Sociedad industrial versus sociedad del conocimiento. Coinciden los expertos en que es un momento de transición. El debate lleva años servido, más en un ámbito tan controvertido como la educación. Pronto la cuestión dará que hablar también en televisión camuflada bajo el formato del entretenimiento. El programa lleva el nombre de Poder Canijo, y pretende, señala la pública, resaltar la labor de los docentes que apuestan por la innovación educativa. Aún habrá que esperar hasta después del verano para verlo en pantalla, puesto que acaba de cerrar la fase de casting. EL PAÍS ha asistido al proceso de selección de Madrid, al que se han presentado más de 300 personas.
«Existen un montón de profesores que van por el buen camino, al mismo nivel o más que lo pueden estar haciendo en países de referencia. Por eso queremos poner en valor a esos docentes que enseñan siguiendo los nuevos tiempos», opina Alejandro Díaz-Garreta, director del área de Educación de la Fundación Telefónica, productora e impulsora también del proyecto. Esa es, subraya Díaz-Garreta, la principal razón de ser de Poder Canijo, que los cambios que están aconteciendo en la manera de enseñar en España calen en el gran público.
Desde el punto de vista del directivo, la transformación va apegada inevitablemente a la modernización tecnológica. «La irrupción de la tecnología provoca una renovación que afecta también a la enseñanza. Y por tanto, la manera de que el proceso de aprendizaje se lleve a cabo tiene que cambiar radicalmente», subraya Díaz-Garreta. En contrapunto, el programa no busca métodos educativos punteros ni sofisticados. «Poder Canijo tendrá tanta tecnología como existe hoy en los centros escolares, que es mucha, pero no como fin, sino como herramienta sin la cual otra manera de enseñar no es posible».
La idea de innovación de los impulsores del programa va por otros derroteros. Buscan profesionales que hayan implantado en sus aulas métodos pedagógicos sencillos, ideas originales, diseños propios o adaptados de otras fórmulas. Que hayan probado empíricamente su proyecto en las aulas, demostrando su efectividad, es una condición primordial para superar el proceso de selección, al que se han presentado más de 1.000 docentes de toda España. Perfiles como el de Ana Mínguez, una profesora del colegio Divino Corazón de Madrid, que imparte clases a chavales de 1º a 3º de la ESO. Mínguez presenta al casting su método de enseñanza basado en el aprendizaje cooperativo. «Los chavales trabajan en grupo, y se dan clase a sí mismos. Yo estoy como mera guía, solo los voy orientando». Cuenta que, según su experiencia, los métodos funcionan. «Son muy efectivos, el nivel de aprobados sube muchísimo».
Cuarenta docentes en activo, de primaria o secundaria, serán los elegidos y tendrán que convencer a un jurado, compuesto por niños, de que su método de enseñanza es el más atractivo a la par que efectivo. Los afortunados explicarán cómo abordan, en su día a día, las maneras de despertar la inquietud de sus alumnos en las diferentes materias, desde matemáticas a inglés, pasando por los conocimientos de música. «Ni estarán todas las asignaturas que se imparten en los centros educativos, ni los elegidos serán los mejores profesores. Pero sí una buena muestra del esfuerzo de muchos docentes por reinventarse, con mucho sacrificio, por sus alumnos», apunta Díaz-Garreta.
No obstante, el director del área de educación de la Fundación Telefónica rehúsa utilizar el término concurso. No habrá ganadores, solo la posibilidad de dar visibilidad a los proyectos para que algún centro decida tomarlos de ejemplo. Por tanto, no hay jurado ni puntuaciones. «Simplemente habrá un grupo de niños que dirán que les parece esas maneras de enseñar, pero sin decir que uno es mejor que otro. No vamos a elegir al mejor profesor de todos, porque todos son buenos».
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