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La Reforma de la educación en la primera infancia no es solo más cobertura.

Por: Maria Isabel Diaz.

A propósito de los resultados de la encuesta CASEN 2015 en el ámbito de educación parvularia resulta necesario destacar las medidas de fortalecimiento integral que se están realizando, que se extienden más allá de la construcción de jardines infantiles. Estamos convencidos que un ambicioso plan de cobertura para la primera infancia, como así lo ha demostrado la experiencia internacional, difícilmente será sostenible en el tiempo si no se introduce un conjunto de factores de calidad y de institucionalidad. En ese camino estamos avanzando y concretando.

De acuerdo a la CASEN 2015 la tasa neta de asistencia a educación parvularia entre 0 y 5 años es de 50,3%, dato que refleja que estamos aumentando permanentemente desde 1990.

Para los tramos de 4 y 5 años en cambio, se ha incrementado sobre el 90%, lo que implica que caminamos hacia la universalización, como lo señala el reporte de la OCDE, donde Chile se destaca como el segundo país, después de Japón, que más ha aumentado su cobertura para la población de 4 años.

Por otra parte, la encuesta vuelve a destacar un antecedente que forma parte de los principales desafíos de la reforma; aquellas familias que no llevan a sus hijos o hijas al jardín infantil, sostienen entre otras razones, que no es necesario, ya que los pueden cuidar en la casa.

Sobre ello podría leerse un relativo desconocimiento respecto de la tarea que cumple el Jardín Infantil, que es una real oferta de espacio de aprendizaje, más que mera “guardería”. Se requiere entonces fortalecer una confianza básica en los jardines infantiles y en su personal y legitimar que son establecimientos educacionales que cuenten con un proyecto educativo, personal competente, equipamiento, dispositivos curriculares y normativos oficiales propios de este nivel.

Convencidos de que lo que ocurra en la primera infancia es determinante para el futuro de cualquier persona, este gobierno le ha otorgado especial protagonismo a este nivel educativo, planteando una ruta de Reforma que contempla un conjunto de medidas que se organizan en tres ejes: cobertura, calidad e institucionalidad. En cobertura contamos con más de 500 nuevos establecimientos con exigentes estándares de calidad en diseño y materialidad, que conjugan tecnología, innovación e identidad local.

En el ámbito de la equidad, contamos con un plan de homologación de remuneraciones para los equipos pedagógicos, también el ingreso de las educadoras a la carrera docente, la ejecución de programas de formación continua, la actualización de bases curriculares y la elaboración del marco para la buena enseñanza que apoyará el desarrollo profesional de las educadoras.

Por otra parte, con la finalidad de resguardar la calidad y el buen funcionamiento de los jardines infantiles, se han creado la Subsecretaría y la Intendencia de Educación Parvularia que ya han comenzado a operar y que son un ejemplo a nivel internacional. En este sentido, se ha iniciado la marcha blanca de la certificación de jardines infantiles y posteriormente su fiscalización, lo que dará por cierto más confianza y seguridad a las familias.

Así la educación parvularia experimenta importantes avances en el marco de una reforma en cuya base está el derecho social a una educación de calidad, poniendo en el centro a niños, niñas y comunidades educativas. Para esta gran tarea, hemos contado con el apoyo de diferentes actores del campo educacional.

Aprovecho esta tribuna para invitar a conocer las medidas y profundizar en ellas.

Fuente: http://opinion.cooperativa.cl/opinion/educacion/la-reforma-de-la-educacion-en-la-primera-infancia-no-es-solo-mas/2017-01-02/122933.html

Imagen: http://www.ciudad.utalca.cl/wp-content/uploads/2014/12/14-15.jpg

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¿Como aprender mis alumnos? Los hallazgos de la neurociencia para la educación.

Por: Marcela Paz Muñoz I.

Pese a que no son la panacea, es esencial que los docentes estén al día sobre los hallazgos neurocientíficos. Como el hecho de que las percepciones que tienen los estudiantes sobre sus capacidades y el contexto en que el niño se desarrolla son factores clave para un aprendizaje de calidad.

Según las últimas investigaciones de la neurociencia, alumnos en educación parvularia estarían capacitados para aprender matemática de una manera compleja y sofisticada. El problema es que no todos cuentan con las oportunidades para desarrollar esas habilidades.

Al parecer, “lo más importante para el desarrollo de un niño, no es la cantidad de información que se consigue incorporar en su cerebro. Lo crucial, más bien, es si somos capaces de ayudarlo a desarrollar un conjunto diverso de cualidades, entre las cuales se incluyen: la perseverancia, el autocontrol, la curiosidad, la meticulosidad, la determinación y la autoconfianza”, dice Paul Tough en “Cómo triunfan los niños”.

Coincide con aquello Howard Gardner, quien recientemente visitó nuestro país. En aquella oportunidad, señaló estar convencido de que la educación que se enseña hoy sigue siendo básicamente una actividad para el pasado, “en lugar de ser una preparación para los posibles mundos del futuro”.

Por ello, es relevante, dice el destacado científico y profesor chileno Sergio Mora, comprender que “las capacidades esenciales para el aprendizaje, como la atención, la memoria, la inteligencia y el razonamiento surgirían, según las recientes investigaciones, de la organización, evaluación e interpretación de la información que cada individuo hace a través de esquemas o estructuras mentales”.

A su juicio, el aporte de las neurociencias modernas está revolucionando la manera en que entendemos la conducta y, lo que es más importante aún, “cómo aprende nuestro cerebro, cómo guarda la información y cuáles son los procesos biológicos que facilitan el aprendizaje. Ahora; se sabe que el aprendizaje es algo físico que se puede ver y dimensionar y que no depende de constructos inmateriales como la “mente”. En efecto, se produce como consecuencia de una serie de procesos químicos y eléctricos; y está posibilitado por las estructuras del cerebro, ya que la memoria se almacena en redes neuronales que están siendo modificadas constantemente por nuevos aprendizajes”.

Coincide con lo anterior la psicóloga Isidora Mena, para quien “las ciencias neurocognitivas han sido muy importantes para mostrar el efecto del aprendizaje y de la no estimulación, como también para apoyar teorías pedagógicas que ya se habían formulado”.

Un ejemplo de aquello, dice María Inés Susperreguydocente de la Facultad de Educación UC y experta en Psicología del Desarrollo, es el hecho de que “las creencias o percepciones que sostienen los estudiantes sobre sus capacidades (por ejemplo, si creen que la inteligencia es una entidad fija o si, por el contrario, consideran que la inteligencia es maleable) afectan sus procesos cognitivos y su aprendizaje. Recientes investigaciones revelaron que el aprendizaje de los estudiantes no está supeditado a etapas fijas del desarrollo, sino que se relaciona con el contexto en que el niño aprende”.

En esa misma línea, agrega Isidora Mena, es crucial el interés que tenga el alumno por aprender. “Esto se relaciona con el hecho de que el aprendizaje sea significativo para la vida del estudiante y tenga un desafío cognitivo; es decir, que implique cierto esfuerzo creativo, investigativo e imaginativo para él”.

Asimismo, los últimos estudios muestran que los niños en educación parvularia están capacitados para aprender matemática de una manera compleja y sofisticada. “Sin embargo, no todos cuentan con las oportunidades para desarrollar esas habilidades desde la educación parvularia, por lo que las oportunidades tempranas de aprendizaje que se les ofrezcan son centrales”, señala la académica de la Facultad de Pedagogía UC.

Otros hallazgos explican que los alumnos pueden potenciar sus habilidades de autorregulación, que son centrales para el aprendizaje, gracias a las estrategias que implemente un profesor en el aula, tales como la organización y estructura de los contenidos. Por ello, según el profesor Mora, “el gran desafío para los profesores es conocer los principales hallazgos neurocientíficos aplicables a la educación, comprenderlos e implementarlos”.


La importancia de motivar 

Dentro de las investigaciones más significativas está la importancia que se debe otorgar a la atención y motivación de los alumnos para que se produzca el aprendizaje. “Sin ella, la información ni siquiera es capaz de ingresar a la memoria de corta duración y simplemente no es considerada por el cerebro. Para que esto suceda los contenidos deben poseer componentes atractivos para los alumnos,  y ser lo suficientemente novedosos para despertar la curiosidad”, dice Sergio Mora.

“Aquellos alumnos que se involucran en actividades académicas por motivos intrínsecos (por ejemplo, porque disfrutan desarrollar una tarea o participar de una actividad) muestran una mejor retención de la información a lo largo del tiempo y menor ansiedad, lo que afecta positivamente sus resultados académicos”, dice la académica de la UC.

A ello se suma el hecho de que “las creencias que sostienen los estudiantes sobre sus propias capacidades, como por ejemplo su inteligencia, se relacionan con la forma con la que enfrentan las tareas, persisten en ellas, y asumen desafíos académicos. Los estudios de Carol Dweck han mostrado que los jóvenes que consideran que la inteligencia es maleable e incremental, sostienen metas de aprendizaje. Es decir, esos alumnos se interesan en aprender, se involucran en actividades que requieren mayor esfuerzo, y asumen nuevos desafíos, lo que favorece su aprendizaje y resolución de problemas”, dice María Inés Susperreguy.

En ese sentido, admite el doctor Mora, para los profesores “no hay recetas únicas y, probablemente, cada uno tenga la suya propia. Por ejemplo, iniciar la sesión con una pregunta, planteando un problema a resolver, presentando un caso o mostrando un video sobre el tema. Particularmente, pienso que una buena estrategia es plantear el tema de la clase como una historia, en la cual se genere un suspenso y el alumno se sienta partícipe de ella y sienta la necesidad de aprender para llegar a la solución de algún problema”.

Educación y los “neuromitos”

Otro de los avances más importantes de las neurociencias  es acerca de la neuroplasticidad; es decir, el hecho de que el cerebro, y en particular el de los niños, tiene una extraordinaria y sorprendente capacidad de cambiarse a sí mismo como consecuencia de la experiencia y del aprendizaje. “Las neurociencias han demostrado que cada vez que conocemos algo nuevo se genera una conexión neuronal cuya fuerza se incrementa con la repetición, llegando así a formarse redes que almacenarán la información por tiempo indefinido. Aprender no es otra cosa que generar conexiones, y enseñar consiste en facilitar las condiciones para que se produzcan estas conexiones en el cerebro de nuestros alumnos”, indica Sergio Mora.

Por ello, para la académica de la Facultad de Pedagogía UC, María Inés Susprreguy, uno de los mayores desafíos del campo denominado “neurociencia educacional” es que sus hallazgos no sean traducidos a la práctica educacional a partir de concepciones erradas. “Es muy común encontrar ‘neuromitos’ en la población. Uno de los más comunes es creer que los estudiantes tienen estilos de aprendizaje (visual, auditivo y kinestésico) y que los profesores deben identificar esos estilos para beneficiar el aprendizaje de los niños. Por lo tanto, los profesores deben estar atentos a los resultados que se traducen desde las neurociencias a la práctica educacional, poniendo especial atención en la simplificación que a veces se realiza de los hallazgos”.

Resulta central que los profesores, tanto en formación como en ejercicio, conozcan a cabalidad los hallazgos que las neurociencias han aportado a la comprensión del aprendizaje de los niños. “Las investigaciones han avanzado en identificar las bases neurológicas de los procesos de lectura, escritura y aritmética. Asimismo, han permitido comprender cómo la ansiedad y los procesos de atención afectan el aprendizaje. Más recientemente, incluso se han focalizado en otros aspectos que afectan el aprendizaje, como, por ejemplo, motivación y procesamiento socioemocional”, dice María Inés Susperreguy.

Otro de los factores que han recibido mayor atención en las investigaciones es el efecto de las expectativas de los profesores en los estudiantes. Cuando los profesores tienen expectativas altas sobre el desempeño de sus estudiantes, estos se involucran en las tareas y muestran mayor motivación. De esta forma, los estudiantes que trabajan con profesores que sostienen altas expectativas de sus capacidades, son capaces de persistir en sus actividades académicas y evidenciar mejores resultados de aprendizaje.

Asimismo, dice el doctor Mora, el aprendizaje tiene que ver con la etapa de desarrollo o maduración en que se encuentra el niño. “La neuroplasticidad está presente durante toda nuestra vida; sin embargo, es mayor en ciertos periodos, considerados ‘sensibles’: entre los 2 y 3 años de edad, y al inicio de la pubertad. “En esas etapas, el cerebro es extraordinariamente permeable a los estímulos externos, como la estimulación temprana, el aprendizaje adecuado y la nutrición, pero también está expuesto a daños provenientes de su entorno. El cerebro y sus capacidades cognitivas dependen en gran medida de cómo este fue modificado por las experiencias tempranas”.

Por último, advierte el doctor Mora, las emociones tienen un gran impacto sobre el aprendizaje. “Esto que ahora nos parece tan obvio no era considerado por las teorías del siglo XX. Se pensaba que, por el contrario, las emociones atentaban contra la cognición. El principal requisito para que se produzca el aprendizaje en el cerebro de nuestros alumnos es que quieran aprender y esto ocurre solo si lo que tratamos de enseñarles tiene un componente emocionalmente significativo para ellos, que tenga que ver con sus deseos y necesidades”.

Factores que perturban 

 “El conocimiento requiere el funcionamiento normal de todos los dispositivos cerebrales que procesan la información y generan el aprendizaje. Es fundamental la integridad anatómica y funcional de los órganos de los sentidos, por lo que es necesario revisar tanto la capacidad visual como la auditiva de los niños, ya que la miopía y la hipoacusia pueden ser causales de dificultades de aprendizaje, aunque no dan origen a dificultades específicas del aprendizaje” dice Mora.

En cambio, existen trastornos genéticos, enfermedades virales de la madre, deficiencias nutricionales en el embarazo, exposición a niveles elevados de estrés o ansiedad, alcoholismo, tabaquismo y drogas que sí causan alteraciones en el aprendizaje. “Un alto consumo de alcohol durante el embarazo se ha ligado al síndrome alcohólico fetal, una condición que puede llevar a bajo peso al nacer, debilidad intelectual, hiperactividad y algunos defectos físicos. Algunos investigadores creen que las dificultades de aprendizaje, como el síndrome deficitario atencional, pueden estar relacionadas con consumo de drogas, como cocaína, durante el embarazo”.

Especial mención hay que hacer de los factores emocionales. “Es casi totalmente reconocido por docentes que los aspectos emocionales pueden interferir negativamente en los procesos de aprendizaje. El maltrato, la falta de cariño maternal, el abandono y el estrés durante los primeros años de vida generan huellas profundas en el cerebro que afectan las capacidades cognitivas del niño y el adolescente y, a veces, no se borran. Cuando se trata de explicar por qué unos niños aprenden y otros no, generalmente nos remitimos a teorías cognitivistas y se escucha decir: Ese niño aprende porque es inteligente”, explica el investigador de la U. de Chile.

Finalmente, a juicio del doctor Mora, no basta tener un cerebro sano para aprender, así como no basta tener piernas sanas para caminar o un aparato fonador sano para hablar. “El niño necesita de adultos que lo consideren capaz de aprender y deseen que aprenda a caminar y a hablar. En consecuencia, un desarrollo emocional sano es un factor primordial para asegurar un aprendizaje exitoso”.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/como-aprenden-mis-alumnos-los-hallazgos-de-la-neurociencia-para-la-educacion/

Imagen: http://insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2017/01/plataforma.jpg

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Carrera de Pedagogía en Educación Parvularia y Formación Docente en la Universidad de Chile

Chile, 31 de diciembre de 2016. Fuente y autor: Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile

La primera infancia es una etapa clave en el desarrollo de las personas, por lo que la formación de educadores y educadoras de párvulo resulta de fundamental importancia.

Es por ello que la Universidad de Chile, como parte de su compromiso con la educación pública del país, refundó en  el año 2016 la carrera de Educación Parvularia, al interior de su Facultad de Ciencias Sociales. La Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile desde 2001 ha aportado con la formación de educadores(as) de párvulos a través de la carrera de Educación Parvularia y Básica Inicial, hoy carrera de Pedagogía en Educación Parvularia, que recientemente obtuvo el máximo periodo de acreditación para carreras nuevas.

A continuación se muestra la importancia de la Educación Parvularia o de la Primera Infanciaen en el siguiente video.

http://uchile.cl/u129967

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Chile: Educación Parvularia, Santiago tiene déficit de cupos en las salas cuna, pero sobran en kínder

Experto dice que hay una capacidad de infraestructura que no se está aprovechando, y subsecretaria del ramo cuenta que trabajan en un plan de migración de niños.

América del Sur/Chile/27.09.2016/Autor y Fuente:http://www.emol.com/

La reforma a la educación parvularia busca sumar 100 mil nuevos cupos a las salas cuna y jardines infantiles del país, de los cuales al menos 80 mil serían entregados durante esta administración. Pero la tarea de aumentar la cobertura es mucho más ardua, pues solo en el Gran Santiago faltan 79 mil plazas, en los niveles de sala cuna (0 a 2 años) y medio (2 a 4 años), lo que equivale a la cantidad de cupos que ya existen.

Es decir, para completar la cobertura en la capital habría que duplicar la oferta, señala «El Mercurio». Así lo detalla un estudio del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la U. de Chile y del Centro de Inteligencia Territorial de la U. Adolfo Ibáñez, que analizó la oferta de los establecimientos de la Junji y de la Fundación Integra, además de los colegios municipales y particulares subvencionados que tienen cursos de educación parvularia. La revisión concluye que existe un gran déficit de vacantes en los jardines de los niveles antes mencionados, y que en algunas zonas incluso faltan recintos. Mientras que, por el contrario, en prekínder y kínder (4 a 6 años) sobran 34 mil cupos, equivalentes al 23% de esa oferta.

El investigador del CIAE Patricio Rodríguez explica que el análisis sirve para orientar la ampliación de la cobertura del Mineduc, pues en muchos casos no es necesario construir recintos nuevos, sino que basta con ampliar algunos o reasignar cupos para cumplir la meta. “Hay que ver esta tarea en función de las vacantes y no necesariamente de los edificios a construir. Así podemos mejorar la infraestructura actual, ampliando y revisando las capacidades de los jardines para cumplir la meta”, asegura. Además, sostiene que la mayor brecha se da en el sector sur de la capital, donde vive más gente y existen menos servicios disponibles. “Hay una capacidad de infraestructura que se puede aprovechar”, concluye.

La subsecretaria de Educación Parvularia, María Isabel Díaz, afirma que en la Región Metropolitana la cobertura de salas cuna y del nivel medio es del 13% y 40%, respectivamente. Pero que al fin del período ese porcentaje debiera aumentar cuatro o cinco puntos, cuando entreguen casi 19 mil cupos más. Además, dice, se empezó “por habilitar y ampliar aulas en los establecimientos existentes y una segunda etapa es construir nuevos recintos educacionales.

Esta ha sido la metodología de trabajo, y es así como se ha proyectado el plan de regulación de los jardines públicos”. Díaz agrega que están proyectando “un plan de migración de niños que cursan los niveles de transición en los jardines infantiles, para que asistan a la escuela. De esta manera, anticipa, quedarán aulas disponibles para menores en los tramos de 0 a 4 años para satisfacer la demanda. Respecto a una eventual inyección de dineros en la Ley de Presupuestos 2017, asegura que “los recursos en educación siempre son bienvenidos”, pero que es importante “cuidar los equilibrios necesarios con los compromisos sociales del Gobierno”.

Fuente: http://www.emol.com/noticias/Nacional/2016/09/22/823081/Educacion-Parvularia-Santiago-tiene-deficit-de-cupos-en-las-salas-cuna-pero-sobran-en-kinder.html

Imagen: http://static.emol.cl/emol50/Fotos/2016/09/22/file_20160922014149_300x200.jpg

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