HRW denuncia que ayuda escolar prometida a refugiados sirios no ha llegado

Asia/Siria/15 Septiembre 2017/Fuente: aguasdigital/Autor: EFE

Los millones de dólares prometidos el año pasado para la educación de los niños sirios refugiados no han llegado, lo hicieron tarde o no pudieron ser localizados debido a la falta de transparencia, denunció hoy en un comunicado Human Rights Watch (HRW). «Se necesita información más detallada y completa sobre la ayuda a la educación para evaluar si los donantes han cumplido sus promesas y han prestado asistencia de manera adecuada», indicó la organización que lucha por los derechos humanos.

En un informe de 55 páginas titulado «Rastreando el dinero: la falta de transparencia de los donantes para financiar la educación de los refugiados sirios», HRW adujo que «de la financiación para la educación que se envió, mucha no llegó hasta después del comienzo del año escolar», es decir, «demasiado tarde».

«Los donantes y países de acogida han prometido que los niños sirios no se convertirán en una generación perdida, pero esto es exactamente lo que está sucediendo», afirmó Simon Rau, miembro de la fundación Mercator en HRW. Rau instó a que haya «más transparencia en la financiación» para comprobar si se está respondiendo realmente a las necesidades, pues algunos fondos internacionales no han aportado ni siquiera detalles sobre dichas transferencias que, según HRW, no han llegado.

La Unión Europea fue el mayor donante para la educación en Jordania, el Líbano y Turquía en 2016, ya que ofreció más de 776 millones de dólares (739 millones de euros). Este dinero fue entregado por medio de tres vías, pero una de ellas, concretamente el fondo fiduciario regional en respuesta a la crisis siria, no ha aportado detalles sobre su financiación. Al igual que Estados Unidos, que aseguró a HRW que aportó 1.400 millones de dólares en ayuda humanitaria para Siria y la región en el año fiscal de 2016, pero «no queda claro cuánto dinero fue destinado para la educación de los niños refugiados». HRW señaló además que más de 530.000 niños sirios en edad escolar en el Líbano, Turquía y Jordania -los tres países que más refugiados acogen- no asistieron a los centros educativos a final del pasado curso académico.

Recordó que los seis principales donantes -Unión Europea, EEUU, Alemania, Reino Unido, Japón y Noruega- prometieron 1.400 millones de dólares para una «educación de calidad» para los niños que se encuentran en Siria y en los Estados donde están refugiados. «A pesar de la preocupación mundial sobre los niños refugiados sirios, todavía es imposible encontrar respuestas a preguntas básicas sobre si se responde a sus necesidades educativas (…) Los niños sirios no pueden esperar más para regresar al colegio», concluyó Rau.

Fuente de la noticia: http://aguasdigital.com/actualidad/leer.php?idnota=13363902&t=e

Fuente de la imagen: http://aguasdigital.com/fotos/efe/13363918w.jp

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Refugiados sirios se enfrentan a duras probabilidades para acceder a la educación superior

Siria/23 marzo 2017/Fuente: Acnur.org

Desde que estaba en la secundaria en Siria, Jankidar sabía que quería estudiar ciencias políticas. Pero poco después de matricularse en la Universidad de Alepo, él tuvo que abandonar sus estudios para mantener a su familia.

Después irrumpió la guerra en Siria en 2011, y él se vio obligado a huir de su ciudad natal de Kobane hacia Líbano, donde intentó matricularse una vez más en la universidad. Esta vez, tuvo que balancear cuatro trabajos para pagar sus clases y poder mantenerse.

“Trabajaba en mantenimiento de elevadores, como conserje, como pintor y como extra en películas y shows de televisión de Líbano y Siria”, recordó.

La lucha del joven de 31 años para obtener un grado universitario resulta muy común para los refugiados sirios en Líbano, donde solo uno de cada ocho de ellos logra tener acceso a la educación superior.

Después, en 2015, él supo del programa de becas para educación superior del ACNUR, llamado DAFI. Él aplicó, y poco después, venció las probabilidades al ganar una beca completa para estudiar un Master en Ciencias Políticas y Administrativas en la Universidad Libanesa.

Solo uno de cada ocho de ellos logra tener acceso a la educación superior.

Desde su nacimiento en 1992, el programa DAFI ha crecido considerablemente, permitiéndoles a más de 2.240 estudiantes refugiados estudiar en universidades y colegios universitarios en 41 países de asilo en 2014. En Líbano, 315 estudiantes se benefician actualmente de este programa.

Pero para la mayoría de los refugiados jóvenes los obstáculos que se presentan en el acceso a la educación superior continúan siendo enormes. Mariam, una estudiante siria de 23 años, huyó de Damasco hace cuatro años, ella ya tenía un bachillerato en ciencias y planeaba continuar sus estudios tan pronto regresara a Siria.

“Yo estaba convencida de que no estaríamos en Líbano por dos semanas, los más un mes”, dijo Mariam. “Pero pronto se le prohibió volver a quienes habían huido del vecindario, toda el área estaba sitiada”.

Mariam pasó los siguientes dos años en Líbano dando clases privadas a niños de escuela. “Mi padre tiene una discapacidad y mi madre no podía encontrar un trabajo. Yo estaba preocupada por mi familia y no podía continuar estudiando y trabajar al mismo tiempo”.

A nivel mundial hay más de 65 millones de personas desplazadas por las guerras y la persecución, incluyendo a más de 21 millones de refugiados, siendo más de la mitad de estos son niños. De acuerdo con un informe del ACNUR, solo 50 por ciento tienen acceso a la educación primaria, 22 por ciento a la secundaria y únicamente un uno por ciento tiene acceso a la educación superior.

En Líbano, más de un tercio de los beneficiarios de DAFI han dicho que no tienen tiempo para estudiar debido a la presión que reciben en sus hogares para trabajar y apoyar a sus familias, de acuerdo con una evaluación hecha en 2016.

Mariam nunca se dio por vencida con su sueño de una educación superior. Un año después de estar en Líbano, ella se dio cuenta de que para poder aplicar a las universidades, necesitaba recuperar su certificado de bachillerato de Damasco, algo que no había considerado cuando ella y su familia huyeron de Siria.

“Hice todo lo posible para que algún familiar obtuviera mi certificado, pero no fue posible. Estaba atrapado en la Universidad de Damasco, donde yo estaba matriculada inicialmente y necesitaba una decisión gubernamental para que lo liberaran”.

Agatha Abi Aad, Oficial Asistente de Educación del ACNUR, explicó que la falta de documentos administrativos, incluyendo los certificados de educación anteriores, es uno de los muchos obstáculos que enfrentan los jóvenes sirios que desean inscribirse en la universidad.

“Las universidades ahora emiten un documento al registrarse, antes de la matricula oficial, eso ayuda a que los estudiantes puedan recibir la residencia temporal, lo es un requisito para la matrícula universitaria. Pero la mayoría de los refugiados en Líbano son incapaces de pagar la matrícula anual de $200 dólares”, dijo Abi Aad.

“Estoy ayudando a los niños sirios porque temo que no tengan otra oportunidad de obtener una educación”.

El Gobierno del Líbano anunció el mes pasado que los refugiados sirios registrados con el ACNUR pueden ahora renovar sus permisos de residencia de manera gratuita, un cambio queacogen los refugiados y el ACNUR, que desde hace tiempo aboga por la exoneración en las tasas de renovación.

Cuando Mariam se enteró de DAFI en 2015, inmediatamente aplicó y fue seleccionada. Contrató a un abogado con la ayuda de un pariente lejano que aún vivía en Siria y logró obtener una copia de su certificado de bachillerato. Siguió meticulosamente los pasos necesarios para inscribirse en la Universidad Libanesa. Validó su certificado en el Ministerio de Relaciones Exteriores y se dirigió al Ministerio de Educación para obtener la equivalencia.

“No tener residencia válida significa no recibir la equivalencia”, le dijo la secretaria. En ese momento, Mariam sintió como si hubiera golpeado una pared de ladrillo. “Tuve que pagar $ 600 dólares en multas por haber sobrepasado mi residencia”, dijo. Mariam espera que el cambio de política más reciente le permita seguir su sueño y continuar su educación.

Ahora trabaja como maestra de niños sirios con la Fundación Save the Children. “Estoy ayudando a los niños sirios ahora porque temo que no tengan otra oportunidad de obtener una educación”, explica.

Por ahora, sin embargo, el sueño de Mariam de continuar su educación permanece en suspenso.

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/refugiados-sirios-se-enfrentan-a-duras-probabilidades-en-busca-de-educacion-superior/

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Entrevista a Sara Camps: «Un día, uno de ellos me dijo Yo pensaba que era como tú»

19 Febrero 2017/Fuente: elperiodico/Autor: MAURICIO BERNAL

Sara Camps ha viajado a los campos de refugiados de Grecia a ver cómo se gestiona la educación de los niños

¿Qué educación reciben los niños en los campos de refugiados de Grecia? ¿Reciben educación? ¿Asisten a clase? ¿Van a la escuela? Hay miles de menores allí. La profesora de secundaria e integrante del equipo de gobierno de la Escola Pia de Catalunya Sara Camps acaba de volver de visitar esos campos con la vista puesta en eso, la educación. Estuvo 10 días en Lesbos y 10 días en la zona de Tesalónica. Y con esto volvió. Así se vela por la enseñanza en la interinidad desasosegante de los campos de refugiados griegos.

-Cuénteme, ¿cuál era el objetivo del viaje?

-Bueno, la Escola Pia está explorando la posibilidad de colaboración o voluntariado de sus maestros allí, y la idea era conocer la situación real que se vive hoy en los campos.

-¿Qué tan difícil es acceder a ellos?

-Bueno, entrar en los campos de refugiados no es fácil. El control de lo que pasa con los refugiados cuando llegan está totalmente militarizado, y el ingreso a los campos está prohibido o muy restringido. Entran las oenegés que tienen permiso para entrar, que son básicamente las grandes, y poco más.

-¿Entonces?

-Bueno, por fortuna habíamos hecho contactos previos. Eso me facilitó el trabajo. De todas maneras, aunque el objetivo principal era establecer contacto con las oenegés que se ocupan de los asuntos educativos, también quería hablar con ellos, los refugiados.

-¿Y? ¿Fue difícil?

-No, esa parte no. Los refugiados no están presos, pueden entrar y salir del campo cuando quieran. Hay como chiringuitos en el exterior donde el que puede va a tomarse un té, y ahí puedes sentarte con ellos y hablar. Fuera de los campos también hay centros comunitarios que llevan las pequeñas oenegés, y ahí también puedes conversar.

-¿Qué le contaron? ¿Con qué se quedó?

-Bueno, me quedé con que estas personas llegan a los campos después de haber viajado mucho tiempo, a veces dos, tres años, y de haber pasado por cosas terribles. Y con que al llegar a Grecia piensan que a los tres días van a reunirse con su primo de Hamburgo.

-Y no.

-Y cuando les dicen que no es así, que quizá tengan que estar un año y medio en el campo, o más… Rabia, depresión, tristeza. Esperar. Esperar en medio de la desesperanza.

-Hablemos del tema educativo. ¿Qué encontró? ¿Cómo se educan los niños?

-Bueno, me encontré con que la ley griega, evidentemente, obliga a que todos los menores de 16 años estén escolarizados, y que la llegada masiva de refugiados los ha desbordado. Entonces, hacen lo que pueden.

-¿Es decir?

-Hay varias situaciones. Hay chicos que salen del campo para ir a la escuela griega, una escuela normal, común y corriente. Pero dado que hay padres que se quejan, a veces los niños refugiados van a la escuela, pero sus clases comienzan cuando acaba el horario escolar griego. El horario oficial.

-Bueno… al menos hay un esfuerzo, ¿no?

-Al menos. Y está la tercera situación, que es cuando no hay plazas ni nadie que se ocupe de estos chicos a nivel, digamos, oficial. Entonces es cuando intervienen las pequeñas oenegés y los voluntarios, que montan pequeñas escuelas para cubrir ese vacío.

-¿Qué conclusiones se trajo? ¿Hay espacio para colaborar?

-Por supuesto que lo hay. Sobre todo con las oenegés pequeñas, en esos proyectos muy concretos. Ese es el camino.

-¿Y a nivel personal?

-Bueno, yo creo que nadie está preparado para ver eso. Primero fue la incredulidad. Luego fue la rabia, y luego la impotencia. Un día, uno de ellos me dijo: «Yo pensaba que era igual que tú, pero no lo soy». ¿Qué dices a eso? Te da vergüenza.

Fuente de la entrevista:http://www.elperiodico.com/es/noticias/entre-todos/gente-corriente-entrevista-sara-camps-dia-uno-ellos-dijo-pensaba-que-era-como-5842325

Fuente de la imagen:http://estaticos.elperiodico.com/resources/jpg/3/4/dia-uno-ellos-dijo-pensaba-que-era-como-tu_media_1-1487268863043.jpg

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Yuval Rabin: «Salvar vidas en Siria es un deber ético para Israel»

8 de noviembre de 2016/Fuente:  el mundo

4 de noviembre de 1995. Israel se queda huérfana. Yuval también pero por partida doble. Su padre, el primer ministro, Isaac Rabin, es asesinado por el extremista Yigal Amir en la Plaza Reyes de Israel de Tel Aviv. Al término de una manifestación por la paz, tres balas acaban con su desprotegido cuerpo y cambian el curso de la historia.

Veintiún años después, el hijo de Rabin acude al mismo lugar llamado desde entonces Plaza Rabin para hablar de los efectos del magnicidio y sobre todo de la sangrienta tragedia en Siria. «Al otro lado de la frontera, los sirios nos pintan normalmente de una forma totalmente diferente a cómo nos vieron los que fueron tratados en nuestros hospitales», explica el israelí sobre los niños sirios y sus familias traídos gracias a la ONG Amaliah que preside. No son heridos de guerra sino civiles que necesitan tratamiento rutinario.

Reconocida voz para analizar la situación de Israel y empresario de altas tecnologías, Rabin exhorta al mundo a que ponga fin a la pesadilla en Siria y pide aprovechar «la oportunidad sin precedentes» para la paz entre israelíes y palestinos.

¿En qué consiste su ONG?
Fue creada por Moti Kahana, ofrece ayuda humanitaria a los sirios y promueve la creación de una ‘Safe Zone’ (Zona Segura) en Siria. El interés de los sirios, de los países vecinos y el resto del mundo es que los civiles se sientan seguros y reciban educación y asistencia sanitaria en su propio país sin tener que huir a donde no les quieren tanto recibir.
¿Qué sintió cuando vio el primer grupo de niños sirios en Israel?
Un gran orgullo porque pese a la larga historia de guerra entre ambos países aquí hay gente con suficiente compasión como para promover esta iniciativa humanitaria. Fue gratificante ver cómo los temores iniciales con que llegaban las mujeres sirias a Israel se desvanecían en pocos minutos incluso en encuentros con soldados y policías. Recibieron un tratamiento médico que muchos no vieron en sus vidas.
¿Cómo vienen?
Mejor no detallar. Simplemente vienen.
¿Qué opina de la posición del Gobierno israelí ante lo que sucede en Siria?
Su neutralidad es acertada ya que tenemos mala experiencia en intervenir en conflictos internos de países vecinos. Al mismo tiempo, aplaudo la ayuda humanitaria israelí.
¿Está de acuerdo con el gran rabino sefardí de Israel Isaac Yosef que exigió frenar lo que llama como «pequeño Holocausto»?
Sí. Sus palabras tienen enorme valor y espero que despierten la conciencia dentro y fuera Israel. Es un conflicto que sucede a pocos kilómetros. Está cerca de nuestros ojos y debe estar cerca de nuestros corazones.
En Europa queda más lejos aunque les afecta mucho…
No se trata sólo del deber ético de salvar vidas y permitir a los sirios reconstruir sus vidas. La continuación de su deteriorada situación pone en peligro la seguridad mundial. No es ya sólo un conflicto interno sino que provoca el aumento de tensión entre Rusia y EEUU, la llegada de refugiados a una Europa, etc.
¿El nombre de Rabin abre puertas para promover esta iniciativa?
Puede ser. Estoy aquí porque creo que debemos actuar en el campo humanitario y pedir al mundo que encuentre una solución. Si mi apellido puede contribuir, mejor.
Veintiún años después, ¿la sociedad israelí es menos o más tolerante? ¿Es usted optimista?
Sí y no. En una zona tan caótica, Israel se encuentra ante una oportunidad sin precedentes. Como dice Netanyahu, grandes sectores del mundo árabe entienden que no somos el problema sino socios potenciales para afrontar amenazas comunes y problemas civiles diarios como economía, desempleo y educación.
Pero…
Temo mucho la parálisis interna, la incapacidad de la constelación política y la ausencia de un liderazgo con valentía. Quizá haya que renunciar a esperanzas y hacer concesiones para llegar a acuerdos. No por razones altruistas sino porque es lo que necesitamos a largo plazo para asegurar nuestra existencia.
¿Muchos se preguntan si entrará en política?
No lo excluyo ni dejo de excluirlo.

Fuente: http://www.elmundo.es/internacional/2016/11/04/581b6412268e3e7c1d8b46b1.html

Imagen: e02-elmundo.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2016/11/03/14781901437472.jpg

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