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Educación pública y laica, una necesidad democrática

Por

El gobierno de la Comunidad de Madrid, gobernada desde hace muchos años por el PP,  difundió bulos sobre las horas lectivas que los profesores y profesoras de la Escuela Pública dedicaban en la escuela; fue la “lideresa” Esperanza Aguirre, expresidenta de la Comunidad madrileña, quien arremetió contra dicho colectivo. Y todo se hizo con la clara intención de deteriorar la Escuela Pública y fomentar la privada y la concertada (gran parte en manos del OPUS). Las declaraciones fueron desmentidas por el profesorado con argumentos y datos, pero quedó la huella de la mentira, y el dicho “calumnia que algo queda”, se cumplió. Otro tanto sucedió con la Sanidad Pública y el acoso que sufrió el, ya fallecido, doctor Montes.

Joseph Goebbels, jefe de propaganda de Hitler, establecía lo siguiente: “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene la famosa frase: “Si una mentira se repite mil veces se convierte en verdad”. Y esos métodos se han impuesto en nuestra sociedad. Y “ante la confusión reinante”, todo es posible.

El debate sobre la Escuela Pública viene de lejos. Durante los años 80, cuando tras la dictadura franquista, el gobierno de Felipe González afirmaba que los centros privados eran necesarios, ya que pretendía universalizar la educación pública y no había centros educativos públicos suficientes; se dijo que era una medida provisional hasta la construcción de nuevas escuelas públicas. Con dicho argumento, el Gobierno de González contó con los centros privados existentes, asumiendo los salarios de los docentes y otros gastos generales. Pero lo que supuso una necesidad provisional se ha convertido en norma interesada que ha ido en aumento. Después de más de 30 años, la red concertada cuenta con más dos millones del alumnado y con 130.000 profesores en los diversos centros concertados; dicha situación es un agravio comparativo hacia las personas que acceder a una plaza en la Educativa Pública, a través de una dura oposición. Es necesario recordar que en la escuela concertada regida por el OPUS, el profesorado es contratado y despedido por el obispado, aunque los salarios salen del erario público, lo que es lo mismo, de nuestros impuestos.

Mientras que la educación pública europea cuenta con una media del 81% de Escuela Pública, en España es del 68%, siendo la Comunidad de Madrid la que bate el récord, a la baja, con el 49%. Esto supone que un Estado que se define “Aconfesional”, en la Carta Magna, está impulsando la educación privada concertada con claro predominio de la Iglesia Católica en los conciertos educativos (el 70% van a parar al OPUS). Los sucesivos gobiernos del PP cuentan con una dilatada trayectoria en privatizaciones de servicios públicos, que se intensificó a partir del famoso “Tamayazo”; éste permitió seguir gobernando al PP la comunidad madrileña haciendo del territorio su “feudo particular”.

En los años 80 se garantizaban plazas suficientes en centros públicos, pero ahora solo se garantiza la existencia de plazas suficientes, sean públicos o concertados. En Madrid, según UGT, entre los años 2000 y 2013 se cedieron 82 parcelas para construir colegios privados, en los barrios de nuevo desarrollo. La cesión de parcelas es un instrumento básico para la privatización de la Enseñanza Pública. Conclusión: más escuela concertada en manos de la Iglesia; tan solo un pequeño porcentaje van parar a cooperativas.

Ésta ha sido la década de los grandes conciertos educativos. Según los últimos datos que aparecen en la web oficial de la Comunidad de Madrid, en el año 2009 se destinaron 793,31 millones de euros para convenios; en los presupuestos de 2018 que firmaron PP y Ciudadanos llegaron a 1.012 millones. Y la guinda del pastel son los descuentos fiscales que el gobierno de Madrid destina a las familias que lleven a sus hijos a la privada. Se calcula que son 90 millones de euros. El desmantelamiento de la Educación Pública es una agresión que no debemos aceptar, una agresión que no solo afecta al profesorado y alumnado, ya que es un patrimonio de la Red Pública que se nos está usurpando, poco a poco.

Si al aumento de conciertos educativos en manos de la Iglesia Católica se suma la enseñanza de la religión en la Escuela Pública, cabe afirmar que estamos ante un “Estado Confesional de hecho”, aunque la Constitución diga lo contrario

CC.OO denuncia que el Gobierno madrileño ha reducido el 22% de la partida para la gestión de infraestructuras educativas públicas. En su opinión, lo más triste de esta gestión de los recursos es que los resultados escolares de los últimos cursos en Madrid se han situado por debajo de la media, y ya están por debajo de los datos obtenidos en el año 2000. El fenómeno del fracaso escolar se concentra en las zonas más pobres, donde los medios económicos para la Escuela Pública están siendo reducidos. Sindicatos, madres y padres de alumnos denuncian que se han eliminado aulas de enlace para adaptar a escolares inmigrantes y que en toda la comunidad ya sólo quedan cinco grupos de bachillerato nocturno para los estudiantes que trabajan.

Sobre todos los argumentos posibles o imaginados, existe el argumento principal; el derecho a la Educación Pública está garantizado por la Constitución. La Enseñanza Pública, así como la Sanidad, es objeto de deseo de aquellos que quieren hacer negocio con nuestro patrimonio y los promotores son los partidos políticos que no creen en los servicios públicos; éstos disponen de un bien que NO les pertenece como si fuese suyo. A la triada PP, Ciudadanos, y Vox no les importa la Enseñanza Pública y menos aún que sea LAICA.

Están pendientes de terminar infraestructuras educativas públicas, pero las privadas no se retrasan; ante la inexistencia de centros públicos, no es extraño que muchas familias opten por los centros privados. Una trampa muy bien urdida por los sucesivos gobiernos conservadores, donde muchos de sus ministros son del OPUS. En Madrid, el número de centros privados y concertados ha superado al de las Escuelas Públicas: entre privados y concertados hay un  total de 1.688, frente a los 1.634 de la red pública. Hace una década, la educación madrileña contaba con un total de 1.028.753 estudiantes, ahora la cifra ha crecido hasta los 1.195.810. A pesar de haber sumado 167.057 educandos, CASI TODOS (129.937) han ido a parar a centros privados o concertados religiosos.

Si al aumento de conciertos educativos en manos de la Iglesia Católica se suma la enseñanza de la religión en la Escuela Pública, cabe afirmar que estamos ante un “Estado Confesional de hecho”, aunque la Constitución diga lo contrario. Es una clara usurpación de lo público en beneficio del negocio y de la ideología católica. Ante el ataque sistemático a la Educación Pública y Laica, solo cabe su defensa, ya que es unos de los resortes fundamentales de la Democracia. No solo porque es un derecho reconocido en nuestra Constitución, sino porque es un patrimonio del pueblo.

Los sucesivos gobiernos han privilegiando a la Iglesia y al conservadurismo inspirado en los principios del nacional-catolicismo del franquismo. Todos ellos, incapaces de entender los principios de la libertad de conciencia y movidos por el espíritu franquista, están convencidos de que hay que recristianizar a esa parte del pueblo que ha sido pervertida por los ideales de la Demo-Cracia.

Fuente: https://www.nuevatribuna.es/articulo/madrid/educacion-publica-laica-necesidad-democratica/20190401171231161540.html

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25 lecciones sobre educación y democracia

Europa/Prensa IE

Con motivo del Día Mundial de los Docentes, el 5 de octubre, la Internacional de la Educación presentó ’25 lecciones sobre educación y democracia ‘. Las 25 lecciones aprendidas están vinculadas a los 25 años de la existencia de la Internacional de la Educación.

La Internacional de la Educación (IE) ha publicado un póster sobre ’25 lecciones sobre educación y democracia ‘. En un lado del cartel están los títulos de las lecciones y, en el otro lado, se encuentra un resumen de cada uno de ellos. En diciembre se publicará un libro de la Presidenta de la IE, Susan Hopgood, y del Secretario Emérito General de la IE, Fred van Leeuwen. Desarrollará las lecciones y dará ejemplos de las organizaciones miembros.

Una respuesta al desvanecimiento del apoyo a los valores democráticos en países de todo el mundo.

La iniciativa es una respuesta al deterioro de la democracia en muchos países como se manifiesta en los ataques a la prensa libre, el empobrecimiento de los servicios públicos, el aumento de las desigualdades y el elitismo, la restricción de los derechos humanos y las libertades profesionales, así como el aumento del populismo y la pobreza. Resurgimiento del racismo y la xenofobia.

Las lecciones sirven como un recordatorio para todos los educadores sobre el papel crucial que desempeñan para que los estudiantes puedan experimentar, promover, proteger y alcanzar los valores que constituyen la base de la democracia y ayudarlos a convertirse en ciudadanos activos capaces de tomar decisiones sabias e influir en la Dirección de sus sociedades.

Las lecciones son las siguientes:

1. Educar para la democracia.

2. Estimular el pensamiento crítico.

3. Formar ciudadanos globales

4. No seas el servidor obediente del estado.

5. Sé consciente de las líneas finas entre el patriotismo y el nacionalismo.

6. Abogar por la igualdad de género, la diversidad y la inclusión.

7. Proteger el derecho a aprender en la lengua materna.

8. Explota burbujas de internet y valora la privacidad.

9. Abrazar las nuevas tecnologías con prudencia.

10. Cuestionar pruebas estandarizadas

11. Mantener a las escuelas santuarios seguros de aprendizaje.

12. Negarse a portar armas o usar distintivos de la policía.

13. Oponerse a la segregación.

14. No nieguen a los niños indocumentados el acceso a las escuelas.

15. Combatir la discriminación por motivos de género, religión, origen étnico, discapacidad, origen social y orientación sexual.

16. Construye resiliencia cuando la desigualdad silencia la voz. 

17. Abrir la escuela a la comunidad.

18. Proteger la educación para el bien común.

19. Mantener el mercado a una distancia segura.

20. No dejes que los políticos interfieran en el aula.

21. Defiende tus derechos.

22. Protege tus organizaciones e instituciones democráticas.

23. Defiende y amplía tus derechos de negociación colectiva.

24. Insistir en la aplicación de normas internacionales.

25. Siéntete orgulloso de tu profesión.

Los sistemas de escuelas públicas son la mejor salvaguardia de la democracia.

Los sistemas de escuelas públicas nacionales son la mejor salvaguardia de la democracia, sin embargo, la capacidad de las escuelas y universidades para cumplir ese papel dependerá de una profesión docente sólida y segura de sí misma.

«Sabemos que los educadores de todo el mundo, ya sea que trabajen en entornos democráticos, no democráticos o autoritarios, están listos para desempeñar su papel», dijo el Secretario General de la IE, David Edwards.

Edward instó a las organizaciones miembros a que sigan dando prioridad a los valores democráticos y «a tomar una postura cuando y donde se esté atacando a la democracia, a iniciar debates, tomar medidas y considerar las contribuciones que las escuelas, universidades y sindicatos de la educación pueden hacer para lograr un futuro democrático sostenible». para todos».

El póster que contiene las ’25 lecciones ‘ más notas explicativas para cada lección está disponible en tres idiomas: inglés, francés y español.

En diciembre de 2018, la IE publicará un libro sobre educación y democracia, escrito por su presidente, Susan Hopgood y el secretario general emérito, Fred van Leeuwen, explorando temas clave de la democracia en la educación y reuniendo opiniones, información y experiencias que inspiran las ’25 lecciones ‘. . Sin embargo, el cartel ya ha comenzado la discusión de las 25 lecciones en algunas organizaciones.

El tema tanto del cartel como del libro son las palabras del gran educador y filósofo, John Dewey, «La democracia debe nacer de nuevo cada generación, y la educación es su partera».

Fuente: https://ei-ie.org/en/detail/16017/25-lessons-on-education-and-democracy

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Revista: Educación popular para reinventar la democracia

Revista ALAINET/No. 533 – Junio 2018

Contenido/Conteúdo:

La Educación Popular es una apuesta política que plantea la transformación radical de la realidad a partir de la lectura crítica del mundo.  Esta edición explora diversas facetas de esta apuesta, con énfasis en la formación política, la participación democrática y las luchas sociales; y la presentación de algunas experiencias.  Una coedición con CEAAL.

La Educación Popular, apuesta política por la transformación de la realidad
Rosa Elva Zúñiga

¿Qué democracia tenemos y qué democracia queremos?
Oscar Jara

América Latina amenazada con retroceder
Frei Betto

Desafíos de la formación política
João Colares da Mota Neto, Pedro de Carvalho Pontual

Educación Popular y Formación Política junto a los Movimientos Sociales
Paulo Afonso Barbosa de Brito

Educación Popular y Formación Política:
En tiempos de crisis y resistencia
Selvino Heck

De los derechos y las disputas de sentidos:
La palabra del colibrí
María Grisálida Cianci Bastidas

La Economía Solidaria: Construyendo sociedades de Buen Vivir
Celina Valadez, Elisiane de Fátima Jahn, Eva Carazo Vargas, Rosa Elva Zúñiga

La revolución feminista:
Las brujas necesarias en los tiempos de cólera
Claudia Korol

La lucha por la libertad vuelve a ser herida del alma
Carmen Foro

Descargar en: https://www.alainet.org/sites/default/files/alem533w.pdf

Fuente: https://www.alainet.org/es/revistas/533

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Lecciones fuera del aula

Costa Rica / 3 de junio de 2018 /Autor: Jorge Rivera Pizarro / Fuente: Los Tiempos

Hace poco más de veinte días un pequeño país centroamericano, Costa Rica, vivió una fiesta democrática. Un nuevo Presidente tomó posesión de sus funciones, exhibiendo rasgos y gestos contrastantes con los que están acostumbrados a ver y protagonizar la mayoría de los encumbrados mandatarios que fueron invitados a tomar parte en esa fiesta. A algunos de ellos, especialmente a quienes les gusta ostentar poder, les debió llamar la atención que el Presidente electo hiciera el recorrido desde su casa hasta el lugar de la posesión, en el primer bus ecológico del país, a base de hidrógeno, en lugar de hacerlo en alguna limusina de renombrada marca, con vidrios polarizados. No fueron llamativas motocicletas con sirenas ululantes las que anunciaban el paso de la corta caravana, sino bicicletas multicolores que hacían el recorrido sin lastimar el ambiente ni los oídos de los ciudadanos concelebrantes de la alegría de contar con un nuevo Jefe de Estado. En lugar de gorras militares y cascos atemorizadores, casquetes deportivos de paseo. El escenario, al aire libre, en la Plaza de la Democracia, con la tarima dando la espalda al que fuera un cuartel militar hasta 1948, cuando se abolió definitivamente el ejército para reemplazar escuelas por cuarteles y estudiantes por soldados. Sorpresa de visitantes –de algunos especialmente– porque la bandera ingresó al palco portada y escoltada por colegiales, a los acordes de la Orquesta Sinfónica Nacional, en lugar de soldados marcialmente acompasados por redoble de tambores de una banda militar. ¡Qué diferente una bandera sostenida por estudiantes!

¡Cuánta lección fuera de las aulas, para quienes quieran aprender! Porque enseñar y aprender no son actos fortuitos. No ocurren por casualidad. Son actos intencionales. Alguien se propone enseñar y alguien se propone aprender. No se trata de hacer engullir, quiérase o no, cucharadas de conocimiento, de valores y actitudes, a quienes el maestro vea necesitados de ella. Paulo Freire usó la imagen de los depósitos bancarios en cuentas corrientes vacías, incapaces de enterarse ni resistirse. Por eso, quien concurrió al acto solamente por atender al protocolo diplomático… perdió la oportunidad de aprender. En actos como ése, hay que estar dispuestos a aprender.

El aprendizaje no ocurre solamente entre las cuatro paredes de un aula. Probablemente, las más importantes lecciones se imparten fuera de ella. Más aún cuando la sociedad, es el maestro que enseña. Mucho más que discursos sobre el medio ambiente y la madre tierra, fueron las bicicletas las que enseñaron a los costarricenses qué quiere decir voluntad política de no contaminarlos y respetarlos. Las palabras dichas no enseñan, las actitudes y la práctica consecuente, sí. Las maestras y los maestros saben muy bien de eso. Y creo que en ello convendrán, también, todos mis lectores.

La democracia es un gran acto pedagógico. No faltan Estados que se presentan como democráticos, pero acusan falencias éticas que cuestionan tal autoconcepción, porque queda afectada la estructura misma del concepto. Noam Chomsky considera que hay un defecto en apoyar la democracia únicamente como método electoral y propone el rescate de la ética en la administración del Estado para recuperar el sentido de la vida democrática. El valor ético debe regir todas las decisiones de los gobiernos. Mientras no sea la ética la que se instale en el ejercicio de la autoridad y el poder, será imposible que los ciudadanos -la comunidad entera- interioricen los conceptos y los valores fundamentales de la democracia. La sociedad -en este tema- se constituye en el más deseable sistema educativo para la formación de sus ciudadanos. Sin ello, la escuela no cuenta mucho.

Una pedagogía para la democracia se hace más fuera del aula, que dentro de ella.

Fuente del Artículo:

http://www.lostiempos.com/actualidad/opinion/20180530/columna/lecciones-fuera-del-aula

Fuente de la Imagen:

https://www.elfinancierocr.com/economia-y-politica/educacion-es-fisura-en-indice-de-progreso-social-2014/I4WHAKOMBNBXTASX2BWFGHUMQE/story/

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Australia: Schools are not adequately preparing young Australians to participate in our democracy

Oceanía/Australia/Diciembre del 2017/https://theconversation.com/

Australia’s youth are interested in politics and are passionate about issuesbut, unless we take note of the latest report into civics and citizenship education, their capacity to participate in democracy and shape society in future may be limited.

Since 2004, the National Assessment Program – Civics and Citizenship (NAP-CC) has been administered every three years to a national sample of year six and ten students. It’s used to measure students’ level of knowledge about subjects including Australian government, judiciary and democratic processes, and explores their attitudes towards civic participation.

The 2016 NAP-CC report has just been released and the results show some concerning, but familiar, trends.

As with previous assessments, the percentage of Australian students achieving the proficient standard remains low. This is a point on a scale that represents what has been deemed as a challenging but reasonable expectation of student achievement for their year level.

The report shows 55% of year 6 students achieved at or above the standard.

More problematic is the fact the rate of year 10 students attaining this standard was just 38%. This is the lowest result on record.



Civics and citizenship is a government priority

Enhancing young people’s understanding of civics and citizenship has been a priority for successive Australian governments.

The Australian Curriculum: Civics and Citizenship was developed in 2012/2013 to provide educators with tools to teach students about democracy and civic participation. This curriculum is delivered to students from Year 3 to Year 10. It’s based on the principle that informed and committed citizens will advance a robust democracy and schools play a vital role in preparing young people for the responsibilities of adult citizenship.


Read more: National curriculum review: experts respond


This latest report into civics and citizenship education is the first opportunity for educators to see how students are performing under the new curriculum, and the results are disappointing. It shows by Year 10, Australian school students don’t possess the fundamentals deemed necessary to become active, informed citizens.

So what else should be done to help prepare our young people to participate in the democratic process?

What do young people think?

We have been undertaking research with recent school leavers aged 18 and 19 about their preparedness to participate in the Australian political process.

Many have told us they’re interested in political issues, but are uncertain about how the system works.

They also believe more could’ve been done to address this knowledge deficit while they were in school.


Read more: Young Australians are engaged in political issues, but unsure how democracy works


These high school graduates reported, while they could recall the subject being covered when they were in primary and early secondary school, they did not remember what had been taught.

The young people we spoke to suggested civics and citizenship education be extended through to Year 12. Interestingly, they wanted it to be viewed more as a life skill (similar to drug and alcohol education, for example) and not an academic subject.

They said young people need support when they’re approaching voting age and it would be useful for schools to assist with enrolment and provide basic information about the system of voting.

As one 18-year-old put it:

The last time that my high school spoke about politics I was in Year 9. I was 14 years old. I’m not voting yet, it’s not relevant to me, I’m not even 16. I can’t even go to the doctors by myself.

A simple and clear explanation in late high school would help alleviate the feelings of uncertainty first-time voters can experience when they go to cast a vote at the ballot box.

As another 18-year-old said about her peers:

So many of my friends said to me, “which box do I tick?” and, “what do you mean I have to go above the line and below the line?”. Basic definitions and terminology is really important.

Where to from here?

The 2016 National Assessment Program – Civics and Citizenship report tells us by Year 10, a majority of school students have little knowledge about Australian civics and democracy. This is concerning, especially as many students don’t encounter the topic later in high school, yet they will be required to vote when they turn 18.

Young Australians want more specific information about voting closer to the time they become eligible to vote. Bradley Kanaris/AAP

We need to ensure all young people have the basic skills required to engage in Australia’s political process. As young Australians approach voting age they need simple, clear and practical instructions about the mechanics of how government works and how to vote.

School is the best place to teach this and it should be covered in the senior years. Doing so would help more young people become confident and empowered participants in Australia’s democracy.

Fuente: https://theconversation.com/schools-are-not-adequately-preparing-young-australians-to-participate-in-our-democracy-88131

Fuente Imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/sM19Maq17XdDol_RY1DJZRxSUDBiaV1ejL2yDo5Ge0CvmnYkm0lzqL591OX2ktUaJS7M=s170

 

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Todos podemos hablar de educación, pero no todos podemos hablar de pedagogía

Colombia / 17 de septiembre de 2017 / Autor: Yesid González Perdomo / Fuente: La Silla Vacía

La institución escolar no deja de ser un escenario conservador y negado al cambio, así lo hacen saber las diferentes corrientes pedagógicas que, desarrolladas en el pasado, siguen tan vigentes como en el momento en que fueron postuladas.

El proceso educativo inicia con el nacimiento y termina con la muerte, por eso todas las personas pueden hablar de educación, mas no de pedagogía.

En una sociedad donde las redes sociales y los medios masivos de comunicación tienen una influencia descomunal sobre el conjunto de la sociedad, es de vital importancia revindicar la escuela como un escenario indispensable para desarrollar el pensamiento analítico y crítico, más an, cuando las relaciones educativas y escolarizadas son sujeto de diversas reflexiones, influencias e interpretaciones a través del tiempo.

Como lo plantea el maestro Estanislao Zuletala educación es un campo de combate en disputa por las diferentes fuerzas sociales[1]. Lo extraño, es que son los maestros/as los que hablan menos de educación y pedagogía y estamos perdiendo la batalla con los periodistas, sociólogos, abogados, economistas y  empresarios que investidos por el poder político de turno, deciden el futuro de la institución educativa; es un deber moral ganar o volver al protagonismo que el  maestro/a  tiene como intelectual.

Es primordial para el futuro docente entender la importancia del saber pedagógico en el desarrollo profesional de su práctica cotidiana. Es una gran posibilidad para abrir caminos que conduzcan hacia la dignificación de la carrera docente, encontrando los elementos conceptuales necesarios para entablar un diálogo no subordinado con las ciencias de la educación.

Es evidente que la crisis de la escuela parte de alguna manera de la “despedagogización” de la misma, la inserción de modelos empresariales a través de indicadores de calidad y mapas de procesos, pueden dar cuenta de un sofisma renombrado como calidad de la educación[2]; es indiscutible, son la tendencia en el ámbito escolar de la actualidad, modelos como el ISO o el EFQM, son tan solo la punta del iceberg de la Escuela- Empresa.

Estos modelos erróneamente limitan la escuela a los resultados en pruebas censales, someten la pedagogía al entrenamiento burdo de exámenes, produciendo el fracaso con honores del pensamiento crítico y el espíritu liberador de la misma. En este escenario, es preciso construir modelos alternativos que respondan a los intereses de la comunidad educativa sin excederse en la tendencia paidocentrista, será la búsqueda de una nueva escuela que exprese las necesidades de una sociedad diferente, donde la injusticia y exclusión sean la excepción y no la regla.

Ahora bien, no hay que desconocer que la institución escolar no deja de ser un escenario conservador y negado al cambio, así lo hacen saber las diferentes corrientes pedagógicas que, desarrolladas en el pasado, siguen tan vigentes como en el momento en que fueron postuladas. No han dejado por un instante en ser revolucionarias, debido a que son pocas las escuelas que se piensan el cambio. Por ejemplo, un médico del siglo XVIII no podría ejercer hoy con la instrumentación actual, mientras que un maestro en las mismas condiciones encontraría un tablero, unos pupitres y unos infantes indispuestos por no estar en su recreo.

Poner a punto la escuela para los retos que la sociedad global nos impone, solo será posible con licenciados comprometidos con la pedagogía, la escuela y la sociedad. Arrancar de raíz la educación bancaria e instrumental dependerá en gran medida de quienes se enfrenten a los retos de estudiar una licenciatura, de allí, que insistir en  el maestro como intelectual de la cultura, capaz de poder pensarse su labor, sus contenidos, su espacio de trabajo, su evaluación y hasta la formulación de la política pública en educación, es un reto de enormes dimensiones.

Para finalizar, es claro que pensarse  la educación desde la escuela y por un profesional docente fuera del despacho del MEN o la SED, es un sacrilegio de considerables proporciones, debemos construir una propuesta colectiva de país en torno a un nuevo sistema educativo, uno que abarque todos los aspectos que nos han negado por falta de financiación:  un estatuto docente que garantice una vida digna para todos los licenciados, un modelo pedagógico propio que no niegue los aportes de los clásicos pensadores pedagógicos, pero que al tiempo, pueda responder a nuestras particularidades como sociedad, ofrecer la infraestructura necesaria que permita cerrar las brechas de la educación entre ricos y pobres, la gratuidad y universalización de todos los ciclos educativos, incluyendo la universidad, garantizar los elementos básicos de la canasta educativa (uniformes, útiles, refrigerios, rutas, acceso a museos, etc.), si logramos estas condiciones, estaremos pagando la deuda eterna que la Violencia y la corrupción nos han impuesto por años.


[1] ZULETA, Estanislao. Educación y democracia. Hombre Nuevo Editores. IX edición, Medellín,2009.

[2] VEGA, Renán. Doctoritis Crónica. Simulación, Política y Academia en Colombia. Editado por ASPU-UPN, Bogotá, 2016.

Fuente del Artículo:

http://lasillavacia.com/silla-llena/red-de-la-educacion/historia/todos-podemos-hablar-de-educacion-pero-no-todos-podemos

Fuente de la Imagen:

Anarquismo, Educación y Pedagogía

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VENEZUELA: La educación como centro de la estabilidad política y económica

Por Hernan Porras M

La educación es un proceso de permanentes cambios y desarrollos. Su dimensión no puede estar asociada con una estática pedagógica. Desde las enseñanzas en las analectas de Confucio, las aulas aristotélicas, la escuela de Pestalozzi, hasta las visiones libertarias de Simón Rodríguez y José Martí, y más recientemente las ideas del Maestro de América, Luis Beltrán Prieto Figueroa o la maestra Belén San Juan, nuestra escuela ha estado marcada por diversos hechos que han impactado significativamente la historia contemporánea venezolana.

La educación no es una simple representación de enseñanzas, aprendizajes y conocimientos. No es un simple proceso entre el aprender y el comprender. La educación es la conjugación de una palabra pentavocálica que invoca al amor, a su esencia, a la imaginación, a la ontología, al universo. Por ello, cuando Bolívar escribía a su hermana María Antonia sobre la educación que deseaba para su sobrino Fernando en su visión libertaria decía que: «Un hombre sin estudios en un ser incompleto. La instrucción es la felicidad de la vida; y el ignorante, que siempre está próximo a revolcarse en el lodo de la corrupción, se precipita luego infaliblemente en las tinieblas de la servidumbre». Entonces, no es casual sino causal la explicación de muchos de los males que hemos enfrentado durante la historia de la República.

Tal vez por ello, Ingenieros, complementando las ideas bolivarianas en su obra «Las Fuerzas Morales», nos señala que la educación será eficaz en la medida en que sea respetada la vocación de los niños, sin violentar sus temperamentos e inclinaciones. Para Ingenieros la preocupación del Estado, de los docentes y la sociedad debería estar orientada hacia un equilibrio entre la inteligencia, sus emociones y aptitudes. Esa es una gran deuda que tenemos en el porvenir para transformar la educación no solo en sus componentes de infraestructuras y normas sociales, sino rescatando las virtudes del ser pese a las dificultades. La educación bolivariana, si quiere estar comprometida en su totalidad ante el surgimiento de una ciudadanía distinta, también debe tener un Estado comprometido que vaya más allá de la retórica.

Freire en la «Pedagogía de la Indignación» se interpelaba si había que hablar de la muerte de la Historia, renunciar a las ideologías, a los sueños, olvidarnos de las utopías, si debemos los docentes convertirnos en simples entrenadores pragmáticos del conocimiento, es decir, que el Estado tampoco puede convertirse en un ejecutante pragmático por y para la educación. Ese sería el fin de la escuela como alguna vez lo recalcó Ivan Illich, no en su concepción literal, sino en su misión fundamental. Por consiguiente, para lograr la educación que necesita Venezuela como un todo ante los retos que nos impone una sociedad equilibrada con sus semejantes y en armonía con su ambiente y sus recursos naturales, necesitamos un docente y unas autoridades que conozcan nuestra historia y la propia educación.

Los sentimientos pedagógicos son otra fuente que yace entre el contexto de los cerúleos y la eudaimonia de la vida. La pintura, la música, la prosa, pero también la agricultura, la pesca, la textilería, la escultura o la alfarería, son los signos ontológicos que deben marcar el espíritu y los pensamientos hacia la construcción de una educación distinta. Aquella que alguna vez sintetizaría Simón Rodríguez en su frase: «Inventamos o erramos».

En una oportunidad, Hugo Chávez hablaba sobre el Plan Nacional «Simón Bolívar» que el trabajar con la teoría al compararla con la praxis, utilizando la dialéctica y la reflexión era algo muy positivo, y que la educación se fortalecía precisamente sobre Bolívar bajo un pensamiento de educación liberadora y del citado maestro Simón Rodríguez, como raíces nuestras, en donde se funden vertientes como la refundación del Estado y de un maestro que debe ser un permanente estudiante, percibiendo las realidades y acoplándolas al proceso educativo. Por ello, Chávez nos recordaba que Simón Rodríguez en tiempos de la llamada América Meridional nos emplazaba a realizar dos revoluciones, la política y la económica. La educación debe ser el centro de la estabilidad política y económica.

Tomado de: http://entornointeligente.com/articulo/10367167/VENEZUELA-La-educacion-como-centro-de-la-estabilidad-politica-y-economica

Imagen tomada de: https://www.lagarrigue-psicologia.com/wp-content/uploads/2016/09/la-escuela-es-la-base-de-todo.jpg

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