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Maestros-profesores, ¡hoy va por ellos!

Por:  Isidro Garcia Getino.

Hoy hablamos de los profesores-maestros, pero no de aquellos que creen que la Logse y remiendos añadidos, llámese Lomce, es ley absoluta fuera de la cual todo paso o acción educativa es mala. Los profesores-maestros son los maestros-profesores (como hay maestros-pintores o maestros-arquitectos…), los auténticos, los dignos de imitación, los que lo son a tope.

La ley de educación, llámese como se llame, es solo una pauta general de tipo protector de nadie (aunque se supone que lo es de todos) y que sirve para que la administración figure como regente ya que maneja los dineros, ¡Y nada más! Quien educa, enseña y forma es el maestro-profesor, incardinado en un centro que educa. Exijamos que el posible pacto por la educación se asiente sobre esto.

Al margen de la ley tú educas, enseñas, formas y forjas personas porque la persona y su educación es a-legal; la persona nace y muere al margen de la ley. La educación supera, en mucho, a las leyes, el educador también. El que sabe, puede y quiere educar, lo hace siempre, dónde, cómo y cuándo quiere. Qué es lo que hay que enseñar a un niño, nos lo dice el mundo en que vivimos; el cómo enseñárselo lo tenemos que adivinar mirando al niño; si no has adquirido ese poder de mirada que adivina, quizás estás fuera de sitio, o quizás estás aún a tiempo de adquirirlo; invertir en conocimiento (no en información) produce los mejores intereses decía B. Franklin. Pero… si no te gusta dónde estás, ¡¡muévete, no eres un árbol!!

Hay cuatro mentiras del sistema educativo que muchos profesores creen y practican; los niños las sufren y soportan; los padres las aceptan y lamentan; se trata de: Los contenidos, los exámenes, los deberes y los castigos.

Antes de bien avanzada la Primaria, los contenidos informativos son solamente objeto de lectura, escritura y cálculo a través de los diferentes lenguajes con los que establecer firmes bases de aprendizaje. Los deberes perjudican siempre que pasan de los breves minutos que generan hábito. Los exámenes son una aberración didáctica antes de los 12 – 14 años. Y los castigos producen miedo, ansiedad, vergüenza y preocupación, todos ellos sentimientos antagónicos con el aprendizaje, el razonamiento y la creatividad que nacen de la autoconfianza, el logro, el equilibrio y el desarrollo emocional.

La ley te marca impartir contenidos = información, que no es conocimiento y mucho menos educación. La ley sugiere deberes, y tú, maestro-profesor los haces educativos o bien los haces detestables y anti-educativos. Los exámenes son interpretación y muchos los utilizan «al desmadre» y como arma de control porque les falta autoridad y saber hacer, lo cual es un deterioro educativo fruto de asumir el erróneo sistema que padecemos. La ley prohíbe ciertos castigos, igual que impide tantas cosas… y entonces surge el profesional maestro-profesor; o no surge nada y la ley impera sobre «el trabajador de la enseñanza».

Soy profesional de la educación, nada peor que esperar por lo que haga o diga el Gobierno. Hay problemas en y con los niños, pero los niños van muy deprisa, sus necesidades son ¡¡ahora!! Y yo, maestro-profesor doy respuesta aquí y ahora, a este niño y al otro. La escuela puede innovar y transformar sus modos, sus formas de hacer, de educar y de enseñar (sobre métodos nos tiene hartos la administración), sus formas de mejorar.

Lo cierto es que en la escuela hay mucha más autonomía que la que se usa, o se quiere usar, porque resulta más cómodo. No todo es culpa de las leyes y las administraciones. Somos nosotros quienes debemos volar, pero eso necesita coraje, visión, entrega, y destrezas. También energía emocional: «La energía crea energía, por eso gastándome a mi misma/o me enriquezco», decía Sarah Bernhardt.

No se trata de ser utópicos, se trata de ser profesionales del trabajo más apasionante bajo las estrellas: los niños y su educación (lo expresa así mi maestra Dra. M. de Jager). Ser realista es el camino que más transitan los mediocres.

Nosotros no podemos estar al albur de las administraciones. Hay administraciones que lanzan campaña In-For-Me (innovación – formación – metodológica) y se centran en métodos, y todo sigue como siempre: el niño olvidado, porque la persona no cuenta, cuenta la técnica. Además se centran en el moderno «mantra»: Las tecnologías y las competencias; ¿ignoran que las competencias en la escuela son solo un criterio de evaluación? Y las tecnologías uno de los mayores riesgos del siglo para los niños.

Es lamentable que se coloque en el centro de la formación algo tan parcial mientras se olvida, ¿o se desprecia?, lo sustancial, lo esencial, lo central y final: el niño, la persona. ¿Cuánta formación dedican las administraciones educativas al conocimiento real del niño, de sus necesidades, su desarrollo, su singularidad, los riesgos de hoy, su diferencia, sus modos de aprender, sus dificultades o sus potencialidades?

Este olvido de la persona está dando abundantes resultados de fracaso escolar, ¡pero eso no importa…! a las administraciones, a los políticos, a los del «pacto».

Nosotros, los MAESTROS-profesores pasamos (tenemos necesariamente que pasar) de la ley y sus administradores, de sus papeleos y su ignorancia sustancial. Otros no pasan y mantienen la cólera, la ira contra ellas; pero el sabio Buddha nos advierte: «Mantener y cultivar la ira es como beber veneno y esperar que muera el otro». Sin ira, hagamos nuestra labor.

Las leyes, las administraciones, los sindicatos, enfatizan (para la escuela, claro) que el niño se adapte al grupo, que se ajuste, se masifique, espíritu borreguil, eliminar el pensar individual y la propia personalidad. Tenemos toda la autonomía que necesitamos, toda la iniciativa, toda la libertad para educar, formar y acompañar a los alumnos hasta donde queramos y podamos. No nos escudemos, no nos amilanemos, no nos disculpemos.

Fuente: http://www.diariodeleon.es/noticias/opinion/maestros-profesores-hoy-va-ellos_1135170.html

Imagen: http://www.ahoraleon.com/wp-content/uploads/isidroGarcia.jpg

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La disciplina de la innovación.

Innovación debería entenderse como el esfuerzo sistemático de la institución educativa de prepararse con renovada ambición para la misión que tiene encomendada.

Por: Ferran Ruiz Tarrago.

Las instituciones están diseñadas para la continuidad y su funcionamiento no admite paréntesis ni vacíos por redefinición de su misión o de sus métodos. En las instituciones tradicionales, la idea de cambio viene a ser una contradicción en sus términos. Los centros educativos ocupan un lugar destacado entre las instituciones de la sociedad, pues de manera permanente y estable proporcionan un servicio público de gran demanda y de carácter crucial, dado que tienen la misión de garantizar los aprendizajes, promover los valores humanos y proporcionar un entorno seguro en el que los alumnos y sus padres puedan confiar plenamente. En este sentido son entes morales y núcleos de optimismo esenciales para la estabilidad y el progreso de la comunidad.

Mucho se habla estos días de innovación educativa y de la necesidad de llevar a cabo importantes cambios desde abajo, es decir, por iniciativa de profesores y directivos escolares comprometidos con mejorar la educación aquí y ahora, sin esperar, ni tampoco confiar, en una enésima iniciativa gubernamental. Muchos centros educativos han hecho suyo este planteamiento y se han puesto manos a la obra para reenfocar la organización escolar, las actividades docentes, los aprendizajes y su evaluación. Convencidos de que enlazan con lo mejor de la tradición pedagógica, estos colegios, institutos y escuelas abrigan la esperanza de transmitir a su entorno inmediato y a la sociedad que están llevando a cabo un proceso de innovación educativa profundo y urgente, beneficioso para los alumnos y para la adaptación del sistema educativo a las nuevas realidades y a los retos de una sociedad en cambio.

UNA REALIDAD COTIDIANA

Innovación es pues el término del momento, aunque no se conozca exactamente lo que conlleva en la práctica ni signifique lo mismo para todos. Según los diccionarios, innovar es algo tan habitual como hacer por primera vez, introducir algo nuevo o efectuar cambios. Bajo esta acepción, la innovación educativa es una realidad cotidiana, dado que siempre hay cambios y siempre los ha habido. Como ejemplos baste citar la incorporación de nuevos objetivos relacionados con el conocimiento (como el enfoque por competencias o la incorporación de nuevas materias al currículo); la promoción de ciertos valores por demanda social o mandato político (como la igualdad de género, la no violencia, la tolerancia y el respeto a la diversidad cultural); o bien, la generalización del uso de distintos tipos de recursos (como las tecnologías digitales, los museos o las visitas culturales). El profesorado tiene pues una gran experiencia en innovar, sea de ‘motu proprio’ o bien obedeciendo directivas administrativas.

Es importante destacar que la idea de innovación educativa que actualmente circula por las escuelas y llega a los medios de comunicación, suscitada por diversos proyectos y singularmente por la iniciativa Escola Nova 21, no se atiene a patrones de innovación como a los anteriores, sino que plantea la generalización de “prácticas educativas avanzadas” por medio de la iniciativa y la colaboración de los propios centros educativos.

Dichas prácticas hacen referencia a asuntos pedagógicamente muy relevantes, como la potenciación de la centralidad y la implicación emocional del alumno, la personalización del aprendizaje, el rol menos transmisivo y más orientador del profesorado, la evaluación por medio de la evidencia, la investigación y el trabajo colaborativo y por proyectos como bases de la actividad educativa.

LA NECESIDAD DE UNA CONCEPCIÓN CLARA

Estas ambiciosas propuestas deben encajar en unas instituciones diseñadas para la estabilidad, que cuentan con unas estructuras organizativas y funcionales tradicionales y consolidadas. Conseguir que dichas propuestas sean provechosas, viables y sostenibles requiere una concepción clara de la innovación, que se distinga nítidamente de la miríada de cambios concretos derivados de la aplicación más o menos coordinada de metodologías, procesos o instrumentos alternativos. Innovación —en singular— debería entenderse como el esfuerzo sistemático de la institución educativa de prepararse con renovada ambición para llevar a cabo la misión que tiene encomendada y, al mismo tiempo, colmar unas aspiraciones de mejora que son legítimas y necesarias. Desarrollar y aumentar la capacidad del centro educativo es una disciplina que, como señalaba Foucault, se ejerce amalgamando voluntad, conocimiento y poder mediante un trabajo serio, constante y focalizado.

La envergadura de este reto es enorme. Lo es para los profesores, que tienen que analizar los modelos, los supuestos implícitos y las rutinas que condicionan sus prácticas docentes, expandir sus conocimientos, colaborar y aprender en equipo y a la vez hacerse corresponsables de las decisiones, de los resultados y de los inevitables ajustes sobre la marcha, con el consiguiente aumento de su carga de trabajo.

El reto incumbe tanto a profesores como a los directivos escolares, sobre quienes recae la responsabilidad de mirar adelante

El reto es acaso mayor para unos directivos escolares sobre los cuales, además de gestionar el día a día, recae la responsabilidad de mirar adelante y proponer opciones de futuro, construir una visión compartida clara para todos y tomar decisiones que consigan resultados satisfactorios, afianzando al mismo tiempo la acción de conjunto y los canales de comunicación con la comunidad educativa. Asimismo deben actuar sabiendo que la prisa es enemiga del rigor y del trabajo profundo y provechoso de docentes y alumnos. Concebir la innovación como una disciplina de desarrollo de capacidades a largo plazo es la manera más segura de evitar confundir movimiento con progreso y de proporcionar al cambio educativo la solidez y la dimensión institucional que precisa.

Fuente: http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/educacion-innovacion-pedagogica-escola-nova-5753297

Imagen: http://estaticos.elperiodico.com/resources/jpg/5/0/alumnos-una-escuela-barcelona-1480977922305.jpg

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Calidad educativa, en los pueblos también.

El IES Fuentesaúco, uno de los institutos rurales valorados en el informe PISA con el de Villalpando, recibe un premio por la implantación de un programa de recuperación de materias pendientes.

Por: Irene Gómez.

Cuando la provincia de Zamora aún saborea las mieles de los fenomenales resultados del informe PISA, el IES Fuentesaúco -uno de los dos institutos rurales, junto al de Villalpando, evaluados para el estudio educativo- refuerza la buena nota con un premio a la «mejor experiencia de calidad». La Consejería de Educación ha valorado el «plan de recuperación de (materias) pendientes» implantado en el curso 2014/205 con resultados «excelentes» precisa el director del IES Fuentesaúco, Ángel Rodríguez. Se ha conseguido una mayor titulación, más promoción y menos alumnos repetidores.

El reconocimiento llega pocos días después de que la OCDE situara a Castilla y León, y por ende a Zamora, a la altura de Finlandia o Canadá en nivel educativo. «Estamos orgullosos de haber aportado nuestro granito de arena a tan buenos resultados» confiesa Ángel Rodríguez.

Con 162 alumnos y 28 profesores, el director del centro saucano apunta a la «buena ratio» como una de las claves de la calidad porque «nos permite llevar a cabo una intervención educativa mucho más personalizada». Y demuestra que «la mejor inversión que puede tener un centro es en personal docente. Zamora es una provincia muy rural, hay que responder a esta realidad, me consta que desde la Dirección Provincial son conscientes y procuran cuidar a los centros rurales» explica el docente.

Con alumnos de 14 municipios, a diferencia de los centros urbanos, el IES Fuentesaúco es muy heterogéneo, tanto desde el punto de vista de los alumnos como de sus capacidades o las propias familias. Por ello se cuida sumamente la comunicación fluida con los padres y no menos la transparencia informativa.

En este contexto, el éxito conseguido con el «plan de pendientes» adquiere especial valor como ejemplo de que «cada centro debe aportar su receta particular, dando la respuesta adecuada a un reto educativo que en la mayoría de los casos sólo funciona si hay un compromiso» reflexiona el director de este instituto rural.

El llamado «plan de pendientes» se planteó en el IES Fuentesaúco ante la constatación de «un problema educativo serio» como era un elevado número de alumnos con materias pendientes de otros cursos y un gran número de asignaturas suspensas. «Se había producido un tapón que estaba dificultando la promoción del curso y, lo más grave, había alumnos que se podían juntar con 5 ó 6 pendientes porque habían pasado por imperativo legal».

El equipo docente constató que el sistema de recuperación planteado por cada departamento no estaba funcionando. Algo no iba bien cuando «había chavales que, literalmente, en abril iban a preguntar qué materias suspensas tenían. No se acordaban y las familias tampoco estaban suficientemente informadas» argumenta el director del IES Fuentesaúco. «No era normal que se acumularan tantas materias y fue cuando se nos ocurrió un plan de intervención que pretendía implicar al profesorado, por supuesto a los alumnos y a las familias». Una actuación integral que no dejaba resquicio ni excusa para alumnos y padres a la hora de «atacar» el problema de las pendientes.

«Queríamos que las familias visualizaran que los profesores teníamos una preocupación». Y lo primero fue explicar el plan a las partes, comprobar el grado de compromiso que adquirían y además se reforzó la figura del tutor de materias pendientes. También se estableció un calendario asumible para la recuperación de las materias que no entrara en colisión con la evaluación ordinaria» explica el director. «La idea era no agobiar al alumno; no le puedes poner por delante una tarea inasumible porque está condenado al fracaso».

Además, para que los padres estén informados, tanto el calendario como los criterios de evaluación de cada una de las materias pendientes se publican en la página web del centro. Y hay otro factor «fundamental», la motivación. Para ello se reunió a los casi 60 alumnos con los que se puso en marcha el plan. «Les pareció bien la idea de examinarse por partes, les insistimos en que se puede hacer. En Educación el docente no debe derrotarse ante un problema, sino plantear una solución».

La mejor noticia es que en la primera evaluación de diciembre el plan «ya tuvo resultados; todos los alumnos acudieron a las pruebas y la gran mayoría los superaron». Quedaba un curso por delante y de nuevo el factor motivación fue clave. «Los alumnos tenían una parte hecha, los resultados se fueron consolidando y al final vimos que eran excelentes. Es verdad que cada curso es un mundo pero aquel año, que en el caso de 4º de ESO estaba abocado a un desastre académico, conseguimos un nivel de titulación sorprendente, en torno al 90%. La motivación es muy importante» incide el profesor Ángel Rodríguez.

También el estímulo por el reconocimiento al trabajo bien hecho, en este caso a un instituto de un pueblo. «No hay que tener complejos, los centros rurales ofrecemos educación de calidad para que los chavales salgan bien formados académicamente y estén preparados para enfrentarse al mundo real».

Fuente: http://www.laopiniondezamora.es/comarcas/2016/12/18/calidad-educativa-pueblos/972583.html

Imagen: http://fotos02.laopiniondezamora.es/2016/12/18/690×278/calidad-educativa-1.jpg

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Invertir en los jóvenes.

Por:Jyrki Katainen.

Una educación de calidad accesible para todos es una de las mejores inversiones que puede realizar una sociedad. Lo es para los beneficiarios directos pero, sobre todo, lo es para el conjunto de la economía y para nuestro futuro. Se trata de un aspecto clave no sólo para fomentar el crecimiento económico y la competitividad, sino también para crear sociedades abiertas y cohesionadas, para mejorar nuestra capacidad de adaptación en un mundo cambiante y para ayudar a las personas a aprovechar las oportunidades que se les presentan.

Sin embargo, muchos jóvenes se ven limitados precisamente en el momento en que están preparándose para tomar el control de sus vidas y buscar su lugar en la sociedad. Limitados por la falta de capacidades adecuadas y por la falta de oportunidades.

Esto es debido a diversos factores, entre los que cabe destacar la educación, que es fundamental para dotar a los ciudadanos de los conocimientos, las competencias, las capacidades y las destrezas para poder aprovechar al máximo su potencial y sacar todo el partido de las opciones que encuentren a lo largo de su vida. La educación refuerza la capacidad de adaptación en estos tiempos de rápidos cambios. Sin embargo, en la actualidad nuestros sistemas educativos no siempre producen los resultados esperados. Un sistema educativo sólo puede cumplir su función si es eficiente e inclusivo, y si proporciona una enseñanza de calidad a todos los niños y jóvenes. Y aunque los Estados miembros han progresado y en los últimos años hemos visto, por ejemplo, un aumento de la proporción de personas que obtienen una titulación universitaria y una reducción del número de personas que abandonan el sistema educativo sin un título, todavía queda mucho trabajo por hacer.

Por estas razones, estamos intensificando nuestros esfuerzos para contribuir a que los sistemas educativos europeos sean adecuados para cumplir su función. Queremos trabajar con España y con el resto de Estados miembros, para mejorar la educación escolar y la enseñanza superior. Esto es fundamental para impulsar la innovación y el crecimiento económico a fin de mantener la prosperidad y competitividad de Europa. También lo es para crear sociedades justas, tolerantes, abiertas y democráticas. Nuestros sistemas educativos deben ofrecer igualdad de oportunidades a todos los jóvenes.

Esto precisa de un enfoque global y a largo plazo, así como de esfuerzos constantes. La educación inclusiva y de calidad debe iniciarse en una fase temprana de la vida y en ella debe participar una amplia red que comprende desde los padres, profesores, directores de centros de enseñanza, centros de investigación y universidades; hasta las empresas y los agentes sociales, incluidas las organizaciones juveniles y otros proveedores de educación informal. Queremos proporcionar nuestro apoyo mediante, por ejemplo, una acción específica que impulse la formación y el desarrollo profesional permanente de los profesores.

La plataforma europea eTwinning, que pone en contacto a centros educativos y profesores, es una herramienta excelente que vamos a usar para este objetivo. Desarrollada bajo el programa Erasmus+, se trata de la mayor red de profesionales de la enseñanza del mundo. Cuenta con 400.000 profesores conectados a los que ofrece la oportunidad de intercambiar experiencias, aprender unos de otros y trabajar conjuntamente en proyectos concretos.

También actualizaremos y revisaremos las competencias clave que deben proporcionar los sistemas educativos modernos. Uno de los objetivos será impulsar las capacidades básicas, un ámbito que requiere medidas urgentes. En diciembre conocimos los resultados del último informe PISA, que ha arrojado una ligera mejora de los resultados para España pero que, en general, muestra que la media de alumnos con bajo rendimiento en los veintiocho Estados miembros ha aumentado entre 2012 y 2015. Las competencias relacionadas con el emprendimiento como la resiliencia, la flexibilidad, la creatividad y la capacidad para trabajar en equipo son también de gran importancia ya que dotan a los jóvenes de habilidades que les permiten tener éxito en el mercado laboral a largo plazo.

En el ámbito de la enseñanza superior, tenemos previsto seguir impulsando la modernización. Es necesario realizar mayores esfuerzos para avanzar en el desarrollo, el reconocimiento y la recompensa de la enseñanza de calidad. La educación superior debe dotar a los jóvenes de los conocimientos y capacidades pertinentes, pero las universidades también deberían estar más conectadas con las comunidades en las que están situadas. Apoyaremos la creación de vínculos más sólidos entre las universidades, las empresas y las instituciones y organizaciones locales y regionales. Aquí existe un importante margen de colaboración a distintos niveles. Por ejemplo, incluir a las universidades en las estrategias de especialización inteligente ayudará a las regiones a impulsar el desarrollo y a crear puestos de trabajo y unas condiciones de vida atractivas para los jóvenes. Además, pondremos en marcha una iniciativa de seguimiento de graduados. Nos mostrará cómo progresan en el mercado de trabajo los jóvenes titulados en educación superior. La información nos ayudará a apoyar el diseño de planes de estudio que sean relevantes para el mercado laboral y permitirá que los estudiantes tomen decisiones informadas sobre qué estudiar.

También queremos intensificar nuestro apoyo a las políticas educativas en la Unión Europea reforzando la base empírica con la que trabajamos todos, de modo que podamos obtener datos fiables que nos ayuden a determinar qué es lo que funciona en la educación, así como a diseñar y evaluar sus reformas en consecuencia. Ofreceremos evaluaciones comparativas y proporcionaremos asesoramiento a medida a los gobiernos de los Estados miembros que lo soliciten.

Todas estas iniciativas en las que queremos colaborar con los Estados miembros tienen dos objetivos principales: mejorar la calidad de la educación y garantizar que todos los jóvenes tengan acceso a ella, independientemente de su origen. Todos tienen derecho a recibir la mejor preparación, lo que les ayudará a enfrentarse a los retos de su vida futura. Los sistemas educativos modernos, eficaces e inclusivos son cruciales para lograr este objetivo.

Fuente: http://www.elmundo.es/opinion/2017/01/07/586ff02fe5fdea8c538b4672.html

Imagen: http://e03-elmundo.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2017/01/06/14837309817993.jpg

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España: La mayoría de alumnos con síndrome de Down estudia en centros públicos.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Sevilla ha realizado un estudio que pone de relieve que la inclusión educativa en España está bien valorada por las familias del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo, aunque demandan más medios y recursos.

Europa/España/17.01.2017/Autor y Fuente: http://www.agenciasinc.es/

¿Se encuentran con barreras los padres de estudiantes con síndrome de Down a la hora de escolarizar a sus hijos en España? ¿Qué centros educativos dan mejor respuesta en la actualidad a estas necesidades especiales? ¿Están satisfechas las familias con la inclusión educativa? ¿Cuál es la opinión del profesorado en este ámbito?

Las familias valoran de forma positiva la educación de los centros públicos, pero se quejan de falta de recursos materiales y humanos

A estas y a otras cuestiones ha tratado de dar respuesta un grupo de investigadores de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla (US) en un trabajo en el que han participado un total de 218 padres y madres de doce asociaciones de síndrome de Down españolas. Para el estudio se llevaron a cabo además 22 entrevistas a docentes, orientadores y responsables pedagógicos de asociaciones síndrome de Down que ejercen su labor educativa en centros escolares.

Los resultados muestran que los padres del alumnado con síndrome de Down perciben de forma positiva la respuesta educativa que los centros docentes ofrecen a sus hijos, aunque señalan la falta de recursos materiales y humanos como uno de los principales problemas. En esta línea, aunque el profesorado se muestra también favorable hacia la inclusión, consideran que no disponen de la formación, tiempo, recursos y apoyos necesarios para llevar a cabo una educación de orientación inclusiva en las condiciones adecuadas.

España se encuentra entre los países donde menos del 1% de los estudiantes con necesidades educativas especiales está escolarizado en centros específicos. El 99% acude a centros ordinarios, ya que la respuesta educativa suele ser valorada de forma muy positiva por los padres de este alumnado. La elección del centro escolar se realiza en función de los recursos humanos y materiales existentes, siendo los centros de titularidad pública y los centros concertados los que muestran una mayor discrepancia en relación a los apoyos existentes.

Autonomía y motivación

Los profesores reconocen que no disponen de la formación, tiempo y apoyo para dar una educación inclusiva en las condiciones adecuadas

“Tenemos que seguir construyendo la educación inclusiva, ya que ello aumenta la autonomía y la motivación del alumnado con síndrome de Down, frente a la sobreprotección que se venía dando por los padres en épocas pasadas. Es necesario fomentar una educación en un mismo contexto, favoreciendo la relación entre compañeros, y enfocada al desarrollo máximo de sus posibilidades”, destaca el profesor José María Fernández Batanero, coordinador del área de atención a la diversidad de la US, y director del estudio.

Según el trabajo, aunque la educación en términos de atención a la diversidad parece estar funcionando “muy bien” en España, los profesionales demandan más formación especializada que les permita dar una mejor respuesta a las necesidades personales de cualquier alumno. En la actualidad, suelen ser los profesores formados en Educación Especial y Pedagogía Terapéutica los que ejercen de vínculo y de vía de comunicación entre la familia y el centro educativo, frente a la figura tradicional del tutor que generalmente tiene menos habilidades en este ámbito.

“Vivimos en una sociedad diversa donde hay necesidades educativas diferentes a las que hay que atender cada día y para la que nuestro profesorado debe estar preparado y adaptado a los nuevos tiempos”, dice Fernández Batanero. En su opinión, “a menudo la escuela mantiene metodología del siglo XIX con profesores del siglo XX para alumnos del siglo XXI”.

Este trabajo se enmarca dentro de la tesis doctoral realizada por la investigadora de la US Ana María Benítez Jaén, dirigida por Fernández Batanero.

Fuente: http://www.agenciasinc.es/Noticias/La-mayoria-de-alumnos-con-sindrome-de-Down-estudia-en-centros-publicos

Imagen: http://www.agenciasinc.es/var/ezwebin_site/storage/images/noticias/la-mayoria-de-alumnos-con-sindrome-de-down-estudia-en-centros-publicos/5900438-2-esl-MX/La-mayoria-de-alumnos-con-sindrome-de-Down-estudia-en-centros-publicos_image_380.jpg

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Los clubes de lectura, de moda.

Escuelas de idiomas y conservatorios se apuntan en Galicia.

Por: Selina Otero.

Los colegios se unen a la moda de los clubes de lectura. Y no solo los centros educativos. Además de centros de Infantil y Primaria e institutos, que solicitan a la Xunta ayudas para la puesta en marcha de este tipo de clubes que se organizan fuera del horario lectivo, en Galicia se apuntan también escuelas oficiales de idiomas y conservatorios. Casos como los conservatorios de A Coruña y Vigo o escuelas oficiales de idiomas entran también en las ayudas al fomento de la lectura mediante esta fórmula. ¿En qué consiste? En un grupo de alumnos, guiados por un profesor o tutor, que en el recreo, o a la hora de la comida o incluso por las tardes, se unen para comentar las lecturas que tienen entre manos. Suelen elegir las obras entre todos y la lectura de las mismas se lleva a cabo en casa. Los momentos en común, en grupo, son para reflexionar y comentar los libros, en muchos casos, en presencia del propio autor de la obra que acompaña al alumnado por un día en los colegios.

Uno de cada cuatro centros gallegos, en la última convocatoria de la Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria, recibe una ayuda para el funcionamiento de este tipo de clubes. Las cuantías, para este curso, van de 550 a 1.310 euros, que normalmente los centros utilizan para la adquisición de libros «para las actividades del club, que pasarán posteriormente a los fondos de la biblioteca escolar». Al final del año académico, en este caso con fecha límite de 10 de julio de 2017, los centros deben presentar una memoria final con las actividades realizadas.

Para el actual curso solicitaron ayudas 250 centros y las concedidas son 243: 102 centros de la provincia de A Coruña, 79 de Pontevedra, 33 de Lugo y 29 de Ourense.

En el último informe PISA el alumnado gallego de 15 años mejoró su puntuación en lectura: 10 puntos más en comprensión lectora, situándose entre las mejores comunidades autónomas en el desarrollo de esta destreza. El sector educativo lo atribuyó al trabajo de las bibliotecas de los centros escolares en la última década, con un apartado especial para los clubes de lectura.

Fuente: http://www.laopinioncoruna.es/cultura/2017/01/02/clubes-lectura-moda/1139692.html

Imagen: http://fotos02.laopinioncoruna.es/2017/01/02/328×206/club-lectura.jpg

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Informe PISA y pacto educativo

Por: Alfredo Pérez Rubalcaba

Impulsar la enseñanza entre los 0 y los 3 años, reforzar la formación permanente del profesorado o facilitar a centros y docentes la atención de la diversidad de los alumnos sería más útil que abordar grandes reformas estructurales.

 

La celebración del aniversario de nuestra Constitución ha coincidido con la publicación de los resultados de un nuevo informe PISA. Naturalmente la exuberancia numérica de los datos de la OCDE ha barrido de las portadas de los periódicos a las noticias de la posible y, para mí, deseable reforma de nuestra Carta Magna. PISA es un auténtico festival, la madre de todas las clasificaciones. Permite comparaciones infinitas: entre países, entre materias, entre comunidades autónomas. Y, una vez más, despreciando la lógica estadística más elemental, los números, que se utilizan cual si fueran los resultados del concurso de Eurovisión o de la Liga de fútbol, han permitido sentenciar si España sube, baja o se estanca, clasificar países, ordenar a nuestras comunidades autónomas. Sin reparar en muchos casos en que, tal y como el propio informe PISA se encarga de resaltar, subidas o bajadas de unos pocos puntos no son estadísticamente significativas.

Y como viene siendo habitual, en esta bacanal estadística no han faltado los responsables educativos que, intentando arrimar el ascua a su sardina, han relacionado este informe PISA a los cambios educativos impulsados por ellos, eso sí, evitando escrupulosamente aclarar que los alumnos objeto del informe que se acaba de hacer público han estudiado con las leyes educativas anteriores a la LOMCE.

En fin, lo que realmente concluye este nuevo estudio es que, puesto arriba puesto abajo, nuestro país sigue ahí, en el que podríamos llamar el “pelotón de la OCDE”, que como siempre encabeza Finlandia. Estamos ahí, en el centro de ese pelotón, por debajo del que forman los países asiáticos y por encima de aquél en el que se integran la mayoría de los países iberoamericanos. Junto a países como Francia, Suecia, Italia o Estados Unidos, por poner algunos ejemplos. Con pequeñas oscilaciones, entre las cuales quizá la más relevante sea la mejora en la comprensión lectora (35 puntos desde 2006), estamos donde estábamos desde el primer informe PISA en el año 2000. Sin que los avatares de nuestro sistema educativo hayan introducido modificaciones significativas en nuestras calificaciones, por ejemplo, la incorporación, fundamentalmente en la escuela pública, de un porcentaje relevante de hijos de inmigrantes ya comenzada su escolarización; una integración compleja desde el punto de vista educativo.

Nuestro país sigue más o menos donde estaba: en el centro del “pelotón de la OCDE”

Las críticas hacia los informes PISA han ido extendiéndose en los últimos tiempos. Objeciones que tienen una base conceptual, pero que también se refieren a la propia metodología utilizada para hacerlos, y, sobre todo, a la abusiva y acientífica utilización que de sus datos se viene haciendo, una vez publicados. Pese a ello, como toda evaluación de diagnóstico del sistema educativo —no confundir con reválidas—, el informe permite extraer algunas conclusiones útiles. Desde luego, para un país como España, que va a buscar en los próximos meses un pacto educativo. O por ser más preciso, un nuevo pacto que esta vez incluya al PP, que es el único partido que no ha estado en ninguno de los que el resto de las formaciones políticas ha alcanzado en nuestra historia reciente.

Una de estas conclusiones merece ser destacada porque, además, aparece reiteradamente en todos los informes PISA: la diferencia de resultados entre nuestras comunidades autónomas. Que divide nuestro mapa educativo aunque no exactamente como se ha escrito, un norte y un sur, porque entre las comunidades con resultados por debajo de la media aparecen Baleares, Murcia y, por primera vez en este último informe PISA, el País Vasco. Como acabo de apuntar, no es una novedad en los datos de la OCDE. Se viene reproduciendo desde el primer informe en el que participaron nuestras comunidades. Ni es exclusivo de nuestro país. De hecho, hay países como Italia en los que esas diferencias territoriales son más importantes. Esta disparidad se reproduce también en otros indicadores como, por ejemplo, el denominado abandono escolar temprano, que se utiliza profusamente en nuestros medios de comunicación y que establece una clasificación entre nuestras comunidades muy similar. Por cierto, ese abandono temprano viene descendiendo de forma sistemática desde que comenzó la crisis económica. La razón principal, no la única, es fácil de comprender: desaparecida con el fin de la burbuja inmobiliaria la oferta laboral abundante, auténtica “atracción fatal” para muchos jóvenes españoles al cumplir los 16 años, el porcentaje de jóvenes que continúa estudiando después de esa edad ha ido creciendo en España, lo que nos ha permitido corregir poco a poco nuestras alarmantes tasas de abandono, cuyo origen era más laboral que educativo.

Con idéntica legislación básica, los resultados en las distintas Comunidades Autónomas son diferentes

En definitiva, en este informe PISA aparecen comunidades autónomas con resultados que les sitúan en cabeza de lo que he denominado “pelotón OCDE”, mientras que otras están en la cola. Con las mismas leyes estatales y, por tanto, idéntica ordenación del sistema educativo: la establecida por la LOGSE, que no se modificó en lo sustantivo en la LOE. Y eso es lo relevante: con idéntica legislación básica los resultados en las distintas comunidades son muy distintos. En todos los informes PISA realizados. Los propios expertos de la OCDE se adentran en la explicación de estas diferencias, y apuntan a variables como la historia educativa de cada región, más concretamente, a la formación de los progenitores; o al nivel de desarrollo y la estructura socioeconómica, a los que ya he hecho referencia. Conclusión: a lo mejor nuestros problemas educativos no deben abordarse con grandes reformas estructurales y sus correspondientes modificaciones legislativas, léase de la ordenación académica, sino con medidas de “ingeniería educativa fragmentaria”, por recurrir a Karl Popper. Impulsando la educación entre los cero y los tres años, poniendo en marcha un MIR educativo y reforzando la formación permanente del profesorado o facilitando a centros y docentes la atención de la diversidad de los alumnos, por ejemplo.

Los cambios educativos son lentos. Entre otras cosas porque, según acabo de apuntar, en ellos influyen factores que, como la formación del conjunto de la población, son muy difíciles de alterar. Por eso no es de extrañar que los sucesivos informes PISA, también el que conocimos ayer, reflejen una situación relativa de los sistemas educativos del mundo con pocas variaciones, y en la que España nunca ha salido mal parada. Ni muchísimo menos. Necesitamos mejorar, sin duda, y quizá esta legislatura nos permita sentar las bases para hacerlo. Pero el punto de partida no es malo. La desaparición de las reválidas de la LOMCE, y la unificación de los títulos al final de la educación de la secundaria obligatoria, que el Gobierno no ha tenido más remedio que admitir, allanan el camino hacia un pacto educativo en España. Un gran pacto que, como he dicho, en varias ocasiones, tiene que partir de un diagnóstico compartido. Para ello, puede servir de ayuda una lectura sosegada y correcta de este informe PISA.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/12/07/opinion/1481135502_976416.html

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