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La vida por educar: al menos 1.000 maestros fueron asesinados entre 1986 y 2010, dice informe entregado a la JEP

Por: Semana Educación

El informe que Fecode entregó a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) busca que este organismo abra un macrocaso sobre lo que consideran ha sido un crimen de lesa humanidad de persecución y exterminio contra los activistas sindicales miembros de la agremiación docente.

¿Ser profesor es un trabajo de alto riesgo? Aunque en el imaginario de muchos la profesión docente no representa un riesgo para la integridad de las personas que la ejercen, a diferencia de carreras militares o relacionadas con el servicio en la Fuerza Pública, un informe que presentó la Federación Colombiana de Educadores (Fecode), es la clara evidencia de que ser profesor en Colombia es un riesgo latente, más aún si se hace parte de un grupo sindical.

‘La vida por Educar: crímenes de lesa humanidad, persecución y exterminio contra maestros y maestras sindicalistas, miembros de Fecode entre 1986 y 2010‘, es el nombre del informe que el gremio docente más grande del país entregó esta semana a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) para demostrar que los profesores que han sido activistas sindicales han sido víctimas de un crimen de lesa humanidad de persecución y exterminio.

De acuerdo con el informe que fue elaborado por la Comisión de Derechos Humanos de Fecode, con la asistencia técnica de la Escuela Nacional Sindical y el Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ), entre el 1 de enero de 1986 y el 1 de diciembre de 2016, la Federación fue víctima de al menos 6.119 violaciones a la vida, libertad e integridad de los docentes sindicalizados.

De las más de 6.000 violaciones registradas, 990 corresponden a homicidios de maestros sindicalizado y 78 desapariciones forzadas. Además, dentro de la cifra 3.170 casos fueron amenazas, 1.549 desplazamientos forzados, 124 detenciones arbitrarias, 89 hostigamientos, 40 secuestros, 22 casos de tortura, siete allanamientos ilegales y 49 atentados con o sin lesiones.

Uno de los agravantes que expone el informe es la alta impunidad en estos casos, pues alrededor del 94% de estas situaciones se encuentran impunes.

«Cuando la brutal represión y los dolores juntos llevan a cerrar los recuerdos y olvidar nuestros muertos, nos atrevimos a abrir viejos archivos y recoger testimonios de los sobrevivientes, que estaban dispersos por todo el territorio nacional; la mayoría en manos de los familiares de los docentes víctimas, quienes han esperado por décadas que se haga justicia, que el sindicato asuma su historia de vidas truncadas, de sueños asesinados y de luchas que aún reposan en cada movilización que se convoca», señaló el Comité Ejecutivo de Fecode durante la entrega del informe al magistrado de la JEP, Gustavo Salazar.

El documento, que también fue entregado a la Comisión de la Verdad, precisa que los departamentos donde mayor cantidad de hechos en contra de los docentes son Antioquia, Valle del Cauca y Santander. A estos tres departamentos les siguen Magdalena, Nariño y Cauca.

Según lo expuesto, esta situación de violencia sistemática generó una desconfianza contra Fecode y sus sindicatos filiales por parte de los familiares de los docentes asesinados o desaparecidos. «En varios casos, se acusa la organización sindical de las pérdidas que han tenido, normalizando el hecho de que, en Colombia, persiguen y asesinan a los sindicalistas por realizar su labor, lo que ha contribuido a la ruptura del tejido social y ha sembrado graves prejuicios y estigmas a la acción sindical», dice el documento.

¿Quién los mató?

En el curso de los 25 años transcurridos entre 1986 y 2010, la justicia ordinaria ha avanzado muy poco en cuanto al esclarecimiento de los presuntos responsables de los crímenes de maestros y maestras, dice el documento.

De ahí, destaca Fecode, nace la necesidad de establecer la responsabilidad penal individual de los máximos responsables del ataque sistemático en contra de los sindicatos de educadores y señalar la responsabilidad de los diferentes actores.

En consecuencia, la Federación se propuso identificar y señalar la responsabilidad penal individual, por acción u omisión de garante, de al menos 411 presuntos responsables. Según las cifras del Sistema de Información en Derechos Humanos (Sinderh), el mayor peso de casos son los cometidos por grupos paramilitares; seguidos por la guerrilla y por la Policía.

A la guerrilla se le atribuyen 138 casos; a las Fuerzas Militares, Policía y DAS, 143; a los grupos paramilitares, el 16 % del total de las violaciones: «En el periodo 1986-2010, es claro que la lógica de exterminio y persecución se enmarcó en el proceso de expansión y consolidación del proyecto paramilitar, sus alianzas con élites locales y regionales y la aquiescencia (consentimiento) de los agentes estatales», señala el informe.

¿Qué se busca con la entrega del informe?

Desde Fecode precisaron que con la entrega del informe a la JEP, se busca abrir un macrocaso sobre el crimen de lesa humanidad de persecución y exterminio ejercido contra los docentes activistas sindicales: «Este informe y su investigación debe romper el ciclo de violencia establecido contra los sindicalistas y líderes sociales, y así contribuir a garantizar medidas de no repetición».

Una fuente de la JEP informó a SEMANA que al recibir este informe hay dos opciones de lo que puede suceder: primero, que con este informe se encuentren los datos suficientes como para abrir un macrocaso relacionado con la persecusión, exterminio y violencia sistemática contra los docentes tal y como busca Fecode; o la segunda posibilidad es que el informe sirva de insumo y se adhiera a uno de los siete macrocasos que ya está manejando la JEP.

La JEP determinará el destino de este informe de Fecode en febrero de 2020.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/la-vida-por-educar-al-menos-1000-maestros-fueron-asesinados-entre-1986-y-2010-dice-informe-de-fecode-entregado-a-la-jep/642561

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A Trypina le dijeron que su hijo no podía ir al colegio así que montó uno

Reseña/05 Diciembre 2019/El país

Cuando negaron el acceso a la escuela a Brighton por tener síndrome de Down, su madre decidió rebelarse y crear un proyecto en su pueblo de Sudáfrica que ayudara a las personas con discapacidad

Emanuel Peterson tiene ocho años, no para quieto ni un momento y observa todo lo que le resulta extraño con extrema curiosidad. Maraen, de 12 años, que hoy viste un alegre gorro con pompón, cuida de que sus compañeras, sordas o con discapacidad intelectual, entiendan las lecciones en clase. Emanuel tiene el síndrome de Down y es mudo. A Maraen, los ataques epilépticos que sufre casi desde que nació la han dejado secuelas visibles: problemas en la vista, al andar, y en el crecimiento. Ellos y otros 43 chavales estudian, trabajan y pasan los días en el Tshemba Hosi Protective Project, un programa que lucha por la inclusión de personas con discapacidades en Sudáfrica.

En realidad, todo empezó en 2001 porque Tryphina Malchubela, una mujer menuda que se acerca ya a los setenta, se rebeló contra la injusticia. A su hijo Brighton no lo aceptaron en el colegio y nadie le daba una solución satisfactoria. La razón: había nacido con síndrome de Down. “No querían enseñarle, así que comencé este proyecto. Primero en una iglesia, nos ayudaban misioneros, aunque algún tiempo después tuvimos que buscar algo más grande porque cada vez éramos más. Por eso construimos todo esto”, afirma en el interior de una de las cinco dependencias que ha conseguido levantar dentro de una parcela de unas tres hectáreas en Lillydale, un pequeño pueblo en el este sudafricano, a pocos kilómetros del parque Kruger. Brighton, hoy un muchacho grandón y risueño al que sus compañeros llaman Big Boy, asiente a su lado.

Si ya resulta complicado subsistir dignamente si perteneces a las clases más pobres de Sudáfrica, el país con el índice de desigualdad más alto del mundo y donde una de cada cuatro personas tiene dificultades para comer una vez al día, sobre todos en áreas rurales, todo se complica aún más para las personas que sufren algún tipo de discapacidad. El censo del 2011 recogía que el 7,5% de la población sudafricana vivía con alguna. De ellos, alrededor de medio millón eran niños menores de 10 años, aunque probablemente la cifra ahora sea superior porque la población de la nación, de algo menos de 59 millones de personas, ha crecido en casi tres millones durante la última década.

El mismo texto decía, además, que el 35% de los niños menores de seis años con discapacidades no habían ido nunca al colegio, porcentaje que se disparaba hasta el 52% en zonas no urbanas y que afecta, sobre todo, a los sectores de población más castigados tradicionalmente por los rescoldos del Apartheid: negros y mestizos.

Nada de esto pasa en la casa de Tryphina. Ella y otros nueve voluntarios, mujeres en su mayoría, han conseguido crear un lugar con cinco grupos organizados en diferentes programas según las discapacidades: uno para enseñar el lenguaje de signos, otro para hacer ejercicios físicos, otro para aprender a leer y escribir, otro para conocer oficios con vistas al futuro… “Lo que más me satisface hoy, que llevo aquí ya casi 20 años, es que los chavales que vienen se sienten como los demás niños. Sienten que nadie los separa. Creo que eso es fundamental para que, poco a poco, sean capaces de superar sus problemas”, resume.

Un futuro más complicado

Sikhulile Mabilane tiene 20 años y una leve discapacidad intelectual que hace que su aprendizaje sea más lento que el de los demás, algo que no le impide soñar. Como a cualquier joven, le gusta ver a Messi, a Cristiano Ronaldo o a Pogba. Verlos e imitarlos cuando sale del Tshemba Hosi Protective Project y va directo al campo de fútbol más cercano. “Tengo muchas habilidades. Cuando cojo el balón sé que voy a marcar gol”, afirma orgulloso. “Pero si en el futuro no pudiera dedicarme al fútbol, me gustaría ser policía; quiero ayudar a mi familia y también a toda mi comunidad”, dice.

Para Sikhulile y los demás, incorporarse al mercado laboral en su país resultará extremadamente complicado. Un informe del 2016 de la Comisión Sudafricana de Derechos Humanos, una institución independiente cuyo poder emana de la Constitución de la nación, afirmaba que ocho de diez personas con discapacidad en el país no tiene empleo. El mismo texto, además, alertaba de que la discriminación en oportunidades de trabajo digno es uno de los desafíos más abrumadores que encaran las personas con discapacidad, desgranaba el retroceso en contratación a este colectivo en los últimos años, sobre todo en los trabajos socialmente mejor considerados y remunerados, y advertía de que las mujeres suelen tener más problemas para encontrar un empleo que los hombres. “Generalmente, son marginadas y excluidas para todo tipo de participación en la sociedad y se ven obligadas a encarar múltiples formas de discriminación en varias esferas que incluyen el acceso a sistemas de salud, trabajo o educación”, concluye dicho escrito.

El taller de costura, donde se hacen batas y pijamas, se ha convertido en la principal esperanza para conseguir fondos.
El taller de costura, donde se hacen batas y pijamas, se ha convertido en la principal esperanza para conseguir fondos. J. I. M.

En este sentido, un White Paper del 2016 (un documento oficial que publican algunos gobiernos para aclarar a ciudadanos y órganos legislativos determinadas cuestiones y proponer soluciones) remarcaba la necesidad de aumentar el porcentaje de empleados con discapacidad: del 2% de 2016 a, al menos, el 7% para el 2030. Este documento recordaba, además, que el Plan de Desarrollo Nacional, aprobado por el Parlamento en 2012, apremia a los poderes públicos para que las personas con discapacidad, “que en Sudáfrica suelen situarse en los más pobres de entre los pobres”, sean integradas en todos los planes legales futuros de manera específica y no en un enfoque único compartido con la generalidad de los ciudadanos.

Tryphina y sus voluntarias saben de sobra, por la experiencia de todos estos años, que los chavales de su proyecto, negros y en una zona rural, lo van a tener muy complicado para encontrar un empleo digno. Dicen que algunos ya lo han conseguido y ahora trabajan como dependientes en supermercados u otras grandes superficies comerciales de las ciudades más importantes, sobre todo de Johannesburgo o Ciudad del Cabo. Pero son los menos. Por ello, uno de los edificios de su proyecto en Lillydale, el más grande y espacioso, lo han dedicado al aprendizaje de costuras y manualidades para tener productos que vender y así financiarse.

Un taller de costura y otros proyectos esperanzadores

“Los servicios sociales del Gobierno nos pagan la comida diaria para los niños, pero aparte de eso nadie nos da nada. Ese es principal problema que tenemos aquí, la dificultad para encontrar fondos con los que sufragar todo”, afirma Tryphina, que habla mientras remacha la camisa de un pijama. “Ahora hemos conseguido clientes nuevos, unos albergues a los que vendemos este tipo de cosas” explica señalándola. Frente a ella, una decena de hombres y mujeres, que antaño pasaron por las clases del proyecto, manejan máquinas de coser, agujas, hilos y telas y varias decenas de batas, pijamas y sábanas descansan apiladas en la alargada mesa de un taller de costuras que se ha convertido en la esperanza futura. “Pero de momento conseguimos poco dinero. Necesitamos más…”, señala la mujer.

Tryphina afirma también que no se piensa rendir. Si a Brighton y los demás no los tratan bien fuera de las paredes del Tshemba Hosi Protective Project pues ella seguirá levantando talleres, creando oportunidades, integrando y buscando una igualdad que todavía se antoja una quimera. Lo próximo, dice, va a ser empezar a vender muebles y armarios; ya ha conseguido el dinero para un edificio que convertirá en carpintería, que avanza a pasos agigantados, y maquinaria y madera suficiente para comenzar a fabricarlos. “Queremos poner baños y necesitamos más agua, pero es un problema que nos encontramos siempre. Se la tenemos que pedir a un hotel cercano y no siempre quiere dárnosla…”, concluye. Y después vuelve a perderse junto a su hijo Brighton entre telas, batas e hilos blancos.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/11/28/planeta_futuro/1574939910_289184.html

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Coral Herrera Gómez: La mayor parte de los héroes de nuestros hijos son asesinos: Activista

Por: María Sánchez.

Para la activista Coral Herrera, el machismo es causa de muchas formas de violencia, por ello cree importante una educación feminista desde los niveles más básicos y promover la pacificación a través de los derechos humanos

Sinaloa.- Abordar las diversas formas de violencia que se manifiestan en la sociedad mexicana, y por lo tanto en la sinaloense, implica adentrarse en los diferentes procesos sociales que las originan y las condicionan.

Para la escritora, feminista e investigadora Coral Herrera Gómez, una de las raíces de dicha violencia es el machismo, debido al cual se producen muchas agresiones mediante violencia física, sexual, psicológica y económica, principalmente hacia las mujeres, pero también en el hecho de que los hombres mantengan una personalidad condicionada, rígida y dominante para definirse y afirmarse como masculinos.

La investigadora comentó que, como en el resto del mundo, las manifestaciones de violencia contra las mujeres en Sinaloa, así como las que se dan dentro del mundo del narcotráfico y de la sociedad en general, están inmersas en la violencia machista, porque esta es parte de la cultura, y es palpable en la necesidad que tienen los hombres de sostener un estatus de poder basado en el sometimiento.

En este sentido, Coral Herrera compartió a esta casa editorial las ideas que ella cree necesario implementar para erradicar la violencia originada por el machismo.

Coral, ¿por qué es necesario promover la igualdad entre hombres y mujeres?

«Hace falta un cambio cultural y educativo radical, desde arriba hacia abajo, y desde abajo hacia arriba y en todas las direcciones, porque creo que hay un problema evidente de masculinidad y que además los hombres en general no están reaccionando bien; es decir, la mayoría se escuda en posiciones defensivas, diciéndote que no todos los hombres violan, que no todos los hombres matan, pero la realidad es que el 95 por ciento de los asesinos del planeta son hombres, y el 95 por ciento de la población reclusa son hombres, entonces los hombres tienen un problema en su masculinidad, y simplemente se trata de ofrecerles herramientas para que los hombres puedan adaptarse a los nuevos tiempos y a todos los cambios sociales y políticos que están viendo para que aprenden a relacionarse con las mujeres en un plano de igualdad y sobre todo para que renuncien a la violencia como método para conseguir lo que quieren y lo que necesitan».

¿Es posible fomentar la no violencia en niños y niñas?

Creo que es posible trabajar el tema de las masculinidades. ¡Vamos! Creo que hay muchas formas de ser hombres que no pasan por repetir el modelo patriarcal violento. Hay que trabajar mucho. Por un lado, hay que trabajar en todas las instituciones educativas para enseñar a los niños a resolver sus conflictos sin violencia y también para darles herramientas, de manera que puedan aprender a gestionar sus emociones, para que no les inunden y les arrasen. Creo que la educación feminista es fundamental desde las primeras etapas de la formación, desde el kínder, hasta la universidad».

¿Cómo debe ser la educación que modifique estos patrones de violencia?

«Creo que es una educación feminista que, por un lado, tiene que ser educación sexual y educación emocional, pero también se tienen que explicar lo que son las luchas por las mujeres, por los derechos de las mujeres, por la libertad de las mujeres y la igualdad».

¿Crees qué los hombres deberían atender sus comportamientos machistas?

60%
No
40%

¿Cómo acercamos estas ideas de igualdad a los niños?

«Creo que es fundamental que haya una educación integral que permita a los niños entender que la dominación masculina no tiene ningún sentido y que no es justa, y que la única manera de cambiar el mundo, de frenar el desastre climático y de frenar las guerras en las que estamos es acabar con el patriarcado. Yo creo que es bien sencillo cuando a alguien le explicas lo que es la estructura en la que estamos. La estructura es el patriarcado, y cuando la gente entiende que no es más que un sistema de dominación, de unos sobre otros, de los más fuertes sobre los más débiles, del pez grande que se come al chico, pues es fácil de entender que no tiene ningún motivo de ser».

¿Podrías ilustrarlo, Coral?

«Yo, por ejemplo, cuando trabajo con adolescentes y les pregunto por qué alguien que se cree superior cree que tiene derecho a maltratar a alguien que es inferior, en realidad no saben qué contestarte. Tú dices, bueno, suponiendo que haya gente que es superior a otra, unos superiores y otros inferiores, ¿qué derecho tiene una persona que se cree superior a tratar mal a otra persona que considera ella inferior?, ¿qué ocurre cuando la persona que tú consideras inferior no se considera a sí misma una persona inferior, sino un sujeto con todos los derechos del mundo? Creo que el patriarcado es fácilmente desmontable, primero analizable, y luego lo podemos desmontar muy fácilmente».

¿A qué información podemos recurrir para reforzar estas ideas de igualdad?

«Bueno, tenemos ahí toda la filosofía basada en el tema de los derechos humanos que contempla que todos los humanos tenemos los mismos derechos, las mismas obligaciones y las mismas oportunidades».

¿Hemos avanzado como sociedad en el reconocimiento de los derechos humanos?

«Creo que soy optimista en el sentido de que pienso ahora mismo que el feminismo está cambiando la vida de millones de personas en el mundo; de mujeres, pero también de hombres, y porque cada vez veo que hay más grupos de hombres trabajando para cambiar esto, para acabar con el patriarcado, para deconstruirse a sí mismos, para hacer un trabajo por un lado individual y otro colectivo. Creo que a nivel político y social es fundamental que apoyemos a estos grupos de hombres, que les demos visibilidad, y que los chavales, que los chicos jóvenes sepan que hay otras formas de ser hombres y que hay mucha gente trabajando; bueno, mucha no, porque la verdad es que son una minoría los hombres que trabajan para deconstruirse y para despatriarcalizarse, pero yo siento que son cada vez más, por eso soy optimista».

¿Qué dificultades observas para que se den condiciones de igualdad ?

«Lo que pasa es que es bien complicado, porque si acaso te enseñan en el colegio eso, que la violencia no es el camino, luego ves que los Gobiernos utilizan la violencia para reprimir y para solucionar conflictos, pues es que realmente les estamos mandando a los chavales mensajes muy confusos, ¿no?».

¿Qué se puede hacer para promover el cambio?

«El caso es que yo creo que tiene que haber una revolución absoluta en el ámbito educativo, pero también creo que tiene que haber una revolución fortísima a nivel cultural. No podemos seguir glorificando y mitificando al macho violento». 

¿Por qué está la imagen del macho aceptada socialmente?

«Porque, por ejemplo, todas, todas nuestras películas están basadas en la glorificación de los asesinos, ya sean unos mafiosos, unos narcos unos presidentes del Gobierno; ya sean guerreros, ya sean soldados… Todas, todas nuestras producciones culturales están basadas en la idea de que hay que admirar al macho robot, que ni siente ni padece, y la verdad es que la mayor parte de los héroes de nuestros hijos son asesinos».

¿Se justifica de alguna manera la imagen del macho violento?

«Lo que pasa es que, bueno, nosotros distinguimos entre los asesinos buenos y los asesinos malos; pero, si te fijas, no hay ningún superhéroe que arregle el mundo desde el diálogo o que intente conseguir lo que necesita y lo que quiere utilizando su cerebro, casi todos los héroes utiliza la fuerza bruta y la violencia: matan, aniquilan, exterminan y torturan. 

»Lo que hacen los medios y la industria del cine y todas las industrias culturales es glorificar todo el tiempo a ese macho que ni siente ni padece, y que tiene un objetivo en la vida y le importa un bledo los medios que tenga que emplear para conseguir sus fines. Mientras esto siga así, y mientras se sigan ensalzando las figuras de los narcos, de los machos que tienen el poder, será difícil cambiar esto, por eso creo que la revolución feminista se está librando en muchos frentes: por un lado, las leyes, y también el tema económico. Creo que es fundamental que las mujeres tengamos soberanía y autonomía económica para poder ser libres y para no depender de los hombres».

¿Cuál sería un punto clave para disminuir la violencia ejercida por los hombres?

«Para mí, una de las claves es esta en dejar de mitificar al macho violento en la tele, en los cómics, en los videojuegos, en las películas, en las revistas, en las series de televisión… Creo que los medios tienen un papel fundamental en el cambio que tienen que ir experimentando las masculinidades, y creo que estamos en ello, estamos concienciando poco a poco».

¿Qué más podemos hacer para educar en el respeto?

«Creo que todos tenemos que asumir la responsabilidad de decir, tanto los productores culturales, los que ponen el dinero, los que crean esos contenidos culturales y también la educación que damos mamás y papás a los niños, porque a mí me sorprende mucho, por ejemplo, que cuidemos mucho qué comen los niños, que no coman productos superprocesados, que tengamos cuidado con el azúcar, etcétera; pero nadie cuida los contenidos que ven sus hijos a través de las pantallas, y creo que es fundamental ver qué le estamos ofreciendo al cerebro de los niños y cómo influye toda la violencia que consumen.

Además, creo que exponer a los niños a la violencia es violencia en sí, solo que los papás y las mamás no han caído en eso, a ellos les parece natural que los niños consuman violencia y que se crean que es lo normal. Entonces, yo creo que hay que hacer un cambio muy radical y hay que concienciar mucho a educadores, educadoras, papás, mamás, productores culturales, periodistas.

Es una labor colectiva esto que tenemos, el cambio para las masculinidades. También pienso que los hombres tienen que hacer mucha, mucha autocrítica personal y colectiva. Nosotras las mujeres ya llevamos años, sobre todo las mujeres feministas, haciendo autocrítica para liberarnos de los patriarcados que nos habitan, y los hombres se tienen que sumar a este trabajo, porque es un trabajo de todas y de todos».

El costo social y económico del machismo en México

El estudio llamado «Caja de masculinidad» sugiere que las formas de ser hombre en México tienen un alto costo económico y social.

En el estudio se midieron seis categorías, que integran los comportamientos vinculados con la experiencia de la hombría en México: violencia y acoso escolar, violencia sexual, depresión, suicidio, consumo excesivo de alcohol y accidentes de tráfico.

El estudio sugiere que la masculinidad tóxica genera violencia sexual, acoso escolar y tiene efectos directos en la salud de los hombres y es causa de discriminaciones, desigualdades y violencia que ellos ejercen entre sí y contra mujeres, niñas y niños.

El estudio desarrollado por Promundo, MenEngage México, AXE y Unilever destaca que México pierde alrededor de 1400 millones de dólares anuales por los problemas asociados a la masculinidad tóxica.

Reveló también los siguientes costos en 2016: por abuso de alcohol, l 160 mil 600 millones de dólares (mdd); acoso escolar, 670 mmdd; violencia sexual, 314 mil 800 mdd; por accidentes viales, 134 mil 200 mdd; suicidios, 79 mil 200 mdd; y depresión , 2 mil 900 mdd.

Fuente de la entrevista: https://www.debate.com.mx/estados/La-mayor-parte-de-los-heroes-de-nuestros-hijos-son-asesinos-Activista-20191125-0205.html

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Exigen que no se modifique ley de Educación Sexual Integral en Argentina

América del Sur/ Argentina/ 02.02.2019/ Fuente: www.aciprensa.com.

La plataforma CitizenGo Argentina entregó más de 60 mil firmas para impedir que el Congreso de la Nación modifique el Programa Nacional de Educación Sexual Integral (ESI), a través de un proyecto de ley cuyo debate debía comenzar este 20 de noviembre.

Las firmas fueron entregadas el martes 19 a los diputados Alejandro Snopeck, Jorge Enriquez y David Schlereth.

La ESI, promulgada en 2006 mediante la ley Nº 26.150, tiene como objetivo proveer educación sexual sobre la base de conocimientos científicos y la promoción de actitudes responsables ante la sexualidad, para prevenir problemas de salud pública como las enfermedades de transmisión sexual y embarazos adolescentes, procurando la igualdad de trato y oportunidades para varones y mujeres.

Uno de los puntos que plantea el proyecto de ley es eliminar el respeto al ideario institucional según las convicciones de los miembros de cada comunidad educativa. En cambio, obligaría la inclusión de contenidos ESI sin posibilidad de adaptar las propuestas a la realidad sociocultural.

Con lo anterior, según CitizenGo Argentina, se limitaría el derecho de los padres a educar a sus hijos de acuerdo a sus valores.

En otro articulado el proyecto modificaría el concepto de ESI en función de las leyes vigentes sobre la materia, es decir, de diversidad sexual y de género.

Según la licenciada en Organización y Gestión Educativa, María de los Ángeles Mainardi, “en ninguna parte de la Ley de Identidad de Género Nº 26.743, se alude a la necesidad de que la identidad de género deba ser incorporada a los contenidos educativos en general o a los contenidos de la ESI en particular”.

“La Ley de Identidad de Género, bien utilizada, tiene como finalidad la protección contra la discriminación y la ampliación de derechos (registrales y médicos) de una minoría que se autopercibe con una identidad de género distinta a la biológica”, explicó Mainardi a ACI Prensa.

El Estado puede “simultáneamente considerar dignos de protección especial y derechos ampliados a una minoría, sin tener por ello que promover en la población, a través de la educación, la teoría defendida por dicha minoría”, reflexionó.

En ese sentido, “la imposición de una sola teoría explicativa de la sexualidad en la auto-percepción, que no se encuentra universalmente aceptada o científicamente demostrada, es violatoria de las libertades de culto y de pensamiento”, derechos que están protegidos por la Constitución, explicó Mainardi.

La modificación a la ley ESI también vulnera normativas como la Declaración Universal de los Derechos Humanos que determina la libertad de pensamiento, conciencia y religión y el derecho de los padres a escoger preferentemente el tipo de educación para sus hijos; así como el Pacto San José de Costa Rica que declara el derecho a que los hijos reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.

En cuanto a la Convención sobre los Derechos del Niño, existe una reserva para Argentina que establece que “las cuestiones vinculadas con la planificación familiar atañen a los padres de manera indelegable de acuerdo con principios éticos y morales, y el Estado debe adoptar medidas para la orientación a los padres y la educación para la paternidad responsable”, precisó Mainardi.

Por último, va contra la ley de Educación que determina el derecho de los padres a ser reconocidos como agentes naturales y primarios de la educación y a participar en las actividades de los establecimientos educativos, en el marco del proyecto educativo institucional que responda a sus convicciones filosóficas, éticas o religiosas.

La misma ley reconoce que los docentes tienen derecho a ejercer la docencia sobre la base de la libertad de cátedra y la libertad de enseñanza; y la obligación de respetar la libertad de conciencia, la dignidad, integridad e intimidad de todos los miembros de la comunidad educativa.

La Cámara de Diputados quitó de la agenda del miércoles 20 el proyecto de ley de modificación a la ESI; tema que de prosperar, podrá ser tratado después del 10 de diciembre cuando Alberto Fernández asuma el Poder Ejecutivo, al igual que los nuevos miembros del Poder Legislativo.

Puede apoyar la campaña de firmas de CItizenGo AQUÍ

Fuente de la noticia: https://www.aciprensa.com/noticias/exigen-que-no-se-modifique-ley-de-educacion-sexual-integral-en-argentina-28697

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La educación en derechos humanos: agenda pendiente en Puerto Rico

Por: Ever Padilla Ruiz.

Es muy común escuchar en distintos medios y espacios que los principales problemas del país son la falta de seguridad, el estancamiento económico o la ausencia de capacidad política. Sin embargo, uno de los problemas principales sigue siendo la falta de un proyecto de educación en derechos humanos en todos los ámbitos y niveles. El tema de la educación, y en concreto, la educación en derechos humanos ha quedado apartado de la discusión pública.

La educación en derechos humanos comprende un escenario mucho más amplio que el de la educación formal. Implica abarcar todos los espacios e instituciones que inciden en los procesos de socialización, incluyendo la escuela, la familia, y las comunidades. Más que una teoría pedagógica, la educación en derechos humanos, debe traducirse en una práctica real, en la que todos los seres humanos tengamos la posibilidad de reconocernos como seres con igualdad de oportunidades sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Como parte de la educación en derechos humanos es menester sensibilizarnos sobre las realidades sociales y provocar la discusión de alternativas que, como país, nos impulsen a la sociedad plural que aspiramos.

La necesidad de consolidar un modelo de educación, crítica y comprometida con la transformación social es cada día más apremiante. Debe ser a partir de un modelo que integre todos los niveles en los procesos educativos y a todas las instituciones, públicas y privadas. Ello requiere asumir un compromiso para la formación integral de seres humanos conscientes de su responsabilidad y de la posibilidad de transformar nuestras condiciones de vida.

Cada diciembre, celebramos el mes de los derechos humanos. Este mes coincide con la adopción de la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948 por parte de la Organización de las Naciones Unidas. Sin duda, un documento trascendental en la vida moderna que inspiró nuestra constitución.

Hoy es un día para celebrar y para concienciar de la importancia trascendental que tienen los Derechos Humanos y para llamar la atención e implicarnos en su defensa y reivindicación. Unámonos en un esfuerzo para trabajar por la igualdad, la equidad y la justicia en la construcción del país que merecemos y podemos ser.

Este año múltiples eventos se suscitaron como parte de nuestra realidad social y política. Los sucesos del verano son parte de nuestra historia y sin lugar a duda, tendrán un gran impacto en nuestras decisiones colectivas. Esa nueva realidad, producto de un proceso de amplia participación ciudadana, exige y requiere de una educación que forme los valores y los comportamientos necesarios para construir una sociedad inclusiva, solidaria, pacífica, progresiva y democrática. Hoy por hoy, se hace mucho más necesario educarnos sobre nuestros derechos para estar en condiciones y con las herramientas que nos permitan enfrentar y superar los retos que como país tenemos. Para ello es fundamental incorporar la educación en derechos humanos como paradigma para analizar, entender y transformar nuestra sociedad. Avancemos en esa dirección.

Fuente del artículo: https://www.elnuevodia.com/opinion/columnas/laeducacionenderechoshumanosagendapendienteenpuertorico-columna-2532522/

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¿Por qué la población de Colombia ha tomado las calles?

Por: Samuel Grillo.

Desde la semana pasada, Colombia ha presenciado protestas contra las políticas neoliberales del gobierno, que afectan a los derechos de la ciudadanía

Hace una semana, desde el 21 de noviembre, la población de Colombia ha tomado las calles del país. Estas marchas pacíficas se han caracterizado por la creatividad, la alegría, el arte, el baile y por llegar a todos los rincones de las ciudades y los campos.

Pero, ¿qué ha motivado esta movilización? Según Blanca Cecilia Gómez, de la Coalición Colombiana por el Derecho a la Educación (CCDE), este paro nacional es motivado por razones de peso como:

  1. La negación del derecho a la educación para la mayoría de la población juvenil, al disminuir permanentemente los recursos destinados a la educación pública, principalmente universitaria y técnica laboral, y entregarlos a las universidades privadas.
  2. Un plan sistemático de exterminio contra líderes sociales y comunidades indígenas.
  3. El creciente desempleo, principalmente entre la franja más joven de la población.
  4. Una reforma tributaria que ha incrementado los impuestos de manera desmedida para la población colombiana en favor de las empresas.
  5. Una reforma laboral que disminuye el salario mínimo en un 35% para la franja más jóven, y deja por fuera a la mayoría de la población de la posibilidad de pensionarse, mediante una mayor privatización de los aportes obligatorios de las trabajadoras y los trabajadores para su pensión.
  6. Un sistema de salud privatizado y fracasado.
  7. Una gigantesca corrupción gubernamental, que merma los recursos para los programas sociales.
  8. La liberación de gravámenes para grandes grupos económicos y transnacionales, bajo el supuesto argumento de que así se “genera” empleo, y el aumento de los mismos para la ciudadanía en general.
  9. La creación de un holding de empresas privadas para manejar los recursos públicos, entre otros, los de salud, pensiones y educación.

“En resumen, la ciudadanía se moviliza en contra de las políticas neoliberales que han generado mucha insatisfacción entre los países de la región, como Chile. Asimismo, protestan contra la política de seguridad adoptada por el presidente Iván Duque, que resultó en el crecimiento de la violencia y la guerra en el país”, cuenta Cecilia Gómez.

Represión contra las protestas

Pese a la característica pacífica de las protestas, el Estado colombiano las ha reprimido fuertemente, resultando en 6 personas asesinadas en la última semana. Entre ellos, Juan David Rojas, de 15 años, que cursaba grado séptimo en el Colégio Alfonso López Michelsen, víctima de una bala perdida, y Dilan Cruz, de 18 años, que fue gravemente herido por un integrante del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), que usaba una arma no convencional (prohibida por Naciones Unidas).

“En resumen, la ciudadanía se moviliza en contra de las políticas neoliberales que han generado mucha insatisfacción entre los países de la región”

Cruz falleció el 25 de noviembre, justo el día que recibiría su diploma de bachiller. Como muchos otros estudiantes, soñaba con acceder a la educación superior, pero no logró conseguir un préstamo del Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior (ICETEX) para poder acceder a la universidad.

Otra tragedia derivada de la situación de represión en Colombia fue la muerte del soldado Brandon Cely Páez. En un video que se conoció en redes sociales, el soldado anunció que se quitaría la vida tras sufrir matoneo por parte de sus compañeros. Afirmó que fue estigmatizado por apoyar el paro y denunciar falencias en la institución.

Según Cecilia Gómez, una medida extraordinaria instaurada por el gobierno ha sido el toque de queda en Bogotá. El último viernes, 22 de noviembre, se decretó el toque de queda, el primero desde el 1977, cuando un gran paro nacional contra el gobierno liberal de Alfonso López Michelsen derivó en violentos disturbios que dejaron una decena de muertos y miles de heridos.

Próximos pasos

Las marchas en Colombia siguen sin previsión de término. El Comité Nacional de Paro (Duque no ha querido dialogar con el Comité de Paro), en reunión el miércoles 27 de noviembre, hizo un llamado a que las personas y organizaciones movilizadas, a que no participen en conversaciones con el gobierno de manera aislada, sino que exijan las negociaciones directas entre el gobierno y el Comité.

Hay actividades de incidencia programadas hasta el 10 de diciembre, cuando se celebra el Día Internacional de los Derechos Humanos, contando con cacerolazos, asambleas cívicas y conciertos, además de manifestaciones populares en las calles y plazas del país.

Fuente del artículo: https://redclade.org/noticias/protestas-colombia/

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“Una educación democrática y emancipadora es esencial para superar la violencia de género”

Por: CLADE.

Dialogamos con la abogada y profesora de la Pontificia Universidad Católica de São Paulo y ex miembro del Comité CEDAW, Silvia Pimentel

En el marco de la iniciativa “Educación con Diversidad e Igualdad”, entrevistamos Silvia Pimentel, feminista y abogada brasileña, profesora de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de São Paulo (PUC-SP), ex presidenta (2011 a 2012) y ex miembro del Comité de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW).

En esta charla, la profesora destaca la importancia de considerarse la intersectorialidad, cuando se habla de la desigualdad de género, pues las víctimas de la violencia de género suelen ser objeto de un cruzamiento de distintas formas de discriminación, por ejemplo, por identidad de género, orientación sexual, raza y etnia, entre otras.

Asimismo, nos comparte la experiencia inspiradora que ha vivido durante la elaboración de una propuesta de modificación del estatuto de la PUC-SP para que este incluyera el combate a la violencia de género en el centro educativo, luego de la denuncia de que una estudiante del 1º año del curso de Derecho había sido víctima de acoso sexual practicado por un profesor.

Lee+ Ola conservadora: Género, educación y censura en Brasil

“En diálogo con estudiantes de un grupo feminista de la facultad, se elaboraron directrices para responder a la problemática del acoso sexual. Posteriormente, el vice director de la Facultad sugirió que se expandiera el objeto de la propuesta de reforma al estatuto para abarcar, además de la cuestión de género, la violencia y discriminación por raza, condición social, etnia, edad, religión y orientación sexual. La propuesta fue aprobada por unanimidad en el Consejo Universitario y hoy está vigente para toda la universidad. Asimismo, la propuesta se ha transformado en un pacto nacional que está siendo firmado por las rectorías de todas las universidades brasileñas”, cuenta Silvia.

“Es importante hacer hincapié en el papel que desempeñan las y los maestras/os en la sensibilización y concientización de las personas sobre la necesidad de superar una mirada individualista, remplazándola por una mirada hacia el otro”

La feminista también subraya que, para superar las violencias y discriminaciones persistentes en nuestras sociedades, los Estados deben garantizar una educación dialogada, democrática y emancipadora para todos los niveles educativos, no solo el universitario, incluyendo la primera infancia.

“Es importante hacer hincapié en el papel que desempeñan las y los maestras/os en la sensibilización y concientización de las personas sobre la necesidad de superar una mirada individualista, remplazándola por una mirada hacia el otro. Es importante notar que el hecho de que algunas acciones de discriminación de género sean inconscientes, no las vuelve menos nocivas. Todas y todos nosotras/os, de alguna manera, reproducimos estereotipos y prejuicios. No se dividen las personas entre buenas y malas. Por ello, este debate es también una invitación a la autocrítica”, afirma.

Oiga a continuación la entrevista completa:

Fuente de la entrevista: https://redclade.org/noticias/silvia-pimentel-genero/

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