Taller «educación sexista y coeducación: estrategias para su transformación». Chile

América del Sur/Chile/03-06-2022/Autor(a) y Fuente: www.colegiodeprofesores.cl

Continuando con el ciclo de capacitaciones en Educación No Sexista que llevan a cabo el Colegio de Profesoras y Profesores, la UMCE y las Municipalidades de Villa Alemana y Conchalí, este miércoles se desarrolló el Taller 4 «Educación sexista y coeducación: estrategias para su transformación», por parte de la docente Daniela Lillo, cuyo objetivo fue dar cuenta de las distintas dimensiones en que se da el sexismo en la educación (organizacional, curricular y social), así como estrategias para avanzar desde prácticas sexistas hacia prácticas transformadoras.

Fuente e Imagen: https://www.colegiodeprofesores.cl/2022/06/02/taller-educacion-sexista-y-coeducacion-estrategias-para-su-transformacion/

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Estereotipos de género: cuando los niños no pueden ser princesas

Por: Diana Oliver

A los tres años es cuando los menores comienzan a tener conciencia del género y dejan de hacer cosas que habían hecho hasta el momento

Durante una entrevista, le preguntaba a Elena Crespi, psicóloga y autora de Habla con ellos de sexualidad (Lunwerg Editores), hasta qué punto influye una educación sexista en la sexualidad. Su respuesta fue clara: “Influye muchísimo”. Según Crespi, cuando nos relacionamos sexualmente con alguien tenemos muy integrado cómo debemos comportarnos desde nuestra posición femenina o masculina en función de un estereotipo de género. Un estereotipo que comienza a construirse desde el mismo nacimiento y que influye de manera irremediable en el resto de ámbitos de nuestras vidas. “Ya a los bebés les tratamos de diferente manera en función de si son niños o niñas: de una manera más dulce a las niñas, con una actitud más fuerte a los niños. Y esto, que puede pasar desapercibido, termina marcando en el futuro que nos comportemos como se supone que debemos comportarnos; en función del rol que se nos ha impuesto”, señalaba.

Un estudio publicado en la revista Science en 2017 concluía que las niñas se sienten menos inteligentes que los niños a partir de los seis años como consecuencia de la integración de un estereotipo que otorga una mayor inteligencia al género masculino. Y esto, según los autores de la investigación, tiene un impacto sobre las aspiraciones profesionales de las mujeres en el futuro. Pero no es solo cómo tratamos a niños y niñas sino también qué censuramos según el género. En el caso de los niños ocurre con los juguetes, con la ropa, con la temática de los disfraces e, incluso, con los colores. Rosa y azul siguen siendo elegantes sexadores. “No es que yo tenga nada en contra del rosa o el azul, el problema está en el hecho de que solo puedas vestir de rosa si eres una niña, y que esto sea exclusivo de las niñas. Una niña puede vestirse de rojo, de rosa, de naranja, de azul, de negro. Del color que quiera. En cambio, los niños no, y aquí es donde está el desequilibrio”, cuenta Elena Crespi. ¿Qué sucede con todo aquello relacionado con lo “femenino”? ¿Por qué se excluye a los niños? ¿Qué se les transmite cuando a ellos no se les permite “hacer” según qué cosas por su género?

Lo masculino en positivo

Este verano, mi hijo de poco más de dos años entonces, observaba con atención a una madre y a su hija. Ambas jugaban a pintarse las uñas sentadas en el espacio de césped que queda en los márgenes de la piscina. Tenían un estuche transparente, de esos con cierre de cremallera, que dejaba ver un variado catálogo de esmaltes. Rosa, verde, morado, azul eléctrico… Al momento se unió otro niño un poco más mayor a la contemplación y entonces ambos mostraron interés por participar. Si para ellos se trataba de un juego, no lo fue para la familia del niño: le prohibieron que se pintara las uñas. “Eso solo lo hacen las niñas. Los niños no se pintan las uñas”. Más allá de lo anecdótico –y aparentemente insignificante– de la situación, la cuestión es cuántas veces aplicamos supuestos similares en la vida de los niños y niñas. Cuántas cosas no pueden hacer los unos o las otras. Recuerdo entonces una entrevista a Iria Marañón, autora de Educar en el feminismo. Decía que es fundamental educar en igualdad para que nuestras niñas y niños sientan que pueden ser capaces de las mismas cosas. “Coeducar no significa educar niñas y niños, sino educar en igualdad. Con los mismos referentes, rompiendo los estereotipos, forzando un cambio”.

Explica Elena Crespi que es a partir de los tres años cuando los niños y las niñas comienzan a tener conciencia del género y dejan de hacer cosas que habían hecho hasta el momento porque sienten un condicionante de género. “Los niños dejan de pintarse las uñas, dejan de querer llevar faldas si en algún momento les han llamado la atención, ya no quieren cualquier color porque el rosa es de “niñas”. Hemos puesto en una balanza que lo de los niños es mejor que lo de las niñas”, señala. Lo vemos en cómo las niñas van ganando, en cierta medida, terreno: ellas pueden jugar al fútbol, llevar pantalones y disfrazarse de superhéroes masculinos porque lo que entendemos propio del universo masculino es siempre más positivo que lo femenino. “Nosotras podemos hacer cosas que estén “etiquetadas” como masculinas, pero que un hombre haga algo que se contempla como “femenino” es mucho más difícil. De lo masculino no nos reímos, pero de lo femenino sí”, lamenta la psicóloga.

Esta misma idea me transmite Violeta Buckley, sexóloga y formadora en Pandora Mirabilia. “Encontramos muchas más dificultades para que los niños jueguen a cosas que “tradicionalmente” se consideran “de niñas”. Por ejemplo, los niños a los que les gusta disfrazarse de princesas y hadas a partir de cierta edad lo hacen en la intimidad, si es que en su casa se lo permiten, porque fuera está censurado socialmente. Aprenden muy pronto que no pueden salir a la calle disfrazados de princesas aunque eso sea algo que les gustaría hacer”, explica. Para Buckley ocurre que, si bien a las mujeres nos ha costado mucho incorporarnos a mundos masculinizados, a lo masculino, es cierto que ahora lo complicado está siendo que los hombres se incorporen a ámbitos como los cuidados o el trabajo doméstico. “Esto ocurre porque en nuestra cultura lo femenino está menos valorado, se impulsa mucho menos que los hombres se incorporen a cosas “femeninas”, algo que no sucede al revés. Pasa también que cuando un hombre hace este tipo de cosas, la percepción es que está cuestionando su masculinidad. La masculinidad se construye, aunque no solo, como oposición a lo que socialmente se identifica con ser mujer”, apunta.

¿Cómo lograr que ese avance sea real, o positivo? ¿Qué se puede hacer desde nuestro lugar en la sociedad como familia para cambiar los estereotipos de género? Responde Violeta Buckley que para avanzar en la igualdad debe hacerse de una manera integral. “Es muy importante lo que ya se está intentando hacer: favorecer que niños y niñas jueguen a todo tipo de juegos, que tengan también lecturas y juegos que rompan con roles tradicionales de género… Pero también es importante el modelo que construimos como familia”. Insiste la formadora de Pandora Mirabilia que, a menudo, en las charlas que imparten en AMPAS sobre cuestiones de igualdad y género observan una gran preocupación en general con cuestiones como que haya niñas de cuatro o cinco años a las que les guste jugar a princesas. “Hay un gran sufrimiento por eso”, dice. Para la experta si bien está claro que el juego es importante en la construcción de la identidad, también es importante saber que esa identidad se construye de otras muchas maneras. “Tenemos que dejar de preocuparnos por el tipo de juego que les gusta y ocuparnos más de que tengan modelos de relaciones igualitarias y buen trato. Que tengan figuras que rompan con los roles de género”, concluye.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/02/03/mamas_papas/1580724775_704766.html

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Manifestantes denuncian estereotipos sexistas en Hong Kong

Redacción: El Universal

Los movimientos prodemocracia en Hong Kong han contado con foros en líneas en los cuales se cuestiona la participación de las mujeres en las distintas movilizaciones.

Antes se sonrojaba cuando sus amigos decían palabrotas y ahora Chris Wong es una de las miles de estudiantes que participan en las manifestaciones prodemocráticas en Hong Kong y que no duda en enfrentarse a la policía.

«Es el combate de todo el mundo, sea cual sea su sexo», explica Chris, de 19 años, que usa un seudónimo, reseñó AFP.

Nacida en una familia obrera apolítica, la joven dice que abrió los ojos gracias a la crisis política que sacude a Hong Kong desde hace seis meses.

Su recorrido personal ilustra el papel clave que desde junio han desempeñado las mujeres en las manifestaciones casi diarias, incluso en los puestos de avanzada y cuando las protestas degeneran en violentos enfrentamientos con la policía.

Las mujeres representan más del 25% de las 5.900 personas detenidas desde comienzos de junio y las admisiones en el hospital presentan una proporción parecida, un 28%.

En los frecuentes enfrentamientos con la policía, muchas de ellas se encuentran entre los «bravos», nombre dado a los manifestantes que van en cabeza.

Vestidas de negro, al igual que sus compañeros masculinos, lanzan cócteles Molotov y ladrillos contra las fuerzas del orden, que responden con fuerza a base de gases lacrimógenos y balas de goma.

Chris Wong se describe como una persona introvertida que, antes de que empezara el movimiento, no se atrevía a hablar en clase o a cruzar la calle con el semáforo en rojo.

Aunque se sumó bastante pronto al movimiento prodemocracia, durante mucho tiempo se mantuvo alejada de las primeras filas, optando por elaborar los folletos o por participar en la organización de manifestaciones.

«Sin futuro»

Pero, en agosto, empezó a radicalizarse, después de que Pekín y el ejecutivo local rechazaran hacer cualquier concesión a los manifestantes y de que la represión policial se acentuara. Un día, en medio de los gases lacrimógenos, asistió, impotente, a un arresto violento.

«Me di cuenta de cuán inútil era, incapaz de salvar a quien fuera, así que empecé a entrenarme», comenta.

A mediados de noviembre, en la Universidad Politécnica (PolyU), participó junto a cientos de manifestantes radicales en un largo y feroz enfrentamiento con la policía.

Está convencida de que Pekín está acabando con las libertades de las que gozan los hongkoneses, y es eso lo que la mueve. «La ciudad está en tan mal estado que no hay futuro ni margen de maniobra para nuestra generación si no luchamos», defiende.

Los foros en línea que utiliza el movimiento prodemocracia están repletos de discusiones sobre la participación de las mujeres,.

Muchos defienden que permite romper la imagen de la «gong nui», «la chica de Hong Kong», apolítica, superficial y sobre todo interesada en publicar fotos de sus platos en Instagram y en viajar al extranjero.

Sin embargo, hay otros comentarios muy sexistas. En los folletos de los manifestantes, muy influidos por los mangas, las mujeres aparecen como ingenuas, con grandes ojos y necesitadas de la protección de un manifestante masculino, o como atractivas guerreras.

Ningún límite 

La joven estudiante asegura haber descubierto, durante las manifestaciones, que no tiene ningún límite. «Nunca tengo la sensación de que ‘las chicas no deben hacer eso’ y me dan igual las expectativas sociales», afirma.

Los estereotipos sobre la «debilidad» femenina pueden resultar ser, incluso, una ventaja. «Eso me da más flexibilidad para cambiar de papel, por ejemplo pasar de manifestante de primera línea a simple transeúnte que, en realidad, detecta los puestos de control de la policía».

Susanne Choi, investigadora en la Universidad china de Hong Kong, estudió la participación de las mujeres en las manifestaciones.

«La naturaleza de este movimiento sin jefes y descentralizado permite a las mujeres -y, en general, a todo el mundo- jugar un papel en función de su voluntad y de sus capacidades», explica Choi a la AFP.

Sin embargo, la experta no cree que las manifestaciones hayan dado lugar a un influjo feminista en una sociedad tradicionalmente conservadora. «Muchas participantes tienden a banalizar la desigualdad en las manifestaciones», lamenta.

Chris Wong admite temer, como muchas otras manifestantes, las agresiones sexuales. En un caso que se volvió viral en internet, una adolescente afirmó que se había visto obligada a abortar tras una violación colectiva cometida por policías en una comisaría en septiembre. La policía dijo que estaba investigando el caso.

La Asociación de lucha contra la violencia sexual contra las mujeres declaró que tenía pruebas de casos de acoso sexual, agresiones y violaciones durante las manifestaciones.

Fuente: https://www.eluniversal.com/internacional/57420/manifestantes-denuncian-estereotipos-sexistas-en-hong-kong

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El feminismo toma instituciones educativas en Chile en contra de la educación sexista

Chile/19 de Mayo de 2018/Ismorbo

«¿Qué hace con ese escote, ¿usted vino a dar una prueba oral o a que la ordeñen?»

Este miércoles, las estudiantes universitarias chilenas se convirtieron en la vanguardia del feminismo en nuestro país con una marcha multitudinaria que exige una educación no sexista, originada por las indignantes frases sexistas recopiladas por una grupo de alumnas de Derecho UC, y que revelaron la realidad que viven las estudiantes femeninas en una de las emblemáticas facultades de la Pontificia Universidad Católica con una denuncia hecha a través de una carta firmada por 127 estudiantes.

“¿Qué hace con ese escote, ¿usted vino a dar una prueba oral o a que la ordeñen?”, “Hay que exigirles más a las mujeres feas porque las lindas, aunque tontas, igual encuentran marido, pero fea y tonta no hay quién la aguante” y “Cuando el hombre ve a una mujer y siente ganas de violarla, no es más que un desorden de sus inclinaciones naturales” fueron algunas de las frases documentadas por las estudiantes y dichas en clase por algunos de sus profesores.

Cientos de estudiantes comienzan a llegar hasta Plaza Italia, para participar de una nueva marcha feminista convocada por la Confech: "Contra la violencia machista, educación no sexista". Fotografía: Cristóbal Escobar/Agencia UnoCIENTOS DE ESTUDIANTES COMIENZAN A LLEGAR HASTA PLAZA ITALIA, PARA PARTICIPAR DE UNA NUEVA MARCHA FEMINISTA CONVOCADA POR LA CONFECH: “CONTRA LA VIOLENCIA MACHISTA, EDUCACIÓN NO SEXISTA”. FOTOGRAFÍA: CRISTÓBAL ESCOBAR/AGENCIA UNO

Ante la normalización del sexismo en la educación universitaria, la población femenina finalmente decidió manifestarse al respecto: desde el mes de abril, las protestas han venido realizándose en diversos puntos del país, reclamando no solo respeto, sino igualdad: Esta semana, circuló una fotografía del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH) que dejó en claro que no existe ninguna mujer entre las 27 líderes este grupo de universidades estatales y públicas.

Carmen Andrade, directora de Igualdad de Género de la Universidad de Chile, declaró que finalmente este movimiento de protesta está siendo reconocido como feminista gracias a que las estudiantes están cansadas de quedarse callada ante el hecho de recibir una educación machista.

“El problema que está motivando las manifestaciones —la violencia y al acoso sexual que ocurre en las universidades— es profundo y sentido por todas. Existe una suerte de grito y denuncia masiva de decir: ‘¡Ya basta!’ Tenemos Ministerio de la Mujer, leyes de cuotas, pero el problema de la violencia hacia las mujeres en sus distintas manifestaciones persiste y está profundamente enraizado en la cultura”.

El rector de la Universidad Católica, Ignacio Sánchezconfirmó que ya hay seis denuncias en la facultad de Derecho y que existen más “en otras zonas de la universidad”, e invitó a las estudiantes a denunciar, asegurando que el proceso será confidencial y que no habrá ningún tipo de represalias contra ellas, pues los comentarios documentados han sido “brutales y repugnantes”.

Protesta y resistencia

Durante las protestas iniciadas ayer, las estudiantes de la Universidad de Chile tomaron el edificio Z de la Facultad de Economía y Negocios como una medida para exigir que el decano Manuel Agosínse pronunciara frente a una petición hecha meses atrás, con un protocolo de género en el que las alumnas trabajaron durante más de un año para combatir el sexismo en las aulas y que fue rechazado por las autoridades de la facultad sin explicación.

“FEN representa el espacio donde se toman de decisiones y administración de nuestra facultad. Este es el espacio del cual hemos sido sistemáticamente excluidos estudiantes y funcionarias y funcionarios. En particular, es aquí donde fue rechazada arbitrariamente la política contra el acoso y la discriminación por género u orientación sexual a puertas cerradas”.

Así sucedió:

La Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile cuantificó que la marcha en Santiago había convocado a unas 150.000 personas, y aunque hubo que otro incidente menor, uno de los más destacados fue la presencia de un grupo de hombres encapuchados quienes decidieron atacar a funcionarias de Carabineros que estaban cumpliendo su labor, y quienes fueron resguardadas por otros efectivos de FF.EE. en el sector de Santa Lucía. ¿Lo mejor de todo? Las mismas manifestantes se deshicieron del intento de saboteo:

Las escuelas secundarias también se sumaron a las movilizaciones, como las estudiantes del liceo Carmela Carvajal, uno de los establecimientos públicos de mujeres de mayor simbolismo y excelencia en Chile, quienes ocuparon las instalaciones del Instituto Nacional, el liceo de hombres de mayor prestigio del país en protesta por los episodios de violencia de género que han protagonizados sus estudiantes.

Mientras tanto, en Maipú, los alumnos del Colegio Terraustral Oeste protestaron en las afueras del recinto tras una denuncia de abuso sexual contra una estudiante de primero medio del establecimiento, y que al poner la denuncia ante la inspectora general, fue humillada.

Aunque la mayoría de las marchas de hoy ya se han declarado como finalizadas, se espera que las protestas continúen en los próximos días.

Fuente: https://ismorbo.com/el-feminismo-toma-instituciones-educativas-en-chile-en-contra-de-la-educacion-sexista/

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Las señales que indican que aún no sabemos educar en igualdad

Por: Eva Bailén

Las ideas sexistas son tantas y están tan arraigadas que es prácticamente imposible librarse de ellas

Estamos permanentemente sometidos, entre otras cosas, a un bombardeo constante de publicidad, películas y series de televisión que resuman estereotipos de género y estamos tan habituados a ello que no nos damos ni cuenta de la cantidad de ideas absurdas que acaban por instaurarse en nuestra vida y que nos hacen actuar de manera sexista, seamos hombres o mujeres, tanto con niños como con niñas.

Yo he caído en muchas de esas costumbres que ahora creo que son horrorosas. Desde el momento de elegir la ropa de mis hijos cuando eran más pequeños, hasta decidir sobre la longitud de su cabello, o los pendientes en el caso de las niñas. Lo reconozco, algunas costumbres son más ridículas que otras, por eso intento ser cada vez más crítica con esto. Creo que son tantas las ideas sexistas y que están tan arraigadas que es prácticamente imposible librarse de ellas. Podemos intentarlo, pero para ello tenemos que ser muy conscientes de todo aquello que decimos y hacemos y que pueda estar condicionando a nuestros hijos en el sentido de seguir manteniendo dichos estereotipos. No debemos olvidarnos de que somos un modelo para ellos, y que todo lo que hagamos o digamos estará dejando huella en su educación.

Uno de los primeros obstáculos que nos podemos encontrar en la búsqueda de una educación no sexista son los juguetes. Hay juguetes para niños y para niñas, y es una lástima, porque las consecuencias de esta distinción entre juguetes para ellos y para ellas no son despreciables. Los juguetes que incitan a pensar, a resolver dificultades lógicas o matemáticas, potencian en los niños y niñas un tipo de razonamientos y pensamientos diferente a otro tipo de juguetes como los peluches o las muñecas. Si le damos los peluches a las chicas y los juegos de construcciones a los chicos, de manera similar a lo que hicieron los voluntarios de aquel experimento publicado por la BBC, y mantenemos ese tipo de juegos durante un largo periodo de tiempo de sus infancias, lo cual suele ocurrir a menudo, podríamos estar modelando el cerebro de las niñas en cierto sentido para que se interesen menos por las materias que tengan que ver con las matemáticas o la tecnología. ¿Explicaría esto que haya menos mujeres que hombres en ciertos sectores profesionales, como las ingenierías? ¿Hacemos creer a nuestras hijas que son menos inteligentes que los chicos?

La selección de las actividades extraescolares está también dominada por las ideas sexistas. Así, lo más típico es escoger fútbol o robótica, para los chicos, y baile o patinaje para las chicas. Algunas historias, como la de Billy Elliot e incluso la de Hugh Jackman, al que sus propios hermanos llamaron “nenaza” cuando dijo en casa que quería estudiar danza, nos demuestra lo gravemente afectados que estamos en general por las ideas machistas. Tampoco lo tienen nada fácil las chicas que juegan al rugby. ¿Qué problema hay en que una chica juegue al fútbol o en que un chico patine?

Por otra parte, creo que, como padres, deberíamos evitar decir frases tan perversas como la de “los niños no lloran”, porque son las que llevan a los chicos a tener que ser fuertes, a no mostrar sus sentimientos, y a asociar el llanto con una señal de debilidad, que, por otra parte, se hace propio de las niñas. Deberíamos eliminar las comparaciones despectivas hacia las chicas, porque si no se perpetúan ideas como la de que correr como una niña sea un insulto. Y también pegar como una niña se asocia a debilidad y cobardía. Así, las chicas llegan a la adolescencia habiendo idealizado la imagen del chico malote como referente masculino atractivo. En este sentido, recomiendo la lectura de un documento publicado por el INJUVE que analiza como los chicos y chicas conforman su identidad a través de los modelos machistas, para que nos demos cuenta de cuántos errores cometemos en la educación de nuestros hijos.

Reflection of father and son flexing muscles while photographing themselves in bathroom
Reflection of father and son flexing muscles while photographing themselves in bathroom MORSA IMAGESGETTY IMAGES

La ropa es otro factor que marca unas diferencias enormes, y del que es muy complicado escapar. Los uniformes de muchos colegios siguen manteniendo la falda solo para las chicas. Las faldas son solo para ellas, muchas veces obligatoriamente, aunque multitud de chicas las odien. La comodidad y la libertad de movimiento no importan, si no pueden jugar tranquilas sin enseñar la ropa interior, es preferible que no jueguen y que se queden sentadas con las piernas cruzadas. Creo que, como padres, podríamos ser más críticos con esto.

Así, además, permitimos a las niñas pintarse las uñas, pero no a los niños. Ellas tienen que llevar el pelo largo, y si no lo llevan pueden llegar a producirse situaciones como la ocurrida en el pasado sorteo de la lotería de Navidad, cuando alguien pensó que una de las niñas de San Ildefonso era en realidad un chicoporque llevaba el pelo corto. Ni siquiera la falda o los pendientes, otra de esas costumbres vinculadas al género, la salvaron. Al contrario, hubo quien pensó que era un valiente niño transgénero. Y que a ningún niño se le ocurra ponerse una falda, o un vestido, o un traje de princesa Disney, porque ya no sería un machote. Peor visto está incluso esto último que el hecho de que una niña se vista con prendas masculinas.

Por otra parte, tratar de liberarse de estos estereotipos puede suponer dejar a tu hijo o hija desprotegido ante una sociedad que sigue insultando sin pudor en público y en redes sociales al que es diferente, sin ningún escrúpulo, aunque sea un menor de edad. Hay que ser muy inconsciente o muy valiente para publicar una foto de tu hijo vestido de princesa. porque el sufrimiento al que se puede ver sometidos, las vejaciones y humillaciones pueden ser demoledores.

Dicen los expertos que es a partir de los 10 años cuando los niños interiorizan los estereotipos de género, pero también hay quien apunta que a los 6 años las niñas ya se perciben menos inteligentes que los niños. Así que en casa desde el primer momento debemos tratar de evitar someterlos a roles sexistas, que les hagan pensar que unos son más listos que otras, y por supuesto tenemos que estar pendientes de cómo educamos en lo referente a las diferentes tareas domésticas y actitudes relativas al cuidado de otras personas. Y por supuesto, tratar de ser muy críticos con las lecturas, las películas, las series de televisión o la música y videoclips que escuchan.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/02/13/mamas_papas/1518533893_460334.html

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España: El Gobierno navarro prepara un programa transversal de educación en igualdad

España/11 de Septiembre de 2017/Naiz

El Gobierno de Nafarroa tiene previsto aplicar durante el próximo curso 2017-2018 en 16 centros escolares un programa piloto para la implantación transversal de la educación en igualdad y la prevención de la violencia sexista.

Tras esta fase piloto, el programa, denominado ‘Skolae, creciendo en igualdad’, se extendería posteriormente a toda la red educativa de manera progresiva, con 170 centros más durante el próximo curso, ha explicado en conferencia de prensa la consejera de Educación, María Solana.

Skolae integra un itinerario coeducativo para las etapas no universitarias (desde 0-3 hasta bachillerato y FP de grado superior), que recoge de forma transversal la prevención de la violencia sexista, la visibilidad de las mujeres, el respeto a las identidades, las sexualidades y su diversidad, la participación social y el compromiso compartido.

Para desarrollar el programa, cada docente podrá adaptar las propuestas de trabajo en su asignatura o en sus horas de tutoría, incluso en actividades del centro educativo ya existentes, y para ello se ha diseñado un amplio programa formativo de docentes, así como formación específica para las apymas y familias de los alumnos.

Solana, que ha estado acompañada por el director del Servicio de Evaluación, Calidad, Formación, Igualdad y Convivencia, Aitor Lakasta, y la jefa de la Sección de Igualdad y Convivencia, Pilar Mayo, ha afirmado que en el Departamento de Educación desean que los centros escolares «sean espacios coeducadores libres de violencia y de sexismo».

Así, ha agregado, el objetivo del plan es que todo el alumnado «sea capaz de elegir su proyecto vital, desde la libertad, la diversidad de opciones y sin condicionantes de género, aprendiendo a identificar las desigualdades» y se comprometa «a luchar contra ellas y a ejercer su derecho a la igualdad en el ámbito de su cultura, religión, clase social, situación funcional».

«La práctica coeducadora debe hacernos competentes tanto para el diagnóstico crítico de la realidad, desde un enfoque de género bien fundamentado, como para nuestra implicación en la construcción de nuevas identidades igualitarias masculinas y femeninas», ha señalado la consejera, que ha declarado que, de hecho, «las mujeres aún no somos sujeto de ciudadanía plena y los hombres no han llegado a ser agentes de igualdad».

Por ello, Solana ha considerado «imprescindible» que desde las primeras etapas «se fomente en el alumnado la autonomía, el cuidado y la corresponsabilidad, el empoderamiento personal, la capacidad de liderazgo, el compromiso y la participación social en una vida libre de violencia».
Lakasta ha comentado al respecto que, durante el curso pasado, se ha realizado una revisión y diagnóstico de las normas y leyes sobre coeducación y desde enero de este año se ha trabajo junto al profesorado, personas expertas, el Consejo Escolar y el Instituto de Salud Pública en el desarrollo del programa Skolae.

Para presentar este programa, el 13 y 14 de septiembre tendrán lugar en Baluarte unas jornadas sobre coeducación en las que se tratarán los contenidos del plan y otras cuestiones relacionadas con la educación en igualdad.

En el acto de apertura, junto a la consejera de Educación, María Solana, intervendrán el vicepresidente y consejero de Desarrollo Económico, Manu Aierdi, el consejero de Salud, Fernando Domínguez, y la consejera de Relaciones Institucionales, Ana Ollo, ya que los cuatro departamentos han participado en el plan y estarán implicados en su desarrollo.

Fuente: http://www.naiz.eus/eu/actualidad/noticia/20170907/el-gobierno-navarro-prepara-un-programa-transversal-de-educacion-en-igualdad

 

 

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Chile: Educación sexista en Chile: ¿ser hombre o mujer no da lo mismo?

Chile / 03 de mayo de 2017 / Fuente: http://www.elmostrador.cl/

Romper con los estereotipos de género parece ser la tarea pendiente en el debate de la educación.

Recientemente fueron entregados los resultados de la prueba Simce 2016, que midió a los estudiantes de 4° y 6° Básico y 2° Medio en Comprensión de Lectura, Matemáticas e Historia y Ciencias. Según esos datos, existe casi una nula brecha que entre hombres y mujeres en Matemática, cuya diferencia fue sólo de uno, dos y tres puntos respectivamente.

Sin embargo, ellas se distancian más en la prueba de Comprensión Lectora, superando a los varones en más de 10 puntos en los tres cursos evaluados. ¿Por qué entonces se tiende a asociar las matemáticas como algo «masculino» y por qué en las postulaciones a la universidad serán ellos los que busquen carreras más exigentes?

Según los expertos, el sexismo en la educación empieza a definirse desde pequeños, cuando se orientan ciertas asignaturas como femeninas -Lenguaje y Comunicación y Artes Visuales- o masculinas -Matemáticas y Filosofía- que a la larga eliminan herramientas para que cada uno comprenda y se integre a la sociedad.

Esto se originaría desde cuando se les incentiva a los varones a jugar fútbol y ellas a practicar deportes como la gimnasia, o dedicarse a actividades artísticas y manuales. Como pasó recientemente en un colegio de Madrid, España, que está siendo investigado por las diferencias entre las actividades programáticas para sus estudiantes: a los hombres se les llevaba de paseo al estadio del Real Madrid y a las mujeres se les enseñaba a tejer a crochet.

O también tiene que ver con el uniforme y con la limitación que tiene para las niñas realizar algunas actividades por el solo hecho de usar jumper o falda, lo que no permite tanta movilidad como en el caso de los niños y las restringe a «sentarse» y «comportarse» como señoritas.

Lo cierto es que la desigualdad en la educación parece estar presente en varias aristas. Según un estudio realizado por la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres en el 2015, que analizó los textos de Historia, Lenguaje, Biología, de 1º Básico a 4º Medio, la representación de las mujeres «aparecen en actitudes pasivas o trabajos domésticos». Y agrega: «Cuando presentan a alguna mujer destacada, o no muestran su imagen o no agregan sus datos biográficos o no incluyen su nombre».

La misma organización realizó una investigación el 2016, y concluyó que muchas estudiantes mujeres se ven afectadas por una cierta “incapacidad aprendida”, es decir, «la creencia, consciente o inconsciente, implícita o explícita, de la imposibilidad de realizar una tarea, o asumir previa e infundadamente que no se tendrá un buen rendimiento en determinado asunto o área».

Esto se reflejaría, por ejemplo, en los puntajes nacionales obtenidos en la PSU. En el año 2015 el 89% de los puntajes nacionales fueron obtenidos por hombres y solo el 11% por mujeres según los resultados del DEMRE, siendo en matemática donde se presenta la brecha mayor.

Esto también se reflejaría en la elección de carreras universitarias, donde los hombres se matriculan mayormente en las áreas de Informática, Transportes, Ingeniería y profesiones afines e Industria y Producción. Las mujeres, en cambio, se matriculan en carreras de las áreas de Servicios Sociales, Servicios de Salud, Ciencias de la educación y Ciencias sociales y del comportamiento, es decir, profesiones vinculadas con el rol tradicional que se le ha asignado a la mujer, y que gozan de menor prestigio en el campo laboral.

El sexismo en la educación también es algo que preocupa a los académicos universitarios. Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Chile que buscaba identificar las expectativas de los futuros profesores de enseñanza básica respecto a la formación de sus estudiantes, «vimos que los profesores tenían menos expectativas acerca del desempeño de las niñas que de los niños (…) Los profesores ya tienen ideas arraigadas que luego se reproducen en el aula», señaló en la oportunidad Salomé Martínez, académica del Departamento de Ingeniería Matemática e investigadora del Centro de Modelamiento Matemático.

Sexismo tradicional

Desde el comienzo de la historia, las mujeres han sido delegadas a labores menores. En Grecia incluso, la cuna de la civilización, la poca educación que recibían las mujeres, específicamente en Esparta, estaba destinada a crear madres fuertes que criaran niños sanos. Si se avanza varias décadas en la historia, en el inicio de la educación formal, también los privilegiados fueron los hombres, ya que eran ellos quienes podían acceder a escuelas y a las universidades.

Cuando en Chile, lentamente, las mujeres comenzaron a acceder a la educación, se les asignó establecimientos exclusivos liderados por religiosas. En 1812 José Miguel Carrera ordenó la creación de las primeras escuelas primarias en conventos. Recién con la Ley de Instrucción Primaria, en 1860, el número de niñas que estudiaban ascendió. Se democratizó en cierta medida el ingreso, pero no el tipo de educación que recibían.

Durante el gobierno liberal de Aníbal Pinto en 1877 se creó el Decreto de Amunátegui que permitió que las mujeres ingresaran a la universidad tras rendir exámenes, por lo que en la práctica sólo podían acceder quienes salían de liceo privados que preparaban el examen de Bachillerato y en 1891 emergieron los primeros liceos fiscales femeninos.

El mismo Ministerio de Educación (Mineduc) reconoce que, aunque se ha superado la desigualdad de ingreso a la educación entre mujeres y hombres, persisten patrones tradicionales de género dentro de la educación, lo que provoca inequidad entre los escolares según su género y, además, respalda la educación sexista que existe actualmente.

A pesar que la ley de Inclusión Escolar número 20.845, establece que no debe haber discriminación de ningún tipo, no incluye algún punto específico de discriminación de género. Es por eso que el Mineduc creó en el 2014 la Unidad de Equidad de Género (UEG) para incorporar políticas, planes y programas ministeriales desde una perspectiva de género. También, implementó el Plan para la Igualdad  de Género 2015-2018 que, además de sentar bases para trabajar en la materia, entregó cifras sobre la desigualdad de género en la educación.

En Chile no existe una diferencia significativa en el acceso de niñas (51%) y niños (49%) a la educación parvularia, a excepción de la modalidad de educación especial (39,2% niñas y 60,8% niños). En cambio, en educación media técnico profesional existe una brecha más notoria respecto a la segregación por género según especialización, puesto que las mujeres abundan en las áreas técnica (80%), comercial (64%) y artística (53%) versus los hombres que predominan en las áreas industrial (83%), agrícola (66%) y marítima (65%), según datos del MIneduc.

Respecto a la deserción escolar, pese a que no existe gran desigualdad en cuanto a la cantidad de mujeres y hombres que dejan la educación, sí la existe en tanto a los motivos: las jóvenes, además de desertar por razones económicas, lo hacen por embarazo o maternidad, mientras que los varones lo hacen principalmente para ingresar al mundo laboral.

Segregación por género

Pero la preocupación por la igualdad de género en la educación no sólo es por parte del Estado, sino que también de los alumnos. Sobre todo en los colegios emblemáticos donde muchos de ellos son segregados por género.

El año pasado, Martina Ascencio se hizo conocida con once años tras escribir una carta a la presidenta Michelle Bachelet y autoridades del Instituto Nacional para solicitar su ingreso y recibir la educación que ella esperaba.

«El gran fin del Instituto es dar a la Patria ciudadanos que la defiendan, la dirijan, la hagan florecer y le den honor. Al ser de hombres el Instituto, este objetivo no se cumple porque solo la mitad de las personas tienen acceso a esa educación que nos permite cumplir el fin del Instituto Nacional», decía Marina en su texto, donde pedía además igualdad de oportunidades en educación.

El debate de la educación segregada y sexista no es algo que solo esté en Chile, si no que se da a nivel mundial. En 2014, la reconocida sicóloga norteamericana Diane Halpern, realizó un estudio con más de un millón de estudiantes de distintas partes del mundo y concluyó que no existe evidencia real de que las escuelas de un solo sexo logren ventajas educativas. De hecho para la especialista, estos establecimientos solo institucionalizan los estereotipos de género y el sexismo.

Mientras el debate de cómo eliminar la educación sexista crece, a partir del 2013, en Chile 253 colegios municipales y particular subvencionados han pasado a ser mixtos. Aún queda alrededor de un 4 por ciento de establecimientos educacionales que son sólo para hombres o para mujeres, incluyendo varios emblemáticos.

Es por eso que los estudiantes secundarios sumaron, durante el año pasado, entre sus demandas la existencia de una educación no sexista. Y no sólo por lo que pasa dentro de las aulas sino también fuera de ellas.

Un bullado caso fue cuando las alumnas del Liceo 1 Javiera Carrera realizaron una marcha hacia el Instituto Nacional Barros Arana exigiendo que los jóvenes de liceos de hombres dejaran de agredirlas verbalmente y una educación igualitaria.

Todo comenzó cuando hace un año cuando los alumnos del internado celebraban su aniversario en una marcha tradicional que, cuando pasó frente al establecimiento de mujeres gritó, entre otros cánticos, «que se asomen las maracas».

Las alumnas realizaron una marcharon entonces con un gran lienzo donde se leía “piden igualdad y calidad pero al momento de marchar gritan sin pensar“.

Sin embargo, la Secretaria de Género del Liceo Javiera Carrera, Ailen Ferreira, afirma que en más de una ocasión se han sentido discriminadas como estudiantes en relación a los hombres. La estudiante sostiene que la educación es sexista en el liceo y “en algunas ocasiones nos sentimos en desventaja porque vivimos en una sociedad machista, a los colegios de hombres se les da mayor reconocimiento”.

Fuente noticia: http://www.elmostrador.cl/braga/2017/05/02/educacion-sexista-en-chile-ser-hombre-o-mujer-no-da-lo-mismo/

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