Despierta escuela, despierta y mira

«De particular preocupación les resultaban las escuelas y las universidades que, decían, no cumplían bien su tarea de ‘adoctrinar a los jóvenes’ convenientemente: el activismo estudiantil -el movimiento de derechos civiles, el movimiento antibelicista, el movimiento feminista, los movimientos ambientalistas- probaba que los jóvenes no estaban correctamente adoctrinados». [Noam Chomsky, 2014: Sobre el trabajo académico…sinpermiso.fo]

Por Rodrigo J Garcia

Llegar a un aula donde no hay nada y hacer crecer un huerto, podría parecer una osadía, sin embargo a mí me pareció lo más conveniente… ¡Que ilusión! ¿No?

Colegio Público de Educación Infantil y Primaria
«Inés Relaño» de Almería

Con ese aliento inicial esta experiencia se convirtió en el proyecto docente preferido de Carmen Cañabate Carmona, maestra del Colegio Público de Educación Infantil y Primaria «Inés Relaño» de Almería.

Cuando comenzó el curso no se imaginaban que iba a ser posible, que serían capaces de desarrollar el proyecto entre todos y con éxito; a pesar de lo sencillo que puede parecernos ahora que se encuentra en marcha.

Esta iniciativa de investigación y de trabajo de aula se desplegó el pasado curso, cuando Carmen después de un tiempo alejada de las aulas se incorporó al mencionado centro, comenzando su tarea con un grupo de alumnos y alumnas de 1º de Educación Primaria.

El inicio fue un poco duro, tuvo que empezar por conseguir «algunos recursos de aula«. El espacio estaba bastante huérfano de materiales, revelando un ambiente empobrecido de aprendizaje. «A pesar de todo»,Carmen confiesa que «albergaba mucha ilusión»: era consciente de que, en una semana, le «llegaría un batallón de afanosas personas de seis años, creativas, entusiastas y con fuerzas para transformar este lugar en un sitio acogedor, repleto de posibilidades de aprendizaje».

Es cuando Carmen se plantea ¿por qué no proyectar, en este entorno en principio no muy propicio, la gestación de un huerto escolar? Esto sí que podría ser un prometedor recurso de aprendizaje.

 

El primer problema que debía resolver era el espacio. Disponían de un«minipatio» interior que servía de iluminación a la clase y con el que, como casi nadie lo usaba, se sintieron afortunados: les pareció ideal para sus plantaciones.

Buscaron en Internet información sobre huertos urbanos y pudieron hacerse con algunos ejemplos:pequeños huertos en terrazas y en otros lugares que podrían parecerse a su pequeño patio.Les gustó la idea deplantar en garrafas de agua; además de muy barato, les servía para trabajar de manera colectiva la rutina de reciclar. Guardaban, también, para el semillero inicial, los botes de zumo que traían para el desayuno, los vasitos de yogurt, las bandejas donde se envasa la carne… e incluso reciclaron los cartones de leche, fabricando calendarios de mesa.

Decidido el espacio y contando con que los primeros materiales estaban al alcance, lo único que les faltaba era tierra y semillas para plantar, así queCarmen pensó que «los recortes del Señor Wert» aún le dejaban margen para comprar un par de sacos de tierra y unas semillas.

Pero el huerto era, ante todo, un recurso educativo que debía cumplir su propósito de promover aprendizajes sobre las plantas y sobre el propio proceso creativo de aprender. Se comenzó buscando información…

Efectivamente, el huerto como recurso educativo les permitió aprender sobre las plantas, la agricultura, experimentar

«Ahora estamos en la fase de pasar los plantones a lo que va a ser nuestro ‘huerto escolar urbano‘. Cuando hemos ido a trasplantar, nos hemos dado cuenta de que las plantas al crecer se inclinaban todas hacia un lado y todas hacia el mismo.

Así que les pregunté a mis investigadoras e investigadores por qué creían que todas se ‘torcían hacia el mismo lado‘ y éstas fueron las respuestas:
.- Se están secando,
.- Les falta agua.
.- Se van a ‘pudrir’
.- Van buscando el agua.
Todas las razones que daban apuntaban a relacionar ‘el suceso’ con la falta de agua.
Casualmente habíamos dejado un envase con agua en el lado hacia el que giraban, así que todo el grupo percibía que esa podía ser la razón y no alcanzaron a aportar otra.
Para probar las hipótesis, les planteé que íbamos a hacer un experimento para ver si estaban en lo cierto:
.- Por un lado, regamos un grupo de plantas y otro no, para comprobar si al tener agua suficiente crecían rectas hacia arriba.
.- Por otro lado, por si la hipótesis adecuada era que iban buscando el agua del envase, lo cambiamos de lugar y lo pusimos justo al lado contrario.
Pudimos comprobar que nuestras hipótesis eran falsas y que a pesar de los cambios producidos, todas nuestras plantas seguían un poco inclinadas hacia el mismo sitio. Pues habría que buscar otras razones, les dije; y después de pensar un rato, escuchamos una «vocecilla» revelando que… iban buscando la luz de la ventana.

Así que renovamos nuestro experimento, les dimos la vuelta a todas para ver si cambiaban la inclinación de nuevo hacia la ventana y a unas pocas nos las llevamos a un rincón lejano y más oscuro, también giradas hacia donde no había luz y esperamos a ver los resultados...
Dos días después pudimos comprobar que cambiaban de rumbo y se inclinaban hacia la luz de la ventana.
.- ¡Ha ganado el experimento! ¡Ha ganado el experimento! Se oía gritar con entusiasmo, y los demás miraban entre sorprendidos y divertidos con el nuevo descubrimiento.
De repente pensé que algo así debió sentir Newton con aquello de la manzana.»
[Carmen CañabateHipótesis y experimentos«, en su blog: Estrellas de primero.]

También aprendimos matemáticas, lengua, tecnologías de la información y de la comunicación (TIC)
Aprender con proyectos -insiste Carmen-significa ser consciente de que el aprendizaje no está parcelado, como se empeñan en mostrarnos los libros de texto. Las áreas y los contenidos curriculares se mezclan de manera tal, que muchas veces es difícil identificar si estás contribuyendo al aprendizaje de lalengua o de las ‘mates‘ o estás trabajando «cono« (conocimiento del medio).

No solo se rompen las fronteras entre temáticas, horarios… sino la organización clásica del aula. Se hace precisa una autentica transformación. En este caso, para éste y otros proyectos, se trabajó por rincones.

Esta reorganización del espacio del aula permitió el trabajo en colaboración y en pequeño grupo, lo que hacía posible que, en el mismo momento, no todos los alumnos se encontrasen haciendo lo mismo, sino que se dejaban llevar más por sus intereses y habilidades. El aula se inundaba de inquietud y de ilusión por aprender, incluso en quienes presentaban más dificultades.

En el proyecto del ‘huerto escolar urbano‘, el rincón de la ciencia se convirtió en un vivero y en lugar de observación e investigación. En el rincón de la biblioteca y en el del ordenador se buscaba información sobre el modo de hacer las plantaciones.

» ‘De a poquito‘ como decía Myriam Nemirovsky fuimos consiguiendo que nuestra biblioteca fuese la parte más importante de la clase, y os iremos contando, también ‘de a poquito’, nuestros logros porque queremos que sea un lugar interesante, divertido… que nos ayude a aprender sobre cosas importantes». Escribía Carmen en una de las entradas de su blog: ‘Cuentos de brujas y otras zarandajas.«

Después, cada grupo preparaba una exposición oral sobre lo que había plantado,contando a los demás las razones que le habían llevado a hacerlo, cómo… y, además, haciendo partícipe al resto de la clase de algunas características vitales de sus plantas. Esta actividad les permitió, además, trabajar la exposición oral y el valor de un buen guion escrito, que sirviera de apoyo a la exposición.

«Hemos aprendido…
•  qué es un ‘índice‘,
•  para qué sirve,
•  también, que a veces se le sustituye por la palabra ‘sumario‘,
•  que en los libros temáticos, cuando buscamos información, no es necesario
leerlo todo ni empezar por el principio,

•  vocabulario a veces complejo y sin que se lo ‘empequeñezca’ nadie para que lo
entiendan.

•  a seleccionar información relevante, relacionada con una búsqueda previa,
•  a contar a los demás lo que hemos encontrado,
•  a interactuar con un grupo,
•  a tomar decisiones conjuntas,
•  y más información acerca de las plantas: sus partes, cómo crecen, su ciclo
de vida
…»

[Carmen Cañabate, «Ampliamos nuestra información sobre las plantas«, en su blog: Estrellas de primero.]

La evaluación del trabajo y de los aprendizajes también fue una tarea compartida; a través de las grabaciones se pudieron analizar las exposiciones y mejorar, para otras ocasiones, el rol de ponentes y de oyentes.

También descubrieron en la maceta de los rabanitos una comunidad de gusanos de un verde intenso y que estaban muy «lustrosos». Les encantó verlos y por eso los grabaron y lo compartieron en su blog: «Las estrellas de primero«.

Por último, comenta Carmen, pudimos comer unas pequeñas pero ricas patatasy unos rabanitos recogidos de nuestro huerto. Eso sí, tocamos a poquito pero al menos los probamos y de los errores aprendimos a mejorar para las siguientes siembras.

«Hay programas para jardines de infancia en los que se da a cada niño, por ejemplo, una colección de pequeñas piezas: guijarros, conchas, semillas y cosas por el estilo. Se propone entonces a la clase la tarea de descubrir cuáles son las semillas. Empieza con lo que llaman una ‘conferencia científica’: los niños hablan entre sí y tratan de imaginarse cuáles son semillas. Y, claro, hay algún maestro que orienta, pero la idea es dejar que los niños vayan pensando. Luego de un rato, intentan varios experimentos tendentes a averiguar cuáles son las semillas […]. Esos niños aprenden realmente algo: no sólo algo sobre las semillas y sobre lo que las hace crecer; también aprenden algo sobre los procesos de descubrimiento«. (Noam Chomsky, 2014: Sobre el trabajo académico…sinpermiso.info)


(*)
El título de la presente entrada adopta el nombre de uno de los trabajos del fallecido cantante español de Rock Germán Coppini López-Tormos: Despierta Escuela.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2014/03/09/escuelas_en_red/1394357400_139435.html

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One Stone: una escuela secundaria en EEUU dirigida por estudiantes

América del Norte/EEUU/Observatorios ITESM 

One Stone es el nombre de una escuela secundaria independiente de Boise, Idaho, EE. UU., donde los estudiantes toman las decisiones. En su segundo año de funcionamiento, esta escuela innovadora ofrece a los adolescentes experiencia práctica y la posibilidad de llevar a cabo proyectos de servicio a lo largo de su trayectoria académica.

La junta directiva de One Stone está dirigida por un estudiante, y por regla, todos los miembros que toman las decisiones deben ser alumnos. Las clases y los proyectos están diseñados en conjunto por coaches y estudiantes. El tiempo en el aula se complementa con actividades fuera de la escuela, tales como pasantías en empresas locales o la realización de proyectos de servicio social. Cualquiera puede inscribirse en la escuela secundaria One Stone; ésta no discrimina a solicitantes por raza o clase social, además de ser una institución completamente gratuita.

Testimonio de estudiantes de la escuela  secundiaria One Stone.

La filosofía de este colegio se basa en la creencia de que los estudiantes deben seguir su pasión y deben estar empoderados para hacer una diferencia significativa en el mundo. ¿Pero cómo funciona la escuela One Stone?

Modelo One Stone

  • One Stone practica un modelo basado en proyectos mediante procesos depensamiento de diseño para desarrollar soluciones a problemas específicos. Los estudiantes trabajan colaborativamente en proyectos reales y desarrollan habilidades a través de la investigación, la escritura y la comunicación.
  • Los estudiantes diseñan y dirigen su propio aprendizaje mientras los coaches les proporcionan apoyo teórico.
  • Los estudiantes y coaches discuten regularmente el crecimiento y metas individuales.
  • La escuela proporciona a los estudiantes pasantías externas y oportunidades de aprendizaje con experiencias prácticas fuera de las aulas.
  • Cuando los estudiantes no alcanzan los estándares esperados, obtienen entrenamiento adicional para asegurarse de que dominen el conocimiento, los conceptos y las habilidades estudiadas.
  • Esta escuela incluye espacios colaborativos, entornos creativos, sala de música, además de diversas áreas de trabajo y esparcimiento.

La comunidad de Bosie está tomando en serio a estos jóvenes líderes. Recientemente, RedBuilt, un fabricante local de productos de madera estructural, se reunió con los estudiantes de One Stone para mejorar los procesos de colaboración creativa entre sus diseñadores e ingenieros. Los adolescentes realizaron entrevistas, analizaron actitudes y proporcionaron soluciones para promover la empatía dentro de la empresa.

Fuente: https://observatorio.itesm.mx/edu-news/one-stone-escuela-dirigida-por-estudiantes

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Castigados sin fiesta o el papel de la educación del siglo XXI en el terreno de la no-discriminación sexual

Por María Acaso

 

Hay veces que en los libros encontramos frases que parecen escritas por una misma, así que mientras disfrutaba Americanah, (la primera novela que leo de la escritora nigeriana Chimamanda Adiche), pedí de manera urgente un bolígrafo para subrayar el siguiente párrafo:

“A los estadounidenses debían de enseñarlos, desde primaria, a decir siempre algo en clase, lo que fuese. Así que ella permanecía muda, rodeada de estudiantes instalados relajadamente en sus sillas, todos rebosantes de saber, no sobre la materia, sino sobre cómo estar en clase” (p.307)

Saber estar en clase. Saber cuándo hablar y cuándo callar. Saber cuándo es el mejor momento (dentro de que todos son malos) para pedir permiso e ir al baño. Saber desconectar. Saber conectar para enterarse de la fecha del examen. Saber con quién te puedes meter y con quién no. Saber si debes hacerle un poco más la pelota a la profesora. Saber a quién tienes que invitar o no a tu fiesta de cumpleaños.

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Parte del Taller “Azul, rosa o blanco” diseñado e implementado por Patricia Rainjenstein

Uno de los saberes que más rápidamente aprendemos en la escuela, en la universidad, en los cursos de lengua extranjera, es el saber procedimental de a quién debemos discriminar y a quién no, a quién debemos meter en nuestro círculo y a quién no, a quién debemos pedir el teléfono y a quién no. Y estos pequeños gestos invisibles, a pesar de ser un tema tabú que jamás se hacen explícitos, se convierten en el verdadero Saber con mayúsculas, un cuerpo de conocimientos que no tiene nada que ver con el currículum, con la materia, sino que tienen que ver sobre cómo estar, sobre cómo vestir, sobre de quién nos debemos hacer amigos y a quién debemos ignorar.

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“Soy normal” parte del kit de trabajo de la sesión “Salir del armario” diseñado por Clara Megías

Nadie nos examina sobre estos contenidos, no figuran en el libro, ni en las leyes, ni en la programación, y precisamente porque no son parte del simulacro que no cesamos en denunciar, son saberes que aprendemos a fuego: el marica, la marimacho, los que no encajan comienzan a ser vistos como raros, diferentes, extraños y poco a poco, (y quizás hoy sin insultos pero con la misma radicalidad),quienes no encajan en la norma dejan de ser invitados a las fiestas de cumpleaños.

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Parte del Taller “Azul, rosa o blanco” diseñado e implementado por Patricia Rainjenstein

Porque estos saberes están absolutamente impregnados del velo de la heteronormatividad, de la norma que impone las relaciones heterosexuales como las únicas posibles y, un poco más allá, nos hace entender el universo como un lugar binario donde solo existe la posibilidad de ser mujer u hombre, sin gamas de grises ni identidades mezcladas, ni donde se contempla una idea mucho más subversiva:que los roles de género no sean sino estén, es decir, no se configuren desde el inicio y para siempre sino que roten, cambien, se alteren de manera que en un momento nos sintamos más cerca de un género y, cinco minuto más tarde, nos sintamos de otro.

Las consecuencias de que la escuela y la universidad contribuyan a representar la heterosexualidad como única opción sexual no son baladíes, muy al contrario, son consecuencias en muchos casos dramáticas tanto física como psíquicamente y creo que no hace falta ahondar en el tema de bullying homofóbico que cada curso escolar nos conduce a varios suicidios públicos y seguro que a muchos más privados. Y esta es la razón, por la que la tercera sesión de la Escuela de Educación Disruptiva 2015 “Salir del armario: pedagogías queer y otras formas de abordar la identidad sexual en el aula”, se construyó bajo la idea de que todas las personas tienen derecho a vivir la vida sin discriminación y que debemos de abordar cualquier tema desde la complejidad.

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Remedios Zafra en acción

Para trabajar estos temas contamos con tres personas que no atienden a etiquetas tal y como se demostró en su presentación, ya que Remedios Zafra optó por no definirse de una sola manera y aceptar que no ha sido siempre la misma, Lucas Platero aceptó no ser conformista, ni ser una persona trans como dicta el DSM5, mientras que nuestra tercera invitada, Patricia Rainjenstein no le gusta ir a lugares comunes cuando construye una relación, además de no ser Picasso, ni Frida Khalo….

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Parte del Taller “Azul, rosa o blanco” diseñado e implementado por Patricia Rainjenstein

Remedios Zafra nos deslumbró con su trabajo sobre qué es el feminismo en el siglo XXI, los movimientos Queer y Ciberfeministas, así como la potencia de los activismos de Género en la educación y en la tecnología. Lucas Platero nos hizo un favor increíble al aterrizar todos los conceptos expuestos por Remedios en el aula, ejemplificando cómo es posible abordar temas aparentemente complicados en la cotidianidad de la educación primaria, la secundaria o la universidad, con un contagioso sentido del humor utilizado de manera política para salir del victimismo y la tristeza, desplazando el miedo hacia la curiosidad. Lucas interpeló el concepto “normal” y nos propuso un término nuevo: interseccionalidad, la creencia de que las discriminaciones están entrelazadas y no se pueden resolver por separado.

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Lucas Platero en acción

Y finalmente Patricia Raijenstein encardinó todos estos conceptos en nuestros cuerpos mediante el taller “Rosa, azul o blanco” en el que las cárceles del amor romántico se abrieron mediante opciones de relaciones contemporáneas como el poliamor o la anarquía relacional.

Hay temas en que es más importante des-aprender que aprender,des-aprender a insultar, des-aprender a reírnos, des-aprender a darnos codazos. Des-aprender lo que nos dicen las películas, las novelas y hasta los libros de texto para abrazar los lujos de la diversidad, de los cuerpos y las mentes complejas que nos llevan a construir identidades heterogéneas en todos los casos, inclasificables por definición. En la educación por la que luchamos, en una educación que aborde las complejidades del siglo XXI y que se entienda como verdaderamente democrática, no podemos seguir discriminando veladamente: la comunidad educativa tiene un papel urgente que abordar para que todos seamos invitados a todas las fiestas.

Vídeos de las conferencias, materiales de las sesiones (incluye power points), fotos y Storify de la sesión aquíhttp://eed.fundaciontelefonica.com/sesion-3-eed2015/

Fuente: http://www.mariaacaso.es/castigados-sin-fiesta-o-el-papel-de-la-educacion-del-siglo-xxi-en-el-terreno-de-la-no-discriminacion-sexual/

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Exponer la educación

Por María Acaso

El mes pasado tuvo lugar en Madrid ARCO 2017, un espacio donde se dan cita los profesionales del mercado del arte y donde las artes visuales se entienden, antes que nada, como un negocio. En el contexto de la feria, cada año tienen lugar diferentes encuentros profesionales que tocan temas adyacentes al mercado del arte, y este año, por tercera vez consecutiva, se ha celebrado un encuentro sobre educación.

Las relaciones entre el mercado del arte y la educación artística no existen. A las estructuras financieras poco o nada les importan los problemas que plantea el mundo en relación con las imágenes y los posibles modos que tenemos de defendernos de ellas. Si les interesasen, ese interés tendría que ver, probablemente, con cómo enseñarnos a dejarnos seducir por dichas imágenes, en vez de aprender a desautorizarlas. Pero nosotras (Pedagogías Invisibles), quienes hemos diseñado y producido el evento, creemos importante que la educación se filtre en un espacio así y que adquiera la visibilidad que nunca ha tenido.

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Ilustraciones de Diego del Pozo para las activaciones de Un saber realmente útil en MNCARS

El tema elegido este año han sido las exposiciones sobre educación que han proliferado en el panorama cultural en los últimos años y se han seleccionado cinco casos de estudio: «Un saber realmente útil», exposición realizada en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en el 2015; «Lesson 0», realizada en la Fundación Juan Miró, también en el 2015; «Sin título», llevada a cabo en Espacio Fundación Telefónica en el 2016; «Cohabitar entre», realizada en Fabra i Coats durante 2016 y 2017; y, finalmente, «Ni arte ni educación», producida por Matadero Madrid en el 2016. Esta repentina aparición de lo educativo como tema de lo expositivo nos parece, cuando menos, sospechosa. Desde Pedagogías Invisibles nos parecía interesante abordar cuál era el origen de esta preocupación, cómo se han diseñado y producido estas exposiciones y para qué se han llevado realmente a cabo.

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Lesson 0. Exposición comisaraiada por Azotea (Ane Agirre – Juan Canela). Foto de la exposcición de Eva Kotatkova

Fue muy interesante comprobar que, de lo primero que se habló, fue de la controversia que ha surgido porque algunas instituciones han borrado el término educación de la comunicación de sus programas y lo han sustituido por mediación. Esta «alergia» a lo educativo merece ser investigada cuando la entendemos como una paradoja: justo cuando las instituciones culturales se muestran más interesadas por lo educativo, resulta que se suprime la palabra educación. Vivimos un segundo giro educativo en el que las instituciones y sus agentes principales abrazan lo educativo, al tiempo que son pocos los comisarios y artistas que adquieren un conocimiento experto sobre educación; a esto se une una concepción de nuestras prácticas como un procedimiento para que los públicos entiendan los discursos de estas dos figuras, pero sin aceptar el trabajo de las educadoras como una práctica cultural autónoma generadora de conocimiento.

En esta confluencia, considero muy importante volver a darle el valor que se merece al término educación. Y, más allá de los debates sobre si el público infantil está emancipado o no (recordemos la distinción que estableció Meirieu al respecto en 2013), hay que reivindicar la potencia del término. Imaginemos por un momento que el trabajo de los artistas no se llamase arte o que el de los comisarios no se denominase comisariado. El término educación ha de desvincularse de lo escolar y de las manualidades para adquirir el rango de práctica cultural generadora de conocimiento que le corresponde, pero no por ello debe abandonar la sonoridad de su nombre.

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Ilustraciones de Diego del Pozo para las activaciones de Un saber realmente útil en MNCARS

También fueron recurrentes las alusiones a la «barbarie» del público. Especialmente en «Ni arte ni educación», la participación fue percibida como un acto que en muchas ocasiones traspasó determinadas líneas, y, en este traspasar, nos hicimos la pregunta de qué significaba esta violencia por parte de los espectadores. Como apuntó Aida Sánchez, de Serdio, la barbarie puede entenderse como un «acto revelador», como un aullido que define la posición que los públicos están demandando. De la misma manera que la supuesta violencia del 15M visibilizó el deseo de una participación activa en la política por parte de la ciudadanía, quizás estemos en un momento en el que el público reclama algo semejante a las instituciones.

En «Ni arte ni educación» establecimos el programa «Cesión ciudadana», mediante el que el público articuló catorce dispositivos que formaron parte de la exposición de manera inesperada. Dentro del comisariado del GED (Grupo de Educación de Matadero), nos preocupaba la participación del público, de manera que lo integramos a través de este proceso, que resultó uno de los más interesantes en lo que a la generación de conocimiento de la experiencia se refiere. Esta es una entre las muchas posibilidades de reconocer la espectaduría desde una óptica diferente; por supuesto que no es la única, pero se trata de una propuesta que ha funcionado.

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Foto de Ni arte ni eudcación. Jorge Mirón

Y para terminar, en un momento en que dentro de la gestión del conocimiento se están poniendo en entredicho los formatos, especialmente el formato expositivo, ¿tiene sentido que las profesionales de la educación nos dediquemos a reproducirlo? ¿Por qué los departamentos de educación consideran un privilegio podercomisariar una exposición? ¿Qué subyace en el hecho de que la educación sea un tema recurrente en lo expositivo? Cuando los comisarios y artistas hacen educación, se respeta este giro; pero cuando somos las educadoras las que incurrimos en el comisariado o en la producción artística (dos cosas que ocurren con muy poca frecuencia), nuestras propuestas se ponen en entredicho.

Creo sinceramente que la creciente obsesión de los departamentos de educación por comisariar tiene que ver con la necesidad de reclamar una visibilidad que nunca hemos tenido: esto de desear el juguete del otro tiene que ver con que nos quieran, con situar nuestro trabajo en la primera plana del museo, en el folleto, en los vinilos de la entrada; queremos estar en la inauguración como protagonistas y no solo en calidad de invitadas. Y esta petición es legítima, porque es la situación previa a la simetría. Es la ley de cuotas, una suerte de discriminación positiva que necesitamos en la antesala definitiva de nuestro reconocimiento.

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Foto de Ni arte ni eudcación. Jorge Mirón

Sustituir educación por mediación, aceptar la barbarie o querer jugar con el juguete del otro son los temas que están presentes en la encrucijada del arte, la educación y los museos, en un momento en el que la cantidad de exposiciones que tocan el tema de la educación nos sitúa ante una doble paradoja: ahora que la educación parece más visible que nunca, esa falsa visibilidad es la consecuencia de una invisibilidad intrínseca. Reivindicar la educación, conectar con los públicos y visibilizar los departamentos de educación sin que sea necesario exponer son sencillos gestos que consiguen que cambien las cosas complicadas.

* «Ahí está la verdadera diferencia entre un niño y un adulto: un niño ha de ser educado, es decir, hay que elegir por él qué debe aprender (aunque luego se le deje aprender libremente); un adulto puede seguir aprendiendo, pero elige él mismo qué aprender: en el verdadero sentido del término, no debe ser, no puede ser educado (Arendt, 1989)» (Meirieu, Frankenstein educador, 2013).

Fuente: http://www.mariaacaso.es/exponer-la-educacion/#more-1777

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