que éstos sean los adecuados, porque de lo contrario no vamos a conseguir nada», insiste Sandra.

Y esa es su lucha. Que sus hijos y todos los niños con discapacidad puedan tener acceso a esa educación inclusiva a la que tienen derecho y en los términos que recogen tanto las leyes estatales como las internacionales: respetando la diversidad y dotando al sistema con los recursos y la formación docente oportuna para que todas las personas puedan ejercer ese derecho, independientemente de su grado de discapacidad.

«A nivel individual, las dos hemos intentado que los recursos lleguen al colegio, pero no ha habido manera, todo han sido negativas. Hemos tratado de ofrecer a los centros recursos de manera privada y nos han dicho que no se podía. Incluso hemos presentado un proyecto piloto adecuadamente financiado para alumnos con pluridiscapacidad, pero tampoco nos han permitido ponerlo en marcha. Entonces, ¿qué alternativa nos dan?», se preguntan.

PLATAFORMA ESTATAL

Y es que, para estas dos madres, no hay diferencia entre llevar a un niño a un centro de educación especial o que esté en un centro ordinario sin los ajustes suficientes y razonables para que el menor esté incluido en la clase.

«Es lo mismo. El sistema nos está mandando a un centro de educación especial si queremos que nuestros hijos tengan una posibilidad de avanzar, porque ahí sí que cuentan con profesionales especializados. Y nosotras nos preguntamos, ¿por qué estos profesionales especializados no están en los centros ordinarios para hacer factible ese derecho fundamental a una educación inclusiva a la que tienen derecho todos los niños?», destacan.

Tanto Nelia como Sandra comprenden y respetan el miedo que sienten algunas familias ante la posibilidad de que cierren los centros de educación especial en pro de la educación inclusiva. Pero también reclaman el derecho de aquellas familias como las suyas, que quieren optar por la inclusión y que se ven obligadas a irse a centros de educación especial.

«Nos llenamos la boca de palabras como inclusión, diversidad… pero cuando no te queda otra que tocarlo con las manos, todo son barreras y trabas. He pasado ya por dos dictámenes que me mandaban a centros de educación especial y he tenido que luchar contra ellos para que Lucas siga en el mismo centro que su hermano. Y sólo tiene 6 años», apunta Nelia.

Siempre dispuestas a seguir informándose, formándose y luchar por la inclusión de sus hijos, hace tan sólo 15 días las dos educadoras viajaron a Madrid a la presentación de la Plataforma Estatal por una Escuela Extraordinaria, a la que todo el mundo que lo desee puede adherirse, a través de su página web www.unaescuelaextraordinaria.org.

En ella participan abogados, expertos en inclusión, familias y todas aquellas personas comprometidas en hacer cumplir el objetivo por el que se ha creado esta plataforma cívica: exigir a las administraciones que cumplan y hagan cumplir la Constitución Española, la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU, ratificada por España en 2008.

«En otros países como Canadá o Finlandia ya no existe la educación especial y los niños están bien atendidos. Y no se trata de un tema de recursos económicos. Portugal empezó a apostar por la educación inclusiva en plena crisis. Tras 10 años, han pasado de tener un 20% de alumnado con discapacidad en centros de educación especial, a tan sólo un 1%», arguyen, además de apuntar que hay profesionales especializados que ya están trabajando con estos niños; que de lo que se trata, es de ponerlos en el lugar adecuado.

Asimismo, señalan que aquello que busca y recalca el modelo de educación inclusiva es sacar el máximo potencial de todos los alumnos, tanto de aquellos que tienen discapacidad como de aquellos que no la tienen. Y que, si bien las familias de los primeros son las que más hablan de inclusión, no debemos olvidar que hay otros colectivos que también están destinados al fracaso escolar porque no se trabaja bien con ellos y no se les incluye.

«Como sociedad, es nuestra responsabilidad luchar por los derechos y la no discriminación de los más vulnerables. Los niños son los primeros en beneficiarse de aprender en la diversidad, de aprender valores, de conocer y aceptar a los demás. Compartir y convivir con la diversidad aporta un aprendizaje en valores y solidaridad que no se puede recibir desde la teoría», aseguran las educadoras sociales.

Cabe recordar que en los últimos años la ONU ha alertado en varias ocasiones de que España no cumple los acuerdos firmados en 2008 y que vulnera sistemáticamente el derecho que tienen los niños con discapacidad a recibir una educación inclusiva.

«En un informe, la ONU habla del sufrimiento de las familias que optamos por la educación inclusiva, familias que en algunos casos han tenido que gastarse su dinero y su tiempo en juicios para reclamar el derecho de sus hijos a acceder a este modelo educativo. Es muy triste que tenga que ser un juez el que haga prevalecer y cumplir los derechos de nuestros hijos, pero si no nos queda más remedio que recurrir a él, vamos a hacerlo», concluyen Nelia y Sandra.

Fuente de la Información: https://www.elmundo.es/baleares/2019/04/14/5cb309f4fc6c836b0a8b4653.html

Fuente de la Imagen: https://www.elmundo.es/baleares/2019/04/14/5cb309f4fc6c836b0a8b4653.html

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Una tarde con Judith Butler

Por: Piedepagina/17-04-2019

Referente del pensamiento de género, la filósofa norteamericana visitó Buenos Aires. Para su conferencia se anotaron 15 mil personas y produjo furores. La periodista Cecilia González escribió este texto sobre el encuentro para la Revista digital La Agenda. Lo reproducimos con permiso del medio de de la autora

Es bajita, delgada y tiene el cabello corto, entrecano y peinado al medio. No usa maquillaje, ni aros ni bisutería alguna. Como único accesorio, un pañuelo verde cuelga amarrado a su maletín.

Judith Butler, la filósofa estadounidense de 63 años convertida a fuerza de libros, pensamiento y teorías en faro del firmamento feminista, entra a uno de los salones de la Universidad Tres de Febrero vestida con pantalón, camisa y zapatillas negras. El único toque discordante son sus medias verdes, ese color resignificado el año pasado en Argentina como emblema de la lucha por la legalización del aborto y que ya se ha expandido por América Latina.

“Voy a hablar en inglés, pero entiendo español”, dice la catedrática de la Universidad de California, en Berkeley, a la docena de periodistas que fuimos invitadas por la Untref para charlar con ella. Y lo dice con una sonrisa y una voz suave que mantendrá durante toda la tarde.

La mayoría de las periodistas partimos a la cita con Butler en una combi desde La Biela, el conservador y tradicional bar porteño en donde los mozos tuvieron que tomar un curso sobre género después de discriminar a una pareja de lesbianas por besarse en público. En el camino hacia la sede de la Untref en General San Martín, algunas confesamos la dificultad de asimilar las tesis desarrolladas por Butler en sus libros sobre género, cuerpos, lenguaje, teoría performativa, identidad o hegemonía. En sus ponencias o entrevistas, en cambio, la claridad de su discurso permite entender por qué es una referente del feminismo que, al estilo de una estrella pop, convoca a masas. Aquí, el equivalente es la creciente popularidad de Rita Segato. Lo comprobamos enseguida. Al llegar a la Untref, cientos de personas, la mayoría jóvenes veinteañeros, forman varias cuadras de fila desde hace horas para poder entrar al microestadio en el que Butler dialogará con activistas del colectivo Ni Una Menos después de su encuentro con las periodistas.

Ya en el salón, mientras esperamos a la filósofa y tomamos café y galletas, llega Claudia Piñeiro, la escritora que abrazó el activismo y hoy es una de las voces más potentes del feminismo argentino. Pola Oloixarac, frecuente crítica de algunos feminismos, presume el diseño de su libro Mona. La activista trans Marlene Wayer prefiere salir a hablar con los estudiantes que esperan por Butler. Las Ni Una Menos se identifican con sus remeras rosas. La tarde es alterada por la noticia del hallazgo de la nieta 129 que ha sido recuperada por Abuelas de Plaza de Mayo.

Entonces llega Butler. En un español entrecortado, celebra “el lindo día” regalado por el otoño porteño. Con nosotras sentadas en semi círculo y ella rodeada de fotógrafos y el salón cada vez más lleno de fans, la filósofa responde preguntas durante una hora, café en mano, con la ayuda de una traductora a la que felicita a cada rato por la manera en que interpreta sus palabras. “No soy binaria”, dice la impulsora de la teoría queer, recordando lo alejada que está de cualquier estereotipo, en particular los de género porque son meras construcciones sociales impuestas. También explica que el aborto es un derecho que pone en cuestionamiento quién tiene poder sobre el cuerpo de una mujer: “es porque el cuerpo de las mujeres es del Estado, de la Iglesia, o de la Iglesia dentro del Estado. Son amigos muy cercanos”.

Le pregunto por el MeToo mexicano, el movimiento que en las últimas semanas copó las redes sociales con denuncias anónimas y masivas de abusos y acoso contra mujeres. Periodistas, escritores, músicos, académicos y activistas fueron escrachados con nombre y apellido. Unos reconocieron sus “errores” y se disculparon. Otros fueron echados de su trabajo. Pero un famoso músico, Armando Vega Gil, decidió suicidarse después de ser acusado de abuso contra una menor de 13 años. El movimiento feminista impulsor de las denuncias entró en crisis.

–Es muy complicado –reconoce Butler–. MeToo es un movimiento muy importante porque ha ayudado a visibilizar los abusos sexuales, la violencia, la discriminación, eso tiene que ser expuesto, pero las feministas nos tenemos que plantear si buscamos justicia, porque desconfiamos y a veces dejamos aparte el sistema legal. Muchas veces se habla de cancelar a otra persona. ¿Qué buscamos: denunciar el acto o arruinarle la vida a otra persona? Decidir que la vida de alguien no merece respeto ya no es justicia. Las mujeres negras de Estados Unidos desarrollaron el concepto de “justicia restauradora” porque piensan que no está bien que los hombres negros terminen en la cárcel en donde van a terminar siendo oprimidos. Eso no ayudaría en nada. Hay que condenar los actos de abuso y no a la persona, porque si no, nos estaríamos convirtiendo en jueces y verdugos.

La conferencia termina y Butler es rodeada por pedidos de autógrafos y fotografías. Luego se reúne a solas con Marta Dillon, Verónica Gago y Cecilia Palmeiro, las activistas del Ni Una Menos con las que, un rato más tarde, compartirá un diálogo público en el microestadio de la Untref, en un evento al que se inscribieron 15 mil personas. Sólo caben 1400.

Una de ellas es Antonia Firpo, una joven de 19 años que estudia simultáneamente Relaciones Internacionales y Filosofía. Viene a pesar de que disiente con Butler. “Fui a varias charlas sobre su pensamiento y hay cosas que no comparto, pero la posibilidad de escucharla me parece muy piola para mi formación, para pensar desde otros ámbitos. Yo comparto un poco más de ideas con el feminismo radical que con la teoría queer, pero no puedo perder esta oportunidad”, explica.

A su lado, Lucila Druetta, estudiante de Sicología de 19 años, sí se confiesa fan de la filósofa: “me cuestan muchísimo sus libros, desarrolla pensamientos complejos, pero quizá escuchándola en vivo me ayude a entenderla mejor”.

La marea que colma el microestadio no es sólo femenina. Javier Marino, de 24 años y estudiante de Relaciones Comerciales Internacionales, cuenta que hace poco leyó “Deshacer el género” y se dio cuenta de la falta de información que hay en los medios e incluso en las universidades para abordar el tema “en medio de una coyuntura social urgente protagonizada por los feminismos, es necesario formarnos mucho más y mejor para crecer social y políticamente”.

Apenas entra Butler, una ovación masiva le da la bienvenida. Aníbal Jozami, rector de la Untref, la recibe con un discurso que amplía el sentido político del acto. “En una época en que se ataca a la universidad pública, a pesar de las trabas que estamos viviendo, vamos a seguir haciendo estos proyectos porque el feminismo es el nombre de la justicia social”, dice. “¡Fuera, fuera, fuera Macri, fuera!”, le responde una multitud a coro.

Durante dos horas, la activista advierte que los paradigmas del feminismo no son siempre los mismos, invita a convivir con la fragmentación del movimiento, a no tener miedo del conflicto, a entender que el enemigo común de los feminismos es el régimen patriarcal, capitalista y homofóbico, a subrayar lo colectivo por encima de la experiencia individual. Y sentencia: “los feminismos trans excluyentes no son feminismos”. El público no se cansa de aplaudirla.

El nombre de la filósofa se convierte en la segunda tendencia de Twitter Argentina este martes por la noche. Es el “Butlerpalloza”, como lo bautizan algunos usuarios. Otros aportan datos a un “Butler para principiantes”. Miles siguen la transmisión por streaming.

Ella reconoce que está cansada. Que ya es tarde. A punto de despedirse, anuncia que está escribiendo un libro para niños y que, cuando lo termine, le enviará una copia al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, famoso, entre muchas otras cosas, por su asumida homofobia. Las Ni Una Menos arengan y el público responde a modo de despedida: “Y ahora que estamos juntas / y ahora que sí nos ven / abajo el patriarcado / que va a caer que va a caer / arriba el feminismo / que va a vencer que va a vencer”.

Butler no canta pero sí aplaude a sus compañeras de mesa, sonríe de frente al público a modo de agradecimiento. Y se va.

*Fuente: https://piedepagina.mx/una-tarde-con-judith-butler/

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Uruguay: Estudiantes de secundaria plantean la existencia de baños género-neutrales en los liceos

América del Sur/ Uruguay/ 15.04.2019/ Fuente: redclade.org.

 

Estudiantes de secundaria del Liceo nº 63 de Montevideo, Uruguay, se manifiestan para defender la existencia de baños género-neutrales “para todas las identidades, corporacidades y sexualidades” en su centro educativo.

Según las y los estudiantes, la iniciativa demanda baños género-neutrales en los liceos y cuestiona la división de los baños públicos para varones y mujeres, lo que en su mirada reproduce las heteronormatividades y el orden patriarcal excluyente de otras identidades.

Afirman también que esta medida es importante para profundizar las transformaciones sociales y culturales que reconocen a la libertad de elegir los géneros y sexualidades desde la autopercepción, y también para avanzar en el reconocimiento de la diversidad de hábitos, conductas e ideas presentes en las prácticas cotidianas, como el uso del baño.

El caso del Liceo nº 63 no es aislado, sino que es el último de una serie de centros educativos donde hubo movilizaciones similares de estudiantes de secundaria en los últimos años, en el país. Año a año, en el marco del mes de la diversidad, el Gremio de Estudiantes del Instituto Alfredo Vásquez Acevedo (IAVA) convoca al estudiantado a ir de pollera (falda) al liceo, incluyendo a los varones. Además de luchar contra los estereotipos de vestimenta, la manifestación reclamó durante años que los baños no estén asociados ni a varones ni a mujeres, objetivo que se alcanzó en el 2018.

Tsaia Silva, vocera del gremio, explicó a La Diaria que los baños del liceo deben ser “género-neutrales” y que no son afines a la denominación de “baños mixtos”, porque ello implica reconocer solamente a dos géneros, y consideran que hay personas – entre ellas estudiantes del IAVA – que no se sienten incluidas en ninguno de los dos. “Hay otra realidad y queremos seguir con la pancarta de la igualdad, la diversidad y la integración. Es un reclamo de muchas personas que no se sienten cómodas al ir al baño porque está establecido un género”, añadió.

Ante las manifestaciones de las y los estudiantes, la directora del Consejo de Educación Secundaria, Ana Olivera, afirmó al diario El Observador que se decidió por generalizar la garantía de baños inclusivos a todos los liceos del país. Aclaró que la idea no es que los baños de hombres y mujeres sea eliminado, sino que a los ya existentes se agregue el baño inclusivo, universal o unisex.

Para la directora, estas modificaciones en los edificios permitirán trabajar temas relacionados a género, sexualidad y respeto en los liceos.

Educación e igualdad de género

Las manifestaciones estudiantiles en Uruguay son ejemplos de cómo la cuestión de género se relaciona con la garantía del derecho a la educación en condiciones de igualdad, siendo un tema fundamental para el desarrollo humano y el respeto al derecho de las niñas, mujeres y personas LGBTI a una vida libre de violencia y discriminación.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) incluyen metas y objetivos destinados a la eliminación de todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y niñas, y el Marco de Acción para la Educación 2030 reconoce que “la igualdad de género está inextricablemente ligada al derecho a la educación”.

“Entendemos que es urgente eliminar las barreras ideológicas, culturales y estructurales para la garantía de la igualdad entre los géneros y superar la discriminación y violencia por razón de género en y desde la educación”, defiende la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE).

Fuente de la noticia: https://redclade.org/noticias/uruguay-estudiantes-banos-genero-neutrales/

 

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Perú: Se aprueba Política de Igualdad de Género y Corte Suprema decide a favor de currículo escolar con perspectiva de género

América del Sur/ Perú/ 15.04.2019/ Fuente: redclade.org.

 

La última semana fue de importantes logros para la igualdad de género en el Perú. Por una parte, el gobierno del país publicó el Decreto Supremo N° 008-2019, que aprueba la Política Nacional de Igualdad de Género. Por otro lado, la Corte Suprema de Perú declaró, en última instancia, que una demanda de acción popular que había sido interpuesta por grupos conservadores, contra el enfoque de género en el currículo nacional de educación básica, es “infundada en todos sus extremos”.

Desde la aprobación del Currículo Nacional para la Educación Básica (CNEB), en junio de 2016, el Ministerio de Educación peruano venía siendo cuestionado por grupos conservadores que demandaban la abolición del plan de estudios y el cese de su implementación. El 16 de febrero de 2017, uno de estos grupos presentó al Poder Judicial una demanda de acción popular constitucional, que tenía por objeto detener la implementación del CNEB y eliminar la palabra “género” del currículo. Más de dos años después, finalmente la Corte Suprema decidió en última instancia que esta acción popular es infundada, y que el nuevo currículo deberá ser implementado.

“Es una medida sumamente importante, primero porque nos devuelve la seguridad jurídica que grupos opositores habían puesto en duda. El mensaje de la Corte es sumamente positivo. Lo que queda al Ministerio de Educación es superar los embates del retraso de compromisos que tienen que ver con la publicación de libros, pero también con lo que significa devolver la certeza a los profesores de que no está en discusión el enfoque de género en la educación”, afirma Susana Chávez, directora de Promsex, ONG feminista dedicada a la defensa de los derechos sexuales y reproductivos en Perú.

A su vez, Liliam Hidalgo Collazos, presidenta de Tarea – Asociación de Publicaciones Educativas – e integrante del Colectivo Educación e Igualdad de Perú, considera que la sentencia de la Corte ha dejado asentada la potestad del Ministerio de Educación en la rectoría de las políticas públicas educativas. De acuerdo con ella, el fallo abre también la posibilidad de trabajar, con todo el respaldo de la ley, el enfoque de género de manera transversal en todo el sistema educativo. “Es decir, en la formación docente, en los materiales, en la gestión escolar, en la normativa, etc. Pero, sobre todo, va a permitir experiencias educativas donde las oportunidades sean iguales para hombres y mujeres, en condiciones para que las niñas y mujeres puedan ejercer sus derechos cuando exista una situación de desigualdad, y con respeto a las personas sin importar su procedencia, lengua, género u orientación sexual”, añadió.

Ricardo Cuenca, Investigador del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), considera que el fallo de la Corte coloca al país en el camino correcto para lograr ser una mejor sociedad, en la que se garantice el derecho a la educación de todas y todos, sin discriminación. “Ningún interés particular puede estar por encima de los intereses públicos, colectivos. Con este fallo, el poder judicial confirma que quien decide lo que se enseña en las escuelas no son grupos particulares, sino el Estado buscando el mayor bienestar posible para todos en el país, y el desarrollo de una educación basada en derechos, con calidad y justicia social”, afirmó.

Nueva Política Nacional de Igualdad de Género

Según dicho decreto publicado la semana pasada, se trata de una política nacional multisectorial que se propone atacar tanto los factores causales, como los efectos de la discriminación estructural contra las mujeres. Su rectoría, seguimiento y evaluación se encuentra a cargo del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, y su aplicación será inmediata para todas las entidades de la administración pública.

Sus seis objetivos prioritarios son: reducir la violencia hacia las mujeres; garantizar el ejercicio de los derechos a la salud sexual y reproductiva de las mujeres; garantizar el acceso y participación de las mujeres en espacios de toma de decisiones; garantizar el ejercicio de los derechos económicos y sociales de las mujeres; reducir las barreras institucionales que obstaculizan la igualdad en los ámbitos público y privado entre hombres y mujeres; y reducir la incidencia de los patrones socioculturales discriminatorios en la población.

En lo que se refiere a la educación, la política plantea la promoción de una convivencia escolar democrática y la prevención de la violencia contra niñas, niños y adolescentes en las instituciones educativas; la orientación e información en educación sexual integral (ESI), con pertinencia cultural, dirigida a niñas y niños, adolescentes, padres y madres, tutores/as y cuidadores/as, al igual que formación en EIS a estudiantes de educación básica.

Asimismo, tiene como objetivos: la formación de mujeres en carreras tradicionalmente masculinizadas y/o mejor remuneradas, con enfoque de género, que fomente el acceso, permanencia y titulación; y el desarrollo de programas para la igualdad de género en la educación básica, de manera adaptable y con enfoque intercultural, así como programas de formación inicial y continua a docentes con enfoque de igualdad de género.

“Este logro nos genera posibilidades de seguir fortaleciendo la política pública. Esto también da cuenta de la profunda debilidad de quienes se oponen, pues los argumentos para rechazar el enfoque de género en la educación han sido sumamente débiles, muchos de ellos basados en seudociencias y descuidados de la interpretación de los datos, negando aquellos que tienen implicancias muy graves en temas de violencia, feminicidios, violaciones sexuales y acoso laboral”, dice Susana.

A su vez, Liliam destaca que esta política es un precedente importante y debe suponer el empoderamiento de las niñas, adolescentes y mujeres que, por haber participado en experiencias educativas de respeto, valoración y generación de pensamiento crítico, podrán ejercer una ciudadanía plena.

“Me gustaría subrayar la relación del enfoque de género con la formación de pensamiento crítico, dado que supone un ejercicio constante de cuestionamiento de lo que es dado. Otra implicancia es la posibilidad de articulación intersectorial con las políticas que vienen de otros sectores, en especial con aquellas que van en defensa de la mujer, de manera que el enfoque integral permita que la salud, la justicia y la educación intervengan en la efectiva erradicación de los patrones sociales que permiten hasta hoy estas desigualdades, y cuyas raíces son multisectoriales”, afirma la presidenta de Tarea.

Según Ricardo Cuenca, la política abre la posibilidad de que, como en el caso del sector educación, otros sectores sociales puedan colocar claramente el enfoque de género en sus propios ámbitos, por ejemplo en salud, justicia, protección social y sectores productivos, como agricultura, pesca, transportes, etc. “Si bien las leyes no modifican, al menos en el corto plazo, los problemas estructurales, es fundamental contar con un marco jurídico que facilite estos cambios. A las normas se le tiene que sumar mucho ejercicio ciudadano, participación de varios actores, campañas de comunicación a corto plazo, políticas públicas y programas de mediano plazo”, añadió.

Desafíos hacia la realización de estas políticas para la educación con igualdad de género

“El desafío es muy grande, pues los países de nuestra región, y Perú no es excepción, se precian por tener normas avanzadas, pero no necesariamente expeditas para su cumplimiento. El proceso de aplicación es lento y va a requerir muchísimos esfuerzos. Una de las principales dificultades es la inversión para que los funcionarios erradiquen la violencia institucional y establezcan procesos de transparencia y estándares de calidad. Hay interferencias políticas que niegan los procesos de calificación de los directores, por ejemplo, amenazando – a través de una ley en el Congreso – reintegrar a directores que han sido descalificados por no ser competentes. El avance en una parte no garantiza el detener las amenazas que puedan presentarse en sentidos distintos. Allí es que tenemos que hacer esfuerzo como sociedad civil para que la vigilancia no disminuya. Estos dos años de lucha intensa han sido procesos de aprendizajes muy ricos para las organizaciones de la sociedad civil, que hemos estado muy cerca al sector educación. Pero, aun tenemos en el camino madres y padres que desconfían del proceso educativo con perspectiva de género, y es algo que se tiene que conquistar en base al mejoramiento de la calidad de las escuelas que esperamos” (Susana Chávez, de Promsex).

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“Para implementar el enfoque de género en el currículo, el reto es transitar de un discurso políticamente correcto a una práctica efectiva en todos los espacios educativos. O sea, tomar las decisiones necesarias para que los cambios se den en las aulas efectivamente. Para ello, es necesario mudar varias esferas del sistema. En principio, la formación docente, tanto la formación inicial cuanto la formación continua. También es necesario revisar los materiales que estamos produciendo, revisar las normativas y hacer transformaciones en la gestión escolar. Sobre todo, la intención es transformar las relaciones que se dan entre las personas, funcionarias y funcionarios, de todos los niveles, los directivos, las y los docentes, las familias, así como las y los estudiantes.

Esto va a ocurrir si se generan y modifican políticas internas. Por ejemplo, hay la necesidad de crear la política para la elaboración de materiales educativos en el país. Hay la necesidad de cambiar las políticas para la formación de docentes, de modo que el enfoque de género esté totalmente presente. Es necesario también que se asigne el presupuesto suficiente” (Liliam Hidalgo, de Tarea).

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“No es posible un cambio de esta magnitud sin trabajar con las y los docentes, sin tener un diagnóstico claro de lo que piensan y sienten respecto a la igualdad de género. Esto es fundamental para poder diseñar un programa específico que busque generar en los y las docentes un compromiso con el tema y el desarrollo de pedagogías que permitan trabajar en las aulas el enfoque de género. También considero fundamental trabajar con los padres y las madres de familia para desarrollar ideas más claras respecto del enfoque de género. Con esto se debería minimizar los temores de los padres y las madres, colocando el tema de género en perspectiva de ciudadanía y ejercicio de derechos” (Ricardo Cuenta, del IEP).

Fuente de la noticia: https://redclade.org/noticias/peru-politica-genero/

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Programa de educación inclusiva cambia la vida de personas ciegas en Honduras

Redacción: Hondudiario

Desde su funcionamiento ha formado a 382 estudiantes con discapacidad visual. A los estudiantes se les brindan materiales didácticos y atención psicológica.

La falta de oportunidades para la inclusión de personas con discapacidad visual en los centros educativos, es una realidad que poco a poco está quedando en el olvido debido a la creación de políticas y a la labor que realiza la Secretaría de Educación.

A través de la Escuela para Ciegos Pilar Salinas, mediante la implementación del novedoso programa de Inclusión Educativa, se le brinda la luz del conocimiento a 95 estudiantes de todo el país en este año 2019.

Con esta iniciativa las personas “ciegas totales o con baja visión”, son incorporadas a los centros educativos públicos y privados formando parte de la vida escolar de manera regular, tal como lo establece la ley Fundamental de Educación.

El proyecto está orientado a la capacitación de profesores, padres de familia, autoridades de centros educativos y estudiantes, para que sepan cómo trabajar con una persona con discapacidad en las aulas de clases.

De igual manera brindar apoyo pedagógico, realizar visitas domiciliarias para ver la evolución de los estudiantes y la detección de enfermedades visuales a temprana edad.

Atenciones y materiales didácticos

A través de este programa, se brinda materiales didácticos a los educandos y realiza atención individualizada a los estudiantes con multidiscapacidad y sordoceguera en un aula psicopedagógica totalmente adecuada.

En ese sentido la profesora de la escuela Para Ciegos Pilar Salinas, Marcela Montoya, expresó que lo novedoso del programa, es que se está incorporando a los profesores y padres de familia junto a las autoridades de las escuelas en los departamentos de La Paz, Yoro, Olancho, Valle, El Paraíso, Copán, Atlántida, Francisco Morazán y Ocotepeque.

Misión

Montoya, dijo que la misión es amplia porque se está atendiendo a estudiantes de todas las edades que necesiten algún tipo de rehabilitación y hasta el momento se han formado a 382 personas con discapacidad.

Este programa funciona desde el año 2011 y ha formado en atención a estudiantes con discapacidad visual a 5,000 personas entre maestros, padres de familia y estudiantes.

Alternativa

Montoya, manifestó que además de la enseñanza en el aula, se forma a los educandos para que puedan formar sus microempresas, creando productos como ser bisutería, desinfectantes para pisos.

“Con esto les damos una opción a los estudiantes que no quieran continuar sus estudios superiores, para que tengan una alternativa de poder subsistir en la sociedad”, acotó la educadora.

“La Secretaría de Educación a través de la subdirección General de Educación para Personas con Capacidades Diferentes y Talentos Excepcionales, busca que los niños con discapacidad sean incluidos en el sistema educativo”, expresó la asistente técnico de la Secretaría de Educación, Nubia Molina.

Molina, dijo que el propósito es que estos niños, niñas y jóvenes en un futuro sean útiles para la sociedad.
Apuntó que estas instituciones reciben financiamiento de la Secretaría de Educación y que se identifican a las instituciones educativas que pueden brindar la enseñanza a estos grupos cerca de sus casas.

Reglamento

La funcionaria, señaló que ya se cuenta con un reglamento en donde se establece que la educación debe ser inclusiva sin ninguna discriminación, tal como lo establece la constitución de la república y las convenciones de derechos humanos.

Fuente: https://hondudiario.com/2019/03/21/programa-de-educacion-inclusiva-cambia-la-vida-de-personas-ciegas-en-honduras/

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Las incesantes fábricas de odio, miedo y mentiras

Por:  Boaventura de Sousa Santos

Cuando el respetado alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, renunció al cargo en 2018, la opinión pública mundial fue manipulada para no prestar atención al hecho y mucho menos evaluar su verdadero significado.

Su nombramiento para el cargo en 2014 fue un hito en las relaciones internacionales. Era el primer asiático, árabe y musulmán que ocupaba el cargo y lo desempeñó de manera brillante hasta el momento en que decidió dar un portazo por no querer ceder a las presiones que desfiguraban su cargo, desviándolo de su misión de defender a las víctimas de violaciones de derechos humanos para volverlo cómplice de violaciones perpetradas por estados con peso en el sistema mundial. En su discurso y entrevistas de despedida se mostraba indignado con el modo en que los derechos humanos se venían transformando en parias de las relaciones internacionales, obstaculizados por las estrategias autoritarias y unilaterales de dominio geoestratégico. Reconocía que el ejercicio de su cargo le obligaba a oponerse a la mayoría de los países que habían aprobado su nombramiento bajo pena de traicionar su misión. También llamaba la atención sobre el hecho de que el perfil de la ONU reflejaba fielmente el tipo dominante de relaciones internacionales y que, por ello, tanto podía ser una organización brillante como una patética, dando a entender que este último perfil era el que empezaba a regir. Era un grito de alerta sobre los peligros que el mundo corría con el avance de populismos nacionalistas de derecha y de extrema derecha que hace mucho venía señalando. Al denunciar la creciente vulnerabilidad de una buena parte de la población mundial sujeta a graves violaciones de los derechos humanos, él mismo se volvió vulnerable y tuvo que abandonar el cargo. El grito de alerta cayó en el silencio de la diplomacia, de los alineamientos y de las conveniencias típicas del internacionalismo patético que había denunciado.

Todo esto ocurrió en el año en que se celebraban los 70 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en el que muchos, incluido yo mismo, defendían la necesidad de una nueva declaración, más sólida y más verdaderamente universal. Esta necesidad se mantiene, pero en este momento lo más importante es identificar las fuerzas y los procesos que están bloqueando la declaración actual y la convierten en un documento tan desechable como las poblaciones vulnerables sometidas a violaciones de los derechos humanos que la declaración pretendía defender.

Cabe recordar que esta declaración pretendía mostrar la superioridad moral del capitalismo frente al comunismo. El capitalismo prometía, al igual que el comunismo, el creciente bienestar de poblaciones cada vez mayores, pero lo hacía con respeto a los principios de la Revolución francesa: igualdad, libertad y fraternidad. Era el único sistema compatible con la democracia y los derechos humanos.

Sin embargo, la ola conservadora y reaccionaria que asola al mundo es totalmente opuesta a la filosofía que presidió la elaboración de la declaración y constituye una seria amenaza para la democracia. Se basa en la exigencia de una doble disciplina autoritaria y radical, que no se puede imponer por procesos democráticos dignos del nombre. Se trata de la disciplina económica y de la disciplina ideológica. La disciplina económica consiste en la imposición de un capitalismo autorregulado, movido exclusivamente por su lógica de incesante acumulación y concentración de la riqueza, libre de restricciones políticas o éticas; en síntesis, el capitalismo que suele designarse como capitalismo salvaje. La disciplina ideológica consiste en la inculcación de una percepción o mentalidad colectiva dominada por la existencia de peligros inminentes e imprevisibles que alcanzan a todos por igual y particularmente a los colectivos más cercanos, ya sean la familia, la comunidad o la nación. Tales peligros crean un miedo inquebrantable del extraño y el futuro, una inseguridad total ante un desconocido avasallador. En tales condiciones, no resta más seguridad que la de regresar al pasado glorioso, el refugio en la abundancia de lo que supuestamente fuimos y tuvimos.

Ambas disciplinas son tan autoritarias que configuran dos guerras no declaradas contra la gran mayoría de la población mundial, las clases populares miserabilizadas y las clases medias empobrecidas. Esta doble guerra exige un vastísimo complejo ideológico-mental propagado por todo el mundo, incluyendo nuestros barrios, nuestras casas y nuestra intimidad. Son tres las fábricas principales de este complejo: la fábrica del odio, la fábrica del miedo y la fábrica de la mentira.

En la fábrica del odio se produce la necesidad de crear enemigos y de producir las armas que los eliminen eficazmente. Los enemigos no son aquellos poderes que el pensamiento crítico izquierdista satanizó: el capitalismo, el colonialismo y el heteropatriarcado; los verdaderos enemigos son aquellos que hasta ahora se disfrazaron de amigos, todos aquellos que inventaron la idea de opresión y movilizaron a los ingenuos (por desgracia, una buena parte de la población mundial) para la lucha contra esa opresión. Se disfrazaron de demócratas, de defensores de los derechos humanos, del Estado de derecho, de acceso al derecho, de diversidad cultural, de igualdad racial y sexual. Por eso son tan peligrosos. El odio implica el rechazo a discutir con los enemigos. A los enemigos se los elimina.

En la fábrica del miedo se produce la inseguridad y los artefactos ideológico-mentales que producen seguridad, la cual, para ser infalible, necesita vigilancia permanente y constante renovación de las tecnologías de la seguridad. El objetivo de la fábrica del miedo es erradicar la esperanza. Busca convertir el actual estado de cosas en el único posible y legítimo, contra el cual sólo por locura o utopía disparatada se puede luchar. No se trata de validar todo lo que existe; se trata de limpiar, de lo que existe, todo lo que impidió la perpetuación del pasado glorioso.

Por su parte, en la fábrica de la mentira se producen los hechos y las ideas alternativas a todo lo que pasó por verdad o búsqueda de verdad, como las ideas de igualdad, de libertad negativa (libertad de coerciones) y positiva (libertad para realizar objetivos propios, no impuestos ni teledirigidos), de Estado social de derecho, de violencia como negación de la democracia, de diálogo y reconocimiento del otro como alternativa a la guerra, de los bienes comunes como el agua, la educación, la salud, el medioambiente saludable. Esta fábrica es la más estratégica de todas, porque es aquella en la cual los artefactos ideológico-mentales tienen que empaquetarse y disfrazarse de no ideológicos. Su mayor eficacia reside en no decir la verdad respecto de sí misma.

La proliferación de estas tres fábricas es el motor de la ola reaccionaria que vivimos. La proliferación tiene que ser la mayor posible para que nosotros mismos nos volvamos emprendedores del odio, el miedo y la mentira; para que deje de haber diferencia entre producción, distribución y consumo en la propagación de esta vasta disciplina ideológica. Los medios de comunicación hegemónicos, la “comentariología”, las redes sociales y sus algoritmos y las iglesias seguidoras de la teología de la prosperidad son poderosas líneas de montaje. Pero esto no significa que las piezas que circulan en las líneas de montaje se produzcan de manera anárquica en todo el mundo. Hay centros de innovación y renovación tecnológica para la producción masiva de artefactos ideológico-mentales cada vez más sofisticados. Esos centros son los silicon valleys del odio, el miedo y la mentira. Las tecnologías se desarrollaron originalmente para servir a dos grandes clientes: los militares y sus guerras, y el consumo de masas, pero hoy los clientes son mucho más diversificados e incluyen la manipulación sicológica, la opinión pública, el marketing político, el disciplinamiento moral y religioso. La sofisticación tecnológica está orientada a colapsar la distancia con la proximidad (tuits y sound bites), la institucionalidad con lo subliminal (mediante la producción en masa de máxima personalización), la verdad con la mentira o la media verdad (hipersimplificaciones, banalización del horror, transmisión selectiva de conflictos sociales).

En un momento en que se dice que estamos en vísperas de una nueva revolución tecnológica dominada por la inteligencia artificial, la automatización y la robótica, queda la idea de que las incesantes fábricas de odio, miedo y mentira están queriendo orientar la revolución tecnológica en el sentido de la mayor concentración posible de poder económico, social, político y cultural y, por tanto, en el sentido de crear una sociedad de tal manera injusta que la justicia se transforme en una monstruosidad repugnante. Es como si antes de la llegada masiva de la inteligencia artificial, la inteligencia natural se fuese artificializando y automatizando para coincidir y confundirse con ella.

Fuente: https://ladiaria.com.uy/articulo/2019/2/las-incesantes-fabricas-de-odio-miedo-y-mentiras/

 

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Trabajar los valores de la convivencia

Por: Pedro Uruñuela

No se trata sólo de hablar sobre los valores, se trata, ante todo, de educar para y en estos valores, de manera que el alumnado pueda construir sus propios valores dentro de un marco de unos  compartidos.

Recientemente tuve ocasión de participar en una jornada organizada por el Ayuntamiento de Pinto, en Madrid, dedicada a presentar buenas prácticas educativas llevadas a cabo por los centros de la localidad, relacionadas con la convivencia. Es importante el esfuerzo que hacen muchos ayuntamientos para ponerlas en valor, darlas difusión y contribuir a su extensión y generalización.

Tuve el honor de dar la ponencia marco que abrió esta jornada y en ella traté de reflexionar sobre la educación en valores que tiene lugar a partir del trabajo de la convivencia. A lo largo de la charla, partiendo de vieja ideas aprendidas de mi profesor y buen amigo Puig Rovira, reflexionamos sobre la educación en valores como el intento de ayudar a los jóvenes a decidir el modo en el que querían vivir, señalando, entre otros aspectos, la importancia de la interrelación para la educación en valores. Ser persona es relacionarse e interrelacionarse, no somos nada sin la relación y es necesario buscar los mecanismos que refuerzan y desarrollan estas relaciones: los basados en el afecto, el diálogo y la cooperación.

Hablar de convivencia implica, en primer lugar, plantearnos la finalidad última que buscamos con la educación. Si reflexionamos sobre ella, veremos que hay dos enfoques muy diferentes, que es preciso aclarar y profundizar. Para determinadas personas es necesario buscar una educación de calidad, centrada en la mejora del currículum personal y en la consecución de la excelencia académica, en el dominio de muchos conocimientos y saberes, especialmente los relacionados con los saberes básicos de la lengua, matemáticas e idiomas. El planteamiento de la LOMCE, como demuestra la lectura de su Preámbulo, concreta y explica esta interpretación de los fines básicos de la educación.

Otras personas, por el contrario, entendemos que no puede reducirse a este planteamiento la finalidad básica de la educación y que es necesario preguntarse cómo se pueden formar personas que, a la vez que son competentes académicamente, sean también solidarias, críticas, dialogantes y constructoras de paz. No se trata tanto de buscar o plantear la incompatibilidad entre ambas opciones, cuanto de abordar un enfoque integral de ambas. Por eso se considera que aprender a convivir es uno de los objetivos básicos e imprescindibles de la educación.

Nos recordaba Martin Luther King que “hemos aprendido a volar como los pájaros y a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos”. La fraternidad sigue siendo la asignatura pendiente, la propuesta todavía no desarrollada a partir de los ideales ilustrados. Hemos trabajado y desarrollado, mejor o peor, la libertad y la igualdad, nos queda pendiente el trabajo y desarrollo de la fraternidad.

Nuestros alumnos y alumnas van a estar en los centros educativos entre trece y quince años. Gozamos en la escuela de un “privilegio” del que no goza ninguna otra institución social, que todos los niños y niñas pasen necesariamente por la escuela. No podemos desaprovechar este tiempo, quizás el más importante en el desarrollo humano; sería una grave irresponsabilidad por nuestra parte ya que, como señala Tedesco, aprender a vivir juntos es una de las funciones principales de la escuela del siglo XXI, porque se trata de una experiencia que no se da naturalmente en el espacio exterior a la escuela: la experiencia de contacto con el diferente, de respeto y responsabilidad hacia los otros.

Trabajar la convivencia supone enseñar a nuestro alumnado a establecer relaciones consigo mismo, con otras personas y con el entorno. Algo que se construye día a día, que hay que cuidar de manera continua, ya que, de no hacerlo así, se viene abajo y se destruye fácilmente. Pero quizá lo más importante son los valores desde los cuales se construye esta relación: la dignidad humana, la paz positiva y los derechos humanos.

La dignidad humana enseña que toda persona, con independencia de su origen y condición socioeconómica y cultural, tiene un valor que nadie le puede ni debe arrebatar. Toda persona, como nos decían los ilustrados, es un fin en sí misma y no puede reducirse a ser un medio al servicio de otras personas, de sus intereses u objetivos. De ahí el rechazo a toda forma de explotación, de utilización, de sometimiento a los fines particulares de otra persona. De la dignidad y valor personales se deriva el respeto que le debemos, la aceptación incondicional de dicha persona por ser persona. Nuestros alumnos y alumnas aprenderán para toda su vida esta enseñanza, de manera que el respeto a cualquiera será uno de sus valores básicos en su relación social. Nos irá mucho mejor en nuestra vida.

Como valor fundamental de la convivencia, el respeto a la dignidad se concreta también en el rechazo a cualquier forma de relación basada en el dominio-sumisión, es decir, en el predominio e imposición de determinadas personas que tienen más poder, más recursos y más fuerza y, por ello, imponen y dominan a otras que no disponen de los mismos medios para oponerse, que no saben cómo defenderse. Es necesario rechazar y condenar toda forma de violencia, desde la física, la más visible, a las violencias verbal, psicológica, social o de género, más difíciles de ver y detectar, pero de mayor incidencia en la vida diaria de las personas.

La paz positiva, segundo criterio y valor de la convivencia positiva, se basa en la construcción de relaciones basadas en la justicia y equidad, relaciones muy alejadas de las situaciones de discriminación y negación de los derechos, características de la violencia. No podemos conformarnos con la paz negativa, con la ausencia de guerras u otras formas de violencia. Es necesario construir en positivo, incidir en los factores estructurales y culturales que inciden en las relaciones humanas, para poder construir una relación basada en la justicia.

Los derechos humanos, a través de sus diversas formulaciones y concreciones, constituyen lo que podemos denominar la moral mínima que compartimos y que hace posible la convivencia. Puede criticarse su insuficiencia, su escasa capacidad para exigir su cumplimiento, sus sesgos occidentales, etc., pero, más allá de estas insuficiencias, siguen siendo una referencia importante para la construcción de la convivencia.

La relación interpersonal es el cimiento y la base de la convivencia y de toda la acción educativa. Trabajar la relación nos lleva también a la necesidad de trabajar el cuidado, ya que toda relación humana tiene su esencia en el cuidado, en el nosotras y nosotros. El cuidado tiene efectos muy positivos para la relación, influye en el desarrollo emocional e intelectual de la infancia, concreta y refuerza el respeto y atención a todas las personas y es un elemento fundamental de la acción educativa.

Trabajar el cuidado implica superar planteamientos muy arraigados en el profesorado, ir más allá de una visión puramente academicista de la educación y dejar de lado de manera definitiva el planteamiento que describíamos al inicio. La convivencia positiva y el cuidado mutuo son incompatibles con modelos de relación basados en la competitividad, en la lucha por ser el primero con olvido del resto de compañeros/as, en el individualismo, etc. Por el contrario, implica poner en el centro de nuestra atención a las personas, a sus necesidades y demandas, a sus expectativas. Y desarrollar una visión colectiva, basada en el nosotros/as, que busca la inclusión y la superación de la discriminación.

Este planteamiento global de la convivencia exige el trabajo de determinados valores, imprescindibles y necesarios para una buena relación. Sin ánimo de exhaustividad, pueden señalarse, además del respeto, otros igualmente importantes como la cooperación, la participación, la inclusión, la generosidad, la justicia, la confianza, el diálogo, la amistad, la paciencia, la creatividad, la responsabilidad, la constancia, la prudencia, la paz o la solidaridad.

No hay que olvidar que estos valores sólo pueden ser aprehendidos mediante su vivencia y experimentación o, lo que es lo mismo, gracias a la organización del centro educativo desde y en estos valores, de manera que se haga posible la vivencia directa de estos principios. No se trata sólo de hablar sobre los valores, se trata, ante todo, de educar para y en estos valores, de manera que el alumnado pueda construir sus propios valores dentro de un marco de unos  compartidos. Todo ello sobre planteamientos basados en las tres C: Cariño (afecto), Comunicación (diálogo) y Cooperación.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/convivenciayeducacionenvalores/2019/04/09/trabajar-los-valores-de-la-convivencia/

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