Panorama de la educación en Colombia y el mundo

América del Sur/ Colombia/ 17.09.2019/ Fuente: elnuevosiglo.com.co.

La OCDE presentó su informe sobre la educación en 2019. La mirada hace una crítica al exceso de horas de clase sin calidad y le sugiere a Colombia mejorar en primera infancia. También, cerrar las brechas salariales entre hombres y mujeres

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La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) presentó su informe Panorama de la educación 2019, en inglés Education at a Glance. Es un indicador de la situación de la educación, la inversión y la empleabilidad en los países miembros. Ofrece información sobre el desempeño de los sistemas educativos, su vínculo con el mercado laboral y los recursos que se invierten en el sistema, tanto financieros, como de formación y dedicación.

El informe lleva a debatir un tema polémico, y es la intensidad horaria, el tiempo destinado para estudiar. Porque los países con mejor desempeño académico tienen menos horas de clase, es el caso de Finlandia, Estonia y Portugal. España y Túnez son señalados como algunos de los países donde la jornada escolar es muy extensa y en promedio los estudiantes aprenden dos años menos que un finlandés.

En palabras del director de las pruebas PISA, Andreas Schleicher, más horas de clase no garantizan calidad, eso es posible cuando se mejora la calidad de la enseñanza, tienden a conseguir mejores resultados, sin necesidad de incrementar las horas de clase. Un ejemplo son los japonenses que están en aula 28 horas a la semana y los coreanos con 30 horas de aula. Es decir, seis o algo menos de seis horas de lunes a viernes, a lo que se incrementan las 14 horas extra clase de los japoneses y las 20 horas de los coreanos. Con baja intensidad horaria, han logrado grandes avances en la formación escolar.

El informe respecto a Colombia

El informe destaca a Colombia en cuatro aspectos. Es uno de los países de la OCDE con menor porcentaje de adultos con estudios universitarios, y las expectativas de estudiantes que se inscribirán a doctorados, seguirán siendo muy bajas. Sin embargo, es de los países de la región donde realizar estudios terciarios (pregrado, maestría o doctorado) genera más ganancias. Es decir, en Colombia sigue existiendo la posibilidad de que estudiar, permite salir de la pobreza y mejora la calidad de vida.

Otro aspecto relacionado con la inequidad es que las mujeres colombianas en promedio tienen mayor nivel educativo que los hombres, lo que representa un salto en el acceso y la inclusión, sin embargo, ganan menos que los hombres. La OCDE estima que una colombiana con maestría gana un 20% menos de salario en promedio frente a su colega hombre con el mismo nivel de formación.

Un llamado de atención que hace la organización es que se necesita una mayor inversión en recursos, acceso y calidad para los programas de primera infancia. Señala el informe que el país suramericano tiene muy baja tasa de acceso para los niños entre tres y cinco años. Además, los niveles de gasto siguen siendo bajos frente a los otros miembros de la OCDE. Por otra parte, hay hacinamiento y en los primeros años de escuela Colombia tiene una de las tasas más altas de número de estudiantes por profesor de los 87 países analizados.

Por último, respecto a los educadores colombianos destaca que no hay diferencia salarial entre profesores con el mismo nivel de formación frente al nivel en el que enseña, sea primaria, secundaria o superior. Dice el informe que un profesor de secundaria en Colombia enseña 120 horas al año menos que un profesor de primaria. Pero, en promedio el profesor de secundaria tiene siete estudiantes más en el salón de clases que el profesor de primaria.

El informe de Panorama de la educación 2019 fue presentado en París, el pasado martes. Falta por hacer públicos los resultados de la Prueba PISA realizada en 2018 y en la cual se centran expectativas frente a las apuestas por la calidad de la educación colombiana. Queda una tarea para el Gobierno y es trabajar en la calidad de la educación, en la efectividad y en el fortalecimiento del acceso y la cobertura en la primera infancia.

Por último, como sociedad, romper las brechas salariales, ahora que hay más mujeres con altos niveles de formación, que sus ingresos también se equiparen a los de los hombres, una tarea de las empresas, el Gobierno y la sociedad civil.

Fuente de la noticia: http://elnuevosiglo.com.co/articulos/09-2019-panorama-de-la-educacion-en-colombia-y-el-mundo

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¿Tiene la educación colombiana un norte?

Por Carlos Corredor Pereira 

En Colombia nos hemos quedado en normas, decretos y leyes y no hemos definido aún cuál es el papel de la educación en nuestro propósito como nación.

Quiero agradecer al diario La Opinión por abrirme sus puertas y permitirme compartir con el pueblo cucuteño mis opiniones. Opiniones en el sentido aristotélico de doxa, es decir, conocimiento de los hechos sociales coloreados por la experiencia y por las propias creencias.

Podríamos decir, opinión informada pero sujeta a lo que decía Campoamor: “En este mundo traidor / nada es verdad ni es mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira”.

En esta coyuntura turbulenta y polarizada por la que atraviesa el país, los candidatos a la primera magistratura ofrecen el Oro y el Moro para persuadir a los ciudadanos a entregarles su voto. Son múltiples las áreas en las que se hacen las promesas, rara vez cumplidas, pero el caso de la educación merece análisis particular, porque nuestro futuro como país y como sociedad está en los niños y jóvenes que hoy se encuentran en nuestras escuelas y universidades.

Lo que vemos en los programas y lo que repiten los candidatos en la televisión son promesas de incrementar la cobertura, de proveer universidad gratis…etc. ¡Más de lo mismo!, pero el problema básico se ha soslayado y no se puede curar con los paños de agua tibia que son esas promesas.

Continuamos ignorando que en las pruebas PISA Colombia ocupó el último lugar entre las naciones que participaron en ese examen estandarizado global. Hasta el momento no se ha hecho un verdadero análisis de cuáles son las falencias reales de nuestros estudiantes de educación media cuando se les compara con sus homólogos de países como Finlandia o Singapur, que ocupan los primeros lugares.

De la misma manera, no hay un consenso entre los profesores universitarios acerca de lo que miden las pruebas Saber Pro que toman los estudiantes en los últimos semestres de sus carreras y que muchas veces muestran que no han adquirido las competencias genéricas que la universidad debería haberles dado, particularmente en las pruebas básicas de pensamiento cuantitativo y lectura crítica. Esto lo que demuestra NO es que haya falta de cobertura ni de oportunidades, que efectivamente faltan, sino que no se ha definido el propósito mismo de la educación colombiana.

En marzo de 2000, el Consejo Europeo de Lisboa definió como meta estratégica para la Unión Europea el convertirse en “la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de mantener un crecimiento económico sustentable con más y mejores empleos y mayor coherencia social”.

Desde 2010 la Comisión Europea identificó siete competencias clave para el desarrollo personal, la empleabilidad, la inclusión social y la participación cívica que los graduados de la escuela secundaria deberían tener: 1) comunicación en la lengua materna y otras lenguas; 2) competencias matemáticas y científicas; 3) competencias digitales; 4) aprender a aprender; 5) competencias cívicas; 6) iniciativa y espíritu de empresa y 7) conciencia y expresión culturales. Nótese qué tan parecidas son a las competencias genéricas de las pruebas Saber Pro.

Pero si bien, la Unión Europea desde hace varios años tiene claro cuál es el propósito de la Educación y las competencias que deben tener los jóvenes si va a convertirse en la primera potencia mundial en la Sociedad del Conocimiento, en Colombia nos hemos quedado en normas, decretos y leyes y no hemos definido aún cuál es el papel de la educación en nuestro propósito como nación, para asegurar el bienestar de toda la población, disminuir la inequidad y asegurar el desarrollo sostenible, ni cuáles son las competencias clave que deben tener nuestros egresados de la escuela y de la universidad. ¡Buena falta nos hace si queremos entrar en el Club de la OECD!

Fuente del artículo: https://www.laopinion.com.co/columna-de-opinion/tiene-la-educacion-colombiana-un-norte-153981#OP

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