Una apuesta por la educación

MARIANO JABONERO BLANCO

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es un plan global a favor de las personas

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, es un plan de acción global a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que atribuye a la educación un valor estratégico. Entre los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS), el número 4 establece como compromiso: “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.

Una agenda que responde al nuevo escenario mundial y a una sociedad con nuevas necesidades y diferentes aspiraciones que, por encima de redundantes y estériles debates, es consciente de la exigencia de disponer de más y mejor educación para hacer frente a un incierto futuro cuyos empleos aún no existen y ni siquiera podemos adivinar.

Las políticas que fueron relevantes en el siglo pasado, fundamentadas en paradigmas psicopedagógicos y presupuestarios de entonces, están siendo objeto de revisión en el marco de la nueva agenda mundial. A título de ejemplo, en Iberoamérica el cumplimiento de metas cuantitativas en cuanto a cobertura educativa, junto con una generalización de la aplicación de pruebas de evaluación externa y estandarizada de la educación y un fuerte incremento en la inversión educativa, han sido esfuerzos que no se han traducido, frente a los pronósticos y esperanzas depositadas tiempo atrás, en significativas mejoras de la calidad y equidad educativa.

De acuerdo con lo descrito, es evidente que para alcanzar el objetivo educativo previsto en los ODS es necesario trabajar de otra manera, con otras prioridades y aliados y tener presente que no siempre más es sinónimo de mejor.

Un reciente informe de la Oficina Internacional de Educación (OIE) de UNESCO aporta un completo análisis y propuestas, entre las que en esta reflexión solo abordaremos las referidas a los logros de los alumnos, los genuinos protagonistas de la educación.

En primer lugar, es urgente universalizar y mejorar la educación infantil. El nobel de economía J. Heckman demostró que la inversión social que más retorno genera es la realizada en esta etapa educativa. Investigadores, como Melina Furman, aseguran que es en esos años cuando mejor se puede desarrollar mentes curiosas, mediante la formación precoz del pensamiento científico y tecnológico. Las competencias científicas, tecnológicas y matemáticas —las STEM por sus siglas en inglés— deben ocupar una posición privilegiada en la actividad educativa desde estos momentos iniciales, así como su concreción didáctica mediante la realización de proyectos o resolución de problemas. En segundo lugar, destacamos la lectura, por ser la competencia que mejor contribuye a garantizar un futuro educativo y personal prometedor. Competencia que abre todo tipo de oportunidades para el aprendizaje, para relacionarse con las personas y el mundo y para disfrutar. La formación de lectores desde la primera infancia es una prioridad, así lo demuestran ejemplos como el excelente programa de la Presidencia de la República de Colombia: “De Cero a Siempre”.

Las competencias no cognitivas cuentan y mucho. Una encuesta del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cumplimentada por empleadores de diferentes países y áreas de producción, demuestra que estas competencias son las más valoradas por ellos, por encima de las generales o específicas, a la hora de cubrir puestos de trabajo.

Las evaluaciones de la educación aportan ingente cantidad de información, siempre devuelta a la sociedad, sin que con frecuencia sea interpretada correctamente y, menos aún, sirva como evidencia para construir políticas efectivas de mejora; información en la que apenas se reconoce el valor de las competencias no cognitivas. Según el investigador Javier Ferri, el empeño puesto en su correcta realización, además de sus logros en términos de aprendizajes, predice resultados educativos y sobre el futuro laboral muy asociados con el valor de la perseverancia y la capacidad de esfuerzo.

Extensión y mejora de la educación infantil, promoción de la lectura y desarrollo de competencias tecnológicas, matemáticas y científicas, así como las no cognitivas, son estrategias claves, de fácil consenso y rápida implementación, cuya contribución es decisiva para alcanzar el objetivo educativo previsto en la Agenda 2030.

Fuente de la articulo:https://elpais.com/elpais/2018/01/11/opinion/1515689806_617331.html

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Educación para el siglo XXI misión de la UNESCO

La UNESCO ejerce el liderazgo mundial y regional en materia de educación, refuerza los sistemas educativos en el mundo entero y responde a los desafíos mundiales mediante la enseñanza, con la igualdad de género como principio subyacente.

Su labor abarca el desarrollo educativo, del prescolar a la educación superior e incluso más allá. Entre los temas figuran la ciudadanía mundial y el desarrollo sostenible; los derechos humanos y la igualdad de género; la salud, el VIH y el SIDA, y el fomento de la enseñanza técnica y la formación profesional.

Fuente: http://es.unesco.org/themes/education-21st-century

 

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Agenda 2030, el desafío del primer año de implementación

Naciones Unidas, 31 de diciembre de 2016. Fuente: Prensa Latina (PL)
La comunidad internacional enfrentó durante 2016 el reto de avanzar en la implementación de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible.

Esta es una ambiciosa plataforma lanzada desde Naciones Unidas para transformar el mundo en un lugar de progreso humano inclusivo y armonía con la naturaleza.

Adoptada en septiembre de 2015 por los 193 Estados miembros de la ONU, la nueva agenda, que da continuidad a las metas del milenio fijadas para el período 2000-2015, consiste en 17 objetivos de desarrollo para los próximos 15 años, con la erradicación de la pobreza y la reducción de las desigualdades como centro.

A juicio del asesor especial del Secretario General de las Naciones Unidas para la Agenda 2030 y el cambio climático, David Nabarro, aunque resta un largo camino por andar, el año que concluye deja significativos progresos.

‘Creo que lo más importante es que los gobiernos han reaccionado de una manera muy favorable, porque han colocado los objetivos de desarrollo sostenible en la prioridad de su gestión’, afirmó en entrevista con Prensa Latina.

 

De acuerdo con el experto, se apreció interés en internacionalizar la meta de no dejar a nadie atrás, consigna que guía la agenda, algo fundamental en un mundo de tantas diferencias entre ricos y pobres.

Necesitamos a partir de ahora el compromiso de los líderes mundiales y el decisivo aporte de todas las sociedades, para traducir en realidad los 17 objetivos trazados en septiembre de 2015, advirtió el médico británico, encargado de coordinar los esfuerzos para derrotar la epidemia de ébola en África Occidental y con la responsabilidad actual de hacer lo mismo con el cólera en Haití.

Nabarro consideró que el éxito de alcanzar las transformaciones propuestas pasa por una alianza entre los gobiernos, la sociedad civil, el sector privado y los académicos, con la cual los jóvenes se sientan plenamente identificados.

LO QUE BUSCA CAMBIAR LA AMBICIOSA AGENDA

El calificativo de ambiciosa encaja a la perfección en el caso de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, a partir del enorme sufrimiento humano que intenta superar.

Erradicar la pobreza en todas sus formas, el primero de los 17 objetivos, representa un complejo reto, porque el flagelo azota en su variante más extrema a 830 millones de personas; mientras la eliminación del hambre -la segunda meta- busca poner fin a la situación que viven alrededor de 800 millones de seres humanos.

La mayoría de los afectados por la pobreza extrema y la carencia de alimentos residen en los países en desarrollo.

Según la ONU, anualmente mueren más de seis millones de niños menores de cinco años, la mitad de ellos por una pobre nutrición, fenómeno concentrado en África Subsahariana y el sur del continente asiático.

No menos urgente y difícil resulta materializar los objetivos del acceso inclusivo a la salud, la educación y la sanidad, así como el empoderamiento de la mujer y la igualdad de género.

Las estadísticas de Naciones Unidas reflejan a 57 millones de niños fuera de las aulas en el planeta, a una de cada tres féminas golpeadas por la violencia y a dos mil 400 millones de personas con falta de acceso a condiciones básicas de sanidad, en particular a baños o letrinas.

La Agenda contiene además las metas de llevar para 2030 la energía sostenible y moderna a todos, el impulso al crecimiento económico y el empleo decente, la promoción de ciudades y asentamientos humanos seguros e inclusivos y el alcance de patrones sostenibles de producción y consumo.

También establece la lucha contra el cambio climático, la protección de los océanos y los bosques, y el combate a la desertificación y la pérdida de la biodiversidad.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, aseguró que la Agenda 2030 representa una oportunidad de hacer del planeta un lugar más digno, donde desaparezca la pobreza en todas sus formas.

Por su parte, el presidente de la Asamblea General en su 71 Período de Sesiones, Peter Thomson, destacó el objetivo central de la plataforma de progreso humano, no dejar a nadie atrás en el desarrollo sostenible.

Ambos coincidieron en la importancia de la voluntad política y del compromiso de los gobiernos y de toda la sociedad, en aras de traducir en progresos concretos la agenda.

PENSAR EN LOS MÁS VULNERABLES

De acuerdo con la directora del Fondo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, Paloma Durán, la implementación de los 17 objetivos constituye un desafío sin precedentes para la humanidad.

‘Lo que importa es que las personas en situación vulnerable mejoren su vida’, afirmó en entrevista con Prensa Latina.

Para la catedrática española, esa meta implica la responsabilidad de todos los países, tanto en desarrollo como industrializados, de invertir recursos y crear el clima social adecuado para la materialización de los objetivos de la Agenda 2030, una iniciativa adoptada el año pasado para reducir la pobreza y las desigualdades.

Esto requiere voluntad para la toma de decisiones, pero también posturas prácticas en sintonía con las situaciones en el terreno, subrayó.

A su juicio, se ha consolidado en este año la voluntad política de los Estados miembros de la ONU para convertir en resultados la nueva agenda, aunque es muy pronto para realizar evaluaciones sobre el progreso en la implementación.

Según Durán, el sistema de las Naciones Unidas hace su parte, trabajando en diferentes instrumentos para la correcta implementación de las metas acordadas en septiembre de 2015.

En el caso del Fondo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ejecuta programas en 22 países por 70 millones de dólares, precisó.

La experta aseguró que los resultados son alentadores, porque han mejorado la vida de al menos un millón de seres humanos.

Eso es nada comparado con las necesidades existentes, pero me parece que demuestra que los que hacemos tiene un impacto real en las personas vulnerables, destacó.

Fuente noticia: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=52691&SEO=agenda-2030-el-desafio-del-primer-ano-de-implementacion

Autor imagen: Paolo Calleri | Karikaturist

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