Venezuela: Maestros exigen dolarización del salario: «Ya ni podemos dar el niño Jesús a nuestros hijos»

América del Sur/Venezuela/noticierodigital.com

hoan Meléndez / 20 nov 2019.- Maestros y trabajadores de la educación exigieron en Caracas este miércoles al Gobierno de Nicolás Maduro la dolarización del salario, pues alegan que el sueldo no alcanza para subsistir y mucho menos para celebrar las navidades.

“Venezuela está destruida, es un plan genocida orquestado por el gobierno nacional… Queremos la dolarización de nuestros salarios porque la economía de nuestro país está dolarizada y por más que una persona pueda rebuscarse, no le alcanza”, manifestó Gricelda Sánchez, coordinadora del Sector Educativo de la Coalición Sindical Nacional a los medios.

Sánchez enfatizó que el sueldo es de 150.000 bolívares mensuales y un kilo de carne ya ronda los 120.000. “Ya no podemos hablar de Niño Jesús para nuestros hijos o para nuestros sobrinos (…) eso ya pasó a la historia de nuestro país”, afirmó.

Fuente: http://www.noticierodigital.com/2019/11/maestros-exigen-dolarizacion-del-salario-ya-podemos-dar-nino-jesus-hijos/

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Pasos hacia la «despetrodolarización»

Por: Hedelberto López Blanch

La proliferación de la política norteamericana de imponer sanciones económicas a los países que no le son afines se ha convertido en un arma de doble filo para la preservación del dólar como la principal moneda de reserva internacional.

Como expresa un viejo refrán: a grandes males, grandes remedios, y eso es lo que han estado haciendo varias naciones emergentes y en desarrollo cuya última acción fue anunciada por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, al notificar el pasado 8 de septiembre que su Gobierno venderá petróleo y otros productos en monedas distintas al dólar, en un esfuerzo para hacer frente a las restricciones financieras impuestas por Estados Unidos.

La obsesión estadounidense por derrocar a la Revolución Bolivariana le ha llevado a imponer numerosas sanciones contra Caracas para perjudicar su producción petrolera y por ende su economía, además de impulsar acciones terroristas y desestabilizadoras con la utilización de las fuerzas de derecha opositoras de esa nación.

En su alocución ante la televisión, Maduro informó de que comenzarán la venta de petróleo, gas, oro y todos los productos que vende el país con nuevas monedas, entre las cuales están el yuan chino, el yen japonés, el rublo ruso y la rupia india.

La nación sudamericana siempre ha reportado semanalmente en dólares el precio promedio de su cesta de crudos y productos, pero ya en la semana del 11 al 15 de septiembre el Ministerio del Petróleo presentó el valor en yuanes, 306.26 en la moneda china, equivalente a 46.76 dólares por barril (dpb) y proporcionó un tipo de cambio de referencia para hacer la conversión a dólares.

Tras las sanciones impuestas por Washington, como si fuera el regente del mundo, los bancos estadounidenses han rehusado recibir fondos públicos para pagos de importaciones o servicio de deuda y además Venezuela ha tenido dificultades para vender y cobrar sus barriles de petróleo, la mayor fuente de ingresos del país.

Los economistas consideran que el petrodólar es más importante para la dominación global estadounidense que la exportación de armas o la cultura hollywoodense, porque permite que Washington sea el mayor exportador de billetes de dólares, los que el mundo necesita para comprar petróleo.

La historia comienza desde los acuerdos de Bretton Woods, en 1944, cuando el oro era el sistema monetario basado en una cantidad fija de reservas del metal dorado almacenadas en bancos nacionales, lo cual limitaba los préstamos. Por entonces, Washington poseía el 70 % de las reservas del mundo, excluyendo a la ex Unión Soviética, y logró que el billete verde se estableciera como moneda de reserva en el orbe.

En los años 70 el dólar sufrió una dramática caída debido al crecimiento económico de Alemania y Japón y a la reticencia de Estados Unidos de ajustar sus políticas económicas para mantener el equilibrio dólar-oro.

En 1973, bajo el mandato de Richard Nixon, Estados Unidos logró que el rey Faisal de Arabia Saudita aceptara el pago en dólares por el petróleo que exportaba y que invirtiera los beneficios en bonos y letras de cambio del Tesoro estadounidense. A la par, Washington protegería a Riad de cualquier hipotética agresión.

Además, la administración de Nixon, separó el dólar de sus reservas de oro y comenzó a imprimir a diestra y siniestra su moneda con la cual inundó al mundo, sin que ésta tenga un valor real respaldada con las riquezas del país emisor.

Para 1975, todos los miembros de la OPEP acordaron cobrar su petróleo únicamente en dólares mientras los importadores de crudo debieron acumular sus excedentes comerciales en esa moneda, con el fin de comprar petróleo.

Con la abrupta demanda, el dólar se fortaleció, mientras los países productores del Golfo ponían sus excedentes del billete verde en obligaciones del Tesoro estadounidense lo cual posibilitaba un aumento considerable en su gasto público. Washington imprime desde entonces grandes cantidades de moneda sin tener un respaldo en oro.

La bonanza fue grande, y uno de sus resultados es que la actual deuda externa sobrepasa los 20 billones de dólares por lo que para mantener sus enormes importaciones, necesita la llegada diaria de miles de millones de dólares procedentes de China, (mayor acreedor de títulos del Tesoro público de Estados Unidos) las monarquías árabes, Japón y Corea del Sur.

Importante resultó que el Fondo Monetario Internacional (FMI) aceptara el yuan chino como moneda de reserva internacional a la par que el gigante asiático extiende sus intercambios comerciales en esa y otras divisas con Rusia, Irán, India y varias naciones asiáticas, europeas y latinoamericanas.

Rusia, desde antes de las sanciones norteamericanas en su contra, ya estaba adaptando sus bancos para no utilizar en sus transacciones al dólar.

Irán desde hace meses renunció a utilizar el billete verde en su comercio exterior. Kazajistán ha encargado recientemente al Banco Nacional la desdolarización de la economía de su país.

Hay que reconocer que la jugada venezolana es valiente y peligrosa pues todo país que luche contra el dólar es considerado una amenaza directa a la hegemonía económica estadounidense, y sus élites (empezando por el mandatario Donald Trump) intentarán resistir como sea este proceso.

Recordemos que una de las causas por las que el líder libio Muammar al-Gaddafi resultó derrocado y asesinado brutalmente en 2011 fue luego de decidir vender petróleo mediante un denominado dinar de oro para reemplazar al dólar y el euro.

Aunque la «despetrodolarización» se encuentre en constante jaque, los pueblos del mundo deberán estar alertas para que en Caracas no ocurra lo mismo que sucedió en Trípoli.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=231951&titular=pasos-hacia-la-%22despetrodolarizaci%F3n%22-

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Rusia, China y Arabia Saudita ponen en jaque la hegemonía del dólar

Asia/China/Octubre 2016/Noticias/http://www.cubadebate.cu/

 

La supremacía de Washington en el sistema financiero mundial recibió un golpe tremendo el pasado mes de agosto: Rusia, China y Arabia Saudita vendieron bonos del Tesoro de Estados Unidos por la suma de 37,900 millones de dólares, de acuerdo con la última actualización de datos oficiales publicada hace unos días. Desde una perspectiva general, las inversiones globales en la deuda del Gobierno estadounidense se desplomaron a su nivel más bajo desde julio de 2012. Es evidente, el papel del dólar como moneda de reserva mundial nuevamente se ha puesto en cuestión.

Ya en 2010, el almirante Michael Mullen, presidente de los Jefes del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, lanzó la advertencia de que la deuda representaba la principal amenaza para la seguridad nacional. A mi juicio, no es tanto que un alto nivel de endeudamiento público (actualmente por encima de los 19 billones de dólares) sea una piedra en el zapato para la economía estadounidense, sino que más bien para Washington es decisivo garantizar diariamente un enorme flujo de recursos desde el exterior a fin de cubrir sus déficit gemelos (comercial y presupuestario); es decir, para el Departamento del Tesoro es un asunto de vida o muerte vender títulos de deuda a todo el mundo para de esta manera poder financiar los gastos del Estado norteamericano.

Hay que recordar que tras la quiebra de Lehman Brothers, en septiembre de 2008, el Banco Popular de China se vio fuertemente presionado por Ben Bernanke, en aquel entonces presidente del Sistema de la Reserva Federal (FED), para que no vendiera sus títulos de deuda estadounidense. En un primer momento, los chinos aceptaron sostener el dólar. Sin embargo, ya en un segundo momento, el Banco Popular de China se resistió a comprar más bonos del Tesoro de Estados Unidos y, en simultáneo, puso en marcha un plan de diversificación de sus reservas monetarias.

Pekín ha venido comprando oro de forma masiva en los años recientes, y lo mismo ha estado haciendo el banco central de Rusia. En el segundo trimestre de 2016, las reservas de oro del Banco Popular de China alcanzaron las 1,823 toneladas frente a las 1,762 toneladas registradas el último trimestre de 2015. La Federación rusa por su parte, incrementó sus reservas de oro en alrededor de 290 toneladas entre diciembre de 2014 y junio de 2016, con lo cual, cerró el segundo trimestre de este año con un acumulado de 1,500 toneladas.

Frente a los brutales bandazos del dólar, es crucial comprar activos más seguros como el oro que, en momentos de gran inestabilidad financiera, actúa como un valor refugio. Por eso la estrategia de Moscú y Pekín de vender bonos del Tesoro de Estados Unidos para luego comprar oro ha sido seguida por muchos países: según las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), las reservas de oro de los bancos centrales del mundo alcanzan ya el nivel más alto de los últimos 15 años luego de registrar a principios de octubre un volumen total de casi 33,000 toneladas.

La geopolítica también está jugando su parte en la configuración de un nuevo orden financiero mundial. Tras la imposición de sanciones económicas en contra del Kremlin, a partir de 2014, la relación con China tomó gran relevancia para los rusos. Desde entonces, ambas potencias han profundizado sus vínculos en todos los ámbitos, desde la economía y las finanzas, hasta la cooperación militar. Además de comprometer el suministro de gas a China para las próximas tres décadas, el presidente Vladímir Putin construyó junto con su homólogo Xi Jinping una poderosa alianza financiera que busca terminar de una vez por todas con la dominación de la divisa estadounidense.

Actualmente, los hidrocarburos que Moscú vende a Pekín se pagan en yuanes, ya no en dólares. De este modo, la “moneda del pueblo” (‘renminbi’, en chino) se está abriendo paso poco a poco en el mercado mundial de hidrocarburos a través de los intercambios comerciales entre Rusia y China, los países que, a mi modo de ver, encabezan la construcción de un sistema monetario multipolar.

La gran novedad es que a la carrera por la desdolarización de la economía global se ha sumado Arabia Saudita, país que desde hace varias décadas se había mantenido como un aliado incondicional de la política exterior de Washington. Sorpresivamente, durante los últimos 12 meses Riad se deshizo de más de 19,000 millones de dólares invertidos en bonos del Tesoro de Estados Unidos, convirtiéndose junto con China, en uno de los principales vendedores de deuda norteamericana. Para colmo de males, la furia del Reino Saudita contra la Casa Blanca viene incrementando su intensidad.

Sucede que a finales de septiembre, el Congreso norteamericano aprobó la eliminación del veto del presidente Barack Obama a una ley que impedía a los estadounidenses denunciar a Arabia Saudita ante tribunales por su presunta participación en los ataques del 11 de septiembre de 2001. En respuesta, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) llegó a un acuerdo histórico con Rusia para disminuir el nivel de producción de crudo y, con ello, promover un incremento de precios.

Es llamativo también que, justo por esos días, Pekín haya abierto la negociación directa entre el yuan y el riyal de Arabia Saudita a través del Sistema de Comercio de Divisas Extranjeras de China (CFETS, por sus siglas en inglés) a fin de realizar transacciones entre ambas monedas sin necesidad de pasar antes por el dólar. En consecuencia, es altamente probable que, más temprano que tarde, la empresa petrolera Saudi Aramco acepte pagos en yuanes en lugar de dólares. De concretarse, la Casa de la Saud estaría apostando de lleno por el petroyuan. Ante nuestros ojos, el mundo está cambiando.

*Economista egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Fuente: Russia Today.

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Rusia, China y Arabia Saudita ponen en jaque la hegemonía del dólar

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