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Coordinadora de Migración Unesco: «Mañana van a ser nuestras poblaciones las que se van a desplazar»

En relación a la crisis migratoria que se está viviendo en el país, específicamente en el norte, la coordinadora de Migración, Desplazamiento y Emergencia de la Unesco, Paula Klenner, dijo que el día de mañana van a ser nuestras propias poblaciones las que se van a desplazar.

En entrevista con Expreso Bío Bío, la psicóloga señaló que según cifras de Carabineros hay cerca de 4 mil niños, niñas y adolescentes (NNA) que han ingresado a Chile por pasos no habilitados, y se preguntó ¿qué está pasando con ellos?

“Sabemos que el Ministerio de Educación en coordinación con muchos actores, ha generado respuestas específicas para garantizar el acceso sin condición. La pregunta es qué está pasando con estos NNA, que dado por la crisis sanitaria (…) han debido estar en espacios transitorios que no han permitido acceso a los sistemas educativos normales”, dijo Klenner.

La coordinadora de la Unesco dijo además que “muchas veces pensamos en el problema desde la perspectiva de los adultos y adultas, ¿qué están viviendo?, ¿qué los lleva a migrar? Sin embargo, hoy en día las voces de niños, niñas y adolescentes parecen bien invisibilizadas”.

“En contexto de crisis y en contexto de especial vulnerabilidad, la educación es un elemento extremadamente protector, entrega no solamente educación, sino que entrega un espacio seguro y un espacio de acogida (…)”, explicó Paula Klenner.

“Poblaciones internas se van a desplazar”

Paula Klenner, dijo que hoy en día la situación que se está viviendo hoy en día se va a convertir en algo común los próximos años.

“Hoy tenemos desplazamiento por la crisis económica y política, y mañana será por la crisis climática. Si ahora aprendemos sobre lo que está pasando y damos respuesta, vamos a estar mejor preparados cuando estos movimientos sean masivos y a mayor escala”, señaló Klenner.

La coordinadora de la Unesco dijo que “el día de mañana van a ser nuestras propias poblaciones internas las que se van a desplazar. Entonces cómo van a reaccionar los diferentes sistemas, las escuelas, los hospitales, los funcionarios municipales, eso va a determinar también la inclusión del futuro”.

Poblaciones de acogida

“La respuesta no puede ser solamente para personas migrantes y refugiadas, (…) pareciera que también debemos focalizarnos en las poblaciones de acogida (…). Tenemos que mirar cuáles son aquellas vulnerabilidades.”, dijo la especialista.

Junto a esto, señaló que hoy en día se necesitan mecanismos de salud, acceso al sistema educativo, al sistema de protección social, y en ese camino mirar con especial atención cuál es la situación de las poblaciones que van a acoger.

Además, dijo que las escuelas han hecho un trabajo extraordinario en garantizar la educación a población migrante y refugiada.

“Me gustaría hacer referencia a un estudio que realizamos unos meses atrás de la Unesco, donde mostraba incluso que docentes y personal educativo, sin muchas herramientas (económicas), lograban construir espacios que garantizaban no solamente una sala de clases, sino un espacio seguro para apoyarlas”, apuntó.

Esto, en un contexto donde las experiencias de desplazamiento duran más de un mes, que está asociado a caminatas en extrema vulnerabilidad, y donde durante el proceso de trayecto han surgido muchas experiencias de violencia.

Trabajo con los países vecinos

La coordinadora señaló que el trabajo con los países vecinos, para identificar y asegurar el ingreso a la educación, se ve en los Ministerios de Educación y sus equipos técnicos.

“Están coordinados para asegurar e identificar cuál es la brecha que impide el acceso al sistema educativo del país vecino. Entonces hoy en día tenemos coordinados al ministerio de Colombia, Perú, Chile, y Argentina”, dijo Klenner.

Esto, principalmente para identificar la brecha de reconocimiento de estudio o de la trayectoria que estuvo interrumpida por alguna documentación que faltaba. Sin embargo, hoy lo que se necesita son espacios de entrada.

“En contexto de fronteras, que esos espacios también se coordinen, porque no debemos solamente estar a nivel central coordinados, sino que haya una respuesta específica en los territorios más afectados”, finalizó la coordinadora.

Fuente: https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/chile/2021/09/27/coordinadora-de-migracion-unesco-manana-van-a-ser-nuestras-poblaciones-las-que-se-van-a-desplazar.shtml

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Entrevista a Noam Chomsky Qué futuro tiene la paz en el mundo

Por: John Rachel

Los acontecimientos se suceden a un ritmo cada vez más acelerado. Ante una alarmante escalada de las tensiones en todo el mundo, nos dirigimos a nuestros pensadores y pensadoras más respetadas y conocidas para pedirles una evaluación honesta de la política exterior y militar de EE UU y que nos expliquen qué piensan y qué datos manejan en a actualidad. Sabemos que tienen algunas ideas para mejorar las perspectivas de paz.

Noam Chomsky no precisa ninguna presentación. Ha dedicado toda su vida a denunciar los abusos de poder y excesos del imperio estadounidense. A sus 92 años de edad, sigue implicándose activamente en el debate nacional. Por supuesto que nos sentimos honrados por el hecho de que se haya avenido a hablar con nosotros y compartir sus puntos de vista.

Las cuestiones planteadas en esta entrevista no son de naturaleza filosófica o abstracta. Se centran en las vicisitudes de la lucha por el poder a escala internacional que podemos contemplar en tiempo real. Abordan directamente el papel de EE UU en la escalada de tensiones y su capacidad para mitigarlas. Preguntamos también por la influencia que puede ejercer la ciudadanía común en las relaciones que tiene y tendrá EE UU con el resto del mundo.

Esto es lo que nos dijo Noam Chomsky.

El Bulletin of Atomic Scientists (BAS) ha puesto recientemente las manillas del reloj del fin del mundo en los 100 segundos antes de medianoche. La medianoche representa la guerra total, el probable holocausto nuclear. Nunca han estado tan cerca. ¿Estás de acuerdo con este funesto augurio?

Un augurio certero, por desgracia. Los analistas del BAS mencionan tres grandes amenazas crecientes: la guerra nuclear, la destrucción medioambiental y lo que algunas personas han llamado una infodemia, el fuerte declive del discurso racional, que es la única esperanza para afrontar las crisis existenciales.

Cada año de la presidencia de [Donald] Trump, el minutero se fue acercando a la medianoche. Hace dos años, los analistas dejaron los minutos y optaron por el segundero. Trump fue potenciando constantemente las tres amenazas. Vale la pena reflexionar sobre lo cerca que estuvo el mundo de una catástrofe indescriptible el pasado noviembre. Otros cuatro años de carrera de Trump hacia el abismo podría haber tenido consecuencias incalculables. Claro que sus acólitos no lo ven de esta manera, pero curiosamente cabe decir lo mismo de ciertos segmentos de la izquierda. De hecho, las letanías liberales sobre sus abusos también eluden en gran parte sus principales crímenes. Conviene tenerlo en cuenta cuando creemos que él mismo o algún clon suyo puede recuperar pronto las riendas del poder. También conviene tener en cuenta las advertencias de miles de científicos de que estamos acercándonos a puntos de no retorno en la destrucción ambiental. Podemos leer sobre todo esto en Aljazeera.

EE UU siempre se presenta como la principal fuerza del planeta que promueve la paz, la justicia, los derechos humanos, la igualdad racial, etc. Las encuestas nos indican que la mayoría de los demás países consideran en realidad que EE UU representa la mayor amenaza para la estabilidad. ¿Dónde piensas que está la verdad?

Incluso durante los años de Obama, los sondeos internacionales mostraron que la opinión mundial contemplaba a EE UU como la principal amenaza para la paz mundial, muy lejos de cualquier otro país. Esto no trascendió a la población estadounidense, aunque cualquiera podía acceder a estos datos a través de los medios extranjeros o de fuentes disidentes. Ocasionalmente de difunden ejemplos ilustrativos. Así, hubo alguna mención del reciente voto de Naciones Unidas por el que se condenaba las salvajes sanciones contra Cuba, que prácticamente constituyen un bloqueo: 180 contra 2 (EE UU e Israel). El New York Times descalificó el dato diciendo que los críticos de EE UU habían aprovechado para abrir la válvula de escape. Muy normal. Cuando aparecen artículos sobre lo desatinado que está el mundo, suele prevalecer la curiosidad por las enfermedades mentales que provocan esa incapacidad patológica de reconocer nuestra nobleza.

No hay nada nuevo con respecto a este posicionamiento. Es muy propio de las culturas imperiales. Incluso una figura tan extraordinaria como John Stuart Mill se extrañaba de que el mundo no entendiera que Gran Bretaña era una potencia angelical que se sacrificaba por el bien del mundo… en un momento en que su país estaba cometiendo uno de sus crímenes más horribles, como él sabía muy bien.

Una pregunta que nos lleva al dilema del huevo o la gallina: EE UU acusa a Rusia y a China de reforzar rápidamente su potencial militar y afirma que su propio posicionamiento y el incremento de su armamento son una respuesta a sus adversarios hostiles, Rusia y China. Tanto Rusia como China dicen que no hacen más que responder a la intimidación y las amenazas militares por parte de EE UU. ¿Qué opinas? ¿Tienen Rusia y China ambiciones imperiales o no hacen más que defenderse frente a lo que consideran un militarismo estadounidense cada vez más agresivo?

Pueden sernos útiles algunos datos básicos. De acuerdo con la principal organización de seguimiento internacional, el SIPRI, “el crecimiento del gasto [militar] total en 2020 estuvo muy influido por los patrones de gasto en EE UU y China. EE UU aumentó su gasto por tercer año consecutivo hasta alcanzar los 778.000 millones de dólares en 2020”, frente a China, que lo ha incrementado a 252.000 millones de dólares (y mucho menos si contemplamos el gasto per capita, claro). En cuarto lugar, detrás de India, viene Rusia: 61.700 millones.

EE UU es el único país que no se enfrenta a amenazas creíbles a su seguridad, aparte de las supuestas amenazas junto a las fronteras de sus adversarios, que están rodeados de misiles nucleares apostados en algunas de los 800 bases militares estadounidenses esparcidas por el mundo (China tiene una, en Yibuti). Ha habito intentos internacionales de evitar la militarización del espacio exterior, que constituiría una grave amenaza para la supervivencia. La iniciativa al respecto vino principalmente de China y Rusia, pero Washington la bloqueó durante muchos años.

El número de misiones de espionaje, vuelos de bombarderos nucleares y juegos de guerra cerca de las fronteras de Rusia ha aumentado enormemente a lo largo del año pasado. Lo mismo ha ocurrido en China. ¿Acaso todo esto no es más que un mero postureo geopolítico normal y corriente? ¿O se trata de una escalada peligrosa y de un nuevo rumbo ominoso del plan estratégico de EE UU? ¿Cuál es la justificación de lo que Rusia y China consideran provocaciones y actos agresivos, o incluso preparativos para una guerra?

Esto es muy peligroso. La planificación estratégica se ha reorientado para centrarse en la guerra con China y Rusia. Se han producido actos provocativos junto a sus fronteras, que ya están plagadas de armas ofensivas estadounidenses. China viola el derecho internacional en el mar de China Meridional, aunque EE UU, la única potencia marítima que no ha ratificado la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, no está legitimado para objetar. La respuesta correcta a las violaciones por parte de China no pasa por una peligrosa demostración de fuerza, sino por la diplomacia y la negociación, encabezadas por los países de la región afectados directamente. La mayor amenaza tiene que ver con Taiwán. También en este caso, una diplomacia sensata, en vez de provocaciones, puede evitar lo que sería un desastre.

En una democracia, la ciudadanía tiene, al menos en teoría, la posibilidad de influir en todos los asuntos políticos. Sin embargo, al final ninguna de las recientes campañas militares y guerras no declaradas parecen contar con el favor o apoyo popular. ¿Cuál es y cual debería ser el papel de la ciudadanía común a la hora de decidir la política exterior y las prioridades militares del país? ¿O habría que dejar estos asuntos en manos de los expertos?

De acuerdo con el artículo I de la Constitución [estadounidense], el Congreso es el único legitimado para declarar la guerra. Sin embargo, hace tiempo que esta disposición se encuentra en el fondo de la papelera, junto con las demás disposiciones molestas del documento que nos enseñan a reverenciar.

En una democracia plena, la ciudadanía debería tener la última palabra en los asuntos del Estado. No es nuestro caso. Y debería se una ciudadanía informada. No es nuestro caso. La primera guerra mundial es un ejemplo clásico. En 1916, [Woodrow] Wilson ganó las elecciones esgrimiendo el lema de “paz sin victoria”. Después lanzó una impresionante campaña de propaganda para inflamar a una población pacifista e infundirle el odio a todo lo alemán, acompañada de falsas noticias sobre atrocidades cometidas por los germanos, fabricadas por el Ministerio de Información británico; la visión orwelliana estaba viva y coleando mucho antes de Orwell. Fue todo un éxito. No fue el primer ejemplo, ni el último. La propaganda estatal sigue siendo sumamente eficaz, dondequiera que miremos, reforzada por los medios de comunicación leales y la clase intelectual.

Un ejemplo sorprendente, con importantes connotaciones, se ha conocido justo unas horas antes de que me sentara a escribir: “Más estadounidenses creen que Irán posee armas nucleares que los que piensan que las tiene Israel. Se sabe que Israel posee armas nucleares desde hace decenios (aunque no lo reconozca oficialmente) y no está demostrado que Irán las haya tenido jamás, pero la percepción del público estadounidense presume una realidad diferente: el 60,5 %, incluido el 70,6 % de los Republicanos y el 52,6 % de los Demócratas, dicen que Irán posee armas nucleares, frente al  51,7 % que dice que Israel las tiene, incluido el 51,7 % de los Republicanos y el 51,9 % de los Demócratas.”

Los logros de la propaganda incesante pueden ser pasmosos.

Una vez más, los medios ayudan de diversas maneras. Para citar un caso muy relevante, hace poco los editores del New York Times unieron virtualmente al mundo entero, incluido Irán, con el llamamiento a la creación de una zona libre de armas nucleares en Oriente Medio. Esto pondría fin a la supuesta amenaza del armamento nuclear iraní y reduciría radicalmente las graves tensiones regionales, que encierran un gran peligro. En la propuesta de los editores se omitió un detalle: Israel, la única potencia de la región que tiene armas nucleares. También se omitió el motivo por el que esta propuesta sumamente importante no se haya implementado: EE UU la bloquea, para asegurar que los copiosos armamentos israelíes no vayan a ser inspeccionados. De hecho, EE UU se niega a reconocer oficialmente que Israel cuenta con armas nucleares, pese a que no cabe ninguna duda de ello. Si lo hiciera, podría tener que aplicar la ley estadounidense y bloquear previsiblemente toda ayuda a Israel.

A la multitud no le conviene saber que sus vidas están amenazadas por mor de proteger las fechorías de Israel y la participación de EE UU en las mismas.

En relación con esto, a la ciudadanía y a la mayoría del Congreso se les oculta la verdad en relación con misiones especiales, operaciones cibernéticas, intervenciones para cambiar regímenes, todo ello realizado en nombre de la ciudadanía estadounidense. Los fondos que financian esta metástasis del mundo oscuro de sabotaje y terror en el resto del mundo también son un secreto. Actualmente se espía a fondo a ciudadanos y ciudadanas de EE UU, aquí mismo, en casa. ¿Cómo encaja cualquiera de estas cosas en “el país de los libres”? ¿Significa que aquello del gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no es más que una farsa?

Si dejamos que sea un timo. En el pasaje inicial de una de las primeras obras modernas importantes de ciencia política, un hombre sabio –David Hume– señaló que “el poder está en manos de los gobernados”. Siempre que opten por ejercerlo. Si se proponen tomar las riendas del Estados en sus propias manos dentro de una comunidad cooperativa, como pretendían la clase trabajadora y el campesinado de EE UU a finales del siglo XIX. Pero fueron aplastados por la violencia del Estado y del capital.

Texto original: https://www.counterpunch.org/2021/08/27/what-are-the-prospects-for-peace-an-interview-with-noam-chomsky/

Traducción: viento sur

John Rachel es director del Peace Dividend Project.

Fuente: https://vientosur.info/entrevista-a-noam-chomsky-que-futuro-tiene-la-paz-en-el-mundo/

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La emergencia climática nos impone programar una desescalada económica

Fuentes: The conversation [Foto: Freeport, Bahamas, tras el paso de huracán Dorian en octubre de 2019. Shutterstock / Anya Douglas]

Tres décadas de resumir y comunicar la evidencia científica sobre el cambio climático de origen humano nos han dejado tres conclusiones:

– La primera es que seguimos sin hacer nada efectivo contra el origen del problema, la emisión de gases de efecto invernadero, que sigue subiendo y con ella las temperaturas.

– La segunda es que la escala temporal y espacial del fenómeno sigue confundiéndonos a todos. Todavía pensamos que estamos hablando del clima futuro y de que es algo global y lejano. Dicho de otro modo, no tenemos del todo claro que el cambio climático nos afecta aquí y ahora.

– La tercera conclusión es que todos los matices científicos, todo el lenguaje de probabilidades y escenarios de emisiones y clima no hace sino confundir y abrir espacio a debates estériles y a posponer decisiones ingratas. Por ello los científicos combinamos informes con manifiestos y somos cada vez más tajantes en nuestras afirmaciones sobre lo que ocurre con el clima y por qué ocurre.

Sin tiempo para soluciones lentas

El panel internacional de cambio climático acaba de sacar un nuevo informe (el AR6 del IPCC) que ha generado mucha expectación y ha merecido extensos análisis.

Con el informe en la mano podemos decir un par de cosas bien sencillas de entender: hemos perdido un tiempo precioso para cambiar progresivamente a otra economía menos dependiente de la energía, en general, y del petróleo, en particular, que la actual, y tenemos que reducir nuestras emisiones como mínimo a la mitad en diez años para no entrar en escenarios climáticos realmente apocalípticos. Aunque aún estamos a tiempo y todavía están a nuestro alcance muchas opciones, nos estamos quedando sin tiempo para lo gradual y para adoptar medidas por consenso.

Estas dos cosas, sencillas y contundentes, están ortogonalmente contrapuestas a la estrategia que la mayoría de los países están planteando para salir de la crisis provocada por la covid-19. Suponen incluso una confrontación directa a nuestros deseos más íntimos de recobrar una cierta normalidad tras la pandemia.

El sexto informe del IPCC no deja margen para la duda. No se trata de especulaciones ni ideologías sino de un compendio riguroso de la aplastante evidencia científica que señala a las toneladas de gases de efecto invernadero emitidas a la atmósfera durante el último siglo como responsables de las sofocantes temperaturas de casi 50 ℃ a más de 50⁰ de latitud norte en Canadá, de las inundaciones escalofriantes sufridas en Alemania, Bélgica y China, de la sequía extrema de Asia Central y de los incendios inextinguibles de Siberia, Grecia, Turquía e Italia.

Todo esto por mencionar apenas la meteorología de los meses del verano de 2021. Pero todos tenemos en mente las tormentas Gloria o Filomena, la temporada de huracanes o los incendios de Australia y California en el 2020, si nos remontamos apenas unos pocos meses más atrás.

Un camino tan incómodo como inevitable

Reducir la emisión de gases de efecto invernadero supone frenar el desarrollo económico, reorganizar y limitar la generación de energía, transformar completamente el transporte de mercancías y personas, reducir la agricultura y la ganadería intensivas, y reorganizar las ciudades empezando por el aislamiento de las viviendas y terminando por la gestión del tráfico y de los residuos. Son cosas que sabemos que hay que hacer, pero son justo las cosas que no estamos haciendo. O no a la velocidad adecuada al menos.

El Pacto Verde Europeo y la política agraria comunitaria distan de ser todo lo verdes que parecen ser y que necesitamos que sean.

Los fondos de recuperación y los planes de desarrollo económico de los países de nuestro entorno vuelven a apuntar a la forma tradicional de hacer dinero. Una forma que se apoya en la definición monetaria de felicidad, salud y bienestar humano. Y sabemos que esta forma de hacer dinero no nos trae felicidad, ni salud ni bienestar.

El modo de vida insostenible y contaminante al que vamos orientándonos no nos hace felices y los escenarios climáticos a los que ese modo de vida nos lleva nos enfermannos quitan literalmente el sueño y nos sumen en ansiedad, depresión o enfado. Si cambiar el clima no nos hace ni sanos ni felices, entonces ¿por qué afanarnos en dar la espalda a lo que propone la ciencia del clima?

Decrecer para reducir emisiones

En lugar de aceptar la evidencia científica y programar una desescalada económica que permita realmente reducir las emisiones de gases con efecto invernadero, nos proponemos una y otra vez hacer malabarismos socioeconómicos para conciliar desarrollo y sostenibilidad. Nos planteamos una agenda de objetivos de desarrollo sostenible que no estamos cumpliendo entre otros motivos porque está llena de contradicciones. Empezando por el propio concepto de desarrollo sostenible. Por este motivo están creciendo las voces de los que abogan por un decrecimiento, un término que asusta y escandaliza a propios y extraños, pero que resume con claridad lo que debemos hacer mientras no se nos ocurran malabarismos ambientales más eficaces.

Si recapacitamos bien, estamos transfiriendo al concepto de decrecimiento nuestro pánico, ancestral y justificado, a las recesiones económicas. Es una transferencia desafortunada porque son cosas bien distintas. Hacer resonar ambas cosas como algo parecido dificulta la adopción de medidas de mitigación climática. Una recesión sobreviene, un decrecimiento se programa. Por tanto, una recesión siempre tendrá más y peores efectos colaterales que un decrecimiento planeado.

El informe del IPCC asegura que sigue siendo matemáticamente posible no rebasar los 1,5 °C de calentamiento respecto a la era preindustrial. Pero para no rebasarlos no son suficientes las matemáticas, la física, la química y la biología. Hace falta la concurrencia rápida y eficaz de la economía, la política y la ciudadanía.

Estamos hablando de medidas difíciles de encajar por los políticos debido a su elevado coste electoral, por los ciudadanos por su notable esfuerzo de aplicación y por la economía porque supone, simple y llanamente, ponerlo todo patas arriba. Hay tecnología suficiente, pero el cuello de botella es su implementación real. No basta con tener soluciones tecnológicas, marcos jurídicos y estrategias políticas. Es imprescindible tener voluntad y capacidad de aplicar todo esto.

Cuando hablamos de reducir emisiones en serio, no podemos creernos que aumentando la eficiencia en el uso de la energía lo vamos a lograr. No olvidemos el efecto rebote o la paradoja de Jevons, según la cual el incremento de eficiencia da lugar a un aumento del consumo.

Podemos electrificar todos los coches y los edificios, podemos reorganizar el transporte público y favorecer el teletrabajo. Pero aun así no estaremos reduciendo emisiones lo suficiente. Pensemos en las imponentes emisiones asociadas a la agricultura convencional, a la aviación, a la generación y gestión de los residuos o a industrias como la del acero o del cemento. No hay más opción que reducir el consumo. Y lo mejor que podemos hacer es programarlo y acompañar las medidas con reconversiones profundas y con información, mucha información y diálogo social.

Si pensamos que mitigar el cambio climático es difícil y caro, recordemos, por ejemplo, el coste astronómico de los incendios de California en 2020, o que transitar por la senda óptima de emisiones le ahorrará a Homo sapiens 74 millones de fallecimientos para finales de este siglo y mejoraría significativamente la salud y el bienestar físico y mental de centenares de millones de personas en todo el mundo. ¿Hay algo más valioso que eso? ¿Realmente necesitamos más razones para poner en práctica los informes científicos sobre el cambio climático?

Fernando Valladares. Profesor de Investigación en el Departamento de Biogeografía y Cambio Global, Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC)

Fuente: https://theconversation.com/la-emergencia-climatica-nos-impone-programar-una-desescalada-economica-166049

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Privatizan en Brasil 22 aeropuertos del estado de Sao Paulo

Un total de 22 aeropuertos del estado de Sao Paulo, el motor económico de Brasil, fueron privatizados hoy por 30 años y el gobierno regional recaudó unos 4,3 millones de dólares.

‘Este es un compromiso de un Estado menor y más eficiente, enfocado en la salud, educación y seguridad’, afirmó el vicegobernador paulista, Rodrigo García, quien encabezó la apertura de las ofertas.

La puja ocurrió en la Bolsa de Valores de la división territorial, partida en dos grupos (noroeste y sudeste) que se adjudicaron dos consorcios nacionales por un valor superior en un 11 por ciento al mínimo fijado por las autoridades del estado.

Tal concesión tiene una inversión prevista de cerca de 88 millones de dólares que se destinarán para renovar, extender y actualizar la operación en las terminales.

La empresa Consorcio Paulista se llevó un lote con 11 aeropuertos, entre ellos el estratégico de Sao José do Rio Preto, uno de los polos agroindustriales del país.

Por su parte, el Consorcio Voa NW-Voa SE venció la subasta por el bloque sudeste con un lance de 2,8 millones de dólares.

De los aeródromos subastados, solo seis tienen operación comercial y el resto trabaja con vuelos ejecutivos.

Brasil proyecta recaudar unos 70 mil 100 millones de dólares mediante desnacionalizaciones y alianzas público-privadas en 2021, informó en diciembre Martha Seillier, secretaria del Programa de Asociaciones en Inversiones del gobierno.

Desde que asumió en enero de 2019, la administración de Jair Bolsonaro creó un amplio plan de privatizaciones y concesiones. La iniciativa es que esas compañías ayuden a disminuir la deuda pública y dinamizar la economía nacional.

Analistas aseguran que las desestatificaciones en el gigante sudamericano están de forma directa relacionadas con el Consenso de Washington de 1989.

Este evento presentaba una serie de recomendaciones económicas que funcionaban como instrumento de presión internacional para la adopción del neoliberalismo.

Alertan comentaristas políticos que la privatización, además de no mejorar la eficiencia, amenaza la seguridad energética, la soberanía y la capacidad de desarrollo.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php/component/content/?o=rn&id=462561&SEO=privatizan-en-brasil-22-aeropuertos-del-estado-de-sao-paulo
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Economía y educación técnica en pandemia

Por: Noel Aguirre Ledezma

“América Latina y el Caribe experimentan una crisis sin precedentes en sus mercados de trabajo como consecuencia de la pandemia por COVID- 19. La drástica contracción del empleo, de las horas trabajadas y de los ingresos da cuenta de los significativos efectos de la reducción del nivel de actividad económica sobre la dinámica laboral. El panorama resulta aún más preocupante al considerar que dichos impactos han sido desiguales y que el sendero de recuperación, que lentamente se está vislumbrando en la región, podría ir acompañado de una amplificación de brechas laborales y de ingresos entre los diferentes grupos de población”, comienza afirmando la Nota técnica: Panorama laboral en tiempos de la COVID-19 de la OIT, de septiembre de 2020. Esta constatación, en los indicadores de la gestión 2020, también se presenta en la economía y mercado laboral de Bolivia con relación a la variación negativa del PIB, incrementos en la tasa de desocupación y deterioro de la calidad del empleo, con mayor intensidad en los sectores más vulnerables, y refuerzan el aparente dilema “salud o economía/producción”, tema de debate en la actualidad.

Esta crisis no solo ha afectado a la economía sino también tiene impactos en la educación, para ser específicos en la educación técnica. Al igual que casi todos los sistemas educativos del mundo ha interrumpido las clases presenciales, aunque existen centros de formación que, con grandes dudas y temores, intentan poner en práctica la modalidad semipresencial. Así como se han modificado las prioridades de producción y consumo se han modificado las demandas y condiciones de formación técnica, por ejemplo pregúntese cuántas personas en lugar de adquirir ropa tienen que destinar sus recursos a la compra de medicamentos u otros servicios médicos. Del mismo modo que hay contracciones en el empleo y trabajo, surge la necesidad de plantearse formaciones técnicas alternativas para “reinventarse” en otras actividades laborales. También surgen interrogantes y retos específicos a los procesos de educación técnica, por ejemplo, los estudiantes se preguntan ¿dónde hago mis prácticas si los centros de formación están cerrados?; los maestros reinventan sus formas de enseñanza ante la necesidad de ingresar a la modalidad de educación virtual; estudiantes y maestros sufren por sus dificultades en el acceso, uso y disponibilidad de aplicaciones, plataformas y equipos digitales. Si a la problemática surgida como producto de la pandemia le añadimos las preocupaciones del tiempo pre COVID-19, los retos y también las oportunidades para recrear la educación técnica son grandes y de extrema importancia por su estrecha influencia en la economía, producción, trabajo y calidad de vida.

En términos de la problemática general e integral de larga data, queda por consolidar, más en la práctica que en el enunciado teórico, la transición de la educación técnica, muchas veces reducida a la formación de capacidades manuales, a la educación tecnológica y productiva, a unir práctica con teoría, a una educación profundamente vinculada con la producción, trabajo y territorio; como establecen las bases de la Ley de la Educación 070 “Avelino Siñani- Elizardo Pérez”, la educación tiene que constituirse en “productiva y territorial, orientada a la producción intelectual y material, al trabajo creador y a la relación armónica de los sistemas de vida y las comunidades humanas en la Madre Tierra…” Es tiempo de validar saberes, conocimientos y experiencias de las y los productores, constituir centros de formación que educan y producen en relación con las unidades y comunidades productivas establecidas en el territorio y/o la región.

En tiempos de COVID-19 también es necesario y urgente la realización de diagnósticos y estudios de mercado para reactualizar la oferta educativa y los programas de formación incorporando nuevas áreas curriculares como las vinculadas a lo socio-emocional, establecer convenios y acuerdos con centros de producción para facilitar la realización de prácticas aplicadas a la realidad, desarrollar procesos formativos sobre las concepciones pedagógicas que incorporan la educación virtual, así como fortalecer la dotación de equipos y medios para la educación en línea. Los retos y las oportunidades en tiempos de disrupción impulsan a recrearse y superar todo lo que estamos realizando. La creación es parte substancial de la educación productiva y tecnológica.

Fuente e Imagen: https://www.la-razon.com/voces/2021/06/11/economia-y-educacion-tecnica-en-pandemia/?fbclid=IwAR1q_d7lnBdwFDE6VKiod2uWXzg5QPK6ZxFcbH5KQmFRicm9WnuRL-5QpO4

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Suiza acoge el 8º Congreso Mundial de Agricultura de Conservación

Del 21 al 25 de junio se va a celebrar en Berna, Suiza, el 8º Congreso Mundial de Agricultura de Conservación, planteado este año como evento virtual a causa de la pandemia del COVID-19. Tan alta es la importancia dada a la Agricultura de Conservación en el mundo y para la Política Agraria Comunitaria en Europa que el Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Comisarios Europeos y miembros del gobierno suizo serán ponentes en la sesión de apertura.

La Agricultura de Conservación (AC) es un paradigma alternativo innovador de agricultura regenerativa, protectora del medio y sostenible que está reemplazando en todo el mundo a la degradante agricultura convencional basada en la labranza. AC se ha extendido globalmente a más de 205 millones de hectáreas de tierras de cultivo por todos los continentes y agroecologías terrestres.

El área global de AC se incrementa anualmente más de 10 millones de hectáreas desde la campaña 2008/09, área igual al tamaño de Portugal. Pequeños y grandes agricultores en todo el mundo llevan a cabo exitosamente prácticas de conservación medioambientalmente efectivas para alcanzar esta notable transformación. Los sistemas de AC están presentes en todos los continentes a través de un amplio rango de agrosistemas en zonas templadas, subtropicales y tropicales. La adopción de AC está ocurriendo en todos los sistemas terrestres tanto secano como regadío abarcando sistemas de cultivos anuales y permanentes, incluyendo plantaciones arbóreas, sistemas agroforestales, agroganaderos, arrozales y agricultura ecológica.

En el siguiente link se puede acceder al programa del Congreso siendo el discurso de bienvenida y discurso inaugural a cargo de Dongyu QU, Director General de la FAO, y con la participación de la Comisión Europea y del Gobierno suizo:

  • Janusz Wojciechowski, Comisario de Agricultura, UE
  • Virginijus Sinkevičius, Comisario de Medio Ambiente Océanos y Pesca, UE
  • Norbert Lins, Presidente, Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural, Parlamento Europeo
  • Christoph Ammann, Miembro del Cantón de Berna y Ministro de Economía, Energía y Medio Ambiente, Suiza
  • Christian Hofer, Director, Oficina Federal Suiza de la Agricultura, Suiza

Fuente: https://www.lavozdealmeria.com/agricultura2000/noticia/8/agricultura/216404/suiza-acoge-el-8o-congreso-mundial-de-agricultura-de-conservacion

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Mundo: La pandemia aumenta los trabajadores pobres y pone en riesgo la igualdad de género en el mundo, según la OIT

La Organización Internacional del Trabajo advierte en su informe anual de que «hemos perdido cinco años de avances hacia la erradicación de la pobreza laboral», con tasas que han vuelto a los índices de 2015, y señala que las mujeres han sufrido muchas más pérdidas de empleo, mientras ha aumentado su tiempo de los trabajos no remunerados

2022 aún no será el año de la recuperación del empleo perdido por la pandemia en el mundo, advierte la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su informe anual. «Al menos hasta 2023 el crecimiento del empleo no logrará compensar las pérdidas sufridas», apunta el organismo. Este no es el único daño que deja el coronavirus en el mercado de trabajo. La COVID ha engordado la desigualdad, en muchos de sus ámbitos. Entre países ricos y pobres, entre trabajadores de un mismo entorno, cebándose con los más precarios y haciendo retroceder «cinco años» en los niveles de trabajadores pobres, y también entre mujeres y hombres, siendo ellas las más perjudicadas por esta crisis.

«La crisis del mercado de trabajo provocada por la pandemia de COVID-19 dista mucho de haber terminado». Con esta contundente frase presenta la OIT su informe Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2021, que se difunde este miércoles en todo el mundo y donde el organismo detecta varios retos del mercado laboral debido a la pandemia.

La OIT calcula que el próximo año seguiremos hablando de pérdidas de empleo globales. El organismo habla del «déficit de puestos de trabajo» inducido por la pandemia, que tiene en cuenta no solo los empleos destruidos tras la irrupción del coronavirus, sino también aquellos que no se han creado en este contexto de crisis por la pandemia y que estaba previsto que se generasen.

En 2020 la entidad calcula que hubo un déficit de 144 millones de puestos de trabajo, teniendo en cuenta la reducción de 114 millones de trabajadores respecto a 2019 y los «30 millones de nuevos puestos de trabajo» que se estimaba que se iban a crear el año pasado en todo el mundo. La pérdida de 2021 se sitúa todavía en 75 millones de trabajadores y en 2022 aún estima un déficit de puestos de trabajo de 23 millones. En este último año, ya sin pérdidas de trabajadores respecto el escenario prepandemia, pero con una creación de empleo aún lastrada por la pandemia, como se puede observar en el siguiente gráfico.

La pandemia aumenta los trabajadores pobres y pone en riesgo la igualdad de género en el mundo, según la OIT
Déficit mundial de puestos de trabajo inducido por la pandemia, comparado con 2019

Ya no solo hablando de puestos de trabajo, sino también de horas de trabajo, la OIT indica «las olas recurrentes de la pandemia en todo el mundo han provocado que los índices de pérdidas» se mantengan en cifras altas en 2021. «América Latina y el Caribe, y Europa y Asia Central son las dos regiones más afectadas, con pérdidas estimadas de horas de trabajo en cada caso superiores al 8% en el primer trimestre y al 6% en el segundo trimestre de 2021 (frente a las medias mundiales de -4,8% y -4,4%, respectivamente).

El organismo internacional calcula que en 2022 el número de personas desempleadas en el mundo se situará en 205 millones, todavía «muy por encima de los 187 millones de 2019».

Los trabajadores pobres, en niveles de 2015

Como advirtió en otro estudio Oxfam Intermón, la OIT también llama la atención sobre que la COVID-19 ha incrementado la desigualdad en el mundo. Por varios motivos, como una vacunación que está dejando atrás a los países pobres frente a los ricos, así como la mayor vulnerabilidad de los llamados «trabajadores informales» que no han tenido acceso en la mayoría de casos a protección social y unas medidas que han amortiguado la crisis –como el teletrabajo– más accesibles para trabajos cualificados y para hogares con mejores recursos (por ejemplo en lo referido en el acceso a internet).

Una maraña de factores que deja un mundo más desigual, entre los diferentes países y dentro de estos. Más desigual y con más trabajadores pobres. En comparación con 2019, a nivel mundial, la categoría de trabajadores pobres o sumamente pobres (es decir, que viven en hogares con una suma inferior a 3,20 dólares de los Estados Unidos por persona al día) ha aumentado, en lugar de retroceder. «Ha engrosado en 108 millones de personas», indica la OIT hasta un total de unos 700 millones de personas trabajadoras en pobreza extrema o moderada. La pobreza extrema, en concreto, ha sumado 34 millones de trabajadores.

Las medidas para compensar la caída de los ingresos laborales han sido más frecuentes en los países de ingresos más altos y, en cualquier caso, estas «en su mayor parte, se aplican a los «trabajadores formales», recuerda la OIT, lo que ha dejado a personas en situación irregular o con trabajos vulnerables sin protección. «Hemos perdido cinco años de avances hacia la erradicación de la pobreza laboral, ya que esta ha alcanzado tasas equivalentes a las de 2015», resalta el organismo. Esto empaña el horizonte de erradicar la pobreza en 2030, comprometido en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.

Riesgo para la igualdad de género

La agencia de las Naciones Unidas para el mundo del trabajo subraya el riesgo que supone la pandemia para otra desigualdad: la de género. «Las mujeres se han visto excesivamente afectadas por la crisis» laboral de la COVID-19, advierte la OIT. En primer lugar, con una mayor pérdida de empleo: en 2020, la contracción del empleo femenino fue del 5% frente al 3,9% del empleo masculino. También es más elevada la cantidad de mujeres que dejaron el mercado laboral y pasaron a la inactividad, indica el estudio.

Pero además, como ha apuntado ya alguna investigación nacional, la pandemia que supuesto que las mujeres volvieran a asumir más los cuidados y el trabajo no remunerado en el hogar. «El aumento de las responsabilidades domésticas derivadas del confinamiento por la crisis ha planteado el riesgo de un ‘retorno a lo convencional’ con respecto a los roles de género», llama la atención la OIT.

Las mujeres ya soportan una carga desproporcionada del trabajo no remunerado en circunstancias normales y la crisis del coronavirus la ha incrementado. Entre otros motivos figuran el cierre de colegios y escuelas infantiles durante la pandemia, pero también por la mayor presencia de los trabajadores en casa por el teletrabajo. «En Canadá, por ejemplo, se ha descubierto que las madres solteras de niños menores de 6 años han sufrido una disminución del 28% de las horas de trabajo como consecuencia de la crisis», menciona el informe de la OIT.

Estas desigualdades de género durante la pandemia ya son preocupantes, pero lo serán más aún si no revierten con la recuperación y se confirma ese riesgo de volver al pasado en los avances entre mujeres y hombres. «Los retrocesos en la igualdad de género son especialmente preocupantes en aquellas regiones donde las brechas de género ya eran muy acusadas antes de la crisis», apunta el organismo.

Para contrarrestar este camino hacia la desigualdad en sus diferentes facetas, la OIT apuesta por una recuperación estructurada en torno a cuatro principios: promover el crecimiento económico de base amplia y crear empleo productivo; apoyar los ingresos de los hogares y la transición en el mercado de trabajo; apostar por un crecimiento y un desarrollo económicos inclusivos, sostenibles y resilientes; y utilizar el diálogo social para formular estrategias de recuperación centradas en las personas.

Fuente: https://rebelion.org/la-pandemia-aumenta-los-trabajadores-pobres-y-pone-en-riesgo-la-igualdad-de-genero-en-el-mundo-segun-la-oit/

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