Redacción: El País
Kaia Rolle fue detenida en su escuela de Orlando y llevada a comisaría por una rabieta.
La pequeña Kaia Rolle, de seis años, no entendía para qué eran las abrazaderas de plástico que llevaba uno de los dos policías que se había presentado en su escuela. «Son para ti», el respondió el agente, y la niña rompió a llorar.
La escena, grabada en vídeo por una cámara policial, corresponde al inédito arresto de la menor el pasado mes de septiembre en un centro de educación preescolar e infantil de Orlando (Florida). La familia de la niña, que había denunciado que la pequeña había sido detenida y esposada, divulgaron los vídeos la semana pasada para apoyar una propuesta de nueva ley estatal que impediría el arresto de niños, presentada por dos senadores demócratas el pasado enero.
Según recoge CNN, que cita las declaraciones escritas del director, el subdirector y dos trabajadores de la escuela, las imágenes se tomaron a las 8.10 de una mañana una mañana de septiembre, tras agarrar una rabieta la pequeña porque quería usar sus gafas de sol en clase. El subdirector la condujo a un despacho de la escuela. «Kaia se volvió agresiva y me golpeaba con las manos en el pecho y el vientre. Yo la sostuve agarrándola por los antebrazos», señaló el responsable de la escuela.
En el vídeo, la niña aparece sentada en una oficina de su escuela, calmada, mientras una trabajadora del centro le lee una tarea de un libro. En ese momento, uno de los dos agentes que acaba de entrar en la estancia, dice: «Vale. Va a tener que venirse con nosotros». La mujer le indica a Kaia que tiene que irse con ellos. «Levántate y ven aquí», le insta el agente. «¿Para qué es eso?», pregunta la niña, refiriéndose a las abrazaderas que usa la policía como esposas. «Son para ti», responde el policía. Y en ese momento la menor rompe a llorar. «No, no quiero que me ponga las esposas. No me las ponga», suplica, mientras pide ayuda.
«Vámonos», insiste el agente. «Quiero quedarme en la escuela. Acabo de llegar», replica la pequeña que pide que la dejen en la escuela mientras que el policía y el agente que lleva la cámara la acompañan hacia la salida del edificio. Al tiempo, el agente que lleva la cámara le dice a la pequeña que le diga, mientras van en el coche de la policía, qué ha pasado. «No quiero entrar en un coche de policía», asegura entre sollozos la menor. «¿No quieres? Pues tienes que subirte», le dice el policía de la cámara. «Por favor, no, denme otra oportunidad», suplica la menor. Uno de los policías la mete en el coche mientras la pequeña llora y pide que, por favor, la dejen irse.
El agente que detuvo a la menor, Dennis Turner, arrestó a otro niño de seis años el mismo día en otro incidente, y ha sido expulsado del cuerpo policial. El agente estaba destinado al cometido de atención a las escuelas. La policía de Orlando difundió un comunicado en el que recordaba que el arresto de menores de 12 años es posible, pero requiere la aprobación del denominado «comandante de vigilancia». Esa aprobación no tuvo lugar en el caso de la pequeña Kaia, y la policía la condujo de regreso a su escuela.
La abuela de la menor asegura que a la menor «le han robado la infancia» y añade que su nieta no se separó de ella la primera semana y media tras el arresto. La primera vez en que la acompañó a la escuela tras el incidente, la pequeña comenzó a sollozar porque vio a un policía por el camino. Kaia, afirma su familiar, sigue teniendo pesadillas sobre su arresto.
Fuente: https://elpais.com/internacional/2020/03/02/mundo_global/1583136296_525169.html