Orador sin par que consiguió en el último minuto hacer ganar el No en el referéndum por la independencia de Escocia, bestia política que reformó al partido Laborista para convertirlo en un New Labour que le confiscó Tony Blair, Brown se reconcilió con los británicos por su moral. Esa presbiteriana austeridad con la que se niega a volverse millonario dando conferencias como ex primer ministro y dedicar su vida a los chicos. Un acto de amor de un papá tardío a su bebé Jennifer, que murió casi al nacer, y a sus dos pequeños hijos que adora. El y Sara, su esposa, dedican su tiempo y su militancia a la educación y están decididos a conseguir que las instituciones internacionales cambien y consigan los 3 trillones de dólares que se necesitan para lograrlo.
En el concierto del Global Citizen, su poderosa oratoria conmovió a los 200.000 jóvenes que lo escuchaban. Junto a Shakira, Chris Martin, el primer ministro canadiense Justin Trudeau y la primera ministra noruega han iniciado esta campaña, que repetirán en el G20 en Buenos Aires. Este fue su diálogo con Clarín en un hotel de Hamburgo.
Cuánta pasión en su discurso de ayer. Supongo que ha convencido a todo el mundo.
Fue un gran evento, porque Shakira mostró que creía en la educación. Dijo a la audiencia, que estaba allí por ella, que quería ver cambios. Yo sentí que ella dio un discurso tan bueno, que yo tuve la posibilidad de continuar, y llamar a las personas a la acción. Invitarlas a apoyar su mecanismo de financiamiento para la educación, que será discutido cuando Argentina presida el G-20. Entonces confiamos en que Argentina. Fue muy bueno que el presidente estuviera allí anoche. Me encontré con el canciller también. Sé que Argentina tiene como objetivo la educación global, la educación universal para todos. Y tengo gran interés de trabajar con el gobierno argentino durante los próximos meses.
¿De donde viene su pasión por la educación? ¿Cuándo usted era rector de la universidad, siendo tan joven, en Edimburgo?
(Sonríe).Creo que vino de ver niños en mi escuela, cuando era joven, que tenían gran potencial y maravilloso talento, pero nunca lo pudieron desarrollar, porque no tuvieron la oportunidad de ir más allá de la escuela, a la universidad. Yo sentía que a muchos, muchos millones de jóvenes en todo el mundo ,se les niega la oportunidad para hacer algo con sus talentos. Si podemos hacer algo para asegurarnos de que todo joven tenga una verdadera oportunidad, una verdadera posibilidad para desarrollar su potencial, entonces esa es la diferencia que yo querría ver realizada.
En los años setenta, en los ochenta, otra era la ideología. Pero usted dice ahora que para esta generación el derecho a la educación es la nueva lucha civil. ¿Por qué?
Porque hay millones de niñas que son obligadas a casarse, o a realizar trabajo infantil, o viven en una esclavitud doméstica. O sencillamente son discriminadas porque son niñas y se les niega la posibilidad de recibir una educación. Y esa es la razón por la que la educación es una lucha de los derechos civiles. Porque a menos que estas niñas- y también ocurre con los niños- tengan el derecho a la educación, entonces se les está negando un derecho civil fundamental, un derecho humano fundamental. Y eso una lucha por la libertad. Usted sabe. En los años sesenta, peleábamos por los derechos civiles de los negros, peleábamos en contra del apartheid, peleábamos por derechos civiles de los gays, por la liberación de la mujer, peleábamos por derechos para las personas con discapacidad.
A veces pienso que descuidamos este asunto fundamental de los derechos de los niños. Que tiene que ver con cómo los niños tienen el derecho a ser representados y obtener la educación que necesitan. Y cuando uno ve que hay 260 millones de niños que hoy no van a la escuela y que hay 400 millones que interrumpirán su educación en cierto momento y que nunca volverán a terminarla. Que hay 800 millones de niños en total, la mitad de los niños del mundo, que dejará la escuela sin las calificaciones que necesitan para el trabajo, algunos de ellos alejados de la escuela a causa de la pobreza,uno sabe que estamos hablando sobre las necesidades de la mitad de los niños del mundo, que no están debidamente atendidas actualmente.
Y por eso esto es una lucha por la libertad. Y por eso es una lucha por la liberación. Y por eso las celebridades como Shakira, el hecho de que se unan a esta lucha, hace que las personas en todo el mundo entienda que esta es una causa por los derechos civiles.
Entonces, ser progresista hoy en día es pelear por la educación.
Hay que pelear por la educación y hay que evitar una situación en la que las personas den por sentado que los niños obtendrán una educación. O que den por sentado que se trata de algo que será realizado en un país, cuando de hecho no ha sido hecho.
Y cuando pienso que hay 10 millones de niñas que se han casado siendo infantes, y que hay decenas de millones de niños que dejan la escuela a causa del trabajo infantil, y sé que miles de niñas han desaparecido en el tráfico entre Siria y Europa y sus nombres nunca serán conocidos, sabemos que tenemos un enorme problema en nuestras manos. Empieza con la discriminación y el prejuicio, y la desigualdad que enfrentan los niños. Pero debería ser un derecho universal, que deberíamos garantizar, como comunidad global, que cada niño reciba no sólo una educación primaria, sino también una educación secundaria apropiada. Que tenga la capacidad de recibir un empleo que deseen, puedan valerse por sí mismos , puedan mantener a sus familias más adelante en la vida.
¿Cómo va a convencer a las sociedades tribales, en Somalía, en Afganistán, para que eduquen a las niñas?
Yo he estado en Afganistán. Usted sabe que antes prácticamente no había niñas en la escuela. Ahora hay millones. Los números de personas que reciben educación han crecido en los últimos diez o quince años de 2 millones a 6 millones. Entonces se pueden hacer avances. Y se puede ayudar a que la gente entienda que la educación, en toda sociedad, en toda civilización, en toda comunidad religiosa, es la clave para progresar, para tener éxito. Y sí, estamos peleando contra el Talibán, que quería matar a Malala porque ella quería estudiar, y defendía el derecho de las niñas a recibir educación. Pero creo que ,gradualmente, estamos ganando. Incluso a los extremistas religiosos más sectarios, convenciéndolos de que la educación es vital para la supervivencia y prosperidad de un niño.
Usted dice que, si esto no ocurre, que es una bomba de tiempo, que la incapacidad de actuar que muestra la comunidad internacional tendrá profundas consecuencias para el mundo entero.
Lo digo porque voy al Medio Oriente. He estado en Siria, en Líbano, Jordania, Turquía, en Irak, en Egipto, en Sudan del Sur, en todos estos países. Es parte de mi rol como enviado para la educación global de la Unión Europea. Y veo a gente joven en la calle. Veo que no tienen educación, no tienen perspectivas de trabajo. Esto es una bomba de tiempo. Porque si decenas de millones de jóvenes no tienen posibilidades, entonces esas personas dirán que no hay posibilidad de coexistencia entre las religiones del mundo, entre Occidente y el resto. Los extremistas ganarán terreno, si no podemos mostrar los beneficios de trabajar juntos, mostrar los beneficios de la educación.
¿Pero no estamos teniendo esto ya como una expresión del yihadismo, ? ¿Hay una asociación entre la falta de educación y el terrorismo ahora?
Sí, pero no lo haga parecer como si fuera un vínculo directo. Porque hay millones de jóvenes sin educación que jamás considerarían hablar o estar involucrados con extremistas. Lo que sí entendemos es que una pequeña minoría de extremistas puede persuadir a una pequeña minoría de jóvenes de que no hay posibilidad de coexistencia. Y ahí está el peligro. Tenemos que honrar la promesa que hicimos. Usted sabe, si un grupo extremista puede decir: “Miren, Occidente ha prometido educación universal, dijeron que lo harían para el 2015. Ahora dicen que lo cumplirán en el 2030. Pero no están cumpliendo sus promesas”. Es un verdadero peligro para nosotros. Tenemos que cumplir nuestras promesas.
Si hay una falta de educación, también podría haber fanatismo en el mundo.
Creo que siempre hay un peligro de que una pequeña cantidad de personas extremistas , que tratarán de explotar la insatisfacción que los jóvenes tienen como resultado de nuestro fracaso de asegurarles oportunidades. Tenemos que mostrar que, cuando hacemos una promesa de asegurar la educación, lo haremos.
¿Cómo convencerá a los líderes de que eso es necesario? ¿Usted cree que es necesario también un cambio en las instituciones? Las instituciones financieras, como el FMI.
Yo presidí la primera reunión de líderes del G-20 en Londres, en el 2009. Y ahora, después de 8 años, el G-20 está abordando problemas que han surgido ,en donde hay desacuerdos que deben ser mitigados. Desacuerdos a propósito del cambio climático, a propósito de Ucrania, de Siria, desacuerdos a propósito de Corea del Norte. Por donde se mire, hay un problema para el G-20 que debe ser atendido. Pero una de las cosas positivas de este G-20, es que se está discutiendo en su comunidad la propuesta de un mecanismo de financiamiento para la educación global.
Que la propuesta que hicimos de crear este nuevo servicio puede juntar dinero de los países más ricos, y ofrecer mucha mayor financiación a los países pobres. Eso está en la agenda. Entonces, cuando uno mira le G-20, sí, hay desacuerdos y tal vez no está ocurriendo el progreso que nos gustaría ver. Pero también hay que entender que hay un aspecto positivo, referido a la educación global, y la necesidad de avanzar más, y más rápido. Como lo haremos durante la presidencia argentina, para hacer que cada niño vaya a la escuela. Entonces, los líderes del mundo están teniendo esto en cuenta. Esperamos que durante la presidencia argentina se haga más. Creemos, por lo que he escuchado del presidente y del canciller, de que hay una determinación para que la educación sea parte del trabajo del G-20 el año próximo.
En la agenda dicen que pondrán la lucha contra la pobreza, asociado con la educación. Pero para eso se necesita un cambio estructural. Incluso en los países pobres.
Sí, y se debe complementar lo que se hace en educación, con el trabajo que se hace en materia de pobreza, de salud, y en medio ambiente. La calidad de vida que la gente experimenta. Pero la educación destraba muchos de los otros objetivos de desarrollo. Si una niña está en la escuela, y aprendiendo, sabemos que la mortalidad infantil cae. Sabemos que las muertes por embarazo caen.
Sabemos que las familias están mejor atendidas, porque ella o él obtendrá más dinero de su trabajo, como resultado de sus calificaciones. Sabemos que cuando las niñas reciben educación, cuando no se las fuerza a un matrimonio prematuro, entonces la gente, como conjunto, está mejor.
Fuente entrevista: https://www.clarin.com/mundo/educacion-lucha-libertad-lucha-liberacion_0_B10qXqpN-.html