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Vientres de alquiler: Una explotación de la mujer

Por: Lidia Falcón

A finales de enero de 2018, la Izquierda Unida celebró unas jornadas sobre violencia contra la mujer que abarcaron, desde la tribuna con las más famosas expertas en el tema, todas las violencias que sufren las mujeres desde los más remotos tiempos. Ciertamente en siglos pasados esa violencia era más descarnada, pública y habitual, sobre todo comparando lo que sucede en la actualidad en el continente europeo donde ha avanzado gracias a la lucha incansable del Movimiento Feminista. Sobre esto investigué en Mujer y Sociedad hace 50 años.

Pero en la actualidad, valiéndose de los avances científicos y tecnológicos, el Capital ha logrado someter a las mujeres pobres a una nueva explotación: alquilar con costes reducidos la capacidad reproductora de las mujeres. Con la inestimable ayuda del Patriarcado está sometiendo a miles de jóvenes a las prácticas de hormonación, implantación de embriones, embarazos, partos y extracción del recién nacido, para entregarlo a aquellos individuos que puedan pagar por ello. Como si de la fabricación de zapatos se tratase.

Y como es habitual, el Capital y el Patriarcado han elaborado una astuta propaganda para explicar y defender la legitimidad de esta nueva forma de esclavitud. Mediante los y las voceras que siempre se alinean con el poder, difunde sus argumentos que pervierten y falsean los más grandes valores que la humanidad ha logrado incorporar a sus Constituciones y legislaciones, tras largas y sangrientas luchas contra ese mismo poder que ahora pretende someterla: el derecho, la libertad y la solidaridad.

Derecho: La nueva propaganda que pretende legalizar los vientres de alquiler, arguye que todas las personas tienen derecho a tener hijos, retorciendo precisamente uno de los grandes avances conquistados por el feminismo: el derecho de las mujeres a controlar la natalidad e interrumpir un embarazo no deseado. Porque el derecho a ser padres no está reconocido en ningún cuerpo legislativo del mundo. Sería una aberración, ya que de no poder lograrse por medios naturales en caso de infertilidad, daría lugar a la explotación de mujeres, de grado o por fuerza para fabricar esos bebés deseados. Precisamente lo que se ha logrado con la infame industria de los vientres de alquiler.

Pero los derechos que regulan la vida de los seres humanos son demasiado trascendentales, convierten la historia natural y animal que ha regido nuestra evolución durante milenios en la historia social, como decía Marx, para que sean manipulados y degradados en esta transformación frankesteiana que ha inventado el Capital. A las clases sometidas les han costado siglos de luchas, rebeliones, sublevaciones y revoluciones que las clases dominantes aceptaran los derechos universales como una consideración ineludible e intransferible de la condición humana. Desde que se firmó la Declaración de Derechos Humanos de la ONU, de 1948, y que se aprobara por las 56 naciones constituidas entonces en la Organización internacional costó varios siglos de guerras que ocasionaron terribles genocidios y desastres en varios continentes, “no se puede someter a ninguna persona a tortura, ni penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”. Que es precisamente lo que sufren las mujeres sometidas a la fertilización y fecundación, con expoliación del niño.

Frente al supuesto derecho de los compradores de bebés, están los derechos de las cobayas humanas sometidas a estos experimentos inaceptables. Las mujeres convertidas en probetas, en máquinas de procrear, como en una distopía futura al estilo de El Cuento de la Criada de Margaret Atkwood.

Con una característica añadida. En un planeta en el que hay millones de niños huérfanos y abandonados, esos padres y madres tan deseosos de dar amor y cuidados no quieren adoptarlos porque se trata de que sus descendientes mantengan su código genético lo que supone, una vez más, el triunfo del supremacismo racial.

No podemos aceptar que existe un derecho a ser padres, como no podemos aceptar que existe un derecho a vender trozos del cuerpo, a torturar a otras mujeres, a disponer de su capacidad reproductora, a expoliarle los hijos, ni aún con su consentimiento. Porque ese consentimiento, obtenido mediante la presión económica no es libre. De la misma manera que no se permite la venta de órganos aún con la aceptación del vendedor, porque nuestro nivel de ética social nos lo impide,  no existe el derecho a aprovecharse de la facultad reproductora de otras mujeres por dinero.

Libertad. En ese discurso, que ahora se llama relato por la acepción de cuento que tiene este término, del Capital se apela a la libertad de la mujer que acepta la transacción. En consecuencia, las mafias que organizan las agencias de venta de niños y sus voceras, están reclamando la legalización de los vientres de alquiler siempre que sea con el consentimiento de la mujer. Ya conocemos ese mismo argumento para legalizar la prostitución. Pero también la libertad es un hermoso vocablo y un derecho imprescriptible, y para poder disfrutarla las clases explotadas tuvieron que librar miles de luchas y decenas de revoluciones, en las que empeñaron su vida, contra las clases dominantes, de modo que ahora se utilice para esclavizar a los pobres de siempre, mayormente mujeres, por los mismos depredadores de siempre.

Como en los Diez Mandamientos, hay que prohibir se que utilice el término de libertad en vano, sobre todo por aquellos que precisamente estrangulan la libertad de las que dicen defender. La libertad es demasiado trascendental, demasiado preciosa, demasiado definitoria de la condición humana para degenerarla y banalizarla asegurando que las mujeres que se prestan a ser inseminadas y fecundadas como vacas están utilizando su libertad. No hay nada más esclavizador que la pobreza, y ninguna de las decisiones que los seres humanos toman obligados por ella son libres.

Y tampoco, como en el sensiblero caso, que los y las defensoras de la legalización de los vientres de alquiler siempre utilizan, de la mujer estéril que le pide el favor a su hermana de que geste el embrión escogido, nunca se puede legislar ad hominem porque la legislación, y en eso consiste su grandeza, no se aprueba por los ciudadanos para beneficiar a unas personas escogidas sino que es general y universal para proteger a las personas necesitadas y a las clases desposeídas.

Solidaridad. Utilizando el hermoso término de solidaridad, la fraternidad de la enseña de la Revolución Francesa, esos difusores del agit-prop capitalista están taimadamente apelando a la abnegación femenina, cuya característica es el deseo de sacrificio y entrega a los que ama. Valor femenino por excelencia, cuya adscripción ha servido al patriarcado para exigir sacrificios a las mujeres que los hombres nunca están dispuestos a realizar. Como vemos no se oye que se realicen transplantes de testículos de un hermano a otro que sea estéril.

Resulta patético escuchar a mujeres defender la generosidad que se le atribuye a otra para dejarse fecundar y embarazar por entregarle un bebé recién fabricado a su hermana o a su amiga, cuando esas abogadas de la abnegación y la generosidad nunca estarían dispuestas a hacer lo mismo.

Porque en realidad, esa apelación a la solidaridad, que mejor estaría utilizada en defender buenas causas, es una excusa, una mistificación para engañar a las gentes tontas y mezquinas que se dejan embaucar con argumentaciones incluso infames como el racismo y el nazismo.  Sobre todo cuando se apela a las emociones con argumentaciones sensibleras siempre encaminadas a defender los privilegios de los poderosos contra los derechos y la dignidad de los desposeídos. La prueba es que esos ansiosos personajes por ser padres y madres nunca han protagonizado ni organizado ni encabezado manifestaciones ni asociaciones ni reclamaciones para que los trámites legales hagan más fácil y asequible la adopción.

Se trata de organizar un mundo de explotaciones legales, de humillación y utilización del cuerpo de las mujeres, con el beneplácito de las masas adoctrinadas por esa filosofía del engaño que el poder elabora muy astuta y eficazmente, hasta convencer a quienes se creen defendiendo derechos, libertades y fraternidades, cuando son los cómplices necesarios de un futuro distópico en que los poderosos poseerán el cuerpo y el alma de los desposeídos. Sobre todo sin son mujeres.

Fuente artículo: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2018/02/02/vientres-de-alquiler-una-explotacion-de-la-mujer/

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Los niños refugiados, la prioridad en la atención a la infancia en 2018

Por: UNICEF

UNICEF estima que necesitará casi 3.000 millones de euros este año para atender a 48 millones de menores alrededor del mundo. Casi un cuarto del presupuesto se destinará a los refugiados sirios, mientras el éxodo de los rohingya dispara la ayuda a Asia meridional. 

Educación y acceso a agua, saneamiento e higiene serán los pilares de la acción de Unicef para este año, según el informe Intervención Humanitaria 2018 divulgado este martes por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. La organización estima que necesitará 2.920 millones de euros para hacer frente a las necesidades de 82 millones de personas en 51 países. Su objetivo es llegar a 48 millones de niños, uno de los colectivos más vulnerables, ya que uno de cada cuatro de ellos vive en países afectados por conflictos o desastres y casi 50 millones tuvieron que abandonar sus hogares debido a violencia, pobreza o catástrofes naturales.

Oriente Medio y Norte de África se mantiene como la región que acapara la cifra más elevada, con 1.509 millones de euros, repartidos principalmente entre atención a refugiados sirios y otras poblaciones afectadas en Egipto, Irak, Jordania, Líbano y Turquía (767 millones de euros, alrededor de un cuarto del conjunto del presupuesto global), Yemen (272 millones de euros) y Siria (270 millones de euros). Nigeria y República Democrática del Congo son los principales destinatarios del presupuesto de África central y occidental (567 millones de euros en el conjunto), así como Sudán del Sur, Somalia y Etiopía en la zona meridional y oriental del continente (cuyo presupuesto asciende a 523 millones de euros).

Uno de cada cuatro niños vive en países afectados por conflictos o desastres

Los niños refugiados, la prioridad en la atención a la infancia en 2018
 En porcentajes, el Fondo de las Naciones Unidas prevé gastar un cuarto del presupuesto para que 8,9 millones de niños puedan tener acceso a la educación. Otra prioridad fijada por el informe es el acceso a agua, saneamiento e higiene (21% del total) para garantizar este derecho a 35,7 millones de personas. Unicef aspira también a tratar 4,2 millones de casos de malnutrición aguda infantil (a través del 18% del presupuesto) y vacunar a 10 millones de niños contra el sarampión. La protección de los menores concentrará el 11% del gasto anual con el objetivo de brindar apoyo psicológico para 3,9 millones de niños.

«Deberíamos estar hablando de desarrollo en estos tiempos, pero debido a la situación actual hemos tenido que volver a poner el foco en las emergencias», ha lamentado Javier Martos, director ejecutivo de Unicef Comité Español este martes en la presentación del informe en Madrid.

Cinco crisis que marcarán 2018

1. El éxodo de los rohingya

Pese a que el número de nuevas llegadas se vaya estabilizando, la emergencia se mantiene elevada en el campo de refugiados rohingya Kutupalong, en Cox’s Bazar, uno de los distritos más pobres de Bangladés. A las 688.000 personas huidas del vecino Myanmar desde el pasado mes de agosto, cuando se recrudeció la persecución contra esta minoría, se suman otras 75.000 llegadas hace un año, además de una cifra estimada entre los 300.000 y 500.000 acumulada a lo largo de cinco décadas de éxodo. Unicef calcula que, incluyendo a los comunidades locales, los niños suman al menos 720.000.

“Responder a las necesidades de agua, higiene y saneamiento es un reto muy complicado, debido a la congestión del campo y la falta de letrinas”, explica Sara Bordas, jefa de operaciones del Fondo de las Naciones Unidas en Kutupalong. “En los centros de educación, se ven niños muy sucios, no tienen bases de higiene. Nos queda mucho trabajo por hacer”.

El hacinamiento y la escasez de higiene favorecen la proliferación de enfermedades. El campo ya ha registrado varios brotes de sarampión, difteria, infecciones agudas a las vías respiratorias y abre la puerta al riesgo de una epidemia de cólera.

Bordas se muestra preocupada también por los niveles de desnutrición aguda grave. “El ratio registrado el pasado mes de octubre era del 7,5%, muy por encima del límite de emergencia, fijado en el 3%”, asegura. “En el campo, además, también hay 80.000 mujeres embarazadas, muchas de las cuales ya están desnutridas”.

Una mujer rohingya sostiene su hijo mientras espera la repartición de ayuda humanitaria en el campo de refugiados de Balukhali, cerca de Cox's Bazar (Bangladés)
Una mujer rohingya sostiene su hijo mientras espera la repartición de ayuda humanitaria en el campo de refugiados de Balukhali, cerca de Cox’s Bazar (Bangladés) MANISH SWARUP AP
 “No hay mucho que hacer en el campo, pero los niños frecuentan centros de educación no formal, donde reciben también apoyo psicosocial, en especial las víctimas de abusos sexuales. Trabajamos también en la prevención, para que no vuelva a ocurrir en un campo en el que hay mucha gente desesperada”, asegura.

“Al principio, nos centramos en no perder vidas, trabajando en salud, nutrición, agua, saneamiento e higiene, pero ahora podemos agregar una parte de esperanza, basada en educación y protección. Solo estamos en el quinto mes de respuesta, pero aún no hemos alcanzado nuestros objetivos”.

Durante la presentación del Informe sobre Acción Humanitaria 2018 en Madrid, algunos niños intervinieron en directo desde Kutupalong para contar sus historias sin casi levantar la cabeza desde la hoja en la que dibujaban flores de colores. «Cuando llegaron al campo el pasado mes de septiembre, solo dibujaban helicópteros y gente que huía», explica Bordas.

2. El conflicto sirio y la crisis de refugiados en Oriente Próximo

El conflicto en Siria, a punto de cumplir siete años, ha causado más de seis millones de desplazados internos y más de cinco millones de sirios, entre ellos 2,5 millones de niños, viven como refugiados en Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto. Los fondos recaudados el año pasado apenas alcanzaron la mitad de la cifra necesaria para atender a las necesidades básicas en el país, especialmente las de los menores que viven en zonas sitiadas (se estima que sean 200.000) y en áreas de difícil acceso (1,7 millones).

El pasado mes de diciembre, organizaciones internacionales alertaron de un déficit de 60 millones de dólares (50,6 millones de euros) que pone en riesgo la atención a 1,5 millones de menores ante el frío del invierno.

A los estragos del conflicto, se suma el desplazamiento interno de personas como consecuencia del calentamiento global y de la progresiva desertificación de algunas zonas del país. Acnur calcula que los años de sequía consecutiva y crónica entre 2005 y 2011 obligaron a emigrar a más de un millón y medio de personas de las áreas rurales del sur de Siria.

Fran Equiza, representante de Unicef en Siria, ha aprovechado la presentación del informe para poner rostro a los niños de este país que en su vida solo han vivido y experimentado las consecuencias de la guerra civil. Y la vida para los que escapan, ha agregado, no es más simple. «Huyen de las balas, de las minas y del riesgo de ser reclutados por cualquiera de las partes en conflicto», ha explicado.

MÁS DINERO EN 2017, PERO MÁS EMERGENCIAS

Pese al incremento en comparación con el año anterior, la financiación en 2017 no fue suficiente para responder a las necesidades de los más vulnerables, sobre todo para emergencias crónicas, como la de República Centroafricana o de Malí. Unicef cerró el mes de diciembre pidiendo 3.790 millones de dólares (frente a los 3.360 millones de dólares estimados en enero), debido sobre todo a los flujos de refugiados y desplazados en Bangladés y en República Democrática de Congo; el riesgo de hambruna en Nigeria, Somalia y Sudán del Sur; el brote de cólera en Yemen; los huracanes en el Caribe y las inundaciones en Nepal.

A lo largo de 2017, los refugiados y migrantes que llegaron a Europa fueron 164.000 —incluyendo a 29.000 niños—, al mismo tiempo que distintos conflictos de larga duración se enquistaron alrededor del mundo. El de Siria, por ejemplo, está a punto de cumplir siete años y ha causado más de seis millones de desplazados internos, mientras que cinco millones de sirios, la mitad niños, viven como refugiados en los países vecinos. En Irak, casi nueve millones de personas necesitan ayuda humanitaria. Entre ellos, hay más de cuatro millones de niños. La escalada de violencia en República Democrática del Congo ha obligado a más de 1,7 millones de personas a abandonar sus hogares y los niños que sufren malnutrición aguda ya superan los dos millones. La crisis de la cuenca del lago Chad sigue afectando a 17 millones de personas en Camerún, Chad y Níger, al mismo tiempo que se recrudece la violencia y se incrementa el número de desplazados internos en la zona nororiental de Nigeria.

La sequía que azota el Cuerno de África ha afectado a 17 millones de personas en Etiopía, Somalia y Kenia, que quedan expuestas al riesgo de epidemias. El paso de los huracanes Irma y María por el Atlántico, por su parte, se dejó atrás a más de 1,4 millones de personas —un cuarto de ellos, niños— con necesidad de asistencia humanitaria.

En 2017 se registró también un incremento sin precedentes en brotes de cólera, en países como República Democrática del Congo, Irak, Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen. Esta “emergencia en la emergencia” -como la define el informe de Unicef- en muchos casos está relacionada con los conflictos armados, a la raíz del colapso de las infraestructuras de agua y saneamiento.

El Gobierno de EE UU se mantuvo a lo largo de 2017 como el principal donante del Fondo para la Infancia con 441,8 millones de euros, a pesar de que la Administración Trump anunciara a principios de año su intención de aplicar un tijerazo de «al menos» un 40% de las contribuciones voluntarias a la ONU y otros organismos internacionales por parte de EE UU.

Equiza ha lamentado que en el país se registraran 72 casos de polio en 2017, una enfermedad a punto de ser erradicada, cuando en 2011 el 100% de los niños estaba inmunizado.

El representante de Unicef participó el pasado mes de diciembre en un convoy dirigido a Guta oriental, un distrito cercano a Damasco que lleva cuatro años bajo asedio, donde registraron índices de malnutrición de casi el 12%. «Hace unas semanas, intentamos volver, pero no nos autorizamos. Lamentablemente, ahora no sé cuál es la situación de estos niños».

3. La guerra en Yemen

La muerte el pasado mes de diciembre del expresidente Ali Abdalá Saleh, desalojado durante la Primavera Árabe, a manos de los Huthi hace temer que se recrudezca la guerra en el país.

Yemen acumula casi tres años de conflicto y está al borde de una de las hambrunas más terribles de la era moderna, con 17 millones de personas que no saben si comerán mañana. Las tasas de desnutrición siguen siendo de las más altas del mundo, con casi dos millones de pequeños desnutridos y, de ellos, 385.000 con desnutrición severa aguda.

El colapso del sistema de salud, la falta de agua y alimentos constituyen un caldo de cultivo que no permite bajar la guardia ante la posibilidad de un nuevo brote de diarrea aguda (cólera).

4. República Democrática del Congo

Las revueltas en Kasai, región del centro de la República Democrática del Congo (RDC), han originado cerca de un millón de desplazados internos, 30.000 refugiados a lo largo del último año, según datos de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).

Aunque se ha reducido la violencia, sube la alerta ante la crisis humanitaria. La desnutrición severa en menores alcanza el 10% y ya se cuentan 38.000 afectados por el cólera, mientras que los centros de salud han sido abandonados o carecen de medicamentos y personal.

5.Sudán del Sur

Más de un millón de niños sursudaneses sufren desnutriciónsevera. Las organizaciones humanitarias aún se enfrentan a muchos obstáculos para entregar ayuda en distintas zonas del país, consideradas demasiado inseguras desde que comenzó el conflicto en 2013.

La infancia en Sudán del Sur se enfrenta a muchos otros retos, más allá del hambre. Más de 2.300 niños han resultado muertos o heridos en los últimos cuatro años y se han registrado cientos de casos de violaciones y agresiones sexuales, según datos de Unicef. Dos millones de menores están fuera de la escuela y, si la situación actual se mantiene, es probable que solo uno de cada 13 niños acabe la escuela primaria, alerta Médicos sin Fronteras.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/01/26/planeta_futuro/1516964600_620547.html

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España: Combatir la violencia con educación

España/03 de Febrero de 2018/El Economista

  • Es necesario promover procesos educativos que enseñen desde y para la no violencia.
  • El pasado 30 de enero se celebraó el Día de la Paz y la No Violencia. Este día se instauró en 1964 en España coincidiendo con el aniversario de la muerte de Mahatma Gandhi pretendiendo ser una jornada educativa en la que se recuerda la necesidad de educar para la paz y la no violencia, la tolerancia, la solidaridad y el respeto a los derechos humanos. Por ello, bajo el lema «Nos encontramos para construir paz» Entreculturas ofrece propuestas didácticas para que centros educativos y docentes trabajen con el alumnado el poder transformador del fomento de una cultura de paz en nuestras sociedades, suscitando el compromiso personal de los y las jóvenes como parte de una ciudadanía global que defiende y promueve la justicia, la empatía y la inclusión en nuestros espacios cotidianos.

    El deseo de paz es algo que nos une por encima de las diferencias. Todos sabemos que necesitamos vivir en paz para desarrollarnos libre y plenamente. Todos sabemos la vinculación que existe entre la paz y el bienestar individual y colectivo. Los contextos violentos dificultan el cumplimiento de los derechos humanos y atentan contra la dignidad de las personas.

    Hoy más que nunca, el mundo está convulso. La conflictividad mundial va en aumento. Conflictos enquistados como los de Siria, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Sudán del Sur, Uganda, o la lucha por el control de los recursos naturales, el cambio climático y el deterioro del medioambiente, la disputa por el control del poder, entre otras causas, están creando un panorama humanitario devastador. Las cifras de personas refugiadas, desplazadas y migrantes o el número de menores sin escolarizar no dejan de aumentar. Y muchos de aquellos que llegaron a Europa siguen estancados a mitad de camino, tras el cierre de las fronteras, o a la espera de resoluciones de peticiones de asilo que no acaban de llegar.

    Frente a esto, es necesario promover procesos educativos que enseñen desde y para la no violencia y que construyan una ciudadanía global. Mahatma Gandhi decía que «Si vamos a enseñar la verdadera paz en este mundo, y si vamos a llevar una verdadera guerra contra la guerra, vamos a tener que empezar con los niños y las niñas». Esto es precisamente lo que hace Entreculturas a través de materiales didácticos para docentes y con su Red Solidaria de Jóvenes que este año celebra su Encuentro Global.

    Del 15 al 18 de febrero se celebrará en Madrid el VI Encuentro Global de la Red Solidaria de Jóvenes. Bajo el lema Aventúrate al Encuentro, más de 250 jóvenes y docentes harán propuesta de acción sobre construcción de paz y prevención de la violencia. En el mismo nos acompañaran jóvenes y docentes de más de 9 países consolidando la construcción de redes de ciudadanía global.

    Desde Entreculturas ponemos a disposición cuatro unidades didácticas para trabajar con niños, niñas y jóvenes de 4 a 18 años su potencial creador como protagonistas de la creación de cultura de paz en sus entornos. A través de dinámicas y recursos participativos, estas unidades animan a los y las jóvenes a identificar el poder transformador de la paz, la empatía y la escucha, inspirándose en ellas para diseñar estrategias que puedan poner en marcha en su día a día para contrarrestar las manifestaciones de violencia que se desarrollan en nuestras sociedades.

    Fuente: http://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/8901701/01/18/Combatir-la-violencia-con-educacion-.html

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CIDH culmina visita de trabajo a El Salvador con observaciones a la situación de los derechos de las mujeres y de las niñas.

 América del Norte/Washington, D.C./María Isabel Rivero/Oficina de Prensa y Comunicación de la CIDH –

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) realizó una visita de trabajo a El Salvador del 20 al 22 de noviembre de 2017. La visita tuvo como objetivo monitorear la situación de derechos humanos en El Salvador y, en particular, la situación de los derechos de las mujeres y de las niñas. La delegación estuvo integrada por la Comisionada Margarette May Macaulay, en sus calidades de Relatora de la CIDH para los Derechos de las Mujeres y de Relatora de país, así como por especialistas de la Secretaría Ejecutiva de la CIDH.

La CIDH sostuvo reuniones de trabajo con diversas autoridades de los tres poderes del Estado, con el objetivo de conocer la situación actual de los derechos humanos en el país y, en especial, la situación de los derechos de las mujeres y de las niñas en El Salvador. En reuniones con representantes del Estado, la CIDH obtuvo información relativa a legislación, políticas nacionales y mecanismos de protección de los derechos de las mujeres y de las niñas.

La delegación de la CIDH sostuvo una reunión con representantes de diversas agencias de Naciones Unidas presentes en el país. En esta reunión, se trataron temas relativos a las consecuencias del contexto de inseguridad ciudadana en el país y al panorama actual de derechos de las mujeres y de las niñas en El Salvador. De manera particular, se abordó la situación actual relativa a los derechos sexuales y reproductivos, a la participación política de las mujeres, a la situación de vulnerabilidad de las mujeres migrantes y a los desafíos que siguen enfrentando las niñas y las adolescentes en el país.

Asimismo, durante su visita de trabajo la CIDH se reunió con organizaciones de la sociedad civil salvadoreña. En particular, las organizaciones enfocadas en la defensa de los derechos de las mujeres y de la niñez destacaron la prevalencia de la discriminación y de la violencia de género contra las niñas y las mujeres. Por otra parte, diversas organizaciones de derechos humanos informaron principalmente sobre los desafíos relacionados con las violaciones a los derechos humanos derivadas de la situación de inseguridad ciudadana, así como los obstáculos a los que se enfrentan personas pertenecientes a grupos en situación de especial de vulnerabilidad, como las personas LGBTI, las mujeres defensoras de derechos humanos, las mujeres periodistas y las mujeres con discapacidad.

De igual forma, durante su visita a El Salvador la CIDH participó en dos eventos organizados por organizaciones de la sociedad civil y por instancias académicas con el fin de promover estándares interamericanos de derechos humanos. En particular, la Comisionada Macaulay participó en el evento “Mujeres y Niñas en El Salvador: situación de derechos sexuales y reproductivos” y en el foro “Estándares Interamericanos sobre la Elección de Jueces en Altas Cortes: aportes para la designación de la Sala de lo Constitucional en El Salvador”.

La CIDH observa algunos avances por parte del Estado de El Salvador en materia de seguridad ciudadana y de los derechos de las mujeres y otros grupos en situación especial de riesgo, como el “Plan El Salvador Seguro” o el programa “Ciudad Mujer”. Al mismo tiempo, la CIDH expresa su profunda preocupación por las vulneraciones a los derechos humanos derivadas de la inseguridad ciudadana, la falta de acceso universal a servicios básicos y la ausencia de recursos presupuestarios para el correcto funcionamiento y desarrollo de las políticas dedicadas a derechos humanos. Respecto de los derechos de las mujeres y de las niñas, la CIDH advierte la prevalencia de violencia y discriminación contra ellas, que se refleja claramente en la situación de criminalización total del aborto en el país.

En sus Conclusiones y Observaciones sobre la visita de trabajo de la CIDH a El Salvador, en anexo a este Comunicado de Prensa, la CIDH ha observado los temas relativos a seguridad ciudadana y presencia militar en tareas de seguridad pública; los impactos diferenciados del contexto de criminalidad en mujeres, niñas, personas migrantes y otros grupos en situación de vulnerabilidad; la política criminal y la situación de las personas privadas de libertad; la situación de discriminación y violencia estructural contra personas LGBTI; la situación de derechos humanos de las mujeres con discapacidad; así como las amenazas y acoso que sufren las mujeres defensoras de derechos humanos, las mujeres periodistas y las mujeres con compromisos políticos.

De igual forma, en las Conclusiones sobre la visita de trabajo realizada a El Salvador, la CIDH observa con gran preocupación la situación de derechos humanos de mujeres y niñas en el país en lo relativo a la prevalencia de violencia contra las mujeres, incluyendo asesinatos, desapariciones y violencia sexual contra mujeres, muchas de ellas mujeres jóvenes y niñas, así como la situación general de impunidad en lo referente a estos casos. De igual forma, la Comisión se refiere a la prohibición del matrimonio infantil en el país así como al elevado número de adolescentes en unión de hecho en El Salvador, y a los numerosos impactos negativos que sufren los derechos de las niñas y adolescentes que entran en una unión de hecho antes de los 18 años.

Durante su visita a El Salvador, la CIDH conoció con gran preocupación la normativa que penaliza el aborto en todas circunstancias. Como observa la Comisión en las Conclusiones sobre la visita de trabajo realizada a El Salvador, el artículo 133 del Código Penal rige actualmente la penalización absoluta de la interrupción voluntaria del embarazo, incluso cuando la vida de la mujer estuviere en riesgo. Además, el artículo 1o de la Constitución Política del país establece el reconocimiento de la persona humana desde el momento de la concepción. En este sentido, la Comisión insta a El Salvador a tener presentes los estándares interamericanos desarrollados en la sentencia del caso Artavia Murillo y otros v. Costa Rica (“Fecundación in Vitro”) donde la Corte Interamericana de Derechos Humanos concluyó que el embrión no puede ser entendido como persona para efectos del artículo 4.1 de la Convención Americana.

Como ha reiterado la Comisión en informes anteriores, la criminalización absoluta del aborto tiene consecuencias directas en las cifras de morbilidad y mortalidad materna. Sin opciones legales, seguras y oportunas, muchas mujeres han de someterse a prácticas peligrosas e incluso mortales; se abstienen de requerir servicios médicos o tienen emergencias obstétricas sin la necesaria atención médica. La Comisión reitera que la criminalización absoluta del aborto en El Salvador, al imponer una carga desproporcionada en el ejercicio de los derechos de las mujeres y las niñas y crear un contexto facilitador de abortos inseguros, desconoce las obligaciones internacionales que tiene el Estado de respetar, proteger y garantizar los derechos de las mujeres a la vida, a la salud y a la integridad.

De igual forma, la Comisión expresa su preocupación ante el hecho de que, si bien si bien el Código Penal establece penas de hasta 12 años en lo relativo al aborto, muchas mujeres que sufren complicaciones obstétricas o abortos espontáneos son condenadas por homicidio agravado y sentenciadas hasta con 40 años de cárcel, en base a la sospecha de haberse inducido un aborto y en posible violación de su derecho al debido proceso. Como lo señala la CIDH en las Conclusiones sobre la visita de trabajo realizada a El Salvador, estas sentencias se darían en el marco de juicios que no respetarían las garantías judiciales de las acusadas. Igualmente, la normativa en la que se basan estas sentencias estaría en clara contradicción con el derecho al secreto médico, lo que impediría que los profesionales de salud cuenten con condiciones de seguridad jurídica necesarias para el correcto ejercicio de su responsabilidad como garantes de la salud de sus pacientes.

Según las informaciones obtenidas por la CIDH durante la visita, 27 mujeres estarían actualmente cumpliendo sentencias de este tipo. En este sentido, compartiendo las recomendaciones realizadas por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas tras su visita al país, la CIDH exhorta a El Salvador a emprender un moratorio a la aplicación del artículo 133 del Código Penal; a revisar detenidamente las condenas en cada uno de estos 27 casos mencionados en miras a asegurar el juicio justo y libre de estereotipos a cada una de las mujeres y, de probarse lo contrario, a poner en libertad a estas mujeres.

Asimismo, la CIDH insta a El Salvador a adoptar legislación dirigida a garantizar a las mujeres el ejercicio efectivo de sus derechos sexuales y reproductivos, en el entendido que la denegación de la interrupción voluntaria del embarazo en determinadas circunstancias puede constituir una vulneración a los derechos fundamentales de las mujeres, niñas y adolescentes.

La CIDH agradece al Estado, las organizaciones de la sociedad civil, las agencias internacionales y el pueblo de El Salvador por su colaboración en el desarrollo de esta visita. La CIDH seguirá dando seguimiento a los esfuerzos del Estado en el cumplimiento de sus compromisos internacionales en materia de derechos de las mujeres y de las niñas. De igual forma, como ha sido reiterado por la Comisionada Macaulay durante la visita de trabajo, la CIDH espera tener la oportunidad de realizar una visita in loco a El Salvador próximamente, con el fin de observar de manera más amplia los logros y los desafíos de ese país en  materia de derechos humanos.

Este comunicado tiene un anexo con las conclusiones de la Comisión sobre la situación de derechos humanos que ha observado durante la visita al país.

La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observancia y la defensa de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan sus países de origen o residencia.

Anexo: Conclusiones y observaciones sobre la visita de trabajo de la CIDH a El Salvador

Fuente: http://www.oas.org/es/cidh/prensa/comunicados/2018/011.asp

Imagen tomada dehttp://periodicoleo.com/img/2017/12/IZT-PRE-17-797×445.png

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Liberia: El activista Ernest Jallah pide más apoyo a la educación

Liberia/30 de enero de 2018/Fuente: http://allafrica.com

Monrovia: con tan solo una semana en la nueva administración, un activista juvenil y estudiantil llama al gobierno a recordar su promesa de campaña y aumentar su apoyo a la educación y el desarrollo de la primera infancia.

Ernest Duku Jallah, defensor de la educación de calidad en Liberia, comenzó una cruzada, mediante una petición en línea para lograr que el gobierno apoye la educación y el desarrollo de la primera infancia comprometiendo al menos el 20% del presupuesto nacional para el año fiscal 18/19 a educación y primera infancia desarrollo.

Según el Sr. Jallah, la educación de calidad no solo es un derecho sino también un medio crucial para el desarrollo económico y existe un consenso general entre los expertos en desarrollo de que las naciones que no logran progresos significativos en los resultados educativos tampoco cumplirán con las demandas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Dijo que muchos niños en Liberia aún no pueden acceder a la educación, con muchos más en la escuela pero que no aprenden y que esta realidad es una gran amenaza para nuestros objetivos nacionales.

«El gobierno asigna actualmente 14.6% del Presupuesto Nacional al sector educativo, pero gran parte de este fondo se expande de forma recurrente no en programas sino en funciones administrativas y al final no vemos una mejora en los resultados de aprendizaje entre los estudiantes y es por eso que queremos al gobierno para unirse a otros países del mundo para mejorar su compromiso con el sector educativo, pero también monitorear la forma en que se gastan estos fondos «.

El gobierno de Liberia actualmente expande US $ 82.7 millones representando 14.6% del Presupuesto Nacional para FY17 / 18, con más de la mitad de esta cantidad enviada al Ministerio de Educación, el funcionario del gobierno responsable de garantizar la productividad en los resultados de aprendizaje en las escuelas.

Recientemente, el presidente Weah reposicionó su compromiso con la educación en el Día de los Derechos Humanos de ECOWAS bajo el lema «Promoviendo los derechos a la educación hacia la Visión 2020 de ECOWAS».

«La negación del acceso de una persona a la educación es una violación de los derechos humanos porque la incapacidad de un niño para obtener una educación debido a la falta de escuela, escuela inferior a la norma o alto costo de la educación constituye una negación del derecho de ese niño a la educación … hoy en día la gran mayoría de los jóvenes liberianos no pueden encontrar empleo debido a la falta de habilidades, y los pocos que tienen habilidades no son expertos en sus áreas de disciplina. «Necesitamos más y mejores maestros capacitados no solo para nuestros profesionales instituciones, pero para nuestras escuelas y universidades «, dijo.

El gobierno presentará en abril de este año su primer presupuesto a la Legislatura Nacional número 54 y se espera que cubra las prioridades de desarrollo del gobierno liderado por los CDC.

Fuente de la Noticia:

http://allafrica.com/stories/201801290874.html

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Entrevista a Rubén Sánchez: Deconstruyendo Masculinidad Hegemónica «Los hombres tenemos que abrazar los feminismos»

Deconstruyendo Masculinidad Hegemónica
«Los hombres tenemos que abrazar los feminismos»
Entrevista a Rubén Sánchez, psicólogo y activista

Rubén Sánchez es Psicólogo, formador y activista. Desde hace 15 años atiende a mujeres supervivientes de violencia machista y forma a los distintos profesionales que trabajan con ellas.

En sus talleres proporciona pautas de escucha activa, de contención emocional y empatía, como formación especializada en la atención a mujeres que acuden a comisaría, a servicios sociales y/o cuando los profesionales deben realizar una intervención a domicilio.

En la entrevista nos hablará sobre el feminismo, la violencia machista y el patriarcado. También, sobre la influencia de la ideología en la violencia y de como darle la vuelta a todo lo que ya está marcado y construir nuevas formas de masculinidad más sanas, donde los hombres se responsabilicen de todo.

Fuente entrevista: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=236628&titular=%22los-hombres-tenemos-que-abrazar-los-feminismos%22-

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Mensajes contra la violencia machista en Mozambique

Mozambique/Enero de 2018/Autora: Andrea Jiménez/Fuente: El País

Entre el caos arquitectónico de edificios derruidos y moles de cemento que levantan nuevas fachadas, una valla publicitaria se erige sobre una de las carreteras más transitadas del centro de Maputo, capital de Mozambique, para lanzar un mensaje de esperanza: “Mujer, cuando tu amor se transforma en tu agresor, no sufras en silencio, ¡grita! Existe una ley a la que puedes acudir”. La campaña forma parte del programa de lucha contra la violencia de género en uno de los países subsaharianos con mayor índice de mujeres que sufren violencia.

Matola, a 12 kilómetros del corazón de la capital, es la mayor zona industrial de Mozambique y una de las provincias más afectadas por la violencia machista del país. Su distrito más popular, Ndlavela, acoge desde 2013 el Centro de Asistencia Integrada a las Víctimas de Violencia (CAI), donde organización Médicos del Mundo, responsable de la campaña, ha implantado la tecnología m-Health para ofrecer a las víctimas contacto inmediato con el centro a través del envío de un mensaje de texto gratuito al 90603.

90603 es el número que Anastasia grabó en su memoria la noche que fue ingresada en el hospital. “Llegó borracho a casa entre portazos y gritos. Me golpeó tan fuerte que tuvieron que atenderme de urgencia”, cuenta la joven. Aconsejada por una enfermera, decidió mandar un mensaje de socorro con su localización. Al día siguiente un trabajador social se presentó en su casa. La llevaron al centro, la examinó un médico y recibió asistencia psicológica, poniendo fin a los siete años de maltrato físico y psicológico del padre de su hija.

Cinco meses después de la denuncia interpuesta a su ya expareja, y bajo el asesoramiento de una abogada del CAI, esta superviviente de 27 años relata su experiencia. “Antes vivía en una jaula, ahora puedo salir a la calle cuando yo quiera, quedar con amigas o acompañar a mi hija al colegio sin tener que pedir permiso a nadie. Soy una mujer libre”.

Una de cada dos mujeres, víctimas de violencia

Anastasia es una de las más de 50 mujeres víctimas de violencia de género que fueron atendidas en 2017 por la plataforma m-Health. Las estadísticas oficiales de muertes por violencia machista en Mozambique no existen, ni siquiera las estimaciones. Solo se registran las denuncias por maltrato. “Es uno de los objetivos del sistema de mensajería: alentar a que las mujeres denuncien y apoyarlas en todo lo posible para evitar abandonos”, explica el responsable de la coordinación de la ONG en el país, Emanuele Lini.

En Matola, un 33% de los hombres justifican el derecho de pegar a las mujeres

A través de puntos locales del puesto administrativo correspondiente, la víctima puede llegar a ser atendida en el mismo día. “Todo queda registrado en la recién implementada ficha única, un expediente que guarda toda la información de la víctima, como el tipo de violencia sufrido, la situación económica o si ha habido transmisión de enfermedades”, detalla Fernando Come, oficial de monitorización, evaluación y comunicación del programa de Violencia de Género en la ONG y responsable principal de la gestión del sistema SMS.

La violencia como cultura

Relatos como el de Anastasia animan el trabajo de Come. “Solemos llegar a recibir de media una veintena de mensajes al mes, pero la mayor parte de ellos se quedan en el primero porque las mujeres dejan de contestar o desconectan el móvil”, lamenta.

Según una encuesta realizada por Médicos del Mundo en Matola, un 33% de los hombres justifican el derecho de pegar a las mujeres. “Mozambique es un país donde la gestión de la familia se hace a través de la legitimación de la violencia. Es la forma de educar a los hijos, sobre todo en las zonas más alejadas de la capital”, explica Come con resignación. “Yo mismo crecí a base de golpes”.

Isac Macussede, educador social de MDM y oriundo de Matola, recorre cada semana distintos barrios para acercar la existencia de esta plataforma a los vecindarios y hacer un seguimiento de las víctimas. “Hay que hacer entender a la población que la violencia es un crimen que debe ser denunciado y penado. Tenemos muchas mujeres con formación, ocupando cargos importantes, que fuera de la esfera pública están siendo maltratadas. Pero no denuncian. Casos como el de Josina son muy excepcionales”, menciona Macussede haciendo referencia al mediático caso de Josina Samora, la hija del expresidente de Mozambique Samora Machel que denunció a su agresor.

Una de las razones es la falta de apoyo que enfrentan las víctimas en su propio hogar. “Si las familias apoyasen a las mujeres, los hombres dejarían de maltratarlas porque no contarían con ningún tipo de protección”, recrimina el trabajador. De hecho, muchos de los casos que acuden al CAI son derivados de conflictos patrimoniales. “Atendemos diariamente a mujeres que sufren acoso por parte de distintos miembros de la estructura familiar, como viudas que tras la muerte de su compañero se han quedado sin nada”, explica Lucía Celestino, psicóloga del CAI.

Pero las consultas más comunes que atiende Celestino las ocupan las agresiones sexuales. “Las violaciones son una epidemia”, asegura la especialista, que señala como los casos más difíciles aquellos que implican a menores. “A veces recibimos niños que no llegan a los cuatro años con muestras de agresiones sexuales. Lo más duro es desconocer si fueron agredidos fuera o dentro de casa. Estos casos son muy desalentadores porque casi nunca se acaba conociendo al autor del delito”.

La cooperación se queda sin fondos

El CAI también cuenta con un centro de rehabilitación para víctimas sin medios, limitado a ofrecer nada más que una cama y agua para el aseo. “No contamos con financiación pública para el centro, que sobrevive gracias a nuestros socios y a proyectos externos. A veces nos apoya el Instituto Nacional de la Acción Social mozambiqueño, pero no hay dinero para mantenerlo debidamente”, explica Lini. Matola es una provincia muy grande y el equipo que dirige el cooperante muy reducido. “Si tuviéramos acceso a más fondos podríamos apoyar más centros y trabajar en más distritos”, afirma.

Los recortes de los últimos años en la financiación a la cooperación han hecho mella en las estructuras de las ONG y consecuentemente en la ejecución de sus presupuestos. Mientras las políticas de la cooperación española se encuentran en mínimos históricos, las organizaciones consiguen sobrevivir gracias a las campañas de sensibilización, que han disparado los ingresos privados.

Feminismo frente a tradición

Mozambique, un país a la cola del Índice de Desarrollo Humano (IDH), en el que ocupa el puesto 181 de 188, y con el lastre de una guerra civil de 25 años cuyas consecuencias siguen azotando la memoria de su población, no es terreno fácil para la cooperación.

Tenemos muchas mujeres con formación, ocupando cargos importantes, que fuera de la esfera pública están siendo maltratadas. Pero no denuncian

A la fragilidad de sus instituciones democráticas y a la drástica situación de los recortes para la ayuda humanitaria, se suma la complejidad que acarrea trabajar de la mano del sector público mozambiqueño, dependiente al 80% de la financiación externa de los donantes.

Haciendo frente a estas dificultades, Médicos del Mundo ha conseguido poco a poco posicionarse como un referente en la lucha de violencia de género. “Estamos a punto de implementar conjuntamente con el Ministerio de Igualdad la ficha única de atención integrada a más mujeres víctimas de violencia en el resto del país”, celebra Lini.

Un paso enorme, incluso para un país que encabeza la lista de los adelantados en políticas de igualdad en el sur de África debido al elevado porcentaje de diputadas que ocupan las sillas de su parlamento. “Las mujeres empiezan a tomar representación en las instituciones, pero el discurso que llega a la población en torno a la violencia machista desde el poder sigue reduciéndose a que las mujeres ni se dejen pegar ni se dejen violar. Un sistema que asigna las tareas de la casa y la gestión de los hijos a la exclusiva responsabilidad de la mujer, dista mucho de ser igualitario”, lamenta Lini.

Las estadísticas oficiales de muertes por violencia machista en Mozambique no existen, ni siquiera las estimaciones

Para acabar con esa disparidad, para exterminar esas prácticas diarias de subordinación de la mujer hacia el hombre, tan arraigadas en la tradición como asumidas por la estructura social mozambiqueñas, “es necesario que el discurso feminista cale a través de la educación y la sensibilización”, cree Lini. Charlas en colegios, actividades de empoderamiento para que las mujeres tomen conciencia de su derecho y sus posibilidades de ser independientes; debates, obras de teatro y otros talleres dirigidos también a hombres que hagan replantear los roles de género en las comunidades y remuevan conciencias.

“Hasta llegar a esa igualdad, tenemos que seguir trabajando para que la difusión de nuestra plataforma llegue a todos los vecindarios, que todas las mujeres sepan que existe un número que las puede ayudar”, comenta Macussede mientras señala por la calle distintos anuncios que visibilizan la labor de la organización en la zona. Con carteles enormes que bordean las carreteras principales del centro de Maputo, los que cuelgan en la entrada de hospitales y centros sociales, o hasta de la puerta de pequeños comercios de alimentación en los barrios más humildes de las zonas rurales.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/01/24/planeta_futuro/1516816476_881941.html

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