Saltar al contenido principal
Page 1 of 2
1 2

Para experta finlandesa en calidad educativa, “la academia no puede estar separada del mundo del trabajo”

Emilia Ahvenjärvi es el puente entre la educación finlandesa y la latinoamericana; su trabajo buscará impulsar alianzas entre los distintos países.

Emilia Ahvenjärvi llegó a América Latina desde Finlandia; la experta en calidad educativa es representante en la región de Team Finland Knowledge, una red del país europeo que propone hacer alianzas con el extranjero sobre temas relacionados a la educación superior y la investigación. Es magíster en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y profesora de Ciencias Sociales, llegó a fines de 2018 y está haciendo un diagnóstico de los países latinoamericanos en los que hay embajada finlandesa, al tiempo que se reúne con las autoridades de cada país y se familiariza con los modelos educativos. En su paso por Montevideo conversó con la diaria sobre su rol como puente entre un continente y otro, las características del modelo educativo finlandés que se pueden aplicar en la región y las posibilidades de intercambio para investigadores de todos los niveles.

En particular comentó sobre Uruguay que está conversando con la Agencia Nacional de Investigación e Innovación y la Universidad de la República para dar a conocer posibilidades de estudio en Finlandia. Asimismo, junto con la embajada uruguaya en el país europeo trabajan con una red de estudiantes uruguayos en Finlandia. Además, señaló que la Administración Nacional de Educación Pública y la Agencia Nacional de Educación de Finlandia tienen un acuerdo de colaboración, en cuyo marco se llevan a cabo actividades de intercambio dirigidas a docentes, estudiantes e investigadores de posgrado.

Tu trabajo gira en torno a la calidad educativa. ¿Cuáles son los puntos claves para lograr una buena calidad educativa?

A nivel país es muy importante el elemento de igualdad de oportunidades. Es muy difícil tener un sistema educativo de calidad si no existen posibilidades equitativas de llegar a una buena enseñanza; si la segregación es muy elevada, eso normalmente lleva a una situación en la que unos estudiantes acuden a centros que tienen peor nivel, mientras que otros concurren a centros de enseñanza de mejor nivel. Eso no puede pasar. Por otro lado, la formación de todos los que trabajan en la comunidad escolar es crucial. Es necesario que todas esas personas sepan de lo que están hablando para que no las manden los directores, sino que realmente cuenten con la formación necesaria para influir en su trabajo. Un tercer punto relevante es el entorno de aprendizaje; vivimos en una sociedad cada vez más tecnologizada, y eso tiene que verse en el entorno. Entiendo que Uruguay en este sentido está bastante avanzado en virtud del Plan Ceibal.

Parte de tu trabajo en la región es la unión de educación e investigación. ¿Cuáles son tus primeras impresiones sobre el tema en la región?

En Finlandia tenemos claro que ninguna de las dos cosas puede existir sin la otra; son un conjunto, una simbiosis en la que las dos partes se necesitan. La enseñanza que se ofrece en las universidades siempre se basa en la actividad de investigación. Desde mi punto de vista, una formación universitaria, basada en la investigación, es un requisito sine qua non para que haya calidad en la formación docente. Tampoco se trata de ir al otro extremo, en el que sólo se estudien teorías. Siempre la formación docente tiene que tener una vertiente importante de práctica, para que esa persona que se está formando pueda aplicar diferentes teorías a diferentes situaciones de aprendizaje.

Finlandia es un país con muchos más recursos que los latinoamericanos. ¿Cómo se pueden trasladar a Uruguay las experiencias finlandesas, que tienen su costo y estructura pensadas para ese país?

Es importante recordar que Finlandia no fue siempre un país del primer mundo, sino que hemos subido, hemos creado todo ese bienestar después de la Segunda Guerra Mundial. Allí hubo una decisión como país de invertir en educación en todos los niveles y tener mucho aprecio a la actividad de investigación, sabiendo que no están separadas, y que ambas hacen al desarrollo del país. Creo que antes de llegar a los recursos hay que tomar una decisión y tener la convicción de que esa vía puede aportar al bienestar del país. Los mejores especialistas para el desarrollo educacional de este país están acá; nosotros podemos aportar nuestra experiencia y conocimientos, pero nunca vamos a estar en el rol de decir lo que tendrían que hacer los gobiernos, porque cada país tiene sus estructuras y desafíos. Pienso que es un tema que hay que afrontar con humildad, no desde una posición en la que Finlandia sabe lo que Uruguay necesita.

Una de las claves del éxito finlandés es la confianza de la sociedad en el docente y en el sistema educativo. En Uruguay hay un control más importante del docente. ¿Creés que sería un buen camino empezar a darles más libertad a los docentes?

Sí y no. Esa confianza se basa también en la alta formación de los docentes, una formación universitaria, que llega obligatoriamente hasta el nivel de maestría. Esos docentes han dado una muestra bastante exigente de investigación, saben lo que son las teorías de su área, cómo se aplican a la enseñanza; durante su formación han implementando las teorías en diferentes situaciones de aprendizaje. Es importante que confiemos más en los docentes, sin duda, pero esto tiene que ir acompañado de unos medios o instrumentos para que puedan hacer mejor su labor. Porque si una persona no tiene la formación para actuar de manera independiente, probablemente esa libertad de toma de decisiones puede ser más agobiante que productiva.

El sistema educativo finlandés los ha puesto en los primeros puestos de muchos rankigs internacionales, pero en los últimos años han bajado el desempeño. ¿A qué atribuís esa baja?

La bajada puede tener que ver con que otros países suben y se dedican más a conseguir buenos resultados. Pero, por otra parte, en Finlandia hay unas tendencias que nos han preocupado y que también se ven reflejadas en las pruebas. Una de ellas tiene que ver con la falta de lectura de los jóvenes, en un mundo digitalizado que está cambiando la forma en que los jóvenes aprenden. Aún no tenemos una combinación que funcione bien para insertar en el aprendizaje todas las redes sociales y los medios digitales. Nos enfocamos en el alfabetismo múltiple, pero aun así falta intensidad y práctica, porque nuestros jóvenes no están tan interesados en leer como antes. Aquí se ve una brecha de género muy importante: nuestros varones leen mucho menos que las mujeres, y, de hecho, si las pruebas finlandesas las dieran sólo mujeres seguiríamos en el top.

En Finlandia el mundo del trabajo está muy unido con la educación. ¿Ves en esa unión un camino a seguir para América Latina?

Es muy importante que toda la formación tenga un reflejo y una implicación en el mundo laboral. Lo que necesita el mundo del trabajo es crucial; la academia no puede estar separada de lo que está pasando en ese ámbito. En Finlandia la manera de que estas dos partes estén en una sinergia es que gran parte de la formación se realiza en las empresas, también combinando la teoría con la práctica. Dentro de las empresas hay personas formadas para ser instructores de trabajo para los estudiantes y también para la labor de evaluación. En cuanto a la región hay mucha diferencia entre los distintos países, pero algo que es general a todos es que se han enfocado muy poco en la formación de los trabajadores, y eso afecta mucho la productividad de los países. La formación se ha visto como algo que dirige a una carrera académica y no se le ha visto el valor a formar bien a personas que hacen trabajos prácticos, algo que es crucial en la sociedad, para que ellos puedan ser autónomos dentro de su rol profesional.

Una de las críticas que surgen cuando se habla de unir el mundo del trabajo con la educación es el riesgo de la mercantilización de la educación. ¿Cuál es la postura finlandesa ante esto?

Nosotros pensamos que la función del sistema educativo es asegurar que todos y cada uno de nuestros ciudadanos puedan ser útiles para nuestro país y aportar desde su labor. Esto es muy importante desde todos los puntos de vista relacionados con la economía y con el bienestar de la población. La enseñanza básica ofrece conocimientos del mundo en general, y también capacidad de pensamiento y reflexión; la persona formada en un rol técnico de nivel medio podrá trabajar en su sector, y esa formación ya es suficiente. Además, tenemos una red de bibliotecas municipales en todo el país, tenemos escuelas de pueblo en las que todas las personas, por un costo muy bajo, pueden hacer cursos. No creo que sea función de la academia y del gobierno obligar a que todas las personas estudien hasta un nivel superior o estar muy académicamente inclinados. Obvio que es importante que todos tengan la enseñanza obligatoria y que tengan también una titulación de nivel medio, pero no está mal que continúen su formación en el mundo laboral.

La educación basada en el juego

En Finlandia, Emilia Ahvenjärvi se desempeñó también en el campo de la innovación educativa. Uno de los proyectos en los que participó fue en la aplicación de resultados de investigaciones sobre aprendizaje basado en el juego. “Me dediqué a pensar, junto con los investigadores, en procesos de innovación, pensando posibilidades de productos o servicios de tecnologías de la educación basados en el juego”, detalló, y resaltó: “Lo interesante en estas investigaciones es ver lo activos que pueden ser los alumnos en sus propios procesos de aprendizaje cuando integran los elementos de juego y de diversión”.

La especialista europea explicó que el aprendizaje basado en el juego integra elementos cruciales para el alto rendimiento. Desde el punto de vista docente, “el rol del profesor es el de una guía de aprendizaje: no se para como la fuente de información”. El alumno, por su parte, “tiene un rol activo en el proceso, tanto en diseñar lo que va a aprender como en desarrollarlo y evaluarlo”. Además, al aplicar esta teoría “se integra el trabajo en equipo, el procesar la información con compañeros y también evaluarse entre compañeros”.

El aprendizaje basado en el juego apuesta a que el niño aprenda mediante sus emociones. “Esta teoría defiende que el aprendizaje es efectivo cuando llega de muchas maneras diferentes, a través de nuestras emociones, de nuestro cuerpo, de nuestra comprensión”, comentó Ahvenjärvi. Agregó que “aunque esté más generalizado y desarrollado en el nivel inicial, es muy importante también en los niveles posteriores, e incluso para los adultos es una manera muy buena de aprender, quizá con otro nombre, como ‘pedagogía de simulación’, pero con los mismos principios”.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2019/4/para-experta-finlandesa-en-calidad-educativa-la-academia-no-puede-estar-separada-del-mundo-del-trabajo/
Comparte este contenido:

Finlandia busca mejorar su educación a la interna mientras la exporta al resto del mundo

Europa/Finlandia/

4.000 personas debatieron sobre un sistema educativo basado en la confianza.

Hace dos años pusieron en marcha el último rediseño de la currícula en todos los niveles educativos y ya comenzaron a trabajar en la que se aplicará recién en 2026. Los finlandeses buscan estar un paso adelante. Con una extrema puntualidad empezaron a diseñar los próximos cambios a medida que evalúan los últimos; esa metodología de reinventarse es lo que llevó a Finlandia a los primeros puestos en muchos rankings, aseguran.

Dare to Learn es un evento diseñado por una organización de estudiantes jóvenes, sin fines de lucro, que busca conectar personas de las más distintas áreas para que puedan conversar sobre educación. Con una dinámica distinta a otros congresos, se proponen, desde al año pasado, crear un ambiente dinámico que invite a la reflexión sobre la sociedad en general y la educación en particular. Durante una semana Helsinki se convierte en la capital mundial de la educación: investigadores, docentes de todos los niveles, directivos, emprendedores, empresarios, políticos –y un poco de prensa internacional– se mezclan en talleres con diferentes temáticas buscando generar nuevas respuestas a viejas preguntas. Invitada por la Embajada de Finlandia en Uruguay, la diaria cruzó el océano para asistir a los debates. ¿Cómo diseñar acuerdos sobre educación duraderos?, ¿cómo incentivar el aprendizaje?, ¿cómo confirmar la intuición en la práctica docente? fueron algunas de las consignas de la jornada del martes.

Una de las oradoras iniciales del evento fue la ministra de Educación y Cultura finlandesa, Sanni Grahn-Laasonen, quién aseguró que el “secreto” del sistema finlandés es el alto nivel educativo que tienen los docentes –a todos se les exige un nivel de maestría para dar clase– y su rol independiente, ya que no son evaluados ni inspeccionados: “Está basado en la confianza que tenemos en ellos y eso nos ha dado resultados; pueden hacer su trabajo como quieran, eligen los materiales y las formas en que van a desarrollar los contenidos, confiamos plenamente en que son profesionales capaces y no debemos ir tras ellos todo el tiempo”, comentó a la prensa.

Desde la reforma del sistema de educación en 1968 –que implicó un arduo debate parlamentario– Finlandia ha renovado completamente su currícula de educación cada diez años, aproximadamente. Para hacerlo arrancan con tiempo: hay un año de aplicación de la reforma durante el cual los profesores deben ir a cursos y prepararse, y al siguiente ya comienzan las primeras evaluaciones. El principal cambio que se dio en 2016 fue la intervención a nivel local: el programa general es mandatado por la Agencia Nacional de Educación junto con el ministerio; luego cada municipalidad debe adaptarlo a las necesidades y costumbres locales; después, cada equipo de dirección debe ajustarlo a las particularidades de su institución, y finalmente el docente debe elaborar una nueva adaptación teniendo en cuenta a sus alumnos. Además, el presupuesto es designado de forma general por la Agencia, pero luego es el gobierno local el que decide cuánto se le otorgará a cada escuela, teniendo en cuenta su ubicación y las características del alumnado.

A pesar de los buenos resultados que mantiene el país en términos generales (es el primero en el ranking de países más felices, el segundo en capital humano mejor preparado, el tercer país menos corrupto), hay algo que preocupa a las autoridades: el ranking PISA. Durante la primera década de este siglo, Finlandia se mantuvo entre los diez primeros puestos de esta lista que compara el desempeño en matemática, lectura y ciencias de los alumnos de enseñanza media de 72 países. Sin embargo, en las últimas pruebas ha fluctuado en su ubicación; para la ministra el dato es preocupante e invitó a pensar estrategias para mejorar de cara al futuro: “Estamos enfocándonos en la motivación, vemos que hay un vínculo muy fuerte entre motivación y los resultados. Necesitamos que la educación sea más divertida, que los estudiantes vean por qué es importante hacerlo y que no lo vean como un deber”.

Por otro lado, el ex decano de la Facultad de Educación de la Universidad de Helsinki, Patrik Scheinin, comentó los últimos resultados a la baja y opinó que antes de apuntar a la motivación hay que tener más evidencia científica: “Deberíamos hacer mucha más investigación sobre si esa es la clave. La motivación es necesaria, sin dudas, pero los niños a veces se motivan con juegos y con sólo dárselos no están aprendiendo nada nuevo; habría que ver cómo se utilizan las herramientas para la motivación”.

La educación como industria

Además de los expositores y las dinámicas de talleres, Dare to Learn se usa para vender. Los buenos resultados de los últimos años en pruebas mundiales colocaron a Finlandia como un ejemplo a seguir para el resto de los países, sobre todos aquellos que tienen características similares, y los empresarios no dejaron escapar ese detalle. Un nicho empezó a gestarse entre los emprendedores nórdicos que vieron en la educación una oportunidad de desarrollar su negocio. De hecho, el área de exportación de servicios educativos creció 15% sólo el año pasado.

En los corredores del evento hay varios stands de las distintas compañías que ofrecen sus productos a los interesados. El público objetivo son los directores de las escuelas que cuentan con la libertad de comprar cualquier programa que les parezca necesario para su institución, aunque también buscan extranjeros que hayan llegado a Finlandia. El producto estrella son los programas que ayudan a adaptar el modelo finlandés a las necesidades particulares de cada país, ofrecen asesoría para directores, cursos para profesores, materiales para los alumnos y la remodelación del espacio de aula, todo a medida del consumidor. Luego de instalado el sistema, cada institución debe pagar alrededor de 40.000 euros al año para mantener la licencia.

Otros productos a la venta son los que ayudan al docente en su tarea diaria. Videojuegos diseñados para que niños disléxicos puedan mantener el ritmo, libros que enseñan idiomas, meriendas saludables para trabajar la economía doméstica, programas para enseñar emprendedurismo y clubes digitales que invitan a los alumnos a interesarse por la ciencia. Prácticamente todo lo que el docente podría usar se vende, siempre testeado antes en las aulas finlandesas.

El rol del ministerio en la industria de la educación se limita a asesorar e incentivar la creación de estas compañías. Hasta 2017, Jouni Kangasniemi era el encargado del ministerio en trabajar con estas empresas y evaluarlas para que “no hagan algo que termine siendo dañino al sistema educativo”. En diálogo con la diaria, aseguró que “depende de ellos mantener la calidad de los productos para que las escuelas los elijan, de otra forma nadie los usaría”. En sus palabras, el ministerio se limita a promover la innovación y la cooperación entre las empresas y las escuelas: “Creo que está funcionando perfectamente, porque los docentes pueden elegir las herramientas que creen que van a ser mejores para su clase. No es una decisión impuesta por el ministerio para todos. El ministerio hace recomendaciones y consejos”, señaló.

Desde el año pasado los ministerios de Educación y Trabajo crearon el programa Education Finland, que respalda a los proveedores de educación en sus negocios internacionales. El director del programa, Lauri Tuomi, comentó a la diaria: “La industria viene creciendo muy bien, alrededor de 20% en promedio. Operamos en varias zonas del mundo y Latinoamérica es muy importante para nosotros porque hemos encontrado la forma de colaborar y apoyar a esos países en el desarrollo educativo, hay muchos institutos en esa zona que están interesados. Usualmente las colaboraciones comienzan con institutos privados, pero tenemos contacto con los gobiernos y ministerios de diferentes países para ver cómo podemos ayudarlos”.

Descubriendo la pólvora

Uno de los temas de conversación más frecuentes en el evento fue la importancia de la primera infancia. En Finlandia hay un solo año de educación inicial, al que los niños ingresan cuando cumplen seis años; entre los siete y 16 años cursan lo que llaman escuela primaria, después pueden elegir entre seguir un bachillerato o ir a una escuela de vocación, que sería el equivalente a la UTU uruguaya. La educación en primera infancia no es obligatoria y por lo tanto tampoco es gratuita, aunque sí existen jardines de infantes públicos que cobran lo mismo que los privados, unos 250 euros al mes, un precio muy bajo para el promedio europeo. Desde la última reforma están intentando extender la educación en primera infancia y generar oportunidades para que todos los niños desarrollen sus primeros años en un ambiente educativo apropiado, que potencie sus capacidades, con docentes especializados en el tema que cuenten con un máster en Primera Infancia.

Las compañías que más han crecido en los últimos años son aquellas que venden productos para esta franja etaria, porque también han aumentado los jardines de infantes. Por extensa que sea la licencia maternal y paternal en Finlandia, no dura siete años, y los padres deciden mandar a sus hijos a la escuela cuando se van a trabajar. Los resultados de las últimas investigaciones de la Universidad de Helsinki –y del resto del mundo– demuestran la importancia del desarrollo cognitivo de calidad en los primeros años de vida del niño; en ese sentido, Finlandia está dando marcha atrás con su idea de que la educación debe comenzar en el hogar y empieza a ver la posibilidad de incluir a la primera infancia en la siguiente reforma.

Dare to Learn en cifras | 4.000 participantes; 50 nacionalidades; 84 talleres; 19 conferencias.

Principales características del sistema finlandés

• Currícula flexible • Docentes con títulos de posgrado • Autonomía de los directivos y los docentes • Educación primaria y media exclusivamente pública • Presupuestos asignados de acuerdo a necesidades específicas • Educación inclusiva • 5,7% del PIB para la educación (de un presupuesto cuatro veces mayor al uruguayo)

Leticia Castro, desde Helsinki, Finlandia

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2018/9/finlandia-busca-mejorar-su-educacion-a-la-interna-mientras-la-exporta-al-resto-del-mundo/

Comparte este contenido:

Olli-Pekka Heinonen, director del Consejo de Educación finlandés «En Finlandia hoy es más difícil estudiar para maestro que para abogado»

Por Ricardo Braginski

Hace años que ese país obtiene buenos resultados educativos. Tienen un modelo muy distinto al de la mayoría de los países. El responsable de aplicarlo cuenta cuáles son las claves. Olli-Pekka Heinonen dirige el Consejo de Educación de Finlandia, el organismo responsable de implementar las políticas educativas en ese país. Está en Buenos Aires participando de un seminario asociado al Grupo de Trabajo de Educación del G20 y se hizo un tiempo para hablar con Clarín.

– ¿Cuál es la clave del éxito de la educación en Finlandia?

– Le voy a decir lo que hemos hecho bien. Tenemos docentes muy calificados, con formación universitaria y con conocimiento acerca de la actividad docente. También tenemos una comunidad que apoya a las escuelas y a los maestros con una actitud muy positiva.

Entrevista con el director del Consejo de Educación de Finlandia Olli Pekka Heinonen. Foto German Garcia Adrasti

Entrevista con el director del Consejo de Educación de Finlandia Olli Pekka Heinonen. Foto German Garcia Adrasti

– ¿Cómo se forman y se selecciona a los maestros?

– Ellos tienen que aprobar una carrera en la universidad que dura 3 años. Y tienen un período en el que van a las escuelas a hacer una suerte de entrenamiento. La principal selección está a la hora de entrar a la universidad. Les toman un examen en el que miden distintas cosas, desde actitud hasta conocimientos generales y competencias socioemocionales. Muchos jóvenes quieren ingresar a la carrera, pero solo ingresa entre el 10 y el 15 por ciento de los que aplican. En Finlandia hoy es más difícil estudiar para ser maestro que para ser abogado.

Mirá también

Con la paritaria estancada, Vidal les pagó a los docentes un anticipo del 5%

– ¿Y luego son bien pagos?

– Si le preguntás a los maestros en Finlandia te van a decir que no. Pero si lo comparamos con otros maestros de escuelas primarias a nivel internacional están dentro del promedio. Así que no podemos decir que están muy bien pagos, la gente no quiere ser maestros por el salario. Cuando les preguntamos por qué eligen la profesión casi todos dan la misma respuesta: es porque estamos a cargo de nuestro propio trabajo y desarrollo personal. Disfrutan de esa autonomía y las posibilidades que les da.

– ¿Esa autonomía es absoluta? ¿Pueden hacer lo que quieren dentro de sus aulas?

– Nosotros tenemos una currícula nacional que marca los objetivos que los chicos deben conocer cuando terminan sus clases. Ahora, cómo se llega a eso es enteramente responsabilidad del maestro. También, qué clase de textos o materiales usan es entera decisión del maestro. Y si deciden no usar ningún libro, y optan por otra estrategia pedagógica también pueden hacerlo.

Entrevista con el director del Consejo de Educación de Finlandia Olli Pekka Heinonen. Foto German Garcia Adrasti

– ¿Cómo evalúan a los chicos?

– Nosotros tenemos una descripción de lo que los chicos tienen que dominar para poder pasar de grado. Queda en manos del maestro evaluar esos requerimientos. En Finlandia la evaluación es algo que sucede todo el tiempo, tiene que ver con la relación que establecen los maestros con los alumnos. También hay una autoevaluación de los chicos, lo que les genera una responsabilidad sobre sus propios aprendizajes.

Mirá también

Sólo se recibe el 60% de los chicos que entran a la escuela secundaria

– ¿Es cierto que las clases duran cuatro horas y no tienen tareas?

– En una comparación internacional las escuelas en Finlandia son muy cortas. Sobre todo en la escuela primaria. No puedo decir cuántas horas exactamente se quedan los chicos en las escuelas porque eso depende del grado al que van y eso va aumentando año tras año. Pero en una comparación internacional tenemos menos horas. Tareas hay, pero no tanto como en otros países. Cada maestro evalúa qué cantidad de tarea necesita.

– ¿Cuáles son las razones de que haya menos horas de clase y menos tareas en términos internacionales?

– Es una buena pregunta. Pienso que en muchos países donde hay muchas tareas son sistemas que se basan mucho en los exámenes y los chicos tienen que estudiar para esos exámenes. Pero en Finlandia no los tenemos y entonces la atmósfera escolar es más relajada. Nosotros sabemos que la motivación por aprender es muy importante, así como que los chicos disfruten de aprender. Esto no significa que no haya requerimientos, pero se busca que la atmósfera esté preparada para conseguir esos requerimientos.

Entrevista con el director del Consejo de Educación de Finlandia Olli Pekka Heinonen. Foto German Garcia Adrasti

Entrevista con el director del Consejo de Educación de Finlandia Olli Pekka Heinonen. Foto German Garcia Adrasti

– La educación de Finlandia es conocida por sus niveles de igualdad. ¿Cómo lo logran?

– La principal razón de nuevo son los docentes. Todos están bien formados y tienen similares formaciones. Y cada uno es responsable de lo que pasa en sus aulas. Esto hace que no se vean muchas diferencias entre las distintas escuelas.

– Pero las diferencias muchas veces tienen que ver con el capital cultural de las familias de donde vienen los chicos…

– Por supuesto que nosotros también tenemos distintas áreas. Pero en Finlandia las escuelas, que son prácticamente todas públicas, no compiten unas contra otras. Además, el gobierno aplica un criterio de financiamiento de discriminación positiva: las escuelas que tienen más dificultades y problemas reciben más dinero. Esto es algo bastante nuevo, de hace 4 o 5 años.

Escuela primaria en Helsinki, Finlandia. Archivo

Escuela primaria en Helsinki, Finlandia. Archivo

– ¿Cuál es la relación con los gremios docentes? ¿Piden participar de la formulación de políticas educativas?

– Nosotros tenemos en Finlandia solo un gremio docente, que es muy fuerte. Tenemos mesas de negociación con todas las partes involucradas en la educación, en la cual ellos participan. Y cuando se plantean situaciones a resolver relacionadas con la educación normalmente estamos del mismo lado. Así que no existe confrontación. Por supuesto a veces hay diferentes puntos de vista, sobre todo con respecto al uso de los recursos.

Mirá también

Santa Cruz y Tierra del Fuego son las provincias donde más ganan los docentes: el ranking completo

– ¿Y con los salarios?

– Con los salarios hay otro sistema, eso se discute a nivel de las municipalidades. Ahí se negocian los salarios. Las autoridades educativas no cumplen ningún rol en la discusión salarial.

– ¿Hay huelgas docentes?

– Ocurre raramente. Algo así como una vez cada 15 años.

Entrevista con el director del Consejo de Educación de Finlandia Olli Pekka Heinonen. Foto German Garcia Adrasti

Entrevista con el director del Consejo de Educación de Finlandia Olli Pekka Heinonen. Foto German Garcia Adrasti

– ¿Cómo está organizada la escuela secundaria?

– Tenemos dos tipos de secundaria. Una general y otra orientada al trabajo. Las dos son igualmente populares: cincuenta y cincuenta. Por lo cual hay una situación equilibrada. Las materias son las tradicionales pero lo que estamos haciendo cada vez más, también en la escuela primaria, es contenido transversal, competencias que atraviesan distintas materias. Esto significa que los maestros de las distintas materias tienen que cooperar para que esto tenga éxito. Esto lo empezamos a implementar en 2016, así que estamos en el segundo año. Es algo nuevo para los maestros trabajar en forma más cercana con el otro, con este enfoque transversal.

– ¿Por qué no es obligatoria la escuela secundaria?

– Si bien no es obligatoria, la mayoría de los jóvenes van a la escuela secundaria. Y nuestro sistema educativo tiene la obligación de garantizar que todo el mundo que quiera tenga un lugar. Los jóvenes tienen el derecho a estudiar pero la escuela no es obligatoria.

– Pero, ¿por qué?

– Hay una tradición en Finlandia, de que los padres puedan elegir enseñarles ellos mismos a sus hijos en sus casas. Pero hay que decir que es extremadamente raro que esto suceda. La mayoría de los jóvenes van a la secundaria.

– ¿Cree que se puede aplicar algunos aspectos del modelo finlandés en la Argentina?

– No creo que se pueda tomar el sistema de una cultura y llevarlo a otra. No es como una receta de cocina que hay que seguir paso por paso. El sistema educativo está muy relacionado con la cultura de cada país. Tienen sus propias características, y yo nunca voy a ir a un país a decir qué es lo que hay que hacer.

Fuente: https://www.clarin.com/sociedad/finlandia-hoy-dificil-estudiar-maestro-abogado_0_SkvYQ86sz.html

Comparte este contenido:

Lecciones de Finlandia para volverse una potencia educativa

Europa/Finlandia/27 Mayo 2017/Fuente: Forbes

El país europeo ocupa el quinto lugar dentro del programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (Pisa). En los criterios de enseñanza y sueldos competitivos de los profesores reside parte del éxito académico de su población.

En Finlandia no existe la mejor o peor escuela, el país presume tener el mismo estándar de calidad para sus estudiantes y de contar con uno de los mejores sistemas educativos en el mundo, por encima de Canadá, Corea y China Continental.

Marianne Huusko, embajadora para la Educación en Finlandia, explicó que las claves para contar con uno de los mejores sistemas en el planeta es el acceso a educación general básica, enseñanza gratuita hasta la universidad y flexibilidad de estudio, donde cada estudiante puede solicitar su ingreso y ser admitido en cualquier escuela secundaria, sin importar el colegio donde haya cursado la primaria.

Además, “creer en los maestros” y ver a la docencia como una profesión respetable son características propias de Finlandia, al tiempo de que cada profesor enseña a 20 alumnos y cuenta con un sueldo competitivo, dijo Huusko.

Un maestro de Primaria con experiencia en Finlandia gana 39,445 dólares al año, mientras que el promedio es de 39,024 dólares. El sueldo de un docente mexicano es 20,296 dólares, 94% menos que en el país europeo, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Finlandia, con poco más de 5 millones de habitantes, ocupa el quinto lugar dentro del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (Pisa), con 531 puntos, por arriba de la media en el mundo (493 puntos) y solo por debajo de Singapur, Japón, Estonia y China Taipéi, según datos al 2015. México se situó en el lugar 58, con 416 puntos.

Pisa es un programa realizado por la OCDE, que en 2015 evaluó a aproximadamente 540,000 alumnos de 15 años en 72 países y economías participantes, enfocándose en las materias escolares básicas de ciencia, lectura y matemáticas.

“La administración del sistema educativo se encuentra descentralizado en los municipios, pero los planes de cada escuela siguen directivas formuladas a nivel nacional. Así, se garantiza la educación de alto nivel tanto en las ciudades como en el campo”, agrega Sonja Kosunen, ex asistente parlamentaria del Ministerio de Educación, en el libro “100 innovaciones sociales de Finlandia”.

Finlandia es el único país en el que las mujeres tienen mayores probabilidades que los hombres de alcanzar un nivel excelente en sus estudios, según la OCDE.

“No hay examen nacional de calificación para el nivel secundario, sino también los maestros siguen criterios de evaluación definidas a nivel nacional. El proceso y los criterios de admisión a nivel secundario son transparentes e independientes el centro escolar donde el alumno haya estudiado su primaria, ya que los criterios son uniformes y explícitos en todo el país”, agrega Kosunen.

Los alumnos ingresan a la secundaria por sus notas de calificación de la primaria.

Por otra parte, un alumno de educación universitaria puede recibir alrededor de 811 euros mensuales de subsidio para los estudios, de los cuales 259 euros es dinero adicional para la vivienda, el mismo monto para estudios y el resto es préstamo para estudios.

“El subsidio no se puede recibir en caso de que el avance de los estudios no sea suficiente y no es otorgado en caso de que la persona tenga suficientes ingresos. El subsidio es considerado como apoyo principal para financiar los estudios y no como ingreso sustituto, además de los otros ingresos”, se lee en dicho libro.

El país destina 2% de su producto interno bruto (PIB) para el subsidio a estudios.

Fuente: https://www.forbes.com.mx/las-claves-potencia-educativa-finlandia/

Comparte este contenido:

Finlandia, a años luz.

¿Por qué son mejores? No es que los niños nórdicos sean más inteligentes, sino que la educación se adecúa a sus intereses y la enseñanza es personalizada.

Por: Ignacio A Castillo.

Finlandia sigue siendo el referente educativo europeo, el sistema que mantiene su liderazgo y conserva su destacada posición en el informe PISA entre Corea, Singapur y otros países asiáticos emergentes. ¿Qué tiene Finlandia para ser el modelo a seguir? ¿Son los niños ?finlandeses más inteligentes que los españoles? Descartada la explicación genética, sólo queda pensar que el secreto se encuentra en el valor que el país nórdico concede a la educación y el prestigio social que tienen allí los docentes. Un patrón asentado en diferencias culturales y sociológicas que no podría reproducirse en España y que sitúan al país finés a años luz.

Los ?finlandeses consideran que su bienestar como país se basa en la educación de sus hijos. Es una nación pequeña, de menos de cinco millones de habitantes, y sin recursos naturales. Por este motivo, el principal tesoro son sus niños y los ponen en manos de los mejores profesionales. Los mejores docentes están en los primeros años de enseñanza, donde se aprenden los fundamentos de todos los posteriores aprendizajes. Y he aquí donde se puede encontrar la primera de las grandes diferencias con España, más allá del presupuesto dedicado a la educación: en el reconocimiento social de la función docente.

Ángel Pérez, catedrático de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Málaga, explica que el maestro está tan bien reconocido socialmente y tiene una dignidad similar al médico, al abogado o al arquitecto. «Nuestra cultura social dice que el que vale, vale y si no a Magisterio y así no se llega a ningún lado», se lamenta.

Pérez asegura que la clave del éxito de cualquier sistema educativo moderno reside en el docente, «que no solo transmite conocimientos, sino que provoca el aprendizaje y para ello organiza todas las variables del contexto, del escenario, del programa, del currículo y de los métodos». Porque la finalidad y el propósito es acompañar, orientar y estimular a cada niño.

Aquí otro factor diferenciador: la enseñanza se adecua a los intereses de cada alumno y es muy personalizada. «Aquí la enseñanza es de talla única: igual para todos. Los mismos ritmos, los mismos libros, las mismas formas de evaluación…», sostiene el catedrático. En Finlandia, además, se pretende que el niño en clase desarrolle su capacidad de pensar, relacionar, comparar y hacer. Mientras que el sistema educativo español es muy academicista, en la escuela se usa muy poco tiempo para buscar, descubrir y pensar y se dedica mucho tiempo a que los niños aprendan de memoria datos, fechas, hechos y leyes.

Del mismo modo, Pérez destaca que en Finlandia desaparece la organización del currículum en torno a disciplinas, «sino que se organiza en torno a problemas, proyectos, casos o situaciones». Para ello, se requiere la participación de diferentes disciplinas. «Lo importante es que se impliquen activamente en realizar esos proyectos, analizar esos problemas, buscar y diagnosticar esos casos, acudiendo a toda la información que tengan a su alcance, desde el compañero que está más desarrollado intelectualmente, el maestro, internet… todo son fuentes de información que le pueden suministrar claves», agrega Pérez, que destaca dos ejes pedagógicos fundamentes: la implicación y la cooperación.

«Todo está muy lejos de lo que se hace aquí», admite este catedrático de la UMA, que considera que la educación en España aún mantiene la herencia de la sociedad del siglo XIX, de la época industrial y de la Universidad napoleónica.

La inversión no lo es todo, aunque las diferencias son notables. Finlandia destina el 7% de su PIB a la educación. Esto permite que toda la enseñanza obligatoria, desde preescolar hasta la universidad, sea gratuita, incluyendo las clases, comedor, libros de texto y material escolar. Mientras que en España la política de recortes continúa siendo una amenaza.

Más diferencias importantes: la evaluación. Mientras que en el país nórdico ésta se considera como un diagnóstico de «fortalezas y debilidades» y hay muy pocas calificaciones, en España es todo lo contrario, «imperan las calificaciones, las clasificaciones, los exámenes, los controles y encima se quieren introducir las reválidas» Finlandia busca «ayudar al aprendizaje, buscar en qué se falla, por qué se falla, donde se estanca el alumnos y cuáles son sus talentos» resume.

Además, los alumnos fineses dan menos horas de clase que en España y los profesores no mandan demasiados deberes fuera del colegio. Eso sí, las familias están volcadas con la educación de sus hijos. Culturalmente, su sociedad valora mucho el esfuerzo y la disciplina. Los padres, en función de su disponibilidad y su vocación, echan una mano también en clase. La ratio se sitúa en 20 alumnos «pero lo más importante es que en Finlandia se rompe la organización de curso-aula». Es decir, en un curso puede haber actividades de niños con la misma edad o de distintas edades. Son grupos heterogéneos, unos con más desarrollo intelectual, otros con más habilidades «y en los grupos todos se apoyan y el que más sabe ayuda al que menos sabe».

Esta situación se ve favorecida por la apuesta de aulas abiertas, con la proliferación de espacios libres, de comodidad para el aprendizaje, de silencio para la reflexión, de debate, de juego… «mientras que aquí seguimos construyendo escuelas con aulas, que se convierten en cajas estancas que separan más unen», critica Ángel Pérez, quien valora que el finés sea un sistema 100% público, alejado de ideologías y de adoctrinamientos políticos o religiosos.

Fuente: http://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2017/05/14/finlandia-anos-luz/930398.html
Imagen: http://fotos01.laopiniondemalaga.es/2017/05/14/328×206/colegio.jpg
Comparte este contenido:

Sobre la nueva educación, el caso Finlandia.

La escuela finlandesa pegó fuego en el mundo por varias razones: es un sistema que no tiene inspectores ni curriculums estandarizados, no hay exámenes de alto riesgo y trabajan en una escuela más atractiva para los alumnos, donde se aprende usando el conocimiento sin caer en facilismos.

Por: Lucas Germán.

Finlandia, particular país ubicado al norte de Europa, está en el centro de la escena cuando de innovación en educación se trata.

La escuela finlandesa pegó fuego en el mundo por varias razones: es un sistema que no tiene inspectores ni curriculums estandarizados, no hay exámenes de alto riesgo y trabajan en una escuela más atractiva para los alumnos, donde se aprende usando el conocimiento sin caer en facilismos.

Sorprende, porque más allá de eso continúan teniendo excelentes resultados en exámenes internacionales, como las pruebas Pisa, que son evaluaciones estandarizadas de las llamadas “objetivas”, donde sólo miden resultados y rendimiento de modo tradicional, valorando meramente lo cuantitativo.

Cuando estuvimos en Finlandia, en nuestras conversaciones con docentes y directivos de ese país pudimos constatar un eje principal en su reforma educativa: nada más importante para mejorar los sistemas educativos y las escuelas que apostar e invertir en la calidad de la formación de los docentes.

Todos ellos, para poder acceder al sistema como educadores, tienen que presentar estudios de posgrado, maestrías o doctorados. No nos basamos sólo en fuentes escritas sobre esta reforma educativa que comenzó después de la Segunda Guerra Mundial, sino y principalmente en las entrevistas y la observación directa que realizamos en diferentes escuelas, donde al conversar con los protagonistas pudimos ver el prestigio social que tiene su profesión y el destacado rol que les dan a los alumnos a lo largo de su propio trayecto escolar.

Finlandia está ubicada en el hemisferio norte del planeta; Argentina, en la latitud sur del continente americano. La población del país nórdico supera apenas los 5,4 millones de personas, mientras que por estas pampas somos unos 43,5 millones.

Además de superarlos siete veces en el número de habitantes y en la superficie del territorio nacional, nuestro país tiene geografía, clima y costumbres sociales muy diferentes.

Al ser tan distintas nuestras culturas y países, ¿nos pueden servir algunas de sus experiencias educativas? No se trata de trasladar de forma mecánica esas experiencias, poniendo en práctica políticas ajenas, ni de pretender que se impongan aquí esquemas de trabajo que ellos desarrollaron.

Pero quizá podamos reflexionar sobre las claves de sus logros, para que creativamente avancemos en especificar nuestros propios caminos.

Se trata, sobre todo, de promover el debate pedagógico teniendo en cuenta los logros de las reformas educativas exitosas en el mundo.

Y una idea central es la formación docente de calidad, que en el caso finlandés no se trata sólo de más y mejores programas, sino que avanzaron en el desarrollo del ejercicio de la profesión con un alto grado de autonomía.

Un sistema educativo tradicional y elitista, desconocido en el mundo, fue transformado principalmente sobre la base de apostar e invertir en una fuerte formación docente, desarrollada desde un enfoque pedagógico innovador, para convertir a la enseñanza en la profesión más importante y de mayor reputación de ese país.

En vez de enseñar contenidos aislados que promueven el aprendizaje memorístico y pasivo, reemplazaron la organización en asignaturas por el desarrollo de proyectos pedagógicos.

La educación tradicional estructurada en materias está dando lugar a una formación interdisciplinaria de los alumnos, que aprenden de modo integral, activo y creativo.

El aprendizaje por proyectos pedagógicos es estrella hoy en el mundo, es el método y fundamento principal de la innovación pedagógica. Insistimos: no proponemos copiar y trasladar sus experiencias, pero el trabajo por proyectos no es nuevo en la pedagogía.

John Dewey y William Kilpatrick, grandes pedagogos innovadores de comienzos del siglo 20, ya proponían estas modalidades.

Aprender por proyectos es fundamentalmente aprender a resolver problemas, lo cual incluye educar para un mayor bienestar de vida, básicamente porque ser más felices no es ausencia de problemas, sino saber lidiar con ellos y transformarlos en oportunidades de crecimiento.

Fuente: http://www.lavoz.com.ar/opinion/sobre-la-nueva-educacion-el-caso-finlandia

Imagen: http://staticf5a.lavozdelinterior.com.ar/sites/default/files/styles/landscape_1020_560/public/nota_periodistica/escuela_42.jpg

Comparte este contenido:

Analizando el modelo de educación de Finlandia.

Los niños finlandeses no comienzan la escuela hasta la edad de siete años, cuando están preparados para aprender.

Por: Ramiro Campos.

Finlandia inició la reforma de su sistema educativo hace unos cuarenta años. Hoy en día, el sistema escolar finlandés está entre las mejores naciones desarrolladas, según el Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA). El aspecto más interesante de su sistema educativo es que Finlandia logró su éxito al romper lo que se considera las normas de educación tradicionales.

Los niños finlandeses no comienzan la escuela hasta la edad de siete años, cuando están preparados para aprender, y la escolarización es obligatoria por sólo nueve años. Los días de escuela son más cortos y las clases son menos. La tarea es mínima. No hay pruebas normalizadas obligatorias. No hay clasificaciones, comparaciones o competencia entre estudiantes, escuelas o regiones.

Sin embargo, el 93% de los finlandeses se gradúan de las escuelas secundarias académicas o profesionales, esto es 17% más alto que en los Estados Unidos. El 66% va a la educación superior, la tasa más alta de la Unión Europea. Y Finlandia gasta un 30% menos por estudiante que los Estados Unidos.

¿Qué otros países pueden aprender de los logros de Finlandia?

Dar a los maestros cierto respeto es un punto básico, el maestro de escuela primaria es uno de los puestos más solicitados y los títulos más competitivos en Finlandia. Los programas de enseñanza aceptan sólo el 10% de los solicitantes y rechazan a miles de estudiantes anualmente. Los mejores y más brillantes candidatos tienen que pasar una serie de entrevistas y exámenes de la personalidad, diseñados para determinar su capacidad natural y unidad para enseñar. Además de los grados superiores y una disposición natural hacia la enseñanza, todos los maestros deben obtener una maestría. El requisito de un grado avanzado confiere esencialmente a los profesores finlandeses el mismo estatuto que un médico o abogado.

Debido a que sólo los estudiantes mas calificados son aceptados para la enseñanza en los programas universitarios, y los profesores están tan bien calificados y bien entrenados, son muy respetados y de confianza para los padres. Los padres tienen confianza en que los maestros harán lo que esté en el mejor interés de los niños. Los profesores, a su vez, son libres de innovar, libres de la burocracia o la regulación excesiva. Mirando puntos clave de este modelo de gestión educativa encontramos lo siguiente:

Los niños de Finlandia no comienzan la escuela hasta que cumplen siete

En Suecia, Dinamarca y Finlandia la escuela no comienza hasta que los niños tengan siete años. De hecho, a pesar del hecho de que los escolares ingleses empiezan a los cinco años de la mayoría de los niños en Europa comienzan la escuela más tarde. Según un estudio reciente de la Cambridge Primary Review: ‘La hipótesis de que una edad temprana de inicio es beneficioso para el logro posterior de los niños no está bien apoyada en la investigación y, por tanto, sigue abierto a la preguntas’.

Todos los maestros deben tener una maestría

Todos los maestros deben estar calificados al menos a nivel de maestría, con el grado totalmente subvencionado.

El sistema escolar está completamente financiado por el Estado

Las escuelas de Finlandia están financiadas con fondos públicos. No hay escuelas de gramática, escuelas privadas, escuelas religiosas o academias. También son dirigidas por expertos en educación en lugar de posiciones políticas y empresarias. Según una reciente encuesta de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE): ‘La igualdad es la palabra más importante en la educación finlandesa’.

El 96% de los profesores finlandeses está sindicalizados, según el New York Times. El salario inicial para los profesores es relativamente modesto, pero los profesores de secundaria con 15 años de experiencia representan el 102% de lo que otros graduados de la universidad finlandesa hacen .

Lo que sí nos queda de reflexión es que este modelo es digno de imitar para cualquier nación.

Fuente: http://laestrella.com.pa/opinion/columnistas/analizando-modelo-educacion-finlandia/23990241

Imagen: http://ichef.bbci.co.uk/news/ws/660/amz/worldservice/live/assets/images/2015/05/04/150504151709_fin2_624x351_gettyimages.jpg

Comparte este contenido:
Page 1 of 2
1 2
OtrasVocesenEducacion.org