Los aparatos tecnológicos son una extensión de nuestro cuerpo.

Mariana Aburto Chavarría

Centro América/Nicaragua/Fuente:http://www.elnuevodiario.com.ni/

 En un mundo dominado por las nuevas tecnologías, el papel de los padres es doblemente difícil: controlar lo que consumen sus hijos y mantener la autoridad sin llegar al abuso, dice la experta.

La psicóloga clínica Mariana Aburto Chavarría analiza en esta entrevista el lado oscuro de las nuevas tecnologías: las crisis que provocan en el núcleo familiar al distanciar a padres e hijos.

La experta también advierte que la violencia intrafamiliar, la falta de aprendizaje en niños y adolescentes, así como el bullying en las escuelas forman parte de un problema de salud pública.

¿Cuál es el proyecto que actualmente está impulsando?

 Mariana Aburto: Los niños son adictos a las tecnologías. –

Es un proyecto educativo llamado “Psicología y Vida”, este es la materialización de una idea que vengo madurando desde hace un buen tiempo. Es una página web (www.marianaaburto.com) donde escribo artículos que reflejan las problemáticas que viven las familias en esta sociedad moderna. Las personas pueden entrar y preguntar, aportar e incluso dar sus testimonios.

¿Cuál es la importancia de hablar de la familia en estos tiempos?

Yo pienso que hay un gran vacío en la agenda mediática de hablar sobre este tema porque cuando es abordada sale como nota roja. Todo es drama y tragedia. Entonces siento que le estamos vendiendo a la sociedad una familia crítica, conflictiva y decadente. No puede ser que nosotros interioricemos esos problemas. Si hacemos un análisis a profundidad, nos daremos cuenta que podemos concientizarnos para así trabajar de buena forma en el seno de la familia. Eso nos crearía menos problemas a nivel social.

¿Entonces dice que se han priorizado otros temas?

Hemos priorizado temas de la convivencia externa del ser humano, pero hemos dejado un vacío en la familia. Es ahí cuando se encuentra la situación de la cantidad de menores desmotivados, agredidos y agresores de bulliyng, menores desadaptados y con problemas de aprendizaje. Aunque realmente no hay tal problema de aprendizaje, lo que hay es una desmotivación y apatía del niño a la escuela.

Situaciones como la violencia intrafamiliar, la falta de aprendizaje en niños y adolescentes, así como el bulliyng en las escuelas y colegios forman parte de una problemática de salud pública, y esto debe ser priorizado.

¿Está afectando el internet las relaciones familiares?

Yo tengo todos los días en el consultorio quejas y angustias de padres de familia con relación a la adicción a la tecnología por parte de niños, adolescentes y jóvenes. Por eso yo digo que sí está afectando, aunque no estoy hablando mal, ni satanizando las nuevas tecnologías de comunicación.

Estoy hablando de cómo nosotros debemos abrazar el desarrollo, porque es un hecho que nos trae un sinnúmero de beneficios ¿pero hasta dónde tenemos límites? ¿hasta dónde estamos sabiendo administrarlo? Por poner un ejemplo, uno le puede dar libertad a su hijo, ¿pero se le enseñó cómo administrarla? Porque la cuestión es que si hay libertad y no se sabe administrar, se convierte en libertinaje.

¿Les falta a los padres más rigor en la educación de sus hijos con respecto a las nuevas tecnologías?

Los padres  de familia, tutores y docentes que tienen que ver con ese acompañamiento deben pensar que vivimos en otra sociedad. Sí se necesita rigor, pero no al extremo. Los mayores debemos pensar que no es la sociedad en que nosotros vivimos la juventud. Hoy los hijos son otros y los padres también. Muchas veces estamos muy apegados al pasado, a lo tradicional y es un valor muy bueno. Pero eso no funciona hoy.

Estamos viviendo otra relatividad en la sociedad. Hay que irse adecuando en el seno de la familia, tenemos que adecuarnos en el rol que hoy toca vivir. Cada época tiene su particularidad. Hoy, por ejemplo, cuando se sale a comer, todo el mundo está conectado a su móvil o tablet. En cambio antes se conversaba, se socializaba, se compartía con amigos y familia. Los aparatos tecnológicos se están volviendo como una extensión más de nuestro cuerpo.

¿Los padres de familia están perdiendo autoridad?

Hay que revisar la autoridad. Porque no se trata de dejar hacer lo que los menores quieran, se trata de acompañarlos, orientarlos, apoyarlos, se trata de que se les diga: ‘Hey, un momentito, por allí no es la cosa’.

Los padres de familia no pueden perder de vista la autoridad, pero no se educa ejerciendo violencia. El padre y la madre deben darse cuenta que una agresión no se olvida nunca, incluso se olvidan más las cosas bonitas, pero no las que marcan la vida y la sellan de forma negativa causando traumas.

¿Cuál es la agresión más frecuente que se da?

¡Sos un tonto! ¡Me tenes harta! ¡Me avergüenzo de vos! Esta es la forma más frecuente que hay, la psicológica, y estos traumas quedan. Hay que reflexionar qué tipos de seres le vamos a dar a la sociedad si se sigue haciendo eso. Lo que serán esas personas son traumadas, temerosas, inseguras, sin visión. No podemos negar que vamos desarrollándonos como país, pero sin el trabajo en la familia todo lo demás no es sostenible.

¿De dónde provienen los bloqueos emocionales?

Maltrato de todo tipo, como el psicológico, el físico, verbal, maltrato o abuso sexual. Hay personas que guardan ese secreto y esto se vuelve tóxico en sus vidas, porque se vuelven inseguros, desconfiados, y uno dice: esa persona algo tiene.

¿Cuáles son los problemas más atendidos en los consultorios psicológicos?

Los más comunes son los de carácter, es decir; conductuales y de comportamientos.

También, crisis de pareja y de familia. Además trastornos escolares y en menores de edad.

Fuente: http://www.elnuevodiario.com.ni/nacionales/396320-aparatos-tecnologicos-son-extension-nuestro-cuerpo/

Imagen:

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La escuela donde los profesores y los alumnos se forman en emociones.

  Olga Sanmartin

Europa/España/Fuente:http://www.elmundo.es/

Hay una ley no escrita que dice que cualquier niño que se encuentre con una pompa de jabón en su camino se abalanzará hacia ella por todos los medios posibles. En el colegio público Asunción Rincón de Madrid intentan que los estudiantes hagan lo contrario. Las maestras María José y Fátima sueltan burbujas de Fairy por el patio mientras gritan a sus alumnos de cinco años: «¡Autocontrol!».Cristina, Elena y Olivia permanecen impasibles con las manos pegadas al cuerpo.Lucas no resiste y levanta un brazo. Manuel mira de reojo, con deseo impaciente, a la esfera translúcida que pasa rozándole la pierna y se estrella salpicando contra el suelo. Gana quien logre no tocar las pompas.

El juego va de controlar los propios impulsos y está inspirado en ese famoso experimento realizado en los años 60 a un grupo de preescolares a los que se les dio a escoger entre comerse una nube de caramelo en el momento o resistir la tentación para disfrutar de dos golosinas más tarde. La investigación demostró que los que fueron pacientes y esperaron tuvieron más éxito en la vida cuando se hicieron mayores.

En el Asunción Rincón llevan un año practicando ejercicios de este tipo y los resultados ya empiezan a notarse en una de las aulas de Infantil. «Los alumnos prestan más atención, se involucran más y se regulan mejor», sintetiza Fátima. «Por ejemplo, cuando están haciendo mucho ruido, ellos mismos se dan cuenta y dicen: ‘Vamos a hablar más bajo’».

Pero ha hecho falta mucho trabajo de fondo para que niños tan pequeños hayan aprendido a resistirse a algo tan atrayente como una pompa de jabón. Durante todo el año, la jefa de estudios y una decena de profesoras han participado en un curso de la Fundación Botín que les ha convertido en especialistas en inteligencia emocional y les ha dotado de herramientas para trabajar en el aula con sus estudiantes. Se trata de Educación Responsable, un programa con el que trabajan más de 7.000 profesores y 70.000 niños y en el que han participado este curso 183centros públicos, privados y concertados de siete autonomías.

Sólo hay un Gobierno regional, el de Canarias, que ha recogido la Educación Emocional dentro del currículo. En el resto de España los profesores se apañan como pueden: algunos elaboran sus propias estrategias y otros recurren a materiales que les brindan iniciativas privadas, como la de la Fundación Botín.

Neva Chico de Guzmán, la formadora, reúne a las 10 profesoras del Asunción Rincón después de la jornada escolar y les cuenta cómo trabajar mejor laautoestima, la empatía, la asertividad o el autocontrol:

– Cuando un niño llora o está preocupado, es muy frecuente que lo primero que le digamos sea «no llores» o «no te preocupes». Pero es muy difícil que aprenda a manejar las emociones si se las estamos negando. Lo que hay que preguntarle directamente es qué le pasa, explica Neva a las profesoras reconvertidas en alumnas.

– Es que eso cuesta mucho, porque hemos crecido con el «niño, no llores», apunta Fátima.

– Estamos acostumbradas a decir que no pasa nada. Pues a lo mejor sí que pasa…, reflexiona María.

Neva, en sus sesiones, intenta que las maestras se den cuenta de errores que a veces se cometen por inercia. Ellas le exponen, a cambio, los problemas que se encuentran a diario en el aula.

El programa de la Fundación Botín dura, en total, tres años. En el primero, un grupo de profesores de cada centro recibe formación, presencial y online. En el segundo y en el tercero, se constituyen más grupos de trabajo para expandir lo aprendido por todo el colegio. En otras palabras, los docentes que ya están formados se dedican a formar a sus compañeros.

«Supone un esfuerzo extra para los profesores, pero esperamos ver los frutos. No teníamos formación previa en este aspecto, pero todos los colegios con experiencia en educación emocional nos decían que no sólo veían mejor a los chicos, sino que esto revertía también en los docentes», expresa la jefa de estudios, Luz Sánchez Becerril.

La Universidad de Cantabriaha analizado los resultados y ha llegado a la conclusión de que allí donde se ha trabajado la inteligencia emocional ha mejorado la convivencia y ha disminuido la violencia, al tiempo que ha aumentado el rendimiento académico. Los niños aprenden a conocerse y a confiar más en sí mismos, a comprender mejor a los demás, a reconocer y a expresar emociones e ideas, a tomar decisiones responsables, a valorar y cuidar su salud y a mejorar sus habilidades sociales. También a desarrollar el autocontrol.

Después del juego de las pompas, Fátima y María José van preguntando a sus alumnos cómo se han sentido. Muchos responden que están más tranquilos y alegres que cuando comenzaron el día. Aunque alguno reconoce que se siente «triste»: «Me hubiera gustado explotar las pompas de jabón.

Fuente: http://www.elmundo.es/sociedad/2016/06/26/576e8aef46163fea5f8b466b.html

Imagen: 

http://e03-elmundo.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2016/06/25/14668598878687.jpg

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El poder de las habilidades socio-emocionales

Recientemente, leí un estudio nuevo y fascinante publicado por la OCDE: Skills for Social Progress: The Power of Social and Emotional Skills (2015). Este estudio sustenta empíricamente mucho de lo que he estado escribiendo en entradas pasadas y provee un material considerable para la reflexión. Esta entrada resume algunos de sus hallazgos más importantes.

Como dijo el ganador del Nobel, James Heckman: Las habilidades generan más habilidades. Las habilidades diferentes tienen distintos impactos en diversos resultados.

Desde una perspectiva transnacional, tres habilidades socio-emocionales (aquellas asociadas con capacidades de cumplir metas, trabajar con otros y manejar emociones) mejoran más consistentemente los resultados sociales y económicos. Estas habilidades están estrechamente relacionadas con las cognitivas, y el éxito en la vida y en la escuela demandan de ambas. No puedes tener una habilidad establecida sin la otra. Las habilidades cognitivas pueden introducirte a una buena universidad o un buen trabajo, pero las habilidades socio-emocionales son las que te mantienen en la carrera y te ayudan a alcanzar la satisfacción en la vida.

Resulta difícil deshacer la relación entre las habilidades cognitivas y las socio-emocionales. Es aquí donde el reporte realiza contribuciones innovadoras. Hay una realmente interesante: las habilidades socio-emocionales pueden activar las habilidades cognitivas. Por ejemplo, en Corea, un niño en el decil más alto de habilidades socio-emocionales es de 7 a 8 puntos más productivo en generar futuras habilidades cognitivas que su igual en el decil más bajo. Mientras más alto es el nivel de habilidades socio-emocionales a los 14 años de edad, mayores son las ganancias en sus habilidades cognitivas y socio-emocionales a los 15 años. Los niveles actuales de las habilidades socio-emocionales (en este caso, en los muchachos de 14 años en Corea) tienen más peso que los actuales niveles de habilidades cognitivas en el desarrollo de futuras habilidades cognitivas a la edad de 15 años. “Los muchachos que son más seguros de sí mismos, responsables y creyentes en su capacidad de influenciar el futuro son más propensos a alcanzar niveles académicos más altos que aquellos que ya son inteligentes de por sí”(página 74).

Las habilidades socio-emocionales generan resultados a lo largo de un gran número de dimensiones (académica, social, económica) si se forja el comportamiento y el estilo de vida. Tiene sentido. Miremos de nuevo lo académico: Las habilidades socio-emocionales se aprovechan de las capacidades cognitivas permitiendo a los individuos tomar más ventaja de las oportunidades de aprendizaje. Los niños inteligentes, pero emocionalmente inestables o aislados socialmente, puede que no logren adaptarse a la escuela. Y es este un importante lugar en donde las primeras impresiones se establecen y las trayectorias de aprendizaje se empiezan a trazar.

Los niños que son calmados, respetuosos y emocionalmente estables son más capaces de sentarse, prestar atención y comprometerse con su aprendizaje. Estos niños reciben “mayores inversiones en aprendizaje” de sus padres y maestros.  Es como el caso de la rueda chirriante a la que le ponen aceite pero aplicado a la educación: los niños que muestran interés, prometen y están motivados a aprender reciben más inversiones. Y si estas inversiones incluyen tiempo extra de los maestros, recursos para aprendizaje adicional u oportunidades de los padres, ¿cuál sería el resultado final? Más escolaridad y mejores notas.

Hay más. Como mencioné en entradas pasadas, las habilidades socio-emocionales son más maleables que las cognitivas. A pesar de que las evidencias se mantengan escasas, los déficits tempranos en habilidades socio-emocionales pueden ser más rápidamente compensados en los siguientes años que los déficits tempranos en las habilidades cognitivas. Las habilidades socio-emocionales son particularmente maleables desde la infancia temprana hasta la adolescencia y pueden ser enseñadas por escuelas, familias y comunidades. Los programas más prometedores comparten algunas características para el niño: secuencial, activo y concentrado en la vida real. Adicionalmente, como aclaran algunos resultados de otros proyectos (como PRIDI), un ambiente de hogar favorecedor, en el que se establecen relaciones de calidad entre adultos y niños, también importa.

La evidencia se va apilando. Solo necesita ser más consistente para ser puesta en práctica.

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