Autor: Miguel Alfonzo
Las siguientes pautas queremos ofrecerlas para todos aquellos académicos que tienen aspiración a ocupar los altos cargos de autoridades rectorales de la UCV para las futuras elecciones. Si cumple con este manual de forma estricta, será recordado como aquel que terminó de destruir a la primera universidad del país, refundada por el Libertador, ya que esta gestión (ilegitima) de la profesora Cecilia García, casi lo logra, sólo le faltó un poquito de tiempo más para realizarlo, ya que la voluntad le sobraba. Veamos.
1.- Niegue toda participación, especialmente la democrática, para elegir a las autoridades universitarias, basadas en el art. 34 de la LOE. Haga todas las maniobras posibles, así sea la cómica, para que no todos los miembros de la comunidad universitaria disfruten del sagrado ejercicio de la democracia de una universidad que se dice autónoma.
2.- Recuerde que Universidad que se respete, es «sagrada» su autonomía, por lo que nunca, pero jamás de los jamases, comulgará con ningún gobierno, así éste tenga los mejores planes de la nación, haya respetado durante su gestión a la universidad en plenitud e independientemente que le de casi el 99% de los recursos financieros que requiere para desarrollar la docencia, la investigación y la extensión. No permita articularse con ningún proyecto que conlleve a logros al gobierno, así sea para el pueblo. Eso jamás debe ocurrir, no podrá dormir o no lo dejarán dormir gente foránea a la universidad y al país.
3.- Permita que su cuerpo de seguridad haga lo que le dé la gana. Que los pasillos, sea de día o de noche, sean llenos de personas temerosas, alertas de los ladrones, violadores, vendedores de narcóticos, y no de universitarios, pendientes del conocimiento, del libre debate de las ideas y todas esas utopías. No acepte de ningún gobierno, que le ofrezca el mejor plan de protección y seguridad a su comunidad, recuerde el contenido del artículo 2 precedente sobre la violación de la «autonomía universitaria». Eso está por encima de la vida humana. No importa que queden cinco vigilantes en las noches y fines de semana para custodiar una ciudad universitaria, patrimonio de la humanidad ¡Eso debe ser papel del estado! Eso sí, fuera de la Universidad y, si ocurre algo, es culpa de sus directores de seguridad y de sus cómplices, perdón, de sus vigilantes.
4.- Que no sea su prioridad el sistema de seguridad social de sus profesores. No le pida cuentas del dinero contante y sonante, recursos del estado, que anualmente le das al gremio profesoral para el funcionamiento del IPP y afines, a pesar que ud sea el cuentadante ante la República. Primero la autonomía y después el resto.
5.- No promueva espacios para el encuentro, el diálogo y la construcción colectiva (¿colectiva? ¡Guacala!) De una mejor universidad con todos sus miembros, especialmente niégaselos a los sindicatos, enemigos de la universidad y de todo cercano a su cargo. Que se crean conflictos continuos e innecesarios, con tal que esto contribuya con la anarquía que debe imperar para justificar la acusación diaria que debe hacer sobre la ineficiencia del gobierno (¿?).
6.- No dé información oportuna, veraz y clara a la comunidad universitaria de la situación real de la dinámica universitaria, de sus problemas y de sus posibles soluciones. Mucho menos, no se le ocurra informar y explicar los presupuestos anuales que pide al gobierno y del cómo se va a gastar y qué va a hacer con lo sobrante. ¡Ni se le ocurra! Ud está claro que aquel que tenga el manejo de la información, tiene poder, y Ud, es el único que debe tal condición.
7.- No respete a su equipo subordinado, profesional y universitario. Ellos se deben exclusivamente a ud, sus intereses y sueños son quimeras. No dé espacios de consulta y construcción colectiva (¿nuevamente colectiva? ¡Reguacala!). Ud y su universidad será los frutos de su autorreflexión, pero la operatividad será por sus esclavos, perdón, por su equipo.
8.- No le dé prurito usar a los estudiantes para sus intereses políticos, partidistas o propios. No hay nada más sabroso que tenga cientos de jóvenes soñadores, inexperimentados de la manipulación para que hagan lo que ud le dé la real gana de hacer. No permitan que el gusanillo de la investigación, de la curiosidad científica ni mucho menos de la irreverencia se manifieste en ellos. Recuerde, no son sus estudiantes, son sus súbditos. Cero pensamientos críticos ni mucho menos autocríticos.
9.- Ud tiene un equipo de Decanos, así se reúnan en su núcleo semanalmente, no tiene total autonomía, están bajos tus preceptos, designios y caprichos. Ellos están allí para delegarles las culpas y responsabilidades necesarias cuando la cosa se ponga color de hormiga para Ud. ¡Y pobre de aquél que le lleve la contraria! Va a tener que pedir donativos en la Plaza Venezuela para el funcionamiento de su Facultad, porque de la repartición de la piñata del presupuesto anual de la universidad, recibirá las migajas, por su osadía e irrespeto a la autonomía y majestad del cargo de la rectoría que Ud ejerce.
10.- Finalmente, durante su campaña electoral no diga ni muestre identificación alguna de una letra de este pequeño manual. Hable todo lo contrario, de lo democrático que es, lo humilde y abierto a las ideas y pensamientos universales, exceptuando de la conducta permanente que va a tener en contra del gobierno. Recuerde el artículo 2. Mientras más hable en contra del gobierno durante la campaña, tendrá más votos de esa comunidad plural y crítica. El triunfo de sus sueños se hará realidad al ocupar la silla de Vargas y los sueños de los demás se convertirán en pesadillas. Recuerde que cumpliendo cabalmente este manual no habrá más universidad después de Ud, por lo que nadie le pedirá cuentas.
Fuente: Aporrea: http://www.aporrea.org/