El Salvador: “Estoy pidiendo que se me trate como un ser humano», comunidad LGBTIQ+ marcha por sus derechos

América Central/El Salvador/20-05-2022/Autora:  Graciela Barrera/Fuente: www.elsalvador.com

En el marco del Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, decenas de personas de la población LGBTIQ+ se tomaron las calles de San Salvador para exigir una Ley e Identidad de Género, respeto a sus derechos, vidas y cuerpos.

Desde hace diez años, cada 17 de mayo, la comunidad LGBTIQ+ en El Salvador marcha por la reivindicación de sus derechos, entre ellos, una Ley de Identidad Género. Esta vez realizaron la convocatoria en el Parque Cuscatlán. A las 8:00 de la mañana ya se encontraban diferentes organizaciones con sus banderas de colores, camisetas, pulseras y pañoletas para exigir el respeto a sus cuerpos y vidas.

Allí estaba Maryori, una mujer trans de 24 años, quien asistió por primera vez a la marcha junto a su mejor amigo trans. Para ella fue un día con un gran significado, sobre todo porque son espacios en los que puede sentirse tranquila de ser ella misma. Según Maryori, en la sociedad salvadoreña, este continúa siendo un tema tabú, “las personas todavía no logran entender lo que significa para nosotras el que se nos respeten los derechos como personas, independientemente de la fe”, dijo.

Unos dos metros más adelante se encontraba Tim, un hombre trans de 21 años, quien asiste por segunda vez a una marcha organizada por y para la comunidad LGBTIQ+. Él menciona estar muy orgulloso de ser una persona trans, quien espera que se le respete y vea con el mismo valor que él ve a las demás personas. “Estoy pidiendo que se me trate como una persona normal, como un ser humano”, expuso.

Además, mencionó que su mayor deseo es erradicar la discriminación y los asesinatos por transfobia. Tim fue muy claro al expresar la finalidad de la marcha, mientras otras personas, en sus autos, que transitaban la zona, lo trataron de desvalorizar.

“La gente se lo toma como si estuviéramos haciendo un festival de gays que quieren divertirse. Se equivocan. Estamos buscando que se nos reconozca como personas y que se nos respeten los derechos al igual que una persona heterosexual”, dijo con voz firme.

La población LGBTIQ salió a las calles para conmemorar el día contra la transfobia, y la homofobia. Este día se conmemora en todo el mundo a raíz de la eliminación de la lista de enfermedades mentales la homosexualidad. Foto EDH/ MARVIN RECINOS / AFP)

Uno de los mensajes de los carteles que sostenía un asistente a la marcha decía “¿Quién nos cuida de la policía?”, durante el recorrido expresaron el descontento con la nula protección del Gobierno y la desconfianza que tienen en las instituciones estatales, incluidas las de seguridad.

Según el informe Medios de vida de las personas LGBTIQ+ en El Salvador, elaborado en 2021 por la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (ORMUSA)en promedio, el 69% de esta población muestra poca o nada de confianza en las instituciones de gobierno y en promedio solo el 8% expresa sentir mucha confianza en ellas. La Fuerza Armada, la Policía Nacional Civil (PNC) y el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública (MJSP) son las instituciones que menos confianza generan entre la población LGBTIQ+.

A las 10:22 de la mañana finalizó la marcha frente a la Asamblea Legislativa, donde las organizaciones recordaron que las personas LGBTIQ+ continuan enfrentando actos de tortura, tratos inhumanos y degradantes, uso excesivo de la fuerza,  detenciones ilegales y arbitrarias.

Además, demandaron mecanismos de protección para las personas LGBTIQ+ que les permita vivir de una forma digna. Solicitaron de forma particular a los diputados que prioricen aprobar una Ley de Identidad de Género, sobre todo porque ya existe un mandato de la Sala de Constitucional, que el 22 de febrero de este año ordenó emitir las reformas necesarias a la Ley del Nombre de la Persona Natural para garantizar que el cambio de nombre propio sea compatible con la identidad y expresión de género autopercibida.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/comunidad-lgbti-marcha-por-derechos/957130/2022/

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La violencia transfeminicida, la violencia más letal

Por: María Fernanda Ruiz

 

En 17 de mayo de 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó a la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales. Pero fue hasta 2018 que la OMS dejó de considerar a las personas transgénero como personas “enfermas”. Esto para evitar violencias como las terapias correctivas, a pesar de que las identidades trans sean reconocidas por la OMS, las violencias hacia estas comunidades siguen normalizadas.

En 2004 se eligió el 17 de mayo como el Día Internacional contra la homofobia, transfobia y bifobia para visibilizar las violencias a las que las comunidades LGBT+ se enfrentan día a día.  Desde entonces cada año se realizan actividades en distintas partes del mundo.

Pero para muchas personas el uso de la palabra fobia para hablar de las violencias es cuestionable. Una de estas voces críticas es la de la activista Violeta Alegre. En una entrevista realizada por Agencia Presentes en 2017 la activista explicó por qué le parece importante dejar de usar esta palabra:

“La fobia parece carecer de responsables. Cuando se habla de fobia, se habla principalmente de la falta de control racional en la tolerancia subjetiva de ese individuo. Ante la falta de tolerancia, el sujeto acciona. ¿Cómo acciona? Gritando, huyendo, odiando, aplastando, matando. La palabra “fobia” –que hace referencia a salud emocional o psicológica- se caracteriza por miedo intenso y desproporcionado ante objetos o situaciones concretas. Creo en la necesidad de politizar la palabra fobia, ya que solo hace referencia a un diagnóstico propuesto por las ciencias médicas, invisibilizando la violencia de un sistema que opera para crear este tipo de odios. Un odio social y cultural del cual el patriarcado es agente constructor, perpetrador y perpetuador. Cuando se habla de fobia se convierte al victimario en víctima”

La periodista trans Georgina González, de la Agencia Presentes, explica que se puede hablar de prejuicio en lugar de odio, aunque por ahora considera adecuado usar el término transodio:

“Esta cuestión del odio y la fobia es un tema que se habla y se cuestiona en los talleres de Presentes. Una buena práctica que apuntan es dejar de hablar de fobias, sumar transodio e incluso ampliarlo a violencia por prejuicio. Las fobias son una patología y violentar a alguien por su identidad de género, su orientación sexual o expresión de género, esa acción no es una enfermedad, por lo tanto no es una fobia. Y se tiene que dejar de hablar de eso. Al hablar de odio también hay ciertos matices que hay que tener en cuenta porque el odio alude más a un sentimiento personal, mientras que hablar de prejuicio alude a algo más social y cultural. En el caso específico entre transodio y transfobia, el término transodio funciona en la lengua del español pero en términos más clavados de conceptos el prejuicio entra en un contexto social y cultural: atacar a alguien por percibirle como parte de un grupo, en este caso te percibo trans, te percibo lesbiana, entonces te ataco y te discrimino” explica.

Según datos de Transgender Europe, México es el segundo país con más crímenes de odio hacia las personas de las comunidades LGBT+. Para hablar de estas violencias este 17 de mayo, Pie de Página reunió las voces de personas trans que nos explican qué es el transodio, cómo impacta en sus vidas y cómo se están organizando para erradicarlo.

«Mi identidad es invalidada o se toma de broma»

Xóchitl Rodríguez es comunicólogue, trabaja en la organización feminista Balance A.C. y forma parte del colectivx Hola, Amigue, de personas trans y no binaries.

¿Qué es el transodio? 

Son acciones directas, viscerales o violentas en contra de las personas trans. Hacer campaña en contra de los derechos desde argumentos falsos, un paso más allá de discriminar.

¿De qué manera te impacta?

Como persona trans binaria, normalmente mi identidad es invalidada o se toma como una broma. Pero la verdad es que son violencias muchísimo más suaves que, por ejemplo, las que viven las personas trans binarias. Como soy leída como mujer, no me llegan comentarios de odio. Así que sí hay un impacto, pero es mucho menor comparado a otres compañerxs trans.

¿Cómo se vive el transodio en México?

Somos un país con una alta tasa de transfeminicidios, las leyes de Identidad no existen en todo el país y, las que hay, no siempre aplican para las infancias y adolescencias trans. Hay partidos políticos que se aprovechan las cuotas de inclusión para fingir ser mujeres trans, acción que es contraria a ellas.

¿Cuáles consideras que son las raíces del transodio?

La primera es el binarismo biologicista, es decir pensar que sólo hay dos géneros, y solo hay dos sexos, entonces cuando naces solo te aplica uno u otro. Si naces con un sexo determinado y te asignan un género entonces las cosas que deberías hacer con tu vida, los estereotipos que deberías seguir, son la primera base de la transfobia.

También la teoría de conspiración del borrado de las mujeres, que te indica que los hombres cis se van a disfrazar de mujeres, porque así es como ven a las mujeres trans, como una onda performativa: “los hombres cis se van a disfrazar de mujeres y van a entrar a los baños a violar” o una impresión de que si existen las mujeres trans y tienen más derechos, entonces las mujeres cis, pensadas como mujeres “reales” por tener vulva, van a quedar en desventaja jurídica, lo cual es mentira.

Del lado de hombres hetero que se enamoran o ligan con mujeres trans, y se dan cuenta de que son mujeres trans, hay una onda súper violenta de que les dicen que los engañaron, que son mujeres falsas, normalmente puede pasar de palabras a golpearlas, violarlas correctivamente hasta matarlas. Y eso es otra base del transodio, que las personas trans te están mintiendo porque su identidad es un “disfraz”.

El transodio es una combinación de biologicismo binario, “borrado de mujeres” e identidades como “disfraz”.

¿Cómo erradicar el transodio?

Creo que a partir de dos niveles. Uno es seguir luchando por las leyes de Identidad para personas trans. El segundo es que dentro de los planes educativos se empiece a introducir la Educación Integral en Sexualidad, para poder hablar de diversidad y de las personas trans.

«No me siento seguro cuando no hay personas trans»

Hombre trans del desierto. Julián tiene 26 años, tiene una licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas y actualmente estudia la Maestría en Lenguas Modernas. Su principal tema de interés es la manera en que la comunidad trans utiliza el lenguaje para negociar su identidad, cuerpo y sentido de comunidad.

¿Qué es el transodio?

El conjunto de ideas, pensamientos, prejuicios negativos hacia la población trans, a que el género es una cuestión diferente al sexo, que la expresión de género puede dictar nuestra identidad y la idea de que la autopercepción de género es erróneo, equivocado o atenta contra los fundamentos morales de la sociedad. Creo que todo esto es la columna vertebral del transodio.

¿De qué manera impacta en tu vida?

He perdido amistades a causa del transodio. Que a partir de la ignorancia han virado al escepticismo de las identidades trans y después a la crítica total y absoluta. Eso pues me ha dolido bastante. Estoy constantemente vigilando las actitudes de las demás personas, su lenguaje, sino también hay microviolencias, pequeñas cosas que son como silbatos de perros que me hacen pensar: eso puede ser o viene de un discurso transfóbico aunque no esté diciendo algo transfóbico en ese instante. Sobre todo hay que decirlo, en muchos espacios no me siento seguro, incluso en espacios de izquierda, incluso en espacios progresistas, cuando no hay personas trans.

¿De qué manera se da el transodio en México?

Con la invisibilización, la violencia y, en muchos estados de la república, vivir sin garantía de los derechos. Los trámites legales son larguísimos, somos un grupo muy limitado y en las instituciones eso tiene un impacto. No voy a decir que la burocracia es transfóbica pero veo al menos en ciertos casos creo que sí podrían tener un poco más de consideración. Muchas personas viven fuera de la CDMX y tienen que llevar ese trámite y continuarlo en sus estados. En seis años no han hecho ningún protocolo en los Registros Civiles de los estados. En Sinaloa encima de pagar el viaje a CDMX tienen que pagar un notario, si registro civil ya lo autorizó, ¿por qué lo tiene que autorizar un notario en el estado? No tiene ningún sentido. Esa es una de las maneras en las que impacta, desde el derecho a la vida hasta la garantía de los derechos civiles que después se traslada al trabajo y a la garantía de salud.

¿Cuáles consideras que son las raíces del transodio?

En la primera capa que nos afecta de manera individual a cada persona creo que mucha es la ignorancia de las vivencias trans, ¿cuántas personas pueden decir que tienen un grupo de amistades o han hablado con personas trans?, y luego, aunque conozcas a personas en tu trabajo o escuela no implica que vas a entender sus vivencias, creo que empezar por ahí, por el hecho de decir que trabajo con una persona trans y que es una persona como cualquier otra, que no tiene planes malvados para destruir a la sociedad o es violenta o tiene sesgos contra mujeres u hombres. Falta, que estén las personas trans en los espacios laborales, académicos, para que dejemos de ser ese grupo que nada más existe en la malignidad social.

¿Cómo erradicarlo?

Creando espacios más abiertos para las personas trans. Conscientes de su presencia. Que los espacios laborales sean espacios donde uno pueda manifestar su identidad de género o una expresión de género no conforme. También dar a conocer cuáles son los discursos transfóbicos para volver los espacios más democráticos, abiertos y seguros para las personas trans.

¿Cómo le haces frente al transodio?

Cada quince días estoy llevando una sesión virtual abierta para personas trans en la que hablamos, discutimos sobre nuestras vivencias. Las sesiones son temáticas para facilitar el diálogo y que podamos compartir algo sobre nosotros y lo que pensamos.

«No sabía que existían personas como yo«

Dante Ureta. Psicólogue en formación. Redactor. Le interesa la educación sexual, la psicología social, el arte, la divulgación científica y cualquier mezcla entre esas 4 cosas.

¿Qué es el transodio?

Conductas o actitudes negativas que se expresan en contra de las personas trans por el simple hecho de ser trans. Nos hace una de las poblaciones más vulnerables. Se puede traducir desde lo más grave como homicidio o violación hasta cosas muy sutiles que pasan desapercibidas como no tener acceso a trabajo, a la identidad, a salud pública, no tener derechos humanos básicos.

¿De qué manera impacta en tu vida?

La permea toda, directa e indirectamente. La desinformación por ejemplo es una de ellas. Que exista bloquea que haya información sobre nosotres. Yo no sabía cómo transicionar al principio, ni siquiera sabía que era posible hacerlo, ni siquiera sabía cómo nombrarme, no sabía que existían personas como yo o la posibilidad de que yo existiera como estoy yo ahorita existiendo. No solamente son (carencias de) salud, que no podamos acceder a derecho de identidad por parte del Estado, no se traduce solo a asesinatos, violaciones, creo que una de las cosas que menos se hablan son de las sutilezas. Muchas veces se pierde el acceso a tener una pareja, una familia. Que sólo te busquen para tener sexo pero no para una relación porque no te pueden presentar con la familia por ser trans. Esas pequeñas cosas que nos hacen humanos. O tener un trabajo digno, porque entonces podrías ser la persona con el currículum más completo pero eres trans y no cubres con la presentación para trabajar en la empresa; o que nuestra familia no nos hable.

¿De qué manera se da el transodio en México?

Así como el género nos atraviesa a todes, los hombres trans viven una invisibilización y las mujeres trans viven una hipervisibilización que las hace muy vulnerables, hay más exigencias debido a la misoginia por cómo debe ser una mujer a cómo debe ser un hombre, esa misma misoginia a las mujeres cisgénero que está basado en esta idea de mujer blanca, se traduce también en violencias a las mujeres trans. México tiene un gran problema de violencia hacia las personas trans, sobretodo a las mujeres trans. Poco a poco hemos logrado lugares de encuentro pero sigue siendo un clima de odio y violencia generalizada para las personas trans.

¿Cuáles son las raíces del transodio?

A las personas es muy difícil aceptarnos y comprendernos como realidad porque somos la sumatoria de muchos problemas en uno. El colonialismo creó esta idea de hombres y mujeres y reafirmó los estereotipos de género. El Estado nación marca esta idea de familia e identidad nacional, el heteropatriarcado va de la mano de estas dos cosas, de la idea de familia, de que la heterosexualidad es obligatoria, de que no puede existir otro tipo de familia, de ser un tipo de mujer, un tipo de hombre y no te puedes salir de ahí. Esto, traducido en un cuerpo que es disruptor de estas cosas, genera rechazo porque una persona trans rompe con todo este tipo de cosas, que no funcionan, que nunca han funcionado, que siempre han estado impuestas en nosotros, casi nadie en el mundo entra dentro de estas ideas de lo que es un hombre o una mujer, realmente casi todos los cuerpos son impropios, en ese sentido, cada quien en el mundo tiene esas formas en las que no entra dentro del canon pero las personas trans son la sumatoria de varias de esas cosas.

¿Cómo le haces frente?

Creo que siempre lo hemos hecho en comunidad, en parte porque no ha quedado de otra. Históricamente las personas trans han estado en los márgenes de la sociedad, sobretodo las personas trans racializadas. Creo que actualmente eso sigue vigente dentro de la comunidad, sabemos que entre más juntes estemos, más fuertes somos.

Queramos o no creo que es importante el reconocimiento de las instituciones, de organizaciones mundiales y del Estado aunque no nos guste y  no sea el objetivo en realidad, creo que una ola de cambios en la sociedad han permitido que más personas tengamos la posibilidad de reconocernos y vivirnos como personas trans en libertad.

Otra de las formas que hemos hecho frente es crear espacios, físicos o virtuales, crear arte, paneles de discusión, compartir saberes, nuestras experiencias para reconocernos en el otre pero también para compartir y llegar a otros espacios. Compartir información desde el “yo también soy una persona como tú”.  Justo porque no nos nombraban tenemos que hacer el ejercicio de nombrarnos para que sepan que existimos y en ese sentido estamos resistiendo constantemente.

Y por último, creo que un posicionamiento político que me gusta de la comunidad trans es la ternura radical, saber que puedes disentir de otras ideas pero hacerlo desde la ternura. Y no me voy a atrever a juzgar a quienes lo hacen porque tienen sus motivos pero desde el posicionamiento de la ternura radical es ok, ¿qué hago con esta rabia para que no me consuma ni a mi ni a otros? ¿cómo la puedo colectivizar y organizar para no compartir más rabia en el mundo y responder desde la ternura?

«Lo que está entre nuestras piernas no nos define»

Jessica Marjane es una mujer Trans Hñahñu (Otomí) y Feminista. Fundadora de Juventudes Trans, abogada, asesora jurídica, defensora de derechos humanos.

¿Qué es el transodio?

Una forma de llamar a la discriminación que se tiene a las personas trans. Se manifiesta de distintas formas, acciones directas o indirectas que tienen como fin colocar a las personas trans en situaciones de inferioridad como negar su existencia, no respetar sus pronombres, hacer chistes sobre sus vidas, someter a debate su existencia, legitimar los pánicos morales que ponen a las personas como peligrosas o no aunténticas.

El transodio existe también porque así como existe una expectativa social de que las personas sean heterosexuales existe una expectativa social de que las personas sean cisgénero.

¿Cómo se vive el transodio en México?

En 2018 se presentó la encuesta ENDOSIG (Encuesta sobre discriminación por orientación sexual y de identidad de género) donde a través de una investifación realizada por la CNDH y Conapred las personas trans manifiestan vivir más violencia en escuelas, trabajos, sistemas de salud, incluso las mujeres trans manifiestan haber tenido más detenciones arbitrarias.

Por otra parte está la violencia transfeminicida, que es la violencia más letal, es una violencia que es el cúmulo de las cadenas de violencia que viven las personas trans en contextos de trabajo sexual, migración, desplazamiento forzado de sus comunidades, muchas de ellas salen huyendo de sus lugares natales al no tener aceptación por parte de sus familias y derivan en entornos mas hostiles.

La violencia a las personas trans en México es un factor que oficialmente no ha sido documentado sobre el modo de operar de los agresores, cuántos asesinatos han sido, cuáles son los mecanismos para investigar, hacer una debida diligencia, las actuaciones ministeriales, el sistema de justicia a nivel procuraduría o nivel del poder judicial siguen teniendo una deuda histórica con cada uno de los asesinatos hacia personas trans.

Poco de lo que se habla sobre la responsabilidad y corresponsabilidad que tienen todos estos crímenes motivados por odio es la complicidad social. La complicidad social se vive cuando una persona enfrenta un crimen de odio y la sociedad se mantiene indiferente, cuando a través del silencio hacen saber que su vida no importa.

Esta forma de colaborar con el odio es desde que permitimos un chiste hasta que las personas trans sean sometidas a debates sobre su existencia. Cuando negamos su autenticidad o ocupamos sus vidas para ser solamente objetos de estudio y no las imaginamos en otros espacios donde puedan realizar su proyecto de vida.

También hay alerta de las violencias que viven los hombres trans y personas no binarias son las mal llamadas violaciones correctivas”, todos estos esfuerzos que hacen para que una personse “cure” con terapias de conversión, el hecho de que piensen que es algo que s

¿Cómo erradicarlo?

Este 17 de mayo no basta decir yo no discrimino. Es hora de actuar. No queremos más minutos de silencio, queremos más horas de acción. No podemos esperar a que otra mujer sea asesinada, no podemos solamente pensar que todo se acaba en una estadística. Es necesario mirar qué vuelve a una persona una estadística. Para saber que los factores están entre nosotras, nosotros, nosotres. Voltear a mirar y saber intervenir y no colaborar con toda esta violencia. Actualmente es también sumar esfuerzos para que los otros 17 estados que no han tenido una legislación a favor del reconocimiento de la identidad de género, la tengan.

Entender que no somos personas que borran la existencia de ninguna mujer, que somos personas que simplemente pertenecemos a la diversidad humana que coexiste con todo el mundo y la población.

No solamente respetando los pronombres, cuando veas a una mujer trans hablarle como ella, cuando veas a un hombre trans hablarle como él, cuando veas a una persona no binaria como elle. También se trata de permitir que pueda existir un vínculo de amistad, cooperación y solidaridad. Somos personas que no merecemos ser aisladas ni vistas con ojos de odio.

Sabemos que todas las personas hemos sido educadas con las formas de disciplinar nuestros cuerpos. Exigencias sociales nos atraviesan a todas las personas, el punto, antes que aprender es desaprender todas las formas de disciplinamiento que han hecho hacia nuestros cuerpos y saber que estamos en sintonía de hacer un mundo más habitable para todas las personas.

Sumarse a proyectos de personas trans, no usurpando sus espacios pero colaborando con ellas, ellos, elles de la mano en un plano horizontal. Es desaprender todo eso para pensar que no tienen que vernos con morbo, lo que está entre nuestras piernas no nos define, así como a cualquier persona no le define su color de piel o sus características. Nos define lo que hacemos todos los días con lo que tenemos y cómo colaboramos.

Fuente e Imagen: piedepagina

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Declaración conjunta del Consejo Global Unions | Los derechos LGBTI son una cuestión sindical

NoticiaGlobal/Internacional de la Educación

El 18 de Mayo es el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia. El Consejo de la Agrupación de Sindicatos Mundiales, conformada por organizaciones sindicales independientes que representan a más de 200 millones de miembros en todo el mundo reafirma nuestro compromiso de fomentar el respeto y la dignidad de todo trabajador o trabajadora. Creemos que toda persona trabajadora tiene el derecho a trabajar sin discriminación ni violencia, independientemente de su orientación sexual, identidad y expresión de género o características sexuales.

Hoy, hace 30 años que la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad como trastorno mental de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Relacionados. Desde ese día histórico, la comunidad LGBTI ha trabajado para erradicar el acoso y la discriminación basados en la orientación sexual, identidad y expresión de género o características sexuales a través de leyes y políticas, así como mediante actividades que celebran la diversidad. Como sindicatos y miembros de la comunidad mundial, hemos desempeñado un papel importante en la promoción de la inclusión y la diversidad en el lugar de trabajo y seguiremos trabajando para proteger a nuestra membresía LGBTI.

Sin embargo, a pesar de los logros, la homofobia aún existe. Las personas trabajadoras LGBTI siguen sufriendo disparidades laborales y discriminación por su orientación o identidad de género o sus características sexuales. Éstas van desde la disparidad de ingresos hasta el acoso en el lugar de trabajo, desde el trato injusto en el trabajo hasta la discriminación al solicitar un empleo.

En tiempos de crisis, como el que estamos viviendo, esta situación empeora. Desde las barreras para acceder a los servicios de salud hasta la estigmatización; desde el aumento del ciberacoso en línea y el discurso de odio hasta la violencia doméstica; personas trabajadoras LGBTI se enfrentan a una situación sin precedentes y por tanto a un mayor riesgo de problemas de salud mental y personal.

La pandemia COVID-19 ha tenido un impacto en los medios de vida de trabajadoras y trabajadores LGBTI, ya que están representados de manera desproporcionada en las industrias y sectores más afectados por la pandemia, como el comercio minorista, hotelería y el turismo. Esto les expondrá a mayores niveles de dificultades económicas y desempleo, con consecuencias para su salud y bienestar.

Hoy, defendemos a todas las personas trabajadoras LGBTI y sus derechos, que son derechos humanos. Seguiremos luchando por un lugar de trabajo libre de discriminación y acoso, nos movilizaremos para protegerles y para plantear sus problemas y necesidades.

Para lograrlo, hemos creado un grupo de trabajo de los derechos LGBTI de la Agrupación de Sindicatos Mundiales. Adoptaremos una Carta de Solidaridad LGBTI y seguiremos trabajando con nuestros sindicatos afiliados para mejorar las estructuras y políticas LGBTI a fin de construir un movimiento sindical mundial más fuerte e inclusivo.

Resistamos la intolerancia y la discriminación donde la veamos. Sigamos trabajando para asegurarnos de que nuestros sindicatos sean más inclusivos con las personas LGBTI. Vayamos más allá de los días de acción individual y abordemos cada día las desigualdades sistémicas de género, de ingresos y raciales.

La Agrupación de Sindicatos Mundiales se compromete a seguir luchando por los derechos de todas y todos los trabajadores y piden a sus afiliadas en todo el mundo que apoyen la campaña para poner fin a la violencia y la discriminación en el lugar de trabajo.

#RatificarC190

#StandUp4HumanRights

Fuente: https://www.ei-ie.org/spa/detail/16787/declaraci%C3%B3n-conjunta-del-consejo-global-unions-los-derechos-lgbti-son-una-cuesti%C3%B3n-sindical

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Chile: Las luchas sexuales también son de clase

Las luchas sexuales también son de clase

Fabián Álvarez Muñoz Domingo 17 de mayo 2020 10:08 hrs

Claves: 

Con la actual crisis sanitaria hemos visto las contradicciones sociales reventar y los antagonismos agudizarse. Mientras unos salen a jugar golf a las plazas y se ríen entre ellos diciendo que “los tuertos de la Revuelta de Octubre son puros tongos de los rojos”, muchos de quienes vivimos del trabajo propio debemos hacerlo con los pocos ahorros que nos da el seguro de cesantía –si es que tenemos–, pero quienes somos parte de la comunidad LGBTIQ+ vivimos la discriminación en forma estructural, en todo nivel y peor en los tiempos del COVID-19, porque como dijo nuestro querido Pedro Lemebel “ser pobre y maricón es peor”.

Según el último Informe Anual de DD. HH. del Movilh, entre 2019 y el año anterior hubo un incremento del 58% en los casos sobre discriminación contra la comunidad LGBTIQ+. La discriminación más básica es al buscar trabajo, porque en un Chile homo-lesbo-transfóbico, nos cuesta particularmente más encontrarlo y cuando encontramos generalmente es precario. El mismo estudio del Movilh revela que en 2019 hubo un 157% más denuncias que el 2018 por casos de discriminación laboral, principalmente exclusión, contra personas de la comunidad LGBTIQ+.

El problema de acceso al trabajo tiene como consecuencia gravosos menoscabos en el acceso a otros derechos fundamentales como alimentación, vivienda, educación y especialmente salud, porque el sistema de salud que tenemos es tan deplorable, que en más de tres décadas no ha podido ponerle atajo a la pandemia tabú del VIH/Sida. El último reporte mundial del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/Sida reveló que, mientras a nivel mundial los nuevos reportes sobre esta pandemia disminuyen, entre 2010 y 2018 en Chile hubo un aumento de los casos de VIH+ en un 35% y las muertes relacionadas con el SIDA aumentaron en un 34%, poniéndonos entre las más altas cifras de Latinoamérica.

La pandemia del VIH/Sida, aquella que en el pasado diezmó a nuestra comunidad, aún está vigente, sin embargo, el no reconocimiento de nuestras identidades diversas y disidentes, además de discriminación, es un problema de derechos civiles que nos afecta aún peor.

Cuando me refiero al no reconocimiento de nuestro derecho a la identidad, no hablo solamente del nombre de las personas trans, sino que también de nuestras apariencias, nuestra forma de vestir, el modo en que hablamos y la manera en que concebimos los afectos y el placer. Resulta increíble pensar que esta clase de discriminación totalmente injustificada está muy presente en nuestra comunidad, no solamente porque somos víctimas de ella, sino porque también la ejercemos contra nuestros pares, algunos haciendo uso de sus privilegios otorgados por esta sociedad heteronormada y además capitalista.

Es por lo anterior que quiero traer a colación una cuña muy polémica que dijo años atrás –en 2016– Víctor Hugo Robles (reconocido periodista y activista gay nacional, también conocido como El Che de los Gays). Él dijo que “La primera lucha es siempre la de clases, las sexuales vienen después“ y en general le encuentro razón con que la primera lucha es siempre la de clases.

Mientras en esta sociedad capitalista somos usados como maquillaje de transformación social, la comunidad LGBTIQ+ es una de las más precarizadas y la actual crisis sanitaria nos golpea fuerte, poniendo aún más en evidencia la discriminación en nuestra contra y extremando la precariedad que vivimos muchos. Pero mientras algunos quieren vivir en su «barrio propio con un supermercado gay, con un perrito gay, un lorito gay», como dijo satíricamente Víctor Hugo, lo que realmente queremos los que vivimos la falta de oportunidades y la precariedad a la que nos empuja la discriminación, es reconocimiento y respeto de nuestras otredades.

En un nuevo Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, hago un llamado a todos a que denunciemos la discriminación y a quienes no dudan en valerse de ella para obtener ventaja o deshacerse de nosotros; llamo a que formemos redes de apoyo, que nos hagamos visibles, nos organicemos y luchemos en cada pequeña o gran acción contra la sociedad capitalista y neoliberal, teniendo presente que las luchas sexuales no vienen después, sino que también son luchas de clase.

El autor es miembro de la Corporación Chilena de Prevención del SIDA (ACCIONGAY) y de ONG CERES Política Social. Refundador y consejero nacional Comisión Chilena Pro-Derechos Juveniles (CODEJU). Activista en Derechos Humanos y Diversidad Sexual.

Fuente de la Información: https://radio.uchile.cl/2020/05/17/las-luchas-sexuales-tambien-son-de-clase/

 

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