Malasia/16 de Enero de 2017/Prensa Latina
Según la información, la APMM se negó porque considera que sus diferencias culturales podrían crear problemas entre ellos, y propuso al gobierno que envíe profesores a las comunidades donde residen.
Mohamad Ali Hassan, presidente de la Asociación, dijo que la solución sugerida también podría disminuir el costo de la educación de los pequeños.
Voceros de la opinión pública aseguran que los estudiantes que no están inscritos en el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, no obtienen el reconocimiento oficial de sus exámenes ni acceden a la universidad.
En Malasia unos 300 mil niños refugiados no tienen derecho a estudiar en colegios públicos, por lo que muchos de ellos recurren a escuelas gestionadas por la propia comunidad.