Liz Kleinrock se ha propuesto enseñar consentimiento sexual a sus alumnos, niños de ocho o nueve años del World Charter School de Los Ángeles, ante las últimas noticias al respecto en su país. Pero lo que en principio iba a ser material para el colegio se ha convertido en un esquema viral compartido por medio mundo.
«La frustración por el estado de nuestro país me inspira para enseñar a mis chicos a hacer el bien. Hoy hablamos de consentimiento, explorando áreas grises como cuando alguien dice «sí» pero su lenguaje corporal dice «no». Hay que enseñarlo de forma explícita», explica en la publicación de Instagram.
El cuadro que triunfa en la Red es muy sencillo. Primero, se pregunta qué es el consentimiento y responde: «decir sí o no, tener permiso para hacer algo». Y a partir de aquí, desgrana las diferentes situaciones y reacciones.
¿Cómo suena el consentimiento? («Tiene que sonar positivo y con entusiasmo»)
«¡Sí!»
«¡Claro!»
«¡Por supuesto!»
«¡Ok!»
«Sí, por favor».
¿Cuándo necesitamos preguntar por consentimiento?
Para dar abrazos.
Para pedir cosas prestadas.
Para tocar a otra persona.
Besar.
Secretos.
¿Qué pasa si…?
Quieres un abrazo pero la otra persona no.
La otra persona dice «no» pero está sonriendo.
Estás abrazando a la otra persona pero cambia de parecer.
Esa persona te dejó abrazarle ayer pero hoy no quiere un abrazo.
La respuesta es simple: no hay consentimiento.
¿Qué puedes hacer para no dar ese consentimiento?
«No me siento bien ahora mismo».
«Quizás en otro momento».
«No me gusta eso» / «No quiero eso».
«No, gracias».
«Pregúntame más tarde».
Para practicar todos estos conceptos, la profesora planteó juegos durante dos semanas en los que el alumnado debía plantear situaciones y explicar sus ideas al respecto.
El resultado es totalmente satisfactorio para ella, que considera un éxito esta práctica: «Demuestra que estudiantes de ocho o nueve años son más inteligentes y tienen más inteligencia emocional que la mitad del Congreso».
También realizaron cómics y dibujos al respecto, y presentaron textos sobre lo que creían que era el consentimiento. «Es importante porque, si no lo haces, es posible que no confíen en ti la próxima vez que preguntes», decía uno de los niños.
Denuncian que están desinformando con mensajes referidos a pornografía explícita
El colectivo Madres en Acción denunció que grupos conservadores están desinformando a la población con mensajes erróneos en torno al enfoque de género en la educación básica, y solicitó la intervención del Ministerio Público y la Defensoría del Pueblo para que se sancione dicha práctica por ser atentatoria a los intereses del Estado.
A través de un comunicado, la vocera de Madres en Acción, Ayesha Dávila, sostuvo que grupos conservadores, como Con Mis Hijos No Te Metas y Padres en Acción, tratan de tergiversar la formación de los adolescentes y desinformar a la población con mensajes referidos a pornografía explícita.
“Eso es algo que no existe en los textos escolares que distribuye el Ministerio de Educación. Esta campaña ocasiona que niños y niñas de todas las edades indaguen sobre estos temas en internet sin la supervisión o guía de sus padres”, alertó.
Sostuvo que, al acusar sin fundamento al Ministerio de Educación de repartir libros pornográficos, estos grupos incurren en el delito de calumnia, atentan contra la fe pública y desinforman a la población sin ningún reparo.
Luego de destacar la importancia del enfoque de género del Currículo Nacional, Dávila pidió a la población que no se deje engañar ni arrastrar para cometer actos vandálicos, como la quema de libros que irresponsablemente realizaron pequeños grupos de exaltados en algunos puntos del país, inducidos por estos grupos reaccionarios.
Asimismo, invitó a los padres de familia a revisar los textos escolares que tienen sus hijos para verificar que los libros, que forman parte del patrimonio del Estado, no contienen material pornográfico alguno y son de uso relevante para la formación de niños y adolescentes.
“A diferencia de los grupos conservadores, que pretenden desviar la atención de las investigaciones a sus aliados políticos a costa de mentiras y distorsiones, nosotros vamos a defender la igualdad de género y decir alto a la discriminación”, concluyó.
Me encontré con la cubierta del libro Porno feminista. Las políticas de producir placer[i]una mañana mientras visitaba librerías de museos en Barcelona. Las letras amarillas sobre el fondo rojo surtieron efecto y me arrastraron hacia la mesa donde se encontraba el único ejemplar que había en la tienda. «¿Porno feminista? −pensé−. ¿Es posible esta contradicción?», así que me compré el libro y empecé a leerlo en el tren que cogí unas horas más tarde para volver a Madrid. Aún recuerdo las miradas de soslayo que mi compañero de asiento me dirigía, y el subidón de adrenalina que me produjo la lectura del primer capítulo.
Al mismo tiempo que he disfrutado leyendo el libro, y por una serie de razones que no vienen al caso, me he visto en la situación de tener que reflexionar sobre cómo debería ser, desde mi punto de vista, una institución cultural contemporánea. El cruce entre la lectura del libro y mis reflexiones sobre el tema institución, en un momento histórico en el que las marchas del 8 de marzo y los diversos sucesos relacionados con el desfase entre los distintos poderes y la realidad social dan fe de que, por fin, algo está cambiando, me ha atravesado. Por lo tanto, resulta inevitable que una cosa infecte a la otra, que el porno feminista afecte a la problemática sobre las instituciones, y viceversa.
Lo que quiero defender en este texto es que, al igual que el porno feminista ha identificado claramente sus problemáticas y se propone desarrollar un alfabetismo sexual (Hartley, pág. 354) y combatir ciertas imágenes que crean determinadas conductas, para conseguir «que el mundo sea un lugar mejor para las mujeres que en él viven» (Lee, pág. 309), las que trabajamos en el terreno de la cultura y la educación tenemos que construir instituciones diferentes, unas instituciones que pueden aprender de la lucha de las pornógrafas feministas.
Cuando escribo que las instituciones culturales pueden aprender del porno feminista espero que quede claro que no estoy alentando de forma directa al consumo de porno feminista, sino que mi intención es que nos paremos a pensar en la dinámica de metarreflexión que está llevando a cabo este grupo de investigadoras sobre sus propias prácticas. Esta dinámica me parece fascinante y creo que puede servir de inspiración a las instituciones culturales.
De la misma manera que el porno no es solo sexo, las instituciones culturales no se dedican exclusivamente a exhibir y gestionar el patrimonio cultural, sino que afectan a lo social, tanto por intención como por dejación. Si explorar la representación de nuevas sexualidades ha llevado a las pornógrafas feministas a formular posiciones vitales honestas, sus modos de explorar pueden llevarnos a quienes trabajamos en las instituciones culturales a plantearnos otras formas de hacer, es decir, pueden llevarnos de la institución a lo que he denominado la sexitución.
Una sexitución es aquella institución que estructura su posicionamiento y su programación basándose en parámetros transfeministas, reconociendo como objetivo principal destituir al proyecto patriarcal hegemónico. Una sexitución aborda sus prácticas (tanto hacia adentro como hacia afuera) con la intención de combatir los conocimientos patriarcales estereotipados que se construyen desde las instituciones hegemónicas, para generar una ciudadanía crítica, independiente y empoderada, entendiendo dentro del constructo ciudadanía a las trabajadoras y trabajadores de dicha institución. En los siguientes apartados analizaré algunas claves para construir estas instituciones culturales feministas contemporáneas.
1. La sexitución no opera como una institución, sino como muchas
Cuando Lee afirma que la pornografía es buena para las mujeres porque «la imaginería sexualmente explícita en la cual se muestra a las mujeres mostrando su propio poder sexual al actuar es una imaginería que puede transformar el paradigma cultural y acabar cambiando el mundo» (pág. 324) está apelando a la misma revolución que otras deseamos hacer en y desde las instituciones culturales, una transformación de las estructuras de poder para generar estructuras más simétricas.
Tal y como señalan las cuatro investigadoras que han editado este libro, «el porno feminista utiliza imágenes sexualmente explícitas para disputar y complicar las representaciones dominantes de género, sexualidad, origen étnico, clase, capacidad, edad, tipo de cuerpo y otros marcadores de la identidad […] Busca desestabilizar las definiciones convencionales del deseo» (Penley, Parreñas Shimizu, Miller-Young y Taormino, pág. 10) para reivindicar el placer como una estructura tanto femenina como masculina. En esta definición me parecen muy interesantes los verbos disputar, complicar y desestabilizar, porque podemos trasladarlos al terreno de las instituciones culturales para afirmar que ha llegado la hora de construir una alternativa que complique, desestabilice y entre en disputa con las prácticas mainstream en cualquier institución cultural.
Una sexitución desea producir (entre otras muchas cosas) dinámicas que lleven a sus públicos a generar un conocimiento visual alternativo que ponga en tela de juicio el conocimiento visual hegemónico. No asume una espectadora única, sino que reconoce múltiples espectadoras, con gustos y preferencias que se escapan de los considerados como aceptables. La sexitución no opera como una institución sino como muchas, creando alternativas tanto a la institución como a la extitución.
2. Del proyecto institucional de las cosas al proyecto institucional de los vínculos
Llevo muchos años luchando por generar prácticas educativas diferentes dentro del ámbito de las instituciones culturales, unas prácticas que se alejen de los conceptos modernistas que han relegado la educación a un papel periférico y que han colocado a los profesionales que llevamos a cabo dichas prácticas en el papel de chusma educativa.
Así, si reconocemos la institución tradicional como un espacio diseñado para consolidar lo que la antropóloga argentina Rita Segato denomina «el proyecto histórico de la productividad o de las cosas», basado en la acumulación de bienes y que considera a los públicos como consumidores y consumidoras, en lugar de como ciudadanos y ciudadanas, a la vez que potencia las desigualdades de género, raza y clase, entonces debemos hacer que las instituciones transiten del proyecto institucional de las cosas al proyecto institucional de los vínculos.
La sexitución es un lugar que apuesta por el proyecto histórico de los vínculos, los afectos y el arraigo. Por eso ha llegado el momento de ser políticamente incorrectas, de saltarse las normas y de desafiar lo que se considera pertinente para empoderarnos como profesionales que experimentamos (aceptando los riesgos que supone experimentar) y que asumimos nuestro compromiso con la realidad social. De la misma manera que las guerras del porno sirvieron para visibilizar el porno feminista, debemos afrontar las guerras conceptuales que se libran en las instituciones culturales y construir una sexituciónque desafíe las categorías y que posicione lo socialmente inaceptado (como los departamentos y programas educativos) en un lugar considerado como inadecuado.
Para ello, es necesario dar un giro radical al sistema y posicionar lo educativo como un eje central que infecte todas las prácticas desde modos de pensar feministas. La sexitución pretende visibilizar el malestar neoliberal que muchas instituciones tradicionales propician para empezar a trabajar sobre la idea del camino del buen vivir. Para que todos los agentes de la institución (tanto los de dentro como los de afuera) transiten este camino, la sexitución invierte en losvínculos, los afectos y el arraigo como operatividades básicas desde las que construir comunidades vinculares. Si el gozo del consumo produce, como afirma Segato, individuos encapsulados y mansos, y el gozo de lo vincular produce comunidades pensantes, la sexitución debe apostar, definitivamente, por el gozo de lo vincular.
3. Desafiar las categorías
Otro de los temas que explora el porno feminista, y del que más pueden aprender las instituciones culturales, es el ideal del amor romántico, para cuestionarlo y plantear, en concreto para las mujeres, una agencia sexual liberada de múltiples cargas.Cuando Nina Hartley −intérprete, directora, escritora, educadora, ponente, investigadora y pensadora feminista− escribe: «Desde el punto de vista más visceral, me metí en el porno porque era donde había mujeres desnudas. Vine por el sexo. Quería contacto con mujeres de forma ocasional, sin herir sentimientos, sin organizar mudanzas, sin complejidades añadidas. No estaba buscando romance lésbico, o romance de cualquier otro tipo. El porno ofrecía toda la diversión de salir con gente sin ninguno de los inconvenientes. Sé que mucha gente encuentra esta actitud como mínimo inquietante, en el peor de los casos asquerosa e inmoral, pero encajaba muy bien con mi personalidad. También quería tener contacto sexual fácil con hombres, pero no tenía ni la paciencia para las danzas de cortejo de los bares y clubs, lugares en los que la gente tenía que pretender que el contacto sexual podía, debería o finalmente acabaría evolucionando en una relación romántica» (pág. 353), sus palabras ponen de manifiesto el proceso de usurpación psíquica de la mente y el cuerpo femeninos a través de mantras incesantemente repetidos que nos dicen que el deseo sexual explícito, así como las relaciones sexuales no normativas, alejadas de los ideales del amor romántico y del caring and sharing, no son adecuados para nosotras.
Las instituciones también están impregnadas de los ideales del amor romántico: el constructo del genio (romántico) y del virtuosismo excepcional vertebra las prácticas de aquellas instituciones culturales que no pertenecen a su tiempo, obsesionadas con prácticas educativas que privilegian técnicas de otras épocas, con la creación de objetos y con un ideal de belleza formal que perpetúa la normatividad en cuestiones de gusto estético. Esta institución romántica, que pretende convertir a cada niño y a cada adulto en un pequeño genio, en un pequeño Picasso o un pequeño Van Gogh, debe ser urgentemente cuestionada.
Si las pornógrafas feministas desafían la categoría del amor romántico que el patriarcado nos ha vendido, la sexitución desafía la categoría del genio romántico, también estructurada desde un patriarcado que postula que el único creador posible ha de ser hombre, blanco, occidental, heterosexual y, además, estar muerto. La sexitución propone como creadoras a las personas trans, a las mujeres, a las personas racializadas, a aquellas que representan múltiples opciones sexuales y, fundamentalmente, a seres humanos vivos.
La sexitución desafía las categorías para visibilizar otras miradas sobre el conocimiento que no nos hagan sentirnos avergonzados de nuestros saberes, unos saberes desprestigiados por la institución. Esta es quien determina qué saberes son legítimos y cuáles no, de la misma manera que el porno hegemónico nos dice qué conductas sexuales son adecuadas y cuáles no. Romper estas acepciones es necesario porque, de la misma manera que Playboy nos enseña cómo debe ser nuestro placer sexual, el Louvre nos dice cómo debe ser nuestro placer estético.
4.La sutil diferencia entre ceder el poder o perderlo
Vivimos en una sociedad en la que todavía está mal visto que las mujeres demostremos la existencia de nuestros deseos sexuales. Mientras que, para los hombres, el deseo sexual y sus maneras de experimentarlo constituyen su identidad, la sexualidad femenina apropiada se vincula a la ausencia de deseo y la pasividad.
Cuando nos dejamos influir por el patriarcado y asumimos que el sexo (y el porno) no va con nosotras, no estamos renunciando solo al sexo: estamos renunciando a nuestra libertad. Hay que reunir el valor necesario para reclamar nuestro deseo sexual empoderado como parte imprescindible de una vida sana. «El deseo sexual y la identidad sexual son absolutamente esenciales para el yo que se define libremente a sí mismo» (Lee, pág. 330).
Las relaciones sexuales son relaciones de poder, y las relaciones institucionales, también.Las autoras de Porno feminista ejercen una demanda política a través de sus escritos, una demanda que tiene que ver con instaurar prácticas más democráticas en el terreno del porno, una demanda que también debemos trasladar de manera urgente a las instituciones culturales.
Las instituciones culturales siguen organizándose según nociones muy conservadoras de la gobernanza, no solo a través de la selección de los contenidos, sino también a través de las metodologías de producción de conocimiento. Las visitas guiadas en los museos, los talleres de creación, así como la mayoría de las arquitecturas de transmisión que se continúan utilizando en centros de arte, fundaciones, etc., se asientan en estructuras verticales implícitas.
De la misma manera que evidenciar el deseo sexual femenino implica darle la vuelta a la agencia sexual, y también a la agenda política, alterar los formatos de trabajo de la instituciones culturales debe entenderse como una forma de alterar las relaciones de poder y de poner en jaque aquellas estructuras jerárquicas que reproducimos sin haberlo decidido.
5. Problematizar la cadena de prestigios
La usurpación psíquica de nuestra agencia sexual es similar a la usurpación psíquica del poder de la educación como área de producción de conocimiento. En el contexto de las instituciones culturales, la tradición del patriarcado ha visibilizado a los Departamentos de Educación como un área infantilizada, feminizada y de segunda categoría, cuya función consiste en dar servicio al resto de los departamentos.
La cadena de prestigios que organiza las asignaciones de poder en las instituciones culturales determina qué departamentos son prestigiosos y cuáles no. Por eso resulta necesario que nos autoricemos a vernos como productoras culturales autónomas, en vez de como reproductoras del conocimiento producido por otros, y, desde ahí, reivindicar nuestras prácticas como actos independientes y no subordinados.
Coda. La sexitución, un lugar que nos enseña a amarnos a nosotras mismas
El principal objetivo del porno feminista positivo (sex-positive porn en inglés) es la transformación personal, que las personas que lo experimentan vivan mejor, que se encuentren más seguras, más empoderadas y en paz consigo mismas. Para ello, tenemos que dejar de concebirnos como meras espectadoras y pasar a ser consumidoras informadas y críticas de la imaginería sexual que decidimos experimentar.
Como apunta Bobby Noble (pág. 471), el porno feminista es una nueva gramática que reconfigura todas las sexualidades: la femenina, la masculina y las trans. El porno feminista es un espacio de desestabilización de lo aprendido para desaprender y aprender de otra manera, para aprender que otras sexualidades, prácticas y afectos son posibles, y que ejercer estas tres cosas no debe situar a sus protagonistas en la marginalidad, la culpa y la vergüenza. Así es exactamente como concibo estas otras instituciones culturales que debemos construir: como lugares que no nos conduzcan al sometimiento, sino al empoderamiento de las sociedades. Instituciones (sexituciones) que alteren los cuerpos, las ideas y los actos de quienes las conforman, entendiéndolas como fuerzas de transformación más allá de sus arquitecturas.
Quizá las próximas letras amarillas sobre fondo rojo que me llamen la atención mientras visito una librería sean las de un libro sobre otras institucionalidades, y quizá, también, mi compañero de viaje mire la portada de soslayo. Esa mirada será la evidencia de que las instituciones culturales y el porno feminista se han contaminado, encontrando lugares de lucha conjunta desde donde construir mundos mejores.
[i] Todas las citas de este artículo pertenecen a este libro: Taormino, T., Penley, C., Parreñas Shimizu, C. y Miller-Young, M. (eds.): Porno feminista. Las políticas de producir placer, Editorial Melusina, Santa Cruz de Tenerife, 2016.
Todas las fotografías son de Tove Lise Mossestad dentro del Performative Mediation Laboratory “What is stated and what is silent” realizado en el Kunsthall de Bergen en Marzo de 2018 por la autora
Coordinados por la profesora de literatura Andrea Beratz, los estudiantes produjeron su propio material de estudios, ya que su reclamo de educación sexual en las aulas no es atendido.
Una charla en Plaza San Martín con la activista trans y profesora Quimey Ramos.
Como no reciben educación sexual integral, alumnes de 15 a 18 años de una secundaria pública de La Plata decidieron escribir su propio libro con los contenidos que quieren recibir y el gobierno provincial les niega. Lo hicieron en el marco del Programa Jóvenes y Memoria, de la Comisión Provincial por la Memoria. Durante casi un año, cocinaron y vendieron tortas para juntar fondos y trabajaron por fuera del horario escolar, guiados por una docente de literatura. Buscaron materiales, fueron a bibliotecas y congresos y además, hicieron entrevistas a referentes que consideraron imprescindibles para entender ciertos temas, como una activista trans y la madre de una víctima de trata. El resultado es maravilloso. No solo porque el libro recorre en 180 páginas ejes imprescindibles de la ESI como la violencia machista y los femicidios/feminicidios; la prevención de los embarazos no intencionales; el debate por la legalización y despenalización del aborto; el lenguaje inclusivo; la identidad de género y la diversidad sexual; la situación de las mujeres transgénero y travestis, la violencia de género durante la última dictadura militar; el problema de la trata de mujeres para explotación sexual, entre varios más, sino, y fundamentalmente por la creatividad en el abordaje de cada tema, con un recorrido histórico, legal, con las voces de protagonistas, fragmentos de cuentos, letras de canciones, recomendaciones de películas, preguntas para abrir discusiones y favorecer la reflexión, datos estadísticos, infografías, referencias al contexto internacional, artículos periodísticos, y fotografías de archivos. ¿Dónde está mi ESI? Un derecho de las y los estudiantes –así se llama este manual– se presentará próximamente pero ya se puede descargar gratuitamente (http://www.comisionporlamemoria.org/jovenesymemoria/wp-content/uploads/sites/21/2019/03/donde-esta-mi-esi.pdf).
Se trata de un proyecto extracurricular, en el marco del programa Jóvenes y Memoria, que apunta a que lxs chicxs elijan para trabajar a lo largo del año un tema que tenga que ver con un derecho vulnerado. Una decena de estudiantes de la Escuela Secundaria N° 14, Carlos Vergara, de La Plata eligió, entonces, la educación sexual integral, que no reciben en las aulas. Los motivó la profesora de literatura, Andrea Beratz. “Nos juntamos fuera del horario de clase, dos veces por semana cinco horas aproximadamente. Más días de entrevistas, congresos…”, contó Andrea, que está cerca de graduarse como psicóloga. El proceso de producción del libro, cuentan a , fue transformador para todes. Especialmente, para la profesora, dice ella: tiene 32 años y hace 9 ejerce la docencia. En el trayecto, por ejemplo, une de los estudiantes pudo revelar su verdadera identidad de género y cambió su nombre.
Un varón trans de otra escuela, que se enteró de la iniciativa, pidió el pase a la Carlos Vergara y se inscribió con su nombre masculino, elegido a fin de año, porque al conocer el contenido del libro, sintió que podría ser un espacio educativo más inclusivo que el que había tenido hasta ese momento. Ya empezó clases en la nueva escuela.
Irene Scotti, una de las estudiantes que participaron, contó a PáginaI12 que eligieron el tema porque “estaba presente en boca de muchos estudiantes y en otras escuelas hablar de educación sexual pero de manera no escolarizada, porque realmente no la recibimos como deberíamos hacerlo en la escuela”. Y agregó: “Nos parecía importante tocarla de manera más informada, para que los chicos tuvieran esa herramienta y no tengan que adivinar o basarse en experiencias personales o lo que sus compañeros y compañeras pudieran contarles. Necesitamos ESI porque hay una ley que lo indica. En el proceso, tanto yo como mis compañeros aprendimos un montón de cosas. Y muchos de nuestros amigos que no estaban en el proyecto también lo hicieron. Y va a servir para que muchas personas tengan los mismos conocimientos que nosotros en estas temáticas”.
VicPiga, parte del grupo de autores, contó: “En mi caso me ayudó muchísimo a encontrarme conmigo misma, a reconocerse, a pensarme fuera de lo que es el binarismo. Ninguno va a olvidarse de este proyecto y lo que conllevó hacerlo”. Tomás Harry, otro alumno, aportó: “Para mí hacer el libro fue como despertarme. Y descubrir un montón de realidades, tanto individuales, como colectivas, que más que nada me hicieron darme cuenta de los privilegios que la sociedad me da por el solo hecho de ser hombre cis género y blanco y les quita derechos a otras personas por ser mujeres trans, lesbianas, bisexuales, etc. Por eso elegimos este tema, y hacer un libro. Porque tiene la fuerza necesaria para que todes nos demos cuenta, ¿no?”. Candela Fisser acotó: “Creo que todavía no somos conscientes de la magnitud y la llegada que ya tuvo el libro sin estar publicado. Fue un proceso largo y agotador. En el momento en que la gráfica nos mandó los planos del libro fue una satisfacción enorme. No éramos conscientes de nuestro esfuerzo hasta ver eso. Tiene buen contenido. Y son temas que en la escuela no se hablan, siguen siendo tabú. Ojalá llegue a todas las escuelas y se use en la nuestra”, subrayó. Para Lara Soubielle, otras de las participantes, “la experiencia de hacer el libro me hizo crecer mucho como persona, me aportó mucho conocimiento que nos hizo cuestionar cosas que están naturalizadas”. Lara y sus compañeres desean que “sea algo que pueda influir en la gente”.
–¿Cómo trabajaron el libro?–le preguntó Página/12 a la profesora.
–Primero delimitamos los capítulos. Sabíamos que las historias de la activista trans Quimey Ramos y Marta Ramallo, la mamá de Johana, desaparecida desde 2017, tenían que estar. Y queríamos hacer la de Sandra Ayala Gamboa, pero no llegamos a ubicar a Nelly, la madre. Queríamos trabajar la temática de los medios de comunicación y el análisis del discurso periodístico. Primero hicimos un orden de prioridades: qué no podía faltar en cada capítulo. En el capítulo de la Ley de Interrupción Voluntaria de Embarazo, sabíamos que el fallo FAL, de la Corte Suprema, no podía faltar. Y después se abrían otras aristas, que tuvimos que cerrar porque si no terminábamos haciendo una enciclopedia –dice y se ríe.
–¿Qué repercusiones han tenido?
–Los chicos lo han comentado con chicos de otros centros de estudiantes. Y nos preguntan dónde lo pueden comprar.
El libro no se vende. Se puede descargar gratuitamente en el blog del colegio: cnvergara.blogspot.com. Además, crearon una cuenta de correo electrónico para responder consultas: libroesilaplata@gmail.com
El puntapié que dio origen al libro fue un sondeo que hicieron en 2017, con estudiantes y adultos de la escuela, directivos, profesores, preceptores, equipo de orientación, no docentes, en función de dos preguntas puntuales a ver qué conocían al respecto: ¿qué es el género? y ¿qué es la violencia de género?, contó Andrea. Analizaron las respuestas se dieron cuenta de que se sabía poco. “Decidimos con los y las chicas que trabajamos en el proyecto, que esa información fuera brindada por les estudiantes hacia sus propios pares y para los adultos también, porque el desconocimiento partía de todos. Y yo también me reconozco como parte de esos adultos, que si bien manejaba algunos temas con un poco más de profundidad, también desconocía muchísimas cosas”, reconoce la profesora. Y cuenta que muchas veces “me he encontrado dentro de los discursos que se han repetido durante años en la misma sociedad”, que discriminan a personas LGBT+ o repiten mitos sobre violencia machista. “El año pasado fue un año de muchísima transformación, tanto para nosotros como equipo de trabajo, como a nivel personal. Aprendí muchísimas cosas… Fue muy movilizador el relato en primera persona de quienes entrevistamos, las historias personales, el cara a cara. Fue un año de crecimiento en todo sentido, fundamentalmente en el sentido de hacer preguntas que en otro momento estaban vedadas”, dice, orgullosa del trabajo que lograron hacer con el equipo de estudiantes.
El director de Ofsted ha respaldado la enseñanza de las relaciones entre personas del mismo sexo en las escuelas primarias después de que los padres organizaron una serie de protestas en una escuela de Birmingham por las lecciones sobre los derechos de las personas LGBT y la identidad de género.
La inspectora principal de escuelas de Inglaterra, Amanda Spielman, dijo que era correcto que a los niños se les enseñara sobre parejas del mismo sexo, independientemente de su origen religioso, y que no todos encajan en “un patrón convencional”.
Spielman le dijo a la BBC: «Se trata de asegurarse de que los niños que realmente se den cuenta de que ellos mismos no se ajusten a un patrón convencional, sepan que no son malos, no están enfermos».
Su intervención se produjo después de que Andrew Moffat, el profesor asistente de la escuela comunitaria Parkfield en Alum Rock, Birmingham, se convirtiera en el foco de las quejas de los padres que se oponen a las enseñanzas sobre los derechos LGBT y las relaciones entre personas del mismo sexo.
Moffat ha desarrollado un programa educativo llamado No Outsiders destinado a ayudar a los niños a aprender sobre la igualdad y la tolerancia de la diferencia . Fue galardonado con un MBE por su trabajo y esta semana fue nombrado como uno de los finalistas en la carrera por un prestigioso premio mundial que celebra a maestros inspiradores.
Su escuela, que sirve a una comunidad predominantemente musulmana, ha recibido 80 quejas formales de los padres y ha habido varias protestas fuera de las puertas de la escuela. La semana pasada, Ofsted visitó la escuela que se calificó como sobresaliente en 2016 para investigar la disputa. El informe será publicado en breve.
Moffat es uno de los 10 maestros de todo el mundo en la lista final para el Premio Global de Maestros de la Fundación Varkey de $ 1 millón 2019. La ganadora del año pasado fue Andria Zafirakou , profesora de artes y textiles en la escuela comunitaria de Alperton en Brent, al noroeste de Londres.
El secretario de educación, Damian Hinds, expresó su apoyo a Moffat. Dijo: “Tras la victoria del año pasado en el Reino Unido, me enorgullece que otros tres talentosos maestros de escuelas en Inglaterra obtuvieron los primeros 50 finalistas en 2019, y que Andrew Moffat haya logrado los primeros 10 finalistas en 2019; Le deseo la mejor de las suertes para la final «.
Ofsted confirmó más tarde que la escuela fue reinspeccionada después de recibir una serie de quejas. Un portavoz dijo: “Apoyamos el derecho de los líderes escolares a determinar el plan de estudios según lo consideren adecuado y en interés de sus alumnos, libres de influencias externas hostiles.
«Todas las escuelas tienen la responsabilidad de preparar a los niños para la vida en la Gran Bretaña moderna y eso incluye fomentar el respeto por aquellos que son diferentes, por ejemplo, las personas LGBT o las de diferentes religiones».
Spielman dijo que la gran mayoría de las escuelas de fe estaban logrando hacer eso. Ella dijo: «Esto es algo en lo que tenemos que tener una discusión sensata y racional, por decir, ¿hay lugares donde no está funcionando lo suficientemente bien, para que podamos encontrar mejores formas? Pero es la conversación apropiada la que lo cambiará, no las protestas «.
El ganador del premio mundial de maestros, que ganará el soubriquet «el mejor maestro del mundo», se anunciará en marzo en una ceremonia en Dubai durante el Foro de Educación Global y Habilidades. Los otros finalistas enseñan en Georgia, Brasil, Holanda, India, Estados Unidos, Argentina, Australia, Japón y Kenia.
Jimmy Rotheram, un maestro de escuela de Bradford, y Emma Russo, que enseña física y ciencias en Londres, estaban en las últimas 50 para el premio, elegidas entre más de 10,000 nominaciones de 179 países.
La Consejería de Educación ha paralizado las charlas sobre afectividad y sexualidad en los centros educativos de la Región de Murcia tras pedirlo ayer durante una reunión institucional el Foro de la Familia de la Región de Murcia a la consejera Adela Martínez-Cachá.
La razón se debe a que, como viene defendiendo el Foro de la Familia, no se pueden impartir estas charlas a los menores escolares sin el consentimiento expreso de la familia.
Fuentes de la Consejería señalan que han recibido varias quejas de padres, así como el colegio donde se han impartido ya estas charlas, y es por ello que ahora van «a buscar el consenso de la comunidad educativa. Las charlas las solicitan los centros en base a su autonomía. La clave está en pedir permiso a los padres», explican dichas fuentes.
Por su parte, el Foro de la Familia celebraba hoy la decisión de Educación de «suspender de manera inmediata las charlas de educación afectivo sexual a menores en los centros de la Región, para cumplir con lo que recoge nuestra carta magna sobre el Derecho a la Educación», explican en un comunicado en su página web.
Señalan además que desde el Foro de la Familia aceptan «las disculpas de la consejera, que ha reconocido que no se requirió el consentimiento expreso a los padres en ningún momento, vulnerando sus derechos constitucionales». Para evitarlo en el futuro la asociación indica que la consejera «nos ha asegurado que utilizará el documento presentado por esta institución para requerir el consentimiento expreso de los padres para recibir formación de este tipo, y será obligatorio que los padres conozcan con detalle el contenido de las charlas o actividades en las que participarán sus hijos».
Educación señala que estás charlas estarán paralizadas de momento y que la semana que viene la dirección general de Juventud se reunirá con los colectivos LGTBI para reubicar las fechas de las sesiones informativas sobre afectividad y sexualidad en los colegios.
Ayuntamiento de Molina de Segura continuará impartiendo las clases
Por su parte, el Ayuntamiento de Molina de Segura ha asegurado que esta formación se seguirá impartiendo en el municipio, concretamente las charlas que tenían previstas dar el colectivo LGTBI No Te Prives la semana que viene en un instituto molinense.
Así lo ha hecho saber el primer teniente de Alcalde y concejal de Juventud del Ayuntamiento de Molina, Fernando Miñana, que ha recordado que el Consistorio tiene un convenio con No Te Prives que les desvincula de la decisión de Educación. Asegura por ello que al menos en el municipio de Molina se seguirán realizando estas actividades de «sensibilización» hacia lo que llaman «LGTBIfobia» y actividades «socio educativas» sobre «diversidad afectivo sexual de género»
Europa/España/Barcelona, 3 abr (EFE).- La clínica Dexeus Mujer y la Editorial Destino (Planeta) han presentado hoy «Mi familia», un libro que explica a los niños como la reproducción asistida ha dado paso a nuevos modelos de familia.
Según ha explicado hoy la Editorial Destino y la Clínica Dexeus Mujer en un comunicado, el objetivo del libro es facilitar el diálogo entre padres e hijos sobre la utilidad de técnicas «que han hecho posible ampliar la diversidad familiar».
Actualmente, más de un 5 % de los niños que nacen en España «han sido concebidos con la ayuda de la reproducción asistida» y el número de parejas homosexuales y familias monoparentales va en aumento, han avisado.
Es por ese motivo que el libro aborda «con naturalidad» cuestiones de actualidad como la infertilidad, la adopción y la homosexualidad.
«Se trata de una nueva realidad social que cada vez es más visible y que despierta la curiosidad infantil, pero de la que no siempre se habla abiertamente, por lo que muchos padres no saben cómo abordar el tema o cual es la mejor edad o momento para hacerlo», han explicado.
«Pensamos que un material de apoyo como este libro podría resultar muy útil, ya que está pensado para que padres e hijos lo lean juntos», ha comentado el director del Centro Dexeus Mujer.
El libro combina el género de la narrativa infantil -se puede seguir un hilo argumental a través de la historia personal y familiar de los alumnos de una escuela-, con la incorporación de apartados para ampliar conocimientos.
Entre estos apartados destacan la explicación del origen de la vida, nociones básicas de biología, o como se trabaja en un laboratorio, así como un apartado de actividades complementarias y un glosario para ayudarles a entender los términos más complejos.
El libro, cuyo contenido científico se ha desarrollado con el asesoramiento del equipo médico de Dexeus Mujer, lo ha escrito la pedagoga, Noemí Fernández, y las ilustraciones son obra de la reconocida ilustradora Cristina Losantos, galardonada con el Premio Nacional de Ilustración del Ministerio de Cultura.
El libro, editado en catalán y castellano, está previsto que se distribuya en el circuito escolar y la editorial no descarta su traducción a otros idiomas. EFE
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