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Uruguay: Las clases comienzan con 300 cargos de maestros vacantes

Uruguay/06 marzo 2017/Fuente: elobservador.com

 La zona metropolitana es la más afectada; traerán docentes del interior.
Unos 333.465 niños comienzan hoy sus clases en primaria y educación inicial. Sin embargo, cuando lleguen a sus salones, muchos de ellos no tendrán un maestro asignado. Las cifras oficiales del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) señalan que al mediodía del viernes pasado, casi unos 300 grupos tenían todavía el cargo vacante, informó a El Observador el consejero de Primaria, Pablo Caggiani.

De estos 300 grupos, 150 corresponden a educación inicial y una cifra similar a grupos de escolares. Como ocurre todos los años, la zona metropolitana es la región con el mayor número de vacantes. De los 150 grupos de educación inicial, casi 100 pertenecen a Montevideo. En tanto, de los de primaria común, 58 son capitalinos, adelantó Caggiani. Explicó que esto se da porque es la zona donde hay más crecimiento y concentración poblacional.

La falta de maestros es un problema que afecta el inicio de clases desde hace por lo menos siete años. La dificultad radica en que las generaciones de maestros que se reciben por año no llegan a cubrir las vacantes que anualmente genera el sistema. Según las cifras que maneja el CEIP, cada año el sistema escolar genera alrededor de 1.000 vacantes, entre los docentes que se jubilan, los que pasan a cumplir otras funciones dentro del centro educativo y aquellos que optan por dedicarse a otra actividad. En cambio, desde 2007 los egresos anuales de la carrera de Magisterio no sobrepasan los 900 titulados. Según el Anuario del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) correspondiente a 2015, ese año la cantidad de graduados de dicha carrera ascendió a 712. En 2014 la cifra llegó a 722 y en 2013 a 712, nuevamente. En cambio, en 2001 la cantidad de egresados se ubicó en 1.560.

La razón de este descenso en los egresos de Magisterio se debe a que la carrera docente no resulta atractiva para los jóvenes, dado que la condiciones de trabajo no son las mejores y el salario es bastante inferior a lo que pagan otras profesiones. Además, la carrera tiene una importante carga horaria que sumada a las prácticas dificultan que el estudiante se reciba en los años previstos.
Según un estudio, realizado en 2012 por la consultora Cifra, solo uno de cada diez estudiantes de carreras docentes egresa en tiempo y forma. A su vez, un tercio de los que empieza a cursar formación docente abandona la carrera sin haber rendido un solo exámen.

Actualmente, el Consejo de Formación en Educación (CFE) trabaja en una reforma de las carreras docentes, para hacerlas más accesibles.

Maestros del interior

Caggiani lamentó la situación, pero expresó que ella es mejor que la del año pasado, cuando estas vacantes todavía estaban libres a una semana de haber comenzado las clases.

Explicó que la diferencia está en que durante el año pasado el CEIP estuvo trabajando en adelantar un semana la elección de cargos. De esta manera, a fines de 2016 el proceso para 2017 comenzó antes de lo habitual y también terminó antes. Incluso este año ya realizaron su elección también los maestros suplentes.

El jerarca adelantó que el próximo paso es habilitar el traslado de maestros del norte del país a la zona metropolitana, algo que seguramente el consejo realizará hoy. Señaló que en el norte del país hay departamentos con maestros sin cargo asignado, lo que facilita su traslado. Sin embargo, advirtió que para que realmente les resulte atractiva la propuesta debe permitirse la elección de cargos dobles. «Por un cargo de 20 horas, ningún maestro acepta venirse porque no les sirve», afirmó. El salario ($ 17.000) no les compensa los gastos de transporte, vivienda y alimentación, además de dejar a su familia. Esta es otra resolución que las autoridades de Primaria tomarán hoy.

Caggiani explicó que este tipo de resoluciones no se puede realizar antes porque de otra manera se «estaría violentando los mecanismos de elección de cargos previsto», que establece un orden escalafonario a la hora de elegir.

Fuente:http://www.elobservador.com.uy/las-clases-comienzan-300-cargos-maestros-vacantes-n1039957

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Educación inicial de calidad: pendiente en políticas educativas

Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia

Por Claudia Osiris Martínez Valle
Universidad Iberoamericana, Ciudad de México

El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el campo estratégico en modelos y políticas educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticas del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente.

En México, las políticas y servicios dirigidos a la atención de la primera infancia siguen siendo una materia pendiente. El incendio de la guardería ABC, el 5 de junio de 2009, en Sonora, donde murieron 49 niños y 70 resultaron heridos, evidenció las consecuencias de la falta de coordinación y aseguramiento de la calidad en los servicios de atención a los niños pequeños en nuestro país. Aunque diversos estudios han mostrado que la primera infancia es “una etapa decisiva en el desarrollo de las capacidades físicas, intelectuales y emotivas de cada niño y niña, y es la etapa más vulnerable del crecimiento”[i], las políticas dirigidas a este sector son escasas. Aunado a ello, hay una multiplicidad de enfoques y términos para referirse a esta etapa[ii] y persisten “lagunas importantes en cuanto a datos e investigaciones… más allá de los indicadores del sector salud –mortalidad, desnutrición y crecimiento-“[iii].

Fue a partir de la tragedia en la estancia ABC “un bodegón habilitado como guardería, que no contaba con las condiciones mínimas de seguridad: operaba frente a una gasolinera, a lado de un taller de llantas y se encontraba separada por una débil pared de aglomerado de una bodega que contenía papelería del gobierno del estado, donde comenzó el incendio”[iv], que el tema de la atención a la primera infancia se colocó en la agenda y opinión públicas.

Se lograron ciertos avances en materia normativa, como la creación de la Ley General de Prestación de Servicios para la Atención, Cuidado y Desarrollo Infantil, en 2011, que reconoce que “niñas y niños tienen derecho a recibir servicios para la atención, cuidado y desarrollo integral infantil en condiciones de calidad, calidez, seguridad, protección y respeto de sus derechos, identidad e individualidad con el fin de garantizar el interés superior de la niñez”[v]. Asimismo, se modificó el artículo primero constitucional que establece que todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales de los que México sea parte, entre los cuales figura la Convención de los Derechos del Niño que considera a los infantes como sujetos de derechos y que señala la igualdad y la mutua relación existente entre los derechos a la supervivencia y desarrollo, a la protección y a la participación.

Si bien la importancia otorgada en el discurso y los avances en materia normativa son necesarios, resultan insuficientes para cambiar las condiciones que persisten en la cotidianidad de los planteles que atienden a los menores. Se trata de un reto enorme tanto por la complejidad como por la ausencia de políticas en este nivel[vi].

En México son tres los sectores principales –educativo, desarrollo social y salud- que ofrecen y administran bajo su propia normatividad diversos programas públicos de atención a la población de 0 a 4 años. De acuerdo con el artículo 40 de la Ley General de Educación, la educación inicial tiene como propósito favorecer el desarrollo físico, cognoscitivo, afectivo y social de los menores de cuatro años e incluye orientación a padres de familia o tutores para la educación de sus hijas, hijos o pupilos. Está comprendida en el sistema educativo nacional, pero no forma parte de la educación básica, sino que se considera educación extraescolar, ofreciéndose en las modalidades escolarizada y no escolarizada, con un nivel de cobertura bajo.

Según datos del 2013, la cobertura de educación inicial equivale apenas al 12.2% (1´018,038) del total de niñas y niños en ese rango de edad (SEP, 2013). Además, su cobertura tiende a concentrarse en ciudades de mayor desarrollo, pues históricamente el servicio era dirigido, casi exclusivamente, a madres y padres asalariados del sector formal como parte de sus prestaciones sociales.

En las últimas décadas, han ocurrido múltiples transformaciones en la sociedad –mayor participación de las mujeres en el mercado de trabajo, cambios en la estructura familiar, el reconocimiento de los efectos de las experiencias en la primera infancia sobre el desarrollo posterior, el incremento de la población en situación de pobreza, entre otros (Myers et al. 2013). También, la visión de la atención como un derecho laboral de la población asalariada se ha tornado hacia una perspectiva que considera la educación inicial como un derecho de los niños para garantizar su óptimo desarrollo, con atenciones oportunas e intervenciones de calidad que respondan a sus necesidades. Es posible que, próximamente, ello se traduzca en una mayor demanda de servicios y en un incremento de las políticas de atención dirigidas a esta población, con sus consecuentes retos al aseguramiento de la calidad.

En este sentido, vale la pena destacar algunos hallazgos en los que coinciden los pocos diagnósticos, estudios y evaluaciones que hay en el sector y que permiten dilucidar la complejidad que se enfrenta. Existe una variedad de instituciones (más de 40) que atienden a los niños pequeños y una fragmentación en los servicios, resultado de múltiples sistemas de seguridad social y de políticas en distintos sectores, cada una con su propia modalidad, enfoque, diversidad de perfiles, recursos e infraestructura. Lo cual resulta en una calidad de la atención diferenciada en detrimento de los niños provenientes de sectores marginados quienes tienen menos oportunidades de recibir servicios de calidad. Además, la mayoría de los programas públicos de atención a la primera infancia carece de evaluaciones externas que permitan conocer los pormenores de su implementación y cuyos resultados sean públicos (Del Río, 2014; Mexicanos Primero, 2014; Myers et al., 2013; UNICEF, 2013; Instituto Nacional de Salud Pública, 2012; CIESAS, 2008).

Para contribuir a la mejora de la atención de los niños pequeños, en 2008, se creó el Programa de Fortalecimiento a la Educación Temprana y el Desarrollo Infantil. Producto del trabajo conjunto de la Subsecretaría de Educación Básica y las instituciones que ofrecen educación inicial en las distintas modalidades y contextos del país, a finales del 2013, la SEP publicó y difundió el Modelo de Atención con Enfoque Integral para la Educación Inicial (MAEI). El MAEI se sustenta en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2013-2018, en los planteamientos internacionales que demandan una atención prioritaria a la primera infancia, así como en los fines y propósitos de la educación establecidos en la Constitución Política y en la Ley General de Educación[vii]. Establece como su objetivo:

Orientar el trabajo educativo con los niños desde cero hasta los tres años de edad, para favorecer el desarrollo de sus capacidades, y prepararlos para enfrentar los retos que se les presenten, tanto en su vida diaria, como en su trayecto formativo escolar, y así brindar una atención de mayor calidad, independientemente de la institución, modalidad o servicio en el que se les atienda (SEP, 2013, p. 9).

El MAEI traza un marco normativo y curricular amplio y flexible, cuyos planteamientos se espera puedan adaptarse e implementarse en las diferentes modalidades, servicios y contextos donde se atiende a los menores y pretende introducir cambios en la visión que se tiene sobre la atención de los niños pequeños. Si bien, esto podría considerarse un avance en la política, hay que insistir que los cambios en el papel son insuficientes, ya que cuando una política pretende propiciar cambios en la forma de concebir y de actuar, su implementación se enfrenta con escenarios complejos que involucra nociones más o menos sedimentadas y producidas por la acción de múltiples contextos y por las formas de trabajar al interior de las distintas instituciones, las cuales pueden influir en la interpretación e implementación de la misma.

Hay que decir que dicho programa de fortalecimiento a la educación temprana inició durante la administración del ex presidente Calderón y que la publicación del MAEI se dio ya con la actual administración, lo cual parecía ser indicativo de una continuidad en la política. Según declaraciones del ex secretario de educación “la reforma educativa impulsada por la administración actual sí considera a la educación inicial… como una estrategia prioritaria en la que todos los niños sin distinción alguna reciben una educación de calidad que los prepara para seguir aprendiendo”[viii]. En el mismo tenor, en 2015, Aurelio Nuño señalaba “complementaremos nuestros esfuerzos en educación preescolar, primaria y secundaria, haciendo mayor énfasis en la educación inicial”[ix]. Sin embargo, hasta el día de hoy el secretario de educación no ha precisado qué políticas y acciones se tienen contempladas para fortalecer la educación inicial, tampoco sabemos si ha habido continuidad y avances en cuanto a la apropiación e implementación del MAEI en las distintas instituciones.

Sin duda, analizar los factores que afectan la implementación de las políticas públicas es primordial tanto para visualizar y crear políticas más viables, justas, eficaces y eficientes, como para reajustar y mejorar las ya existentes (Revuelta, 2004). Requerimos acotar la brecha entre, lo que Aguilar (2003) llama, la declaración de intenciones y la declaración de los resultados de las políticas porque el que no alcancen los objetivos planteados, significa incumplir con el derecho de miles de niños y niñas a recibir una atención de calidad que favorezca su aprendizaje y desarrollo, derecho del cual el Estado es el principal garante, pero que precisa de la participación activa de las familias.

El panorama presentado permite plantear algunas interrogantes: ¿en qué acciones concretas se han traducido los compromisos internacionales suscritos por México, como la Convención de los Derechos del Niño?, ¿cómo favorecer la articulación de los distintos sectores que atienden a la primera infancia para ofrecer una atención que garantice el interés superior de la niñez?, ¿cómo se traducen en el diseño e instrumentación de políticas y programas a la primera infancia las nociones de enfoque integral y perspectiva de derechos humanos?, ¿qué mecanismos tienen las familias y la sociedad civil para la exigibilidad del derecho a una educación inicial de calidad de los infantes?, ¿qué información es necesaria para diseñar políticas integrales dirigidas a la primera infancia y qué acciones para favorecer su verdadera implementación?

Por lo pronto, en nuestro país, el derecho a recibir una educación inicial de calidad sigue siendo una materia pendiente en las políticas educativas.

Notas

[i] Unicef México. (s.f.). La infancia. Los primeros años. Recuperado el 25 de noviembre de 2015, de Unicef México: http://www.unicef.org/mexico/spanish/ninos.html
[ii] Como Mexicanos Primero (2014) y Myers et al. (2013) advierten, hay una diversidad de enfoques y denominaciones sobre esta etapa de la vida y los servicios y atención que se ofrecen, por ejemplo, suelen usarse indistintamente los términos “temprano” e “inicial”, “cuidado temprano” y “educación inicial o temprana”. La variedad también se manifiesta en los distintos cortes de edad para considerar a la primera infancia o infancia temprana, en algunos casos de 0 a 3 años de edad, otros de 0 a 5 o 6 años, para la UNESCO la primera infancia comprende desde el nacimiento hasta los 8 años. En cambio, la Ley General de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (2014) considera niños a los menores de 12 años, pero no distingue entre primera infancia o infancia media.
[iii] Del Río, N. (2014). La primera infancia en el sistema educativo latinoamericano. Anales, 14(1), 70.
[iv] Ramos , A., & Ramírez, A. (2009). Grietas en el muro de los poderosos. Del dolor y la rabia a la organización. Revista Rebeldía(66), 34-40.
[v] Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos. (24 de octubre de 2011). Ley General de Prestación de Servicios para la Atención, Cuidado y Desarrollo Integral Infantil. Recuperado el 25 de noviembre de 2015, de Diario Oficial de la Federación : http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5215790&fecha=24/10/2011
[vi] Se considera educación inicial, la atención brindada a los niños de 45 días a los 4 años. Sin embargo, la educación preescolar también considera la atención a niños de 3 a 5 años de edad.
[vii] Hay que destacar que la Constitución y la Ley General de Educación no refieren directamente a los menores como sujetos de derechos y enfocan su atención principalmente en las obligaciones del estado en materia de la educación básica. Además, el MAEI se publicó antes de la promulgación de la Ley General de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (2014) la cual reconoce a niña, niños y adolescentes como titulares de derechos.
[viii] Rojas, H. (28 de mayo de 2014). Reforma educativa sí considera a la Educación Inicial: Chuayffet. Obtenido de Educación Futura.
[ix] Nuño, A. (12 de octubre de 2015). Siete pasos clave de la reforma educativa. Obtenido de Educación Futura.

 Referencias
Aguilar, L. F. (1993). Estudio introductorio. En L. F. Aguilar Villanueva (Ed.), La Implementación de las Políticas (págs. 15-94). Distrito Federal, México: Miguel Ángel Porrúa.
CIESAS. (2008). Evaluación del impacto de educación inicial en el desarrollo de competencias de padres y niños. Distrito Federal: CONAFE.
Instituto Nacional de Salud Pública. (2012). Evaluación de impacto del programa de Educación Inicial no Escolarizada de CONAFE (PEI-CONAFE) en beneficiarios de Oportunidades. Distrito Federal: INSP.
Mexicanos Primero. (2014). Los invisibles. Las niñas y los niños de 0 a 6 años: Estado de la Educación en México. Distrito Federal.
Myers, R., Martínez, A., Delgado, M., Fernández, J. y Martínez, A. (2013). Desarrollo Infantil Temprano en México. Diagnóstico y recomendaciones. Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Revuelta Vaquero, B. (2004). La implementación de políticas públicas en México: el caso del sector rural en los ochenta. Morelia, Michoacán, México: Universidad Michoacana de San Nicolás Hidalgo.
Secretaría de Educación Pública (2013). Modelo de Atención con Enfoque Integral para la Educación Inicial México, D.F.: SEP.
UNICEF. (2013). Informe Anual UNICEF México. Distrito Federal: UNICEF.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/educacion-inicial-de-calidad-pendiente-en-politicas-educativas/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2014/03/GUARDERIAS-SEP-300×192.pn

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Perú: Ampliar edad límite para acceder a Educación Inicial afectará autoestima y aprendizajes de niños

América del Sur/Perú, 31 de diciembre de 2016. Fuente: Minedu

Ante la decisión del Congreso de la República de aprobar una norma que modificaría la edad límite de acceso a la Educación Inicial, el Ministerio de Educación (Minedu) –en su calidad de órgano rector del sistema educativo peruano– solicitó al Ejecutivo observar ese proyecto de ley por ser perjudicial para el desarrollo emocional y cognitivo de los niños y niñas.

Basándose en investigaciones, evidencias científicas, pedagógicas y psicológicas, tanto nacionales como internacionales, el Minedu estableció –como en años anteriores— que solo los menores que cumplan tres, cuatro y cinco años hasta el 31 de marzo podrán ingresar a Educación Inicial. También determinó que los niños y niñas de 6 años cumplidos hasta esa fecha podrán matricularse en Primaria, tal como consta en la Resolución Ministerial N° 627 -2016 – ED del 14 de diciembre.

El Congreso plantea extender la matrícula hasta la edad cronológica del 31 de julio, para que menores de 3 años accedan a Educación inicial y menores de 6 años ingresen al primer grado de Primaria.

Sin embargo, esto afectaría el desarrollo integral y la maduración equilibrada de las dimensiones social, emocional, afectiva, cognitiva de los niños y niñas al exponerlos a situaciones inadecuadas para su edad. Igualmente, podría tener un impacto en los aprendizajes posteriores de los menores, advirtió Angélica Montané, asesora del despacho del Viceministerio de Gestión Pedagógica del Minedu.

Los niños y las niñas deben iniciar la escolaridad en la edad que corresponde y no antes, porque no es recomendable adelantarlos en su proceso escolar, subrayó al indicar que exponerlos a situaciones para las que todavía no están maduros, impacta negativamente en su personalidad y desarrollo.

Señaló que la norma del Minedu sí respeta el proceso de desarrollo de los niños y niñas considerando sus necesidades y bienestar y no solo el aspecto intelectual del aprendizaje; asegurando de ese modo que ganen seguridad y confianza en sí mismos. Teniendo en cuenta que en los primeros años de nacidos la diferencia de meses es significativa en términos de aprendizaje, explicó que los niños menores se sienten frustrados o estresados cuando no alcanzan los mismos progresos o logros que los mayores.

Según diversos investigadores la existencia de rangos de edad muy dispersos en primer grado podría afectar el proceso de aprendizaje. Los niños que ingresan con 6 años tienen ventajas sobre los niños que llegan con 5 años y meses de edad, en aspectos relacionados a habilidades perceptivas y motoras, de razonamiento, aptitud numérica, constancia de forma, memoria inmediata y elaboración de conceptos.

Por eso, respetar el límite de edad establecido por el Minedu, al 31 de marzo, no significa una pérdida de tiempo, por el contrario, generará oportunidades que les permitirán sentar las bases para su desarrollo integral de manera natural y amable, agregó Montané.

Se debe anotar que el Minedu presentó en noviembre al Congreso los argumentos técnicos que advertían sobre los perjuicios que podría provocar un cambio de la edad límite. Con esos mismos argumentos, el ministerio ha solicitado al Poder Ejecutivo observar el proyecto legislativo y mantener la norma vigente tal cual está.

Además exhorta a los padres y a las madres de familia comprender que esta medida pedagógica protege la seguridad emocional de sus hijos e hijas. En esa misma línea el Minedu ha recibido el apoyo del Consejo Nacional de Educación la Red de Promoción de la Infancia, el Grupo Impulsor de Educación Inicial, la Organización Mundial de Educación Inicial, UNICEF, Save the Children, Grade, así como de institutos y universidades.

Por tal motivo la Ley Nº 28044 – Ley General de Educación establece que el Estado garantice que el tiempo educativo se equipare a los estándares internacionales y el Minedu recuerda a los padres y madres de familias asegurar la matrícula oportuna de sus hijos.

Fuente noticia: http://www.minedu.gob.pe/n/noticia.php?id=41325

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