Según informe, los países más pobres albergan a la mayor cantidad de desplazados a la fuerza

28 de febrero de 2017/Fuente: ACNUR

De acuerdo con un nuevo estudio del ACNUR, la mayoría de los 3,2 millones de personas que se vieron obligadas a huir de sus hogares en el primer semestre de 2016, encontraron la seguridad en países con ingreso medio o bajo.

Los conflictos, la persecución y la violencia desplazaron a por lo menos 3,2 millones de personas durante el primer semestre de 2016, donde los países de ingreso medio jugaron un papel fundamental en brindarle albergue a los desplazados, según un nuevo informe del ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.

1,7 millones de personas se desplazaron por primera vez dentro de sus propios países, mientras que 1,5 millones cruzaron una frontera internacional, demostró el informe de Tendencias de Mitad de Año 2016 del ACNUR.

Mientras que el número de nuevos desplazados fue un tercio menor que durante el mismo periodo en 2015, cuando 5 millones de personas se desplazaron por primera vez, el total global continúa aumentando. Para las personas refugiadas, los prospectos de retornar a sus hogares continúan escasos a medida que los conflictos se intensificaron.

Más de la mitad de los nuevos refugiados de la primera mitad de 2016 huyeron del conflicto en Siria, y la mayoría de ellos se quedó en países de la región: Turquía, Jordania, Líbano y Egipto. Otros grupos de importante tamaño huyeron de Irak, Burundi, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Eritrea, Somalia, Sudán y Sudán del Sur.

A pesar de ser de menor escala que la crisis en Siria, la situación de refugiados en Sudán del Sur continúa creciendo y afecta a algunos de los países menos desarrollados del mundo: incluyendo a Sudán, Uganda, Kenia, RDC, la RCA y Etiopía. A mediados de 2016, había un total de 854.200 refugiados de Sudán del Sur, un aumento de más de ocho veces en tres años. Las cifras crecieron aún más durante el segundo semestre de 2016.

De todos los países, Turquía acogió a la mayor cantidad de refugiados, albergando a 2,8 millones para mediados de 2016. Seguido por Pakistán (1,6 millones), Líbano (1 millón), Irán (978.000), Etiopía (742.700), Jordania (691.800), Kenia (523.500), Uganda (512.600), Alemania (478.600) y Chad (386.100).

“Actualmente enfrentamos una crisis no tanto de números, sino de cooperación y solidaridad, especialmente debido a que los refugiados se quedan en los países vecinos a sus patrias destruidas por la guerra”, dijo el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi.

“Los principales contribuyentes que le brindan un lugar seguro a las personas desplazadas en el mundo son las comunidades más pobres”.

Al comparar el número de refugiados con el tamaño de la población de un país o su economía, el informe del ACNUR pone la contribución de las naciones anfitrionas en un fuerte contexto. Por ejemplo, en relación con el tamaño de sus poblaciones, el Líbano y Jordania acogen al mayor número de refugiados, mientras que en términos de situación económica, la mayor carga la llevan Sudán del Sur y Chad.

De acuerdo con la última medida económica, ocho de cada diez de los principales países que albergan a refugiados están en África, con los dos restantes en el Medio Oriente. Líbano y Jordania se encuentran entre los principales diez países de acogida en todas las categorías: números absolutos, contribución económica y per cápita.

A mediados de 2016, los sirios continuaron siendo el mayor grupo de refugiados en el mundo, representando el 32 por ciento (5,3 de los 16,5 millones) del total global bajo el mandato del ACNUR.

Otro hallazgo clave del informe del ACNUR es que las solicitudes de reasentamiento aumentaron, lo que refleja un aumento de los espacios asignados al programa por un grupo cada vez mayor de países. Más de 81.100 personas fueron sometidas a 34 estados en la primera mitad de 2016, con la cifra final anual superando los 160.000, una cifra máxima en 20 años, y que representa más del doble del número de solicitudes de 2012.

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/segun-informe-los-paises-mas-pobres-albergan-a-la-mayor-cantidad-de-desplazados-a-la-fuerza/

Imagen: www.acnur.org/fileadmin/_processed_/csm_02.2017.27_Estad_isticas_26c043af70.jpg

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ONU condena situación difícil de 20.000 desplazados en Sudán del Sur

Por: Telesur/17-02-2017
Más de 33.000 personas permanecen refugiadas en campamentos de la ONU, mientras que los combates se expanden.
El jefe de la Misión de la ONU en Sudán del Sur (Unmiss, por su sigla en inglés), David Shearer, condenó este jueves la situación difícil que viven 20.000 personas desplazadas por la violencia en la ribera oeste del Nilo, en ese país.

“La población Shilluk de Malakal abandonó la ciudad y 33.000 personas se refugian en el campamento administrado por la Unmiss, estamos muy preocupados de que los combates se expandan una vez más en la región del Nilo Alto”, aseguró Daniel Dickinson, portavoz de la Misión.

Más de un millón de niños menores de cinco años sufren desnutrición aguda en Sudán del Sur, especialmente en el noreste y noroeste del país, informó el martes la oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por su sigla en inglés).

Foto: EFE

Unas 300.000 mujeres embarazadas también padecen desnutrición grave, por lo que la cifra de muertes entre las madres aumentó, explicó el organismo en un comunicado.

La crisis se debe a «la falta de alimentos, agua potable y la carencia de centros médicos en la mayor parte del país», agregó.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y las agencias humanitarias en Sudán del Sur solicitaron el lunes a la comunidad internacional 1.600 millones de dólares para cubrir las necesidades básicas de unos seis millones de personas de ese país.

Fuente: http://www.telesurtv.net/news/ONU-condena-situacion-dificil-de-20.000-desplazados-en-Sudan-del-Sur-20170216-0047.html

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Familias que huyen de la ofensiva en Mosul celebran sus nuevas libertades

Asia/Irak/15 de noviembre de 2016/Fuente: ACNUR

Hombres y mujeres que escaparon del control de las milicias en la segunda ciudad más grande de Irak, comparten su alivio de haber encontrado la seguridad.

 – Mahmoud Ahmad, de 35 años y padre de seis, tenía una enorme sonrisa en su rostro mientras salía del bullicioso camión lleno de otras familias, con su hija de dos meses, Farah, en sus manos.

Después de más de dos años de vida bajo control de las milicias, él y su familia finalmente habían escapado de su casa en el distrito oriental de Intisar, en Mosul, y llegaron al campamento Khazer M1 para iraquíes desplazados, cerca del pueblo de Hasansham, a unos 30 kilómetros.

“Es muy bueno; estamos seguros ahora, estoy muy feliz”, dijo. “Ahora, una de las primeras cosas que voy a hacer es afeitarme”, agregó riendo, refiriéndose a algunas de las estrictas restricciones que las milicias habían impuesto a los civiles en las zonas bajo su control.

A los hombres se les dijo que dejaran crecer sus barbas, dejaran de fumar y usaran pantalones más cortos y a las mujeres se les ordenó que se cubrieran completamente, y temían salir en público.

Las familias habían vivido con miedo y terror durante más de dos años. Ahora, estaban felices de ser libres para decidir cómo querían vivir sus vidas e incluso cómo querían vestirse.

Mahmoud, hablando todavía con una sonrisa que iluminaba toda su cara, solía ganarse la vida como electricista y vendía antenas parabólicas en el mercado local. Pero cuando las antenas parabólicas fueron prohibidas por las milicias hace siete meses, se encontró sin trabajo, dependiendo de sus ahorros y vendiendo las joyas de su esposa para mantener a su familia.

“Mi sonrisa me ayudó a superar muchas dificultades en Mosul”, confesó cuando le preguntaron si siempre estaba tan feliz. “Me ayudó a olvidar que la vida era dura”.

Él estaba entre las 2.040 personas que llegaron al campamento de Khazer ese día, todos hablando sobre su alivio de estar libres del mando de las milicias. En la semana pasada, el número de personas desplazadas desde dentro y alrededor de la ciudad de Mosul se había multiplicado por más de dos veces, con lo que el número total de iraquíes desplazados llegó a 47.000, desde el comienzo de las operaciones militares el 17 de octubre.

Es probable que los números continúen aumentando drásticamente a medida que la lucha se desplaza hacia las zonas urbanas más densamente pobladas de Mosul. En respuesta, el ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, está intensificando su asistencia.

El ACNUR está construyendo 11 campamentos para recibir a iraquíes desplazados, cinco de los cuales actualmente están acogiendo recién llegados. El recién construido campamento Hasansham U de la agencia completo su capacidad en sólo cuatro días.

El campamento ahora alberga 1.855 familias – más de 10.000 personas. Una última sección del campamento, con 240 tiendas de campaña, se terminará esta semana. 135 familias que llegaron el lunes pasaron su primera noche en el centro de recepción del campamento mientras esperaban tiendas, donde se les proporcionaron colchones y mantas.

Algunas de las nuevas familias se mudaron temporalmente con otros, uniéndose a vecinos, amigos o familiares. Sadika Abdullah Aziz, una madre de dos del barrio de Samah en Mosul, aloja a seis familias en su tienda, que ahora está repleta con unas 20 personas, en su mayoría niños pequeños.

“Llegamos ayer por la mañana. Nos sentimos seguros y cómodos aquí y dormimos bien anoche”, dijo. Ya no tenemos explosiones y bombardeos a nuestro alrededor. Nuestra casa estaba totalmente destruida y nos quedamos con los vecinos hasta que pudimos salir.

“Cuando estuvimos aquí, vi que muchas otras familias no tenían tiendas, así que les dimos la bienvenida a quedarse. Está lleno de gente, pero pronto tendrán tiendas de campaña y más ayuda”, agregó.

“Nos sentimos seguros. Somos libres. Nos sentimos liberados y esperamos un futuro mejor”.

Khairo Murat Mirza, un padre de nueve, durmió fuera en esta primera noche, mientras que las mujeres de su familia dormían en un edificio de contenedores en el centro de recepción. Aun así, no se quejaba.

“Antes, las cosas eran confusas y aterradoras. No nos sentíamos en absoluto seguro. Ahora, aunque necesitamos ayuda, estamos muy cansados y hambrientos y no tenemos tienda, nos sentimos seguros. Somos libres. Nos sentimos liberados y esperamos un futuro mejor”.

Los camiones y los autobuses llenos de recién llegados del este de Mosul están siendo dirigidos a un sitio de extensión donde miles de familias más pueden ser alojadas en el campamento Khazer M1, administrado por el Gobierno, a unos minutos, donde el ACNUR proporciona artículos de atención primaria como colchones y mantas .

En el campamento, Mahmoud Ahmad y su familia se instalaban en su nueva tienda. Mahmoud seguía sonriendo ampliamente. “No había dormido durante cinco días. Anoche fue la primera noche en que conseguí un buen sueño”, dijo. “Los niños están riendo y jugando de nuevo afuera. Son tan felices. No podían jugar afuera en Intisar … estábamos demasiado asustados por ellos”.

“Estar aquí ahora es como una liberación de una prisión oscura, y pasar a la luz”, dijo con una sonrisa radiante.

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Nigeria: A medida que Boko Haram se retira, crecen las preocupaciones para los retornados

África/Nigeria/13 de septiembre de 2016/ Fuente: ACNUR

(ACNUR) – Se muestra preocupado por las condiciones de cientos de desplazados internos que se dirigen a sus hogares en las devastadas ciudades y pueblos, en las áreas recién liberadas del Estado de Borno.

Cientos de desplazados internos están retornando a los pueblos y ciudades devastados, las cuales fueron liberadas recientemente del grupo Boko Haram, en el Estado de Borno, al noreste de Nigeria, aumentando las preocupaciones sobre las condiciones de vida, servicios básicos y de seguridad en el área, dijo el ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.

La continua campaña de las fuerzas gubernamentales de Nigeria, en cooperación con La Fuerza Multinacional de Lucha ha retrocedido los avances de Boko Haram, cuya insurgencia ha desplazado a más de dos millones de personas dentro de Nigeria desde 2014.

Cientos de miles de personas en Borno ya tienen una urgente necesidad de ayuda, dijo Leo Dobbs, portavoz del ACNUR durante una conferencia en Ginebra el viernes (9 de septiembre), denotando que se espera que el número de personas retornando a las áreas liberadas aumente en las próximas semanas.

“No contamos con cifras completas, pero nuestro equipo sobre el terreno y los socios están reportando retornos tanto facilitados por el Gobierno como espontáneos en los últimos días. Cientos de personas se están dirigiendo a lugares como Mafa, Konduga, Benisheikh y Dikwa”, dijo Dobbs a los reporteros en el Palacio de las Naciones en Ginebra.

La asistencia del Gobierno y las agencias de ayuda han aumentado en la región para ayudar a personas en los 16 distritos que son nuevamente accesibles en Borno. El ACNUR y sus socios solo han entrado a 10 de estos distritos, donde cerca de 800.000 personas están en urgente necesidad de ayuda.

Dobbs comentó que algunas de las personas que retornan a sus hogares en las áreas recién liberadas como la capital de Borno, Maiduguri, parecen estar felices de regresar, citando que las condiciones en los lugares donde vivían, incluyendo los campamentos de desplazados internos para desplazados internos, eran terribles.

“Los retornos deben ser voluntarios, dignos y seguros, las personas deben ser informadas sobre las condiciones en sus zonas natales”, dijo Dobbs.

“El ACNUR está en contacto regular con oficiales estatales, hemos presentado nuestras preocupaciones y hemos ofrecido trabajar de cerca con ellos para asegurar que los retornos se lleven a cabo de acuerdo con los estándares internacionales, de forma digna y segura. Continuáremos monitoreando la situación de los retornados, especialmente los más vulnerables”, agregó.

Mientras, a medida que el ACNUR y los socios escalan sus operaciones en el noreste, la seguridad y el acceso a los necesitados, especialmente a aquellos en las áreas recientemente accesibles, continúa siendo un desafío mayor. Una respuesta humanitaria más grande, así como una mayor presencia sobre el terreno, y una mejor coordinación de los esfuerzos humanitarios y recolección de datos, son aspectos necesarios.

“La mayoría de los desplazados son mujeres, niños y personas mayores. Los asuntos prioritarios en los que trabajan el ACNUR y sus socios incluyen albergue, alimentación, agua potable, así como cuestiones de salud, incluyendo prevención de la malnutrición y el cólera”, afirmó Dobbs.

“Los temas de protección incluyen violencia sexual y de género, donde hemos tenido éxito a través de grupos de acción basados en la comunidad que alientan el diálogo y la concientización”.

Sobre el terreno, el ACNUR continúa trabajando a través de socios locales para llevar a cabo monitoreo de protección vital en Bama, Monguno, Dambos, Konduga, Mafa, Dikwa; e incluyendo los distritos de Biu, Bayo, Hawul, Shani y Kwaya Kusar al sur de Borno.

La Agencia de la ONU para los Refugiados brindó 200 albergues para 1.000 personas en Bama y ha distribuido productos no alimentarios a 16.000 personas en las últimas dos semanas. La ayuda incluye 10.000 productos distribuidos a personas en Banki. En Maiduguri, el ACNUR ha construido casi 2.000 albergues semi permanentes para cerca de 10.000 personas, y está construyendo albergues de emergencia para 5.000 personas en Dikwa.

La insurgencia en el noreste de Nigeria ha desplazado a más de 2,25 millones de personas desde 2014, incluyendo 2,066 millones de personas desplazadas dentro de las fronteras del país y casi 190.000 refugiados en los vecinos Camerún, Níger y Chad. A pesar de que el Gobierno ha retrocedido los avances de Boko Haram desde el año pasado, la insurgencia ha empezado a hacer ataques terroristas, y continúa siendo una potencial amenaza.

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/a-medida-que-boko-haram-se-retira-crecen-las-preocupaciones-para-los-retornados-nigerianos/

Imagen: www.acnur.org/fileadmin/_processed_/csm_09.2016.09_Nigeria_03d2b3b21e.jpg

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Siria: El desesperado rostro de la guerra

Asia/ Siria/30 de agosto de 2016/ Fuente y Autor/Siempre/Bernardo González Solano

El mundo sufre fortísima crisis humanitaria. Por atender el bosque se pierde el árbol. El siglo XXI empezó mal: los atentados terroristas que derrumbaron las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York el 11-S de 2001, dieron paso a un imparable derramamiento de sangre desde el centro mismo del último imperio: Estados Unidos de América (EUA), que se ha extendido al Viejo Continente (en varias de sus milenarias capitales), a Asia y al Oriente Medio, donde no ha parado la matanza (por todas las razones ideológicas y religiosas posibles).

Desde hace un lustro, en Siria, lo que se inició como una revuelta popular se ha convertido en una guerra civil en la que se han implicado varios países de la región, y varias de las potencias que forman parte del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Esta guerra ya casi suma 300,000 muertos y millones de heridos. Aparte de las víctimas mortales castrenses (que no son la mayoría), la población civil y especialmente los niños, son los que sufren principalmente las consecuencias de ese enfrentamiento en el que EUA y Rusia ya están implicados.

Los infantes sirios nacidos hace cinco años no conocen otra vida que la de los sótanos, los refugios, la escasez de alimentos, de medicina, la muerte de sus padres, hermanos y el resto de la familia. En el último de los casos, abandonar el país, en calidad de refugiados con el propósito de tratar de llegar a la Unión Europea, cruzando el Mediterráneo donde muchos miles ya han perdido la existencia. A últimas fechas, fotografías de infantes supervivientes y de cadáveres de pequeños ahogados, han impactado en todo el planeta. La crudeza de las imágenes de dos niños sin futuro podrían representar una oportunidad para que la guerra en Siria llegara a su fin, lo cual no es seguro.

Pero, al mismo tiempo, también significan el desinterés de la Humanidad por el sufrimiento de nuestros semejantes en países que la mayoría no saben ubicar en los mapas. En resumen, el mundo se ha deshumanizado. El sufrimiento de millones y millones de seres humanos no les importa a la mayoría. Cada quien se preocupa únicamente por lo suyo. Lo que significa, simple y llanamente que “cada quien se rasque con sus uñas”. Esa es la verdad. Lo demás es hipocresía.

De acuerdo a United Nations Children´s Fund (UNICEF: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), 8.4 millones de niños están afectados por el conflicto armado en Siria. En lo que va del mes de agosto, ningún convoy con ayuda humanitaria internacional ha podido llegar a ninguna de las zonas asediadas por los combatientes en territorio sirio, ni en Alepo, al norte del país, la segunda ciudad más importante donde residían 1.5 millones de habitantes, dividida por los enfrentamientos desde 2012, ni en otras partes donde más de 500,000 civiles carecen de lo elemental para sobrevivir.

Por esto, de acuerdo con Peter Salama, director regional para Oriente Próximo y el Norte de África de UNICEF, 3.7 millones de sirios han nacido tras el inicio de la guerra civil en 2011, y entre ellos 151,000 son refugiados desde el primer día de sus vidas porque nacieron en el seno de familias cuyos jefes tuvieron que abandonar su patria. Asimismo, apunta el funcionario internacional: “Las vidas de estos niños están marcadas por la violencia, el miedo y el desplazamiento”. Además, dos millones de infantes no reciben ningún tipo de educación en el país, según SaveThe Children en el país, y tampoco otros 700,000 niños nativos de países vecinos.

Las cifras de UNICEF son apabullantes: en territorio sirio, de los 13.5 millones de personas en situación desesperada, la mitad son menores de 18 años, y 6.5 millones de niños tuvieron que huir de sus hogares convirtiéndose en desplazados forzados, aparte de otros dos millones que todavía viven en lugares difíciles donde no pueden llegar los pocos  organismos internacionales de ayuda humanitaria que todavía tratan de hacerlo. El organismo de la ONU asegura que las violaciones contra menores de edad son asunto cotidiano. El año pasado se registraron más de 1,500 agresiones graves. Más del 60% fueron asesinatos y mutilaciones por el estallido de todo tipo de bombas en sitios de tránsito, incluso para ir a la escuela.

La angustiosa situación se da no sólo en Alepo, sino en las áreas leales a Damasco bajo el asedio de los adversarios del “gobierno”. En ese cerco están encerrados, por lo menos, más de 100,000 niños que viven en sótanos donde apenas sobreviven, como el resto de una población exhausta tras cinco años de carnicería e impunidad en Siria. Parte de los civiles que aún se encuentran en la desdichada ciudad de Alepo están bajo el control de los rebeldes. De tal suerte, los sitios a los que los somete el régimen impide la llegada de alimentos, electricidad, agua, medicinas y productos de primera necesidad. Además, algunas ONG denunciaron un aumento de los ataques contra los colegios en las ciudades de Idlib y Alepo. Seis centros educativos fueron atacadas en menos de siete días.

Entre bombardeos indiscriminados de escuelas y hospitales –más de 25 en lo que va de 2016–, el régimen de Bashar al-Asad usa armas no “convencionales” como los barriles bomba, gases químicos como el cloro o el temible napalm (que en la guerra de Vietnam causó miles de muertos), prohibido por todos los tratados de protección de civiles en conflicto. La razón del veto mundial para este tipo de materiales mortíferos, es la imposibilidad de dirigirlas con precisión sobre objetivos militares.

Muchos niños tienen que permanecer en Siria y otros tratan de escapar –con sus familias o solos–, con destino a Europa y algunos países vecinos con la esperanza de encontrar una vida más segura. De acuerdo a información proporcionada por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), en el mes de junio último había dos millones y medio de infantes sirios con la condición de refugiados. En la Unión Europea hay 214,355, la mayoría de los cuales se encuentran, en Alemania (82,520); Hungría, 45,625; y en Suecia, 27,975, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Así, los refugiados infantiles son el grupo más débil y vulnerable. Los niños sufren abusos, tráfico, enfermedades y explotación laboral y sexual. Y muchos mueren ahogados en el mar Egeo y el Mediterráneo.

En 2015, más de la mitad de los casos estudiados por la ONU los “niños soldados” eran menores de 15 años, un 30% más que el año anterior. “Los niños están siendo utilizados para matar”. El mejor ejemplo de lo anterior se presentó en la noche del sábado 20 de agosto en la ciudad de Gaziantep, Turquía, en una fiesta nupcial, cuando un menor de entre 12 y 14 años de edad, se convirtió en un suicida-terrorista al estallar una carga explosiva que causó por lo menos 51 muertos y 94 heridos. Este atentado es el más mortífero registrado en el país en lo que va del presente año –el acto terrorista en el aeropuerto de Estambul en junio pasado causó 45 muertos–, y al momento de escribir está crónica todavía nadie se atribuía la autoría del mismo, aunque el presidente Recep Tayyip Erdogan acusó al Estado Islámico como probable autor de la masacre.

En tales circunstancias, el miércoles 17 de agosto, circuló en los medios una fotografía  que dio la vuelta al mundo por el efecto viral de las redes sociales que tanto bien y tanto daño causan en los días que corren. La imagen del pequeño Omran Daqneesh, de cinco años de edad, ensangrentado y polvoriento como su patria, Siria, recorrió todo el planeta en segundos. “El niño de la ambulancia”, se tituló la foto. Su corta y  dramática historia está ligada a la guerra en Alepo.

Un vídeo proporcionado por el Aleppo Media Center –activistas enemigos del régimen de Bashar al-Asad–, proyecta el momento en que los rescatistas sacan a Omran, conmocionado, de entre los restos de su hogar, en el barrio de Qaterji, junto a sus cuatro hermanos, uno de los cuales moriría pocos días después.

La foto que ya se hizo famosa, muestra a Omran sentado en una silla color naranja. La imagen es el símbolo de la sinrazón de la guerra civil en Siria. La impresión es apabullante: el horror en grado sumo. El niño mira sus manos, manchadas con su propia sangre y trata de limpiarse en sus sucios pantalones cortos. La expresión vacía, en shock. El autor de la foto, Mahmud Rslan, dijo a la agencia AFP. “He tomado muchas fotos de niños muertos o heridos por los bombardeos, lo que ocurre cotidianamente en la parte rebelde de Alepo…lo normal es que estén desmayados o lloren. Pero Omran estaba ahí sin voz, con la mirada perdida. Es como si no comprendiera muy bien lo que le acababa de suceder”. No era para menos.

Era forzoso que está fotografía remitiera a otra imagen fotográfica, la de un niño ahogado en una playa turca cuando intentaba llegar, con su familia, a la isla griega de Kos. El nombre del pequeño: Aylan Kurdi. Recorrió el mundo como sucedió con Omran Daqneesh . El fenómeno fue similar en ambos casos, el seguimiento de la noticia fue masivo. Todo el mundo se impactó con las imágenes. Pero nada cambió. Todo sigue igual. La guerra continúa en Siria y en muchas otras partes. La suerte de los niños es la misma. VALE.

Fuente: http://www.siempre.com.mx/2016/08/el-desesperado-rostro-de-la-guerra/

Imagen: www.siempre.com.mx/wp-content/uploads/2016/08/3298-Berna.jpg

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Acnur advierte con 1,2 millones de desplazados tras la batalla de Mosul

Asia/Irak/30 de agosto de 2016/ Fuente: eltelegrafo

Luego de que el Gobierno retomó el control de Al-Qayara, los terroristas obligan a los civiles a movilizarse hacia el centro de la ciudad. En esa zona se concentrará el grueso de los combates. Redacción y agencias AFP Hasta 1,2 millones de iraquíes tendrán que abandonar Mosul debido a la batalla del Gobierno de Irak contra el Estado Islámico (EI) por la ciudad. Así lo advirtió en un comunicado la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Adrian Edwards, portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), lanzó la voz de alarma y solicitó ayuda para establecer 6 campamentos en el norte del país árabe con el fin de atender a los desplazados.

El funcionario advirtió que “el impacto humanitario de una ofensiva militar allí va a ser enorme”. De hecho, detalló, en lo que va de 2016, el avance del Ejército ocasionó 200.000 desplazados, con lo que ya suman 3,4 millones de personas que  abandonaron sus hogares desde que el EI lanzó su ofensiva. Mosul, la segunda ciudad de Irak, fue tomada por el grupo terrorista el  10 de junio de 2014. Desde entonces las fuerzas gubernamentales y las milicias kurdas peshmergas han liberado a las poblaciones cercanas. El viernes, el Ejército iraquí, con el apoyo de milicianos de las tribus locales y los bombardeos de la coalición que lidera EE.UU. y que integran 40 países, expulsaron al EI de Al-Qayara, 60 kilómetros al sur de Mosul. La recuperación de este sitio donde se encuentra una base aérea, la tercera más grande de Irak, es altamente estratégica para el eventual asalto final. Riad Yalal Tawfik, teniente general  jefe de las fuerzas de tierra, precisó que aún queda trabajo pendiente, ya que el cuerpo de ingenieros limpia la zona de trampas explosivas y municiones sin estallar. “Controlamos todos los barrios y hemos logrado, en muy poco tiempo, erradicar al Daesh (acrónimo del Estado Islámico en árabe)”. Pese al éxito la población civil de Mosul corre riesgo de venganzas sectarias. Se estima que aún quedan entre medio millón y un millón de habitantes, todos suníes. Este detalle es importante ante las sensibilidades que despierta la participación de las milicias chiíes sobre una región cuyos habitantes son mayoritariamente suníes, en especial tras las denuncias de abusos, torturas y ejecuciones sumarias anteriores.

Nouhad Mahmound, exembajador de Líbano en México (1999-2001), en una entrevista con el diario El Universal, destacó que las ptencias internacionales se involucran por sus intereses regionales. “La influencia externa, en el pasado, así como en el futuro, añadirá mayor complicación al suceso. La población en la región está pagando el precio desde la invasión estadounidense a Irak en 2003. Para la población de Siria, Irak, al igual que en el caso de los palestinos, no hay final a la vista para sus tragedias”. El EI usa armas capturadas en las zonas que han tomado. La mayoría de este armamento viene de EE.UU.. Donatella Rovera, investigadora de Amnistía Internacional, explicó que nadie previó mecanismos para evitar esta situación. “La comunidad internacional -y especialmente los integrantes de la coalición de voluntarios que entró en Irak sin mandato de la ONU hace poco más de un decenio- tiene ahora la responsabilidad de responder al desafío”. EI prohíbe desplazarse Tras la derrota del EI en Al-Qayara, los terroristas obligan a la gente en el sur de Mosul a abandonar sus hogares para desplazarse hacia el centro, matando a quienes no obedecen. Así lo denunció el gobernador de la provincia central de Sala al-Din, Ahmad al-Yaburi. La medida es en respuesta a la solicitud del primer ministro iraquí, Haidar al-Abadi, para que los residente se alisten a la liberación. Según HispanTV, los comunicados del Ministerio de Defensa de Irak pedían la cooperación del pueblo en las operaciones para la liberación de la ciudad.

Para atender las necesidades de los desplazados, Acnur requiere $ 584 millones. A inicios de agosto los donantes solo recaudaron el 38% de la cifra total. Cabe destacar que desde 2014, en Irak, 3,38 millones de personas abandonaron sus hogares por la violencia. Para algunas familias este es el segundo, tercero y hasta cuarto desplazamiento en menos de diez años. (I) La dificultad radica en establecer campos El Alto Comisionado de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur, por sus siglas en inglés) brinda ayuda humanitaria, incluyendo albergue, paquetes con materiales de primera necesidad y servicios de protección, tales como ayuda legal, a las 20.000 familias desplazadas en todo el país. No obstante, aún necesitan terrenos adicionales para campamentos y fondos para la atención, señaló Adrian Edwards, portavoz de la entidad. El funcionario recalcó que los planes de contingencia proporcionarán alojamiento para 120.000 personas que huyen del conflicto en Mosul y sus alrededores, pero hay que crear otras 6 opciones de albergue y lo crucial es encontrar un lugar. “Las autoridades identifican y proporcionan los terrenos y Acnur, con otras agencias de la ONU y colaboradores humanitarios evalúan su idoneidad. Aun así, esta cuestión está plagada de problemas; muchos propietarios no quieren arrendar sus tierras; mientras que otros terrenos pueden no ser apropiados debido a su topografía, su proximidad a la primera línea de combates que puede avivar tensiones étnicas, sectoriales, religiosas o tribales”. (I) Datos El campo de desplazados en Debaga ha multiplicado por diez su tamaño en apenas  meses. De ser un campamento que acogía a 3.500 personas en marzo, ahora alberga a 34.000.

Entre los principales problemas que padecen está la interrupción abrupta de la educación. Tras el desplazamiento, muchos niños no pueden retomar su educación por motivos económicos o de entorno. Las personas obligadas a dejar sus hogares, muchas veces pierden miembros de su familia, vecinos y amigos. Por ello sufren de alienación, miedo, ansiedad, incertidumbre y desarraigo. La dificultad para adaptarse a un nuevo entorno y retomar una vida normal causa cicatrices psicológicas duraderas.

Esta noticia ha sido publicada originalmente por Diario EL TELÉGRAFO bajo la siguiente dirección: http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/mundo/9/acnur-advierte-con-1-2-millones-de-desplazados-tras-la-batalla-de-mosul
Si va a hacer uso de la misma, por favor, cite nuestra fuente y coloque un enlace hacia la nota original. www.eltelegrafo.com.ec

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