Europa/ Italia/ 5 Enero 2017/ Fuente: Semana.com
El reciente elegido primer ministro de Italia, Paolo Gentiloni -quien reemplazó a Matteo Renzi tras su renuncia por la derrota del referendo que él mismo impulsó para reformar la Constitución- designó como ministra de Educación a Valeria Fedeli, una defensora de la comunidad Lgbti e impulsora del feminismo.
La elección ha generado mucha controversia en el país europeo, especialmente entre los defensores de la familia tradicional y los credos religiosos. Uno de sus grandes críticos es Massimo Gandolfini, líder del Family Day, movimiento que defiende el matrimonio entre parejas heterosexuales en Italia. Para él, y según reflejaron varios medios de comunicación internacionales, este nombramiento responde a una estrategia para “elaborar una legislación contra la familia natural y el derecho de los niños a tener una mamá y un papá”. Fedeli se opuso al ‘Family Day’ en su periodo desde su escaño de senadora, que ocupó desde el 2013 al 2016 como representante del Partido Democrático.
En el Senado italiano, donde llegó a ser vicepresidenta de la Cámara, la recuerdan por ser una de las impulsoras de una norma que buscaba la enseñanza de la ideología de género en los colegios, aunque finalmente no recibió el apoyo necesario para convertirse en ley.
Con este proyecto de ley, que recibió el nombre de ‘Introducción de la educación de género y de la perspectiva de género en la actividad y en los materiales didácticos de la escuela del sistema nacional de educación y en la universidad’, Fedeli buscaba poner en igualdad de condiciones a todas las personas sin importar su género o identidad sexual. Que estas no fueran categorizadas por su rol de hombre o mujer, sino que hubiera más aperturismo a la hora de representar sus funciones en la sociedad. “La deconstrucción crítica de las formas rígidas y estereotipadas a través de las cuales las identidades de género son cultural y socialmente conformadas”, incluía el texto.
Fedeli también apoyó la ley Cirinna durante su corto periodo como senadora, que defendía la unión civil entre personas del mismo sexo. En su momento dijo que de aprobarse la ley “no sería la victoria de una minoría, sino de todo el país, debido a que regalan mucha felicidad y serenidad”.
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