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Kenia: ‘Reggae’ para los alumnos más especiales

 

Redacción: El País

El 90% de los estudiantes con discapacidad en Kenia no recibe una educación adaptada. Un cantante ha abierto una escuela inclusiva en la aldea de Kabondo para acabar con el estigma

A Baba Gurston le habría gustado tener un profesor como él. Uno que entendiese lo que es correr para quien no puede caminar. Uno que susurrase lecciones a los oídos a los que les cuesta escuchar. En realidad, a Baba Gurston le habría gustado tener un profesor. A él, hasta los diez años no le dejaron ir a la escuela. “Mis músculos eran demasiado débiles para moverme”. Una discapacidad genética quebraba sus pasos: sus brazos eran más largos que sus piernas. Eso, en una aldea de campesinos que cultivan maíz en los cerros que vigilan el lago Victoria, en la Kenia fértil que casi es Uganda, es peor que una plaga. Peor incluso que una maldición.

En buena parte de las comunidades rurales de Kenia, donde residen el 66% de los más de cuatro millones de personas con diversidad funcional que se estima existen en el país, la discapacidad es vista como una condena. Cada vez menos, matiza Gurston, pero “aquí la gente sigue creyendo en brujería y supersticiones”. Poco importa lo que diga la The Persons with Disabilities Act o los objetivos del plan gubernamental Kenia 2030, nacer con una discapacidad física o intelectual en Kenia es casi siempre sinónimo de marginalidad. Un círculo vicioso de vergüenza, rechazo y discriminación.

“Las personas con discapacidad son el grupo más desfavorecido y marginando, los que más discriminación sufren en todos los niveles de la sociedad: una compleja red de problemas económicos y sociales, incluida la desigualdad de género, crean barreras educativas, sociales y económicas. Por tanto, un número desproporcionado de niños y adultos con necesidades especiales no pueden acceder a una educación adecuada y son analfabetos”, resume un informe del propio Gobierno keniano..

Alumnos de la escuela inclusiva, en el patio del centro antes de asistir a las últimas clases de la mañana.
Alumnos de la escuela inclusiva, en el patio del centro antes de asistir a las últimas clases de la mañana.PABLO L. OROSA

La traducción, en cifras, es que de los más de 750.000 jóvenes con discapacidad en edad escolar, solo 45.000 (el 6%) están escolarizados y apenas el 2% inscritos en programas adaptados a sus necesidades. Esto supone que alrededor del 90% de los menores con discapacidad o bien permanecen fuera del sistema educativo o acuden a centros sin capacidad para atenderlos.

Apenas el 2% de los 750.000 jóvenes con discapacidad en edad escolar en Kenia reciben una formación adaptada a sus necesidades

Más allá de las cifras, son jóvenes como Byron que despiden cada mañana a sus hermanos antes de ir a la escuela. Para ellos no hay pizarras ni clases de inglés, solo paredes mudas con las que esconderlos del mundo. Tener ceguera, albinismo o trastorno del espectro autista es un salvoconducto a la marginalidad. “Las familias se sienten estigmatizadas y tienen miedo de mostrar al crío en público”, señalan los expertos gubernamentales. A Byron, el más tímido de los tres compañeros de pupitre, lo tuvieron durante meses en casa. “Hasta que convencimos a los padres de que él no era diferente, solo que no era tan fuerte como sus hermanos”, interviene Gurston. Ni siquiera están seguros de lo que debilita su cuerpo. Puede ser algo genético, pero también la malaria. O la polio.

Esta cadena de estigmatización se extiende a través del sistema educativo. Pese a los grandes esfuerzos por mejorar, con la puesta en marcha en 2003 de la educación primaria gratuita, los menores con diversidad funcional siguen siendo un colectivo olvidado. Hay poco más de un centenar de escuelas especializadas y algo más de 1.300 unidades adaptadas en los centros públicos. La mayoría carecen de instalaciones y equipamiento adecuados.

Entre el profesorado, solo el 1% ha recibido formación para atender a alumnos con necesidades especiales múltiples. “Hace falta más formación específica, ya que son muchos los prejuicios que rondan en torno a la discapacidad y ello ejerce una fuerte oposición hacia la inclusión. Es imprescindible que la formación que se dé al profesorado sea específica a las dificultades que se encuentran. Es un tópico real que desde la universidad se promueven aspectos teóricos, que pocas veces se asemejan al día a día que tienen los maestros en sus aulas. Necesitan herramientas útiles y apoyos continuos, no un amplio conocimiento sobre discapacidad y una ayuda puntual que pronto quedará en el olvido”, apunta Saínza Ramos, pedagoga experta en el trastorno del espectro del autismo.

Solo el 19% de los alumnos con diversidad funcional concluyen su formación secundaria en Kenia

El propio sistema educativo es demasiado rígido: a algunos alumnos con necesidades especiales no les da tiempo a completar los exámenes. El resultado es que apenas el 19% de los estudiantes con discapacidad concluyen su formación secundaria y apenas 645 cursaban estudios superiores en las 70 universidades públicas y privadas del país en 2016.

El ejecutivo de Uhuru Kenyatta, reelegido el pasado otoño, ha tratado de frenar esta deriva aumentando las ayudas a los padres que matriculen a sus hijos con discapacidad hasta los 2.040 chelines (23 dólares) mensuales. Este dinero, arguyen las familias, apenas alcanza para hacer frente a los gastos de transporte. “Las personas con discapacidad, especialmente los niños, viven en entornos hostiles donde su seguridad está comprometida y su futuro en peligro. Permanecen marginados y sin oportunidad de avanzar, sin voz a consecuencia de los prejuicios, la violencia y el abuso social”, concluye el informe gubernamental.

La escuela del ‘reggae’

Baba Gurston, quien impulsa la escuela inclusiva de Kabondo, en la entrada del recinto.
Baba Gurston, quien impulsa la escuela inclusiva de Kabondo, en la entrada del recinto. PABLO L. OROSA

En la entrada del aula hay un sinfín de zapatos. Tienen tantos colores como formas. Hay sandalias, mocasines y katiuskas. La mayoría negras, pero también verdes y rosas. Todas, sin excepción, cansadas de tanto barro y tanto caminar. En Kabondo la gente camina mucho: para preparar la tierra, para ir al mercado y al médico, para ir a la escuela los que pueden ir a la escuela. Es una comunidad humilde, bendecida con una tierra fértil en maíz, patatas dulces, tomates y hortalizas, pero en la que no sobra dinero para enviar a los chicos al colegio. Menos aún a los que tienen algún tipo de discapacidad.

Convertido en una estrella del reggae en Kenia, Baba Gurston creó una escuela en la que, de los 83 alumnos, 15 tienen algún tipo de discapacidad

A Byron, con el cuerpo enflaquecido y la boca parca, lo tenían escondido en casa. A Yael, seis años contados en episodios de epilepsia, también. De no ser por esta escuela, la escuela del reggae, los chicos de Kabondo no podrían ir al colegio. Los que tienen discapacidad, seguro; los que no, quizá tampoco. Aquí la pelea por la educación es diaria e individual. Hay que convencer a las familias, una por una. Día a día. «Futuro a futuro», parafraseando al propio Baba Gurston. Porque él lo tiene claro: “En esta escuela estamos abriendo un futuro para estos niños”. Para los 83, incluidos los 15 con discapacidad.

En las cuatro aulas levantadas donde hace dos años solo había pastos no hay distinción posible. Aquí todos los alumnos son iguales. El que tiene el cuerpo envilecido o el que tiene ceguera. En la escuela de Baba Gurston solo hay un lema: Disability is not inability (la discapacidad no es incapacidad). “Por raro que parezca la educación inclusiva favorece principalmente a los niños que no tienen ningún tipo de discapacidad, y ya no solo por todos los valores que promueve sino porque aprenden a sentirse parte de un grupo, reconociendo capacidades dentro de todas nuestras discapacidades, aspecto clave para crecer en el mundo laboral formando equipos”, apunta Ramos.

“La gente cree que la gente con discapacidad no tiene talentos, pero no es cierto, sí los tiene”, señala Gurston. Él, el chico que hasta los diez años no podía ni caminar, es hoy el mayor exponente de lo que se puede lograr derribando las barreras de los estereotipos. Tras nueve meses recorriendo los círculos del infierno, los tres primeros bañándose en el ungüento de hierbas preparado por una curandera y los otros seis encerrado tres horas al día en un agujero de barro bajo el sol, según cuenta, los músculos de Baba Gurston aprendieron a sostenerse. Lo suficiente para recuperar el tiempo perdido. Llegó a secundaria, donde entre los 1.200 alumnos era el único con discapacidad: “Me decían cosas, me intimidaban e incluso me robaban”. Pese al bullying, fue un alumno brillante: dominaba la gramática y la música como el mejor.

Con 17 años se marchó a Kibera, uno de los mayores slums del África, la ciudad sin nombre inmortalizada por Hollywood en El jardinero fiel. Allí conoció a otros como él. Artistas. De la mano del Kibera Creative Arts puso en marcha un grupo en el que los bailarines con algún tipo de discapacidad eran las estrellas. Fue su primer éxito. Suficiente para aliviar una vida dura: en Kibera no hay vidas que no lo sean. “Para mí lo peor era la distancia que tenía que caminar a diario: era casi una hora y media y eso es mucho para mí”, asegura Baba, hoy sentado a la sombra en el único despacho de la escuela. Es una habitación pequeña, de paredes claras y desnudas, con tres sillas y una mesa repleta de libros y carpetas impecablemente ordenadas. También hay dos grapadoras, varias libretas y un juego de bolígrafos. Y el teléfono de Baba.

—¿Por qué decidiste volver?

—Un amigo me convenció. A mí no me gustaba la idea de ser profesor, pero empezamos a hablar de educar a niños pequeños…

Por aquel entonces, hace algo más de dos años, Baba Gurston ya era un reconocido cantante en la escena alternativa keniana. Una de las estrellas de los Art Attack Festival. “La gente se vuelve loca cuando él sale al escenario”, afirma uno de los jóvenes de Kibera que creció viéndolo actuar. Sus ritmos reggaesuenan en Ruanda, Tanzania, Uganda o Etiopía. También en Suecia, donde un artista local, Peter Lundback, se ha convertido en su gran aliado. Su posición —y sus ingresos— le permitieron poner en marcha la escuela. Volver a Kabondo para darle a los pequeños un maestro que él nunca tuvo.

“No queremos que los niños con discapacidad crezcan aparte, que les digan que son especiales. ¡No hay nadie especial! Queremos que sean como los demás. La principal razón por la que existe la discriminación es porque nos separan, esconden a los niños y eso genera rechazo. Si los niños crecen entre iguales se reconocen en ellos, reconocen que ellos también pueden ser vistos como distintos: así es como pasan a ser uno más”, explica. “No hay nada mejor para potenciar el desarrollo de un niño que con el apoyo del grupo-clase, niños conscientes de que todos tenemos dificultades que con ayuda de los demás son menos dificultades”, concuerda Ramos.

Por eso, esta mañana en la clase de ciencia de la señorita Julie no hay miradas distintas para Byron ni para Yael. Tampoco para Jacob. Solo hay un profesor pendiente de ellos. Para ayudarlos. “Les hacemos un refuerzo después de la clase”, explica la maestra. El modelo funciona: “Yael, por ejemplo, iba con un poco de retraso, pero ya hace casi todas las actividades con sus compañeros”. Y Jacob, continúa Gurston, “cada vez se va abriendo más: cuando llegó tenía miedo a hablar”.

En apenas un año, la escuela en la que todo se aprende a través de la música ha conseguido mucho. Hay todavía retos: ampliar las clases, conseguir una furgoneta con la que recoger a los pequeños que viven más lejos y fondos para poder poner en marcha un comedor, pero el primer paso ya está dado. Después de aprender a caminar, ya solo se puede correr.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/07/09/planeta_futuro/1531151350_136446.html

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Harry Potter: el modelo de educación gratuita en Hogwarts

Autora: Mónica Garrido

La famosa escuela de magia y hechicería creada por J. K. Rowling es financiada completamente por el Ministerio de Magia. Los alumnos solo deben costear sus uniformes y materiales y quienes tienen dificultades económicas reciben una beca. ¿Debería imperar en el mundo muggle el modelo educacional potterian?

La primera vez que se dio a conocer Hogwarts fue en 1997 por medio de una carta que recibió Harry Potter. El niño de 11 años leyó incrédulo que era uno de los cientos de alumnos que cada año podía ingresar a primer año de la escuela de magia y hechicería.

Fundada por Godric Gryffindor, Rowena Ravenclaw, Helga Hufflepuff y Salazar Slytherin; Hogwarts recibe a sus alumnos novatos con un gran banquete antecedido por el trabajo del sombrero seleccionador: enviar a cada estudiante a su casa correspondiente.



A grandes rasgos -obviando el hecho de que estudian magia y criaturas fantásticas- Hogwarts seguía una estructura relativamente normal: los alumnos eran distribuidos en clases con horarios determinados y cada año aumentaban de nivel hasta alcanzar los siete años de estudios exigidos por el mundo mágico. Pero esta institución educacional tiene lecciones para los muggles -personas no magas- que escapan a los hechizos y pociones.

En julio de 2015, la autora de este universo -la británica J. K. Rowling- dio a conocer por medio de su cuenta de Twitter que Hogwarts es totalmente gratuita para los estudiantes, ya que el Ministerio de Magia se encarga de todos los gastos referentes a la educación, claro que exceptuando los uniformes y materiales varios, los cuales son subsidiados por una beca para los alumnos de escasos recursos.

La escuela de Magia y Hechicería destaca también por sus clases que no se remiten a los antiguos libros y la teoría mágica. Las clases prácticas son fundamentales en casi todas las asignaturas: Encantamientos, Transformaciones, Pociones, Herbología, Vuelo (primer año) -que luego deriva en Quidditch para los deportistas-, Astronomía y Defensa contra las artes oscuras. Quizás la única que escapa a esto es Historia de la magia.

Posteriormente -en tercer año-, eligen como mínimo dos cursos optativos entre Runas Antiguas, Aritmancia, Estudios Muggles, Cuidado de criaturas mágicas, Adivinación y Alquimia.

Más allá de las clases que les proporcionan los conocimientos específicos para finalmente egresar del colegio, Hogwarts además les enseña a ser buenas personas.

Si bien cada casa se caracteriza por un valor específico: Gryffindor es para los valientes, Slytherin los ambiciosos, Ravenclaw los más inteligentes y Hufflepuff los honestos y bondadosos; no son exclusivas al momento de seleccionar estudiantes, ya que todos tienen estos valores de forma latente y lo que hace su casa es fomentarlos.



Quizás el mejor ejemplo es Hermione Granger, una alumna entregada por completo a los estudios, libros y las palabras de los profesores. Cualquiera pensaría que la elección lógica sería Ravenclaw, donde seguiría estimulando su mente, pero el Sombrero Seleccionador tuvo otra idea: que la pequeña Granger explotara el valor de la amistad y la valentía, en vez de encerrarse con libros con el fin de obtener la nota más alta.

De hecho cambió completamente su forma de ver la vida: si en La piedra filosofal dijo: “Me voy a la cama antes que se les ocurra otra idea que nos mate, o peor, que nos expulsen”. Cinco años después en La Orden del Fénix, la misma alumna dijo: “Es emocionante, ¿no? Romper las reglas”, cuando organizaban el Ejército de Dumbledore a escondidas de Umbridge.

Sin embargo, la educación gratuita tuvo un alto costo para los alumnos, sobretodo para los que compartieron años de estudio con Harry Potter.


No todo es maravilla

El periodo de tiempo en que Harry, Hermione y Ron estudiaron allí, abundaron trágicas circunstancias, las cuales motivaron la cancelación de exámenes los primeros 2 años, misiones que les impedían seguir sus cursos con normalidad e incluso una revolución que enfrentó bélicamente a los jóvenes magos con los mortífagos secuaces de Voldemort.

No por nada la misma profesora McGonagall les dijo: “¿Por qué, cuando pasa algo, siempre son ustedes tres?”. “Créame profesora, llevo 6 años preguntándome los mismo”, respondió Ron Weasley.

La realidad es que de estudios y exámenes no hubo mucho, y la responsabilidad no es de Harry Potter y la guerra que libraba; sino de cómo funcionaba Hogwarts. Comenzando con la elección de los docentes, encontramos una falla grave por parte de Albus Dumbledore al momento de seleccionar quien enseñaría Defensa contra las Artes Oscuras a sus estudiantes.

En primer año Quirinus Quirrell era el encargado de dar a conocer cómo repeler ataques mortífagos, pero resulta que él mismo ocultaba una de las almas de Voldemort y de esta manera, “El que no debe ser nombrado” vivía a través de él para consumir la sangre de unicornio que le daba vida temporal y obtener la piedra filosofal para alcanzar la inmortalidad.



El segundo año fue Gilderoy Lockhart, un charlatán reconocido en el mundo mágico por la venta de sus libros donde narra sus increíbles aventuras -robadas de otros magos y brujas a quienes borró su memoria-. Lockhart no solo era mentiroso, además puso en riesgo a sus alumnos -no contento con dar clases inútiles, hizo desaparecer el hueso del brazo de Harry y estuvo a punto de borrar la memoria de Harry y Ron al interior de La Cámara Secreta.



Remus Lupin y Alastor ‘Ojoloco’ Moody fueron los dos más competentes para el trabajo asignado, sino fuera porque Lupin era un hombre lobo que debía ausentarse cada luna llena, y porque Moody en realidad era Barty Crouch Jr., un mortífago prófugo de la justicia que tenía por misión llevar a Harry ante Voldemort.



Dolores Umbridge de seguro es la más odiada por todos. Tras el regreso de Voldemort, el Ministerio de Magia no halló nada mejor que imponer una funcionaria del ministerio para resguardar el cumplimiento. La mujer no solo eliminó las clases prácticas en una asignatura que no puede ser meramente teórica, además implementó duros castigos para quienes se mostraran contrarios a ella. Tal fue su ineptitud como profesora que Harry, Ron y Hermione organizaron El ejército de Dumbledore para completar aquellos conocimientos que Umbridge no impartía.



Al año siguiente, el profesor de esta asignatura fue Severus Snape -reemplazado en Pociones por Horace Slughorn- cumpliendo así su sueño de ser el maestro de Defensa contra las artes oscuras. Sin embargo, al año siguiente, Voldemort ya había logrado imponer su reinado del terror, infiltrándose en Hogwarts y dejando a Snape a cargo de la dirección.

Quien asumió la clase fue Amicus Carrow, quien modificó el nombre a “Artes oscuras”, obligando a los estudiantes a practicar los hechizos imperdonables contra los alumnos de primer año.

Pero es solo uno de los tantos aspectos en los que la institución educativa expuso a sus alumnos al peligro en vez de protegerlos. Harry no había sido seleccionado aún por el sombrero cuando Dumbledore ya estaba advirtiendo que “El tercer piso está prohibido para cualquiera que no quiera sufrir una muerte dolorosa” y el impedimento de ingresar al Bosque Prohibido. Eso sin considerar que ingresó un troll al castillo, y que Harry, Ron, Hermione y Malfoy fueron castigados acompañando a Hagrid al mismo Bosque Prohibido que estaba fuera de lo permitido.



Lo anterior solo en primer año, pues conforme avanzaron los años, la inconsistencia en cuanto a cuidado con los alumnos fue en aumento. En El Prisionero de Azkabán a Hermione le conceden un Giratiempo, artefacto que usa inocentemente para asistir a dos clases con tope horario, pero finalmente jugaron con el peligroso viaje en el tiempo que -como en toda historia- arriesga graves consecuencias.

El Torneo de los Tres Magos es un ejemplo clave, ya que más que una competencia escolar que pone a prueba los conocimientos adquiridos parece un cruel reality show considerando que los participante realmente pueden morir.

De hecho, Cedric Diggory probablemente estaría de acuerdo con prohibir el certamen. Curiosamente, Harry sí pudo participar en el Torneo de los Tres Magos, pero no ir a Hogsmade porque no tenía la firma de su tío Vernon para autorizarlo.



Las falencia de Hogwarts dan origen a una extensa lista que, lamentablemente, no se puede comparar con las otras escuelas de magia -entre ellas Durmstrang, Beauxbatons e Ilvermorny- por la falta de información detallada en torno a ellas. Pero, aún en el marco de la batalla entre Harry Potter y Voldemort, a la gratuidad le hace falta la calidad que los alumnos merecen.

Fuente: http://culto.latercera.com/2018/08/07/harry-potter-modelo-educacion-gratuita-en-hogwarts/

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Educación gratuita

Por Rómulo López Sabando

La educación está sometida a la voluntad política del gobierno de turno. Se malgastan recursos. Sus presupuestos, que degeneran en control burocrático, cubren gastos del personal y mantenimiento. Hay desvío de fondos, autoritarismo, violaciones, deserción y altos costos. Generaliza la mediocridad. Los maestros, al depender del erario, pierden sus iniciativas y hacen lo que el Gobierno les ordena (y sanciona).

El Estado no logra calidad en la educación porque se sustenta en subsidios a la oferta.

El subsidio debe ser a la demanda que beneficia directamente a los alumnos y a los profesores. La educación es derecho de los padres.

Arkansas, Wisconsin, Suecia, Singapur, Corea del Sur, Alemania, Australia, Canadá, China, Colombia, Dinamarca, España (plan piloto), Estonia, Francia, Holanda, Hungría, Inglaterra, Israel, Italia (algunas regiones), Lituania, Nueva Zelandia, Noruega, Polonia, Catar, Suecia, Turquía, Tailandia y Chile, subsidian la demanda.

Estos Estados emiten un bono educativo, (’voucher’) o cheque escolar que el Gobierno entrega cada mes a los padres del alumno. Es intransferible. Solo sirve para pagar la colegiatura individual.

Lo reciben de una oficina de gobierno o banco designado por el Estado. Con el recibo de pago el alumno retira el ‘voucher’ del siguiente mes.

Dicen que se privatizará la educación. Falso. Es educación gratuita. Los padres, profesores y directivos de cada institución deciden cómo distribuir esos ingresos en sueldos, mantenimiento, laboratorios, biblioteca, etc. Y con esta autonomía establecen las mallas curriculares y programas de estudio con valores morales que enriquecen la enseñanza. No solo matemáticas, lenguaje y ciencias, sino historia, urbanidad, lógica, ética y cívica. Libertad de oportunidades. Sin injerencia de políticos, del Gobierno o de burócratas. Los profesores y/o padres de familia pueden comprar la escuela. Si no ocurre, seguirá propiedad del Gobierno. Los alumnos salen mejor preparados, los profesores mejoran sus ingresos y hay productividad y ética en el uso de los recursos.

Fuente del artículo: http://www.expreso.ec/opinion/columnas/educacion-gratuita-YM2295607.

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¿Qué tan bien lo estamos haciendo?

Por Moises Wasserman 

Tenemos educación gratuita, pero eso no impide las grandes diferencias de calidad con la privada.

La semana pasada reflexionaba sobre “para qué sirve la universidad”, y concluí, en una síntesis brevísima, que sirve para “la formación amplia, integral y democratizadora de los jóvenes, y la construcción de un importante potencial de respuesta a los problemas de la sociedad”. La pregunta inevitable es qué tan bien lo estamos haciendo.

La primera parte de la respuesta debe ser un reconocimiento a lo que hemos avanzado durante los últimos decenios. A veces se piensa que mientras menos se reconozca, más se aboga por lo que falta, pero sucede precisamente lo contrario. La falta de reconocimiento rompe la continuidad de buenas iniciativas y desestimula esfuerzos.

Cuando entré a la Universidad Nacional (es historia, pero no prehistoria), solo el 4 por ciento de los jóvenes en edad de estudiar en la educación superior lo hacíamos. Hoy son más del 50 por ciento. La investigación científica era apenas anecdótica, la formación se daba mayoritariamente en profesiones con límites estrechos en su estudio y aplicación. Los posgrados eran una figura exótica.

Hoy contamos con un sistema universitario de gran fortaleza e instrumentos que permiten asegurar que la oferta tenga unos estándares prefijados de calidad. Contamos con información confiable y al día para tomar decisiones y, a pesar de la concentración de la oferta en los grandes centros urbanos, hay iniciativas que permiten progresivamente el acceso a poblaciones rurales y desprotegidas.

Hoy contamos con un sistema universitario de gran fortaleza e instrumentos que permiten asegurar que la oferta tenga unos estándares prefijados de calidad.

La segunda parte de la respuesta es sobre lo que hace falta. Se podría decir que más de todo y mejor. Más acceso, más equidad, más calidad, más impacto en la sociedad. Se han construido planes para lograr todo eso. La pregunta es si vamos a ser capaces de ejecutarlos, porque son planes de largo aliento y nosotros tendemos más a reiniciar que a continuar. Las actuales propuestas del sector contemplan, entre otras aspiraciones, llegar al año 2032 con una cobertura del 80 por ciento, similar a la de países desarrollados. Se plantean metas igualmente ambiciosas en calidad, diversidad y equidad regional de la oferta.

Contamos con algunas condiciones que, a mi parecer, nos dan una ventaja comparativa. Entre ellas, un sistema mixto público-privado, vinculado en forma sui géneris a una sola asociación (Ascún) con buena comunicación. La educación pública deberá ser el pilar del esfuerzo de equidad, pero los dos campos tienen claro que para alcanzar las metas nacionales se necesita todo su compromiso.

Hay problemas, sin duda. Uno es la heterogeneidad entre instituciones y entre regiones, lo que hace que las ofertas no sean equivalentes. Siempre hay voces por una educación totalmente pública y gratuita. Tal vez en un mundo ideal podría funcionar, pero los que trabajamos con números y preferimos enfrentar la realidad con algo más que discursos sabemos que no es sencillo. Más aún, que, incluso si se diera, no resolvería los problemas. Tenemos hoy educación básica y media gratuita, , pero eso no impide que haya grandes diferencias de calidad con la privada. En Brasil, los jóvenes bien preparados en colegios privados pasan los exámenes de ingreso a la excelente universidad pública y gratuita, mientras que a muchos jóvenes de colegios públicos les toca acceder a universidades privadas, costosas y de menor calidad.

La solución requerirá varios elementos, entre ellos crecimiento real, decidido y continuo en la inversión, enfocada en el propósito de que todos los jóvenes tengan oportunidades reales de acceso; esfuerzos que homogenicen la calidad de la oferta (no su diversidad) y no permitan inequidad regional, o entre lo público y lo privado, y, sobre todo, compromiso general en un esfuerzo guiado por una política de Estado que no se vea afectada por los cambios de gobierno. ¿Será utópico?

Fuente del artículo: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/moises-wasserman/que-tan-bien-lo-estamos-haciendo-248406#

 

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¿Por qué el sistema educativo de Nueva Zelanda es uno de los mejores del mundo?

Redacción: Semana Educación

Uno de los temas que enorgullece a los neozelandeses es la educación es su país, todas sus universidades son públicas y los indicadores de esta nación, medidos por la OCDE, superan por mucho el promedio ponderado por la organización. Nueva Zelanda ahora es un destino vital para aquellos que desean estudiar en el exterior. Semana habló con su embajadora en Colombia.

Nueva Zelanda se ha convertido en un destino cada vez más frecuente para aquellos que quieren estudiar en el extranjero debido a su sistema educativo que se presenta como un ejemplo a seguir para muchas naciones.

En el país oceánico la educación escolar entre los 6 y los 16 años es gratuita y obligatoria. Según los datos la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) los centros estudiantiles que eligen los neozelandeses para estudiar son mayoritariamente públicos, un 96% de los alumnos de primaria asiste a escuelas públicas y un 85% en educación secundaria lo hace.

 Además, la inversión en el sector es uno de los más altos, destinan el 7,2% del PIB a la educación en el país, sobrepasando el promedio de la OCDE ubicado en 5,8 por ciento. De igual forma, también sobrepasan el promedio de la organización en los puntajes de las prueba PISA, la media de la OCDE es de 486 y Nueva Zelanda alcanza 506 puntos en lectura, matemáticas y ciencias. Tener un buen nivel educativo y de competencias también es un requisito importante para encontrar empleo y el 77% de los adultos entre los 25 a 64 años han terminado la educación media superior.

SEMANA habló con Lucy Duncan, embajadora de Nueva Zelanda en Colombia, sobre las claves del sistema de educación en su país.

SEMANA: ¿Cómo es el sistema educativo de Nueva Zelanda?

Lucy Duncan (L.D.): Nueva Zelanda ocupa el primer lugar entre las 35 economías del mundo en preparar a los estudiantes para el futuro y hay una evaluación de nuestra política educativa, un entorno de enseñanza y un entorno social y cultural más amplio para los estudiantes. También tenemos ocho universidades y todas son públicas. Un estudiante de Nueva Zelanda o un estudiante internacional que estudia y asegura sus calificaciones en el país puede usarlas como pasaporte cuando regresan a casa o a cualquier otro lugar del mundo en el que les gustaría vivir y trabajar.

SEMANA: ¿En qué se basa el éxito del sistema educativo neozelandés?

L.D.: Tenemos una larga tradición de educación universitaria. Entonces por cien años o incluso más, todos los niños y niñas han comenzado la escuela a los cinco años de edad y han continuado en la escuela hasta que tienen 17 o 18 años. Entonces, esto significa que tenemos una larga historia de educación de nuestra gente. En segundo lugar, tenemos un sistema de educación pública muy sólido que está disponible para todas las familias. Es cierto que tenemos algunas escuelas privadas muy buenas de nivel primario y secundario, pero un padre puede optar por enviar a sus hijos al sistema de educación pública primaria y secundaria. Creo que un tercer factor es el medio ambiente en nuestras sociedades. También Somos excelentes lectores.

SEMANA: ¿Cómo se enseña en Nueva Zelanda?

L.D.: El sistema educativo de Nueva Zelanda desde sus comienzos ha alentado la independencia y el libre pensamiento. Alentamos la investigación fomentando la invención,  la libertad de expresión. Todas estas cosas están muy arraigadas en nuestra cultura. Hay una gran oferta de libertad personal y mucha seguridad personal. Estamos enfocados en el mundo en términos de transparencia, admisiones, corrupción. Hemos sido percibidos como el país menos corrupto del mundo y el segundo en el Índice de Paz Global con un buen índice de prosperidad global.

Esa cultura de libertad personal, de expresión personal y de respeto por los derechos, en mi opinión, apoya culturalmente a las personas que son curiosas, confiadas, aventureras, desafiantes al status quo, que proponen soluciones innovadoras cuando todos los demás creen las suyas.

SEMANA: ¿Cuál es el compromiso del gobierno neozelandés por la educación?

L.D.: La educación en Nueva Zelanda ha sido una carrera realmente fundamental para todos los niños. Aquí tienen el derecho a pasar por la escuela primaria de disciplina en un sistema financiado con fondos públicos. Por lo tanto, creo que esto representa un compromiso con los derechos de las personas pero también porque los ciudadanos educados son buenos ciudadanos y así debe ser si queremos ser un país que haga lo correcto por nosotros mismos. Esa es una inversión muy necesaria para tener ciudadanos educados e instruidos. Creo que esa es una base fundamental.

 SEMANA: ¿Cómo convive el sector privado y público de la educación en el país?

L.D.: Lo privado en el sector público es parte del debate, dicen que el sector privado quiere estar en cada área, pero también queremos que nuestra economía esté más diversificada. El sector privado está pidiendo más escuelas con énfasis en las escuelas relevantes para la tecnología, las universidades son expertas en ello pero también mantienen su propia voz independiente porque son independientes en términos de sus políticas. Entonces, en lugar de sugerir que el gobierno intervenga en ello, existe un sistema en el que hay un debate saludable y el sistema educativo que está estipulado es lo mejor para el país.

Fuente:  https://www.semana.com/educacion/articulo/como-es-el-sistema-educativo-de-nueva-zelanda/574861

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Sierra Leona espera extender servicio gratuito de salud a escuelas

África/Sierra Leona/05 Julio 2018/Fuente: Prensa Latina

El ministro de Salud y Saneamiento de Sierra Leona, Alpha Tejan Wurie, reveló hoy que estaban en marcha planes para extender el servicio de salud gratuito del gobierno a los niños que van a la escuela.
Tejan Wurie agregó que los trabajadores de salud estaban desempeñando un papel importante en el proceso de desarrollo de Sierra Leona y que el presidente Julius Maada Bio reconoce su papel ahora, e incluso durante la lucha previa contra la epidemia de ébola.

Según el funcionario, el establecimiento de atención médica era un componente importante del paquete de educación gratuita del mandatario.

Si consideramos el nivel de pobreza en el país, será muy difícil para las personas atender sus necesidades de salud. El presidente ha dicho que la atención médica gratuita debe ampliarse, señaló Tejan Wurie.

En este sentido, el ministro adelantó que de momento las escuelas sierraleonesas se beneficiarán con un envío de medicinas por un valor de 200 mil dólares.

Maada Bio, quien asumió como jefe de Estado en abril pasado, declaró a mediados de mayo que la educación en el país africano será gratuita a partir de septiembre, en cumplimiento de una promesa de campaña.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=191964&SEO=sierra-leona-espera-extender-servicio-gratuito-de-salud-a-escuelas
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Llaman a establecer agenda para atención a niñez angoleña

África/Angola/28 Junio 2018/Fuente: Prensa Latina

El diputado por el gobernante Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA) Joao Segunda llamó hoy al establecimiento de una agenda para la atención de la niñez con énfasis en la colocación de recursos en los presupuestos.
Si hablamos de educación gratuita, ese ministerio debe tener fondos para ofrecer los manuales gratuitamente, expresó Segunda durante el cierre de un ciclo de conferencias sobre los derechos de la infancia organizado por el Centro de Prensa Aníbal de Melo en ocasión de sus 42 años de existencia.

Tiene que existir un plan nacional de acción a favor de los menores para brindarles salud, formación profesional y protección jurídica, enumeró el parlamentario por el MPLA al repasar los 11 compromisos para el desarrollo integral del niño.

Ese grupo etario, dijo, debe sentir el resultado del presupuesto general del Estado con la construcción de escuelas, hospitales, espacios de recreación y otras instituciones para su desarrollo físico e intelectual.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=191166&SEO=llaman-a-establecer-agenda-para-atencion-a-ninez-angolena
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