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Mexico: Ética del cuidado debe ser prioridad de la educación en pandemia

Por: Brenda Macías

La ética del cuidado como parte de una educación socioemocional debe ser una prioridad de la cultura en todos los niveles educativos y en los espacios no formales, propuso la Dra. Cimenna Chao, directora académica de la Revista Internacional de Educación Emocional y Bienestar, al hablar de su proyecto de investigación Desarrollo de habilidades cognitivas y socio-afectivas en ambientes de aprendizaje auto-organizado mediados por tecnologías de la información y las comunicaciones.

En su videocolumna publicada en el canal de YouTube de la División de Investigación y Posgrado, la Dra. Cimenna Chao, académica del Departamento de Educación de nuestra Universidadexpuso que es necesario hablar con mayor apertura y flexibilidad sobre el papel que juegan las emociones en los procesos de aprendizaje y en las relaciones interpersonales.

“La escuela después de la pandemia tendría que reformularse  desde  un  actuar  pedagógico  asentado  en  una  ética  del  cuidado, y encaminado hacia la construcción y procuración de bienestar integral”, consignó la académica en el artículo Educación emocional en tiempos de crisis: de la pedagogía de la emergencia a la pedagogía del cuidado para el bienestar integral.

Desde la perspectiva de la educación socioemocional y el bienestar, la humanidad requiere de una reinvención de su conciencia individual y social, y las habilidades socioemocionales permiten que las personas pongan en acción una mirada comprensiva y empática sobre los problemas del mundo.

Educar sobre, con y desde las emociones significa ser consciente de ellas, reconocer que la memoria, la atención y la concentración están moduladas por las emociones y que es necesario educar con metodologías pedagógicas que inspiren, abundó la integrante de la Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar.

En los tiempos que corren, las personas muestran intolerancia a la frustración y a la postergación de la recompensa por satisfacción de nuestras necesidades y deseos al alcance de un ‘clic’, resaltó la especialista, quien instó a aprender a valorar el aprendizaje más que la gratificación y las respuestas inmediatas.

La pandemia ha significado sólo uno de los grandes problemas que enfrenta la humanidad y es el resultado de la ruptura del ser humano con la vida espiritual que está marcada por la infoxicación y el consumismo; la ruptura social que da mayor peso al individualismo; y la ruptura ecológica que se caracteriza por una mirada antropocéntrica y de saqueo.

La Dra. Cimenna Chao hace un llamado a poner en práctica una educación que nos permita cuestionarnos y tomar acciones críticas y responsables, invita a repensar las instituciones y a reinventar la conciencia individual y social.

Si a usted le interesan estos temas y busca espacios para publicar manuscritos originales o avances de investigación académica, la Dra. Chao invita a conocer y a participar en la convocatoria permanente de la Revista Internacional de Educación Emocional y Bienestar.

Las normas para la presentación de artículos se pueden revisar aquí.

 

Fuente de la información e imagen: Desinformemonos
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Educación socioemocional, vital en el retorno seguro a escuelas: académica

Por: Brenda Macías

El retorno a las escuelas de manera presencial e híbrida implica subsanar los aprendizajes perdidos durante la pandemia, convocar a las y a los estudiantes que no regresaron, dominar tecnologías más allá de WhatsApp y priorizar la educación socioemocional, expuso la Dra. Hilda Patiño al informar que el Departamento de Educación prepara para el INIDE de la IBERO un reporte de resultados del proyecto de investigación ¿Qué aprendimos en la escuela en este año de pandemia?

En una videocolumna publicada en el canal de YouTube de la División de Investigación y Posgrado, la Dra. Hilda Patiño reflexionó que las y los docentes de primaria y secundaria en México están conscientes que requieren dominar más herramientas tecnológicas, más allá de WhatsApp, pero sobre todo capacitarse en habilidades socioemocionales para lidiar con pandemias y otras emergencias que obliguen al confinamiento.

Como Prensa IBERO informó oportunamente, con la desaparición del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) se dejaron de aplicar las pruebas del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (Planea), por lo que el estudio ¿Qué aprendimos en la escuela en este año de pandemia? deja antecedentes y datos únicos para comprender los efectos que tuvo la emergencia sanitaria, el confinamiento y la escuela a distancia sobre los aprendizajes en niños, niñas y adolescentes, así como en las y los docentes.

Las escuelas que participaron en esta investigación convocada y realizada por la IBERO fueron de Baja California Sur, Coahuila, Sonora, Puebla, Durango, Chihuahua, Yucatán, Jalisco, Estado de México y Sinaloa. La muestra válida fue de 431 mil 568 casos de los más de 515 mil casos que se recibieron.

Gracias a esta investigación, se puede afirmar que la pandemia sí tuvo una incidencia negativa en los aprendizajes esperados. En otras palabras, se cubrieron 70% de los contenidos de primaria y 48% a nivel secundaria. Estos datos podrían ser útiles para que las instancias de gobierno puedan tomar mejores decisiones ante el retorno seguro y para generar estrategias de acción para enfrentar las pandemias futuras. 

La Dra Hilda Patiño reiteró que la educación a distancia mediante herramientas tecnológicas nunca va a sustituir el papel presencial de la docente o el docente. En este momento histórico la educación socioemocional debe ser una prioridad.

La pandemia reveló mayor sensibilidad sobre el tema en todas las personas involucradas en el sector educativo y un mayor interés por darles atención a la empatía, a la solidaridad y a la colaboración.

Fuente de la información, video e imagen:  IBERO

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Los ABCD del bienestar y la importancia de la educación socioemocional

Por: Pluma Invitada

Conforme nuestro país y el mundo absorben el impacto del coronavirus, se ha hecho más evidente lo interdependientes que somos y lo mucho que requerimos mostrar empatía y resiliencia, construir relaciones saludables con quienes coexistimos presencialmente o a la distancia. Esto es, necesitamos habilidades socioemocionales tanto o más que conocimientos académicos y tecnología.

¿Qué es lo que más te cuesta en tu día a día en esta cuarentena? Es natural estar estresados ante una situación compleja que nos afecta a todos y en tantos frentes, sentir angustia, preocupación, incertidumbre. Pero, el aumento global de la violencia intrafamiliar, la predicción de un “tsunami” de enfermedades mentales, suicidios de niños de primaria por la tarea, y otros lamentables indicadores, nos hacen preguntarnos: ¿podríamos lidiar mejor con lo que nos sucede?

La crisis trae a la luz la precariedad de una educación socioemocional no sólo en los niños y jóvenes, sino en los adultos responsables de proveerles un ambiente seguro en casa y en la sociedad; ha evidenciado ciertas problemáticas que ya nos aquejaban, relacionadas con nuestro estado mental.

Vivimos en un mundo distraído. Un experimento científico de alto impacto encontró que pasamos 47%[1] del tiempo distraídos: con el cuerpo en un lugar y la mente en otra. El aumento en los problemas de déficit e hiperactividad de la atención es notorio entre niños y jóvenes. Definitivamente podríamos mejorar para no perdernos la vida casi la mitad del tiempo.

Estamos cada vez más conectados, pero no quiere decir que tengamos relaciones cercanas: la soledad es prevalente y causa más muertes que la obesidad.[2] La violencia es indicativa, además de muchos problemas estructurales y sociales, de una falta fundamental de empatía y compasión.

Mentalmente, millones de personas sufren por la presencia de pensamientos destructivos: la angustia y la depresión van en aumento, 56% de los adolescentes en México experimentan tristeza[3] y desgraciadamente ha crecido el índice de suicidios en el país[4].

Se ha perdido para muchos el propósito de vivir: quienes no tienen una meta clara que le de sentido a su vida, tienen más probabilidad de morir a los 60 años que otros coetáneos quienes encuentran sentido a lo que hacen.[5]

Estas problemáticas no son por lo tanto meras experiencias subjetivas: afectan nuestra salud y nuestras relaciones. Afectan también a la sociedad que conformamos.

El panorama puede parecer sombrío, pero tenemos suficiente conocimiento científico para entender que estas problemáticas son solubles: el bienestar es una habilidad que se puede desarrollar.  Nuestro cerebro cambia toda la vida en respuesta a las experiencias, pensamientos y emociones que vamos teniendo. La gran noticia es que no somos totalmente dependientes de lo que nos sucede: podemos incidir en cómo nos relacionamos con el mundo, podemos tomar un papel más activo en nuestras maneras de pensar, sentir y actuar.

Aunque solemos pensar que la vida nos sucede, la ciencia señala que podemos transformar y mejorar aspectos de nuestro cerebro y mente y así mejorar nuestra relación con nosotros mismos y el mundo, nuestra vida y sociedad. Cuatro de estos aspectos son los llamados ABCD–pilares de una mente sana y con bienestar: Atención, Bondad, Claridad y Dirección.[6]

Primero, la A de atención. Cuando la mente está agitada y distraída, es difícil hacer cualquier cosa. Se complica leer una página o atender una conversación. Estar agitados nos resta libertad para elegir pues nos pone en un estado muy reactivo. Sin embargo, podemos aprender a estar presentes y calmos y con eso recuperar nuestra vida y el espacio para decidir cómo actuar en vez de reaccionar.

La B es de bondad y se refiere a generar relaciones más sanas y armoniosas, basadas en la empatía, el aprecio, la gratitud, la generosidad y la compasión. En vez de sentirnos aislados, en un mundo hostil y carente, podemos pasar de estar excesivamente centrados en nosotros mismos a extendernos hacia los demás, identificar y valorar nuestras similitudes mientras apreciamos las diferencias y buscamos un bienestar común.

Podemos traer a nuestra mente la C de claridad. Identificar los pensamientos que nos generan problemas y distorsionan lo que pensamos de nosotros mismos y del mundo y aprender a ver las cosas en su justa medida. En vez de tener un dialogo interior destructivo, poco claro y exagerado que nos llena de preocupaciones, emociones y conductas conflictivas, podemos generar una relación sana con nuestra mente y una relación realista con el mundo como es, no como interpretamos que es.

Finalmente, viene la D, podemos generar un profundo sentido de dirección al encontrar e internalizar propósitos y valores que le den significado a la vida. ¿Puedes imaginar tener una brújula interna que te guíe y convierta aún los actos mas nimios, como lavar los trastes, en algo valioso y trascendente? Y más allá, que te sostenga y le de sentido aún a las crisis y conflictos más difíciles.

¿Alguna vez has entrenado tu mente? El cerebro es maleable, eso quiere decir que cambia toda la vida con base en las experiencias a las que lo sujetamos. A eso se le llama neuroplasticidad. Con tan solo siete horas de un entrenamiento específico, por ejemplo, en bondad, vemos cambios en el cerebro. Esto nos comprueba que podemos cambiar, pero tenemos que educarnos para hacer de estos cambios algo duradero. Las neurociencias, las ciencias cognitivas y la psicología nos enseñan que, fortaleciendo los ABCD, podemos transformar nuestros patrones mentales y emocionales. Estos cuatro aspectos son fundamentales para el bienestar y también facilitan el desarrollo de otras habilidades, las socioemocionales.

Es imprescindible que cada individuo tenga herramientas internas para gestionar sus emociones, construir mejores relaciones, tomar mejores decisiones y sostener una inclinación prosocial que atienda la realidad de nuestra interconexión. Es un imperativo social y de salud mental para México y el mundo: es nuestra responsabilidad y nuestro potencial. Más que nunca la educación debe integrar estas habilidades en las aulas virtuales y presenciales, pues desatender nuestra salud mental y emocional y dejar en segundo plano la labor fundamental de generar relaciones humanas saludables y fraternas que cuiden el bienestar de todos, tiene un costo insostenible para uno y para todos.

Referencias:

Boyle, P. A., Barnes, L. L., Buchman, A. S., & Bennett, D. A. (2009). “Purpose in life is associated with mortality among community-dwelling older persons”. Psychosomatic medicine71(5), 574.

Chernicoff, L. Rodríguez E., Labra D., Jiménez A.  (2016) Trabajar y vivir en equilibrio, Módulos 1, 2 y 3. Publicación y copyright de AtentaMente Consultores

Dahl, C.J, Wilson-Mendenhall, y Davidson R.J. in prep. Comunicación personal, artículo por publicarse.

Davidson, R. J. (2020) “How mindfulness changes the emotional life of our brains”. TEDx San Francisco.  Recuperado de: https://www.ted.com/talks/richard_j_davidson_how_mindfulness_changes_the_emotional_life_of_our_brains_jan_2019?language=en

Guizar, CJ. (2019) El suicidio en México. Recuperado el 25 de mayo 2020 de: https://www.milenio.com/opinion/carlos-guizar/columna-carlos-guizar/el-suicidio-en-mexico

 Holt-Lunstad, J., Smith, T. B., Baker, M., Harris, T., & Stephenson, D. (2015). “Loneliness and social isolation as risk factors for mortality: a meta-analytic review”. Perspectives on psychological science10(2), 227-237. 

Killingsworth, M. A., & Gilbert, D. T. (2010). “A Wandering Mind Is an Unhappy Mind. Science”, 330(6006), 932–932. https://doi.org/10.1126/science.1192439 

Lee, E. E., Depp, C., Palmer, B. W., Glorioso, D., Daly, R., Liu, J., … & Jeste, D. V. (2019). “High prevalence and adverse health effects of loneliness in community-dwelling adults across the lifespan: role of wisdom as a protective factor”. International psychogeriatrics31(10), 1447-1462.

Secretaría de Educación Pública (2017) Diagnóstico. Apoyos a Centros y Organizaciones de Educación. Recuperado el 25 de mayo 2020 de: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/261724/U080_Apoyo_a_centros_y_organizaciones_de_educacio_n_-_Diagno_stico_2017.pdf

[1] Killingsworth, M. A., y Gilbert, D. T. (2010)

[2] Lee EE, Depp C, Palmer BW, et al. (2019); Holt-Lunstad, J., et al. (2015)

[3] Secretaría de Educación Pública (2017)

[4] Guizar, C.J. (2019)

[5] Boyle, P. A., et al. (2009)

[6] Chernicoff, L. Et al.  (2016); Dahl, C.J, Wilson-Mendenhall, y Davidson R.J. in prep; Davidson, R. J. (2020).

Fuente: http://www.educacionfutura.org/los-abcd-del-bienestar-y-la-importancia-de-la-educacion-socioemocional/

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La empatía del docente favorece el aprendizaje de los alumnos y reduce los problemas de disciplina

Por: Jorge Alberto Guerrero Hernández.

Devolver el sentido humano a la escuela, parece ser una tendencia global en el ámbito educativo. Esto se da a partir de las problemáticas tan frecuentes que se dan en las aulas, tales como la indisciplina, desinterés, violencia, exclusión, entre otros; lo cual repercute   en un bajo aprovechamiento escolar por parte de los estudiantes.

Para tratar de abatir estas problemáticas se han implementado diversas acciones en las escuelas como: talleres para padres y alumnos, conferencias, ajustes a los programas de estudio para incluir áreas o asignaturas como la educación socioemocional, entre otras.  Aunado a esto, se ha buscado integrar a las aulas un elemento que hasta ahora parece olvidado: la empatía.

¿QUÉ ES LA EMPATÍA?

Podemos definir la empatía como el reconocimiento cognitivo y afectivo del estado de ánimo de una persona por parte de otra. Conlleva una comprensión profunda, intelectual y emocional, de la situación vital del otro. Aunque hay autores que dan más importancia a los aspectos cognitivos y otros a los aspectos emocionales, en general, en la actualidad se reconoce la relevancia de ambos aspectos.

Así mismo, ser empático se refiere a tener la capacidad de ponerse en el lugar del otro y entender sus emociones. Sabemos que esta habilidad resulta esencial para poder llevar una vida plena y armoniosa, aunque hasta hace poco se han descubierto los beneficios que puede traer para el ámbito escolar.

LA EMPATÍA ENTRE EL DOCENTE Y EL ALUMNO

El lograr un aprendizaje significativo en muchas ocasiones depende de la relación que se establece entre el alumno y el profesor, esto se refleja en la empatía. Normalmente, cuando a los estudiantes se les da la opción de elegir, suelen escoger a los profesores con los que se sienten con más confianza. Desde el enfoque empático, se crea una atmósfera positiva y los alumnos muestran más interés en las clases y, por consecuencia, los niveles de logro de los aprendizajes son más altos.

Es por ello que resulta relevante señalar que la labor de un docente no debe limitarse a  enseñar y evaluar, es necesario que también muestre una actitud y voluntad positiva respecto a la clase. Estudios recientes señalan que la única manera genuina y fructífera de promover el desarrollo personal desde las escuelas pasa por crear un ambiente de cordialidad y confianza que permita al educando sentirse aceptado, valorado y seguro. En este sentido en toda relación maestro-alumno la empatía toma un papel preponderante, por ser una dimensión facilitadora de la mejora de la persona. Si no existe aceptación, respeto, consideración y cuidado de las personas, la formación queda estancada. Así pues, la demanda de empatía en la educación no responde a una simple ocurrencia, sino al hecho  de que el alumno  precisa comprensión.

Es un hecho que el fracaso escolar de algunos estudiantes está relacionado con las deficiencias comunicativas que tienen con los profesores, esto nos  conmina a creer que es necesario que el docente adquiera, de modo teórico-práctico durante su período de formación, una competencia cognitivo-emocional básica que le permita manejar y canalizar adecuadamente el acontecer relacional durante el proceso educativo, sobre todo en etapas y en situaciones críticas.

Ante esto, es justo puntualizar que no se trata de que el maestro se vuelva sicólogo, pero sí de que adquiera la empatía y las habilidades comunicativas necesarias para desarrollar su labor en entornos cambiantes y en situaciones potencialmente difíciles.

VENTAJAS DE PROMOVER LA EMPATÍA EN EL AULA

-Se mejoran los resultados educativos

-Se favorece un ambiente agradable en el aula

-Los problemas de indisciplina disminuyen

-Se desarrolla la inteligencia inter e intrapersonal

-Se promueve y mejora el trabajo colaborativo

-Aumenta la autoestima de los estudiantes

-Se refuerzan los valores

Es necesario señalar que una de las mejores maneras en que los alumnos aprenden a ser empáticos es imitando a sus profesores. Ante esto aquí te dejo algunas recomendaciones que puedes integrar a tu práctica diaria.

¿CÓMO SER UN DOCENTE MÁS EMPÁTICO?

Conocer a los alumnos, el contexto en el que viven, sus ideas, gustos e intereses.

-Tener expectativas altas sobre lo que el estudiante puede alcanzar.

-Proporcionar una atmósfera en el aula donde se sientan honestamente aceptados y respetados.

Interesarse por lo que los alumnos sienten y piensan.

-Escuchar a los estudiantes e intentar entender cómo se sienten, así como ver más allá de las calificaciones.

-Trabajar  a partir de las fortalezas de los alumnos. Es común que en ocasiones nos frustremos debido a que parecen no avanzar, pero enfocarse en los aspectos positivos ayudará a que salgan adelante.

-Aprender a escuchar e interpretar las señales no verbales de los estudiantes.

-Promover el trabajo colaborativo en el aula.

-Encontrar el equilibrio entre la autoridad y la confianza. Es de suma importancia que en el aula exista un ambiente positivo y ameno, pero sin que el maestro pierda el papel de autoridad.

Conclusiones

La empatía resulta fundamental en el ámbito educativo, ante esto es necesario que se promueva como parte del proceso de formación de los docentes, mientras esto sucede es altamente recomendable que se incluya en la práctica diaria en las aulas, ya que los beneficios para el ambiente escolar y el aprendizaje son reales.

Referencias:

La empatía en la educación, Valentín Martínez-Otero Pérez, Universidad Complutense de Madrid, Recuperado de: Revista Electrónica de Psicología Iztacala. 14, (4), 2011

Fuente del artículo: https://docentesaldia.com/2019/08/31/la-empatia-del-docente-favorece-el-aprendizaje-de-los-alumnos-y-reduce-los-problemas-de-disciplina/

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Educación socioemocional: Asunto del Estado, no de la escuela

Por: Adolfo del Ángel Rodróguez

Una novedad dentro del Nuevo Modelo Educativo, es que dentro de las Áreas de Desarrollo Personal y Social se incluye una asignatura llamada Educación Socioemocional, que es producto del Programa Nacional de Convivencia que se había estado implementando como una opción para combatir la violencia y el acoso escolar en las escuelas. Cabe destacar que dicho programa estaba destinado a escuelas de organización completa, dando inicio en el ciclo escolar 2016-2017.

Dicho programa, decantado en una asignatura dentro del Nuevo Modelo Educativo, encuentra una justificación en la violencia desatada en el país en los últimos años, suponiendo, según “expertos” en el tema, que es en las escuelas en donde se debe trabajar ese aspecto, concluyendo que se dará dicha atención en una asignatura. En ese sentido, es conveniente centrar la atención en un par de premisas que atañen su implementación en las escuelas: 1) reducir el trato del “origen de la violencia” social en una asignatura supone un desmarque por parte del Estado de una responsabilidad social que le corresponde; 2) enfrentar a la escuela contra los medios de información, cuyo contenido incluye misoginia y sexualización del entorno, además de la banalización de la calidad de vida, privilegiando los lujos sin reparar en los medios para conseguirlo (hablemos de música, contenidos visuales e incluso campañas de grandes marcas, además del hiperconsumismo que se promueve por todos lados).

Bien, en lo que respecta al primer punto, es sabido que cuando el gobierno reduce una necesidad social a un solo renglón de atención, termina por seguir líneas institucionales y no satisface dicha necesidad; por ejemplo, en el ámbito de la salud pública y en el educativo la atención a tales renglones pasó a segundo plano y se crearon beneficios alrededor de los institutos conformados para ello, bifurcando el fin primordial que era la formación de la población estudiantil, terminando en la constitución de sindicatos, que al inicio buscaban proteger al trabajador, pero que después se convirtieron en motivo de peleas por el poder (en una dinámica que por motivos de espacios no se puede ampliar aquí), creándose muchos vicios alrededor suyo que han impedido trazar y concretar metas en beneficio de la población.

En el caso de la Educación Socioemocional, reducirla a una asignatura es, de alguna manera, dejar a la escuela una responsabilidad que corresponde al Estado, por lo que siendo congruente, el Estado mismo debería abarcar todos los aparatos que lo conforman, no solo el educativo, porque el hacerlo así supone que no se atenderán otros ámbitos que son también espacios de educación pública, como son los medios visuales y auditivos que informan a la ciudadanía; de esa manera, si no hay avances en el rubro, de antemano hay un culpable de que en la sociedad  no haya una cultura de la no violencia y esa es la escuela.

De esta manera, en el segundo punto vemos como se trata de enfrentar a la escuela con dichos medios, los cuales fomentan un estilo de vida incongruente con la realidad, pues como lo resume Eduardo Galeano: “los niños pobres son los que más sufren la contradicción entre una cultura que manda a consumir y una realidad que lo prohíbe”; en un espectro más amplio, no solo los niños sufren de una realidad que exige un modo de vida no acorde a la dinámica económica, por lo que la nuestra es una sociedad frustrada, una sociedad a la que se le educa para el consumo sin que perciba los recursos necesarios para ello, por lo que eso es algo que no se puede combatir desde la escuela, sino –como se dijo renglones arriba- debe ser una responsabilidad del Estado más amplia, desde los contenidos de los medios de información auditivos y visuales hasta las campañas publicitarias, pues lo que se escucha y se mira alrededor es contenido sexualizado, misoginia y banalización de la vida, a lo que la media de la población no puede acceder o si lo hace es mediante formas nada beneficiosas a la sociedad, importando más el ingreso que la calidad de vida, anteponiendo los lujos, los placeres y las posesiones a la autorrealización como persona.

Ante esa perspectiva, Guillermo Jaim Etcheverry en su libro “La tragedia Educativa” había planteado que muy poco puede hacer la escuela en cuatro horas al día frente a los grandes educadores de la sociedad, que se encuentran afuera de las aulas, por lo que, podemos plantear que si la educación es pública, ¿por qué no abarca todo lo público? Es decir, todo lo que implica que la sociedad, el público, recibe como información, o es que, ¿acaso solo la escuela puede revertir lo que desde el Estado se ha creado? ¿Cómo la escuela, sola, puede educar a una sociedad con baja autoestima? –Véase el creciente negocio del couching en el país-. Por eso, la Educación Socioemocional no es un asunto educativo, ni mucho menos debe reducirse a una asignatura, sino que debe atenderse desde el Estado para abarcar el total de la sociedad para enfrentar una realidad con actitud crítica y bases firmes, atacando desde diferentes frentes al consumismo desmedido y a todo lo que ha llevado a crear una sociedad frustrada por no conseguir los lujos, placeres y posesiones que se ofertan por todos lados.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/educacion-socioemocional-asunto-de-estado-no-de-la-escuela/

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Cómo aprovechar las habilidades socioemocionales en la escuela

Por: El país

En Colombia, dos experiencias ayudan a jóvenes de bajos recursos que cursan primaria y secundaria a desarrollar valores que serán clave para su inserción futura en el mercado laboral

Es durante la escuela secundaria cuando los chicos comienzan a experimentar la madurez física, y, en muchos casos, a enfrentarse a la toma de decisiones por primera vez. Estas decisiones pueden tener grandes implicaciones para su vida adulta y su papel en la sociedad.

Es por ello que la escuela es un espacio clave donde además de intervenir en el fortalecimiento de su capacidad intelectual, se puede contribuir en el desarrollo emocional e incluso fomentar el sentido de pertenencia de los jóvenes hacia la escuela y la sociedad.

¿Qué importancia tiene el desarrollar habilidades como la colaboración, liderazgo, comunicación, creatividad y autonomía?

Un ejemplo es Valentina Bedoya. Esta estudiante universitaria de 18 años, de entrada, te sorprende por la manera en la que se expresa en público. Y es que, durante su paso por la escuela, Valentina participó en una metodología donde el desarrollo de las competencias socioemocionales eran claves.

“La metodología de Escuela Activa Urbana nos ayudó a cambiar la realidad social, porque hay que tener en cuenta que en los colegios en que se brindaron son planteles con problemáticas sociales y familiares complicadas. Entonces se pudo cambiar la realidad de muchos estudiantes,” cuenta Valentina.

En Colombia, la Fundación Luker viene implementando los programas Escuela Activa Urbana (EAU) y la Universidad en tu Colegio en las entidades educativas más vulnerables de la ciudad de Manizales. Ambos proyectos son alianzas público-privadas y académicas que buscan beneficiar niños, niñas y adolescentes entre los 6 y 17 años.

La Escuela Activa Urbana es un modelo educativo que busca mejorar la calidad de la educación preescolar, básica y media en colegios públicos a través de la incorporación de pedagogías activas en el aula de clase y la generación de competencias socioemocionales. Por su parte, Universidad en tu Colegio busca facilitar que los estudiantes de EAU tengan acceso a la educación superior y que, al finalizar el bachillerato, el estudiante tenga un título en formación técnica.

Para Pedro Cerdán, economista senior en Educación del Banco Mundial, los colegios pueden jugar un papel fundamental en el desarrollo de habilidades socioemocionales para navegar los cambios que enfrentan los adolescentes.

“Es posible contribuir a la perseverancia, al trabajo en equipo, a mejorar el rendimiento académico, a la identificación de intereses, y hacer frente a la exposición a la violencia. Asimismo, es posible evitar los comportamientos de riesgo como consumo de drogas, sexo irresponsable, deserción, entre otros”, afirma el experto.

Incluir a los excluidos

De acuerdo con Valentina, la metodología le brindó diferentes aprendizajes principalmente el trabajo en equipo, la responsabilidad y el valor que tiene el compañero. Menciona que los beneficios se vieron desde los grados inferiores hasta los superiores en todas las estudiantes (su colegio era solo de mujeres). En los centros donde se está aplicando la metodología, se puede observar el increíble desempeño que tienen los estudiantes más pequeños para desenvolverse y expresarse en público.

“En la EAU todos tenemos diferentes roles y esta estrategia me parece muy bonita porque se forman comités de acuerdo con el contexto del colegio. Hay comités académicos, de deportes, convivencia, ambiental, entre otros. Entonces en el académico, por ejemplo, las estudiantes que tenían mejores calificaciones ayudaban a los que no entendían muy bien”, afirma Valentina.

La EAU es aplicada desde preescolar hasta el último grado de bachillerato. Se trabajan con módulos de aprendizaje que son seguidos por profesores y estudiantes. El docente es un facilitador que empodera a los niños y jóvenes y les fomenta las competencias de liderazgo, colaboración, comunicación, creatividad y autonomía

Para Cerdán, es importante destacar la parte incluyente del modelo.

“Estos son niños que se sienten excluidos de la sociedad, por donde viven, por las experiencias de sus padres, por el abandono que sienten. El colegio les da no solo una voz, sino un rol formal en el gobierno del aula y del colegio. Y el colegio es la puerta de entrada a la vida política y el representante del estado más cercano a los estudiantes. Eso les genera sentido de pertenencia a la sociedad y las instituciones y por tanto además fortalece la democracia”, afirma el experto.

Valentina cuenta cómo se organizan: «Se forman mesas de tres o seis integrantes dependiendo del número de estudiantes. Hay una secretaria, una vocera y la representante de la mesa y cada una debe cumplir con su rol para que el trabajo se pueda desarrollar con éxito. Entonces esto se puede comparar con la vida porque cada uno tenemos un rol, pero tenemos un mismo objetivo que es salir adelante.

También menciona que a las estudiantes se les pedía, cada año, contar con un proyecto de vida que les permitía plantearse metas y objetivos a corto, mediano y largo plazo. “Esto nos ayudaba a proyectarnos y visualizarnos más adelante, ganando el año o estudiando una carrera”, agrega Valentina.

Universidad en tu colegio

La educación media es el espacio perfecto para determinar los intereses y habilidades de los jóvenes. Es una oportunidad para equiparlos con las herramientas que necesitan para construir un proyecto de vida.

Sin embargo, en Colombia, y parte de América Latina y el Caribe, la educación media se ha desarrollado como una continuación de la educación básica fallando en su papel de ser una etapa preparatoria para la educación universitaria, el trabajo y la vida productiva. En Colombia, sólo el 38% de los estudiantes que se gradúan de grado once ingresan a algún programa de educación terciaria al año siguiente.

Tanto Valentina como Daniel Villada, otro beneficiario del programa, coinciden en que el tener acceso desde el colegio a la experiencia de la educación terciaria puede cambiar la realidad y perspectiva de los jóvenes e incluso de sus núcleos familiares. La Universidad en tu Colegio se implementa en los dos últimos grados de bachillerato (en la mañana los estudiantes asisten a clases de escuela y en la tarde reciben a un profesor de universidad que les dicta carreras técnicas).

Para Valentina, la decisión de escoger la carrera de administración de empresas fue influenciada por la formación técnica que le brindó La Universidad en tu Colegio.

“Además, ha sido un impacto muy positivo en las familias porque son papás que no tienen para brindarles a sus hijos una universidad. Entonces al obtener el título de técnico se hace más fácil entrar a la vida profesional y encontrar un trabajo digno. De esta manera se está cambiando la realidad en el barrio y la comuna e indirectamente en la ciudad y la economía de la misma”, agrega Valentina.

Por su parte, Daniel, que actualmente está terminando su carrera tecnológica en logística y participa en un programa de emprendimiento con su padre, menciona que a sus 18 años ha invertido muy bien el tiempo porque ya cuenta con estos logros y quiere seguir estudiando y continuar con una carrera profesional.

“Para mí ha sido muy gratificante, y este programa me ayudó en el aprovechamiento del tiempo y no dedicarme a andar la calle, además mi nivel académico subió. Por la tarde después de terminar clases de la escuela ya tenía que seguir con mis responsabilidades y asumirlas. Pues las compañías y el barrio donde vivíamos no es que sean las mejores, pero ya uno decidía aprovechar el tiempo en el estudio”, dice Daniel.

En el contexto de violencia, desigualdad y altos niveles de vulnerabilidad en Colombia, el promover habilidades sociales y emocionales además de fortalecer las competencias de lectura, escritura y matemáticas en la educación media, se convierten en una oportunidad para contribuir en una mejor formación de los jóvenes, procesos de inclusión y participación ciudadana que pueden ayudar a cambiar muchas de las realidades del país.

Fuente: https://elpais.com/internacional/2018/07/23/america/1532365784_752744.html

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La importancia de enseñar a los niños a sentir y a ser

Revista Semana Educación

El desarrollo emocional de los niños y jóvenes en los colegios estuvo relegado tradicionalmente a un segundo plano para darle prioridad a la formación académica y tradicional. Con el paso de los años y, más exactamente, con el cambio de siglo, este tipo de pedagogía se ha vuelto una prioridad para algunos colegios en Colombia. Sobre todo para los que entienden su incidencia de cara al contexto de posacuerdo que vive el país y como garantía de una paz estable y duradera y de la no repetición. De hecho, cada vez es más común ver cómo en muchos de ellos cobran fuerza los planes académicos complementarios orientados a fortalecer ciertas capacidades sociales de los estudiantes y favorecer el trabajo en equipo. Se trata de herramientas que, según varios expertos, brindan estabilidad a los menores y mejoran sus relaciones interpersonales.

El psicólogo Daniel Goleman subraya en su libro Inteligencia emocional la importancia de que los niños aprendan a manejar sus emociones desde los primeros años con el acompañamiento de sus padres y profesores. Esto garantiza el estímulo de la autoconciencia, la autorregulación y la empatía, además de mejorar sus resultados académicos. Esto último porque, o bien se sienten más confiados en su desempeño y sus habilidades, o, en caso de no tener un buen rendimiento, los alumnos son capaces de superar las barreras que se les presentan por medio del control emocional.

La ruta para educar sobre las emociones

De acuerdo con la doctora Vera Tatiana Colón, coordinadora de Consultores en Psicología de la Universidad Javeriana, para formar en competencias socioemocionales durante la primera infancia es recomendable “implementar actividades centradas en lo lúdico y lo creativo, como por ejemplo, por medio del juego, de la lectura de cuentos, del canto y del dibujo, que permitan a los niños la expresión y el conocimiento de las propias emociones”.

Explica que el vínculo que establece el menor con el maestro en sus primeros años es una relación privilegiada. Así, el profesor se convierte en una figura primordial con incidencia directa en su desarrollo emocional y en el manejo futuro de las situaciones que enfrentará.

Anne Kalil, psicóloga clínica de la Universidad Javeriana y especialista en psicología de la niñez y la adolescencia de la Universidad de La Sabana, señala la importancia de que los colegios cuenten con la ayuda de profesionales expertos, como psicólogos educativos, que acompañen a los niños en un proceso que permita desarrollar la inteligencia emocional. “El objetivo es identificar, reconocer, aceptar y posteriormente aprender a manejar las emociones. En cada edad se deben trabajar diferentes aspectos y acompañar a los niños y adolescentes a vivir sus emociones sin juzgarlas. Deben aprender a aceptarlas y, lo más importante, comunicarlas a los demás de forma efectiva y funcional”.

Para la doctora Kalil, un niño que sabe cómo manejar sus emociones será un adolescente y un adulto capaz de comunicarse con el otro, ponerse en sus zapatos, vivir en comunidad, respetar las normas y trabajar en equipo. “Podrá alcanzar sus sueños con más efectividad y aprenderá a ser resiliente y compasivo consigo mismo y con los demás”, concluye.

La mayoría de psicólogos señalan que formar en habilidades socioemocionales no es sencillo debido a lo abstracto de este tipo de aprendizaje. Lo que puede funcionar para un niño puede ser inservible para otro. Sin embargo, teóricos y expertos en el tema recomiendan algunas técnicas de fácil aplicación. Son las siguientes:

1. Mindfulness

Es un método de meditación que consiste en efectuar una serie de ejercicios que buscan generar espacios de quietud y silencio, para que los estudiantes entren en contacto con su cuerpo, con las sensaciones que experimentan, con las emociones, con los pensamientos y con los estímulos externos. Aplicado en niños y jóvenes tiene un impacto en la mente, la concentración, el aprendizaje, en la reducción de agresividad, en la autoconciencia y en la autorregulación.

2.Yoga

Es una técnica de meditación que involucra movimientos posturales para fortalecer la concentración. En los colegios cumple la finalidad de conectar a los niños, jóvenes y profesores con su organismo, sensaciones y emociones, y generar espacios de autoconciencia de su propio ser sin estímulo externo.

3. Otras opciones

Existen además otras herramientas basadas en el desarrollo del bienestar psicológico, la felicidad, las fortalezas y virtudes humanas. Según estas teorías, cuando el cerebro experimenta este tipo de emociones se impulsan el aprendizaje y la creatividad. Algunas de estas técnicas que se pueden emplear con niños de la primera infancia y que varias instituciones del país promueven desde hace años son:

Gratitud: hacer que los estudiantes escriban o digan en voz alta por qué están agradecidos o qué fue lo bueno del día. Con este método el menor se vuelve consciente de su contexto, de lo que le hace feliz y lo que no, y puede actuar frente a su realidad.

Meditación: cinco minutos de silencio y quietud en los niños tiene un efecto poderoso en la construcción del cerebro y en la configuración de emociones positivas. El silencio permite a los niños reflexionar sobre lo que sienten.

Practicar actos de bondad: según los expertos, cuando se ayuda a alguien se experimenta una sensación de bienestar y se fortalece la empatía.

Ejercicio físico: hacer deporte tiene beneficios mentales. Además de regenerar las neuronas, generar nuevos canales neuronales, disminuir los niveles de estrés y tensión, ayuda a impulsar habilidades como la disciplina, la dedicación y la determinación en los niños.

Escribir o dibujar: mediante esta técnica, los profesores y padres pueden identificar y reconocer la emoción que experimenta el niño y acompañarlo para que tome conciencia de ella, pueda serle útil o transformarla por una más práctica.

 

Fuente del articulo: http://www.semana.com/educacion/articulo/el-desarrollo-emocional-de-los-ninos-y-jovenes/539092

Fuente de la imagen:https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2017/3/29/520050_1.j

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