Por Heriberto Rivera
En el año 2014, concretamente en el mes de julio se cumplieron los primeros cien años, que de manera formal, Venezuela se adentra en la explotación de su primer riqueza natural como lo es el petróleo, pues fue un 31 de julio de 1914 cuando se dio la explotación de tan preciado mineral, causante no él por si mismo, de guerras y desgracias así como de avances en el mundo, que se ha hecho dependiente de hidrocarburos de origen fósil.
Estas palabras, están referidas como un sentimiento que lleva a manifestar la inquietud, por lo poco o escaso que se conoce del petróleo en la escuela primaria y secundaria, aun en tiempos de la revolución bolivariana.
En los tiempos de la escuela primaria, la maestra solía decir que el petróleo es un líquido negro y aceitoso, espeso que mana de la tierra, que es contaminante y que gracias al petróleo tenemos escuelas, hospitales, que se produce en la región zuliana y en el oriente del país; además del cuento mitológico sobre el mismo, pero sin profundizar en el tema; y mas adelante nos hubiese dicho, parafraseando a Pérez Alfonso, “es el excremento del diablo”.
Esa escuela de los años sesenta a la vuelta de los años, ha cambiado muy poco, y hoy en pleno siglo XXI, nuestros niños, adolescentes y hasta los estudiantes universitarios y profesionales manejan muy parca información sobre un tema tan relevante para los venezolanos. Y que decir de los docentes.
Quienes diseñaban el Curriculum tanto de las escuelas, liceos y universidades, tenían el pleno cuidado de no profundizar mucho en el tema, pues seria como dar a conocer una de las herramientas fundamentales para mantener el establecimiento de los privilegios y el surgir de un estado dentro del estado, sin control por los gobiernos de turno.
Al revisar la cronología petrolera, se puede observar como en el año 1883, en la población de Rubio, (Táchira) ya se tenia conocimiento de la explotación un tanto artesanal, luego treinta años después, el 15 de agosto de 1913, la empresa norteamericana New York& Bermúdez halló petróleo en el pozo denominado Babui 1 en el territorio del Estado Sucre, ambos casos con un limitado impacto a la sociedad rural del momento, pero que son referencias importantes a considerar, sobre la aparición de tan preciado oro bruno.
La relación histórica más cercana, nos habla del ahora famoso pozo Zumaque 1, ubicado en las cercanías de la población de Mene Grande, municipio Baralt del Estado Zulia, que tiene el doble merito por ser el pozo icono del inicio de la explotación industrial del petróleo el 31 de julio de 1914, durante el gobierno de J.V. Gómez, y a la vez por ser en ese lugar donde simbólicamente se realizo el acto de la controvertida nacionalización de la industria petrolera el primero de enero de 1976, luego de ser promulgada la respectiva ley en agosto del año 1975. Otros investigadores, hacen alusión al pozo de nombre Eureka como el primer pozo y al segundo pozo denominado el salvador.
Venezuela, es un país, consumista, alienado al modo de producción capitalista, a pesar de que esta planteado el camino al socialismo de siglo XXI, lleno de automóviles del lujo, espaciosos y lujosos centros comerciales, la gente imbuida en la subcultura del cuanto hay pa´ eso, pero también saben que el presupuesto de la nación depende principalmente de los recursos obtenidos por el cambiante precio del petróleo.
El petróleo es nuestro, escuchamos a diario por la prensa y TV, PDVSA ahora es del pueblo. Pero la pregunta importante es cuanto sabemos del petróleo. Que aprendemos en la escuela y en el liceo acerca del petróleo mas allá de ser un recurso natural que brota de las entrañas de la tierra.
Como venezolanos tenemos el pleno derecho, a tener una formación en los términos fundamentales sobre un mineral que le pertenece a todos los venezolanos y que el gobierno Bolivariano y revolucionario viene rescatando de las manos de la burguesía cleptómana que le había arrebatado por medio de gobiernos lacayos al pueblo y una de las estrategias fue el mantener fuera de los currículos todo lo relativo a la política, sociología, antropología, y economía del petróleo y de las fuentes de energía en general; nuestros estudiantes se gradúan de con sendos títulos universitarios ignorando la realidad de sus pueblos y su vinculación con la industria petrolera.
Muchos de los estudiantes ignoran del por qué se habla de una nacionalización “chucuta” (término que hace referencia a la posibilidad futura de regreso de las transnacionales al control de la industria); Sabrán que paso con el famoso articulo 5 de ley de nacionalización petrolera? Por qué Venezuela y el gobierno de turno nacionalizo solo la extracción del petróleo y del hierro? Por qué no pudo nacionalizar la comercialización que quedo en manos de los operadoras serviles de las empresas transnacionales del petróleo? ¿Qué significó para el futuro del país la llamada apertura petrolera? ¿Cuales fueron las causas y posteriores consecuencias dela huelga de obreros petroleros del año 1936? ¿Cómo a través de los convenios de asistencia técnica las empresas gringas tenían el control además de seguir indemnizando a las petroleras?
Lamentablemente, existe una ignorancia cotidiana o desconocimiento que la enorme mayoría de los venezolanos adolece sobre los aspectos sociopolíticos y estratégicos de este tema, de por sí tan importante y trascendente para cada una de las personas que vivimos en este país.
Al respecto es significativa la siguiente experiencia que comenta un profesor: “ hace cerca de cuatro años atrás, con ocasión de asistir como profesor invitado a regentar la cátedra de Geopolítica de los Hidrocarburos en el post grado de Crudos Pesados y Extra pesados que la UNEFA dicta en Maracaibo, me vi desagradablemente sorprendido por los muy bajos niveles de conocimiento que la mayoría de los participantes (ingenieros petroleros y químicos, empleados casi todos de PDVSA) mostraban sobre la materia. Aun recuerdo la expresión de rabia e indignación de un joven ingeniero petrolero al estudiar y comprender la estafa que significó para el país el llamado proceso de apertura petrolera, o las leoninas condiciones a las cuales se obligó nuestra estatal petrolera al adquirir Citgo en los EEUU, o como se nos ocultó por décadas las verdaderas dimensiones, magnitud y valor de la Faja Petrolífera del Orinoco. ¿Por qué nadie nos habló de esto en la universidad? Fue el reclamo permanente y generalizado.” (Sangronis, 2011)
Lo anteriormente comentado todavía esta presente en las instituciones educativas, pues el tema del petróleo aun permanece cuando no oculto, aparece de manera solapada y medrosa sin mayor trascendencia formativa en el desarrollo Curricular de las mismas.
Luego del proceso de “nacionalización” los gobiernos de la cuarta republica, eligieron con abierta humillación para el pueblo venezolano el Camino no traumático” que se escogió para nacionalizar a la industria petrolera y que fueron la fuente para mantener a los gobiernos de AD y Copei. De esta manera, teniendo como justificación la necesidad de mantener la “normalidad” durante la transición, se logró que las compañías extranjeras se avinieran pacíficamente a la nacionalización a cambio de un conjunto de concesiones que en la práctica significaron el mantenimiento esencial y perfeccionado de relaciones dependientes con el capital petrolero transnacional” (Mendoza Potella,2010).
Ya no estamos ante la imposible siembra del petróleo, pues con la inversión y política social desplegada por la nueva PDVSA se viene pagando la deuda social con los sectores mas necesitados, pero si se debe sembrar el petróleo en las aulas de las escuelas, en un fructífera preparación en el campo de la docencia de todos los niveles que a su vez redunde en beneficio de la formación del nuevo republicano, haciendo manar a la escuela venezolana.
Sobre el origen de la expresión de “sembrar el petróleo”, la misma pertenece al economista Alberto Adriani, citada en un artículo de su autoría denominado “El petróleo, los cambios y nosotros”, esto según referencia del experto petrolero economista Carlos Mendoza Pótela.
Si el tema petrolero no forma parte de la formación de nuestros estudiantes y docentes, poco o escasamente se habla sobre la literatura vinculada al petróleo.
En una oportunidad, el escritor Orlando Araujo, autor del libro “Venezuela violenta” se hacia la pregunta ¿Dónde esta la literatura del petróleo?, para a su vez responderse que en una literatura donde el petróleo es consecuencia y no tema: en la alienación, el nuevorriquismo, el consumismo; en la agonía de una cultura modificada, que experimenta el artificio de unos valores recientes.
La literatura sobre el petróleo es de vieja data y debe de ser retomada por los maestros y profesores, con la finalidad de sensibilizar a nuestra población sobre un tema que es imprescindible desmitificar y abordar en su contexto y realidad. En el país del petróleo se habla con vaguedad del petróleo, la literatura permite hacerlo con mayor seguridad y soltura.
En el campo de la literatura, en su haber existen novelas, ensayos, poesía, cuentista y testimonios acerca del petróleo; en ese sentido hay seis novelas fundamentales que se deben rescatar y darla a conocer en el ambiente pedagógico: Mancha de aceite (1935) de César Uribe Piedrahita; Mene (1936) y Casandra (1957) de Ramón Díaz Sánchez; Guachimanes (1954) de Gabriel Bracho Montiel; Oficina Nº 1 (1961), de Miguel Otero Silva; Viento de Huracán (1987) de José León Tapia.
Al parecer, la primer novela sobre el tema petróleo lleva por titulo “LILIA”(1909), cuyo autor es Ramón Ayala; le sigue “ELVIA” (1912) de la autoría de Daniel Rojas, donde se denuncia las depredaciones yanquees en materia petrolera, con detalles sobre los procedimientos dolorosos empleados por los invasores económicos para hacerse de la tierra rica en yacimientos.
También forman parte de la literatura en cuestión, los cuentos “Cardonal” y “Brujerías” de Ramón Díaz Sánchez.
En fin, es la literatura del burbujear negro que no más que según León Tapia “la historia del despojo. Despojo de tierras, de paisajes y culturas. Trajeron otra manera de vestir, música diferente, un tratamiento distinto a las gentes y una manera diferente de mirar a las mujeres. Andaban locos de poder (…) los yanquis se convirtieron aquí en gerentes o simples jefes de pozos. Y los más grandes bebedores de cerveza y putañeros a quienes se les reservaban las mejores recién llegadas, todavía para mirar las cosas con amor de conquistadores. Y trajeron hasta su discriminación y blancura, ya liquidada por la Guerra Federal”.
Es hora de que la escuela rescate la literatura fundacional del petróleo que es desconocida, estando sus libros fuera de circulación.
Referencias:
Cazal, R. “El petróleo también impregno la literatura”, en Correo del Orinoco, domingo 2 de septiembre de 2012
Mendoza P, C. (2010).Nacionalismo petrolero venezolano en cuatro décadas. Ediciones Astra Data, S.A.
Sangronis, P.J. (2011). La neocolonial educación petrolera.
hriverat1@hotmail.com
Artículo enviado por su autor a la redación de OVE
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