La Educción y Formación Técnica y profesional que desarrolla el (INCES), como herramienta de la Política Exterior de Venezuela

Autora: Luisa Elena Veloz Olave

RESUMEN

La internacionalización del INCES plantea al Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores la incorporación de la Educación y la Formación Técnica y Profesional (EFTP) como herramienta para promover la política exterior Bolivariana en el marco de la cooperación educativa.  En ese orden de ideas, este trabajo de grado presenta una propuesta que busca elevar la calidad y el prestigio de esta institución venezolana, allende sus fronteras, a un nivel en el que convergen objetivos laborales, profesionales, económicos y sociales – tomando en cuenta cuestiones como la infraestructura, la tecnología, el personal docente y programas educativos – y al mismo tiempo, el interés que tiene Venezuela de consolidar el relacionamiento y afianzar las alianzas estratégicas con países del Sur. Con base en lo anterior, se analizaron las acciones ejecutas por el INCES entre 2018 y 2022 para poder llegar a una propuesta formal de internacionalización. La investigación se sustentó en la visión constructivista de Alexander Wendt la cual concibe la cooperación como la manera en que las prácticas intersubjetivas entre los actores se convierten en identidades e intereses, forjados por la interacción. Así, el proceso mediante el cual se aprende a cooperar es al mismo tiempo un proceso de reconstrucción de intereses en términos de compartir compromisos a través del establecimiento de normas sociales. La metodología empleada fue la documental, la cual se fundamenta en la investigación a partir de documentos oficiales, tesis, libros, artículos de revistas arbitradas e que versan sobre el tema objeto del trabajo final.

Palabras claves: INCES, EFTP, constructivismo, cooperación educativa, política exterior bolivariana, ocupaciones productivas.

The Technical and Professional Education and Training carried out by INCES, in the Foreign Policy of Venezuela

ABSTRACT

The internationalization of INCES proposes the inclusion of the Technical and Vocational Education and Training (TVET) to the People’s Power Ministry of Foreign Relations, as a tool to promote the Bolivarian Foreign Policy in the framework of the educational cooperation. In this light, this work offers a proposal aiming to bring the quality and prestige of this Venezuelan institution, to a level beyond its borders, where work, technology, professional, economic and social objectives can converge – considering issues such as infrastructure, technology, teaching staff and programs – as well as Venezuela’s interest to consolidate relations and strengthen strategic partnerships with countries of the South.  Based on the above, actions executed by INCES between 2018 and 2022 were analyzed in order to arrive to a formal Internationalization proposal. This work was based on Alexander Wendt’s vision on constructivism, which envisages cooperation as the way intersubjective practices among actors become identities and interests, forged by interaction. Thus, the cooperation learning process is, at the same time, an interests’ reconstruction process related to shared commitments, through social rules. The methodology used was documentary review of official documents, thesis, books and peer-review journal articles related to the research topic.

Keywords: INCES, TVET, constructivism, educational cooperation, Bolivarian foreign policy, technical and skilled labor.

 

La Educción y Formación Técnica y profesional que desarrolla el (INCES), como herramienta de la Política Exterior de Venezuela.

 

Estamos en un proceso de avances en el escenario internacional, que ha permitido que entren en el juego otros elementos, como el educativo, que aporte a la diversificación de las relaciones, diversificación que se exprese en dos vertientes, una: relación con otros países, y, en segundo lugar, insertar otros factores, distintos a los ya tradicionales, es decir aquellos que potencian solamente las relaciones económico comerciales, e incorporar, por ejemplo, la cooperación educativa.

La cooperación educativa es considerada como una alternativa para complementar los modelos y concepciones del sector educativo que se desarrollan en un país, este tipo de cooperación suele orientarse a la difusión e intercambio de conocimientos y técnicas para un beneficio mutuo. La educación engloba el concepto de lo humano, por lo que trasciende en diversos ámbitos de una sociedad como en el ingreso las oportunidades, el empleo y la calidad de vida. La cooperación se presenta tanto a nivel nacional como internacional y en términos generales, se refiere a acciones concretas de dos o más partes para lograr objetivos comunes. En la clasificación de cooperación se encuentra la cooperación educativa como una de las áreas claves para el desarrollo, que se deriva no solamente de la colaboración entre instituciones educativas y movilidad estudiantil, sino que, en realidad, va más allá.

La cooperación educativa internacional se traduce en la difusión de la lengua, de la cultura, becas, cátedras, exposiciones y, en un sentido más amplio se integra como parte de la política exterior de un país. La cooperación educativa tiene un elemento arraigado de interculturalidad que radica en la diversidad.

Antes de comenzar por explicar la concepción sobre la cooperación educativa, es de suma importancia reconocer el papel que tiene la educación no solo a nivel de un país, sino en general, la concepción desde un pensamiento global:

“…La educación es el medio más adecuado para construir la personalidad, desarrollar al máximo las capacidades, conformar la identidad personal y configurar la comprensión de la realidad, integrando la dimensión cognoscitiva, afectiva y axiológica. Para la sociedad, la educación es el medio de transmitir y, al mismo tiempo, de renovar la cultura y el acervo de conocimientos y valores que la sustentan, de extraer las máximas posibilidades de sus fuentes de riqueza, de fomentar la convivencia democrática y el respeto a las diferencias individuales, de promover la solidaridad y evitar la discriminación, con el objetivo fundamental de lograr la necesaria cohesión social. Además, la educación es el medio más adecuado para garantizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, responsable, libre y critica, que resulta indispensable para la constitución de sociedades avanzadas, dinámicas y justas. Por ese motivo, una buena educación es la mayor riqueza y el principal recurso de un país y de sus ciudadanos…” (Steffan Heinz Dieterich, 1995, 83)

Otra modalidad de cooperación es la que se establece a partir del esquema de relación entre países en vías de desarrollo, en el que los miembros aspiran a subsanar el atraso económico en el que se encuentran respecto de los países más desarrollados, representando así una alterativa al modelo de cooperación Norte-Sur. De esta manera, la cooperación “Sur-Sur”, como comenzó a conocerse internacionalmente a finales de la década de 1970, se realiza a partir del entendimiento y la coordinación política para la movilización de recursos financieros, humanos, técnicos y tecnológicos con el objetivo último de superar la condición del subdesarrollo y alcanzar beneficios compartidos entre países que no han alcanzado el desarrollo de sus sociedades.

La cooperación “Sur-Sur” se originó, en la Conferencia de Bandung (1955) donde 29 países de África y Asia promovieron los valores del “tercermundismo”. Años después, en 1961, se creó el Movimiento de Países No Alineados (NOAL) cuyo objetivo fue que los Estados involucrados mantuvieran una posición neutral frente al conflicto “Este-Oeste”. Finalmente, la cooperación Sur-Sur se institucionalizo en el Plan de Acción de Buenos Aires (PABA) en 1979, donde este modelo de cooperación fue reconocido de forma oficial por la comunidad internacional de países subdesarrollados. (UNESCO (24 de marzo de 2022). Plan de Acción de Buenos Aires para Promover y Realizar la Cooperación Técnica entre los Países en Desarrollo. https://cooperacionsursutorg/images/docs/Plan de Acción de Buenos Aires 1978.pdf).

Es imprescindible, a la hora de realizar una propuesta que aborde el hecho internacional, contextualizar con un enfoque teórico que respalde dicha propuesta, e spor ello que hablaremos aquí  del enfoque constructivista, que, de acuerdo a la exposición de Stefano Guzzini (2000, 149) es “una meta-teoría reflexiva, sobre la construcción de la realidad social, que no es más que, epistemológicamente, sobre la construcción social del conocimiento. Es necesario destacar que el constructivismo no se presenta en su totalidad en una teoría sustantiva de las Relaciones Internacionales, sino como un marco analítico para el estudio de la política global que reconoce la ontología social del sistema internacional, la búsqueda de una epistemología adecuada para su estudio y el uso de la hermenéutica como método científico. Aunque ciertamente, no es una escuela homogénea ni en el plano metodológico ni en el epistemológico. De esta manera, procura brindar elementos para el análisis de la construcción de las prácticas sociales, la posibilidad de cambio, la codeterminación entre agentes y estructuras, las identidades de los actores y la importancia de las ideas y normas como construcciones subjetivas.

Entre los principales exponentes del constructivismo se destacan: Alexander Wendt, The Agent­Structure Problem in International Relations Theory (1987), Anarchy is What States Make of It: The Social Construction of Power Politics (1992a), Levels of Analysis vs. Agents and Structures: Part III (1992b), Constructing International Politics (1995), Identity and Structural Change in International Politics, in YosefLapid and Friedrich Kratochwil (eds) The Return of Culture and Identity in IR Theory(1996), On Constitution and Causation in International Relations (1998), On the Via Media: A Response to the Critics (2000).

Una vez teniendo presente que se puede echar mano de estas herramientas expresadas, es importante hacer mención del hecho petrolero en nuestro país. En este sentido, señalo que este artículo no se trata del petróleo, y aclaro que no soy experta en dicho tema, pero cuando se trata de hablar de la política exterior venezolana, es imprescindible referirnos al petróleo, lo que ha generado en nuestro país la condición se ser un país monoproductor.

Desde inicios del Siglo XX hasta nuestros días, la política exterior de Venezuela ha estado basada en las negociaciones que se desprenden del rentismo petrolero y subordinada a intereses foráneos, sobre todo al capital internacional expresado en empresas transnacionales explotadoras de petróleo. Esta situación nos convirtió en un país exportador de materia prima e importador de productos procesados, así como también determinó la relación, casi exclusiva, con los países dominantes, dejando un reducido margen para las relaciones diplomáticas basadas en la relación comercial derivada del petróleo. Por lo tanto, el petróleo ha sido un factor único y determinante en el relacionamiento internacional del país. Así lo plantea Rafael Miranda, en la revista Analecta Política, en el trabajo titulado Política exterior de Venezuela: el petróleo como variable estructuradora donde expresa lo siguiente:

“…El petróleo y su mercado condicionan variables que influyen en su política exterior, como: las instituciones, su estructura económica y su proyección de poder en términos económicos, y sus dinámicas políticas. La abundancia de recursos naturales, especialmente de petróleo, no solo afecta el plano económico sino también configura el marco institucional estatal alrededor de ellos, especialmente, cuando estos recursos aparecen en la modernización. Este es el caso de Venezuela, que adicionalmente mantiene una dependencia económica de los ingresos generados por la exportación de su petróleo. La economía política plantea que los modos de producción y la distribución de los excedentes en una sociedad dan luces sobre sus interacciones de poder y la configuración de sus instituciones, es decir, los fundamentos de los arreglos sociales. Los recursos naturales, y en particular el petróleo, han sido una variable principal alrededor de los cuales ha girado la configuración del poder interno y marcado la pauta de la inserción en el contexto internacional…” (Miranda, G, 2017, 7).

El relacionamiento internacional de Venezuela basado en el petróleo, data de principios del siglo XX, coincidiendo con el fin de la primera guerra mundial (1919), y lo que pudiera mencionarse como:

“…la expansión de la demanda de los mercados industrializados de Europa y Estados Unidos gracias, especialmente, a la expansión de la industria automovilística, el crecimiento de los grandes consorcios de la época: la Standard y la Royal y, en menor medida, la Anglo-Iraní, y el llamado “reventón” del pozo Barrozo N°2 en 1922 del que fluyó petróleo durante nueve días a un promedio de 100.000 barriles diarios (b/d), permiten la explotación industrial del petróleo venezolano por el capital extranjero a escala significativa. En 1925 la industria petrolera ya era el factor dominante de la economía venezolana y en 1928 Venezuela era el segundo mayor productor de petróleo en el ámbito mundial…” (Miranda. G, 2017, 8).

A pesar de que este artículo no se trata de petróleo, si es de gran interés, debido a que representa el punto de partida de la ejecución de una política exterior basada en una economía monoproductora, proceso que ha calado en el imaginario cultural de la población venezolana en todos sus niveles y, el más importante, en las esferas de decisión de la política pública. Esta dependencia en la renta petrolera se caracterizó por tener como principal socio comercial a los Estados Unidos de Norteamérica, lo que permitió que este país tuviera influencia en el diseño y ejecución de la política exterior venezolana, dejando de lado la posibilidad de diversificar las relaciones con otros países, sobre todo durante el siglo XX.

Desde el siglo XX, el petróleo y otros minerales de origen natural han sido prácticamente la única fuente de negociación de Venezuela para establecer relaciones con otros países; Por este motivo, la autora de este trabajo considera que es necesario contar con otros elementos como la educación para superar las dificultades que enfrenta el país en lo económico, lo político y lo socio-cultural. La dependencia del petróleo y otros minerales limitan el comercio venezolano a la venta de materia prima y la importación de la mayoría de los productos que se consumen dentro del territorio nacional. En consecuencia, en los últimos años, ha quedado demostrado que negociar solo con petróleo, sin contar con otras opciones de comercialización y financiamiento, representa una gran desventaja en circunstancias de crisis a la hora de atender las necesidades básicas de la población. Por ejemplo, durante el paro petrolero del año 2002, a partir de las medidas coercitivas unilaterales aplicadas desde el año 2015 y la pandemia de la covid-19 vivida en el año 2020, la población venezolana se enfrentó a serias dificultades para abastecerse de alimentos, medicinas y otros productos y servicios de primera necesidad. El hecho de que el país sea exportador de materia prima e importador de productos ya manufacturados, ha generado escasez, debido a que no se cuenta con una producción doméstica suficiente para sustituir los productos importados, por lo tanto, se dista de una economía sustentable. Estas situaciones han demostrado cuán importante es desarrollar en el país otras herramientas que permitan alcanzar la soberanía e independencia en materia económica.

En este sentido, y siendo más específicos con relación a la cooperación educativa, planteo aquí la importancia de la Educación y la Formación Técnica y Profesional (EFTP), desarrollada por el Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (INCES), institución que tiene 64 año de historia en Venezuela, creada por el Maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa el año 1958, siendo desde sus inicios una institución con una visión internacional,  miembro fundador del Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional (CINTERFOR): que es un servicio técnico de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), creado en 1963, establecido en Montevideo, Uruguay. Desde entonces son varias las etapas por las que ha pasado esta noble institución, dedicada a formar a las personas en ocupaciones productivas que le permitan su incorporación al sector productivo del país. Destaco aquí la gestión del año 2018 al 2022, haciendo énfasis en la Internacionalización del Inces, que consiste en el relacionamiento internacional de la institución, tanto bilateralmente, como desde la perspectiva multilateral, teniendo dos objetivos:

  1. Impulsar intercambios de experiencias que permitan potenciar, la formación de docentes, alimentar y crear contenidos adecuados a las necesidades y potencialidades reales del sector productivo del país, impulsar la transformación digital del INCES, alimentar y consolidar la propuesta de creación de un Subsistema de Educación y Formación Técnica Profesional como política educativa, incentivar la puesta en marcha de acciones que motoricen el encadenamiento productivo del INCES.
  2. Formar parte de la agenda internacional del país, para procesos de negociación con países que manifiesten interés por recibir formación del INCES, resaltando los 64 años de historia del INCES, los 147 Centros de Formación Socialista distribuidos por todo el país, las distintas áreas de conocimiento que son base fundamental para impulsar el desarrollo económico productivo de cualquier nación, la capacidad instalada para recibir delegaciones y ser formadas en nuestros espacios, el Talento Humano de Facilitadoras y Facilitadores que pueden ir a llevar la EFTP a cualquier país, los procesos formativos existentes en la plataforma del INCES (formación virtual), que son herramientas para la negociación.

La institución se ha venido relacionando con fuerza a partir del año 2018, como rezan las siguientes actividades:

En el año 2018, se realizó un primer encuentro entre el INCES y misiones diplomáticas de África en Venezuela, en las instalaciones del Centro de Formación Socialista Gastronómico “Wadäka”. Dicha actividad tuvo como propósito dar a conocer las oportunidades de cooperación que ofrece el INCES a los países del continente africano, y su disposición de intercambiar los conocimientos y las experiencias acumuladas durante 59 años en materia de EFTP en Venezuela, buscando relaciones más directas en el marco de la Cooperación Sur-Sur.

Este encuentro contó con la participación de seis (6) delegaciones diplomáticas acreditadas en el país: República Árabe de Egipto, República de Sudáfrica, República de Guinea Ecuatorial, República de Angola, República Federal de Nigeria, República Árabe Saharaui Democrática. En dicha actividad se realizó una exposición sobre la historia, misión y visión institucionales, adentrándose en las bondades del INCES, que van desde su capacidad instalada hasta los bienes y servicios producidos por la institución.

En esta reunión se llevó a cabo el relanzamiento del INCES al mundo de la política exterior de Venezuela y se planteó la posibilidad de concretar acuerdos que permitieran diseñar y ejecutar acciones orientadas a combatir la deserción escolar en los sectores más vulnerables de la población estudiantil, poner la educación al alcance de la población penitenciaria y ofrecer los programas del instituto a jóvenes de los pueblos africanos, que les permitan optar por empleos dignos.

El año 2020, en medio de la Pandemia del Covid 19, se planificó y ejecutó el Congreso Internacional con motivo del aniversario 61 del INCES, vía on Line, con la participación de Organismos Multilaterales del Sistema ONU y países de América Latina, con la finalidad de posicionar la Educación y la Formación Técnica Profesional como elemento para el desarrollo económico productivo del país. Ese mismo año se realizó también el Seminario Internacional la Educación y la Formación Técnica Profesional en América Latina, el Caribe y África, con la finalidad de intercambiar experiencias en temas formativos en el contexto de la pandemia y los aportes que realiza la EFTP al logro de los ODS de la Agenda 2030. Se contó con la participación de Organismos Multilaterales del Sistema ONU y de países de África, el Caribe y América Latina.

En el año 2021, se realizó un Seminario On Line, con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) junto con el Viceministerio para Asia, Medio Oriente y Oceanía del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, con la finalidad de generar intercambios de experiencias y de conocimientos relativos a la Educación y Formación Técnica y Profesional en el ámbito productivo.

En el año 2022, en el marco del 63 aniversario del Instituto Nacional de Capacitación Socialista INCES, se realizó el ciclo de Conferencias denominada: “Importancia de la Educación y Formación Técnica y Profesional para el cumplimiento de los ODS, experiencias de Sudáfrica, China y Venezuela», el cual tuvo como propósito generar un espacio de debate y reflexión sobre el contexto mundial actual y los desafíos que enfrenta la transformación de la EFTP en diversos países del mundo. Esta actividad contó con la ponencia del Embajador de China ante la UNESCO París, el excelentísimo Profesor. YANG Jin, Especialista en Educación y Formación Técnica y Profesional, quien resaltó la importancia de la EFTP y la transformación curricular en el sistema educativo formal para el desarrollo del país.

En el marco de estos objetivos, el INCES suscribió un memorándum de entendimiento con la UNESCO, cuyo objetivo principal es:

“…contribuir a la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, a través del fortalecimiento de la colaboración entre las Partes”.

Asimismo, desde el año 2019, el INCES es miembro del Centro UNESCO-UNEVOC:

“…El Centro Internacional UNESCO-UNEVOC para la Educación y Formación Técnica y Profesional (UNESCO-UNEVOC) ayuda a los 195 estados miembros de la UNESCO a fortalecer y mejorar sus sistemas de educación y formación técnica y profesional (EFTP). Se estableció en 2000 y se inauguró en Bonn en 2002…” (ONU, (3 de febrero de 2022) https://unevoc.unesco.org/home/UUIC+-+Quienes+somos)

Desde el punto de vista de los Organismos Multilaterales, el INCES mantiene un relacionamiento internacional activo, así como también de forma bilateral con países del Caribe como Belice; de África: Mozambique, Túnez, Angola, Sudáfrica; de Asia: Países Asean; de América Latina: Nicaragua, México, Cuba, todo ello a través del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores.

En el ámbito nacional, el INCES tiene convenios de cooperación suscritos con más de 50 instituciones, públicas y privadas. Este proceso lo convierte en una institución de gran fortaleza, debido a que tiene la capacidad de llevar formación a distintos sectores de la sociedad. Es una institución muy demandada que cuenta con 24 gerencias regionales (una en cada estado), 147 Centros de Formación Socialista (CFS) en el territorio nacional. Entre ellos, se cuenta con centros especializados en las áreas de: agroalimentación, industria, automotriz, turismo, metalmecánica, construcción, gastronomía, textil y calzado.

Esto da cuenta de que ya en la práctica institucional del Inces se han venido ejecutando acciones que demuestran que la EFTP es una herramienta efectiva que impulsa el relacionamiento de la institución con otros países. ¿Podríamos decir que la EFTP es el nuevo petróleo? Es probable que aún falten muchos años de recorrido histórico par que la EFTP se equipare a los resultados que se obtienen mediante las negociaciones basadas en petróleo, pero, mientras tanto, también puede generar resultados muy positivos al país.

La Educación y Formación Técnica y Profesional:  juega un papel fundamental en cuanto al aprendizaje permanente y la capacitación para el empleo que son las bases de la creación de oportunidades, con la participación de instituciones formales que cuenten con los medios de evaluación, certificación y reconocimiento de las aptitudes profesionales y, especialmente, en relación al cumplimiento de las metas de la Agenda 2030, en el entendido de que esta modalidad de estudio representa una vía para el acceso igualitario a la educación, principalmente, para la población marginada y para promover el desarrollo sostenible, el empleo decente, el sector económico y productivo y la erradicación de la pobreza, entre otros (Angel, 2022).

Es definitivo, que la EFTP, es un elemento que juega un rol fundamental en el escenario internacional, mucho más, a partir del año 2015, cuando se diseñó la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas, con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En dicha agenda, el ODS número 4 merece un punto especial, debido a que aborda directamente la cuestión educativa. Este objetivo contempla 10 metas; sin embargo, se mencionan aquí las concernientes a la EFTP:

  • 4. Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.
  • 4.3 De aquí a 2030, asegurar el acceso igualitario de todos los hombres y las mujeres a una formación técnica, profesional y superior de calidad, incluida la enseñanza universitaria.
  • 4.4 De aquí a 2030, aumentar considerablemente el número de jóvenes y adultos que tienen las competencias necesarias, en particular técnicas y profesionales, para acceder al empleo, el trabajo decente y el emprendimiento.

Alcanzar los ODS de la Agenda 2030, es un compromiso asumido por todos los países, y en lo que a este artículo concierne, haremos especial énfasis a la EFTP.

Además del ODS 4, se considera que la EFTP aporta al logro de:

  1. Objetivo 1: Poner fin a la pobreza
  2. Objetivo 2: Hambre y seguridad alimentaria
  3. Objetivo 4: Educación
  4. Objetivo 5: Igualdad de género y empoderamiento de la mujer
  5. Objetivo 8: Crecimiento económico
  6. Objetivo 9: Infraestructura
  7. Objetivo 10: Reducir las desigualdades entre países y dentro de ellos
  8. Objetivo 11: Ciudades
  9. Objetivo 12: Producción y consumo sostenibles

Mencionar 9 de los 17 ODS en puede parecer ambicioso, sin embargo, los elementos que componen la EFTP están orientados a contribuir al logro de cada uno de ellos, porque en la medida en que los distintos grupos de las sociedades de un determinado país adquieran competencias y puedan acceder a trabajos de calidad, podrán ayudar a disminuir el hambre y, por lo tanto, contribuir a disminuir la pobreza y, a partir de allí, alcanzar el resto de los ODS.

Todo lo mencionado anteriormente da cuenta de la importancia que tiene la EFTP en el mundo, porque son las personas que poseen una ocupación productiva, quienes aportan de manera efectiva al desarrollo económico productivo de un país determinado, es decir, es el Albañil quien pone su mano de obra para levantar un edificio, es el carpintero quien fabrica las mesas y las sillas y hace las puertas, es el agricultor el que cultiva lo que nos comemos a diario, es la cocinera quien hace la comida, el panadero quien prepara el pan, son los torneros quienes fabrican piezas en las tornerías, es el mecánico automotriz quien tiene capacidades para reparar el carro, entre otros tantos ejemplos que pudiéramos mencionar en este espacio.

En este sentido cabe señalar la importante experiencia que tiene el Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (INCES), formulando y ejecutando planes orientados a impulsar la Educación y la Formación Técnica y Profesional en Venezuela. Esto tiene como consecuencia importante para el país, que el INCES sea demandado internacionalmente, sobre todo por países en vías de desarrollo, que carecen de una política consolidada en EFTP.

En este orden de ideas, se considera que el INCES posee las potencialidades necesarias para promover las relaciones bilaterales en un clima de confianza mutua por ser una institución con más de 60 años formando a jóvenes venezolanos, cuenta con 24 gerencias regionales, una en cada estado, así como también con 147 centros de formación socialista a escala nacional, especializados en áreas de conocimiento agroalimentaria, industrial, textil, de calzado, automotriz, construcción, turismo, ferroviaria, entre otras.

Desde este punto de vista, se plantea la educación y formación técnica y profesional de acuerdo a la visión de Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), según la cual:

“[…] “se ocupa de impartir conocimientos, destrezas o capacidades para el mundo del trabajo desde la educación secundaria y a lo largo de la vida”. Tiene un rol relevante en la Agenda 2030 a través del objetivo de desarrollo sostenible 4 que busca “…garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida para todos…” UNESCO (3 de febrero de 2023) EFTP https://es.unesco.org/EFTP-ALC#:~:text=La%20educaci%C3%B3n%20y%20formaci%C3%B3n%20t%C3%A9cnica,lo%20largo%20de%20la%20vida

La EFTP es, ya en la práctica, un elemento de cooperación educativa empleado de acuerdo con el enfoque constructivista de las Relaciones Internacionales para ir diseñando y accionando, y de esa forma fortalecer la capacidad que tiene la República Bolivariana de Venezuela como actor internacional en materia educativa y, a la vez, servir a la necesidad que puedan tener algunos países de planificar y ejecutar procesos de EFTP para impulsar su desarrollo económico y productivo. En este sentido, la experiencia del INCES podría resultar muy atractiva para distintitos países del mundo, al brindarles la posibilidad de establecer alianzas con la República Bolivariana de Venezuela en el marco de dicha modalidad de formación.

Por ello, se considera que la educación y formación técnica profesional (EFTP) podría formar parte de la mesa de negociaciones internacionales para establecer intercambios, ejecutar transferencias de conocimientos, actualizar la oferta curricular en este tipo de educación, con el fin de potenciar los distintos motores productivos de un país, obtener financiamiento, dotaciones, donaciones, con una visión más amplia o en prospectiva. Asimismo, la EFTP puede contribuir a que países reconozcan y apoyen a Venezuela en escenarios como el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y en distintos espacios o terrenos que se pretenda conquistar.

En este escenario y en cumplimiento con la Agenda 2030 y la aplicación de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), Venezuela promueve la educación y formación técnica profesional (EFTP) para contribuir al desarrollo de las competencias para el trabajo y la vida decente. Con este tipo de educación se impulsa el crecimiento económico y la competitividad inclusiva y sostenibles, así como la equidad social y la sostenibilidad ambiental. Por tal motivo, la Organización de las Naciones Unidas, ha incorporado explícitamente en la Agenda Educativa 2030, dos objetivos que tienen que ver con el acceso igualitario de todos los hombres y las mujeres a una educación y formación técnica y profesional y superior de calidad, y aumentar considerablemente el número de jóvenes y adultos con competencias técnicas y profesionales.

En virtud de lo anterior, en el presente artículo se intenta contribuir a ampliar la visión que se tiene de la educación y la formación técnica y profesional como una herramienta para la política exterior de Venezuela. En este sentido, la EFTP ofrece capacitación que permite optar a empleos de calidad, promover el crecimiento individual, el desarrollo de las capacidades productivas, así como el avance económico productivo de un determinado país. Además, la EFTP es una necesidad sobre todo en los países en vías de desarrollo, los cuales demandan mano de obra calificada, y buscan alianzas mediante las cuales puedan obtener cooperación basada en la EFTP.

Hacemos énfasis en que el Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (INCES) para consolidar su etapa de internacionalización mediante la promoción de la educación y formación técnica profesional (EFTP) en países en vías de desarrollo y en aquellos comprometidos con la agenda 2030, es una herramienta para la política exterior venezolana, a través de la cooperación educativa mediante convenios y/o acuerdos, que permitan preservar la paz, fortalecer las relaciones amistosas, alcanzar metas de desarrollo comunes, así como proteger la cultura y los valores de la sociedad.

Al respecto, la educación y formación técnica profesional (EFTP) puede ser una herramienta para negociar con varias regiones del mundo fuera del ámbito de los hidrocarburos y, de este modo, ampliar la visión sobre la cooperación en el país. Esta cooperación, en materia de EFTP, está a dirigida a las regiones de África, países árabes, Asia y Pacífico, Europa y Norteamérica, Latinoamérica y El Caribe con el fin de impulsar la formación de jóvenes en áreas económicas priorizadas.

La realización de este estudio responde a la necesidad de impulsar la construcción de un INCES en las distintas regiones del mundo para promover la educación y formación técnica profesional (EFTP), mejorar la calidad de vida y reducir la pobreza.

En este orden de ideas, lo expresado anteriormente se considera relevante porque se inserta en la etapa de internacionalización del INCES, por una lado,  da cuenta de las gestiones ejecutadas por el Instituto en África, Asia y Pacífico, Latinoamérica y El Caribe, y sigue vigente para los próximos años, con la finalidad de promover oportunidades formativas para grupos desfavorecidos, en particular para mujeres, jóvenes no escolarizados, y a los distintos denominados grupos vulnerables, a fin de conseguir integrarlos al mundo del trabajo y la sociedad.

En ese sentido, la EFTP puede ser una de las áreas a través de las cuales se puede lograr una nueva forma de relacionamiento en el ámbito de la cooperación que contribuya a la internacionalización de instituciones educativas, entendiéndose por esta como el proceso mediante el cual se posiciona a una institución de EFTP como una herramienta para impulsar la política exterior de un país, con el fin de buscar nuevas alianzas estratégicas que ayuden a fortalecer los lazos ya existentes con países aliados, así como ingresar en la agenda internacional para llevar a cabo procesos de negociación basados en el interés en este tipo de formación. Por su parte, los países receptores de esa cooperación podrían diseñar y ofrecer programas de capacitación en áreas de producción que se ajusten a sus necesidades de desarrollo y en las cuales no posean planes de estudio de este tipo y, a la vez, convertirse en un aliado o fortalecer las alianzas ya existentes con el país que la ofrece.

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Wendt, A (2005) “La anarquía es lo que los estados hacen de ella. La construcción social de la política de poder”. Revista Académica de Relaciones Internacionales, [Revista en línea] 1. Disponible: http://www.relacionesinternacionales.info/ojs/article/viewFile/6/5.html (Consulta: 2021 noviembre 28)

 

 

 

 

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