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Ayotzi ocho años después: fue el Estado, es el Estado y seguirá siendo el Estado. ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!

Por: Marcelino Guerra Mendoza, Roberto González Villarreal, Lucía Rivera Ferreiro. Columna: CORTOCIRCUITOS

«No hay mayor ignominia que la militarización del país en todo momento…»

A ocho años de la desaparición forzada de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, el mapa del ejercicio del poder del Estado autoritario ha crecido desproporcionadamente. Por un lado, se normaliza paulatinamente el envío de iniciativas del ejecutivo federal al poder legislativo para ser convertidas en leyes que constituyen, de facto, no solo una traición hacia la población en general, sino una afrenta, una burla para las comunidades, familias y estudiantes de la normal rural Isidro Burgos de Ayotzinapa.

Sin saber la verdad, ni recibir justicia, madres y padres de algunos de los desaparecidos han fallecido, pero nunca desfallecieron ni abandonaron la búsqueda de sus hijos. En contraste, el Estado se ha empecinado en desestimar las exigencias, denuncias y protestas de las familias en la búsqueda y localización de sus hijos.

El caso no está resuelto. ¿Dónde están?, es la pregunta que se hacen todos los días los padres de los jóvenes, la misma que el Estado no ha sido capaz o no ha querido responder.

En lugar de respuestas, tenemos cada vez más leyes que sitúan al país en la ruta de la militarización: ahí está la iniciativa de otorgar al ejército y la marina el control de la seguridad en todo el país, traspasando funciones de vigilancia a una guardia nacional militarizada, bajo el mando de la SEDENA. Ante los cuestionamientos sobre este giro, después de que en campaña declarara insistentemente que de ganar las elecciones regresaría al ejército a sus cuarteles, AMLO se ha limitado a responder: Cambié de opinión. 

En la desaparición forzada de los 43 estudiantes, los militares estuvieron directamente involucrados, así lo afirmó hace unas semanas Alejandro Encinas, presidente de la Comisión para la Verdad y la Justicia  (Soldados, liderados por “El Coronel”, mataron y desaparecieron a 6 de los normalistas); si el ejército ha sido artífice y protagonista de cientos de miles de desapariciones forzadas y torturas, y su participación activa ha sido comprobada más en el caso de los estudiantes rurales, ¿por qué habíamos de creer que concediéndole el mando de la seguridad civil, las cosas serían diferentes?.

No caigamos en el garlito de que todo sucedió en el periodo neoliberal de Peña Nieto, eso es un hecho, nadie dice lo contrario. Aquí lo fundamental es tener claro, nunca olvidar ni pasar de largo que a 4 años del gobierno de la IV T, el mismo que prometió esclarecer los hechos y acabar con la impunidad, no existen respuestas, tampoco indicios de que realmente interese conocer la verdad, alentar la búsqueda para dar con el paradero de los estudiantes desaparecidos.

¿Para qué formar una Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa, con todos los recursos a su alcance, que se supone debía esclarecer en forma expedita lo ocurrido, pero no es capaz de responder la pregunta, la única cuya respuesta esperan finalmente recibir sus familias y la sociedad entera? Inevitable pensar en una explicación posible: ésta, como tantas otras comisiones que se han formado para fines similares, lo único que muestran es una complicidad extrema con el pasado neoliberal, al tiempo que marcan el escenario militar para continuar profundizando la impunidad.

A ochos años de lo ocurrido y a 4 años de la 4T, el mapa del autoritarismo del Estado transformador de la realidad nacional, es cada vez es más preocupante y grave; las desapariciones forzadas continúan, los feminicidios aumentan, el asesinato de periodistas, activistas y luchadores sociales no cesan; los levantones en el territorio nacional están presentes y la indolencia e insensibilidad de los tres órganos de gobierno para la atención de estos acontecimientos son cada vez más latente.
No hay mayor ignominia que la militarización del país en todo momento, pero a ocho años de la desaparición forzada de los 43 futuros maestros rurales y a cuatro años de gestionar su desaparición con una búsqueda sin resultados concretos, pinta de cuerpo entero al actual gobierno: como un Estado neoliberal con tintes progresistas investido de un discurso disonante de las acciones cotidianas que ratifica, una vez más la máxima popular: FUE, ES Y SERÁ EL ESTADO.

¡PORQUE VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!

Fuente de la información: Insurgencia Magisterial

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México: “No hay diferencia del gobierno anterior con el actual y es desesperante para nosotros”: padres y madres de Ayotzinapa

Por: Gloria Muñoz Ramírez Y Erika Lozano

“Lamentablemente no hay avances, no sabemos dónde están nuestros hijos. No hay diferencia del gobierno anterior al gobierno actual y es desesperante para nosotros”, dijo hoy Emiliano Navarrete, padre de José Ángel Navarrete, en el mitin en el Hemiciclo a Juárez, a 80 meses de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Navarrete recordó que “el gobierno federal dijo que habría un cambio y nos abrieron las puertas, y ahora hay un fiscal especial para la investigación. Nos dieron esperanza cuando nombraron todo eso, ¿pero de qué sirve? Tienen detenidos y no dicen nada. Queremos que digan la verdad”.

Madres y padres de los 43 marcha en la Ciudad de México a 80 meses de la desaparición forzada de sus hijos. Foto: Erika Lozano

Hoy, como cada 26, las madres y padres de Ayotzinapa volvieron a salir a las calles para reclamar la verdad sobre el paradero de sus hijos. Marcharon del Ángel de la Independencia al Hemiciclo a Juárez, en la Alameda Central, donde a su exigencia de la presentación de los estudiantes, sumaron la de la liberación de los 19 normalistas de Mactumactzá, Chiapas, presos desde el pasado 18 de mayo.

Los rostros conocidos de las madres y padres de los normalistas volvieron a recorrer la avenida Reforma de la Ciudad de México, haciendo una simbólica parada en el Antimonumento a los “43 y más”, donde realizaron el pase de lista con cada uno de los nombres de los estudiantes desaparecidos en Iguala, Guerrero, la noche del 26 de septiembre del 2014. Detrás de ellos caminó el contingente de Mactumactzá, conformado por jóvenes que exigen justicia para sus compañeros “encarcelados por luchar por una educación digna”. La comunidad otomí que mantiene tomadas las instalaciones del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) marchó detrás, junto al resto de las organizaciones sociales que mes con mes acompañan la “exigencia de verdad”.

Integrantes de la comunidad otomí, quienes sotienen la toma del INPI, se solidaridan con los padres y madres de Ayotzinapa. Foto: Erika Lozano.

“Hasta el día de hoy el gobierno no ha puesto una respuesta en la mesa. ¿Cuándo vamos a tener una investigación que dé esperanzas como las que dio el presidente cuando fue electo? Lo vemos difícil. Por eso estamos en la tarea de realizar actividades de búsqueda y recorrer lugares donde el gobierno menciona que participaron elementos de Cocula, de Iguala, del 27 Batallón, de los federales”, reclamó José Ángel Navarrete en nombre de la comisión de padres y madres.

Normalistas exigen la libertad de los detenidos en Chiapas. Foto: Erika Lozano.

Y siguieron las preguntas: “¿Qué está haciendo el actual fiscal con los elementos de seguridad involucrados en la desaparición de nuestros hijos? ¿Por qué se le dificulta al gobierno llegar a la verdad?”. Ante la falta de respuestas, explicaron, ahora están recorriendo comunidades de Guerrero recabando información “para dársela al fiscal, por si él no puede”. Al mismo tiempo, apelaron a que “si algún ciudadano o ciudadana que sepa algo del paradero de nuestros hijos nos pueda decir”.

Los padres y madres fueron firmes. El beneficio de la duda al actual gobierno tienen una vigencia, y “no vamos a permitir que no se le dé seguimiento a la información importante, como el anterior gobierno que no hizo nada”, finalizó Navarrete.

Fuente e imagen: https://desinformemonos.org

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México: educadores y educadoras rememoran a las víctimas del pasado y del presente.

América del Norte/México/24.10.2017/Autor y Fuente: http://www.ei-ie-al.org/

Huracanes y terremotos han golpeado a México en los recientes días, provocando desolación por la gran cantidad de decesos. En medio de estas situaciones recientes, educadores y educadores de ese país y del mundo rememoran a los 43 estudiantes de Ayotzinapa, a 3 años de su desaparición forzada.

En medio de acciones de rescate, reconstrucción y recuperación, educadores del mundo expresan su solidaridad con las víctimas, sus familiares y las escuelas afectadas.

Presión internacional para realizar investigación

Una campaña internacional liderada por la Internacional de la Educación también ha vuelto a dirigir la atención a la desaparición forzada de 43 estudiantes de educación de la Escuela Normal de la zona rural de Ayotzinapa. Ellos fueron secuestrados hace 3 años cuando iban camino a una manifestación en la capital, México D.F.

Más de 600.000 personas han sido alcanzadas a través de las redes sociales después de que cientos respaldaron la campaña en línea «¡Justicia para los 43 desaparecidos!» y su versión en inglés «Justice for the missing students!».

Fuente: http://www.ei-ie-al.org/content/m%C3%A9xico%3A-educadores-y-educadoras-rememoran-a-las-v%C3%ADctimas-del-pasado-y-del-presente

Imagen: http://ei-ie-al.org/sites/default/files/styles/medium/public/content/20170926_ayotzinapa.jpg?itok=ahZE3_gW

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México: campaña mundial para exigir justicia para 43 estudiantes mexicanos desaparecidos

 

América del Norte/México/ Prensa IE

Una campaña mundial para señalar los tres años transcurridos desde la desaparición forzada de 43 estudiantes normalistas (escuela para maestros de primera enseñanza) en México reclama nuevamente una investigación, reparación y justicia.

Durante tres años, las familias de los desaparecidos, ciudadanos privados y la comunidad internacional, incluyendo los sindicatos de la educación y las organizaciones de derechos humanos, han exigido y siguen exigiendo justicia para los 43.

El 26 de septiembre de 2014, estudiantes de la escuela para docentes rurales de Ayotzinapa se reunieron con el fin de dirigirse a la Ciudad de México para asistir a la conmemoración del aniversario de la Matanza de Tlatelolco de 1968, donde fueron asesinados de 300 a 400 estudiantes y civiles por militares, policías y agentes de inteligencia para suprimir la oposición política. Durante su viaje, los 43 estudiantes de Ayotzinapa fueron detenidos, arrestados y nunca más se volvió a saber de ellos.

“Encontrar a los estudiantes no es una cuestión de información ni de recursos, sino de voluntad política”, afirmó Fred van Leeuwen, Secretario General de la Internacional de la Educación (IE). “Las autoridades tienen que permitir y apoyar una investigación exhaustiva e independiente del acontecimiento y restaurar la dignidad de 43 familias en duelo”, añadió.

Con motivo del tercer aniversario de su desaparición, la IE está poniendo en marcha una campaña mundialpara exigir justicia y una investigación exhaustiva e independiente.

Sume su voz a la campaña para exigir la verdad haciendo clic aquí.

Fuente:

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México: Las 43 razones para no olvidar Ayotzinapa #43CoRazones

México/17 agosto 2017/Fuente: Huffingtonpost

Una cada día hasta que se cumplan los tres años de la desaparición forzada de los estudiantes normalistas.

La noche del 26 de septiembre de 2014, 43 estudiantes de la escuela normal rural de Ayotzinapa «Raúl Isidro Burgos», en Iguala, Guerrero, desaparecieron y, desde entonces, el caso ha estado lleno de inconsistencias.

A 43 días de que se cumplan 3 años de la desaparición forzada de los jóvenes, el Centro Prodh, Tlachinollan, Fundar y Serapaz lanzan la campaña #43CoRazones para no olvidar Ayotzinapa.

Aquí la primera razón, compartida este 15 de agosto:

TWITTER.

Los padres de los 43 han exigido que la investigación sobre la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa ahonde en la participación del Ejército y de la Policía Municipal de Huitzuco, además de incluir el trasiego de drogas en el camino Iguala-Guerrero y atender las líneas de investigación que marcó el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI).

La Cámara de Diputados designó el 26 de septiembre como «Día Nacional contra la Desaparición Forzada de Personas», fecha en que se suscitó la desaparición de los 43 estudiantes de la escuela normal rural de Ayotzinapa «Raúl Isidro Burgos», en Iguala, Guerrero.

Asimismo, el pasado 31 de julio, el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, informó que el caso Ayotnizapa es un expediente abierto en el que la sociedad y sobre todo, los familiares de las víctimas desaparecidas, necesitan tener plena certeza de qué fue lo que ocurrió.

Desde luego que es un expediente, en donde está, es un expediente abierto, es un expediente en donde todavía la sociedad mexicana necesita conocer detalles que faltan, para tener certeza sobre el paradero de los 43 jóvenes».Luis Raúl González Pérez.

LAS IRREGULARIDADES

CUARTOSCURO.

Luego de que la investigación el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) terminara por señalar irregularidades de la investigación de la Procuraduría General de la República sobre los hechos ocurridos la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, incluyendo omisiones graves y presunta manipulación de pruebas, hay pistas que todavía no han sido atendidas y que podrían ayudar a saber qué pasó con los normalistas desaparecidos por policías municipales en complicidad con el crimen organizado.

Un caso emblemático que evidenció la incapacidad del gobierno y su intento por ocultar la verdad, señalaron padres de los normalistas desaparecidos y expertos consultados por el HuffPos justto en septiembre pasado, en esta revisión al caso donde el papel de Tomás Zerón de Lucio al frente de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) adquiere un lugar central. Una historia en la que un hueso de extraña procedencia, varios teléfonos sin identificar y el papel del Ejército son piezas clave para resolver el caso y dar con el paradero de los 43.

CUARTOSCURO.

Una de las mayores revelaciones del segundo informe del GIEI fue la manera en que Tomás Zerón fue captado en la escena del Río San Juan un día antes de que se realizara la investigación oficial, en la que se encontró un hueso perteneciente a uno de los normalistas, Alexander Mora. Este acontecimiento, al ser borrado del expediente de la PGR, genera sospechas de que la visita de Zerón en dicha zona tuvo el fin de sembrar pruebas y manipular los hechos a favor de la «verdad histórica» proclamada por el exprocurador, Jesús Murillo Karam, quien aseguró que los normalistas fueron asesinados y calcinados en el basurero de Cocula.

De acuerdo con el informe del GIEI, el expediente de la PGR señala que 29 de octubre de 2014 se encontró una bolsa con un hueso en el Río San Juan por un grupo de buzos de la Marina. Sin embargo, un día antes, varios videos registraron la presencia de Zerón en dicha zona, acompañado de manera irregular por uno de los detenidos,Agustín García Reyes alias «El Chereje», al mismo tiempo que algunas personas manipulaban una bolsa con huesos prácticamente igual a la que sería encontrada un día después. Un hecho para el cual no existe justificación alguna.

Fuente: http://www.huffingtonpost.com.mx/2017/08/15/las-43-razones-para-no-olvidar-ayotzinapa-43corazones_a_23078604/?utm_hp_ref=mx-mexico

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México: Gobierno y organismos internacionales silencian caso Ayotzinapa

México/Julio de 2017/Fuente: Telesur

A 34 meses de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, el silencio por parte del Estado mexicano y la OEA ha sido condenado por la mayoría del pueblo mexicano.

El caso de Ayotzinapa ha sido considerado como una de las violaciones de derechos humanos más grande de  México, la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Rural Raúl Isidro Burgos ha sido repudiado por organismos internacionales, sin embargo, otros han preferido mantenerse ausentes.

La Organización de las Naciones Unidas rechazó de forma contundente el hecho, tanto por parte del relator de tortura, como la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), al igual que el grupo de forenses independientes.

El relator de tortura Juan E. Méndez emitió un informe en 2015 sobre la violencia en México, en el que denunció que este fenómeno en el país centroamericano es generalizado y queda impune.

El Gobierno mexicano desde que sucedió el hecho de los estudiantes ha tratado de silenciarlo, al no permitir la investigación de los entes internacionales para averiguar lo ocurrido.

La CIDH enviaron a miembros del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) para investigar la desaparición de los estudiantes, acusó al Gobierno de México de haberlo espiado sus teléfonos celulares a través de un software para entorpecer las averiguaciones.

Por su parte, la Organización de Estados Americanos (OEA) no se ha pronunciado ante el caso Ayotzinapa ni sobre ninguno relacionado a derechos humanos, a pesar de mostrarse presuntamente interesada por casos de DD.HH. en el caso de México se mantiene ausente.

Venezuela propuso ante la OEA debatir el caso de los estudiantes, sin embargo, la organización decidió no incluirlo en los puntos a tratar en la plenaria de la Asamblea.

A pesar de sus intereses sobre la situación del país suramericano en relación a los DD.HH. la desaparición de los estudiantes no es aceptado como tema para debatir.

A pesar de sus intereses sobre la situación del país suramericano en relación a los DD.HH. la desaparición de los estudiantes no es aceptado como tema para debatir.

>> Nueva pista del paradero de los 43 de Ayotzinapa en México

México es considerado uno de los países más violentos, tanto por los cambios de conducta de los habitantes como el alto nivel de delincuencia organizada registrado en la región.

Desde inicio de 2017 hasta julio se han registrado al menos 9.916 víctimas que se mantiene en averiguaciones por homicidio doloroso, lo que significa un récord.

Fuente: http://www.telesurtv.net/news/Gobierno-y-organismos-internacionales-silencian-caso-Ayotzinapa-20170726-0022.html

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Nunca acaba la infamia de los 43 de Ayotzinapa Diana del Ángel: Procesos de la noche

Por: Elena Poniatowska

El cuerpo de Julio César Mondragón fue abandonado en una calle de Iguala y quienes lo torturaron querían que su mensaje no pasara inadvertido; esto se ve desde el momento en que alguien –no se sabe quién– tomó la fotografía que circuló en las redes sociales. Así es como Marisa Mendoza se enteró de que el cuerpo expuesto era el de su marido y el padre de su hija Melisa, quien acababa de cumplir dos meses.

Diana del Ángel acompañó a la familia Mondragón y a la abogada Sayuri Herrera durante más de dos años en un largo proceso que culminó con la exhumación del cuerpo del estudiante normalista de Ayotzinapa. Durante todo este tiempo, Diana no dejó de escribir en una libreta todo lo que veía y sentía. Testigo de la burocracia gubernamental y jurídica, se indignó con la forma descarada con la que la ley entorpece la búsqueda de la verdad.

El peregrinar de la autora junto a los protagonistas de esta tragedia empezó un 2 de noviembre de 2014 con la ofrenda del Día de Muertos que Afrodita Mondragón, mamá de Julio, pone en su casa. La descripción de la ofrenda en una fecha tan significativa para los mexicanos es el punto de partida del dolor de la madre, la esposa, el hermano y los tíos de Julio (también normalistas). Los panes, la fruta, los dulces, las veladoras y la cera nueva que dejan los vecinos frente al altar alimentan la pesadilla que significa ser joven, ser pobre, ser indígena y ser estudiante normalista en México.

¿Por qué tanto odio a los normalistas?

El paisaje de fondo de estas páginas que jamás debieron escribirse nos golpea, porque en un país normal esta joven ensayista estaría dedicada al estudio de la poesía de César Vallejo, Jaime Sabines y Carlos Pellicer, o a la poesía y la prosa de Rosario Castellanos, de Juan Rulfo, José Revueltas o Juan Villoro o José Emilio Pacheco o a las crónicas de Monsiváis o Fabrizio Mejía Madrid, en lugar de descender al abismo para documentar nada menos que un desollamiento, que en cualquier país del mundo –si es que se practica– es sinónimo de locura, de barbarie, de salvajismo y de monstruosidad.

Miro el rostro de la niña Diana del Ángel y me pregunto en qué país vivo, en qué país una niña como ella se pone a investigar una muerte y a acompañar a una familia entera en el estado de Guerrero en vez de vivir sus años de estudiante a la sombra de ahuejotes, árboles de chirimoyas, guanábanas y naranjos. ¿Qué país es este, señoras y señores, diputados y senadores, para que una niña tenga que sentarse a escribir no sólo sobre el asesinato, sino del desollamiento?

¿Por qué nadie la llevó a la playa? ¿Por qué nadie le cortó buganvilias? ¿Quién le dijo: Siéntate y acuchíllate y escribe sobre este suceso atroz que finalmente nos concierne a todos? ¿Qué diría Elena Garro, quien pasó toda su infancia en Iguala subida en los árboles frutales de la casa paterna jugando con su hermana Devaki al enterarse de que 60 años más tarde en vez de escribir una ronda de limón partido, dame un abrazo que yo te pido, Diana intentaría explicarse el significado de la muerte sin rostro del normalista Julio César Mondragón?

Diana del Ángel es una joven poeta, ensayista y defensora de derechos humanos, ganadora de la Primera Residencia de Creación Literaria Ventura/Almadía en Oaxaca gracias a la cual pudo terminar Procesos de la noche, libro que impacta y conmueve profundamente al ver reflejadas en sus páginas la impotencia, la angustia y las tramposas peripecias jurídicas que tuvieron que sufrir los familiares y la abogada de Julio César Mondragón, torturado y asesinado el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, en una de las noches más negras de nuestra reciente historia, cuando 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecieron y otros nueve fueron asesinados.

La palabra desollado –escribe Diana– aparece 183 veces en 134 documentos históricos “según el corpus diacrónico del español”. Procesos de la noche se suma a esa cifra porque se vincula inevitablemente al destino de Julio César Mondragón.

Las palabras ligadas a Julio Mondragón que Diana del Ángel consigna en su texto son desollado, tortura, víctima, inhumar y exhumar. Son tan horrendas que hacen que uno se pregunte si quizás en algunos años reinhumar no sea el triste aporte de México a la Real Academia de la Lengua como ya lo fue feminicidio. Porque en estas tres palabras (inhumar-exhumar-reinhumar) se sostienen las casi 200 páginas de un libro que combina crónica y ensayo en una apuesta a la memoria y a la solidaridad.

Si hay algo que salta a la vista es la inmensa solidaridad de la autora con la víctima. A lo largo de su relato, Diana la ensayista intercala testimonios de amigos, compañeros y familiares en un intento por reconstruir el rostro de Julio César Mondragón.

El 17 de agosto de 2015 se inicia el trámite en el Primer Juzgado del Tribunal Superior de Justicia de Iguala para pedir la exhumación del cuerpo y que en la necropsia intervenga el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Luego vendrán la Procuraduría Judicial de Guerrero, el Servicio Médico Forense de Iguala, el Museo Tecnológico de la Comisión Nacional de Electricidad (segunda reunión de la Presidencia de la República con familiares), el Salón Presidentes del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México, el Registro Nacional de Víctimas en la colonia del Valle, el Panteón de San Miguel Tecomatlán, estado de México, la Coordinación de Servicios Periciales de la Procuraduría General de la República (PGR) en Ciudad de México, Jalapa, Veracruz…

Una vez que se logra la exhumación del cuerpo de Julio tanto los peritos argentinos como los designados por la PGR coinciden en que la muerte se produjo por tortura y no por arma de fuego, pero no se ponen de acuerdo en cuanto al desollamiento, y en este punto sólo pueden hablar de sus diferencias. Desde que se exhumó el cuerpo hasta la reinhumación pasaron más de tres meses: por tres juzgados de la República, de llamadas, negativas, solicitudes, negativas, peticiones, negativas, exigencias, negativas, negligencia, insensibilidad.

El cuerpo de Julio César Mondragón, tal como consigna de manera impecable Diana del Ángel, no tuvo paz desde la noche del 26 de septiembre de 2014, cuando murió a causa de tortura: una primera autopsia plagada de irregularidades (el perito puso el globo ocular que se había desprendido dentro del pecho sin dejar constancia de ello); exhumado y sometido a una necropsia que implicó desprenderle el cráneo y tallar parte de sus huesos; almacenado en una morgue por más de tres meses debido a la burocracia judicial y finalmente reinhumado en un segundo sepelio al que su abuelo, Teófilo Raúl Mondragón –quien siguió el proceso desde el principio–, no pudo asistir porque murió en el transcurso de las gestiones.

En estas páginas vemos a una familia destruida que tiene que pasar dos veces por el mismo infierno; una justicia cuya ineficacia e insensibilidad asquean; pero, sobre todo, una serie de antesalas, de esperas, de ires y venires, en las que lo que salta a la vista es el nulo interés por indagar la verdad y por demostrar un mínimo de calidad humana.

El de Julio César Mondragón es uno de los casos más vergonzosos de nuestro país y de toda América Latina.

Procesos de la noche nos insta a no olvidar ni a dejar que la inercia nos gane: para que no se repita la historia, para que jóvenes talentosos como Diana del Ángel nunca más tengan que ser los cicerones de este dantesco infierno en que se ha convertido México.

Alguna vez, si conociera yo a Diana del Ángel, aunque sólo fuera de pasada, me gustaría atreverme a abrazarla y sobre todo a pedirle perdón por no ser capaz de levantarnos en vilo para ofrecerle otro país.

PD: Qué bueno que Almadía Ediciones y Guillermo Quijas, además de los consagrados como Vasconcelos, Le Clézio, Pitol, Villoro, Fadanelli, Alberto Manguel, Fabrizio Mejía Madrid y otros edite a una autora joven con un trabajo excepcional acerca de un tema que a todos nos debería de doler como a ella.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/06/25/opinion/a04a1cul

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