Page 2 of 18
1 2 3 4 18

El cuento chino y la violencia minera

El cuento chino y la violencia minera

Por: Alberto Acosta
Rebelión

Prólogo del libro «Ofensiva megaminera china en los Andes. Acumulación por desposesión en el Ecuador de la «revolución ciudadana»

  En este libro, William Sacher propone una profunda lectura sobre cómo se impone la megaminería en el Ecuador. Como uno de los mayores conocedores de la materia, Sacher se adentra en los entretelones de las empresas chinas, que comienzan a copar el escenario minero ecuatoriano, y se plantea tres preguntas claves: ¿Por qué los chinos? ¿Por qué ahora? ¿Por qué aquí, en la cordillera del Cóndor?

La tarea que asume el autor nos ayuda entender las razones y las consecuencias de la gran ofensiva minera china en América Latina, particularmente en los Andes. Con su profundo análisis, nos brinda una mejor comprensión de los procesos de acumulación originaria (Carlos Marx) y desposesión (David Harvey), que marchan de la mano con el cada vez más vigente imperialismo chino. Esta es la punta del ovillo que Sacher hala con inteligencia y sagacidad, para luego desmenuzar la política minera de la ‘revolución ciudadana’.

Las informaciones y reflexiones presentadas en estas páginas empiezan retratando a un capitalismo con ‘rostro chino’, un proceso que empezó en China con la disolución de bienes comunes y la liquidación masiva de las tradicionales empresas públicas, para potenciar la incursión transnacional de capitales chinos en el mundo. Aquí aparecen los primeros grandes rasgos del actual imperialismo chino, a los que Sacher califica como un ‘cuento chino’, que sintetiza una cada vez más dura realidad para muchos países en el mundo.

Del Consenso de Washington, que impuso la apertura, flexibilización y liberalización económica en Nuestra América, caminamos al ‘Consenso de Beijing’, que profundiza y amplía los extractivismos, genera relacionamientos mediante grandes obras de infraestructura construidas por compañías chinas (muchas ligadas al complejo minero-petrolero-energético), y un masivo endeudamiento externo con capitales chinos. Todo esto consolida la ‘chinificación’ de economías como la ecuatoriana. El libro explica cómo ha evolucionado la minería en el país, desde los años neoliberales hasta la época ‘progresista’. En particular, la lectura de la minería en la década correísta describe una marcha que hace recordar a las agujas del reloj. Uno de los puntos cumbre en esa marcha del tiempo minero correísta se cristalizó con el ‘mandato minero’, expedido por la Asamblea Constituyente de Montecristi el 18 de abril de 2008, que daba marcha atrás a las normas jurídicas y la hemorragia de concesiones neoliberales. Un mandato –construido desde la resistencia a la megaminería– que, particularmente, planteaba la posibilidad de repensar la minería en Ecuador, al establecer, por ejemplo, limitaciones a las actividades mineras en fuentes de agua.

Ese distanciamiento inicial de las máximas pretensiones neoliberales duró poco. De hecho, Correa transitó cada vez con más premura hacia la imposición de la megaminería en el Ecuador. Y en la práctica, desplegando perversamente un discurso de soberanía nacional, ha cristalizado y ha revivido –de largo– muchas de las aspiraciones neoliberales de los capitales mineros. Apenas unos días después de aprobado el mencionado ‘mandato minero’, cuando todavía sesionaba la Asamblea Constituyente, el propio presidente Correa pactó con los grandes capitales mineros y, en poco tiempo, él se transformó en el mayor promotor de la megaminería de toda la historia republicana.

La posición prominera de Correa explica el incumplimiento del mencionado mandato constituyente y también la imposición, en enero de 2009, de una ley de minería abiertamente inconstitucional, tal como lo reconocería incluso la mal llamada Corte Constitucional de Transición. Así, con el incumplimiento del ‘mandato minero’, se abrió la puerta al festín minero del siglo XXI, cuestión que se analiza detenidamente en este libro sobre la ‘Ofensiva megaminera china en los Andes’.

La marcha del capital minero chino por la geografía ecuatoriana se concentró – ¿por lo pronto?– en la Amazonía. La cordillera del Cóndor experimenta las primeras incursiones de un extractivismo desconocido hasta entonces en el país, como lo es la megaminería. Es más, William Sacher anticipa la posible consolidación de un distrito minero binacional peruano-ecuatoriano, precisamente en dicha cordillera, que hace de frontera entre los dos países. Por eso bien podemos adelantar la conclusión de que actualmente estamos viviendo los primeros momentos de un desbordamiento minero de proporciones impredecibles.

Sin embargo, lo interesante del caso ecuatoriano es la resistencia al extractivismo minero observada desde hace algún tiempo. Esa resistencia, y la lucha en contra del extractivismo petrolero y depredador formaron parte sustantiva de las propuestas de la naciente ‘revolución ciudadana’ en 2006, cuando se planteaban incluso novedosas alternativas para superar la condición primario-exportadora del país. El Plan de Gobierno de Alianza País 2007-2011 –elaborado en 2006 con amplia participación social– proponía, por ejemplo, una moratoria petrolera en el sur de la Amazonía y la recuperación de las áreas degradadas por la actividad petrolera y minera, particularmente. No podemos olvidar tampoco los reclamos y proposiciones de organizaciones ecologistas agrupadas en el Comité Ecuatoriano para la Defensa de la Naturaleza y el Medio Ambiente (Cedenma), que fueron aceptados públicamente por el entonces candidato Rafael Correa y su movimiento.

En ese horizonte está también la Iniciativa Yasuní-ITT, surgida desde la sociedad civil, y, por cierto, todas aquellas disposiciones constitucionales revolucionarias, como los Derechos de la Naturaleza. Lo lamentable es que todo ese bagaje transformador y muchos otros puntos destacables hoy están olvidados. 
El gobierno de Correa dio marcha atrás a sus compromisos iniciales antes de cumplir los dos años en funciones. Desde entonces las agujas de su reloj caminaron hacia un claro reencuentro con el neoliberalismo extractivista.

Mientras tanto, muchas comunidades se demuestran cada vez más empoderadas y dispuestas a enfrentar los extractivismos, particularmente el minero. En diversos lugares del país se multiplica la lucha en defensa de la vida. Una acción que aflora paulatinamente también en diversas ciudades; una resistencia que el Estado correísta intenta romper con medidas represivas: judicializando y criminalizando a quienes se oponen a la megaminería. Esto sucede en toda América Latina: los gobiernos ‘progresistas’ y neoliberales, sin excepción, se hermanan cuando se trata de imponer la megaminería u otros extractivismos. Bien vemos que la modalidad primario-exportadora se ha instalado con cada vez mayor profundidad en la matriz de acumulación de todos los países latinoamericanos. 
En el Ecuador, como bien expone William Sacher en este libro, la megaminería se impone, literalmente, a sangre y fuego. Basta ver los detalles de lo que ocurre en Tundayme, provincia de Zamora Chinchipe, o bien en Nankints, provincia de Morona Santiago. Así, una vez más, varias regiones del Ecuador aparecen como tierra de conquista y colonización, en un esfuerzo miserablemente justificado bajo una ilusión desarrollista. Un atrevimiento que conjura todo tipo de violencias.

Para enfrentar esta compleja situación, no basta con plantear salidas negociadas buscando imposibles equilibrios sociales y ambientales. La megaminería provoca verdaderas amputaciones a la Madre Tierra, la Pachamama, como se la definió en la Constitución de Montecristi. Sus efectos despedazan los tejidos sociales, económicos, y hasta culturales de los pobladores de esas tierras, sobre todo pueblos y nacionalidades indígenas, cuyos derechos están claramente establecidos en dicha Constitución, e incluso a escala internacional por Naciones Unidas. Estas violencias no solo son materiales, son también simbólicas. Surgen cuando se destruye culturalmente a pueblos enteros o se presiona psicológicamente a individuos aislados u organizados, criminalizándolos o recriminalizándolos como fundamentalistas, de ‘ecologistas infantiles’ o de ‘ancestrales disfrazados’. Todas estas violencias, desplegadas en nombre de la ley y el orden, cobijadas por el credo del progreso y del ‘desarrollo’, no son una mera consecuencia de la megaminería o de las actividades petroleras. A lo largo de su libro, William Sacher indica cómo estas violencias son una condición necesaria para ejecutar tales extractivismos. Desde sus orígenes coloniales, estas violencias han sido indispensables para sostener los procesos de acumulación en el capitalismo periférico. La apropiación de minerales, según las necesidades de un supuesto ‘desarrollo’, incluso pretende tornar legítimo el momento de la represión violenta por parte del Estado. Así, el presidente Correa ha asumido los intereses chinos como propios y ha convertido al Estado ecuatoriano en policía de las transnacionales de ese país. Desde que el gobierno de la ‘revolución ciudadana’ abrió las puertas a la megaminería –completando la tarea emprendida por los gobiernos de ‘la larga noche neoliberal’–, las acciones represivas y violentas desplegadas desde el Estado para acceder a los recursos minerales han sido permanentes. Para entender mejor lo que esto representa, nada mejor que leer con detenimiento las páginas de un libro claro y preciso, un libro comprometido con la lucha de los pueblos por la vida.

Alberto Acosta: Economista ecuatoriano. Exministro de Energía y Minas. Expresidente de la Asamblea Constituyente. Excandidato a la Presidencia de la República del Ecuador.

Fuente :http://www.rebelion.org/noticia.php?id=235594&titular=el-cuento-chino-y-la-violencia-minera-

Imagen: https://lh3.googleusercontent.com/0vADktcCFJwYhA0wLsZdVwk9o5R5dVTvSRWvbM76we_nHUQ5C1wQGNUSPzYlpv8Vaj-IFw=s85

Comparte este contenido:

Promueven educación para desarrollo sostenible en El Salvador

Centro América/El Salvador/09 Diciembre 2017/Fuente: Prensa Latina

La educación ambiental es clave en los proyectos de desarrollo sostenible que impulsa el gobierno de El Salvador, con el apoyo de instituciones como el Parque Natural de Baviera, Alemania.
El ‘Bayerischer Wald’ (Bosque Bávaro) recientemente suscribió un hermanamiento con el Parque Nacional Montecristo, en el occidental municipio salvadoreño de Metapán, que mejorará las prácticas ecológicas de la región.

Sin embargo, dicha colaboración parte del principio de horizontalidad y de una relación Norte-Sur: esta nación centroamericana también tiene su dosis de experiencia para compartir con el llamado Primer Mundo.

Así lo estima Ángel Ibarra, viceministro salvadoreño de Medio Ambiente y Recursos Naturales, quien destacó los avances del país gracias a políticas públicas centradas en proteger y enriquecer los ecosistemas.

Ibarra confirmó a Prensa Latina que la delegación alemana, encabezada por el ornitólogo Franz Leibl, quedó impresionada por la rica biodiversidad que habita en los bosques pristinos de este país.

El gobierno del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) redujo la vulnerabilidad de El Salvador ante el cambio climático, gracias a estrategias ambientales responsables y que involucran a las comunidades.

Este convenio contribuirá a una mejor gestión de los respectivos parques, con el consiguiente impacto positivo en los ecosistemas y en la vida de quienes los habitan y viven de sus recursos.

‘Esperamos que este hermanamiento fructifique y crezca, que los técnicos salvadoreños aprendan de los expertos alemanes, y que estos tomen nota de nuestro trabajo en ecosistemas con características muy propias’, señaló.

Agregó que este acuerdo tendrá vigencia por tres años, durante los cuales está prevista la realización de eventos conjuntos para un manejo más eficiente de las áreas naturales y para crear cultura ambiental.

Tal enfoque incluye paseos temáticos guiados, promoción de un turismo amigable con la naturaleza y que propicie el desarrollo sostenible de las comunidades a partir de sus potencialidades y tradiciones.

Enclavado en el municipio de Metapán, el Montecristo fue declarado Parque Nacional el 18 de noviembre de 1987, y colinda con áreas protegidas de Honduras y Guatemala, en la Reserva de Biosfera Trifinio-Fraternidad.

A su vez, el ‘Bayerischer Wald’ abarca la parte alemana del bosque de la región checa de Bohemia, unas 24 mil hectáreas de foresta donde habitan más de siete mil 300 especies.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=137271&SEO=promueven-educacion-para-desarrollo-sostenible-en-el-salvador
Comparte este contenido:

Cuando los niños demandaron a Estados Unidos

Estados Unidos/12 noviembre 2017/Fuente: Insurgencia Magisterial

Un grupo de niños y niñas demandó al gobierno de Estados Unidos porque los daños ambientales que hoy tolera afectarán su calidad de vida en el futuro, y la de sus hijos, nietos y bisnietos. Es un caso de equidad de derechos con las generaciones futuras ante el cambio climático.

En una conmovedora iniciativa que abre nuevos escenarios frente al cambio climático, un grupo de 21 niños inició una acción judicial contra Washington (1). El razonamiento es claro: estos niños se presentaron como representantes de las generaciones futuras, sosteniendo que en tanto el gobierno permite el avance del cambio climático violó sus derechos constitucionales a un ambiente sostenible en el futuro. Esos niños una vez adultos, sus hijos, nietos y bisnietos, no contarán con un ambiente de adecuada calidad, e incluso sus vidas podrán estar comprometidas.

La demanda apunta a que el Estado falló en controlar las emisiones de gases invernadero, y éstas desencadenan el cambio climático, lo que afectará su porvenir. Los niños exigen que Washington inicie medidas concretas y efectivas para detener la emisión de gases y no siga deteriorando el futuro. Lo que está en juego es la equidad en los derechos a un ambiente sano entre las distintas generaciones.

La demanda, conocida como “Juliana vs EE UU” (por el nombre de una de las jóvenes), está en marcha desde 2015, y tuvo un avance sustancial en 2016 cuando un juez reconoció la validez del reclamo (2). Esto hace que ahora sea el gobierno de Donald Trump el que deberá responder, justamente un presidente anti-ambiente, conocido por sostener que el cambio climático es un invento y que busca reducir las regulaciones ambientales en su país.

El principio en juego es el derecho de equidad intergeneracional, o sea que nuestros nietos y bisnietos también puedan contar con un ambiente adecuado para su calidad de vida. Esto impone que el uso que se le da a los recursos naturales en la actualidad no implique efectos negativos tan severos que afecte negativamente a nuestros descendientes, o que el deterioro ambiental que ahora ocasionemos finalmente no estalle de forma irreversible en el futuro.

Los compromisos con el futuro
Más de un lector podrá pensar que esta es otra bizarra práctica que puede ocurrir en una corte estadounidense, tal como se ve en algunas series de televisión. Ante eso sugiero precaución. Por un lado, todos los países de América Latina han adherido a acuerdos y tratados internacionales que incluyen compromisos con las generaciones futuras. Eso se inició con la firma de la Agenda 21 y la Declaración de la Eco 1992 de Rio de Janeiro. Por otro lado, más allá de esas negociaciones internacionales, sea el sentido común como los mandatos morales, nos obligan a asegurar una adecuada calidad de vida para nuestros descendientes.

Sin embargo, los deteriores ambientales siguen su marcha en todos los países y a nivel global. Hoy contamos con una mejor base científica que confirma el cambio climático, los negacionistas de esos problemas están cada vez más desacreditados o se demuestra que trabajan para corporaciones. Sabemos además que la pérdida de áreas naturales y su biodiversidad prosigue en todo el continente, y que la calidad de las aguas y los suelos se deteriora por una contaminación que no se detiene.

contaminacion-en-los-estados-unidos-17-638_custom.jpg

También podemos decir a aquellos que nos les interesan los temas ambientales pero atienden el bolsillo, que los costos futuros del deterioro ecológico serán astronómicos. Por ejemplo, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente estima que la adaptación al cambio climático puede requerir 300 mil millones de dólares por año en la década de 2030 y superar los US$ 500 mil millones al 2050 (3).

En Estados Unidos, el gobierno planteó que la demanda era improcedente, e incluso las empresas petroleras quisieron sumarse en contra de los niños y niñas. Sin embargo, sucesivamente dos jueces han rechazado esa postura. Una de las juezas en el proceso le respondió al gobierno Trump: “No tengo dudas que el derecho a un sistema climático que sea capaz de sostener la vida humana es fundamental para una sociedad libre y ordenada”. Así se confirmó que el juicio se iniciará posiblemente en febrero de 2018.

Disputas sobre el futuro

Se podrá pensar que ese tipo de acciones es propio del sistema judicial de Estados Unidos, pero hay que reconocer que es una problemática que no se puede esquivar también en América Latina. Tenemos responsabilidades con las generaciones futuras, y nuestras acciones o inacciones presentes repercutirán en la vida de nuestros descendientes.

Me pregunto si no es urgente pensar cuáles serían los reclamos de nuestros niños y niñas en América Latina, para que ellos, y sus hijos y nietos, puedan tener una buena calidad de vida.
¿Habría que demandar a nuestros propios gobiernos por haber permitido y tolerado la pérdida de enormes áreas naturales con toda su biodiversidad? En algunos sitios, nuestros nietos y bisnietos ya no conocerán a la selva amazónica o los bosques chaqueños; en otros ya no tendrán a la vista glaciares andinos.

¿Deberían demandar al Estado por su ineficacia en frenar el mal manejo de los recursos hídricos? Todo indica que en el futuro cercano distintas zonas de Brasil, Chile o Bolivia, estarán jaqueadas por la escasez de agua. En otras regiones la amenaza es por la contaminación, afectando la salud de las futuras generaciones e imponiéndoles enormes costos económicos para acceder a aguas que sean potables.
¿Habría que demandar a los políticos y funcionarios estatales que por su ceguera al aprobar todo tipo de explotaciones mineras o petroleras en sitios de fragilidad ecológica? Lo que hoy se busca aprobar en sitios como el Yasuní en Ecuador, el sur de Bolivia o los páramos de Colombia, tendrá consecuencias negativas que se extenderán por décadas.

¿Piensan en el futuro los que alientan o protegen el uso de agroquímicos hasta en el último rincón de las praderas de Argentina, Uruguay y el sur de Brasil? La obsesión con monocultivos como la soja impone deterioros sobre suelos y aguas que serán difíciles de revertir.
En fin, hay tantos problemas ambientales actualmente en gestación o madurando en cada país, que requerirían medidas enérgicas inmediatas, pero que por nuestras incapacidades en lidiar con el futuro no son atacados adecuadamente. Pero sepan que las inacciones de hoy en día la pagarán nuestros hijos, nietos y bisnietos en un futuro que está más cercano de lo que suponemos.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/cuando-los-ninos-demandaron-a-estados-unidos/

Comparte este contenido:

Chile: Directores de establecimientos educacionales de la Región Metropolitana se capacitan en Cambio Climático

Chile/31 de octubre de 2017/Fuente: http://educacion.mma.gob.cl

Más de 35 directivos de escuelas y jefe de departamentos provinciales de distintas comunas de la región, participaron de talleres para reducir las emisiones de efecto invernadero y sobre acciones de mitigación, capacitación organizada por la Academia de Formación Ambiental Adriana Hoffmann.

En compañía de la Seremi de Educación de la Región Metropolitana, Teresa Vallespín, directores de distintos establecimientos educacionales y jefes de departamentos provinciales participaron del Coloquio “Enfrentando el cambio climático desde la realidad regional”, organizado por la Academia de Formación Ambiental Adriana Hoffmann.

La autoridad regional agradeció la presencia de los docentes que lideran escuelas y los invitó a que a través de las herramientas adquiridas en el taller, puedan poner como hito de interés fundamental el Cambio Climático en sus colegios. En ese sentido señaló que “estamos trabajando para establecer alianzas estratégicas que nos permitan estar preparados para enfrentar este proceso de cambio climático. Creo que la educación ambiental es fundamental en esta etapa para lograr así que los niños se motiven con el cuidado del medio ambiente”.

Por su parte Pablo Vásquez,  Jefe de la División de Educación Ambiental y Participación Ciudadana del Ministerio del Medio Ambiente, invitó a los asistentes al taller  a aprovechar la instancia ya que aseguró que “ustedes como buenos líderes, pueden empoderar los temas de Cambio Climático en su comunidad educacional”.

En la jornada se realizaron talleres que estuvieron a cargo de profesionales de la División de Cambio Climático, quienes enseñaron a los directivos a cuantificar las emisiones de tres casos de familias y dos casos de escuelas, con datos de consumo de electricidad, gas natural, licuado y uso de medios de transporte promedios para la ciudad de Santiago. En grupos recopilaron los datos de consumo, cuantificaron las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y midieron  la huella de carbono.

La actividad concluyó con un plenario donde los participantes presentaron los distintos cálculos, analizando la diferencia en las emisiones y propusieron medidas para reducir las emisiones como: usar luces led, cambiar auto por transporte público o bicicleta, reciclar vidrio, papel, hacer compostaje, etc.

Fuente de la Noticia:

Directores de establecimientos educacionales de la Región Metropolitana se capacitan en Cambio Climático

Comparte este contenido:

Docentes y arquitectos reflexionaron sobre la relación entre la infraestructura educativa y los aprendizajes en Uruguay

América del Sur/Uruguay, 23 de septiembre de 2017.  Fuente: educacion.ladiaria.com.uy.

“La arquitectura de la escuela” se llamó la charla a la que convocó la diaria Educación el lunes 18, en el espacio Felisberto Hernández de la Sala Zitarrosa, para hablar sobre la relación entre arquitectura y educación, formatos escolares y cómo planificar la construcción de infraestructura educativa. Investigadores, docentes, arquitectos, integrantes del Programa de Apoyo a la Escuela Pública Uruguaya (PAEPU) y autoridades reflexionaron sobre la historia de Uruguay en esa materia y sobre la correlación entre infraestructura y aprendizaje.

El arquitecto e investigador Pedro Barrán, proyectista del PAEPU, fue el encargado de la primera intervención, en la que hizo un racconto sobre cómo se han vinculado los distintos proyectos de arquitectura escolar con los proyectos educativos en la historia del país. Su hipótesis de investigación es que “la arquitectura, la educación y cierta idea política de la educación estuvieron muy relacionados por lo menos hasta mediados de siglo XX; lograron alinearse con cierto objetivo común en torno a los valores de la ilustración, y eso entra un poco en crisis en los 60”. A grandes trazos, identificó un momento fundacional, con el proyecto de la escuela tradicional primero, que marcó en lo arquitectónico con los salones de techos altos, poco iluminados por las ventanas altas y con un púlpito desde donde los maestros daban la lección. La reforma vareliana también impactó fuertemente en esta primera etapa fundacional, llegando en este punto el famoso “banco de Varela”, diseñado por el hermano de José Pedro, que ordenaba a los niños en fila. Una segunda etapa llegó con el primer batllismo, cuando emergieron dos innovaciones: por un lado los parques escolares y la idea de que el espacio al aire libre es también un espacio educativo, y las escuelas experimentales, como la de Malvín y la de Las Piedras. Estas escuelas buscaron iluminar y airear la escuela dentro, instalando muchas ventanas en los salones, comenzaron a romper con el clásico salón de clase –con todos los niños frente al pizarrón– y reivindicaron el juego para el ámbito educativo. Un tercer período responde a la etapa de la industrialización, cuando el Ministerio de Obras Públicas diseñó un prototipo de escuelas por el cual pretendían construir 180 escuelas durante el período neobatllista.

Luego vendría la crisis de los 60 y la dictadura, y respecto de la historia reciente, Barrán la identifica como un período de autonomía, donde los «campos que estaban alineados: educación, arquitectura y hasta ideas políticas, entran en crisis y la arquitectura empieza a funcionar por su lado”. Sobre el final, Barrán dejó planteada una duda, respecto de si “hay que resignarse a que estos campos son independientes y hay que concentrarse en el oficio de la arquitectura, o si se puede tratar de volver a buscar la coordinación”.

La experiencia del PAEPU

El también arquitecto Walter Gurruchaga, del área de Obras e Infraestructura del PAEPU, explicó el funcionamiento del programa, que desde 1997 trabaja con las escuelas de tiempo completo, y dio algunos lineamientos sobre los que se basan los proyectos arquitectónicos que impulsan. Comentó que si se parte de la base de que el costo de la infraestructura se amortiza en 20 años, “la incidencia del costo del edificio esta entre 10% y 15% del gasto de funcionamiento de las escuelas; la infraestructura no es lo más caro. Debieran los economistas ver que una mala infraestructura puede llevar a un mal funcionamiento de una escuela, y que eso termina siendo bastante más caro”. Gurruchaga contó que el programa ha trabajado en unas 200 escuelas en todo el país, y manifestó que existe una dificultad para conseguir terrenos donde ubicar los nuevos edificios.

Al arquitecto lo siguió Virginia Tort, maestra inspectora y la coordinadora del PAEPU, quien comenzó preguntándose “dónde empieza una escuela”. “¿Uno debería pensar que la escuela empieza en el papel, cuando las autoridades están decidiendo que en algún lugar se implante una escuela, o empieza en la comunidad con sus demandas? ¿O el día que se inaugura? ¿O cuando entran los maestros y los alumnos?”. En respuesta a la duda que planteó Barrán, Tort afirmó que “debe haber un diálogo permanente entre arquitectura y pedagogía, entre maestros y arquitectos, entre comunidad y arquitectos”. Aseguró que los arquitectos del programa buscan “tomar el pulso a las comunidades, para ver de qué se trata el barrio”, y en esa línea afirmó que cada escuela “debería ser única, singular”, y que el barrio “debería permearla”.

Tort opinó que actualmente parecería haber cierto “congelamiento de la idea de escuela” y ciertas “ataduras a los inicios”, por ejemplo, respecto de la ubicación del pizarrón y de dónde se ubica el maestro, si bien se colocan objetos que permiten modificar esas estructuras de aulas. Pero a la vez añadió que hay otros elementos que “revolucionan” a las escuelas: puso como ejemplos la presencia de profesores de educación física, los profesores de inglés o portugués, las videoconferencias y las ceibalitas. Contó que en la escuela 13 de Salto fueron los niños los que advirtieron que los salones de clase deben tener más tomacorrientes, ya que de lo contrario no pueden usar las computadoras en clase.

La maestra relativizó en cierta forma el impacto de la infraestructura: “Si tenemos edificio sin propuesta, no funciona, y si tenemos propuesta sin edificio, a veces funciona aunque el edificio esté maltrecho”. Sin embargo, aseguró que “si el edificio ayuda, y tiene su mensaje, seguramente lo que ocurra sea mucho más fértil”. Puso como ejemplo que muchas de las escuelas de tiempo completo utilizan mucho el vidrio en su diseño, lo que va de la mano con el mensaje de que “el mundo no se aparte de la escuela y que la escuela no se aparte del mundo”.

Otras aulas

Limber Santos, director del Departamento de Educación Rural del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), consideró, en relación a las distintas etapas que marcó Barrán, que “de todo algo queda”. “Todos tenemos representaciones del aula y cierto grado de conservadurismo, por eso a veces cuesta tanto pensar en espacios distintos”, afirmó, y consideró que se debe a veces “porque las prácticas se resisten a morir y a veces porque no deben morir”. En ese sentido planteó “no caer en la innovación por la innovación en sí”, y atender a que los objetos “se vuelven recursos didácticos cuando los docentes toman decisiones”. En contraposición al concepto de “aula expandida”, Santos consideró que “hay aula debajo del árbol o en el monte” y no sólo entre cuatro paredes, y se refirió a que el hecho de “pasar al frente” se convirtió “en una categoría en sí misma, y sigue teniendo una estabilidad muy grande”, sobre la cual “habría que ver si por algo es necesaria” y es por eso que vive y lucha.

En relación a las escuelas rurales, Santos rememoró que la escuela rural originaria fue la “escuela rancho”, que fue fuertemente criticada por el movimiento pedagógico, ante lo que surgieron dos tipologías que son las que funcionan actualmente: las escuelas del Plan Gallinal, con techo bovedado, y las escuelas granjas. Aseguró que hay una enorme cantidad de escuelas que fueron pensadas para 100 niños y “hoy tienen diez”, lo que ocurre con 90% de las escuelas rurales, y planteó como alternativa la lógica de los agrupamientos escolares.

Lucy Gorni, maestra y directora de la escuela 244 de El Dorado, centró su exposición desde la realidad cotidiana que deben vivir en una escuela en la que “las condiciones edilicias no son las mejores”. Aseguró que los edificios sí influyen y tienen impacto en los aprendizajes y, en línea con Santos, manifestó que el aula no está dentro del salón, y que el aprendizaje se da en una casa, donde los maestros comunitarios trabajan con una familia”. Gorni afirmó que como sociedad “tenemos que dar más”, y que si se dieran buenas condiciones edilicias “no pasaría lo que está pasando, como los actos de vandalismo”. La escuela de El Dorado fue vandalizada durante el verano, y en la tarde de ese lunes lo había sido nuevamente. “¿Qué hacemos con todas estas teorías tan potentes cuando nos enfrentamos a esta realidad?”, se preguntó.

El encargado de cerrar la charla fue el consejero del CEIP Héctor Florit, quien en primer lugar destacó la importancia del PAEPU como “la única oficina de ANEP [Administración Nacional de Educación Pública] que durante 20 años viene pensando esta articulación con mucha reflexión atrás”. Señaló que el prototipo diseñado por el PAEPU se tomó desde ANEP para las escuelas comunes y jardines de infancia del CEIP, y aseguró que desde esa perspectiva “tenemos la fortuna de contar con una coherencia en esta tensión” a la que se refirió Barrán. Florit presentó algunos datos del Segundo Estudio Regional Comparativo y Explicativo (SERCE) para asegurar que “hay una correlación entre los aprendizajes y alguna de las dimensiones de la infraestructura edilicia”. De seis indicadores que toma el SERCE para estudiar la calidad de la infraestructura, el estudio revela que en Uruguay hay una “correlación significativa entre los mejores aprendizajes y las dimensiones ‘disponibilidad de espacios académicos’ (laboratorios, bibliotecas y salas de computación) y la ‘disponibilidad de espacios de usos múltiples’ (canchas, salones)”. Afirmó que esta correlación, “significativa, es importante y es consistente en el tiempo», y que se da “independientemente del contexto sociocultural”. En términos de equidad, afirmó que el PAEPU está focalizado en los quintiles 1 y 2 en los que se clasifica la matrícula escolar, por lo que “el mejor local se asigna al contexto más difícil”, lo que es “una responsabilidad ética, profesional y política”.

El consejero aseguró que el PAEPU debe alcanzar a 20% de los niños en edad escolar “y hacerlo con cierta rigurosidad, es decir, que la oferta educativa no sea exclusivamente en respuesta a una demanda, porque los que tienen voz en general tienen poder”. Además, consideró que un edificio nuevo “construye prácticas distintas de los propios niños. El edificio nuevo, construido desde la explicación y la comprensión, es algo que la comunidad cuida”.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2017/9/docentes-y-arquitectos-reflexionaron-sobre-la-relacion-entre-la-infraestructura-educativa-y-los-aprendizaje

 

Comparte este contenido:

Próximo taller nacional en Costa Rica sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático.

Por: Unesco.

La región Centroamérica ha ido escribiendo la historia de las diferentes naciones y pueblos que la conforman a través de una estrecha relación con el medio acuático, y se ha convertido en una de las regiones con mayor número de barcos hundidos en sus aguas, un patrimonio cultural en peligro de expolio y de destrucción. Además, los vestigios de culturas pre-hispánicas hallados bajo las aguas de mares, ríos y lagos son cada vez más importante y suponen un testimonio clave en la comprensión de la realidad histórica de la región.

Sólo a través de la protección de estos restos sumergidos, de su adecuada investigación y de su adecuado acceso público es posible completar muchos de los renglones perdidos del desarrollo histórico de un continente, así como rescatar del olvido parte de su memoria cultural.

En el marco del proyecto “Salvaguarda del patrimonio cultural subacuático en América Latina y el Caribe”, financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), la Oficina Multipaís UNESCO en San José, la Secretaría de la UNESCO para la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, con el apoyo del Museo Nacional de Costa Rica organizan un taller nacional en Costa Rica sobre la protección del patrimonio cultural subacuático.

El taller, que tendrá lugar el miércoles 23 de agosto de 2017, en el Centro Cultural de España, El Farolito, contará con la presencia de la señora Ulrike Guerin, oficial responsable de la Convención de la UENSCO sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático en la sede de la UNESCO en Paris, y la señora Dolores Elkin, miembro del Consejo Consultivo Científico y Técnico de la Convención de 2001 así como  directora del programa de Arqueología Subacuática en el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latino-Americano de Argentina.

Este taller está dirigido a las autoridades nacionales de Costa Rica a cargo de la ratificación e implementación de la Convención  sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático de 2001, arqueólogos y representantes del sector turístico costarricense y buscará aclarar este texto y mostrar los beneficios que para otros Estados de la región ha conllevado su buena aplicación.

La visita al país de ambas expertas, también permitirá que expongan ante el Canciller de Costa Rica y la Asamblea Legislativa las ventajas de la ratificación de la Convención.

Fuente: http://www.unesco.org/new/es/media-services/single-view/news/national_workshop_in_costa_rica_on_the_protection_of_underwa/

Imagen: http://www.unesco.org/new/typo3temp/pics/bf3b3d788e.jpg

Comparte este contenido:

Chile llevará el cambio climático al aula escolar

América del sur/Chile/19 Agosto 2017/Fuente: Scidev.net

Desde 2019, el cambio climático y la sustentabilidad pasarían a integrar los contenidos obligatorios del programa académico de los dos últimos años de educación secundaria en Chile, anunció la presidenta Michelle Bachelet.

“Mientras algunos países niegan el cambio climático, en Chile estamos avanzando para que se aprenda sobre este proceso y sobre la necesidad de que tomemos conciencia en todas las salas de clases del país”, dijo Bachelet (25 de julio).

Mientras algunos países niegan el cambio climático, en Chile estamos avanzando para que se aprenda sobre este proceso y sobre la necesidad de que tomemos conciencia en todas las salas de clases del país”.

Michelle Bachelet, Presidenta de Chile

La materia forma parte de un nuevo currículum para 3° y 4° medio elaborado por el Ministerio de Educación y cuya propuesta evalúa desde junio el Consejo Nacional de Educación.

De aprobarse todas las etapas del proceso “el cambio climático y la sustentabilidad se incorporarán a las asignaturas de Ciencias, Educación Ciudadana e Historia, Geografía y Ciencias Sociales y como contenido transversal de la dimensión Naturaleza y Sustentabilidad, que se propone trabajar en todas las asignaturas”, dice a SciDev.Net Alejandra Arratia, coordinadora nacional de la Unidad de Currículum y Evaluación del Ministerio de Educación.

La propuesta incluyó un proceso de consulta pública que involucró a más de 90 mil estudiantes, además de docentes, directivos y expertos en educación.

“Los chicos coincidían en que los contenidos que hoy ven en el colegio no se conectan con los desafíos que van a tener que abordar en el mundo real, entre los cuales mencionaban la sustentabilidad y el cambio climático”, subraya Arratia.

Fuente: http://www.scidev.net/america-latina/comunicacion/noticias/chile-llevar-el-cambio-climatico-al-aula-escolar.html

Comparte este contenido:
Page 2 of 18
1 2 3 4 18