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Colombia: «La educación necesita plata»: Llinás en la Cumbre Líderes por la Educación

Redacción: Semana

En esta primera parte de la jornada, los invitados, expertos del sector a nivel nacional e internacional, insistieron en la necesidad de inyectarle recursos al sistema educativo y repensarlo si se quiere transformar. Rodolfo Llinás y Rodrigo Pardo dieron apertura al primer día del evento.

¿Cómo mirar la educación mundial y local? ¿Vivimos una crisis en esta materia? ¿Cuál es el camino que deberíamos seguir para lograr el desarrollo desde la educación? ¿Por qué dicen que los estudiantes no aprenden? Estas fueron algunas preguntas que dieron apertura a la quinta versión de la Cumbre Líderes por la Educación. Para conversar en torno a ellas, profesores, expertos invitados, funcionarios públicos y comunidad educativa cumplieron la cita. El centro de convenciones Ágora de Bogotá recibió desde las 7:00 a.m. a 811 personas comprometidas a repensar y transformar la forma en la que se enseña en Colombia.

“Tengo el placer de liderar una iniciativa que arrancamos hace cinco años y lograr que la educación esté presente en la agenda del país. La educación no es una tarea pendiente. La estamos construyendo”, dijo Andrea Escobar, directora de Semana Educación, al iniciar la jornada.

Los líderes de la educación alzan la voz

Tras su intervención, Rodolfo Llinás conversó con Rodrigo Pardo, director editorial de revista Semana, sobre la formación en contexto: según el científico colombiano (y conocedor como pocos del cerebro humano), aprender es un proceso de relacionar la información para utilizarla y no para memorizarla, como actualmente pasa en los sistemas educativos. “No sirve fraccionar el conocimiento. Desgraciadamente, hacer esto no construye un estado mental, no ayuda a pensar”. De eso se trata la estimulación cerebral y es lo que debe pasar en las aulas. Llinás, quien en el último año ha visitado el país con mayor frecuencia, destacó varias veces que para que sea posible un verdadero cambio en Colombia “la educación necesita plata”, pues el desarrollo de las capacidades y competencias de las personas lo que en en realidad va a impulsar los demás avances de la sociedad.

Entre los temas que tocó en esta entrevista con Pardo, Llinás reflexionó sobre el rol de los docentes: “la responsabilidad que tienen los maestros es inmensa, pero no se les respeta lo suficiente. ¡Qué horror! Cómo es posible que una de las personas más importantes de la vida no se les respete. Ellos no son los dueños del conocimiento, pero sí son los guías”. Por ser los ejes transformadores de la educación desde las aulas, requieren de apoyo real, de inyección económica para dignificar la profesión y que los más capaces sean los que eduquen a los niños del país.

Los asistentes también escucharon a Amel Karboul, CEO del Education Outcomes Fund for Africa and the Middle East, un programa que entrega fondos para impulsar proyectos educativos según los resultados de sus alumnos, llegó a la Cumbre para exponer que educar es relevante porque el cerebro es el mayor capital y la mayor infraestructura del ser humano. En ese sentido, la empresaria tunecina y experta en el tema de renovación educativa enfocó su charla magistral en que la calidad educativa no se debe medir en la cantidad de estudiantes escolarizados (es importante, pero no se puede contar como se cuentan las cabezas de ganado), sino más bien observar los resultados de los estudiantes en las pruebas mundiales para entender el impacto real de la educación.

A la par, Jaime Saavedra, director de las prácticas mundiales de educación, puso el tema del acceso sobre la mesa: “el problema es grave. Las inversiones en educación inicial son importantísimas, en el mundo solo la mitad de la población tiene acceso a algún tipo de educación inicial. Si bien es verdad que hay más chicos en la escuela, pero no se han invertido los recursos de manera que todos estén aprendiendo. Los chicos aprenden de manera diferente, tienen gustos distintos, pero yo como maestro debo procurar atender todas las necesidades, solo así se logra que la educación brinde oportunidades para todos”. Durante su charla, Saavedra también hizo un impresionante ejemplo sobre la capacidad de lectura de un niño con educación de calidad y otro sin ella. La diferencia fue abismal: visibilizó el impacto real cuando un niño no recibe la formación ideal.

Durante esta primera parte del día, La Cumbre Líderes por la Educación también tuvo en conferencia a Emiliana Vegas, jefe de la división del Banco Interamericano de Desarrollo, presentó los resultados del estudio Profesión: profesor en América Latina, que analizó las evidencias científicas y las causas históricas de la pérdida de prestigio de la profesión docente en la región. Las causas fueron primordialmente dos: el rápido aumento de la cobertura, que condujo a criterios más laxos de ingreso y a la depreciación del salario docente, y el aumento de oportunidades laborales para las mujeres después de los años 60.«Antes la mayoría de maestras eran mujeres. Pero eso hizo que fuera menos atractivo para muchas estudiar para convertirse en docentes. Ambas son cosas deseables, pero que explican la depreciación de la labor de los maestros», afirmó. Eso ha hecho que los estudiantes con mejores puntajes en las pruebas Pisa no quieran ser profesores, que muchos de los que entran al magisterio no lo hagan por vocación y que haya un altísimo nivel de ausentismo docente.

Finalmente, los secretarios de educación Henry Barco (Pasto), Dagoberto Barraza (Atlántico), Harold Ramírez (Quibdó), Luz Elena Azcárate (Cali) y Claudia Puentes (Bogotá), hablaron sobre los retos que tienen a la hora de gestionar sus sistemas educativos, en especial, aquellos que no cuentan con mayores recursos propios para sostener sus instituciones educativas. En general, los secretarios hablaron de una urgente reforma del Sistema General de Participaciones (SGP) que necesita el sector para salir del déficit en el que se encuentran.

Aunque actualmente circula un proyecto de reforma en el Congreso planteada por el Ministerio de Educación, algunos secretarios en esta conferencia aseguran que esta propuesta no resuelve el problema. “Yo invoco al presidente Iván Duque para que retire esa reforma del SGP. No es posible seguir con el mismo sistema redistribuyendo. Nosotros, los secretarios hemos reducidos la planta, los  administrativos y no podemos optimizar más. Necesitamos una reforma que sostenga la educación integral”, afirmó.

Quizá el testimonio que más describió la situación en la que se encuentran, fue el del secretario de Educación de Quibdó. “No tenemos recursos para cofinanciar el sistema. Tenemos un déficit permanente en la gestión. Hoy no tenemos vigilia, ni aseo ni transporte porque no tenemos cómo pagarlo. Les pregunto: si tuviéramos una participación de dos puntos porcentuales del impuesto del 4×1000, sé que muchos estarían de acuerdo para financiar el sector educativo”.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/cumbre-lideres-por-la-educacion-2018/583666

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La escuela francesa se atasca como motor de ascensor social

Europa/Francia/13 Septiembre 2018/Fuente: El país

Las aulas evidencian las fracturas pese al modelo de laicidad

¿Dónde empieza la tensión identitaria, y dónde la de una clase? Que nunca nada es tan simple como parece, Laaldja Mahamdi, directora de una escuela pública en el distrito XIX de París, lo comprobó el día que la madre de un alumno se dirigió a ella para justificar por qué su hijo y su hija habían dejado de comer en la cantina. La madre justificó la decisión por motivos religiosos. Alegó que, siendo musulmanes, debían alimentarse con carne halal, procedente de animales sacrificados según los ritos prescritos por el Corán. Parecía otro caso evidente de lo que en Francia se llama comunitarismo: el rechazo, por parte de miembros de una minoría religiosa, a aceptar las normas de la República y la tendencia a encerrarse en guetos, territorios que escapan a los valores comunes.

La directora Mahamdi entendió que se trataba de un pretexto. “Hay mucho pudor y dignidad”, dice en una entrevista telefónica. “Hay personas, como esta madre, que no se atreven a decir: ‘No tengo dinero para pagar la cantina’. Y usó el argumento que le parecía que justificaba su elección y que no le cuestionaríamos”. Y precisa: “Existen los caso de familias que no meten a sus hijos en la cantina porque no es halal, pero no son la mayoría de padres”.

 La escuela, en Francia, es el espejo donde la sociedad y la clase política proyectan sus obsesiones, los miedos más profundos y las esperanzas. Cada tiempo tiene las suyas. En la Francia de Emmanuel Macron, que en 2017 llegó a a la presidencia con un programa reformista y con acentos liberales, la educación pública es el campo donde se libra la batalla de la desigualdad de oportunidades: el motor atascado del ascensor social. Pero también donde se hace visible otra factura, la de la identidad.

 En los meses anteriores, el Gobierno Macron también ha puesto en marcha medidas para clarificar y asegurar el respeto de los principios de laicidad. En este inicio de curso, la medida estrella ha sido la reducción a la mitad del número de alumnos de primaria en 4.700 clases de zonas con dificultades, que se suman a las 2.200 reducidas ya el año pasado. “ La educación no alcanza a compensar desigualdades que existen. Debería compensarlas y no lo hace bien ahora”, admitía hace unos meses el ministro de la Educación Nacional, Jean-Michel Blanquer, en una entrevista con EL PAÍS. Y añadió: “Y a veces, las amplía”.

En Francia, Jules Ferry, fundador de la escuela laica en 1882, tiene estatus de padre de la patria. La ley de 1905 sobre la separación entre el Estado y las confesiones garantizó la libertad de conciencia y el respeto a los cultos y, a la vez, la neutralidad del Estado. La historia de la escuela es en parte la historia de la interpretación de esta ley, hasta 2004, cuando Francia prohibió a los alumnos hacer ostentación de signos religiosos: velos islámicos, cruces cristianas o kipás judías.

Concebida como una fábrica de buenos ciudadanos, un “santuario abierto” —como dice Blanquer— y el templo donde se transmiten los preceptos laicos y republicanos, la escuela vive bajo tensión. Porque también es el espacio donde todos estos principios —la libertad, la igualdad, la fraternidad y sobre todo la laicidad— está cuestionados.

La discusión hoy versa sobre la proporción del desafío a la laicidad. El libro colectivo Los territorios perdidos de la República, publicado en 2002, representó el paroxismo de la visión apocalíptica. El libro recogía los testimonios de profesores en escuelas de barrios y ciudades de clase trabajadora en París y sus alrededores. Contaba, por ejemplo, cómo al abordar en clase la historia de la shoa, el exterminio de millones de judíos europeos por la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, alumnos de origen magrebí y cultura musulmana cuestionaban al profesor.

 “Ya no pasa un día sin que se asista a un incidente antisemita en un establecimiento escolar por lo menos”, escribía en el prólogo el editor del libro, Emmanuel Brenner, pseudónimo del historiador Georges Bensoussan. La conclusión era que muchas escuelas eran hoy territorios perdidos, lugares donde los valores, y a veces las leyes republicanas, estaban en peligro o incluso habían dejado de estar en vigor.

La sombra de los atentados

Los atentados de 2015, perpetrados por franceses, entre otras nacionalidades, aparecieron como una confirmación del tenebroso diagnóstico.“Fue el momento en que todo el mundo miró a la escuela. Había una especie de acusación latente. Y la pregunta: ¿qué podemos hacer? ¿hemos trabajado lo suficiente en la educación cívica? ¿hemos reflexionado lo suficiente sobre los problemas de la laicidad?”, dice el historiador de la educación Benoît Falaize.

 El problema de libros como Los territorios perdidos de la República era leerlos como una descripción de un mal generalizado que supusiese una enmienda a la totalidad de la educación nacional, y no como una antología de testimonios. Los testimonios y el problema que describía eran reales. Lo que está en discusión es si eran representativos. Un libro recién publicado, Los territorios vivos de la República, editado por Falaize y en el que participa Mahamdi, plantea una visión menos tremendista. “No queríamos hacer un libro diciendo que todo es maravilloso en los barrios periféricos y en los barrios populares”, dice Falaize. “Queríamos reequilibrar el discurso sobre la escuela y los jóvenes”.

 La discusión de fondo es si el problema de la escuela francesa es la identidad o la falta de oportunidades de los alumnos procedentes de familias y barrios desfavorecidos. Un informe de la Fundación Jean Jaurès, próxima al Partido Socialista, no invita al optimismo. Los autores, el experto en demoscopia Jérôme Fourquet y el profesor de Historia y Geografía en una escuela —y coautor de Los territorios perdidos de la República— Iannis Roder, ven en la escuela un reflejo de lo que llaman “la secesión de las élites”.

 En ningún país de la OCDE hay una relación tan directa entre el nivel socioeconómico de los padres y los resultados escolares de los hijos. La fractura es territorial y, aunque la palabra es tabú en la Francia laica, también étnica: los hijos de extranjeros van a las mismas escuelas, en los mismos barrios, y sacan peores resultados. La “guetización”, según los autores, se ha convertido en “una amenaza para el pacto republicano.

Fuente: https://elpais.com/sociedad/2018/09/07/actualidad/1536320608_263173.html

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Maduro anuncia creación de escuela de posgrado para docentes

América del sur/Venezuela/20 Septiembre 2018/Fuente: Prensa Latina

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció hoy la próxima creación de la Universidad Nacional Experimental Samuel Robinson, dedicada a estudios de posgrado para docentes en el país suramericano.
A propósito del inicio del nuevo curso escolar este lunes, el jefe de Estado informó que más de siete millones de estudiantes comenzaron el período lectivo, de los cuales seis millones 442 mil pertenecen a la educación pública.

En ese sentido, el titular resaltó que el Ejecutivo garantiza una educación de calidad en el sector público y notificó la realización de jornadas de vacunación en todos los planteles del país de manera gratuita.

‘Los espacios educativos fueron liberados de la privatización, el neoliberalismo y del destrozo al que ha sido sometido el sistema educativo por el capitalismo neoliberal en América Latina y el Caribe’, destacó.

Durante su alocución, el mandatario reiteró el éxito de la entrega de utensilios escolares a precios preferenciales, así como computadoras portátiles Canaimas y Canaimitas.

La semilla de la nación está en las escuelas y los liceos, aquí está el Gobierno Bolivariano apoyando con útiles escolares a muy buen precio para que todos vayan a estudiar, agregó

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=211248&SEO=maduro-anuncia-creacion-de-escuela-de-posgrado-para-docentes
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En la Argentina no todo va mal

Por José Natanson

Argentina, el país con más psicólogos per cápita del mundo, oscila cíclicamente entre la euforia y la depresión. Después de una década de optimismo a la altura del precio de la soja, la autoestima nacional se encuentra de nuevo por el piso, golpeada por la fractura moral que revelan los escándalos de corrupción y una crisis económica a la que Mauricio Macri no logra encontrarle una solución.

No es casual que en estos días desdichados vuelvan a aparecer las visiones que interpretan la historia argentina como un largo proceso de declive, que podría haber comenzando en 1945 —con el primer populismo— o en 1976 —con el giro neoliberal de la dictadura—.

Esta perspectiva decadentista, sin embargo, podría ponerse en duda. Es cierto, por supuesto, que Argentina lleva años tratando de resolver algunos problemas estructurales y que en materia económica ha tenido una trayectoria decepcionante. También es cierto que en las últimas décadas el país creció mucho menos que sus vecinos y ha fracasado en consensuar un modelo de desarrollo más o menos sostenido. Pero no es verdad que todo haya ido siempre mal: la Argentina ha consolidado algunos logros sociales que es indispensable reconocer y proteger.

Una de esas victorias es el sistema educativo público, uno de los equilibradores sociales más efectivos en la historia nacional. Pero ahora, en medio de una nueva crisis financiera y bajo un gobierno paralizado por la visión derrotista, esa conquista podría estar en riesgo.

El gobierno de Macri, presionado por la necesidad de disminuir el déficit fiscal, ha apuntado, entre otros sectores, a la educación pública: en menos de tres años de gestión eliminó la paritaria nacional docente —que establecía un piso para el salario de los maestros—, desplegó una estrategia de confrontación con los sindicatos que los agrupan y recortó el presupuesto a las universidades nacionales, que no empezaron las clases tras el receso de invierno.

Aplicar recortes a la educación, sin embargo, es una estrategia que podría resultar más costosa a largo plazo: el sistema educativo ha sido uno de los mecanismos de inclusión social más importantes de la Argentina.

En la Plaza de Mayo en Buenos Aires se realizó una marcha para apoyar el paro de las universidades públicas en Argentina el 30 de agosto. CreditNatacha Pisarenko/Associated Press

Aunque Macri construyó buena parte de sus éxitos electorales a partir de su crítica al populismo peronista —al que acusaba de privilegiar el presente sin contemplar los problemas estructurales—, las urgencias financieras lo han llevado a poner en peligro justamente aquellas áreas que pueden funcionar como palancas de desarrollo. Además de la educación, han caído bajo la motosierra implacable del ajuste el presupuesto de Télam —la agencia de noticias más importante de la Argentina— y la inversión a ciencia y tecnología y a ciertas ramas estratégicas que requieren asistencia estatal, como la energía nuclear.

Pese a los reveses históricos y actuales, la Argentina sigue siendo uno de los países menos desiguales de América Latina, tiene una amplia clase media, una sociedad civil vibrante y un Estado que no ha sido penetrado por las redes del narcotráfico. La recuperación de la democracia en 1983 desterró la violencia política y permitió construir buenas relaciones con los países vecinos.

Estos atributos, ausentes en buena parte de la región, no alcanzan para abolir, en el imaginario popular argentino, la convicción de que la historia nacional es un plano inclinado hacia la catástrofe.

Esta percepción quizás se explique por un recuerdo: entre fines del siglo XIX y comienzos del XX Argentina experimentó un boom de crecimiento, incorporó sin mayores problemas a cuatro millones de inmigrantes y construyó algunas instituciones de avanzada para la época. Aunque fueron solo un par de décadas y pese a que el despegue no fue resultado de un impulso sostenido de desarrollo, siguen funcionando como el espejo en el que los argentinos prefieren mirarse.

El problema de la visión catastrofista, y a la vez nostálgica de un pasado imposible, es que impide apreciar el logro innegable de la educación pública argentina. Y acaso por lo mismo complica las perspectivas de mejorarla y cuidarla.

Un siglo y medio atrás, Argentina fundó un sistema educativo amplio y gratuito, que multiplicó las escuelas y las bibliotecas. A este impulso a la educación inicial se sumó después la reforma universitaria de 1918, que democratizó los claustros, le dio un carácter científico a los planes de estudio y abrió las universidades a las nuevas clases medias. En la década de los cuarenta, el gobierno de Juan Perón decretó la gratuidad total de las universidades públicas y creó las escuelas técnicas, con el doble objetivo de incluir a los sectores populares y proveer a una industria nacional en expansión de los especialistas necesarios para su funcionamiento.

Estos avances no fueron exclusivos de la Argentina, pero se produjeron muy tempranamente y hoy son reconocidos como un modelo para el resto de América Latina. Además, asumieron una característica distintiva: el sistema educativo argentino es inclusivo. Así, aunque las mediciones revelan que la escuelas argentinas arrastran problemas de calidad similares a los de otros países latinoamericanos, los niveles de cobertura marcan una diferencia: la educación inicial es prácticamente universal (99,4 por ciento) y la secundaria es la más alta de la región (86,6 por ciento).

Las universidades públicas son gratuitas y de ingreso irrestricto, sin examen de admisión, y además se han multiplicado: desde comienzos de la década de los noventa se crearon veintiocho nuevas universidades nacionales y se duplicó así el número que existía hasta el momento, la mayoría de ellas en provincias alejadas de Buenos Aires y en las zonas más pobres de los suburbios. Esto permitió que una generación de jóvenes de los sectores populares accediera por primera vez a la educación superior y compartiera clases y profesores con estudiantes de clase media, a la vez que fortaleció una figura ausente en otras realidades educativas pero muy común en Argentina: la del estudiante-trabajador (la mitad de los estudiantes universitarios argentinos trabaja o busca trabajo y el 20 por ciento es jefe de hogar).

Por eso no es cierto que la historia argentina esté marcada por una decadencia absoluta. Pese a todo, ciertas instituciones sobreviven virtuosamente a los ciclos económicos de ilusión y desencanto. La reciente movilización de los estudiantes universitarios, la alta adhesión a las huelgas de los sindicatos docentes y el lugar centralísimo que sigue ocupando la educación en el imaginario social confirman que se trata de un asunto vital para la política argentina y que trasciende la voluntad de la persona que esté en la presidencia.

En un momento en el que la sociedad argentina parece deslizarse nuevamente hacia la melancolía de una tarde de lluvia y tango, la educación pública aparece como un activo social importante: blindarla presupuestariamente, trabajar con los sindicatos para mejorar su calidad y volcar más recursos en las escuelas y universidades de los sectores populares deberían ser los ejes de la política de Macri. Proteger una de las pocas instituciones que siguen generando consenso es necesario en medio del desencanto.

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Argentina: La crisis del sistema educativo en su conjunto (Audio)

Argentina / 16 de septiembre de 2018 / Autor: FM La Tribu / Fuente: La Mar en Coche

Los maestros y maestras de escuelas públicas y privadas y las y los docentes universitarios de todo el país ratificaron la convocatoria a un paro nacional con movilización al Congreso para el próximo jueves 13.

La medida de fuerza es en rechazo al ajuste presupuestario para el sistema público de educación –que el Gobierno profundizará en 2019 en busca del déficit cero, según denuncian los gremios– y se da también en el marco del conflicto universitario en todo el país, con facultades paralizadas por tomas estudiantiles y huelgas de profesores

La semana próxima va a ingresar el Presupuesto 2019 para su tratamiento en el Congreso y trae un ajuste en educación muy importante. No va a incluir por primera vez lo que es inversión en educación técnica y las becas escolares.

María Bielli, referente de El Hormiguero, rectora del Instituto de Formación Superior Dora Acosta en la Villa 31 explica cómo ve el debate del proyecto de UNICABA y da un panorama de toda la situación educativa nacional.

 

 

 

 

Fuente de la Entrevista:

LA CRISIS DEL SISTEMA EDUCATIVO EN SU CONJUNTO

ove/mahv

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Expresidente del Consejo Nacional de Educación presenta libro “50 años de docencia en el Perú”

Perú / 16 de septiembre de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: La República 

El texto está compuesto de testimonios de docentes de escuelas públicas y privadas sobre los cambios que tuvieron que hacer por las nuevas tecnologías.   

Hugo Díaz, expresidente del Consejo Nacional de Educación y asesor de la Fundación Telefónica, presentará su libro “50 años de docencia en el Perú», escrito junto al exviceministro de Educación,César Picón, en la cual reflexiona sobre cómo se ha transformando la formación educativa en el Perú.

Según el ex presidente, la educación de ayer era trasmisora, memorística y alejada de las realidades de la vida cotidiana. En la actualidad, las nuevas tecnologías da los estudiantes construir su aprendizaje más avanzado, a trabajar en equipo y utilizar las herramientas digitales.

Asimismo, mencionó que los profesores se van dando cuenta que ya no se puede continuar enseñando con materiales antiguos, solo con pizarra y tiza pues los niños de esta época se aburren. Ante ello, los docentes están obligados a recurrir a la tecnología, siendo una herramienta más dinámica para el aprendizaje.

Hugo Díaz dijo que el libro ofrece una mirada específica acerca de la trayectoria de la docencia en las últimas cinco décadas a través de las voces de los educadores de base de las instituciones educativas públicas del país.

El libro contiene tres capítulos: el primero trata sobre cuánto cambiaron la sociedad, las tecnologías y la educación en relación con los procesos de aprendizaje y las responsabilidades docentes, los cambios en el comportamiento del estudiante y de la familia, problemas de niños y adolescentes que afectan a su formación.

El segundo capítulo aborda tres elementos clave para los cambios educativos: temas relacionados con el docente, los aprendizajes y el currículo, y la gestión escolar y finalmente el tercer capítulo trata, desde la voz de los maestros, las propuestas para el futuro de la educación peruana, como propuestas vinculadas con los temas focales abordados por los docentes que participaron en los diálogos.

Fuente de la Reseña:

https://larepublica.pe/sociedad/1316468-ex-presidente-consejo-nacional-educacion-presenta-libro-50-anos-docencia-peru

ove/mahv

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