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Siervos de la IA o el retorno de Robespierre

Por: Alejandro Marcó del Pont 

La gran red algorítmica que se esconde en la nube guía nuestro comportamiento de una forma magníficamente lucrativa para su propietario

Con la inteligencia artificial (IA) han surgido varios desafíos, entre ellos la transformación de los paradigmas laborales, económicos y sociales. Uno de los debates más relevantes en este sentido es cómo un ingreso universal podría reemplazar el salario tradicional, así como las implicaciones de su financiamiento y la redistribución del ingreso.

Estas decisiones no son simples y están rodeadas de intereses. El eje central de esta disputa de poder es, como siempre, el Estado. Si el Estado es fuerte, puede actuar como mediador y corregir las desigualdades económicas que surgirán si la automatización beneficia únicamente a los dueños de la IA. Si el control de la IA recae en el sector privado, podríamos ver un modelo económico donde la automatización beneficiará solo a las élites, sin generar empleo ni estimular el consumo, debilitando así al Estado.

Los dueños de la IA, las grandes empresas tecnológicas, se convertirían en los principales receptores de las ganancias al explotar los beneficios derivados del uso de IA sin necesidad de pagar salarios tradicionales. El Ingreso Universal se propone como una alternativa al salario tradicional, ofreciendo a los ciudadanos un ingreso fijo para cubrir sus necesidades básicas, independientemente de si trabajan o no. Sin embargo, sin un sistema de redistribución adecuado, esta medida podría no solucionar las desigualdades económicas provocadas por la automatización, sino agravarlas.

Como ya exploramos en nuestro artículo anterior, titulado “IA, la última batalla del cerebro entre explotadores y veneradores del mercado”, esta idea se alinea con el análisis que Karl Polanyi hace en “La gran transformación”, una obra fundamental para entender el desarrollo del capitalismo moderno y su impacto en la sociedad. Con la aparición del capitalismo moderno, la economía se independizó de la sociedad, dando lugar a lo que Polanyi llama una «sociedad de mercado», un mercado autorregulado inventado por el Estado.

El alambramiento de los bienes comunales en Inglaterra durante los siglos XVIII y XIX, conocido como “enclosures”, privatizó tierras comunes y expulsó a los campesinos, creando una mano de obra asalariada dependiente. De manera análoga, en la actualidad, el control de las infraestructuras digitales —como datos, algoritmos y plataformas— está reemplazando a los medios de producción tradicionales. Así, los gigantes tecnológicos han acumulado un poder similar al de los terratenientes de antaño.

En su libro “El tecnofeudalismo”, Yanis Varoufakis expone la transformación del capitalismo en una nueva fase, analizando cómo las grandes plataformas digitales, como Google, Amazon, Apple y Facebook, han alterado las reglas del juego económico tradicional y cómo el capital ya no está en manos de los productores o las fábricas, sino que se ha desplazado hacia el «capital en la nube». Aquí, la nube representa las infraestructuras digitales, los algoritmos y las bases de datos que dominan la economía actual. Estos son los nuevos «señores feudales», que controlan los flujos de información y comercio globales y los usuarios son esencialmente «vasallos» que producen valor para las plataformas sin recibir compensación directa.

Durante la Edad Media, la Iglesia jugaba un papel central en la vida cotidiana, incluidas las cuestiones relacionadas con el registro de personas. Los nacimientos, matrimonios y defunciones eran registrados por la Iglesia. Estos registros eclesiásticos actuaban como una forma de control social y, al mismo tiempo, como una manera de certificar los momentos clave en la vida de las personas. El cambio hacia el control estatal sobre el registro civil se dio de manera gradual, vinculado a la consolidación del Estado moderno y al proceso de secularización. Así, el Estado paso a tener el monopolio de los poderosos símbolos que nos legitiman como ciudadanos con derechos: pasaportes, certificados de nacimiento o el documento nacional de identidad.

En la actualidad el Estado está perdiendo, dentro de otras, esa potestad. Resulta increíble que nuestra identidad digital no sea nuestra ni del Estado. «Dispersada por innumerables mundos digitales de propiedad privada, tiene muchos dueños, ninguno de los cuales somos nosotros: un banco privado posee tus códigos de identificación y todo tu historial de compras. Facebook está íntimamente familiarizado con quién —y qué— te gusta. X recuerda cada pequeña idea que ha llamado tu atención. Apple y Google saben mejor que tú lo que ves, lees, compras, con quién te reúnes, cuándo y dónde. «Algún gran conglomerado fintech te ayudará a verificar tu identidad o, lo que es lo mismo, a comprobar que tú eres… quién eres».

Si la IA reemplaza a una parte significativa del trabajo humano, surge un problema: ¿quién consumirá los bienes y servicios que produce la IA si la mayoría de los trabajadores humanos han sido desplazados y no tienen ingresos suficientes para consumir? ¿Quién pagará impuestos? El hecho de que la IA no consuma no significa que los ingresos no existan; simplemente quiere decir que los beneficios de los productos o servicios que genera son apropiados directamente por los dueños de la tecnología. Aquí es donde el Ingreso Universal Básico podría entrar en juego y permitiría seguir participando como consumidores en la economía.

Para los dueños de las IA, apropiarse del Estado es central porque el rol de este último es clave para garantizar que los ciudadanos tengan acceso a los recursos necesarios para vivir. Es decir, recaudar ingresos para financiar un ingreso universal. Esto podría incluir impuestos progresivos sobre la riqueza, los ingresos derivados del uso de la IA, y sobre las ganancias corporativas, especialmente en sectores altamente automatizados.

Para la propiedad de la IA se podrían establecer marcos regulatorios que aseguren que los beneficios derivados de ella no queden solo en manos de las grandes corporaciones, sino que se redistribuyan de manera justa entre la población, ya sea a través de impuestos, derechos de uso o propiedad pública de ciertas tecnologías. O implementar mecanismos de asignación de ingresos, donde el Estado distribuiría directamente el Ingreso Universal Básico a cada ciudadano, garantizando una base económica mínima, independientemente de su participación en el mercado laboral. Este ingreso podría reemplazar parcialmente los sistemas tradicionales de bienestar social, que actualmente están vinculados al empleo.

Aunque el rol del Estado es fundamental, este enfoque también enfrenta varios desafíos, el primero es que el ingreso universal es apoyado y pretendido tanto por el progresismo de izquierda como por Silicon Valley, lo que lo vuelve ampliamente discutible. Uno de los mayores retos, con la regulación de la IA es la sostenibilidad fiscal que requeriría una planificación cuidadosa para asegurar que el Estado pueda mantener su sostenibilidad fiscal a largo plazo de manera que no se debilite su capacidad para distribuir ingresos de manera efectiva.

En una economía donde la IA reemplaza el trabajo humano, sus dueños se convertirían en los principales generadores de ingresos y, por lo tanto, en los principales sujetos de tributación. El Estado tendría que implementar nuevos impuestos sobre la propiedad de la IA, como impuestos sobre datos y gravámenes sobre el capital y las grandes corporaciones tecnológicas, para asegurar una redistribución equitativa de la renta.

En resumen, el futuro del trabajo y la economía en la era de la IA dependerá del papel que asuma el Estado. Si opta por una política redistributiva y reguladora, podríamos evitar un tecnofeudalismo que concentre el poder en las élites tecnológicas. Aunque el Ingreso Universal es controversial, podría ser una solución viable si se implementa de manera que no comprometa la capacidad fiscal del Estado.

Fuente: https://eltabanoeconomista.wordpress.com/2024/10/20/siervos-de-la-ia-o-el-retorno-de-robespierre/

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Honduras celebra el Día del Maestro en medio de desafíos educativos

Tegucigalpa-Honduras conmemora este 17 de septiembre el Día del Maestro, una fecha dedicada a reconocer la labor de quienes han formado generaciones y siguen formando las futuras generaciones del país.

Sin embargo, la celebración se da en medio de serios desafíos en el sistema educativo, que han sido resaltados por diferentes gremios docentes, todavía hay muchas escuelas bidocentes en Honduras y los maestros atienden un promedio de 40 estudiantes en un aula.

En la actualidad se ve una brecha en el gremio por las reformas del Inprema, unos a favor y otros en contra, sin embargo, se espera que puedan llegar a acuerdos favorables para todo el gremio.

Algunos dirigentes magisteriales han reiterado su preocupación por la falta de recursos, la infraestructura deteriorada en muchas escuelas y los bajos salarios que, aseguran, no compensan el esfuerzo que realizan. “Se debe dignificar la carrera del docente”, dijo el dirigente Joel Navarrete.

Los docentes coinciden que no se puede seguir educando en las mismas condiciones que hace décadas, mientras el mundo avanza y los problemas en la educación se agravan. Asimismo, los docentes exigen acciones concretas y aseguran que el discurso no basta ante las necesidades urgentes.

Otro de los problemas que enfrentan los docentes es un contexto de violencia y se piden acciones para mejorar las condiciones laborales en el sector educativo.

En paralelo, diversos sectores de la sociedad hondureña han expresado su admiración por la dedicación de los maestros, a pesar de las difíciles circunstancias. Son héroes silenciosos que, a pesar de todo, siguen enseñando y creyendo en un mejor futuro para nuestros hijos, dijo un padre de familia entrevistado.

Mientras tanto, la expectativa sigue siendo que el gobierno y las autoridades educativas tomen medidas para mejorar las condiciones del sector, ya que los maestros continúan siendo una pieza clave para el desarrollo del país. LB

Honduras celebra el Día del Maestro en medio de desafíos educativos

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A 25 años del Convenio 182 del OIT y los desafíos actuales del trabajo infantil

Por: Sara Luna Camacho

En 1999, en vísperas del nuevo milenio, la OIT adoptó el Convenio núm. 182 sobre las peores formas del trabajo infantil. En el año 2020, cuando ya podían observarse los impactos de la pandemia provocada por el COVID-19, hubo otro hito: con la ratificación por parte del Reino de Tonga, la Organización, por primera vez en su historia, logró la ratificación universal de una norma internacional. Es decir, los 187 países miembros de la OIT se comprometieron a erradicar las peores formas de trabajo infantil.

Y hoy, a 25 años del establecimiento de ese convenio y en una nueva conmemoración del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, es crucial reflexionar sobre los logros y desafíos que aún enfrentamos.

Las estimaciones globales de la OIT y UNICEF indican que 160 millones de niños y niñas trabajan, con una significativa concentración en el sector agrícola. América Latina y el Caribe presentan una alta prevalencia de trabajo infantil peligroso. Y en Argentina, el 20 por ciento de las y los niños entre 5 y 15 años trabajan en zonas rurales. El 10 por ciento lo hace en zonas urbanas.

Viven con la obligación de trabajar, a menudo en condiciones que ponen en riesgo su salud y seguridad, a costa de su educación y de su futuro. El trabajo peligroso, que daña la salud, seguridad o moralidad de los niños, es un indicador clave de las peores formas de trabajo infantil. Además, para la OIT, esta categoría incluye la esclavitud, la trata de niños y niñas, la servidumbre por deudas, el trabajo forzoso, el reclutamiento en conflictos armados, la explotación sexual y el uso de niños y niñas en actividades ilícitas como el tráfico de drogas.

En las zonas rurales, realizan trabajos peligrosos como manejar herramientas de corte, alambrar o utilizar agroquímicos. En las áreas urbanas y periurbanas, una de las expresiones del trabajo infantil en sus peores formas, se encuentra en las actividades vinculadas a los basurales. Niños, niñas y adolescentes trabajan, comen y socializan durante las diversas etapas del proceso de recolección de residuos.

En esta línea, los espacios y los sistemas de cuidado son herramientas fundamentales para prevenir que las y los niños ingresen en el mercado laboral. Como el resto de los países, Argentina también debe intensificar sus esfuerzos para prevenir y erradicar el trabajo infantil en todas sus formas. Para este enorme desafío, cuenta, por un lado, con un sólido marco normativo que incluye la ratificación de los Convenios 138 y 182 de la OIT, así como la Convención sobre los Derechos del Niño incorporada en la Constitución Nacional.

Por otra parte, desde 2022, Argentina es País Pionero de la Alianza 8.7, el consorcio global que reúne a quienes buscan cumplir la Meta 8.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El estatus de “País Pionero” distingue especialmente a los Estados por reafirmar su voluntad política, adoptar legislación e implementar políticas para poner fin al trabajo infantil y la esclavitud moderna.

A su vez, erradicar el trabajo infantil requiere de acciones coordinadas con múltiples acciones, entre quienes los gobiernos, los empleadores y los sindicatos tienen un rol clave. De ese modo, en el marco del diálogo social tripartito, es necesario promover el trabajo decente para las personas adultas, fortalecer la legislación, promover la educación y sensibilizar a la sociedad. Solo así podremos garantizar un futuro digno para nuestros niños y niñas.

No podemos ni debemos mirar hacia otro lado. La erradicación del trabajo infantil en sus peores formas debe seguir siendo una prioridad urgente.

https://www.infobae.com/opinion/2024/06/12/a-25-anos-del-convenio-182-del-oit-y-los-desafios-actuales-del-trabajo-infantil/

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Jorge Calzoni, presidente electo de la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUALC): “La defensa de la educación superior es el principal reto que tenemos en la UDUALC”

Por Luciana Jouli, para el Instituto de Estudios y Capacitación (IEC) CONADU y NODAL

Jorge Calzoni es ingeniero y actual rector de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) en Argentina. Recientemente fue elegido como presidente de la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUALC). En dialogo con NODAL compartió los desafíos que tendrá como presidente del organismo.

¿Cuál es el rol qué tiene la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUALC) en la región?

La UDUALC nace en 1949 en Guatemala, luego de un primer encuentro de rectores de América Latina y el Caribe, y tenía como primera misión la defensa de la autonomía en las distintas universidades a partir de algunos golpes de Estado que se iban suscitando en la región. El rol que tiene es la defensa de la autonomía y la integración latinoamericana y caribeña de todas las universidades. Y la componen también organizaciones, redes, distintos tipos de encuentros de decanos. En fin, tiene una innumerable cantidad de acciones que permiten hoy la integración a lo largo y ancho de nuestra América Latina y del Caribe.

 ¿Qué áreas de trabajo abordará durante su gestión como presidente de UDUALC?

Las áreas están estipuladas en un plan estratégico que elaboramos en estos últimos dos años donde nos propusimos, a partir del trabajo de la anterior presidencia de la doctora Dolly Montoya, analizar cuál es el espíritu y los retos de la UDUALC y proponernos algunas cuestiones a desarrollar. Por un lado, seguiremos con las impresiones de libros y cuadernos de universidades ya que son testimonios muy valiosos así como también con el desarrollo del Consejo de Evaluación de Acreditación Internacional (CEAI) que es una agencia de acreditación que permite que muchas universidades de la región puedan acreditar a muy bajo costo. Por otro lado, continuaremos funcionando con las distintas redes que tenemos como la Red Universitaria de Géneros, Equidad y Diversidad Sexual (RUGEDS), la red que vincula a todo el sector productivo, entre tantas otras. Y fundamentalmente, la participación en los distintos foros en defensa de la educación superior en la región.  Este es uno de los desafíos que vamos a tener ya que algunos gobiernos impactan sobre la autonomía universitaria. Por ejemplo hay problemas en Perú, en Haití, en Centroamérica y, en Argentina con el tema del financiamiento. La defensa de la educación superior va a ser el principal reto que tenemos en este tiempo que nos toca gestionar la UDUALC.

¿Cuáles son los desafíos de la educación superior en América Latina y el Caribe en la actualidad?

Mayor integración y mejorar la movilidad académica.  En el caso argentino trabajar sobre créditos e incorporar  la extensión a los diseños curriculares. También es un desafío lograr una internacionalización absolutamente inclusiva, con clases espejos con el Aprendizaje Internacional Colaborativo Online (COIL) que permitan la interacción entre estudiantes y docentes en distintos niveles e investigaciones conjuntas que permitan resolver problemas pertinentes de la sociedad para tender la mano en aquellos lugares que más lo necesitan.

Es importante que los países que tienen mayor desarrollo, acompañen a los que tienen menor desarrollo como parte de la integración y de las redes solidarias que se pueden tejer entre nuestras instituciones. Hoy éste es el principal desafío, sobre todo de cara a una situación económica y social, muy compleja que se da actualmente en algunos países y que han vivido ya otros, como Brasil por ejemplo.  En estos momentos coyunturales siempre están los países vecinos para sostener a partir de redes, investigación, ciencia y tecnología, desarrollo, movilidad y realización de posgrado conjuntos, por ejemplo. Hay infinidad de cuestiones que creo que las universidades podemos llevar adelante y es un momento propicio y necesario para eso.

Jorge Calzoni, presidente electo de la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUALC): “La defensa de la educación superior es el principal reto que tenemos”

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La Coalición Mundial para la Educación de la UNESCO: un nuevo informe pone de relieve el papel clave de la colaboración entre las múltiples partes interesadas para alcanzar los objetivos de la educación

El nuevo informe de la Coalición Mundial para la Educación, “United for SDG 4: The Global Education Coalition in action” (en inglés) [Unidos por el ODS 4: la Coalición Mundial por la Educación en acción], presentado en vísperas de la cuarta reunión anual del grupo, que se celebrará el 25 de marzo de 2024 en la sede de la UNESCO en París, pone de relieve la manera en que los diferentes asociados de todo el mundo colaboran para garantizar una educación inclusiva y equitativa para todos.

La Coalición Mundial por la Educación es una plataforma abierta única con métodos de coordinación ágiles que facilitan la colaboración entre los miembros con el objetivo de ampliar los programas y alcanzar las metas comunes con miras a una rápida consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4.

La Coalición que cuenta con 222 asociados que trabajan en 112 países y celebra su quinto aniversario, dedicará la reunión anual de este año a aumentar el compromiso de sus asociados con los proyectos de colaboración en consonancia con la Cumbre sobre la Transformación de la Educación, así como a avanzar hacia la consecución de la Agenda de Educación 2030.

“Aunque la Coalición Mundial para la Educación se creó durante la pandemia de COVID-19, este informe demuestra hasta qué punto esta plataforma sigue desempeñando un papel fundamental hoy en día para reunir a las diversas partes interesadas con el fin de abordar la acuciante crisis mundial de la educación”, declaró el Sr. Borhene Chakroun, director de la División de Políticas y Sistemas de Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida y coordinador de la Coalición Mundial para la Educación en la UNESCO.

El informe de 2024 aborda el cuarto año de acción de la Coalición, y abarca cómo su subgrupo, la Colaboración para la Transformación Digital, puso en marcha con éxito sus primeras colaboraciones en diferentes países mientras trabaja para avanzar en la agenda de alto nivel establecida en la Cumbre sobre la Transformación de la Educación.

“Además de movilizar recursos y apoyo en tiempos de crisis, nuestros miembros colaboran para proporcionar soluciones creativas que aceleren los progresos en la consecución de los objetivos educativos de 2030”, afirmó el Sr. Chakroun.

Movilizados para hacer frente a los desafíos de la educación

Una de cada cuatro escuelas primarias del mundo carece aún de electricidad y sólo el 40% de éstas se haya conectada a la red de Internet. Además, como se puso de relieve en el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo del año pasado, sólo el 45% de los docentes de primer ciclo de secundaria se sienten preparados para utilizar la tecnología en la enseñanza, incluso después de recibir formación.

Más allá de la brecha digital, más de uno de cada cinco jóvenes (23,5%) de entre 15 y 24 años no recibe educación, empleo o formación. Y, a pesar de los progresos realizados, las mujeres siguen representando casi las dos terceras partes de los 763 millones de adultos que carecen de competencias básicas en lectoescritura, mientras que las niñas están más expuestas a los embarazos precoces y no deseados, a los matrimonios precoces y forzados, y a la violencia cuando no asisten a la escuela.

El informe demuestra cómo los cuatro programas de la Coalición – Academia Mundial de Competencias, Campus Mundial de Docentes, Casa Mundial del Aprendizaje e Impulsar la transformación de la educación en función del género – siguen creciendo y, a través de la acción de sus asociados estratégicos, logran catalizar la acción con miras a apoyar los sistemas educativos en todo el mundo.

Desde su creación, la Coalición ha ayudado a más de 858.000 jóvenes para que puedan desarrollar sus capacidades para el empleo, ha formado a más de 794.000 docentes y ha llegado al menos a 2.450.000 de las niñas y mujeres más marginadas.

Gracias a la movilización de los asociados del sector privado y a una red de docentes y educadores voluntarios, más de un millón de educandos tienen ahora acceso a recursos que les ayudan a desarrollar capacidades básicas y a recibir apoyo en las asignaturas en las que presentan más dificultades en la escuela.

 

https://www.unesco.org/es/articles/la-coalicion-mundial-para-la-educacion-de-la-unesco-un-nuevo-informe-pone-de-relieve-el-papel-clave

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Sora, la nueva herramienta de IA: ¿qué beneficios trae para la educación?

La irrupción de la inteligencia artificial en las aulas es un hecho y Sora llegará a este campo con sus pros y contras.

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Retos y desafíos de la educación en la República Dominicana

Escrito por:
Johanny Abreu, MA.
Técnico docente distrito 07-05

Hoy en día la educación es considerada como eje vertebrador, es decir, es parte de la formación del individuo y que según la Ley de Educación 66-97 en su artículo no.4 “es un derecho permanente e irrenunciable del ser humano”, para su desarrollo a lo largo de la vida, asimismo, permite que a través de su evolución adquiera los conocimientos y las herramientas necesarias para enfrentarse a la sociedad. En ese mismo orden, Paulo Freire sostiene que “la educación verdadera es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo”.

Tomando como referencia los conceptos básicos de la definición anterior, es de reflexionar si hoy en día el hombre se acoge a la Praxis y la Acción en búsqueda de cambios y transformación para sostener una sociedad digna, lo cual, de ésta depende la transformación de una colectividad en el medio que se desenvuelva. Ahora bien, ¿esta concepción de cambios se le atribuye solo a la escuela y a lo que allí se imparte? Definitivamente, enseñar hoy en día en la escuela dominicana ha sido señal de retos y desafíos, esto debido a las diferentes aristas que demanda el gran papel de ser docente.

En vista de tantas realidades que vive hoy la republica dominicana; desde familias disfuncionales, problemas sociales, económicos, fronterizos, racistas y políticos, entre otros… he más que un desafió ofrecer conocimientos. Los maestros más que ser paradigmas de fomentar sapiencia, se han visto en la necesidad de ser acopio, en virtud de todas las necesidades que presenta el alumno allí, en vista de tal situación, se hace imposible llevar una educación de calidad; esto debido a las demandas que reflejan los estudiantes en su accionar cotidiano durante el desarrollo de las clases, lo que limita que estos se destaquen en el nivel de competencias que demanda la educación acorde al grado, y edad de este.

Prueba de estas dificultades que limitan a cabalidad el total de conocimientos se pu ede observar en las diferentes pruebas y diagnósticos que han realizados las diferentes instituciones de la evaluación de la calidad, tales como: PISA, IDECI INEVAL, entre otros. Cuyos resultados cada vez son más desastrosos.

La educación ha de considerarse integradora, esto así, donde la familia tenga un grado de compromiso y apoyo, que sustente la formación y los valores desde el hogar., La educación, como medio del desarrollo individual y factor primordial del desarrollo social, es un servicio de interés público nacional, por lo que es una responsabilidad de todos. (Ley de Educación Dominicana, art.04. pg.2).

En fin, si se requiere de una mejor calidad educativa se debe promover y concienciar a todos los organismos responsables para que esta se transforme desde un enfoque colectivo y dinámico que peerme el accionar y contribuya a la mejora, desde la familia, la escuela, la sociedad y demás intereses que demanda ésta.

https://www.eljaya.com/178657/retos-y-desafios-de-la-educacion-en-la-republica-dominicana/

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