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La poderosa economía de la educación

Por Miguel Ángel García

El sector tiene ante sí el desafío de reducir la desigualdad en los pupitres.

Ninguna industria se levanta sobre unos materiales tan sólidos ni tan frágiles. Números y palabras, textos y voces, ideas y pensamientos; delicada argamasa. Quizá por eso la educación sea el sector más valioso del mundo. Se filtra en la vida de los 7.500 millones de seres humanos que habitan el planeta y la cambia para siempre. Y lo hace abrigada por la aritmética. Hoy es un universo de casi cinco billones de dólares. Pronto, en 2020, ocupará 6,5 billones (6,1 billones de euros). Crece su importancia, mejoran sus números pero aun duelen las carencias. Es un mundo de 263 millones de niños que están fuera del colegio, 758 millones de analfabetos adultos y una distancia educativa de un siglo entre los países desarrollados y en crecimiento.

Escolarizar a todos los chicos de primaria y secundaria de las naciones menos favorecidas del mundo costará 340.000 millones de dólares al año entre 2015 y 2030. Pero faltan 39.000 millones anuales. No aparecen. Sin embargo, si el planeta, sostiene la Unesco, detuviera su gasto militar durante solo ocho días lograría cerrar esa ausencia. Ni lo sentiría la maquinaria de una industria que se parapeta tras 1,7 billones de dólares al año. Vana espera. La educación debe aguardar su destino entre los viejos encerados de pizarra y polvo de tiza blanca y las vanguardistas pantallas digitales; entre el pasado y el futuro.

Ese porvenir, tan difícil de leer como una palma de la mano sin líneas, es el que relata un minucioso trabajo de Bank of America Merrill Lynch. Por él se descubre que invertir en educación resulta más rentable que hacerlo en Bolsa, que un dólar destinado a las aulas produce un retorno de diez y que si desapareciera la desigualdad entre hombres y mujeres la riqueza del globo aumentaría hasta en 28 billones de dólares. Pero el pasar de esas páginas también revela que la disrupción tecnológica alumbra un nuevo sector que enhebra educación y tecnología. Es el ecosistema EdTech y de él se esperan 252.000 millones de dólares durante 2020. Los números de una urgencia. “Necesitamos invertir pronto, invertir en calidad e invertir en equidad o pagaremos el precio de una generación de niños condenados a crecer sin los conocimientos y habilidades que necesitan para alcanzar su potencial”, advierte Anthony Lake, director ejecutivo de Unicef.

La poderosa economía de la educación
LUIS TINOCO

Esa voz aventura el tránsito de la generación perdida hacia la generación del aprendizaje. El problema (uno de ellos) es la inequidad que se abre entre quienes pueden acceder a un título superior y quiénes no. La grieta resulta visible en el sur de Europa, Reino Unido y, sobre todo, Estados Unidos. El 99% de los empleos, según la Universidad de Georgetown, que surgieron tras la Gran Recesión fueron copados por trabajadores con títulos universitarios. Además existe un peligro real de que el precio de esos pupitres se convierta en un cepo. En Estados Unidos 40 millones de graduados acumulan una deuda de 1,3 billones de dólares por sus estudios. Un lastre que supera el PIB nominal de Rusia. “Este alarmante número continúa creciendo mientras aumentan los costes escolares. En diez años, las deudas contraídas por estos chicos se han multiplicado en la misma proporción”, alertan en Gradifi, una fintech con sede en Boston que gestiona préstamos para estudiantes.

La presencia del dinero es tan común que se diría que la calculadora ha sustituido al móvil en los campus. “Los alumnos están echando cuentas entre el coste de la matrículan y los años que perderán sin tener ingresos. En Estados Unidos se dice que debes ganar al menos 70.000 dólares al año para que esta educación resulte rentable”, observa Mauro Guillén, profesor de la escuela de negocios Wharton, en Pensilvania. Es verdad que la superpotencia posee las mejores universidades del mundo, pero también las más caras. Un año en las aulas de Harvard cuesta lo que ingresa en un siglo un trabajador medio de Sierra Leona.

Lo que cuesta estudiar

La geografía del nacimiento y el acceso a la universidad es una frontera que parte en dos la prosperidad y la desdicha. “Puede haber desigualdad a la hora de encontrar empleo entre quien tiene título y quién no. Siempre ha habido diferencias entre unos y otros”, lamenta Ángel Cabrera, rector de la universidad George Mason, de Virginia (Estados Unidos). Esa brecha crece y ni siquiera las aulas públicas sirven de refugio. Por ejemplo, el Reino Unido, acorde con la OCDE, tiene las universidades estatales más caras del planeta. Un año de estudios cuesta, de media, 9.000 libras (10.500 euros). ¿Razonable? “Una formación de excelencia, la enseñanza superior y de postgrado se asocia a costes altos, puesto que lleva aparejada invertir en equipos, espacios, profesores y años de formación de los docentes”, justifica Óscar del Moral, decano de la Escuela de Organización Industrial (EOI).

Si se cumplen las previsiones, el mercado de la enseñanza privada sumará 200.000 millones de dólares en 2020. En un mundo híper competitivo, los padres que pueden permitírselo buscan la mejor formación para sus hijos. Aunque produzca monstruos. En países asiáticos como India, Singapur, Taiwán, Corea del Sur o China se extiende la “fiebre de la educación”. Hay familias que venden sus casas, se endeudan, renuncian a sus seguros de salud e incluso a sus pensiones para pagar, sobre todo, las facturas de estas escuelas.

Apenas sorprende que las naciones del sudeste asiático tengan algunas de las tasas de suicidio más altas del planeta. Los chicos están asfixiados por la presión de los exámenes. China es un manual perfecto de esta ansiedad. Todos los años nueve millones de estudiantes se examinan del gaokao, que da entrada a la universidad. El año pasado el Gobierno chino anunció, por primera vez, que cualquier candidato que fuera sorprendido haciendo trampas podría afrontar siete años de cárcel. “La educación es la principal herramienta de ascenso social en China”, cuenta Mario Esteban, investigador principal del Real Instituto Elcano para Asia-Pacífico. “El país ha orientado su formación universitaria hacia un visión muy instrumental: crear riqueza para el gigante”.

Universo tecnológico

Al igual que en la novela de Hemigway, la educación se rompe entre “tener y no tener”. Y en esta topografía, el universo EdTech reivindica su capacidad de sutura. “La innovación facilitará el acceso a los contenidos educativos, y su distribución, al ser gratuita, reducirá la inequidad”, prevé Alper Utku, fundador de la Universidad Europea de Liderazgo. En este cambio, “las diferencias llegarán de la parte integral del alumno. A través de la formación de sus aptitudes, valores y habilidades antes que por el volumen de información del que disponga”, vaticina Claudio Pérez Serrano, socio responsable de Educación de KPMG.

Sin embargo donde unos ven gratuidad y levedad otros atisban negocio. Solo el 2% de la industria educativa, que maneja casi cinco billones de dólares, está digitalizado. Por eso el aula es un terreno fértil para que arraiguen los eBooks y la distribución online de contenidos. “Existe un gran negocio en la creación de productos educativos —ya sea hardware o software— para los colegios”, estima Eduardo Berástegui, responsable de Kuaderno.com, una plataforma de enseñanza de inglés dirigida a niños. Ese filón hace tiempo que lo explotan Microsoft, Alphabet (Google) y Apple. Entre 2013 y 2015, las escuelas de primaria y secundaria estadounidenses compraron a estos tres gigantes más de 23 millones de dispositivos.

La educación tradicional deja paso a los pupitres del siglo XXI. Los colegios se desprenden del mortero y del ladrillo y la mayor escuela del planeta carece de techos y paredes. Khan Academy es una plataforma online, multilingüe y gratuita que enseña a 15 millones de chicos. Forma parte del entorno MOOC (cursos masivos, abiertos, en Internet y gratuitos), un chirriante acrónimo que describe el segmento educativo con el crecimiento más rápido. Sus aulas virtuales —calcula la consultora GSV Advisors— pasarán de los 50 millones de alumnos a unos 380 durante 2020. Y esos números persiguen un anhelo: democratizar la educación de élite. El camino franco para cursar gratis, por ejemplo, un grado en Harvard sentado en el sofá de casa.

Múltiples formatos

“Vamos rápidamente hacia un mundo de abundancia en educación. A medida que ésta se desmaterializa, desmonetiza y democratiza cualquier hombre, mujer y niño del planeta podrá recoger los beneficios del conocimiento”, reflexiona Peter Diamandis, cofundador de Singularity University, un think tank de Silicon Valley que reúne a algunas de las mentes más inspiradoras del planeta. En el fondo es la puerta entreabierta hacia “un escenario de múltiples formatos educativos basados en la idea de que el individuo es una persona que aprende durante toda su vida”, valora Iván Bofarull, profesor de Esade. Consecuencia de esa desmaterialización, el aprendizaje digital a distancia (e-learning) promete un mercado de 244.000 millones de dólares en 2022.

Pero como si mirásemos el lado oscuro de algo con demasiada luz, ese protagonismo tecnológico resulta contradictorio. “Cuando la tecnología avanza tan rápido que el sistema educativo no puede adaptarse al mismo ritmo aumenta el paro, la diferencia salarial y con ello la desigualdad”, advierte un informe de CaixaBank Research. No existe ninguna evidencia, por ahora, de que “la mayor disponibilidad informática esté añadiendo valor adicional a la enseñanza”. Porque las aulas tienen una relación de ida y vuelta con el reto digital. “Un título universitario no es una póliza de seguros frente a la automatización del puesto de trabajo”, avisa Carl Frey, investigador de la Universidad de Oxford. “Sin embargo sí permite a los trabajadores con empleos en peligro de ser automatizados cambiarse a otros puestos libres de riesgo”.

La mejor estrategia, por lo tanto, pasa por minimizar el tiempo de ajuste entre velocidad tecnológica y educación. “Resulta imprescindible anticiparse y diseñar medidas educativas que ayuden a reducir los costes de transición. Cuanto más rápido sea el cambio, menor será el impacto”, analiza Oriol Aspachs, director de Macroeconomía de CaixaBank Research. Pero el cambio no es abrazar con desespero las tecnologías de la información sino identificar qué persigue el mercado de trabajo (creatividad, habilidades comunicativas, emprendimiento) y adaptarse. Sostiene el Instituto de Estudios Económicos (IEE) que debido a esa desconexión hay 85.000 empleos sin cubrir en España.

“La sociedad española necesitaría repartir por tercios su fuerza laboral en trabajos de baja, media y alta cualificación. Tenemos un porcentaje demasiado elevado en los extremos y demasiado bajo en el medio”, razona Gloria Macías, socia de McKinsey & Company. ¿Solución? La consultora PwC cree que un sistema de formación dual (trabajar y estudiar a la vez) como el alemán podría impulsar a largo plazo el PIB de España un 6,4%. Mandan las necesidades de las compañías. ¿Pero tendrán que sacrificar los jóvenes su vocación a este nuevo becerro de oro?

El filósofo Fernando Savater censura esta obsesión reciente de mezclar en las aulas la memoria y el deseo de las empresas. “La educación no puede supeditarse a lo inmediato, no puede responder solo a formar ‘empleados’ o ‘empleables’ ni puede dejar que las compañías diseñen, de acuerdo con sus necesidades, los planes de estudio. Educar es desarrollar la humanidad e ilustrar a los futuros ciudadanos. Los saberes en apariencia inútiles en el plano de la rentabilidad crematística (literatura, filosofía, historia) son los más útiles para la persona libre, no para el que tenga vocación de siervo; que es lo opuesto a la ciudadanía”. Quizá el sentido profundo de la educación sea solo eso: crear ciudadanos y no siervos.

En ese empeño, el mundo tiene deudas pendientes. Para alcanzar la educación universal en primera y secundaria, la inversión —avanza Bank of America Merrill Lynch— tendría que escalar de los actuales 1,2 billones de dólares a tres billones durante 2030. Sin embargo el malestar social, la desglobalización que promueve Trump y el proteccionismo pueden costar al planeta 1,8 billones de dólares en 2050. Una cuenta que pagarían los países más débiles y que accionaría esa bomba de explosión retardada que es el descontento. ¿Cómo explicaríamos este fracaso a los 600.000 niños sirios que penan como refugiados y no pueden asistir a clase?

Pero todavía queda esperanza. La educación tiene algunos aliados. Una demografía aún joven acude al rescate. En el planeta se sientan a estudiar 1.500 millones de chicos y su contribución resuena poderosa. Solo los estudiantes extranjeros aportan a la economía estadounidense 30.500 millones de dólares (28.600 millones de euros) por curso académico. La enseñanza es global y los libros pasan página. Los Gobiernos destinan el equivalente al 5% (cuatro billones de dólares) de la riqueza del mundo a las aulas. Y lejos de las grandes cifras, los países de la OCDE gastan, de media, 10.493 dólares (9.800 euros) por estudiante al año. Aunque el dinero ni da la felicidad ni la sabiduría.

“Economistas como Woessmann y Rafael Doménech sostienen que, alcanzados ciertos niveles, no existe relación entre más gasto y mayor rendimiento educativo: lo importante es invertir en mejor en educación”, recuerdan en BBVA Research. Además la OCDE advierte de que clases más reducidas tampoco aseguran mejores resultados y es un lugar común de nuestros días que la universidad no garantiza el empleo. “En Egipto, la expansión de las universidades ha producido muchos parados con título. Todo depende de lo que se entienda por buena educación y su relación con el mercado laboral local”, precisa Jill Hedges, experto de Oxford Analytica. En el caso griego, el analista propone ayudar a los desempleados a encontrar trabajo fuera del país. “Una manera de exportar paro”, asegura.

Una solución más que cuestionable y que bien se responde con unos versos de Juan Gelman: “No debería arrancarse a la gente de su tierra o país, no a la fuerza. La gente queda dolorida, la tierra queda dolorida”. Porque lejos de librase del problema aventándolo en las fronteras, la mejora de la enseñanza y su impacto sobre el empleo recae en el tiempo de instrucción y la calidad de los profesores. Y esto también tiene mucho que ver con su nómina. El salario base medio de un profesor de primaria con 15 años de experiencia es de 42.675 dólares. Aunque esta cifra oscila al igual que un junco de un país a otro.

Pero si la sociedad quiere tener buenos alumnos deberá cuidar a sus docentes. Porque son esenciales. Hacen falta 69 millones de nuevos maestros solo para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible que la ONU se ha fijado en educación. Y hacen falta para maximizar el potencial de cada chico, “que es el Santo Grial de la enseñanza”, reflexionan en Bank of America Merrill Lynch. Porque el desafío hiere como una promesa incumplida. “La sociedad debe prepararse para trabajos que no existen con herramientas que no se han desarrollado para resolver problemas que aún no se han planteado”, martillea Almudena Semur, coordinadora del Servicio de Estudios del IEE.

El saber cotiza

Ajeno al trabalenguas, el mercado siente la vocación de los números. Desde 2010 casi medio centenar de empresas del sector educativo cotizan en Bolsa. Un hecho que también ha atraído a los gigantes del capital riesgo. Providence Equity Partners compró en 2011 la plataforma de e-learning Blackboard por 1.640 millones de dólares y Apollo se hizo el año pasado con la célebre editorial McGraw Hill tras desembolsar 2.400 millones. Al fondo, Amazon ha trazado una bisectriz que le lleva desde la venta de libros a la comercialización de la tableta kindle.

Educar a un chico resulta muy caro. En 1960 la manutención y la enseñanza suponían el 2% del coste de guiarlo a la edad adulta. Hoy los millennials tienen que afrontar un esfuerzo del 18%. A una familia estadounidense con ingresos medios criar un niño hasta los 18 años le supone 245.000 dólares. En Europa, la historia es un eco. Cuidar un chaval en el Reino Unido hasta alcanzar 21 años exige 230.000 libras, un 65% más que en 2003. ¿Y qué chicos, en España, se independizan a esa edad? En los antiguos libros de textos, en las disruptivas tabletas digitales, la educación se siente, a veces, tan sola como un huérfano en una tormenta.

Fuente: http://economia.elpais.com/economia/2017/02/09/actualidad/1486662301_351930.html

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Unesco reconocerá proyectos de impulso a educación en el mundo

16 febrero 2017/Fuente: Prensa Latina

La Unesco anunció hoy que entregará el premio Rey Hamad Bin Isa Al Khalifa 2016 a un proyecto de Bangladesh y otro de Alemania, como reconocimiento al uso innovador de las nuevas tecnologías para educar a grupos desfavorecidos.
Las iniciativas galardonadas serán el programa Online School, implementado por la Fundación Jaago en zonas rurales de Bangladesh, y el alemán Poner el poder de las TIC al servicio de la Enseñanza Superior, desarrollado por la organización Kiron a favor de personas desplazadas.

La directora general de la Unesco, Irina Bokova, entregará el lauro el próximo martes en una ceremonia en la sede de la organización de las Naciones Unidas, en esta capital.

De acuerdo con un comunicado, el tema del premio en su actual edición hace hincapié en la necesidad urgente de enfrentar los principales obstáculos que afectan a las poblaciones más vulnerables, con el fin de garantizarles una educación inclusiva, equitativa y de calidad.

En el caso del proyecto Online School, la Fundación Jaago proporciona a los alumnos de comunidades rurales cursos de calidad a través de videoconferencias interactivas impartidas por docentes altamente cualificados.

Con mil 61 beneficiarios cada año, el objetivo es reducir la brecha educativa entre los alumnos de las zonas urbanas y rurales de Bangladesh.

Por su lado, la organización Kiron, con sede en Alemania, se encarga de garantizar un acceso equitativo a una educación de calidad para refugiados, solicitantes de asilo y personas desplazadas en el interior de sus países mediante su programa de cursos gratuitos a distancia de participación abierta.

Con esta modalidad, se proponen cuatro asignaturas (negocio y economía, ingeniería, computación y ciencias sociales) que se nutren de los aportes de 23 universidades.

‘Ambos proyectos constituyen excelentes ejemplos de cómo sacar pleno provecho del potencial de las TIC (tecnologías de la información y las comunicaciones) en la educación en cualquier parte del mundo y cómo sortear las dificultades en todos los países, continentes y culturas’, indicó la Unesco en el comunicado.

Agregó que ello se ajusta a los objetivos de la Agenda Mundial Eduación 2030 con miras a reforzar el acceso, la equidad, la inclusión, la calidad y los logros del aprendizaje en la educación.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=64335&SEO=unesco-reconocera-proyectos-de-impulso-a-educacion-en-el-mundo

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Chile: Pobreza en niños migrantes duplica los niveles nacionales

América del Sur/Chile/7 de febrero de 2017/Fuente: la tercera

Carencias múltiples afectarían al 40% de los menores extranjeros. Hacinamiento y fragilidad de redes son los focos más complejos.

Altos niveles de pobreza, tanto por ingresos como multidimensional, afecta a niños y adolescentes inmigrantes, duplicando el promedio nacional, y se concentra principalmente en familias de extranjeros provenientes de países latinos y que residen en la Región Metropolitana. Esas son las principales conclusiones de un estudio realizado por el Núcleo de Investigación en Migraciones de la Facultad de Ciencias Sociales de la U. Central, que analizó los datos arrojados por la Encuesta Casen 2015, para determinar cuáles son los índices de pobreza en que viven los menores migrates.

Así, este estudio, que será publicado en el Informe Infancia Cuenta 2016, del Observatorio de la Niñez y Adolescencia, reveló que el 40% de los niños de familias extranjeras viven en pobreza multidimensional, es decir, sufren carencias en los ámbitos de salud, educación, vivienda y redes familiares y sociales. Esto es casi el doble que el promedio nacional que se sitúa en 22%. Asimismo, el 11% vive en pobreza extrema, una cifra 5,2 puntos porcentuales mayor al índice país.

Esta condición se manifiesta principalmente en los menores de cinco años, entre los cuales el 13% vive en pobreza extrema y el 49% en pobreza multidimensional, afectando especialmente a niños de familias de origen latinoamericano que viven en la RM, donde reside el 67% de los menores inmigrantes (ver infografía).

NAC niños pobres inmigrantes

“El estudio demuestra que los niños migrantes están en condiciones de vulnerabilidad mucho mayor en comparación con el resto de los niños”, explica Daisy Margarit, coordinadora del Núcleo.

Según la investigadora, una de las dimensiones más complejas es la cohesión de redes y “se ve agravada cuando los padres están en una situación migratoria irregular. En estos casos, el acceso a la salud se restringe básicamente a las urgencias, en tanto que los programas de educación, como el Chile Crece Contigo, terminan siendo incapaces de acortar las brechas de desigualdad”, dice Margarit.

Para el coordinador de Estudios del Observatorio de la Niñez y Adolescencia, Nicolás Contreras, son especialmente graves las condiciones de hacinamiento. “Un 47,7% de niños y niñas y adolescentes migrantes vive en hacinamiento. Este es un foco muy complejo, ya que estos espacios se vuelven muy propensos a que se produzcan situaciones de abuso o violencia, además que no permite el desarrollo de la autonomía de los chicos”, asegura.

Al respecto, la diputada Claudia Nogueira (UDI), miembro de la comisión investigadora de la situción de los menores en Chile, afirma que “para abordar la inmigración, el gobierno debe tener en cuenta, antes que todo, el interés superior de los menores en sus actuaciones y su impacto familiar”, dijo.

La diputada por Antofagasta Marcela Hernando (PR) opina que “las políticas públicas deben hacerse cargo de forma focalizada de estas situaciones que afectan particularmente a las regiones del norte y a la RM”, añadió.

Fuente:http://www.latercera.com/noticia/pobreza-ninos-migrantes-duplica-los-niveles-nacionales/

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La trampa de la educación como clave para el desarrollo

Por: Carlos Aldana

Afirmar que la educación es la clave central o fundamental para el desarrollo es negar la necesidad de justicia e igualdad económica, de pago de impuestos, de sostenibilidad de las políticas sociales de bienestar o desarrollo social.

Los pedagogos hemos colocado esta trampa en el discurso y el lenguaje más cotidiano sobre educación, aunque provenga del mundo sociológico y economista: La educación es la clave para el desarrollo.

Su énfasis siempre ha sido en relación a la educación escolar, y sí, por supuesto, es un factor importante para el desarrollo de cualquier sociedad. Pero que sea “el” factor o “la” clave central para que un país alcance el desarrollo, ya es realmente muy discutible.

Cuando los grandes poderes económicos y políticos de nuestros países insisten en que “la educación es la clave para el desarrollo” lo hacen con la intención de ocultar que estos elementos tienen que comprenderse de manera dialéctica. No se atreven a cambiar el orden de los factores y decir que “el desarrollo es la clave de la educación”.

Cuando las condiciones económicas, sociales, políticas y culturales reflejan el acceso igualitario y sostenido de toda la población a todos los derechos humanos (principalmente los llamados de “segunda generación”), el acceso, la permanencia y el egreso satisfactorio del sistema educativo aparece como una de sus consecuencias. Para tener un sistema educativo de calidad, necesitamos previamente de unas condiciones generalizadas de vida, también, de calidad. El círculo virtuoso que precisa de unas condiciones concretas básicas.

En países, como los latinoamericanos, la riqueza se encuentra desigualmente distribuida de manera muy plena y evidente. El desarrollo no ha tenido lugar porque se ha privilegiado el crecimiento económico que concentra la riqueza y amplía la pobreza.

Afirmar que la educación es la clave central o fundamental para el desarrollo es negar la necesidad de justicia e igualdad económica, de pago de impuestos, de sostenibilidad de las políticas sociales de bienestar o desarrollo social. Es ocultar que la pobreza exagerada en nuestros pueblos se deriva de una riqueza también exagerada y concentrada en pocos. Es evitar la revolución. La trampa funciona porque se oye bien, porque casi nadie se atreve a negar el postulado en mención. Y porque también falta por discutir de qué desarrollo se habla.

Que no existan suficientes escuelas públicas de calidad, con docentes calificados y suficientes, que sus recursos e inmuebles sean tan precarios, son muestras del subdesarrollo económico y social que no podrá transformarse con más graduados que se sumen al ejército de desempleados ya existente.

Tómese en cuenta, además, que países con altos niveles de escolarización nos vienen sirviendo de ejemplo de cómo las condiciones económicas y políticas son cruciales y centrales más allá del romanticismo de pensar en la educación como salvadora o palanca de los cambios de la vida cotidiana. Lancemos una mirada a países con historia de alto nivel educativo formal, y veremos que sus pueblos sufren de empobrecimiento, de exclusión y sobre todo, de violencia en todas sus formas. En el otro polo, en el área centroamericana, principalmente en el llamado “Triángulo Norte” (Guatemala, El Salvador y Honduras), la realidad educativa es muy precaria y demuestra el subdesarrollo histórico y estructural, del que se aprovechan unas élites que cuentan con sistemas e instituciones educativas muy diferentes. Que, además, patrocinan las investigaciones y discurso público que insiste en que la educación va a salvar al país.  Claro, piensan en la educación privada y en la educación acrítica que no lanzan miradas políticas sobre la realidad.

No puede negarse que la educación no crea los cambios sociales, pero también que estos no pueden llegar sin la educación. Eso sí, solo en la medida que esta es interdependiente con los procesos económicos, sociales y culturales que aseguren una vida digna de cada persona.

Y solo en la medida que educarnos represente la capacidad de comprender y transformar los fenómenos y circunstancias que niegan el acceso igualitario a lo que hoy es exclusivo de unos pocos.

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UNICEF: «Educación y etnia son los factores que más intervienen en la inequidad de la salud en América Latina»

América Latina/ 12 Diciembre 2016/ Fuente: El Mostrador.

Desde la organización señalan entre otras cosas que las mujeres indígenas y afrodescendientes con bajos estudios presentan peores resultados de salud y solicitan con menor frecuencia asistencia médica, al igual que ocurre con sus hijos.

El nivel educativo, los ingresos familiares y la pertenencia a una etnia son los factores que más influyen en la mortalidad perinatal, neonatal e infantil en América Latina y el Caribe, según un informe divulgado por Unicef.

«Los factores que más intervienen en la inequidad en salud son el nivel de ingreso, el nivel educativo y la etnicidad, y no la residencia en zonas rurales o urbanas, como se suele creer», señaló la responsable del informe y profesora de la Universidad de Tulane, en Estados Unidos, Arachu Castro.

El Informe sobre Equidad en Salud 2017, presentado hoy en la capital panameña, señala entre otras cosas que las mujeres indígenas y afrodescendientes con bajos estudios presentan peores resultados de salud y solicitan con menor frecuencia asistencia médica, al igual que ocurre con sus hijos.

La diferencia, por ejemplo, entre la tasa de mortalidad infantil entre bebés menores de un año cuyas madres tienen poca educación y los hijos de aquellas que tienen educación secundaria o superior, llega a ser siete veces mayor en El Salvador y tres veces mayor en Bolivia, Guatemala, Colombia y República Dominica, añadió Castro.

«No hay una subregión que esté mejor que otra: hay países que en el promedio nacional están muy bien pero en cambio presentan grandes desigualdades internas. Hay que dejar de centrarnos en promedios nacionales y desagregar los datos, aunque para ello se quiere más investigación», declaró la experta.

El documento también señala, por ejemplo, que la probabilidad de morir en el parto de las mujeres indígenas y afrodescendientes es tres veces mayor que la probabilidad de las mujeres no indígenas o no afrodescendiente.

«La desigualdad es el signo y el rostro humano de América Latina. La desigualdad excluye, humilla y mata y esto no son palabras vacías», indicó por su parte la directora regional de Unicef, Maria Cristina Perceval, durante la presentación del informe.

Fuente: http://www.elmostrador.cl/noticias/mundo/2016/12/09/unicef-apunta-a-educacion-y-etnia-como-los-factores-que-mas-intervienen-en-la-inequidad-en-salud-de-america-latina/

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Maestro del año de Honduras rema 10 kilómetros al día para poder trabajar

Centroamérica / Honduras / 18 de septiembre de 2016 / Por: Noticias Terra.com

Maestro del Año 2016″ de Honduras, Hugo Armando Pinto, tiene que remar diez kilómetros diariamente, por el río San Juan, en el Caribe del país centroamericano, para llegar y volver de su trabajo, dijo hoy el docente.

Además, Pinto lleva en el cayuco, que es prestado, a varios alumnos de la Escuela «Francisco Vegas Pérez», de la comunidad Boca Cerrada, municipio de La Masica, departamento de Atlántida.

Por su dedicación a la enseñanza, el Gobierno de Honduras ha declarado a Pinto «Maestro del Año 2016» y el próximo lunes se le rendirá un homenaje en la Casa Presidencial en Tegucigalpa, informó por su parte una fuente del poder Ejecutivo.

Al conmemorarse hoy el «Día del Maestro Hondureño», el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, felicitó a Pinto, quien ejerce como docente interino desde 2005 en el centro educativo que trabaja.

«Muchas felicidades Hugo (Armando) Pinto, Maestro del Año 2016. Que su esfuerzo sea ejemplo e inspiración para los hondureños», le expresó Hernández al mentor galardonado a través de la red social Twitter.

Pinto dijo a periodistas que desea tener una lancha con motor para llegar más rápido a la escuela donde presta sus servicios.

Añadió que en invierno tiene que desafiar las malas condiciones del tiempo para remar a puro brazo los cinco kilómetros de ida y cinco de regreso, además de sufrir las plagas de zancudos, entre otras inclemencias.

El maestro agradeció el reconocimiento que se le ha hecho por su trabajo de formar a la niñez hondureña a través de la educación en una comunidad que, en su opinión, ha sido olvidada por las autoridades.

Dijo además que aspira a tener una plaza permanente como maestro de educación para no seguir ejerciendo de manera interina.

Ejemplos de maestros como Pinto abundan en Honduras, principalmente en comunidades rurales.

Algunos docentes y alumnos caminan a diario largas distancias para llegar a su centro educativo.

Otros maestros lo hacen a caballo o se quedan a dormir en la comunidad de su escuela y regresan el fin de semana a su comunidad de origen.

Imágen: http://cdne.diariocorreo.pe/thumbs/uploads/img/2016/09/17/honduras-maestro-del-ano-re-jpg_604x0.jpg

Fuente: https://noticias.terra.com/mundo/latinoamerica/maestro-del-ano-de-honduras-rema-10-kilometros-al-dia-para-poder-trabajar,c10bda3d01e8019f3024c8a65811505d7se6y96o.html

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Unesco cifra en siete millones número de analfabetos en Turquía

Asia/Turquía/13 de septiembre de 2016/Fuente: prensa-latina.cu
(PL) Una séptima parte de la población en Turquía es considerada analfabeta, según un estudio publicado hoy por la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura de Naciones Unidas (Unesco) con motivo del 50 Día Internacional de la Alfabetización.
En concreto, siete millones de personas mayores de 15 años no saben leer ni escribir y se concentran, de acuerdo con los datos del Ministerio de Educación turco, en la principales ciudades del país, con más de 300 mil en la principal urbe, Estambul.

De acuerdo con el informe de la Unesco, Turquía cuenta de manera global con un índice de analfabetismo ligeramente menor que la media mundial, sin embargo las diferencias de este ratio entre sexos son abismales.

La mayor parte de las personas iletradas en el país son mujeres, así se recoge en la encuesta del Instituto de Estadísticas de Turquía (TUIK) presentada en marzo, donde situó la tasa de alfabetización de las mujeres cinco veces por debajo de la masculina.

En 2014 las mujeres representaban el 49,8 por ciento de la población de Turquía, y un 9,2 por ciento de estas no sabían leer ni escribir, frente a solo un 1,8 por ciento entre los hombres.

Al mismo tiempo, los datos oficiales mostraron que los varones tenían tres veces más posibilidades a la hora de encontrar un trabajo, con el agravante de que las mujeres contaban además con salarios más bajos.

También los índices de escolarización presentaron fuertes diferencias, mayor en la educación secundaria o graduado equivalente con una proporción del 23,2 por ciento para los hombres y 15 para las mujeres, y menor entre los graduados superiores donde la desigualdad fue del 16,2 y el 11,7 por ciento, favorable a los varones.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=24778&SEO=unesco-cifra-en-siete-millones-numero-de-analfabetos-en-turquia
Imagen: www.nominuto.com/_assets/modules/noticias/noticia_102623.jpg
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