Argentina: Un “campamento” de verano donde se crean videojuegos

América del Sur/Argentina/22 Enero 2017/Fuente: El Litoral/Autor:Mariela Goy

“Es como un campamento de verano, pero en vez de sol y agua, acá estamos encerrados haciendo lo que nos gusta: crear videojuegos”. Así definió una joven estudiante de Comunicación al Global Game Jam, un evento único de su tipo que se celebra simultáneamente en todo el mundo y propone como desafío desarrollar videojuegos durante 48 horas seguidas.

La Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (Fich) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) en Santa Fe es -por séptimo año consecutivo- una de las 600 sedes de todo el mundo donde se lleva a cabo el Global Game Jam.

La idea es juntarse en un ambiente distendido, ser creativos, conocer gente, compartir experiencias y explorar el proceso de desarrollo, ya sea la programación, el diseño, la exploración narrativa o la expresión artística. Santa Fe reunió a unos 50 participantes.

“No es una competencia, sino que tiene un espíritu cooperativo. Lo que se propone es generar videojuegos en base a una temática designada, que este año es Ondas”, dijeron José Olivera y Juan Ferrer, estudiantes de la Ingeniería en Informática y organizadores de la propuesta que se llevó a cabo en la Fich, en el contexto de una Ciudad Universitaria completamente vacía por las vacaciones de verano. La facultad anfitriona ofrece, además, la Tecnicatura en Diseño y Desarrollo de Videojuegos.

Las actividades comenzaron en la tarde del viernes con charlas informativas sobre la modalidad del “Jam” y tips sobre herramientas y estrategias de programación y diseño. Todo el día sábado se seguía trabajando y el cierre está previsto para el domingo. En la Argentina, también hay sedes en Mendoza, Rosario, Tucumán, Buenos Aires y otras localidades.

Los organizadores detallaron que “una vez que se devela el tema, los participantes empiezan a armar los grupos de trabajo en forma libre. Luego, se exponen las ideas que surgieron y en base a esa puesta en común, se van reubicando en los grupos en base a su interés. La siguiente etapa es el desarrollo de los videojuegos y cada uno aporta lo suyo: los diseñadores la parte creativa, los programadores hacen la entrada para que los muñequitos se muevan”.

Cooptar talentos

En otro equipo, de ocho personas, la “tormenta de ideas” era incesante. Allí estaba Andrés Miranda, socio de “Killabunnies”, uno de los dos emprendimientos existentes en la ciudad de Santa Fe dedicados a desarrollar videojuegos. “Vine para cooptar gente nueva. Hace 8 años que nos dedicamos a esto y si bien nuestro objetivo es programar videojuegos, también hacemos trabajos a terceros, para Cartoon Network y otras empresas. La plaza de Santa Fe no es muy grande, pero intentamos vivir de esto”, señaló.

Participan programadores, diseñadores, comunicadores, ingenieros y cualquier persona dispuesta a trabajar en grupo, intercambiar ideas y divertirse. Foto: Pablo Aguirre

En la “A”

  • Una vez creados, los juegos se suben a la página oficial del evento y, con suerte, pueden terminar en prototipos para futuros productos comerciales. Dos años atrás, uno de los trabajos de Santa Fe logró llegar al Greenligth de Steam, que es una plataforma de compra y venta de videojuegos que se basa en la ayuda de la comunidad a la hora de escoger los nuevos juegos. “Que llegue hasta esa etapa fue muy significativo porque miles de usuarios pudieron probar el juego y darle el positivo para pasar a la siguiente etapa”, dijeron Olivera y Ferrer.

6.800 videojuegos

  • se desarrollaron en un solo fin de semana en la edición 2016. El evento se realizó en más de 600 lugares de 93 países.

Convocatoria abierta

  • El Global Game Jam convoca a programadores, desarrolladores informáticos, estudiantes de las Ingenierías en Sistemas y aficionados. No es requisito ser profesional o pertenecer a una empresa relacionada con estas disciplinas.

Cristian y Gonzalo tienen 25 años y son estudiantes de la carrera de Diseño de la Facultad de Arquitectura. “Vinimos a la Global Game Jam porque estamos tratando de incursionar en los videojuegos por nuestra cuenta, así que quisimos ver de qué trata”, comentaron.

Otros tres jóvenes -Jere, Juan y Joaquín-, vinieron desde Paraná para participar y ya tenían una idea primigenia sobre lo que querían hacer. “Queremos que un jugador pueda emitir ondas para empujar al contrincante”, señalaron a El Litoral.

Sus motivaciones para participar del evento eran distintas: “Ví los desarrollos por Youtube y ahora que se hacía cerca de mi casa, quise experimentar”; “me dedico a los videojuegos como hobby”; “yo vine para relacionarme con gente que le gusta lo mismo que a mí”.

Fuente de la noticia: http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2017/01/21/educacion/EDUC-02.html

Fuente de la imagen: http://www.ellitoral.com/diarios/2017/01/21/educacion/EDUC-02-web-images/28-IMG_9300_fmt.jpeg

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Maestro refugiado y voluntario da un paso para llenar los vacíos en la educación del campamento

Por: ACNUR

Alnur Burtel puede ser un hombre mayor ahora, pero aún recuerda cómo lo inspiraron sus profesores de la universidad a vivir una buena vida y estudiar mucho para tener un futuro mejor.

Ahora, en el campamento de refugiados en Etiopía, en el que vive desde 2011, el hombre de 71 años busca ser una guía similar para los jóvenes sudaneses que también están allí. Es un lugar donde la inspiración y la motivación pueden ser un bien escaso.

“La educación es un instrumento para la vida y el desarrollo”, dice Burtel, desde su Centro de Lenguaje en el campamento en Sherkole, Etiopía. Él construyó el pequeño centro educativo de una habitación, y enseña inglés y cívica a refugiados adolescentes y adultos jóvenes que no han tenido educación o capacitación vocal apropiadas.

“La educación es un instrumento para la vida y el desarrollo”.

“Los refugiados jóvenes están desperdiciando sus vidas, sin hacer nada”, añadió. “Es momento de terminar con este problema. Estas personas jóvenes con el futuro de nuestros países”.

En Sudán, Burtel enseñaba inglés en una secundaria local y en la Universidad de Omdurman. “Pensé, alimentemos sus mentes. Si tengo éxito cambiando la vida de solo una persona, eso ya hará una diferencia”.

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, ayuda con la administración del campamento Sherkole, donde vive Burtel junto con más de 11.200 personas, en su mayoría refugiados de Sudán, hace su mejor esfuerzo para brindar tanta educación como le es posible, pero los recursos escasean. El llamamiento del ACNUR para Etiopía solo ha recibido 35% de los fondos, con un faltante de $181 millones de dólares, significando que la educación queda atrás de prioridades como brindarle a los refugiados albergue, alimento, y atención médica.

Alnur Burtel frente a la clase donde enseña a jóvenes refugiados. © ACNUR/Diana Diaz

Es aquí donde voluntarios comprometidos como Burtel son cruciales para llenar estos vacíos. Él y otros dos refugiados voluntarios enseñan inglés y cívica, transparencia, ley y lo que a Burdel le gusta llamar “coexistencia pacífica” a 130 estudiantes. El ACNUR y la agencia del Gobierno de Etiopía para los refugiados, les han dado dos pizarras y tizas.

Burtel es de Kauda, una ciudad en las montañas Nuba en la región Kordofan en Sudán, donde el conflicto se volvió a desencadenar entre los rebeldes y fuerzas gubernamentales en 2011. El día que él y su esposa huyeron, en junio de 2011, fue “el día que las personas de Nuban fueron asesinadas en masa”, recuerda, con lágrimas en sus ojos. Sus dos tíos fueron asesinados y su hogar fue destruido.

 “Dejé todo atrás, excepto mi conocimiento”, dice Burtel. “Tengo el sueño de desarrollar servicios educativos para jóvenes. Los aliento a que aprendan los unos de los otros. Eso les ayuda a aumentar su autoestima. Tengo muchos estudiantes brillantes que solo necesitan un poco de confianza”.

“Tengo muchos estudiantes brillantes que solo necesitan un poco de confianza”.

El Centro de Aprendizaje tan solo ha estado abierto desde enero de 2016, pero los estudiantes de Burtel ya reconocen el impacto de sus lecciones y se sienten comprometidos para aprender más.

“Antes no entendía completamente la importancia del estudio”, dice Emoel Yakub, refugiado sudanés de 27 años. “Con Alnur no solo estoy aprendiendo a hablar inglés, ahora entiendo por qué tenemos que respetarnos. Estamos mejorando y somos más responsables para poder tener oportunidades de un mejor futuro”.

Yakub y otros graduados del Centro de Estudio Light ahora usan lo que Burtel les enseñó, y ellos mismos están enseñando inglés a niños refugiados en el campamento.

Sirak Sileshi, asociado de protección en Sherkole, elogia a Burtel por añadir estas valiosas lecciones al curriculum básico de idioma.

Alnur Burtel enseña en una clase de bambú, la que él llamó «Centre de idioma Luz, donde los jóvenes refugiados tienen acceso a aprendizaje de idiomas y educación cívia. © ACNUR/Diana Diaz

“Alnur inspira a los refugiados a perseguir sus sueños a través de la educación, mientras que les devuelve el sentido de normalidad a sus vidas”, dice Sileshi. “Debido a las limitantes de presupuesto, el ACNUR y nuestros socios no siempre pueden ofrecer educación secundaria o de idioma para los refugiados. Nosotros dependemos de voluntarios como Alnur para que los jóvenes puedan desarrollar al máximo su potencial, para recuperar sus esperanzas en la vida y preparase para soluciones duraderas en la búsqueda de vidas productivas”.

Los cinco hijos adultos de Burtel, de edades entre los 21 y los 35 años, estudiaron en Kenia gracias a programas de becas. Ellos están preparados para desarrollarse en carreras como enseñanza, enfermería y trabajo para el desarrollo.

Los jóvenes refugiados representan cerca de un 15% de la población en Sherkole y a menudo están en riesgo de violencia y de involucrarse en mecanismos de sobrevivencia peligrosos. Alnur espera poder alentar a una generación completa de jóvenes en el campamento a desarrollar las habilidades para encontrar trabajos cuando vuelvan a sus hogares.

“Espero que los jóvenes puedan transmitir los mensajes de tolerancia para que la paz acoja nuestros turbulentos países”, dice. “La educación no es solo una solución, pero es el inicio de la juventud para contribuir con sus comunidades”.

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/maestro-refugiado-y-voluntario-da-un-paso-para-llenar-los-vacios-en-la-educacion-del-campamento/

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