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Mundo: ¿Cómo afrontan los trabajadores el capitalismo tras Covid-19?

Mundo/03-05-2020/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

Millones de desempleados se contabilizan en el mundo, cuando los efectos económicos de la pandemia de coronavirus apenas empiezan.

La emergencia sanitaria provocada por el nuevo coronavirus, que causa la enfermedad conocida como Covid-19, ha generado una crisis económica que, según expertos, puede ser más profunda que la registrada entre 2007 y 2009. No pocos analistas la comparan con los efectos de la Gran Depresión de la década de 1930.

Sólo en Estados Unidos, unos 30 millones de trabajadores habían perdido sus empleos hasta finales de abril, de acuerdo con cifras del Departamento del Trabajo de EE.UU. Millones de desempleados más se contabilizan en el mundo, cuando los efectos económicos de la pandemia apenas empiezan.

#Mov18Oct@axelmarinkovicy

La historia del 1° mayo, comienza en Chicago (1886), con huelga general, represión y cárcel de 105 obreros, 8 condenados, 5 asesinados en la horca. El 1° de Mayo se establecerá desde ese momento como un día de combate de los trabajadores y su derecho a la historia.

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La economía y la etapa post pandemia

Los pronósticos de los expertos indican que la regresión económica incidirá, en primer orden, en la clase trabajadora. La reducción del consumo de bienes y servicios disminuirá proporcionalmente los niveles de producción.

Ello conllevaría la pérdida de millones de empleos. De acuerdo con un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), alrededor de 300 millones de empleos pueden perderse por la pandemia.

Los especialistas precisan que la primera medida para reducir gastos serían los recortes de personal. Boeing, por ejemplo, anunció el miércoles pasado que, como efecto de la crisis originada por la pandemia, planea recortar en 10 por ciento su plantilla, lo que representaría unos 16.000 empleos. Airbus también prevé reducir en forma temporal el número de sus empleados.

Otras de las medidas que pronostican los especialistas son reducciones de salarios, la exigencia de más horas laboradas por igual salario, los recortes a servicios públicos y la disminución o suspensión de beneficios laborales.

Un ejemplo de ello fue el paro convocado el pasado 22 de abril por trabajadores de empresas de reparto a domicilio, como Glovo, Rappi y PedidosYa, en reclamo de un aumento salarial del 100 por ciento y para denunciar su precariedad laboral en el sector, agravada por la crisis del coronavirus.

¿Cómo enfrenta la clase trabajadora esta realidad?

En el blog titulado Los trabajadores vs. la covid-19, publicado en teleSUR, el investigador mexicano Adalberto Santana subrayó que este año el Día Internacional de los Trabajadores «se conmemora en un escenario complejo y contradictorio».

Recordó que a pocos meses del triunfo de la revolución bolchevique en la Rusia zarista en 1918, que fue el primer triunfo social y político de la clase obrera, se desató la pandemia de la mal llamada “Gripe Española”. En esa ocasión murieron alrededor de 50 millones de persona por el virus, puntualizó.

Santana indicó que en este año, «si bien la clase obrera en el mundo conmemora una de sus fechas más emblemáticas como es el primero de mayo, también es cierto que la coyuntura actual reviste una serie de características casi inéditas».

Piedad Córdoba ✊🏽

@piedadcordoba

A ver si entiendo:

– Cuando hay utilidades son para el empresario.

– Pero ¿cuándo hay pérdidas entonces que las compartan los trabajadores?

Presidente Duque:
Subsidien nóminas de mipymes, no reduzcan salarios a los trabajadores, así salvan empleos y reactivan economía.

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El panorama, observó el analista, está marcado por la crisis económica, el desempleo, la parálisis de la producción global y el consumo. «Será este primero de mayo de 2020 un momento de terror para la sobrevivencia del empleo», expresó.

«Sin embargo, también será un momento de toma de conciencia de los sectores obreros y del conjunto de todos los trabajadores que ellos son los verdaderos productores de la riqueza y del bienestar de la sociedad», manifestó el miembro del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (Cialc) de la Unam.

Organizaciones laborales también hicieron hincapié en fomentar la solidaridad y la unidad ante esta coyuntura. La Federación Sindical Mundial (FSM), por ejemplo, convocó a la celebración del Día Internacional de los Trabajadores bajo el lema «¡Nadie solo!».

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/como-enfrentar-trabajadores-arremetida-capitalista-covid-20200430-0019.html

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La ‘clase inútil’

Por: lahora.com.ec

Cuando finalmente se pueda habitar el mundo que gira fuera de nuestro hogar, el reto no será la conservación de empleos, sino la creación de empleos que sean más eficientes que un algoritmo, un robot o un asiático al otro lado del mundo. Incluso allí, en el mundo que se está gestando en medio de la depresión económica y el pánico sanitario, se requerirán destrezas más flexibles y creativas, más cambiantes y elásticas, que aquellas que imparte el sistema educativo ecuatoriano.

Entre tanto, en nuestro país hay niños que deben caminar hasta seis kilómetros para acceder a una computadora con conexión a Internet, y el debate se centra en qué estaciones de radio o TV se difundirán las “clases”.

El historiador y filósofo Yuval Noah Harari, autor del libro ‘21 lecciones para el siglo XXI’, advierte desde mediados de la década, de la creación de una “clase inútil”: un grupo demográfico que no solo vivirá desempleado, sino que se tornaría “inempleable”. Su predicción apuntaba al 2050, pero nadie anticipó que la pandemia empujaría a la humanidad en el tiempo. Las decisiones que se esperaba tomar en los siguientes 5, 10 o 15 años, de pronto se volvieron urgentes y decisivas. Los empleos que se presagiaba se volverían innecesarios, hoy son una realidad. El mundo se enfrenta a un desempleo masivo y a una horda de seres humanos de edad media y avanzada cuyas destrezas no serán aplicables a la demanda de una economía motivada por el miedo, la pobreza y la necesidad de automatización y tecnología.

Si algún día el Ecuador pretende sacar a su población de la pobreza, y no solo permitirle sobrevivir como lo ha hecho por 190 años de vida republicana, deberá educar para el futuro. La del Covid-19 es una oportunidad única para reinventarnos, ojalá que así lo entienda la Educación también.

Fuente: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102317198/la-clase-inutil

Imagen: risti611 en Pixabay

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Para ser trabajador es necesario tener trabajo, ¿un derecho en extinción?

Este primero de mayo, trabajadores y militantes gremiales, populares, campesinos, indígenas y sindicales, estarán junto a los que menos tienen, garantizándoles al menos un plato de comida, con sus ollas populares y solidaridad, en medios de la crisis que se desnudó con la pandemia del COVID-19, pero que generaron las políticas de ajuste de los gobiernos neoliberales de la región.

Quizá esa sea la mejor forma de festejar o conmemorar el Día del Trabajador en ésta, la región más desigual del mundo, en momentos en que el trabajo escasea y amenaza con ser un derecho humano casi en extinción, abriendo enormes signos de interrogación en las grandes mayorías de nuestros pueblos.

No hay trabajo. No hay salud ni alimentación. Trapos rojos en las ciudades y villorios colombianos dan cuenta del reclamo de solidaridad de la gente, excluida por el gobierno ultraderechista de Iván Duque,  que grita “tenemos hambre”. Cientos de cajones y cadáveres abandonados en las calles de Guayaquil, cacerolazos en Ecuador, en Chile, en Brasil.  El reclamo es, quizá, el mismo de hace más de 15 décadas: pan, paz y trabajo.

Miles de peruanos recorren cientos de quilómetros por las carreteras principales del país, abandonando Lima y otros grandes ciudades donde hasta hace poco subsistían, para retornar a sus pueblos andinos en busca del sustento de la tierra que el Estado les niega.

Los mártires, el mundo de hoy y el que vendrá

En (casi) todo el mundo, cada primero de mayo se conmemora el Día Internacional del Trabajador, en homenaje a los «Mártires de Chicago», así denominado un grupo de sindicalistas anarquistas que fueron ejecutados en 1886 en Estados Unidos por realizar un reclamo por una jornada laboral de ocho horas.

En EEUU, sin embargo, se festeja el Día del Trabajo, el primer lunes de setiembre, en homenaje a los Caballeros del Trabajo y para que el pueblo olvidara las reivindicaciones de Chicago.

En nuestra región se abre una nueva fase de desarrollo de las relaciones de trabajo, en la cual el impacto del desempleo, el subempleo y el recorte salarial de amplios sectores, demanda nuevas soluciones económicas, sociales y legales, de previsiones inéditas. La pandemia mundial ha alterado tanto ese debate como el panorama histórico de los derechos laborales.

Los derechos laborales “clásicos”, nacidos prácticamente hace un siglo, han quedado rebasados en las actuales circunstancias latinoamericanas.

Veamos que nos dicen los estudios de los expertos. En lo que va del año, el 81 % de la fuerza de trabajo mundial –más de 2.700 millones de trabajadores/as— padece de desempleo total o parcial. De continuar esta tendencia, en el segundo semestre del año la reducción del empleo golpeará a 195 millones de trabajadores/as a tiempo completo, con una jornada laboral de 48 horas semanales.

Según la Organización Internacional del Trabajo, 3.300 millones de personas ya están siendo afectadas, de una u otra forma, por la crisis laboral. Mil 250 millones, es decir el 38% de la población activa mundial, se ubica en sectores que viven una grave caída de la producción, en particular el comercio al por menor, los servicios de alojamiento y comidas y las industrias manufactureras.

En segundo nivel del impacto -más del 11 %- se encuentran las artes, entretenimientos, recreación, transporte, información y comunicación. Entre los sectores por el momento menos golpeados por el desempleo están la salud, educación, servicios públicos esenciales, administración pública y defensa, así como la agricultura y ganadería. En tanto la construcción, minería, seguros y actividades financieras están siendo medianamente afectadas a nivel mundial.

La alarma suena con respecto a los trabajadores de la economía informal, que representan en su totalidad unos 2.000 millones de personas, la mayoría en países emergentes y en desarrollo de ingreso bajo y mediano. Con el agravante que, en general, carecen de protección básica, de cobertura de seguridad social, de atención médica y, en caso de enfermedad, de sustitución de ingresos.

Regiones enteras, como Centroamérica o la América andina, dependen en gran medida de las actividades informales. Éstas tienen, también, una fuerte incidencia en las concentraciones urbanas latinoamericanas, desde Buenos Aires hasta la ciudad de México, pasando por Bogotá, Caracas, Lima o La Paz.

La industria de las telecomunicaciones, en manos de cinco trasnacionales, prospera gracias a la extracción de los datos personales y la venta de predicciones sobre los comportamientos de los usuarios de internet y redes sociales a quien pague por ellos. Las empresas (y los gobiernos) comprendieron que para que aumenten los beneficios (financieros y de manipulación del imaginario colectivo) se hacía necesario trata de modificar las conductas humanas a gran escala.

Hoy la mano de obra ya no está configurada por empleados que reciben un salario a cambio de su trabajo, sino por usuarios de aplicaciones y servicios gratuitos, satisfechos de adquirirlos a cambio de ceder sin consentimiento a varias empresas un registro de sus experiencias vitales.

Se calculaba, antes de la pandemia, que para 2030 se necesitarán más de 600 millones puestos laborales nuevos, solo para mantenerse a la par del crecimiento demográfico. Eso equivale a unos 40 millones de empleos por año.

Simultáneamente se hablaba de la necesidad de mejorar las condiciones de 780 millones de mujeres y hombres que trabajan, pero no ganan lo suficiente para salir de la pobreza de apenas dos dólares por día.

Este año y tras la pandemia (que no se sabe cuándo se detendrá), el Producto Interno Bruto de América Latina y el Caribe sufrirá una caída de 5,3%  y el número de pobres crecerá 4,4% y pasaría de los 186 millones en 2019 a 214,7 millones, casi 29 millones más, según el último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

La tasa de desempleo en la región se ubicará en torno al 11,5 %, un aumento de 3,4 puntos porcentuales respecto al nivel de 2019 (8,1%), alcanzando a casi 38 millones de desempleados, 12 millones más que en 2019, mientras que la pobreza extrema alcanzará al 13,5 % de los latinoamericanos, con un incremento de 16 millones de personas.

Los efectos del covid-19 generarán la recesión más grande que ha sufrido la región desde 1914 y 1930. Se prevé un fuerte aumento del desempleo con efectos negativos en pobreza y desigualdad. Para la región es urgente acceder a recursos financieros, con base en un apoyo flexible de los organismos financieros multilaterales, acompañado de líneas de crédito a bajo costo, alivios del servicio de la deuda y eventuales condonaciones de la misma, añadió el organismo de Naciones Unidas.

Pandemia aparte, hay temas relacionados con el futuro del trabajo que afectan al presente y al futuro  y en particular a los grupos más vulnerables, como las mujeres, los migrantes, las comunidades rurales y los pueblos indígenas.

En el largo listado está el impacto sobre el empleo, el trabajo y las condiciones laborales de las nuevas tecnologías. Pero también la reducción del volumen del empleo (desempleo tecnológico), el telempleo, el autoempleo, el emprendedurismo, la precarización tecnológica, el uberismo.

Quedaron en el tintero los debates sobre los movimientos sociales que agrupan a los excluidos (¿un fenómeno transitorio producto de la crisis capitalista?) y la relación con el sindicalismo; sobre la propuesta de la renta básica, sobre el desplazamiento de la regulación laboral a la comercial/civil.

O hacia actividades laborales sin regulación alguna, y sobre los desafíos para la organización y representación sindical  ante los cambios del sistema de organización empresarial.

Como ha sucedido históricamente en el movimiento obrero, las opciones son adaptación o confrontación. Este Primero de Mayo, pandemia mediante, no habrá grandes manifestaciones, pero la lucha seguirá siendo la misma, la esperanza de un mundo nuevo, necesario, imprescindible, para todas y todos, es la bandera.

Fuente: https://rebelion.org/para-ser-trabajador-es-necesario-tener-trabajo-un-derecho-en-extincion/

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La ruina de los trabajadores autónomos africanos contada por ellos mismos

Por: Lola Hierro

La covid-19 se llevará por delante al menos 20 millones de empleos en el continente. Varios emprendedores de diversos países nos cuentan cómo les ha cambiado la vida y cuáles son sus miedos

Nunca han protagonizado noticias sobre hambrientos o pobres. Como mucho, las han leído en sus teléfonos móviles o las han visto por televisión en casa. Pero el nuevo coronavirus le ha dado la vuelta a sus vidas y se han convertido, sin quererlo, en ejemplos con nombre y apellidos de aquellos que forman el grueso de los trabajadores informales, por cuenta propia, autónomos, emprendedores y pequeños empresarios de África. Esos a los que los Gobiernos, los organismos internacionales importantes y los medios de comunicación se refieren cuando mencionan el daño que las restricciones para contener la covid-19 pueden causar a los bolsillos y medios de vida de millones de personas.

Mophete Thebe no tiene ahora ni para recargar el móvil. Lizzy Jowo se pregunta qué va a hacer para alimentar a sus cuatro hijos cuando se acaben las provisiones que compró antes de empezar la cuarentena. Benedict Muindi piensa en enviar a su mujer y su hijo al pueblo, con su madre, para que, al menos ellos, vivan con un poco más de desahogo. Moussa Ndoye se da con un canto en los dientes porque tiene trabajo hoy, pero mañana, no sabe. Y Yasmeen Helwani está venga a pensar cómo proceder para que ella y las decenas de artesanos que dependen de su mercadillo sigan teniendo sustento.

En África, la situación es compleja porque la mayoría de sus habitantes está empleado en el sector informal: son un 85% de los trabajadores de una población de 1.300 millones de personas que viven al día, con lo que ganan aquí y allá, que no pueden permitirse ahorrar, ni comprar para dos semanas de cuarentena, y que residen en países donde —salvo excepciones— no existe Seguridad Social, ni prestaciones por desempleo. A esto hay que sumar dificultades anteriores como los efectos del cambio climático, los conflictos y el difícil acceso a zonas remotas.

En países de África Subsahariana como Senegal, Ghana, Sudáfrica, Kenia y Zimbabue, ese problema ya ha estallado de lleno. «No estamos hablando de asalariados; son personas que dependen de realizar actividades diarias con las que obtienen ingresos para satisfacer sus necesidades las de su familia», describe mediante vídeo llamada Abebe Haile-Gabriel, subdirector General de la Agencia de la ONU para la Agricultura y Alimentación (FAO) y representante regional para África. Las previsiones de la Unión Africana son pesimistas: calculan que la epidemia puede costar hasta 20 millones de empleos, la economía caerá hasta un 1,1% y los gobiernos africanos pueden perder hasta un 30% de sus ingresos fiscales, estimados en 500 mil millones en 2019. Estos datos brutos se traducen en problemas y temores concretos para personas como Lizzy, Benedict, Mophethe, Moussa y Yasmeen, cinco africanos, cada uno de una esquina del continente, que han accedido a hablar con EL PAÍS a pesar de que no están en su mejor momento para explicar qué les está ocurriendo.

Kenia: Benedict Muindi, empresario en el sector hostelero

Benedict Muindi, empresario keniano de negocios de catering.
Benedict Muindi, empresario keniano de negocios de catering. CORTESÍA DEL ENTREVISTADO

Benedict Muindi, de 27 años, comenzó a trabajar de chico para todo en un pequeño hotel de Nairobi y con el tiempo y los años se pasó al negocio del catering. No le ha ido mal, pero ahora se han cerrado fronteras y se ha impuesto un periodo de cuarentena en Kenia que ha echado por tierra los negocios turísticos y relacionados con los eventos. Incluidos los suyos. «Casi todos los hoteles han cerrado, la situación es terrible: no hay comida, no he pagado el alquiler…», se queja. Muindi vive con su esposa, ahora desempleada, y su hijo de tres años, pero piensa en mandarlos a casa de su madre, en el pueblo, si la situación no mejora. Cree que allí se las arreglarán mejor porque la vida es más barata.

Ninguna de las medidas de apoyo anunciadas por el Gobierno se ha traducido en una ayuda real para Muindi. Por ahora, él tiene que pensar en cómo salir del apuro por sí mismo, y para ello tiene un plan: «Quiero comprarme una motocicleta; aprovechando que tengo el carné de conducir en regla quiero intentarlo como repartidor para tiendas y negocios pequeños», cuenta. El principal bache es que la inversión supone como mínimo 1.200 euros y él tiene ahorrados unos cien. «Estoy buscando algún tipo de préstamo, tengo que hacer algo diferente. Y si en la ciudad no me va bien, puedo hacerlo desde el campo, donde vive mi madre», confía.

SITUACIÓN EN KENIA

Kenia ha registrado 296 contagiados y 14 muertos hasta ahora. Cuando se informaba de los primeros casos, el presidente Uhuru Kenyatta impuso en Nairobi y otros tres condados, identificados como de alto riesgo, la prohibición de salir durante 21 días, comenzando el 6 de abril. Poco antes decretó un toque de queda nocturno a partir de las siete de la tarde. Y también se han aprobado ayudas: una reducción de la tasa del IVA del 16% al 14% y la eliminación del impuesto sobre la renta de los trabajadores que ganan menos de 24.000 chelines, unos 225 euros, aunque esto aún es una propuesta. El Banco Mundial ha anunciado que destinará un fondo de emergencia de 50 millones de dólares.

Zimbabue: Lizzy Jowo, comerciante con cuatro hijos en casa

Lizzy Jowo, de 37 años, acostumbraba a viajar por Mozambique, Sudáfrica y Zambia para irse de compras. Pero no para ella, sino para su negocio. Es importadora: adquiere telas, ropa y perfumes que luego vende en el mercado de su barrio, Hatcliffe Consortium, en el norte de Harare (Zimbabue). Ella y su familia son ahora un gran ejemplo de los damnificados por las medidas de restricción impuestas para tratar de contener la expansión del coronavirus. Con las fronteras cerradas y el periodo de cuarentena en vigor, Jowo no puede ganarse la vida. «No se nos permite ir al mercado donde suelo vender; se supone que tenemos que estar en casa y no puedo ganar dinero para alimentar a mi familia, para pagar las tasas escolares de mis hijos…», protesta. Esta mujer tiene cuatro vástagos de entre seis y 17 años, todos escolarizados, y un marido que es barbero y que no está en mejor situación que ella, porque también es autónomo.

Por ahora, a Jowo no le ha llegado ninguna clase de ayuda. «No tengo ahorros, y no tengo ningún plan, no tengo comida suficiente, y no sé cómo va a acabar todo esto, pero espero que sea pronto y podamos volver a salir a trabajar. Por ahora, estamos sobreviviendo con lo que compré antes de que empezara la cuarentena» dice, y antes de despedirse indica que prefiere no enviar su fotografía. que declina enviarla. «¡Podría acabar en las redes sociales!», se excusa.

SITUACIÓN EN ZIMBABUE

Zimbabue cuenta con 25 casos confirmados de coronavirus y tres muertos. Su precarísima situación, inmerso en una honda crisis económica y con un sistema sanitario muy débil, llevó al Gobierno a decretar medidas como un periodo de confinamiento que empezó el 30 de marzo y sin fecha de fin en un país donde al menos el 80% de la población se gana la vida en el sector informal.

Organizaciones como el Programa Mundial de Alimentos están brindando ayuda humanitaria no solo en el campo, sino en núcleos urbanos empobrecidos. De hecho, esta organización de la ONU hizo recientemente un llamamiento: hacen falta 130 millones de dólares, pues unos 7,7 millones de habitantes (la mitad del país) necesita ayuda después de la dura sequía y los ciclones del año pasado. La inflación, de un 540% en febrero, está elevando tanto los precios de los alimentos básicos que mayoría de los zimbabuenses se están viendo obligados a comer menos y vender sus pertenencias o endeudarse para sobrevivir.

Sudáfrica: Mophethe Thebe, un productor sin clientes

El periodista sudafricano Mophethe Thebe.
El periodista sudafricano Mophethe Thebe. CORTESÍA DEL ENTREVISTADO

«Estoy bien, tratando de sobrevivir y tomando cada día como viene. Perdona por hablarte por Facebook, es que es gratis». Así contesta Mophethe Thebe desde su casa en Johanesburgo, Sudáfrica. Lleva en cuarentena tres semanas muy duras porque su actividad laboral ha sido completamente interrumpida, y es tajante con la situación en la que se ha visto inmerso de la noche a la mañana: «Esto es frenético, ya no puedo mantenerme. Las cosas esenciales se han convertido en un lujo».

Thebe, de 36 años, es reportero, guía de viajes y productor para periodistas y medios de comunicación extranjeros cuando visitan Sudáfrica. Es un conseguidor de cualquier cosa que alguien pueda necesitar para llevar a buen término un reportaje, un documental o una película. Pero sus clientes se han marchado y sus proyectos se han cancelado. «Tenía que empezar a filmar con un canal de televisión francés a principios de este mes, pero se ha suspendido», lamenta.

Ahora mismo está viviendo en una habitación de un piso compartido con otros dos inquilinos y una anciana casera, y cuenta con una mezcla de perplejidad y amargura que las cosas que antes estaban al alcance casi de cualquiera, ahora son difíciles de encontrar. «Alimentos, artículos de higiene y hasta datos para el móvil para intentar conseguir algo de trabajo. Tengo que arriesgarme a enfrentarme cara a cara con la Policía o el Ejército cuando quiero acudir a mis amigos para pedirles una comida o que me dejen usar el wifi», describe. Y no tiene ahorros, porque se le agotaron al pagar la nueva escuela de su hijo. Nadie podía vaticinar la que se venía encima.

SITUACIÓN EN SUDÁFRICA

Sudáfrica es el país con más casos registrados del continente: 3.465 y 58 muertos. El periodo de cuarentena inicial, de 21 días, se ha extendido un mes más, y hay penas de hasta 10 años de cárcel para quien se lo salte. El país ha cerrado sus fronteras salvo para permitir el paso de corredores humanitarios, los hospitales hacen acopio de respiradores, guantes y mascarillas, las autoridades han ordenador ayudas alimenticias y habitacionales a personas sin hogar y con bajos recursos, pero la necesidad sobrepasa los medios: ya antes del brote, el 29% de la población estaba en paro, una de las tasas más altas del mundo.

Senegal: Moussa Ndoye, obrero rascando trabajos en el barrio

La Asociación Quartier La 2, que preside el senegalés Moussa Ndoye, está repartiendo jabones entre los vecinos de Camberene, en Dakar, e instalando grifos en las calles del barrio para ayudar a prevenir el nuevo coronavirus. QUARTIERE LA 2

«Lo estamos viviendo como todo el mundo, vemos las noticias y es verdad que hay menos casos que en Europa». Moussa Ndoye está tranquilo. De momento. El coronavirus no ha golpeado a su barrio, Camberene, en los alrededores de la capital senegalesa, Dakar. Esto para él tiene una ventaja primordial: aunque con dificultades, se puede trabajar. «Ahora es más difícil ir y venir porque han limitado los horarios y muchas empresas han cerrado, explica. Ndoye se refiere al toque de queda impuesto en el país hasta, al menos, el 3 de mayo: a partir de las ocho de la tarde y hasta las seis de la mañana nadie puede estar en la calle, comenta este obrero experimentado.

A Ndoye, de 39 años, no le contratan solo para poner un ladrillo sobre otro; él emprende reformas integrales de viviendas, tanto si hay que añadir una planta entera a una vivienda como rehabilitar un viejo edificio. Lleva toda su vida en el oficio, le conocen en el barrio y quizá, gracias a eso, aún tiene de dónde tirar. «Ahora trabajo justo detrás de mi casa, estoy arreglando la de un vecino que me ha contratado», cuenta a través de una video llamada de WhatsApp. «Estaré con él hasta el fin de semana que viene», calcula. Luego, tendrá que esperar a dar con otra cosa, pero confía en encontrarla pronto. «Creo que voy a poder coger la obra de otro vecino que me ha llamado».

Aunque el impacto del coronavirus está siendo algo menor en Senegal, eso no quita para que sus habitantes no permanezcan alerta. «Estoy algo preocupado por lo que pasará el mes que viene si no consigo trabajo, ya que el Gobierno habla de aumentar la cuarentena, pero parece que la gente se está curando y la cosa mejora», dice Ndoye. Este hombre vive en pleno Camberene, un barrio donde muchas calles aún son de arena en vez de asfalto y donde todos los residentes se conocen. En su amplia casa, de cuatro plantas levantadas con sus propias manos, viven ocho adultos y siete niños: él, su esposa, su madre, sus hijos, hermanos, cuñadas, sobrinos… Todos siguen trabajando por ahora menos Medun, uno de sus hermanos, que es profesor. «Y como se han suspendido las clases, no tiene empleo y no cobra», afirma.

Los miembros de esta familia no han dudado a la hora de apoyar a otros vecinos que lo están pasando peor y por eso han emprendido una campaña desde Quartiere La 2, la asociación que Ndoye preside. «Para ayudar a todo el mundo y comprar cosas que hagan falta». Tiene solo cinco meses de vida, pero con el dinero que han reunido sus miembros en ese tiempo han hecho una inversión: comprar e instalar grifos en varias esquinas del barrio «para que la gente se cuide, se lave las manos y haga bien las cosas», dice. También reparten pastillas de jabón entre los vecinos y comercios abiertos.

SITUACIÓN EN SENEGAL

La pandemia ha llegado a Senegal y de momento hay registrados 412 casos y cinco muertos. Aquí también se ha establecido el estado de emergencia y, pese a que no se ha ordenado una cuarentena total, el país prevé daños en su economía, aunque no tan graves como otros. De hecho, el Banco Mundial calcula que su PIB será de los pocos que crezca un poco en 2020, hasta un 3%. Pero, aun así, fue de los primeros en pedir ayuda internacional, y también ha sido de los primeros en obtener respuesta: el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial van a destinar sendos fondos de emergencia. El primero enviará 442 millones de dólares y el segundo, otros 20 millones.

Ghana: Yasmeen Helwani, preocupada por decenas de artesanos

Yasmeen Helwani posa frente a una de las tiendas del mercado Green Butterfly que organiza en Accra desde hace una década.
Yasmeen Helwani posa frente a una de las tiendas del mercado Green Butterfly que organiza en Accra desde hace una década. GREEN BUTTERFLY

Yasmeen Helwani es una mujer multitarea de 37 años, empresaria, cantante, artesana, madre de dos críos y activista por el medio ambiente. Ha estado un mes encerrada en casa, como todos los ghaneses, y aunque se acaba de levantar el confinamiento, como todas las actividades y reuniones siguen prohibidas, ni ensayar puede con su banda de música. Aún así, su actividad frenética no cesa ni en tiempos de pandemia. «Perdona que haya tardado en contestar, estoy tratando de organizarme en casa con los niños y todo», saluda a través de WhattsApp. Lo que sí se ha detenido son sus ingresos, pues esta emprendedora organiza desde hace diez años un mercado al aire libre de artesanía, alimentos saludables y productos ecológicos en Accra, la capital de Ghana. «Por desgracia, la covid-19 nos ha afectado muy severamente porque durante el mes pasado no he podido organizar el mercadillo; hice un evento virtual, pero fue muy estresante, ¡aún estoy tratando de recuperarme! —exclama—. Tuve que lidiar con muchos envíos de productos de distintos vendedores y, bajo las condiciones de cuarentena en las que estamos, no fue nada fácil».

Green Butterfly es la empresa que Helwani fundó hace una década, al regresar a su país después de una estancia en Canadá. «Quería contribuir al desarrollo socioeconómico de mi comunidad y me interesaba mucho el trabajo de los artesanos y artistas a pequeña escala», cuenta esta autónoma. Hoy en día, el negocio tiene el éxito suficiente para que varias decenas de creadores vivan de él. «Mucha gente hace dinero en las fechas del mercado; la mayoría somos familias con pequeños negocios y con hijos, y este es el medio gracias al que nos mantenemos», comenta. Ella participa también como comerciante: fabrica jabones y productos de baño ecológicos, y ahora que no puede salir de casa, está pensando en desarrollar más esta faceta suya hasta que la situación mejore y pueda empezar de nuevo, dado que sus productos sí que pueden ser muy necesarios en este momento. «Ahora que el virus está aquí, es importante que nos mantengamos lo más limpios posible. Espero que las restricciones se suavicen pronto porque ahora es muy difícil moverse y realizar cualquier envío», comenta.

SITUACIÓN EN GHANA

Ghana entró cuarentena a mediados de marzo y el 19 de abril el Gobierno anunció el fin del confinamiento, aunque otras restricciones siguen vigentes y eso impide la reactivación de la actividad laboral: colegios, universidades, bares, discotecas permanecen cerrados, y se han suspendido todas las conferencias, talleres, eventos deportivos, manifestaciones y entierros en el caso de que haya más de 25 asistentes.

Este país del Golfo de Guinea, con unos 30 millones de habitantes, ha registrado por ahora 1.042 casos y nueve muertes. El presidente Akufo-Addo ha declarado que el Gobierno cubrirá todas las facturas de electricidad de los más pobres y el 50% para el resto de ciudadanos y para empresas durante tres meses.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/04/06/planeta_futuro/1586176607_933556.html

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¿Por qué rompen la cuarentena en algunos países de Latinoamérica?

América Latina/19-04-2020/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

Sectores de la población no han cumplido con la cuarentena, implementada por algunos Gobiernos de la región, al no tener alimentos ni ayudas económicas para cubrir sus necesidades durante este período.

En medio de las medidas de aislamiento social para contener el nuevo coronavirus, distintos países de América Latina viven jornadas de protestas para exigir a sus respectivos Gobiernos mayores garantías alimentarias y de protección.

Sectores de la población no han podido cumplir con la medida preventiva de la cuarentena, implementada por algunos Gobiernos de la región, al no tener los recursos indispensables para cubrir sus necesidades durante este período.

Quienes ante la pandemia perdieron sus trabajos, no pueden comprar los implementos necesarios para permanecer en casa, pues también desaparecieron sus ingresos y no cuentan con ayuda económica o bonos alimentarios.

En países como Colombia, Brasil, Bolivia y Perú se han registrados protestas, bloqueos de calle, cacerolazos, entre otras acciones, para reclamar las condiciones adecuadas que les permitan resguardarse en sus hogares y evitar más contagios.

Colombia

En la capital colombiana de Bogotá se han presentado protestas contra las autoridades nacionales y locales para exigir ayudas económicas y alimenticias. Esta situación también se registra en otras localidades como Cali, mediante cacerolazos para que sus necesidades sean atendidas.

El Gobierno de Iván Duque anunció, en marzo pasado, que más de 2 millones de familias serían beneficiadas con ayudas superiores a los 330.000 pesos (80 dólares aproximadamente) para enfrentar la crisis, con el objetivo de «proteger» a más de 10 millones de colombianos, los más vulnerables.

Sin embargo, luego de 23 días de haber iniciado la cuarentena en esa nación, sectores de la población han salido a la calle para exigir a Duque las ayudas prometidas por los diferentes distritos, ya que aún no las han recibido.

Hernán Tobar@HernanTeleSUR

En medio de la cuarentena las familias vulnerables del sur de Bogotá Colombia, que vivian del rebusque, se han tomado las calles y han bloqueado las vías, exigiendo ayudas por parte del gobierno, aseguran que no tienen otra alternativa para no morir hambre. @teleSURtv

Video insertado

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Perú

El Gobierno de esa nación ha decretado multas de altas cuantías a quienes no cumplan con la inmovilización social, sin embargo, los sectores más vulnerables de la sociedad fueron perjudicados ante estas medidas de confinamiento.

Al respecto, la mayoría de los trabajadores informales no califican para los subsidios o entrega de alimentos de las autoridades, y deben continuar saliendo a las calles a buscar formas de ganar su sustento.

Verónica Insausti@Insausti_tlSUR

Diferencia abismal entre la ayuda que da gobierno de @MartinVizcarraC a sistema financiero y empresas respecto a los trabajadores, 70%de ellos, independientes. @AnahiDurandG lo explica. @teleSURtv

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Además, integrantes de comunidades indígenas peruanas han alertaron que no trabajan desde que empezó el aislamiento social, lo que significa que más de 370 familias están pasando hambre, pues no han recibido el bono de 108 dólares que prometió el presidente Martín Vizcarra al comenzar la pandemia.

Bolivia

Las familias bolivianas que viven de pequeños negocios de ventas en las calles o trabajan en otras residencias se han visto sin fuentes de ingresos y sin respaldos económicos.

Los habitantes de la ciudad de El Alto, en el departamento de La Paz, desoyeron la cuarentena para buscar alimentos, ya que no cuentan con los insumos necesario para permanecer en sus hogares.

Por su parte, vecinos del distrito 15 zona sur de Cochabamba salieron, a principios de este mes, a las calles para demandar al Gobierno de facto que garanticen sus derechos, ya que no tenían alimentos ni recibían los bonos ofrecidos por las autoridades. «Tenemos hambre, tenemos hambre», exclamaban durante la movilización.

Tras el golpe de Estado contra Evo Morales, el Gobierno de facto ha implementado políticas en retroceso de los beneficios y derechos sociales ofrecidos por la gestión anterior, lo que agrava la situación del país en medio de la actual pandemia.

Brasil

Pese a que el Gobierno de Jair Bolsonaro se ha negado a tomar las medidas preventivas necesarias para contener los contagios, varios gobernadores decidieron atender las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), implementando cuarentenas en sus respectivas entidades, como Sao Paulo y Río de Janeiro.

Por su parte, movimientos sociales y comunidades campesinas del estado de Paraná (sur) donaron 35.000 kilos de alimentos para aquellas perso3nas que se encuentren en situación de vulnerabilidad social en ocho ciudades.

Desde hace más de un mes, en las principales ciudades brasileñas se realiza a las 20H30 (hora local) un cacerolazo en contra de Bolsonaro y de su gestión frente a la pandemia por la Covid-19, que ha dejado hasta el momento más de 33.600 contagios y más de 2.141 muertes.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/coronavirus-paises-latinoamerica-cuarentena-necesidades-ayudas-20200417-0021.html

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Más de 786.000 trabajadores de Chile pueden quedar desempleados

América del Sur/Chile/19-04-2020/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

Otras estadísticas ofrecidas por la cartera de Trabajo y Prevención Social señalan que en el mes de marzo se registraron 299.518 cartas de despido.

La ministra del Trabajo y Previsión Social de Chile, María José Zaldívar, y otros funcionarios gubernamentales presentaron este viernes un primer balance de las cifras que dan cuenta de los fuertes impactos de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, lo que puede afectar a 786.790 trabajadores.

Según las estadísticas, a pocos días de que la sociedad Administradora de Fondos de Cesantía (AFC) habilitara la posibilidad de acogerse a la Ley de Protección del Empleo, 56.986 empresas han decidido mantener la relación con sus trabajadores y optar por la suspensión de contratos, anulando la opción de los despidos. Esto implica que más de 786.790 trabajadores podrían acceder a las prestaciones del seguro de cesantía, sin perder los beneficios de la relación laboral, tales como antigüedad y derecho a vacaciones.

Las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) registraron un total de 2.270 solicitudes de empleados domésticos, para acogerse a la suspensión de contrato que contempla la Ley y que en este caso opera con cargo a los fondos de indemnización.

Ministerio del Trabajo

@MintrabChile

⚠️ATENCIÓN⚠️ Ministra @mjose_zaldivar y el subsecretario @fdoarab informaron el número de empresas y trabajadores que se han acogido hasta ahora a la suspensión de contrato bajo la Ley de . Conoce más 👉https://bit.ly/3blMaSe 

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Zaldívar informó acerca de 299.518 cartas de despido que fueron ingresadas en marzo, una cifra del 38 por ciento superior a igual periodo en 2019. De esta manera, entre enero y marzo de 2020, el total de cartas de despido, es 11 por ciento mayor respecto al año pasado, esgrimiendo causales relacionadas con el vencimiento del plazo del contrato y caso fortuito o fuerza mayor. En este sentido, la ministra resaltó que en el marco de la ley están prohibidos los despidos por esta causa, argumentando como motivo el Covid- 19.

Las grandes empresas concentran el mayor número de cartas de despido, el 57 por ciento del total, sin embargo, los mayores incrementos respecto de marzo de 2019 están en las empresas pequeñas con el 54 por ciento y las medianas con el 46 por ciento.

Subsecretaría del Trabajo

@SubsecTrabajo

📌AHORA Subsecretario @fdoarab junto a la Ministra @mjose_zaldivar entregan un balance sobre la nueva Ley de Proteccioón del Empleo

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En la primera quincena de abril las solicitudes de seguro de cesantía superan las 81.000, lo que se evidencia en las largas filas de personas que se concentran ante las oficinas correspondientes, a pesar de los llamados de las autoridades a no salir a la calle en medio de las cuarentenas y mantener el distanciamiento físico.

Ante esta dramática situación, la ministra señaló que el objetivo de la ley es proteger los ingresos de los trabajadores. «Lo que teníamos que evitar eran las desvinculaciones de los trabajadores, porque si no hubiésemos tenido esta herramienta, la situación que podríamos estar viendo hoy día sería otra», sentenció.

Ministerio del Trabajo

@MintrabChile

“La Ley busca que el trabajador mantenga su empleo y su remuneración. El espíritu siempre ha sido que solo las empresas que lo necesiten hagan uso de la iniciativa. Las empresas que hagan un mal uso de la Ley tendrán penas muy altas”, ministra @mjose_zaldivar en @Cooperativa.

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Ante las críticas sobre la posibilidad de que numerosas empresas se estén acogiendo a esa legislación sin una real necesidad, Zaldívar señaló que «luego haremos todas las fiscalizaciones que correspondan para ver si la empresa se acogió indebidamente o no».

El creciente desempleo contrasta con los llamados de partidos de oposición y organizaciones sindicales para que las medidas aplicadas en medio de la pandemia se centren en proteger los empleos y remuneraciones de miles de trabajadores.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/aumentan-trabajadores-desempleados-chile-20200417-0043.html

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Padres, alumnos y docentes enfrentan los retos de adaptarse a la educación en línea

Por: Paulette Delgado

Padres de familia, docentes y alumnos  deben “desaprender” en esta época.

Debido al cierre de escuelas, oficinas y negocios a raíz de la contingencia por el nuevo coronavirus (COVID-19), muchos padres de familia, docentes y alumnos se encuentran tratando de adaptarse a la nueva “rutina” y los retos que implica aprender en línea. Ante esta situación, es muy importante que los padres y maestros se mantengan en constante comunicación y encuentren la mejor manera de que sus hijos continúen aprendiendo desde casa.

Laura K. Reynolds, decana de la Facultad de Educación, Desempeño Humano y Salud de la Universidad de Carolina aconseja que, aunque parece que los padres han tomado el rol de educadores, los maestros deben seguir presentes y mantenerse conectados tanto como sea posible. La directora incita a los padres a ser pacientes y evitar disciplinar a sus hijos durante las actividades escolares. Especialmente si los hijos están acostumbrados a que sus profesores usen un reforzamiento positivo, más que regaños.

Jacqueline Sperling, psicóloga clínica, apoya esta idea explicando que todos estamos pasando por un cambio muy abrupto que puede producir miedo y ansiedad. Una de las mejores maneras de contrarrestar ese sentimiento de inseguridad es con consistencia, por ejemplo, si antes una familia tenía una regla de cuánto tiempo los hijos podían pasar viendo la televisión, esa regla debería permanecer igual en la medida de lo posible. También invita a los padres a permitir que sus hijos tengan videollamadas para socializar con sus amigos para evitar que se sientan solos, aunque tengan cuatro años y sus conversaciones no tengan sentido, señala. Ambas expertas coinciden en que el uso de videollamadas puede beneficiar mucho a los alumnos en el tema de socialización.

Por otro lado, Reynolds insiste que los maestros deben apoyar a los padres de familia y recordarles que hay muchas formas en que sus hijos aprenden. Los niños pueden aprender mediante «juegos imaginarios, jugando libremente en el patio trasero, jugar en un fregadero lleno de agua o garabatear y dibujar”, señala Reynolds. “Cuando parece que no está sucediendo nada, los procesos cognitivos de los estudiantes están involucrados y hay un crecimiento y un aprendizaje que están sucediendo”. Es importante recordar que los niños aprenden jugando y es necesario usar la imaginación. Una manera creativa de enseñar fracciones, por ejemplo, es en la cocina al seguir una receta.

Los alumnos no necesitan pasar ocho horas en la “escuela”

Aunque mantener una rutina y consistencia, es aconsejable, diversos factores como la posibilidad de tener acceso a la tecnología necesaria, padres de familia ocupados trabajando desde casa, familiares enfermos y otras diversas circunstancias, intentar implementar un horario escolar tradicional de manera virtual puede ser imposible. Algo que tanto papás como alumnos deben “desaprender” en esta época es que no es lo mismo un horario virtual que uno tradicional. Además de los factores antes mencionados, el ritmo de aprendizaje a distancia es diferente, dado que la estructura de un día normal es muy diferente que cuando se está en casa y más cuando, ante la contingencia, todos los miembros de la familia tienen que convivir las 24 horas en casa.

En la escuela, los niños y adolescentes tienen un horario estructurado: la hora del recreo, el tiempo “perdido” que pasan caminando por los pasillos de la escuela de un aula a otra, hablando con sus compañeros u otras situaciones que no pasan en un programa escolar virtual. Entonces, ¿cuánto tiempo deben dedicar los estudiantes al estudio en casa? La psiquiatra Colette Poole-Boykin aconseja que para saber cuánto tiempo debería pasar un niño concentrado en una tarea, se debe de multiplicar la edad del niño por 2 a 5 minutos, y el resultado  es la cantidad de tiempo que pueden mantenerse concentrados. Usando esta regla, la Dra. Poole-Boykin sugiere que los estudiantes de primaria deben aprender de una a dos horas al día, los de secundaria de dos a tres horas y los de bachillerato de tres a cuatro horas al día como máximo.

El otro lado de la educación en línea

Otro reto del que se habla poco en referencia a la educación en línea es que esta modalidad resalta la desigualdad socioeconómica que viven millones de familias. Lamentablemente, muchos estudiantes no cuentan con la tecnología, el espacio ni el ambiente necesario para poder cumplir con sus expectativas académicas. Además de estas barreras, se encuentra el miedo y la angustia que genera el hecho de que muchos padres de familia se están quedando sin empleo o familiares se están enfermando o muriendo.

María del Carmen Morillas es una madre de familia que vive en su pequeño departamento con cuatro hijas y su esposo. En entrevista para  El Confidencial, comentó que sus hijas tienen de 11 a 15 años y que sólo tienen una computadora para todos, lo que dificulta el aprendizaje de sus hijas. Por suerte, les instalaron el internet hace poco y pueden tener acceso a las lecciones, comenta. Además, viven en un piso de 60 metros cuadrados, lo que tampoco ayuda a tener un espacio designado e ideal para aprender. Aún así, sobrellevan la situación haciendo la mayor parte de las tareas a mano y enviando fotografías a través del móvil como prueba a sus maestros.

Marta Físico, maestra de secundaria, comentó en el mismo medio que muchos de sus estudiantes son de clase baja por lo que algunos no pueden acceder a las clases que da en Google Classroom, pero algunos se apoyan en el dispositivo móvil de sus papás para cumplir con sus tareas. Noelia Otero, jefa de estudios de un colegio público dijo para El Confidencial que un 20 % de sus alumnos son víctimas de la brecha tecnológica ya que no cuentan con computadora e internet. Otro reto al que se han enfrentado es que las medidas de emergencia que se instauraron ante la pandemia del coronavirus, los tomó a todos por sorpresa, poniendo en evidencia que muchos docentes no tienen las habilidades tecnológicas y la formación necesaria para enseñar en línea, así como administraciones escolares que no cuentan con plataformas digitales idóneas para la enseñanza online. Ante estos retos, muchos educadores han recurrido a herramientas como Google Classroom para apoyarse y lograr dar clases a distancia.

Ante todos estos cambios que estamos viviendo a nivel mundial, se vuelve aún más importante la constante comunicación y cercanía entre padres de familia, educadores, administradores y alumnos, para saber cuales son los retos que están enfrentando y cómo superarlos juntos. Pero sobre todo, es importante que tanto padres como docentes tomen en cuenta que no todo tiene que salir perfecto, que está bien tener días malos y equivocarse. Todos estamos aprendiendo en este proceso.

¿Cuáles son los principales retos a los que te has enfrentado como mamá, papá, docente o alumno?

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/educacion-online-retos-escuela-en-casa

Imagen: Chuck Underwood en Pixabay

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