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Inicia Ciclo de Formación virtual del OEP 2020 (sept-dic)

Por: Observatorio de Ecología Política de Venezuela

Desde el Observatorio de Ecología Política hemos asumido el reto y las limitaciones que ha impuesto la pandemia global en el desarrollo de nuestras actividades de organización y formación, tradicionalmente presenciales y desde los territorios con las comunidades, como una oportunidad para explorar el uso de tecnologías de información y comunicación para construir nuevos espacios de articulación de saberes, experiencias y alternativas.

Por ello nos complace anunciar el ciclo de formación virtual que inauguramos este trimestre que cierra el 2020, con cuatro cursos en los que esperamos reunir experiencias diversas en Venezuela y allende, con el fin de generar nuevos debates en torno a temas de la ecología política en nuestras vidas cotidianas.

Te invitamos a conocer la propuesta de cada uno de estos espacios para la construcción de saberes y experiencias colectivas:

Introducción a la Agroecología

Facilitador: Francisco Javier Velasco Páez

La salud está ligada a la alimentación. Los seres humanos necesitamos alimentos nutritivos, saludables y en una cantidad adecuada para asegurar su desarrollo como organismo vivo y las condiciones de reproducción como especie. El modelo de globalización que domina en el planeta y que rige  la producción, la distribución y el consumo de alimentos sustentadas en el uso masivo de agrotóxicos, genera impactos sociales y ecológicos muy negativos y determina una proliferación cada vez mayor de alimentos que no cumplen con los requisitos nutricionales requeridos para garantizar la salud humana.

Como una de las alternativas ante esta situación ha surgido la agroecología, una suma y síntesis de conocimientos, que es algo más que la combinación y el uso ecológicamente eficiente de los factores de la producción en la agricultura. Es una vía de mediación de expresiones culturales que se fundamenta en concepciones referidas a contextos geográficos, ecológicos y sociales diversos, que trasciende el desarrollismo etnocida y ecocida que impulsa la agroindustria transnacionalizada. Se inscribe en un estilo de vida alternativo que rescata y potencia saberes socioambientales ancestrales de los consumidores primarios de la naturaleza en un diálogo intercultural, transdisciplinario y democrático con la ciencia moderna.

Este seminario-taller, que presentamos en modalidad online y combinando diversos recursos e instrumentos, se propone, en una primera aproximación, promover entre los participantes un proceso de reflexión y disposición para la acción centrado en las consideraciones y principios básicos relativos a la agroecología.

Sé parte del Seminario Taller Introducción a la Agroecología completando el siguiente formulario.

Mujeres en defensa de la vida: tejiendo cuerpos y territorios

Facilitadoras: Liliana Buitrago, Comadre Antumbra y Vanessa González Peña

Los extractivismos avanzan de manera inminente sobre los territorios de Abya Yala, los feminicidios se incrementan bajo el velo, cada vez más transparente, de la razón patriarcal, desarrollista, capitalista, racista, colonial, necropolítica que con la crisis polico-ecológica actual se hace visible. Sin embargo, la precarización de las condiciones de vida y el movimiento capitalista que pretende la descomunalización también ha traído la visibilización de las luchas de las mujeres por la vida. La comprensión de la dimensión transcorporal de las violencias feminicidas y de la corporalidad feminizada de las violencias ambientales resulta clave para hacer un ejercicio de encuentro y diálogo entre ecologismos y feminismos que nos permita avanzar juntas frente a los retos actuales. El taller Mujeres en Defensa de la Vida: tejiendo cuerpos y territorios plantea a mujeres de los diversos ecologismos, feministas, luchadoras sociales y mujeres en organizaciones en sus comunidades un espacio para este diálogo necesario entre ecología y feminismos a través de algunos fundamentos que desde las experiencias de luchas de mujeres en sus territorios hoy son nociones base. Ideas como la eco-inter-dependencia, las re-existencia, la pluriculturalidad, la justicia ambiental, autocuidados, entre otras, se nos presentan hoy como alternativas a la violencia, producto de los modos de vida extractivistas y desarrollistas, que afecta principalmente a las mujeres. De esta manera, las lecturas y aprendizaje desde casos resultan fundamentales. Se trata de un taller principalmente asincrónico que combina video y el uso de foro chat. No requiere estar conectada de forma permanente, sino que plantea que cada participante lo haga a su ritmo durante un mes de trabajo que le permita reflexionar más allá de las pantallas y prescindir de la conexión permanente virtual. Te invitamos a formar parte de esta experiencia de aprendizaje conjuntamente promovida entre el Observatorio de Ecología Política de Venezuela y Las Comadres Púrpuras.

Sé parte del Seminario Taller Mujeres en defensa de la vida: tejiendo cuerpos y territorios completando el siguiente formulario.

Ecología política, extractivismo y crisis civilizatoria: perspectivas y epistemologías críticas para un tiempo turbulento

 Facilitador: Emiliano Terán Mantovani

La crisis civilizatoria global que experimentamos tiene una dimensión socio-ecológica de enorme trascendencia. En estos tiempos, nos encontramos ante una encrucijada que pone en entredicho las propias condiciones de vida en el planeta Tierra. El asunto ambiental es crucial y está en disputa por diferentes visiones y grupos, entre los que se encuentran negacionistas, eco-modernistas, conservacionistas, promotores del «desarrollo sostenible», ecologismos radicales, entre otros. En esta disputa, la ecología política juega un rol importante, proponiendo perspectivas y epistemologías críticas que buscan poner en el centro otras visiones sobre la naturaleza, las relaciones de poder, las soberanías y la pluralidad de culturas, los comunes, y la crítica a los modelos de sociedad imperantes. Para América Latina, estas dimensiones son cruciales en la medida en la que se comprenden desde sus especificidad, determinada por el extractivismo y la colonialidad. En este seminario se propone una reflexión de estos elementos a la luz de la crisis civilizatoria actual. El mismo está dirigido a todo público, con énfasis en activistas, integrantes de comunidades, investigadores, periodistas y actores políticos. Se proponen debates profundos y colectivos sobre estas perspectivas en disputa, las bases de la ecología política y la crítica al extractivismo en América Latina. Se plantea también re-pensarnos desde la conflictividad socio-ambiental en Venezuela y la región, como insumo para estas reflexiones.

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Ecociudades: Una Propuesta Alternativa de Transición Urbana

Facilitador: Francisco Javier Velasco Páez

La crisis ecológica ocupa un lugar medular en la gran crisis civilizatoria de nuestra época, la crisis ecológica urbana constituye un aspecto crítico de la misma. En el marco de esta crisis surgen problemas locales altamente específicos que  tocan  de manera directa a las ciudades de latinoamericanas en general y venezolanas en particular. Las continuas perturbaciones y tragedias ecológicas inciden negativamente en     poblaciones urbanas en la medida en que nuestras ciudades latinoamericanas y caribeñas se hacen más vulnerables  configurando aglomeraciones  en  las que  convergen de manera desigual  el fasto de centros comerciales, rascacielos y  artefactos  electrónicos de punta, con la miseria, el hacinamiento,  la inestabilidad y la inseguridad  de tugurios y asentamientos espontáneos, todo ello sin la menor consideración  para con las grandes mayorías que las habitan  y  la trama ecológica  asociada a su  base y perpetuación.

Con asiento en una plataforma teórica ecosocial emancipatoria, proponemos para el debate y la reflexión en este seminario-taller   la creación de ecociudades y la conversión y recreación de nuestras ciudades ya existentes. Esto supone organizaciones espaciales y arquitectónicas, tecnologías, medios de transporte, formas de propiedad, relaciones de producción, formas de intercambio  y relaciones socio-políticas en procesos que operan en una conformación socio-territorial con base en los principios de complementariedad ecológica, productiva y sociocultural, en un despliegue progresivo de potenciales de libertad tales como la auto-organización, la auto-determinación y la auto-realización.

Sé parte del Seminario Taller Ecociudades: Una Propuesta Alternativa de Transición Urbana completando el siguiente formulario.

Organización multipropósito que orientada a la visibilización y estudio de las desigualdades e impactos socio-ecológicos que se generan a raíz de la transformación e intervención de la naturaleza, y al apoyo y acompañamiento de luchas socio-ambientales en el país

*Fuente: https://www.ecopoliticavenezuela.org/2020/09/02/inicia-ciclo-de-formacion-virtual-del-oep-2020-sept-dic/

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Entrevista con Carlos Mendoza Pottellá: “La Venezuela petrolera que conocimos en los últimos 100 años se acabó”

Por: Emiliano Teran Mantovani.

Observatorio de Ecologia Política de Venezuela

En el marco de una profunda discusión que se ha estado llevando a cabo en distintos sectores del país sobre el estado actual de la industria petrolera venezolana, los rumores e indicadores de una posible privatización de la misma, y la admisión oficial de la rentabilidad nula de la producción petrolera del país, planteamos esta conversación entre el economista y experto petrolero Carlos Mendoza Potella y el investigador del OEP Emiliano Teran Mantovani sobre las causas estructurales e históricas que han provocado esta grave crisis de producción petrolera en Venezuela, los aspectos sociopolíticos involucrados en la misma y cuáles son las posibilidades de pensar en una Venezuela postpetrolera.   

El colapso de la industria petrolera: sus antecedentes  

Emiliano Terán Mantovani (ETM)¿Cómo la industria petrolera llegó hasta acá?

Carlos Mendoza Potella (CMP): Ese es un mal ancestral desde la nacionalización petrolera, que fue una nacionalización impuesta por las compañías que iban a ser nacionalizadas, y diseñaron un modelo de gestión que garantizara que sus intereses serían respetados, y que su participación en el negocio petrolero venezolano seguiría. Eso determinó incluso de esas circunstancias, de que cada una de las antiguas concesionarias fundara ella misma antes del decreto nacionalizador definitivo a su operadora que la iba a sustituir. De esa manera insertaron en la industria petrolera nacionalizada a sus antiguos gerentes, que se comenzaron a convertir en una casta gerencial, precisamente basada en su experiencia, en su larga trayectoria como gerentes de las trasnacionales, olvidando la diferencia de intereses entre una corporación que tenía que estar vinculada al interés nacional y una compañía fundamentada en los intereses de su casa matriz. Esto dio inicio a una dicotomía, y comenzó a funcionar en el seno de la industria petrolera “estatizada” un ente generador de políticas anti-estatales. Eso se comenzó a manifestar prácticamente desde el principio con presupuestos inflados, compras exageradas, planificaciones de proyectos inviables. En 1980 se planteó el primer mega proyecto de la Faja, que Francisco Mieres denominó como el mega disparate de PDVSA. Una inversión de 100 mil millones de dólares desde el 80 al 2000, basada en que los precios del petróleo venían subiendo exponencialmente, de un histórico de 2$ a 34$ en un lapso de diez años y las expectativas eran que en el año 2000 el precio iba a estar en 50$.

Entre esas expectativas se hacían rentables ya entonces las acumulaciones que se sabía que existían en la Faja del Orinoco y por eso se inició un gigantesco plan de perforaciones, se hicieron gastos gigantescos entre el año ’78 y el ’83, que luego fueron pasados directamente a pérdidas de Lagoven, Meneven y Corpoven, porque los precios del petróleo que venían en escalada de 2$ a 34$, cayeron de repente de 34$ a 29$  y no dejaron de caer hasta el año ’99 que llegaron hasta 7$ por barril.

En esas condiciones, esa inversión inicial que se hizo entre el año ’78 y ’83 murió, quedó allí, y pasó a pérdidas simplemente y se acabó varios centenares de pozos que fueron perforados. Surgió, como una montaña que pare un ratón, la orimulsión; una cosa muy pequeña ahí, que luego desapareció, pero el mega proyecto productivo que íbamos a producir entre 4 a 7 millones de barriles de petróleo diarios en el año 2000 murió ahí. En los años noventa renace de nuevo esa expectativa.

Esta sería entonces la primera cuestión: el mega disparate de PDVSA. Luego viene entonces la Apertura Petrolera, que fue simplemente el replanteamiento de que a partir del año ’94, en particular por Bernard Mommer, Ramón Espinaza, asesores de Giusti, que en ese momento plantearon que íbamos a producir 4 millones de barriles diarios en el 2000. Y se comenzaron esos planes de expansión, que también murieron. Los precios en el año ’99 estaban en 5$. Viene el acuerdo en el marco de la OPEP, incluso estimulado por los propios productores internos norteamericanos y por el Secretario de Energía estadounidense Bill Richardson, y hay un conjunto de reuniones entre Noruega, México, Arabia Saudita, que rodean a Venezuela y la convencen. Lo cierto del caso es que se producen unos acuerdos que recortan la producción y comienza la escalada de los precios.

El Presidente Chávez se encuentra con esa realidad, que potencia con la convocatoria de la cumbre de la OPEP, y los precios comienzan a subir de nuevo y terminan en el 2003-2004 en 40$.

ETM: Los detractores dirían sin embargo que la empresa petrolera se mantenía con un alto nivel de eficiencia y funcionaba, mientras que ahora está hecha pedazos. ¿Cómo llegamos hasta aquí?

CMP: No se puede decir que hay un alto nivel de eficiencia, cuando se realizan inversiones que no van a dar ningún resultado, cuando pasas a pérdida montos que ya no importaba, porque había un margen muy amplio que permitía que no se notara que estaba comenzando ya en ese momento un proceso de desmoronamiento. Es decir, cuando algo se comienza a desmoronar desde las alturas elevadas de más de 3 millones de barriles diarios – Venezuela producía en 1970  3.700.000 barriles diarios de petróleo, lo que no fue un logro de la meritocracia, sino de las compañías petroleras que hasta ahí puede comenzar a pensarse que está la génesis de la debacle actual. Entre 1960 y 1970, en respuesta a la política de no más concesiones de Pérez Alfonso, sabiendo que ellas se tenían que ir en el ’83, ellas arrancaron un proceso de súper-explotación, violando las normas técnicas y provocando el agotamiento acelerado de los yacimientos, y llegando a producir en el año ’71, 3.7 millones de barriles diarios, que Pérez Alfonso dijo en ese momento “Este es el pico que no volveremos a alcanzar y nos van a agarrar en la bajaita”. Y así sucedió. Del año ’71 al ’86 la producción petrolera venezolana cayó de 3 millones a 1.6 – 2 millones, estando en el medio la nacionalización, porque las compañías veían que venía una declinación y ellas no estaban dispuestas a hacer las inversiones para contenerla, porque no había mercado en ese momento, no había perspectiva rentable de hacer una nueva inversión porque se tenían que ir en el año ’83. Ellas no iban a hacer inversiones que iban a comenzar a ser rentables a finales de los setenta o en los ochenta, teniendo que irse del país en el ’83.

«Fuimos hipnotizados por la fiebre del oro»

La ruta del colapso en el proceso bolivariano

ETM: ¿Qué ocurrió entonces entre el primer Chávez que anunciaba entre el 99 y 2000 que la producción debía mantenerse congelada o hasta reducirse y luego de repente aparece el expansionismo petrolero de la Venezuela Potencia Energetica Mundial?

CMP: Al llegar la Cumbre OPEP, los precios subieron, alcanzando los 40$ y renacieron entonces los sueños expansivos. Los mismos gestores de la apertura petrolera, desde el punto de vista de las asesorías, en particular Bernard Mommer es el nuevo proponente en la era chavista de la expansión.

ETM: ¿No le parece que era suicida, con los análisis previos que habían hecho uds en las décadas anteriores, y previendo las consecuencias que tendría, que ud mismo ha señalado que el colapso habría iniciado en los 70, lo que implicaría que ya estaba mermando la producción petrolera, con lo que en el 2000 estaría la misma Venezuela petrolera pero más débil, más golpeada, y con todo el efecto de la enfermedad holandesa?

CMP: No sería la enfermedad holandesa, sería la industria misma, la que estaba ya en declive. Era suicida para Venezuela, pero no para las trasnacionales

ETM: La llegada del proceso bolivariano no suponía un modelo fundamentalmente nacionalista?

CMP: Pero fueron convencidos que el nacionalismo significaba aprovechar los altos precios para expandirse y para conquistar mercados. Fuimos hipnotizados por la fiebre del oro, bajo la noción que comenzaba a colarse de que teníamos las reservas petroleras más grandes del mundo, olvidando que eran crudos extra pesados que no son reservas como tal, porque no son rentablemente explotables en este momento, sino recursos que algún día podrían ser recuperables si el precio llega a 150 o a 180$ hoy en día, lo que significa que no son reservas económicamente explotables.

ETM: Se siente cierta impotencia, porque se advirtió por mucho tiempo, se explicó las consecuencias terribles para un país con tanta dependencia del petróleo como Venezuela, muy poco diversificada, lo que haría del bombazo de caída un golpe muy duro, entonces ¿qué piensa Ud que pasó? El Chávez candidato y el Chávez de los primeros años revelaba que se estudió la cuestión petrolera, se ve que lo había leído, y citaba uno y otro autor.

CMP: Pero fue convencido por la labia e ilusionismo, en particular de Bernard Mommer, y en eso la complicidad de Rafael Ramírez no es extraña, quien lo puso de viceministro y se alió con él, siendo que el padre de Ramírez fue uno de los primeros denunciantes de algunos de esos proyectos destructivos para la nación, como la internacionalización. Ramírez en cambio se lanzó por el camino de Mommer y en el 2005 comenzaron los mega proyectos, los disparates, la “siembra de pajaritos preñados” que anunciaban que íbamos a producir en el 2012, 5 millones de barriles de petróleo diarios. En el 2012 estábamos produciendo menos que en el 2005. Luego se anunciaba que en el 2015 o 2016 íbamos a producir 5 millones de barriles de petróleo diarios, y luego en el 2015 se anunciaba que en el 2019 íbamos a producir 7 millones de barriles de petróleo diarios. No hay una curva de aprendizaje de los golpes. Recurrentemente, fracasa un plan y lo comenzamos de nuevo. En algunos de mis artículos disponibles en el portal Aporrea puedes ver los gráficos que muestran cómo un plan no alcanzaba la producción anunciada y volvían a comenzarlo.

ETM: ¿Y por qué se le puso tanto porcentaje de la inversión entonces a la Faja del Orinoco y no a lo que ud había mencionado de la importancia de la recuperación secundaria de los pozos tradicionales?

CMP: Porque la recuperación secundaria de los pozos tradicionales podría ofrecer cuando más una estabilización de la producción en un nivel de entre 1.2 millones hasta 1.8 millones, o incluso forzándolo hasta 2 millones de barriles de petróleo diarios, lo que sería una meta ridícula para quien pretende producir 7 millones de barriles de petróleo diarios de la mayor acumulación de petróleo del mundo. Porque sí es cierto que es la mayor acumulación de petróleo individual en el mundo, pero no es explotable.

ETM: ¿Y qué piensa ud que querían ellos si llegaban realmente a alcanzar esa meta de 6 millones de barriles? Habiendo esa gran producción y esa renta copiosa, aunque a menor precio ¿Qué iban a hacer con esa acumulación de renta?

CMP: No sé realmente qué pensaban hacer ellos, porque lo que eso significaría es que seríamos importadores de todo, toda la vida. Jamás desarrollaríamos la agricultura, porque lo que decía Alberto Adriani en 1930, o sea lo que pasó entre el 20 y el 30, se reprodujo. Sí, llegaron inversiones, se hicieron gastos infraestructurales, se construyeron carreteras, vías, entre otras obras, pero ¿se produjo o se logró gestionar una capacidad productiva interna propia? No. Todo se fue en sedas y viajes a París. En aquel momento pues. Y en especulación inmobiliaria caraqueña. Eso no fue a la agricultura o a la ganadería, sino al basto. ¿Por qué? Eso lo estudiaron Peltzer y Maggiore en los años 40, y luego descubrieron nuestros economistas en los años 70 como la enfermedad holandesa. El tipo de cambio interno tiene una capacidad de compra externa mucho mayor y eso hace que nuestros factores de producción interno sean muy costosos. Entonces un automóvil, un Ford o un Chevrolet, producido en Venezuela es mucho más costoso que el mismo vehículo producido en EEUU. Para resolver eso hubo que imponer una tasa a las importaciones de automóviles de 2,5 ad valorem. O sea, si compras un carro en Miami y lo quieres traer a Venezuela tienes que pagar 2,5 veces su valor en los EEUU para que entre en Venezuela. Fue la única manera en que General Motors y Ford se pudieran instalar en Venezuela. Porque un automóvil fabricado en Venezuela costaba tres veces lo que costaba en EEUU. Y eso se podía hacer porque el petróleo le daba a Venezuela con qué comprar eso. Esa es la descripción llana de la maldición de los recursos, de la llamada enfermedad holandesa, porque es un proceso que le ocurrió a Holanda en los años 70 cuando descubrieron gas natural en las costas y esos ingresos se metieron a la colonia holandesa y destruyeron la capacidad, por ejemplo, de sus trasnacionales electrónicas. Holanda era una potencia, por ejemplo con la Phillips y otras compañías de radios, eran los inventores del cassette, y esa capacidad murió. La Phillips desapareció. Se la comieron encima Sony, Sanjio, y demás empresas norteamericanas electrónicas que vinieron después. Los economistas al estudiar ese caso acuñaron el término de enfermedad holandesa.

Pero resulta que Venezuela padece la enfermedad holandesa, antes de que esta fuese holandesa, desde 1920.

«Ninguno de los bandos políticos critica los fundamentos de los modelos expansivos monoproductores»

ETM: ¿Podemos llamarla entonces la enfermedad venezolana?

CMP: El periodista Jorge Olavarria, hablando con Pérez Alfonso, decía que no se trataba solamente de la enfermedad holandesa, o la enfermedad venezolana en este caso, sino que es la enfermedad que sufrieron España y Portugal cuando llegaron al siglo XX como países desarrollados, entonces podemos decir que es una enfermedad Potosí. Es la enfermedad del oro y la plata de América que sufren España y Portugal que reciben esos recursos, mientras otros países se desarrollan, como Francia, Holanda, Flandes, o Inglaterra; España y Portugal se dedican por su parte a comprar las mercaderías y las sedas, y los equipos que se producen en sus vecinos, pues tenían todo el oro y la plata de América toda para ellos.

ETM: El viejo rentismo. Pero uno piensa que esta enfermedad venezolana tiene una expresión cultural, porque en este momento el gobierno termina reproduciendo un viejo patrón, pero la propuesta de la otra acera, la de la oposición, era la propuesta gemela. Porque se peleaban por proyectos de país, pero el proyecto era muy parecido: subir la producción en la Faja del Orinoco, llegar a 6 millones de barriles de petróleo diarios. Capriles lo propuso, Leopoldo lo propuso, ahora Guaidó también. Hay un consenso.

CMP: La discusión entre el gobierno y la oposición es: “yo soy más capaz que tú de llevar la producción a 5 millones de barriles de petróleo diarios.” Ninguno de los dos critica los fundamentos de los modelos expansivos monoproductores.

ETM: Como país, parecemos estar encerrados no sólo en una estructura económica, sino también en un imaginario intelectual que no ha permitido ofrecer al país algo diferente a esto. Porque si asumiéramos la idea de que una izquierda radical, o una izquierda fuerte, asumió las riendas del país desde el año 99, en realidad su propuesta estructural no se diferenció de las anteriores y replicó un montón de cosas. Entonces, ¿Qué pasó ahí? ¿Cómo puede ser que aquí el pensamiento crítico sea también parte de este consenso? Que no haya una posibilidad de salida.

CMP: No. El pensamiento crítico siempre existió, pero siempre fue minoritario y siempre fue tratado como una cosa de locos. “¿Tú eres loco? ¿Cómo es eso que tú no quieres que haya un aumento del sueldo mínimo?”, por ejemplo, cuando Carlos Andrés Pérez, que se advirtió. ¿Qué pasó entonces? El último presupuesto de Caldera, en 1974-75 fue de 11mil millones de bolívares, el primer presupuesto de CAP fue de 44mil. Cuatro veces más. El sueldo mínimo pasó de 605 a 1300 bolívares mensuales. ¿Qué pasó inmediatamente? Todos los precios se cuadruplicaron y el sueldo mínimo nuevo, multiplicado, no cubría los costos. Es una dinámica que parece un torbellino.

ETM: ¿No le parece que China hizo algo similar a lo que hiciera los EEUU en su momento? China también contribuyó con esa lógica rentista al plantearle este esquema bilateral basado en los préstamos, fondos o créditos a cambio de petróleo. ¿No termina siendo, en un esquema un poco diferente, un elemento que ayuda a anclar a la Venezuela bolivariana en esta misma lógica rentista?

CMP: No había pensado en esa implicación del proceso. China lo que hace es garantizar una nueva ruta al petróleo venezolano, sabiendo precisamente que venía el proceso conflictivo con los EEUU. En un estudio realizado por una tesista a quien tutoreo, ella refleja cómo vienen cayendo las exportaciones de petróleo a los EEUU y subiendo las exportaciones a la India y a China, siendo mayor la cantidad a la primera.

ETM: Y nuestras importaciones de productos chinos crecen también. Así como ud bien decía, a cambio de esos 6 millones de barriles de petróleo aquí lo que vamos a convertirnos es en unos grandes importadores. En ese esquema de intercambios, terminamos siendo unos grandes importadores de productos chinos también. Había algunos elementos que se terminan replicando en el caso de China.

CMP: Mientras dispongas de unas riquezas que te propone, y eso lo que decía Adriani, una masa de dinero, que no tiene contraprestación en la capacidad productiva interna, eso se convierte automáticamente en capacidad de compra externa. Ta’ barato dame dos. Capacidad de compra externa total. Para darte el ejemplo que se daba ya en esos años, el pabellón nacional, la comida típica, las caraotas, entre 1960 y 1983, todas venían de China, de Suráfrica. Era demasiado costoso sembrar caraotas en Venezuela. Aquí se comenzó a sembrar caraotas después del llamado viernes negro en el 83. Cuando se comenzó a pensar que las caraotas sembradas aquí eran más baratas, porque el tipo de cambio pasó de 4,30 a 7,50 y eso encareció demasiado el precio de la caraota. Pero si tú piensas en un país que en 1900, el tipo de cambio, que no existía como tal, pero digamos que el tipo de cambio teórico que había era de 3,09, que luego, por unas manipulaciones que se hicieron precisamente para contener eso, llegó a 3,33, lo que se mantuvo durante todos esos años, hasta los 80, cuando pasó a 4,30, y luego en un solo año llegó a 7,50 en el 83 con el viernes negro venezolano. Mientras en Brasil se pasaba de reais a cruceiro, a cruzado, y comenzaba de 1 a 1, a 1 a 10.000; en Perú se pasaba de sol, peseta, inti; en Argentina de peso, peseta, austral; y todos los países, todos, cambiaban de moneda cada 10 o 15 años, después de una inflación que los llevaba a eso, Venezuela disfrutó de 100 años de estabilidad monetaria. Estabilidad monetaria y sobre-capacidad de compra externa, esa es la enfermedad holandesa, que no es un vicio adjudicable a algún tipo de conducta viciosa de los venezolanos, es en cambio un proceso en el que piensas “¿me voy a poner a fabricar telas, cuando puedo comprar miles de toneladas de telas?” y sin embargo, se hizo, se intentó.  Porque lo que dijo Adriani a quien cito mucho porque lo que dijo fue realmente determinante y se convirtió en la consigna posterior de Uslar Pietri de ‘sembrar el petróleo’, y esa se convirtió en una especie de ideología de todos los gobiernos y todos lo intentaron, pero resulta que lo que hicieron fue inventar lo que los mexicanos llamaron en los años 70, la maquila. Porque nosotros lo que hacíamos era, hacer los procesos finales de una industria que comenzaba en el exterior. La Ford Motor Company de Venezuela hacía las sillas, los cojines, los vidrios, los paneles, cuando comenzamos a tener siderúrgicas, y más nada. Pero el motor, todo el equipamiento electrónico, todo eso seguía siendo de General Motor de Detroit. Igual que una maquila mexicana. Se intentó muchas veces producir cosas aquí. La Corporación Venezolana de Fomento, Provenezuela. Pero lo que se hizo fue trasladar procesos. Kellogs de Venezuela, Avena Quaker de Venezuela, Avena Robinson de Venezuela. El arroz, totalmente importado. Venezuela tiene posibilidad de ser exportador de arroz masivo, al igual que de harina, y maíz que tampoco tenemos posibilidades de producción exportadora respecto a la Corn Belt de Centroamérica que supera por mucho a la venezolana. Pero en arroz, tenemos capacidad de competencia con cualquiera. Pero esas son decisiones que no se han tomado porque es muy costoso y es más fácil el otro camino. Hay no hay un problema ideológico, no se trata de ser revolucionario, marxista o pro-capitalista, sino que el problema es un chorro de dinero que no hay una manera productiva de utilizarlo internamente que no sea aprovechando su capacidad de compra externa. Ante la idea de limitar la producción petrolera, eso no lo acepta nadie.

ETM: Pero, con Pérez Alfonzo se tomó como política en un período

CMP: No se tomó como política.

ETM: ¿Las nuevas inversiones no se detuvieron?

CMP: Ninguna inversión fue detenida. El Fondo de inversiones para Venezuela que se creó con el espíritu que luego tomaron los noruegos y que ahorita forma uno de los fondos más ricos del mundo. ¿Quién puso el nombre de Efecto Venezuela? ¿Pérez Alfonzo? No. Los noruegos para justificar la creación del fondo de inversiones para las nuevas generaciones. Pérez Alfonzo tomó esa idea, incluso leyendo simultáneamente los materiales noruegos, y obligó recién instalado Carlos Andrés Pérez a que se constituyera el Fondo de Inversiones para Venezuela en 1975 y en pocos años, se lo chuparon. Se convirtió en un fondo de ‘medio’ detención, que luego inmediatamente fue cuestionado ampliamente. Yo era militante del MAS, para ponerte un ejemplo, y ante la idea de construir un fondo de inversiones para el país, fui cuestionado por un dirigente del MAS sobre si yo apoyaba la propuesta de Pérez Alfonso, “en un país, con tanta necesidad, ¿cómo vamos a construir un fondo, para ahorrar?” Nadie entendió eso. Nadie lo entendía. Y con razón, tal vez. Porque Noruega lo podía hacer, porque Noruega era un país desarrollado y estaba protegiendo su industria interna. Lo que hacía Noruega era impedir que un masivo ingreso de capacidad de compra externa encareciera la mano de obra, es decir, que no le ocurriera lo de Holanda, y entonces su industria pesquera, naviera, forestal y microelectrónica (Nokia) se iba a ver afectada. Por eso decidieron que a Noruega sólo iba a entrar el 4% del ingreso petrolero, mientras el 96% se destinó a un fondo que podría usarse para comprar acciones, por ejemplo, de la Mercedes Benz, o de otro tipo de compañías, depósitos de fondos, que permitiera multiplicar esa inversión para las generaciones futuras, cuando se agote el petróleo. Resulta que ahora descubrieron un nuevo yacimiento que va a hacer más lejana la posibilidad de que aquí se recupere la inversión en petróleo extra pesado.

«Ante la idea de limitar la producción petrolera, eso no lo acepta nadie»

Los rasgos de la crisis de los últimos años

ETM: ¿Cuándo a su juicio comienza el colapso actual y dónde está hoy la industria petrolera en Venezuela?

CMP: A parte de los elementos causales que comienzan en 2005, el colapso actual comienza en 2013-2014 y precisamente por la frustración de esos proyectos y la cantidad de ingresos que se desviaron a esos proyectos y que no se convirtieron en capacidad productiva efectiva y las consecuencias de la evolución del mercado petrolero internacional, la caída de los precios, la crisis internacional de 2008, luego las evoluciones a partir de 2014 de las decisiones de bajar la producción, las idas y venidas del mercado petrolero, hasta que comenzó la caída de los precios después de 100$ y que luego ha sido remontada por la emergencia de producción en otros países y la aceleración del agotamiento de nuestra capacidad convencional de producción, y la imposibilidad de arrancar con los proyectos y mega proyectos que se seguían proponiendo de producir 5 o 6 millones de barriles de petróleo diarios. Eso determinó, entre otras cosas, como causa eficiente, para mí, también el hecho de que gigantescas cantidades de inversiones que se hicieron en la Faja del Orinoco, por ejemplo, una capacidad de producción de 1,4 millones de barriles de petróleos diarios, está varada. Se están produciendo 300 mil o menos barriles diarios. Eso es una carga financiera sin ninguna compensación, total y absolutamente negativa, y el mantenimiento de esos costos, el tener una producción cada vez más pesada, el tener que destinar nuestra producción liviana para mezclar con extra pesados y producir un producto mucho menos rentable, el tener que mejorarlos incluso, o la imposibilidad de mejorarlos que ha convertido a esos cuatro mejoradores prácticamente en elefantes blancos, mejoradores que están convertidos en mezcladoras. Que toda la tecnología que se metió allí para “upgrading” (mejoramiento), para disminuir su gravedad específica y aumentar sus grados API, que es la razón de ser de los “mejoradores”, ahora son simplemente plantas mezcladoras de crudo pesado de alto costo con crudo extra pesado de cero valor comercial, para conseguir un crudo de 16 grados de mediocre rendimiento. Entonces esas circunstancias, y además a partir de 2017 las sanciones, que son realmente una puntilla y que determinan hoy la crisis total de la industria petrolera.

Además de eso la industria está sometida a esta cuestión política, el desbarajuste económico, y las circunstancias políticas y económicas que han determinado la masiva migración de venezolanos, también afecta, porque en esa masiva emigración está una masiva emigración de capacidad productiva interna, de capacidad realmente de manejo eficiente de la industria petrolera, independientemente de posiciones políticas, eso tiene un efecto directo sobre la industria petrolera venezolana. Y lo dice la propia industria, los dirigentes actuales, que admiten la falta de talento humano en la industria. Hay una situación conflictiva durísima en la que la está la industria para producir. Los trabajadores por ejemplo no van a los campos, porque los asaltan en el camino. La guardia nacional no vigila los campos, porque temen que los asalten y les quiten los fusiles. Hay un control de las mafias, por ejemplo en la zona de oriente, en Anzoátegui y Monagas, en esos campos desolados. Porque por ejemplo en los campos de occidente hay una mayor concentración, y la población está mezclada, pero en los campos de oriente por ejemplo, un campo petrolero está allí y no hay nada en kilómetros a la distancia, entonces es muy factible que a una comisión de 4 guardias nacionales que estén allí les lleguen unos tipos.

Y a nivel de infraestructura y las instalaciones, están totalmente deterioradas. Nuestras refinerías están produciendo ahorita al 15%. Tres de ellas están paradas, El Palito y Puerto La Cruz, parcialmente paradas Cardón y Amuay.

ETM: Pero si a EEUU le interesa el petróleo venezolano, su principal interés histórico desde hace 100 años, no parece convenirle tal nivel de colapso. A nadie parecería convenirle, porque el gobierno es afectado económicamente por los ingresos, la oposición también, porque si agarra el coroto ahora lo haría con una industria colapsada, a los EEUU si se quisiera meter en un paquete con Irán por allá, necesitaría suplirse de petróleo acá.

CMP: Eso es lo que ha cambiado, que no lo necesita ya. EEUU se está convirtiendo en un exportador neto.

ETM: ¿Entonces por qué tanto interés en Venezuela?

CMP: Porque Venezuela es importante a largo plazo. Precisamente las posibilidades que tienen de aplicarle la tenaza a Venezuela es que este momento no la necesitan, pero sí la necesitan. Ellos no pueden dejar por detrás al 90% del petróleo extra pesado del mundo, que es lo que existe en Venezuela. Eso posiblemente no sea rentable hoy, ni dentro de 10 años, pero vamos a ver qué pasa luego. Además está el asunto geopolítico, “ese es mi patio trasero” y está la competencia con otras potencias internacionales. China tiene un planteamiento geoestratégico, Venezuela está en el 4to lugar de prioridad estratégica en ese esquema chino, detrás de Corea, Birmania y Vietnam. Antes Venezuela era el primer país de interés para China en América Latina, ahora pasa más allá a ser el 4to en el mundo, y eso lo sabe EEUU, y hay una competencia también con China. En esa competencia global nosotros estamos medio picados. Los rusos también tienen sus intereses aquí y no se diga los europeos que están aquí. Allí yo cito lo que dice Repsol del campo 1X, que ellos están metidos ahí y no están aceptando ninguna sanción norteamericana. El campo Perla 1X significa 6 años de suministro de gas para España.

ETM: Cardón 4

CMP: Sí, en Cardón 4, el bloque se llama Perla 1X, y ahí en Cardón 4 ellos tienen intereses. Esa es la primera identificación, eso indica que el bloque completo puede tener mucho más. Entonces hay muchos intereses en ese sentido.

Ahorita, en este momento, Venezuela está totalmente contra el suelo y aunque ellos desde luego tratan la cosa sin afectar sus propios intereses, no disparándose en el pie, y es lo que han hecho con Chevron, hay un interés táctico político de acabar con este gobierno, pero en el interés geoestratégico Venezuela sigue siendo una prioridad, entonces a empresas como Chevron, Halliburton, entre otras, se les otorga una licencia.

ETM: Esa paradoja se ocultó detrás de un discurso antimperialista, inclusive con Chávez, porque esa paradoja estaba tanto del lado estadounidense como del lado venezolano, en el sentido de decir, está esta confrontación en los discursos, pero aguas arriba hay una tormentosa, pero hay una relación. Por ejemplo con Chevron siempre se tuvo una relación.

CMP: Chevron para algunos críticos de la PDVSA reciente decían que Alí Moshiri, un gran jefe de Chevron, que dejó de ser el Gerente Ejecutivo (CEO) recientemente, decían que Moshiri era miembro de la junta directiva de PDVSA, porque entraba y salía de las sesiones de la junta directiva cuando le daba la gana. Dicho por testigos presenciales hace un año. Hay sectores norteamericanos que tienen una íntima relación con la PDVSA actual misma, y la quieren seguir manteniendo, aunque no haya todavía cambio de gobierno. Ellos están poniendo su pica en Flandes con el nuevo gobierno, pero “un momentico, tampoco es que vamos a dejar esto al garete”. No van a desmontar infraestructura y llevarse los equipos para esperar a que se produzca la transición para entonces sí volver.

«La faja no es factible, y ya lo está aceptando todo el mundo»

¿Alternativas?

ETM: Hemos estado marcados por una bipolaridad; una corriente claramente liberalizadora, de un neoliberalismo muy vinculado a los EEUU y a los sectores de las derechas más conservadoras latinoamericanas. Y del otro lado, en la otra acera, tenemos al gobierno actual que está claramente, ya casi sin tapujos, también en proceso de flexibilización, políticas de liberación, y en algunas cosas pareciese mostrando más apertura a acciones de privatización –eso es algo que está en discusión-. Estamos en una encrucijada como país, pero además como planeta, en la que a pesar de que podemos decir desde una visión pragmatista que hay que sacar más petróleo, pero tenemos ahora una situación ineludible en relación con el cambio climático, con una serie de medidas que nos ponen en una encrucijada muy difícil de resolver, pero que no podemos ya decir que es para el futuro porque estamos ya como en el hueco del futuro. Ya los incendios de Australia y la Amazonía mostraron que los ecosistemas llegaron como a lo que llaman en ecología los umbrales ecológicos. Eso ya no se puede obviar. Entonces,  ¿cómo y por dónde nos pensamos una alternativa a esto? Se está hablando hoy en día de transición y recuperación, ¿cierto? La pregunta es ¿cómo sería esa recuperación? ¿De cuánto sería esa recuperación? Si estamos hablando de una recuperación de la producción que supone aumentarla, ¿a cuánto sería? ¿A partir de cuáles pozos? ¿Y aumentarla para qué?  ¿Y cuál es la inversión que se necesita y qué supone esa inversión para los venezolanos? ¿Con qué saco vamos a cargar para esa inversión?

CMP: Yo creo que estamos llegando a un llegadero que no es ideológico. Primero, los contendientes geopolíticos internacionales ninguno es de izquierda, ni socialista, ni nada por el estilo. Son confrontaciones de poder político, y normalmente todos son capitalistas. Aquí no hay un poder socialista, ni nada por el estilo. Lo que cada país puede hacer es tratar de democratizar o socializar sus relaciones productivas internas dentro de un esquema de inserción dentro de un mundo capitalista definitivamente. Entonces tú puedes tratar de morigerar tu propio capitalismo, tratar de contenerlo, pero no lo puedes liquidar en las condiciones actuales. Ese es un planteamiento súper pesimista para un socialista. Pero hay que asumirlo. Creo que hay que asumirlo y dejarse de demagogia y estar proponiendo escenarios que no van a suceder.

ETM: ¿Como cuáles por ejemplo?

CMP: “Vamos a montar una Venezuela socialista independiente, y vamos a montar una Latinoamérica o una Suramérica socialista enfrentada al capitalismo mundial”. No creo que eso tenga factibilidad en el corto ni en el mediano plazo. No sé qué pueda pasar en el largo plazo. En el largo plazo todos estaremos muertos, decía Keynes. Yo creo que en materia petrolera, la pregunta que tú me estás haciendo, la recuperación tiene que ser la estabilización y la búsqueda de un proceso de crecimiento acorde con las condiciones del mercado que ya son negativas para nosotros. Tenemos que reconocer los cambios que se han producido en el mercado mundial después que se nos aplicaron las sanciones, que nosotros no tenemos abierto el mundo para volver a los 3 millones de barriles, ni siquiera a los 2,5 millones de barriles que se han planteado, que el crecimiento de la demanda petrolera mundial ha venido cayendo, no la demanda sino el crecimiento de la demanda, y entonces para el año que viene se estaban estimado 1,3 millones de crecimiento de todo el mundo y ahora se estiman 1,1 millones y ahora con estos problemas de China tal vez sean menos de 1 millón, el crecimiento de la demanda del año 2021. De aquí a que nos acerquemos al año 2030 las expectativas son que la tasa de crecimiento sea cada día menor, la tasa, los volúmenes mismos. Nos estamos acercando a un techo.

«Nosotros no tenemos abierto el mundo para volver a los 3 millones de barriles»

ETM: ¿Y esa sería una tendencia irreversible?

CMP: Irreversible, por razones climáticas, e irreversible por razones económicas y geológicas.

ETM: ¿Y esa estabilidad cómo nos afecta a nosotros?

CMP: Nuestra producción es extra pesada y la competencia es de crudos livianos. En EEUU, teóricamente el shale está perdiendo impulso, los esquistos, las lutitas como debe decirse, sigue creciendo, pero cada vez menos, y se estima que hacia 2030 llegue a la planicie y comience a caer.

ETM: 2030 es ahora

CMP: Ahora, en nueve, casi diez años, no es ahora. Eso significa que esos 12 a 13 millones de barriles diarios van a estar siendo producidos, no van a llegar a 14 tal vez, pero van a estar siendo producidos 13 millones. Y Noruega, Guyana, Brasil, y Uganda que aún no ha comenzado, y la reapertura de la zona neutral entre Kuwait y Arabia Saudita que estaba cerrada por los conflictos entre ellos, y acaban de acordar reactivarla. Todas esas cosas van a incorporarse a la oferta de crudos livianos. Una oferta que se va a encontrar con una demanda limitada, y con una demanda que ya está siendo decidida que va a disminuir incluso por decisiones gubernamentales en algunos países.

ETM: Y el petróleo está siendo más contestado que nunca. Nunca había habido socialmente un cuestionamiento tan grande como en la actualidad al petróleo, cada vez la sociedad de los combustibles fósiles tiene más oposición. Eso tiene que tener un impacto a nivel de la aceptación social y de las presiones para una política de dejar el petróleo bajo el suelo.

CMP: En economía a veces la aceptación social no cuenta mucho, pero sí pesa a largo plazo y cuando ves que no es simplemente social, sino que es la salud de toda la humanidad la que está en juego, independientemente de tu condición social, de repente se convierte en una ola colectiva de todo el mundo, no necesitas ser socialista, o pobre para inferir que vas a ser afectado por algo que afecta a toda la humanidad sin distingo de clase. La existencia misma de la humanidad es la que está en juego.

ETM: Cuando ud habla de estabilización, ¿a qué se refiere esa idea? Si este es un país que está buscando la estabilización y recuperación de la empresa petrolera, que por lo que se ve, ¿estaría fundamentalmente basada en los crudos no convencionales de la Faja?

CMP: No, los crudos no convencionales de la Faja no tienen ninguna posibilidad económicamente fáctica. Aquí hay que arrancar de nuevo, y precisamente por eso es que está limitada nuestra capacidad.

ETM: ¿Eso lo dice ud como recomendación? ¿O ud piensa que los sectores dominantes también piensan que la Faja no va?

CMP: No es un problema de pensamiento. Es un problema de factibilidad económica. No va. No son factibles, y ya lo está aceptando todo el mundo.

ETM: Entonces ¿La estabilización sería en torno a cuántos barriles? ¿2 millones?

CMP: No lo sé

ETM: Ud ha ofrecido unas cifras en las cuales explica que en promedio el tiempo de vida de los pozos convencionales en campos maduros es de 60 a 70 años. Si la Faja está descartada como expansión, eso supone entonces que es inevitable que esta recuperación tendría que venir con un plan de transición de la Venezuela post-petrolera, o no?

CMP: Pero la duración de un pozo no es la duración de un yacimiento. La duración de un campo puede ser esa, pero si tú perforas más y estimulas más, o sea, recuperación secundaria ampliada, inyección de vapor, inyección de agua, nueva perforación, y cosas por el estilo, eso puede extender la vida de un yacimiento. O sea que todavía tienen un margen, los viejos campos. Y el petróleo convencional, es decir, sus costos no van a alcanzar nunca la Faja por viejos que sean. Los costos de la Faja no son los costos de extracción, son los costos de mejoramiento y puesta en condiciones comerciales. Esos costos difícilmente puedan ser remontados a los precios actuales. Entonces son los campos convencionales, incluso la exploración en las adyacencias, la extensión de esos campos convencionales, que pueden aumentar la capacidad de extracción de campos convencionales declinantes, es decir, ahí hay posibilidades que solamente un ingeniero petrolero te lo puede decir y un geólogo, en que hay zonas donde hay campos que se abandonaron, de expansión, de desarrollo, y esas posibilidades todavía están ahí presentes, y es crudo liviano lo que se va a sacar. Para ponerte un ejemplo, en uno de mis trabajos está publicada una estadística de 13 campos del Zulia, uno descubierto en 1914, otro en 1925, otro en 1935, otro en 1945, otro en 1950, es decir que el más joven tiene casi 70 a 80 años, y los más viejos ya casi 100 años. Esos 13 campos juntos representan más reservas recuperables que las de Argentina, que las sumadas de Colombia, Ecuador, Perú, y así por el estilo, yo había incluido a Brasil, pero Brasil ha encontrado nuevas reservas, pero esas reservas están siendo producidas a una tasa mínima actualmente, y eso puede ser aumentado y puede tener una duración de 20 a 30 años a partir de ahora. Son viejos campos agotados. Existe tecnológicamente la posibilidad de reanimación y de depletación máxima, que es el anglicismo que usan, sacarle la mayor posibilidad, para llegar a 30-40% de extracción, porque nunca vas a llegar a 100%, y muy pocas veces llegas a 60-70%, aunque se ha llegado en algunos campos, no precisamente en los venezolanos.

ETM: ¿Los chinos van a renunciar a esas inversiones que pusieron en la Faja?

CMP: No

ETM: ¿Se mantiene entonces?

CMP: Claro. Las inversiones en la Faja se mantienen. Lo que sí no van a hacer son los nuevos mejoradores que necesitan la capacidad de producción de 1,4 millones diarios que hay allí. Producción quiere decir extracción, pero para convertirlo en producto vendible hay que mejorarlo o mezclarlo, eso no hay posibilidad vía costos de ponerlo en competencia.

ETM: ¿Ud cree que en estas discusiones de salida de la crisis se está pensando en una Venezuela postpetrolera?

CMP: Todo el mundo está pensando en la recuperación.

ETM: ¿Para ud hay posibilidad de que en esta debacle se pueda pensar y abrir una discusión y un camino de una Venezuela postpetrolera? Volvamos a Uslar Pietri; si aquí hay 30 millones de hectáreas de tierra cultivables, de las cuales están provechadas tan pocas, ¿por qué no pensar en asumir una propuesta que también sea agrícola y no sea tanto petrolera? ¿Por qué no abrirse y pensarse esta posibilidad?

CMP: Que hay que hacerlo. Es decir, todo el mundo se da cuenta que Venezuela no puede seguir siendo apalancada por el petróleo. El petróleo puede ser una industria convencional durante mil años en Venezuela.

Yo creo que todo el mundo ha hablado, pero nadie lo cree últimamente. Todo el mundo sabe que eso es así, y que eso debe ser así, todo el mundo te lo dice, aquí nadie te lo niega, “¿hasta cuándo vamos a ser rentistas?” es que ya no somos rentistas, aquí no hay renta, el negocio petrolero es un negocio como el de un chichero, con 20 a 30% de beneficio, pero ese 500% del que se apropiaba, el 400%, las compañías petroleras y te dejaba el 100% a ti, y era gigantesco para ti, ya no existe. Entonces ellos te lo están diciendo. “Nosotros vamos a invertir y vamos a obtener beneficios, pero si uds no tienen otros medios de generación de ingresos, no vamos a poder.”

ETM: ¿La Venezuela petrolera que conocimos en los últimos 100 años se acabó?

CMP: Se acabó.

ETM: ¿Ud piensa que es inevitable renunciar a toda ambición de nacionalismo petrolero actual? ¿Por dónde estaría la vía para que no nos arrodillen los próximos 50 años en un proceso de inversión masiva que no va a venir de acá?

CMP: El gobierno, el país, todos estamos puestos contra la pared, y estamos ahí y nos están amenazando. Tendremos que negociar. Seguramente tendremos que negociar y habrá que renunciar a algunas cosas. Pero sin renunciar a la voluntad nacional de controlar eso, y vamos a ver cómo regateamos el reparto de ingresos, de beneficios, entre un participante, qué le vamos a ofrecer, qué estímulos, pero manteniendo nuestra soberanía, nuestra dignidad. Es distinto. Yo he insistido en la necesidad de repensar las condiciones de negociación para no asumir una actitud entreguista desde el inicio. Hay que negociar, así estés contra el piso, contra la pared, aplastado, tendremos que negociar obligados, pero manteniendo la dignidad. Yo creo que el nacionalismo no se configura en la cantidad de concesiones que tú des, sino en la voluntad de defender el patrimonio nacional, de los nacionales, y de defenderlo incluso hasta de las expectativas propias de gastarlo inmediatamente.

ETM: ¿Y con quién cree que contamos para eso? ¿Qué grupos ud piensa que son los que puedan apostar por una visión nacionalista y que no terminen de entregar esto?

CMP: Es una pregunta bien difícil. Bastante difícil. Porque hay un nivel de inconsciencia generalizada. Y un nivel de sueño, todavía. De que “no somos nosotros, son ellos los culpables”, entonces cada quien le echa la culpa al otro. “Uds no pudieron, nosotros sí vamos a poder”.

ETM: Y no le parece con toda esta lógica tan pragmática, tan difícil de abordar la problemática ambiental, que pareciera la que está en la cola de las prioridades?

CMP: Pero es un problema de la humanidad.

Realizada en febrero 2020

Fuente de la entrevista: http://www.ecopoliticavenezuela.org/2020/04/16/entrevista-con-carlos-mendoza-pottella-la-venezuela-petrolera-que-conocimos-en-los-ultimos-100-anos-se-acabo/

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Libro: Ecologías Políticas. Ideas preliminares sobre concepciones, tendencias, renovaciones y opciones latinoamericanas de Eduardo Gudynas

Por: CLAES.

 

 

Por Eduardo Gudynas – «Ecologías políticas. Ideas preliminares sobre concepciones, tendencias, renovaciones y opciones latinoamericanas», es un texto publicado en la serie Documento de Trabajo de CLAES. Allí se ofrece una revisión de las distintas corrientes dentro del campo de la ecología política, sus preconceptos y opciones, y las nuevas oportunidades de abordaje. También se aborda el análisis desde una perspectiva latinoamericana.

El documento ofrece el texto utilizado como base en el taller que E. Gudynas dictó en el Congreso Latino Americano de Ecología Política, en Chile (2014).

Documentos de Trabajo Nº 72, CLAES, octubre 2014. Descargar aquí …

Link del libro: http://ecologiasocial.com/wp-content/uploads/2016/09/EcologiaPoliticaDefinicionesTendenciasGudynasDT2014.pdf

Fuente de la reseña: http://ecologiasocial.com/2014/10/la-teoria-de-la-ecologia-politica/

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En Caracas se escucharon las voces por la Amazonía

América del Sur/ Venezuela/ 27.08.2019/ Por: Erick Camargo/ Fuente: www.ecopoliticavenezuela.org.

Para Observatorio de Ecología Política de Venezuela

En la mañana del viernes 23 de agosto del 2019, representantes de diversos movimientos ambientalistas, en el marco de la Red Anti-extractivista y Todos por el Futuro, se dieron cita frente a la embajada de Brasil para expresar su consternación y repudio ante la situación que se vive en la Amazonía brasilera y las declaraciones impresentables del presidente Jair Bolsonaro.

Entre los participantes se pudieron escuchar consignas como “El pueblo lo sabe y tiene razón, Maduro y Bolsonaro son miseria y destrucción”, que aludían a las similitudes entre las políticas ambientales de Nicolás Maduro y las de Jair Bolsonaro.

Francisco Javier Velázco, antropólogo y doctor en ecología, miembro de la Plataforma contra el Arco Minero del Orinoco y del Observatorio de Ecología Política de Venezuela, declaró ante los medios de comunicación sobre el ecocidio que ocurre en la Amazonía. En su declaración precisó: “el terrible crimen que sucede en la Amazonía brasilera, boliviana y paraguaya responde a una política de exterminio y destrucción que vienen adelanto algunos gobiernos en alianza con corporaciones específicamente del agronegocio” dijó. “Esto afecta no solo a Brasil y América del Sur sino al conjunto del planeta y pone en riesgo la perpetuación de la vida en el planeta” recalcó.

También denunció que “esto también forma parte de una estrategia global, de la cual el Arco Minero del Orinoco, que el Gobierno de Nicolás Maduro a puesto en marcha, también atenta contra la Amazonía y particularmente contra nuestra Amazonía”. Igualmente señaló que este avance del extractivismo afecta la región con mayor biodiversidad en el planeta y señaló que Bolsonaro es un político despreciable y que ya había anunciado que “iría con todos los hierros contra el Amazonas”.

Dorixa Monsalve, bióloga, integrante de la Plataforma contra el Arco Minero del Orinoco y de Clima 21, señaló que su motivación para protestar fue el enorme incendio, e indicó que cada vez hay más incendios y es mayor la degradación del medio ambiente en el planeta, poniendo en riesgo nuestra propia existencia.

También se refirió a que es necesario cambiar la forma en que vivimos, y lo que consumimos, sino será imposible sostener la vida misma en el planeta, y las excusas económicas no pueden ser freno, pues la propia economía será afectada por la degradación del medio ambiente, “si se puede construir un mundo y una economía sostenible”.

Fuente de la noticia: http://www.ecopoliticavenezuela.org/2019/08/23/caracas-se-escucharon-las-voces-la-amazonia/

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Se realizó el taller sobre crisis ecológica y activismo ecologista: Una perspectiva política y social en Valencia

Por: María Alejandra Vega Molina. 

En el marco de las actividades del Doctorado en Ciencias Sociales, Mención Estudios Culturales en alianza con el Observatorio de Ecología Política de Venezuela y la Red CLACSO Venezuela, se realizó el 29 y 30 de mayo, el Taller: Crisis ecológica y activismo ecologista: Una perspectiva política y social en la Galería Universitaria “Braulio Salazar”, dictado por Francisco Javier Velasco y Emiliano Teran Mantovani.

Inicialmente, el antropólogo Francisco Javier Velasco hizo un recorrido de los postulados de la Ecología Política y Social como marcos de interpretación de la realidad socioecológica, explicando sus raíces históricas y su contexto de surgimiento. Además, resaltó como los distintos tipos de dominación que han existido entre humanos han estado siempre asociados a la dominación de la naturaleza.

Emiliano Teran Mantovani

Posteriormente, el sociólogo Emiliano Teran Mantovani disertó sobre los antecedentes de la Ecología Política en el mundo, mencionando la convergencia progresiva  de la ecología con las ciencias sociales. Asimismo, ejemplificó términos importantes como “justifica ambiental”, “desierto verde”, “biopiratería”, “racismo ambiental”, “deuda ecológica”, “zonas de sacrificio” y por otro lado, explicó los métodos que utiliza la Ecología Política como son: estudio de casos y el mapeo colectivo.

El primer día del taller cerró con la descripción de los rasgos de la crisis socio-ecológica actual, en relación al cambio climático, la huella ecológica, y la crisis energética

El día jueves, se conversó sobre las dinámicas socio-ecológicas y el extractivismo en América Latina como una de las lógicas particulares de expresión de la crisis global en las áreas de la periferia capitalista. Durante la jornada, se resaltaron las consecuencias del extrativismo en Venezuela y todos los impactos del modelo de desarrollo en un diagnostico socioambiental.

Finalmente, se generó una mirada crítica a las políticas públicas nacionales desde la Ecología Política y Social enfocando especial atención al desarrollo de la Faja Petrolífera del Orinoco y el Arco Minero del Orinoco.

Con los ejercicios prácticos

Se contó con la presencia de participantes comprometidos con la temática ecológica que manifestaron desde sus áreas crear redes para la conformación de un espacio de estudio e investigación de los conflictos socioambientales del estado Carabobo, quedando como tarea fundamental la conformación de un equipo de trabajo desde el Doctorado para la futura creación de una línea de investigación en Ecología Política y Social.

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En Venezuela: Lanzamiento del Nº1 de la Revista Territorios Comunes, “Ecología y ecologismos en Venezuela”

AméricadelSur/Venezuela/ecopoliticavenezuela.org/

El Observatorio de Ecología Política de Venezuela (OEP) se complace en anunciar que ya se encuentra disponible al público el Número 1 de la Revista Territorios Comunes, Ecología y ecologismos en Venezuela, en el cual se plantean diferentes debates, miradas, diagnósticos y propuestas sobre el asunto socio-ecológico y las diferentes pulsiones, movilizaciones y disputas que se producen en torno a los bienes comunes en Venezuela.

En este dossier participan: Francisco Javier Velasco Páez, Vladimir Aguilar Castro y Linda Bustillos Ramírez, Esteban Emilio Monsonyi (En entrevista con Emiliano Terán Mantovani y Francisco Javier Velasco), Lusbi Portillo, Alejandro Álvarez Iragorry, Liliana Buitrago, Nicanor a. Cifuentes Gil y Lenin I. Parra Montes de Oca, Rafael Uzcátegui , Alicia Moncada y Aimé Tillet, Nelson Muñoz, Movimiento Semillas del Pueblo – Campaña Venezuela Libre de Transgénicos, Alejandro López González, Marc Villa, y José Ángel Quintero Weil.

Para acceder a la revista, pulse click aquí.

Presentación

Venezuela vive una crisis sin precedentes en su historia. En todos los sentidos, la economía petrolera nacional ha colapsado, precarizando seriamente la vida de los venezolanos. Del mismo modo, se han ido desarrollando formas de caotización social, disfuncionalidad de las instituciones y el escenario político se ha vuelto cada vez más tenso y violento. El conjunto de voces que se reúnen en este texto que presentamos, nos proponen pensar también otras dimensiones de este proceso, haciendo un llamado vital, urgente: la crisis que vivimos no es sólo de orden económico, político-partidista o cultural, sino también de carácter ambiental. El ya viejo modelo de desarrollo extractivourbano-importador no sólo ha dejado históricamente múltiples y significativos impactos socio-ambientales en todo el país, sino que también esta lógica depredadora ha avanzado en el período de la ‘Revolución Bolivariana’, afectando cada vez más y de manera dramática las bases de la vida ecológica de las y los venezolanos, las posibilidades de la reproducción de la vida. Una deforestación rampante avanza en los territorios del país y con ella sigue generándose mayor pérdida de biodiversidad; múltiples factores tóxicos o elementos perturbadores afectan las fuentes de agua en el occidente del país, en la región andina, en los Llanos, en la región central, en el oriente del país, en el delta del Orinoco, la región Guayana y en los cuerpos marítimos; los efectos del cambio climático se hacen evidentes en las modificaciones de los ciclos de lluvia así como en las temperaturas promedio, lo que afecta especialmente a las economías locales de campesinos y pueblos indígenas; industrias extractivas van contaminando el aire de las áreas donde se instalan, provocando enfermedades a los habitantes de ellas; la degradación avanza sobre las áreas protegidas del país al tiempo que siguen creciendo prácticas de extracción y apropiación informal e ilegal de bienes comunes –como la minería ilegal, la sustracción de madera o el tráfico de especies en peligro de extinción–; lo que en conjunto socava la soberanía alimentaria y la productividad de los ecosistemas. En este contexto crítico, el Gobierno impulsa una serie de reformas económicas enmarcadas en la Agenda Económica Bolivariana y sus 15 ‘Motores Productivos’ y lleva adelante una ampliación de las fronteras de la extracción en toda la geografía nacional, donde resalta el relanzamiento del mega-proyecto ‘Arco Minero del Orinoco’ (AMO), una amplia zona de 111.846 kms2 (12% del territorio nacional) ubicada en los estados sureños de Bolívar y Amazonas, con áreas ricas en oro, coltán, diamantes, hierro, bauxita, entre otras, que a la vez se solapan con delicadas zonas de reserva naturales y territorios indígenas. Se han anunciado negociaciones con unas 150 empresas internacionales, planteándose una nueva importancia histórica para la minería en el país.

Todas estas polémicas transformaciones económicas, con un alto impacto socio-ambiental, aparecen encuadradas en los decretos de ‘estado de excepción y emergencia económica en todo el territorio nacional’ que han sido prorrogados permanentemente desde enero de 2016 hasta la fecha, y en la ‘plenipotenciaria’ Asamblea Nacional Constituyente, instalada formalmente el 4 de agosto de 2017. Es en este momento histórico que surge la propuesta del Observatorio de Ecología Política de Venezuela (OEP), una organización que busca visibilizar y analizar las desigualdades e impactos socio-ecológicos que se generan a raíz de la transformación e intervención de la naturaleza, los ecosistemas y los territorios, comprendiendo su relación con el modelo económico dominante; al tiempo que persigue producir un registro, sistematización y difusión de los diferentes saberes y experiencias producidas en torno a las luchas ambientales en el país, la defensa de los bienes comunes naturales y los territorios, así como la promoción de modos de vida cónsonos con el cuidado de la naturaleza, la vida y las diferentes formas de comunidad. En este sentido, OEP pretende dar voces y espacios de diálogo a diversas comunidades afectadas por estos impactos socio-ecológicos, que suelen tener poca o nula presencia en los medios hegemónicos; promover la articulación y el encuentro de los variados ecologismos del país; y ofrecer insumos para la investigación académica y militante respecto a los diversos asuntos políticos y sociales de la ecología en Venezuela.

Territorios Comunes, la revista del OEP, es uno de esos insumos que persigue ampliar los aportes y contribuciones que, desde la ecología política, puedan generarse para comprender las dimensiones socio-históricas y particularidades del modelo venezolano, así como el amplio y diverso tejido socio-territorial de comunidades, pueblos, grupos sociales y organizaciones que plantan resistencias y construyen alternativas al mismo. Territorios Comunes busca así, enriquecer un campo de estudio que en Venezuela ha sido muy poco trabajado y atendido, pero que es fundamental no sólo para comprender los fenómenos de impactos ambientales en el país, sino también los flujos de energía, agua y materiales que constituyen la economía del extractivismo, así como las disputas socio-políticas y formas de vida que se desarrollan en torno a los bienes comunes para la vida. Territorios Comunes es propuesta como una revista que pueda recoger una diversidad de registros, inspirada en la comunidad de saberes que componen las luchas socio-ambientales en el país y América Latina (conocimiento científico/académico, cosmovisiones indígenas, saberes campesinos, conocimiento activista o ‘disidente’, entre otros). En este sentido, apuesta por la riqueza y complejidad que ofrecen las variadas miradas, narrativas, subjetividades y epistemologías que emergen desde las disputas territoriales venezolanas.

Presentamos aquí el primer número de la revista, un Dossier en el cual se evalúa la “Ecología y ecologismos en Venezuela: balances, desafíos y oportunidades”, con miras a construir una mirada colectiva e interpretativa sobre los ecologismos venezolanos y las particularidades históricas y actuales de su entorno eco-político, donde resalta el modelo petrolero, el rol del Estado venezolano y la instauración contemporánea de la Revolución Bolivariana (1999-actualidad). Con este número intentamos dar respuesta a la pregunta ¿dónde estamos y hacia dónde vamos respecto al tema socio-ecológico en el país?, proponiendo algunas coordenadas fundamentales para pensar y accionar respecto a estos horizontes, contribuir a generar un tejido de saberes y experiencias a nivel nacional y sensibilizar al público en general acerca de estos trascendentales temas. Cuando hacemos referencia a los ecologismos venezolanos, no apuntamos única y necesariamente a las tradicionales y conocidas organizaciones ambientalistas, sino fundamentalmente al conjunto de comunidades, pueblos, pobladores y grupos sociales que defienden las condiciones socio-ecológicas y la reproducción de la vida en sus propios territorios u otros no tan próximos, los cuales son reivindicados desde variadas perspectivas de naturaleza y códigos culturales. El conjunto de luchas socio-ambientales que brotan desde los territorios venezolanos es el reflejo de un rico mosaico de prácticas, valoraciones y resistencias desde la pluriculturalidad popular del país. El dossier será presentado en dos secciones. Una primera que busca analizar las perspectivas histórica y conceptual, y los horizontes comunes de los ecologismos populares y comunitarios en Venezuela. Posteriormente en la segunda sección, se presentan diversas experiencias y enfoques del quehacer de estos ecologismos, en los cuales se resaltan sus formas de organización y militancia, resultados de sus luchas, así como diferentes temáticas específicas que amplían las variadas miradas del tema ambiental. En primer lugar, Francisco Javier Velasco hace un recuento histórico del surgimiento del ambientalismo venezolano, mostrando su evolución hasta la actualidad y la manera cómo progresivamente el tema ambiental se va posicionando con mayor fuerza en el debate político y expande su radio de acción. Por su parte, Vladimir Aguilar y Linda Bustillos evidencian la relación existente entre extractivismo y fragmentación de territorios indí- genas, resaltando a su vez los efectos devastadores que este ha provocado en los pueblos originarios y en la no concreción de sus derechos reconocidos constitucionalmente. En el artículo de Emiliano Teran Mantovani, se describe cómo el contexto del desarrollo petrolero de los últimos cien años en el país ha tenido un rol determinante en las particularidades de los ecologismos venezolanos, al tiempo que evalúa cómo en la Revolución Bolivariana, aunque se ha enarbolado un ideal de ‘justicia social’, se mantienen viejos patrones de degradación ecológica y marginalización social que han profundizado la injusticia ambiental. El autor señala que esto ha puesto sobre la mesa una crucial contradicción ecológica para estas expresiones del ambientalismo en el país, que estaría llegando a un punto de inflexión en la actualidad. Seguidamente se presenta una entrevista al antropólogo Esteban Emilio Mosonyi, en la que este destaca la importancia de la unión del movimiento étnico-indígena con las luchas ambientales; analiza en clave histórica la valoración marginal que se le ha otorgado a los pueblos indígenas en Venezuela, con lo que polemiza con varias corrientes intelectuales; ofrece su balance sobre la Revolución Bolivariana y reflexiona acerca de los aportes de la cosmovisión indígena para un movimiento de cambio en el país.

Revista Territorios comunes N° 1

Lusbi Portillo problematiza la política indígena en el período reciente y plantea una crítica a lo que considera la colonialidad en la República Bolivariana de Venezuela, partiendo de un análisis sobre el caso de la lucha yukpa en la Sierra de Perijá. En este sentido, ofrece también desafíos para detener, a partir de las movilizaciones sociales, los ‘dos Arcos Mineros’ del país.

En el marco de lo que considera una situación de crisis humanitaria compleja en Venezuela y de graves casos de injusticia ambiental, Alejandro Álvarez Iragorry desmiente que la protección del ambiente sea contraria a los intereses de los pueblos y enfatiza que la defensa de los derechos humanos ambientales es la única garantía de la protección y conservación del ambiente. Liliana Buitrago evalúa las prácticas y narrativas de movimientos sociales venezolanos planteando que, algunas nociones y procesos estructurales de las construcciones postcapitalistas de dichas organizaciones, pueden contribuir y enriquecer los debates ecologistas, en la medida en la que están determinados por los horizontes de la reproducción de la vida. Nicanor Cifuentes y Lenin Parra reflejan las tensiones que el ‘poder popular ecológico’ tiene con el Estado-Gobierno actual, debido a las enormes dificultades que existen para concretar el avance de las reivindicaciones ecológicas contenidas en el proyecto bolivariano. En este sentido, analizan con una mirada crítica el proyecto del Arco Minero del Orinoco, sin dejar de problematizar los dilemas que se le presentan a la militancia ecologista frente las amenazas externas a la Revolución Bolivariana. Rafael Uzcátegui propone algunas reflexiones críticas a la genealogía del abordaje que hace la izquierda venezolana en relación a lo indí- gena y cómo esto se expresó en el Socialismo del Siglo XXI venezolano, generando muy cuestionables formas de dominación sobre los pueblos originarios.

Ya en relación a la segunda sección de este número, Alicia Moncada y Aimé Tillett exponen la forma cómo los pueblos indígenas de Amazonas han construido diversos procesos de lucha por sus territorios y en defensa del bosque amazónico y la reproducción de la vida, en el marco de la Revolución Bolivariana. Los autores reseñan tanto sus logros organizativos y constitucionales como los procesos de cooptación y desmovilización de los que han sido objeto, lo que ha creado conflictos internos y limitaciones. Nelson Muñoz presenta una cró- nica desde la acción-reflexión ecológica partiendo de las luchas ambientales contra la expansión del carbón en la Sierra de Perijá, en el estado Zulia. De esta forma, describe cómo se van consolidando los métodos y enfoques de sus organizaciones, cómo van fortaleciendo sus movilizaciones, desde el momento que surge esta explotación hasta la llegada de la Revolución Bolivariana.

El Movimiento Semillas del Pueblo expone su experiencia desde el año 2012 para la construcción de la propuesta innovadora de Ley de Semillas, aprobada por la Asamblea Nacional en el año 2015. Esta organización destaca cómo esta ley es única en la región y el mundo, en la medida en la que propone una ruptura profunda con el modelo hegemónico de producción capitalista al plantear una concepción no mercantilizada de la semilla y dar reconocimiento y validación a los modelos consuetudinarios de producción de las mismas

Alejandro López analiza el problema del cambio climá- tico en Venezuela y su relación con la energía y el modelo extractivista. Destaca cómo este fenómeno no sólo afecta la vida de numerosas comunidades rurales e indígenas, sino también incide en el incremento del consumo eléctrico nacional, agudizando la crisis del sector. Reivindica el desarrollo de las energías renovables en contraposición al modelo extractivista y de explotación del carbón y otros combustibles fósiles, aunque subraya la necesidad de no olvidar que el patrón de degradación ecológica está determinado por las desigualdades producidas por el propio sistema mundial.

El sociólogo y cineasta Marc Villá hace un breve recorrido por la producción de cine y documental en Venezuela respecto al tema ambiental, analizando la poca difusión de este tipo de lenguajes y enfoques, a pesar de ser un país signado por la explotación petrolera y con tantos conflictos ambientales y energéticos. Por último, José Quintero Weir narra la historia del Lago de Maracaibo, vista desde la cosmovisión del pueblo indígena añuu, mostrando cómo se han contrapuesto dos formas de ver el mundo. En este sentido, pone en juego la distinción entre el petróleo y el ‘mene’, y cómo la progresiva destrucción del lago precisamente ha implicado la aniquilación de los añuu.

Esperamos que este conjunto de miradas, historias, reflexiones y experiencias puedan enriquecer, inspirar y contribuir en cualquier modo a todos los procesos que tributen a la defensa y reproducción de la vida. Hay mucho, mucho por hacer.

 Índice y artículos en web:
 Fuente: http://www.ecopoliticavenezuela.org/2018/01/23/lanzamiento-del-no1-de-la-revista-territorios-comunes/
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Más allá de la formación Onto-epistémica Patriarcal, capitalista y moderno-colonial: un ensayo sobre ‘autonomía y diseño’ de arturo escobar

[…] si aceptamos la tesis […] de que las crisis actuales apuntan a una crisis más profunda de la civilización, el diseño autónomo de nuevas formas de vida y de los propios proyectos de vida, aparece para muchas comunidades como un proyecto teórico-político eminentemente factible, tal vez inevitable; para algunas es, incluso, una cuestión de supervivencia como los mundos particulares que han sido Arturo Escobar

Resumen: Presento una reseña, a manera de ensayo, del último libro del antropólogo colombiano Arturo Escobar, Autonomía y Diseño. La realización de lo comunal (Editorial Universidad del Cauca, 2016). Estructuro la misma en tres secciones: en la primera expongo el enfoque ontológico-político que es transversal a todo el trabajo; luego describo de manera sucinta las ideas-fuerza de cada capítulo; y, por último, elaboro una relexión sobre mi lectura del texto. Tanto la interpretación del libro que subyace en las dos primeras secciones de la reseña, como mi comentario final, están signadas por la intención ético-política de escuchar, sentipensar y acompañar atentamente, en la medida de mis posibilidades, “otras formas de mundos y conocimientos” (Escobar dixit) que desafíen la formación onto-epistémica patriarcal, moderno-colonial y capitalista.

Palabras clave: Autonomía; Diseño; Comunalidad; Modernidad; Transiciones.

Abstract: I will introduce a review, as an essay, of Autonomía y Diseño. La realización de lo comunal (Editorial Universidad del Cauca, 2016), the lastest book written by colombian anthropologist Arturo Escobar. I will structure this review in three sections: irst, I will expose the meaning of political ontology, a transversal approach to the whole book; then, I will briely describe the main ideas of each chapter; and, inally, I will elaborate a relection about my reading of the text. Both my interpretation of the book, underlying in section one and two, as my inal comment are marked by an ethical and political intention to listen, to feel-think and closely accompany, to the extent of my possibilities, “worlds and knowledges otherwise” (Escobar dixit) that defy the onto-epistemic pathriarcal, moderncolonial and capitalist formation. Keywords: Autonomy; Design; Communality; Modernity; Transition


Arturo Escobar (Manizales, Colombia, 1952) es profesor de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill (Estados Unidos) y uno de los antropólogos contemporáneos más inluyentes a nivel internacional. Su disertación doctoral Power and Visibility: The Invention and Management of Development in the Third World (1987), publicada 8 años después como Encountering Development: The Making and Unmaking of the Thrid World1 , lo ha posicionado como uno de los principales exponentes de los estudios críticos del desarrollo. Formado inicialmente como ingeniero químico en la Universidad de Cali, las preocupaciones tempranas en torno al hambre, la pobreza y el desarrollo en su país lo fueron llevando, progresivamente, al campo de las ciencias sociales y, concretamente, a la antropología. Ha venido acompañando de cerca, desde su conformación en 1993, al Proceso de Comunidades Negras, una red de organizaciones afrocolombianas que lo han inspirado en la multiplicidad de temas por los cuales es conocido: ecología política, posdesarrollo, estudios latinoamericanos, estudios culturales de ciencia y tecnología, teoría de la complejidad, movimientos sociales anti-globalización, la perspectiva modernididad/colonialidad y, recientemente, la ontología política.

Su estrecha relación con colegas de la de maestría en estudios interdisciplinarios del desarrollo de la Universidad del Cauca (ubicada en el pacíico colombiano), especíicamente con Olver Quijano Valencia, y su participación activa en el seminario tramas y mingas para el Buen Vivir, organizado por dicho programa de postgrado, hacen de este espacio una “casa intelectual” y de “diálogo interepistémico” que acoge y publica su último libro Autonomía y Diseño. La realización de lo comunal (2016)2 , gracias a la traducción que del borrador en inglés hiciera Cristóbal Gnecco. En él, Arturo Escobar incorpora ideas y preocupaciones que ha venido sistematizando de manera paralela a su anterior trabajo, Sentipensar con la Tierra (2014) que, a su vez –me parece- es una actualización de su libro Territories of diference (2008)3 . Una versión preliminar de este reciente texto fue presentada en 2012 bajo el nombre de Notes on the Ontology of Design en el John E. Sawyer Seminar on the Comparative Study of Cultures de la Universidad de California en Davis. Y próximamente, en marzo de 2018, la editorial de Duke University lanzará la publicación en inglés de este trabajo con el título de Designs for the Pluriverse: Radical Interdependence, Autonomy, and the Making of Worlds.

En lo que sigue, presento una reseña del libro estructurada en tres secciones: en la primera expongo el enfoque ontológico-político que es transversal a todo el trabajo; luego describo de manera sucinta las ideas-fuerza de cada capítulo; y, inalmente, elaboro una relexión sobre mi lectura del texto. Tanto la interpretación del libro que subyace en las dos primeras secciones de la reseña, como mi comentario final, están signadas por la intención ético-política de escuchar, estudiar y acompañar atentamente, y en la medida de mis posibilidades, “otras formas de mundos y conocimientos” (Escobar dixit) que desafían la formación onto-epistémica patriarcal, moderno-colonial y capitalista.

Nos encontramos ante una crisis multidimensional o, dicho de otra manera, la crisis de todo un modelo civilizatorio. Cómo llegamos a tal situación, y cómo podríamos transitar hacia otros derroteros, pone en el centro de la discusión un estilo de creación de mundos, una particular práctica de diseño. De manera precisa, Arturo Escobar nos comenta que “el diseño es ontológico porque cada objeto, herramienta, servicio o, incluso, narrativa en los que está involucrado, crea formas particulares de ser, saber y hacer” (p.12). Su último libro está atravesado por una constatación, la responsabilidad del diseño en la fabricación de estas crisis, y una preocupación fundamental: “¿puede el diseño ser creativamente reapropiado por las comunidades subalternas para apoyar sus luchas, fortalecer su autonomía, y realizar sus proyectos de vida hacia ilosofías del buen vivir que, inalmente, estén en sintonía profunda con la Tierra?” (véase la contra-carátula).

El enfoque ontológico-político

En un trabajo anterior que hiciera sobre las contribuciones de Arturo Escobar a la ecología política, comentaba que la interrelación entre naturaleza, historia, cultura y poder que subyace a su deinición de este campo interdisciplinario caracterizado por un “cierto eclecticismo teórico” (Escobar, 2016, p. 82) ha sido un área de interés del autor desde la década de 1980 y, recientemente, junto al antropólogo argentino Mario Blaser y la antropóloga peruana Marisol de la Cadena, han alimentado un marco y programa de investigación que llaman ‘ontología política’. Ya en Sentipensar con la Tierra, Escobar nos ofrece una deinición circular de ontología política al decirnos que, por una parte, toda visión de mundo crea una forma particular de política, al tiempo que los conlictos políticos nos remiten a premisas fundamentales sobre el mundo, lo real y la vida. De allí que una pregunta fundamental que conecta con la preocupación que atraviesa Autonomía y Diseño es “¿qué tipo de mundos enactúan a través de qué conjunto de prácticas, y con qué consecuencias para cuáles grupos particulares de humanos y no humanos?” (2014, p. 139). La ontología política no solo se vincula con la ecología política para el estudio de las visiones de mundo que subyacen en los conlictos socioambientales, como en el trabajo de Blaser (2013a), sino también con la perspectiva decolonial  para visibilizar los mundos alternativos y conocimientos-otros sistemáticamente encubiertos por la modernidad.

De esta manera, “pensar en el diseño desde la ontología política también permite determinar su relación con el proyecto decolonial de avanzar hacia ‘un mundo donde quepan muchos mundos’” (Escobar, 2016, p. 72). Como puede apreciarse, el énfasis de este enfoque está en los mundos y en las formas de hacer mundo, lo que sitúa esta propuesta “en las tendencias críticas de la academia y en las actuales luchas por la defensa de territorios y mundos” (Escobar, 2016, p. 84), lo que las redeine como luchas ontológicas y no sólo como luchas por la justicia ambiental. Por ejemplo, los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas siguen anclados en la re-creación del mundo moderno, re-editando el gran sueño que devino en pesadilla (el desarrollo). Desde allí se despliega, una vez más, todo un régimen de “ecogubernamentalidad”5 (Ulloa, 2004) que no es otra cosa que una nueva escalada de la ocupación ontológica del “Mundo hecho de un Mundo”, expresión que Arturo Escobar toma del sociólogo John Law. La ocupación, precisamente, es “la lógica maestra del actual modelo de dominación global” (Escobar, 2016, p. 85).

Quiero aclarar dos cosas antes de pasar a las ideas-fuerza de cada capítulo de Autonomía y Diseño: en primer lugar, que la ontología política al estar en contra de las lógicas de ocupación o “desfuturización” (expresión que rescata del teórico del diseño Tony Fry), resalta la importancia de pensar desde y dentro de coniguraciones de vida que si bien están atravesadas por la globalización mono-ontológica, al mismo tiempo no están completamente ocupadas por ella -un argumento en el que Arturo Escobar se apoya del reciente trabajo de Marisol de la Cadena (2015)-; y en segundo lugar, apoyado en Mario Blaser, que la ontología política “no es un proyecto pedagógico para iluminar una realidad que la teorización deficiente no puede captar ni un proyecto proselitista para mostrar el virtuosismo de otros diseños, no modernos, para la buena vida” (2013b, p. 559), como si supiéramos de que tratan, sino un espacio para la escucha atenta, “con una sensibilidad política particular [y] una proposición ética y teórico-política abierta, en lugar de una pretensión inlexible sobre lo real” (Escobar, 2016, p. 243).

Mundos en disputa y mundos en diseño

El libro se encuentra estructurado en tres partes: 1) Diseñar para un mundo real, pero ¿cuál mundo? ¿Cuál diseño? ¿Qué real? (capítulos 1 y 2); 2) La reorientación ontológica del diseño (capítulos 3 y 4); y 3) Diseños para el pluriverso (capítulos 5 y 6). En las conclusiones, Escobar deja algunas preguntas en abierto con las cuales su texto ha de ser leído como una hipótesis para trabajar y discutir. El primer capítulo, Más allá del ‘taller de diseño’, comienza con una airmación: “el diseño está inextricablemente ligado a las decisiones sobre el tipo de vida que vivimos y los mundos donde las vivimos; estas son cuestiones normativas que la academia usualmente rehúye, dada su predilección por la neutralidad” (Escobar, 2016, p. 50). Desde esta idea se establece la relación entre diseño y política que podrá apreciarse en cada una de las relexiones sobre el tema a lo largo del libro. Teóricos del diseño como Herbert Simon o Ezio Manzini deinen el diseño como la transformación de condiciones existentes en condiciones preferidas o una práctica para alcanzar las funciones y signiicados deseados. Al igual que en Encountering Development con la crítica a la institucionalización y profesionalización del desarrollo, acá –con el caso del diseño- hay que estar atentos a qué tipo de voluntad encarnan estas prácticas, qué subjetividades fomenta y cuáles representaciones mentales sobre la naturaleza maneja. Si fuese posible re-convertir el diseño en una herramienta para las transiciones y no para el colapso civilizatorio, entonces estamos hablando de imaginaciones disidentes

El capítulo dos, Elementos para los estudios culturales del diseño, es el más denso teóricamente y, leído desde América Latina, el más lejano toda vez que las coordenadas geo-epistémicas de la discusión están situadas en el llamado Norte Global, que no quiere decir que no haya tradiciones de pensamiento crítico fructíferas con las cuales dialogar, como lo es el caso del decrecimiento en algunos países de Europa. Aquí la airmación de entrada también es tajante: “un enfoque ontológico del diseño mostrará cómo el diseño moderno ha sido fundamental para la creación sistemática de la insostenibilidad y la eliminación de futuros (desfuturización)” (Escobar, 2016, p. 70), una idea que hace eco de lo ya planteado por Víctor Papanek en su libro Diseñar para el mundo real cuando acusaba al diseño industrial de ser el responsable de la producción en cadena del asesinato. Allí pasa revisión a las contribuciones y aportes de la antropología del diseño y la antropología para el diseño, así como las implicaciones biopolíticas del mismo en el ámbito humanitario y del desarrollo. En lo personal, y por mi ailiación institucional, me interesa resaltar “la función clave del diseño en la explotación de los recursos naturales, su participación en estilos de vida consumista e intensivo en energía y su propagación de ideas especíicas sobre la naturaleza y el espacio habitado” (p. 81), esto es, la ecología política del diseño. Volveré sobre ello en mi comentario final. El capítulo cierra destacando las cuatro tesis centrales de las epistemologías del sur (Santos, 2009): 1) nos enfrentamos a problemas modernos para los cuales ya no hay soluciones modernas; 2) la diversidad del mundo es ininita; 3) lo que no existe es producido, activamente, como inexistente o como alternativa no creíble a lo que existe; y 4) la comprensión del mundo es mucho más amplia que la comprensión Occidental del mundo.

En el tercer capítulo, En el trasfondo de nuestra cultura6 , el autor caracteriza el default setting de nuestro mundo moderno: una tradición de pensamiento ‘racionalista’, ‘cartesiana’, ‘objetivista’, ‘mecanicista’, ‘reduccionista’, ‘positivista’ y ‘computacionalista’ (Escobar, 2016, p. 98). Esta tradición está sustentada, a su vez, en tres dualismos fundamentales: la división entre naturaleza y cultura, entre ‘nosotros’ (modernos) y ‘ellos’ (no modernos), y entre sujeto y objeto o mente y cuerpo. Todo este trasfondo se enmarca en la creencia en el individuo, en lo real, en la ciencia y en la economía o, más bien, en el mercado. Tres observaciones perilan el cierre del capítulo y la posible paradoja de la activación política de la relacionalidad (la introducción del binarismo entre ontologías dualistas y no dualistas): 1) el problema no es que los dualismos existan (y el autor pone como ejemplo la dualidad del yin/yang), sino la clasiicación jerárquica de las diferencias; 2) los tres dualismos fundamentales despliegan, a su vez, otras divisiones, como la de hombre-razón-objetividad-cultura y mujer-emoción-subjetividad-naturaleza que subyace en el patriarcado; y 3) que la parcelación de la complejidad del lujo de la vida en dominios aparentemente independientes y autónomos (sociedad, naturaleza, cultura, etc.), tiene asignado un dominio disciplinar cuya ‘verdad’ revelarían (sociología, biología, antropología, etc.). Escobar hace un llamado a que las y los teóricos “no pueden mantener ambos pies en la academia y pretender que están creando un mundo diferente; […] necesitamos poner un pie en un(os) mundo(s) relacional(es)” (p. 124). La academia, “tomada en su conjunto, incluyendo la teoría crítica cultura y social” (p. 116), reproduce este trasfondo.

El cuarto capítulo, Bases de diseño ontológico, desarrolla el concepto que ya en la década de 1980 formularan Terry Winograd y Fernando Flores (1989[1986]). Las sociedades modernas, nos dice Arturo Escobar, “están profundamente moldeadas por la teoría, [es decir,] que los conocimientos expertos, en gran medida asociados con la tradición racionalista tienen una profunda inluencia en la forma como vivimos nuestras vidas” (2016, p. 127). Esta operación de diseño crea un doble movimiento, a saber, que al diseñar nuestro mundo, el mundo replica rediseñándonos, una idea que toma de la ilósofa australiana del diseño Anne-Marie Willis. Este capítulo, al igual que el segundo, contiene una densidad teórica, en esta ocasión asociada a los debates sobre la reinvención de lo humano a través del diseño o, en otras palabras, a la discusión sobre lo posthumano, una temática que puede parecernos muy de primer mundo y que no estaría en nuestras agendas de lucha si la leemos desde contextos latinoamericanos de reprimarización de las economías, eco-feminicidios en ascenso, las escaladas violentas de las derechas en el continente y las contradicciones de los gobiernos de izquierda. Los próximos dos capítulos aterrizan las propuestas del autor.

El capítulo cinco, Diseños para las transiciones, comienza con una airmación contundente que revela el sentido ético-político que subyace al libro: “detrás de cualquier visión para la transición yace, en mayor o menor medida, un desafío frontal a la formación onto-epistémica enclavada en la actual forma dominante de la modernidad capitalista” (2016, p. 158). Lo que ya en Sentipensar con la Tierra era presentado como “discursos para la transición”, acá es complementado con la noción de “diseño”. Escobar pone a dialogar iniciativas en el Norte Global, como la Gran Transición, el Gran Giro, la Era Ecozoica, la Civilización Ecológica, la edad de Reunión o el Sostenimiento, con propuestas, narrativas e imaginarios emergentes en el Sur Global, como el postdesarrollo, el buen vivir, la comunalidad, los derechos de la naturaleza y el post-extractivismo8 . En el último capítulo, El diseño autónomo, la política de la relacionalidad y lo comunal, Escobar desarrolla su propuesta teórico-práctica, el diseño autónomo. Allí vuelve a Humberto Maturana y Fernando Varela, autores (entre otros) en los que se apoya a lo largo del libro, para discutir sobre autonomía. Con Gustavo Esteva se apoyará para distinguir el término de otros como ontonomía y heteronomía, y nos dirá que la autonomía es “la creación de las condiciones que permiten el cambio de las normas [sociales y culturales] desde dentro o la capacidad de cambiar las tradiciones tradicionalmente” (2016, p. 197) o, como también diría el autor, desde un sentido de futuralidad presente en la ancestralidad. Contrario a lo que pudiera pensarse, autonomía no es autarquía, sino un proceso multiescalar, tomando la noción de “autonomía relacional” de su colega Astrid Ulloa para dar cuenta de la compleja geopolítica inter-epistémica e inter-ontológica en la que los movimientos sociales y comunidades de base logran crear “territorialidades alternativas que les permitan, en cierta medida, articular territorio, cultura e identidad como estrategia de reconocimiento de sus derechos y de defensa de sus mundos-vida” (p. 201). Son cinco las tesis centrales del diseño autónomo: 1) toda comunidad práctica el diseño de sí misma; 2) toda persona o colectivo es practicante de su propio saber; 3) lo que la comunidad diseña es, en primera instancia, un sistema de investigación o aprendizaje sobre sí misma; 4) cada proceso de diseño implica un enunciado de problemas y posibilidades; y 5) este ejercicio puede involucrar la construcción de un ‘modelo’ del sistema que genera el problema de preocupación comunal. Una sexta tesis, implícita en las cinco anteriores, es que todo enunciado de un problema (una expresión de preocupación) siempre implica un enunciado de solución (una expresión de disoñación). La realización de lo comunal, como horizonte de sentido para una política no liberal, es el objetivo fundamental del diseño autónomo multiescalar y ontológico-político. Hacia el inal del capítulo Escobar vuelve al valle del Cauca (Colombia) para actualizar la propuesta de investigación y diseños hacia el pluriverso contenida en el último capítulo de Sentipensar con la Tierra, publicado posteriormente en inglés (Escobar, 2015c), enfatizando que “el imperativo histórico es, claramente, el de la recomunalización y la reterritorialización” (Escobar, 2016, p. 226), particularmente en los casos de los mundos deslocalizados e intensamente liberales de la modernidad urbana.

El capítulo cierra con un hermoso recordatorio que Escobar nos hace en palabras de ese soñador disidente que fue Ivan Illich: “para aquellos de nosotros que no nacimos en medio de una comunidad y que hemos sido construidos como individuos por nuestras historias, siempre existen la amistad y el amor como las semillas para forjar nuevos comunes” (2016, p. 226).

Comentario final: hacia una ecología onto-política

Como comentaba al inicio de la revisión de cada capítulo, en la conclusión quedan una serie de interrogantes abiertas en torno a la modernidad, la tecnociencia, la disoñación o capacidad de diseño de las ‘comunidades tradicionales’, la futuralidad (o no) del propio campo de la ontología política y el rol de las universidades.

Quiero cerrar, entonces, con una relexión, un tanto osada, en torno a la ecología política. Si bien todo el libro de Escobar se centra en la teoría y práctica del diseño y cómo, o hasta qué punto, el mismo puede ser re-convertido a ines de alcanzar las transiciones al pluriverso, quisiera centrar la atención, precisamente, en la ecología política porque, a la luz de los enfoques ontológicos queda claro que no se trata solo de conlictos ecológico-distributivos y luchas por la justicia ambiental. En tal sentido, me gustaría esbozar, al menos como una posibilidad, la idea de hablar de una ecología ontopolítica. Si entendemos, en los términos en que lo hace Santos, que una ecología es “una práctica de agregación de la diversidad” (2009, p. 113), la ecología onto-política redeiniría el campo como un espacio para el diálogo inter-epistémico e inter-ontológico y para el fomento de una geopolítica de la “convivencialidad” (Illich dixit). Por lo tanto, los problemas modernos para los cuales ya no hay soluciones modernas no pueden abordarse, o al menos no únicamente, ‘fortaleciendo la interfaz ciencia-políticas públicas’, con ‘más ciencia y tecnología’ o discutiendo ‘qué ciencias y qué tecnologías’ y ‘el para qué o para quién(es)’; necesario es propiciar un marco y programa de investigación sobre saberes, ontologías y técnicas que, tomando palabras de Arturo Escobar en La invención del desarrollo, sean “la base para un proceso lento pero constante de construcción de maneras diferentes de pensar y de actuar, de concebir el cambio social, de organizar las economías y las sociedades, de vivir y de curar” (2012b, p. 230).

Puede que diseño autónomo no sea la palabra más exacta para describir el camino que movimientos y comunidades vienen haciendo al andar (como lo reconoce el propio autor al inal de la presentación que el mismo hiciera de su libro en Colombia), sobre todo si tomamos en cuenta que la discusión teórica –incluso crítica- sobre este tema sigue en el marco de la gobernanza epistémica del Norte Global (como ocurre, también con lo posthumano), e incluso una ecología onto-política es, también, un término muy rimbombante. Quizá comunalizar y decolonizar sean los imperativos ético-políticos más cercanos a la gramática que despliega las luchas de quienes sueñan para crear, poblando el diseño con sueños. En todo caso, toda la obra de Arturo Escobar siempre ha estado caracterizada -y esto es algo que me inspira profundamente- por el escuchar, sentipensar y acompañar atentamente los muchos mundos que enactúan entre sí y desde los cuales se nos invita a “nosotras y nosotros, [dentro y fuera de la academia, a ser] tejedores conscientes y efectivos de la urdimbre de la vida” (Escobar, 2016, p. 239).

Espero estas líneas sean vistas también como una invitación, en este caso, a navegar por las aguas de un texto que pese a su densidad teórica, compensada con la siempre consecuente actitud pluriversal del autor, nos revive una de las ideas que recorrió todo el mayo francés, ‘no puede volver a dormir tranquilo[a] aquel[la] que una vez abrió los ojos’. Siempre y cuando la existencia de un mundo no suponga la producción activa de la inexistencia de otros, o su explícito exterminio, todas las manos, todas las voces, todos los saberes y todos los sentires están llamados a tocar las músicas que anuncian los nuevos horizontes de sentido y signiicación por venir.

Referencias

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Fuente: https://www.academia.edu/35634899/M%C3%A1s_all%C3%A1_de_la_formaci%C3%B3n_onto-epist%C3%A9mica_patriarcal_capitalista_y_moderno-colonial_Un_ensayo_sobre_Autonom%C3%ADa_y_Dise%C3%B1o_de_Arturo_Escobar

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