Emplear párrafos cortos, frases breves y usar las palabras con precisión.
Un número considerable de estudiantes que cursa estudios a nivel superior confronta dificultades para elaborar los trabajos académicos cotidianos que se les asignan y más todavía cuando es para concluir una licenciatura o maestría. Cabe destacar que en el país son pocas las instituciones que disponen de una guía de normas propias para la orientación del formato y del estilo para estos trabajos, por tanto, los estudiantes apelan a distintas publicaciones para realizarlos. Desde este espacio se pretende contribuir a la elaboración de distintos tipos de textos académicos.
Los trabajos académicos son una práctica fundamental en la vida académica. De ahí que el estudio de los distintos tipos de textos bajo esta denominación es de suma importancia para que los estudiantes adquieran los conocimientos necesarios para abordarlos con mayor posibilidad de éxitos, debido a que los mismos tienen una marcada característica formal y demandan prestar mucha atención al lenguaje y al estilo que emplean, a la forma de estructurarlos, a las normas para las citas bibliográficas, entre otras.
Estos trabajos presentan el resultado de una investigación, por consiguiente, deben demostrar que el estudiante posee la capacidad de investigación y reflexión al abordar un tema, estructurarlo, presentarlo y demostrar interés por la materia de estudio. Además, es un ejercicio previo al trabajo científico real y potencialmente publicable. En ese sentido, su función, como en toda publicación científica, es informar sobre una determinada materia.
Cuando el tema es sugerido por el profesor, se aconseja concretar con él el alcance del mismo. Si lo elige el estudiante es importante que escoja uno que le resulte atractivo, ya que su realización supone esfuerzo y tiempo. Se considera que elegir un tema de interés hará que la investigación y el proceso de escritura sean más satisfactorios. En cualquier caso, conviene compartir con el profesor las ideas y dudas para asegurar que se avanza por el camino adecuado.
Los tipos y las formas de estos trabajos son variados, ya que cada disciplina emplea métodos particulares. Para redactarlos hay que tener mucho cuidado con el estilo, porque deben estar escritos correctamente, los párrafos inteligibles y prestar atención a la ortografía, redacción y puntuación. Asimismo, el estudiante debe tener presente que es un texto elaborado en torno a un tema que deberá redactarse aplicando unas normas relativamente establecidas. El tema a tratar depende de la disciplina, de ahí que habrá textos académicos educativos, sociales, científicos, etc. Además, también debe tener presente que el destinatario “es siempre un lector culto, supuestamente ignorante del tema que va a desarrollar”.
Según Romero Medina (2010), todo trabajo escrito, sea una publicación científica o un trabajo académico para concluir estudios superiores o proyectos de investigación implican esta secuencia de fases: 1) Decisión: Elección del tema. 2) Documentación: Acopio de bibliografía y documentación sobre el tema. 3) Estudio del tema: Lectura rápida del material obtenido; delimitación del tema; elaboración del esquema de trabajo; lectura minuciosa de la bibliografía y elaboración de fichas de contenido. 4) Comunicación de resultados: Redacción del borrador, redacción final y publicación o entrega.
En cuanto a las partes de un trabajo, este autor establece las siguientes: 1) Introducción: Debe incluir un planteamiento claro y ordenado del tema de investigación, su importancia e implicaciones, así como la manera conveniente de abordar el estudio de los diferentes elementos que lo integran. 2) Desarrollo:Es la fundamentación lógica, minuciosa y gradual de la investigación. Consiste en hilar las ideas o datos tomados de otros autores, y combinarlos con el análisis y la reflexión. 3) Conclusión: Es la última impresión del trabajo. Se debe iniciar generalizando los logros del trabajo a manera de introducción, para luego sacar en claro ordenadamente las ideas más relevantes. Al final conviene llegar a conclusiones generales. Es pertinente complementar las conclusiones con un planteo general de las perspectivas del problema estudiado.
En lo que respecta a la redacción de estos trabajos, primero es importante saber que en comunicación escrita, el estilo es la forma de presentar el tema, el modo de escribir, de redactar el texto. De ahí que el estilo de redacción es personal, nunca similar al de otra persona. El tema debe ser un todo armónico con una lógica comprensible, orden, pulcritud y sentido. Para lograrlo se pueden seguir las pautas que se recomiendan, como las siguientes:
1)Pensar bien el tema propuesto, documentándose sobre el mismo para adueñarse del contenido. 2)Trazar un plan o guión.Evita contrasentidos, repetición de ideas, falta de lógica, incoherencias, etc. 3)Escribir con sencillez, naturalidad y claridad. Evitar la ampulosidad. Aunque se escriba sobre un tema complejo, referirse a él de modo sencillo, teniendo en cuenta que la finalidad es comunicar un pensamiento, no hacer gala de erudición. La claridad es fundamental en un texto escrito, pues toda frase mal construida es incomprensible. La claridad reside en la gramática. Por eso, tener en cuenta las concordancias, la correlación de tiempo, el empleo adecuado de las proposiciones, etc. Emplear párrafos cortos, frases breves y usar las palabras con precisión. 4) Usar correctamente los signos de puntuación. Deben estar bien colocados en cada oración. En caso contrario, modifican el sentido y dificultan la comprensión. Procurar un progresivo conocimiento del idioma y un mayor dominio del vocabulario. 5)Realizar un borrador. Hacer un escrito perfecto en el primer intento no es para estudiantes, porque siempre existen dificultades. Se recomienda hacer un borrador y someterlo a un proceso de pulimiento, de revisión cuidadosa de la forma y el contenido.
Existen cinco estilos de redacción para comunicar por escrito lo que se desea expresar: académica, literaria, periodística, administrativa y técnica. La redacción académica es “propia del ambiente científico y universitario”. Los temas que pueden tratarse con este estilo son tan amplios, como la variedad de ciencias que existen. Es decir, pueden escribirse trabajos académicos del ámbito de la sociología, la psicología y que investiguen algún fenómeno o producto tecnológico, etc., indica Cáceres Ramírez (2019).
Otras recomendaciones sobre la redacción apuntan al uso del estilo impersonal, donde el autor adopta la tercera persona; utilizar letras cursivas para resaltar ideas; para usar abreviaturas escribir el nombre completo la primera vez, entre otras.
La siguiente entrega abordará Tipos y estructuras de los trabajos académicos.
América del Sur/Chile/29-10-2021/Autor(a) y Fuente:www.colegiodeprofesores.cl
El Departamento de Educación y Perfeccionamiento del Colegio de Profesoras y Profesores desarrolló este espacio de conversación e intercambio sobre educación, libertad y proyectos educativos disidentes, junto a Evelyn Carrasco, de la Escuela Viva Peumayen; Roberto Pérez, de la Escuela Ruka Kimche; y Carlos González, profesor, científico e investigador. Aquí, la grabación íntegra de la instancia.
Fuente e Imagen: https://www.colegiodeprofesores.cl/2021/10/26/conversatorio-virtual-libertad-de-ensenanza-o-derecho-a-la-educacion/
El hasta ahora director de la Fundación Aspasim, que apenas se acaba de jubilar, considera que el Síndic de Greuges se queda corto cuando pide una reducción del 70% del alumnado de la escuela especial. Y piensa que, para avanzar, hace falta voluntad política y recursos, pero también «poner ganas y creérselo», como hacían a finales de los 90 las escuelas con las que Aspasim comenzó a trabajar las primeras experiencias de inclusión.
Efrén Carbonell es uno de los referentes de la educación inclusiva en Cataluña. Y es, como tantos otros aquí y en el resto del mundo, un psicopedagogo que viene de la escuela especial. Y que predica, desde hace muchos años, que las escuelas especiales se deben cerrar. A los 17 años tenía intención de estudiar Filología, pero a última hora cambió de parecer y se inscribió en Psicología, pensando que tal vez así podría ser más útil a su hermana Merçè, que tenía síndrome de Down. Merçè entonces estaba escolarizada en un centro de educación especial llamado Aspasim, que dirigía Vicenta Verdú, y a su padre le habían hecho presidente de la asociación de familias. Efrén Carbonell acabaría entrando en esa escuela como maestro a principios de los 80, y diez años después, y durante los últimos 30, ha sido su director.
Ahora se jubila, lo que no quiere decir que se retire, advierte, ya que piensa seguir dando guerra. A lo largo de estos años, Carbonell ha impulsado varias jornadas sobre educación inclusiva, ha llevado a Barcelona expertos de la talla de Gordon Porter, ha cofundado y presidido Dincat, ha sido un miembro muy activo de la Plataforma por la Escuela Inclusiva y de la asociación LADD (la Asociación en Defensa de las Personas con Discapacidad). Y ahora pasa a ser “un voluntario más” de la Fundación Aspasim, aparte de haber accedido a formar parte de otros proyectos, como la Federación Catalana de Voluntariado o la Asociación de Maestros Rosa Sensat. También está ultimando un libro, que se titulará Aprender a voces. Hacia cien años de educación diferenciada, que será continuación y complemento del que publicó en 2017: Escuelas inclusivas, escuelas de futuro (Rosa Sensat).
Siempre me ha sorprendido que haya directores de centros de educación especial que defiendan que se deben cerrar.
Nosotros somos una escuela especial que quiere cerrar, pero lo quiere hacer cuando la escuela ordinaria sea capaz de dar la misma calidad educativa a alumnos con discapacidades graves. Piensa que en estos momentos en nuestra escuela, de todo su alumnado, sólo el 15% está en la escuela especial, el resto están en escuelas ordinarias.
¿En qué momento Aspasim hizo este clic?
El cambio de filosofía de la escuela surge de una reflexión que hacemos en 1987. Empezamos a decirnos que la escuela lo tiene todo menos la normalidad, y decidimos empezar a llamar a la puerta de escuelas ordinarias, y así es como empezamos a hacer escuela compartida con algunos centros (Solc, Xiprers, Nabí…) Alumnos que estaban matriculados en la escuela especial y pasaban unas horas en la escuela ordinaria. Había una inspectora muy potente, que era María Teresa Rodríguez, que nos impulsó a transgredir la ley. Y eso nos decía: «Para que la ley cambie, hay que transgredirla».
Pero las jornadas compartidas no son el punto final. ¿O sea que hubo una evolución?
Correcto, nosotros la hacemos entre 1987 y 1998, y entre el 94 y el 98 tuve la suerte de poder participar en un proyecto Comenius de la UE, como representante de la Generalitat. Y allí conocí lo que se llamaba la integración. Y en el año 98 nos enviaron al distrito londinense de Newham a conocer la experiencia de la inclusión. Allí es donde vi que cualquier alumno, absolutamente cualquiera, independientemente de su discapacidad, podía estar en la escuela ordinaria. Cuando ves esto ya no puedes echar marcha atrás. Allí hacía 10 años que habían comenzado un plan de reconversión de todos sus centros de educación especial, que eran ocho o nueve, y el objetivo era cerrarlos todos, de tal manera que el profesional podía optar por irse a casa o bien por recolocarse en los centros ordinarios que había o bien en el centro de referencia que crearon para aquel distrito. Al final no se cerraron todas las escuelas, quedaron dos, que todavía existen, y son las que tenían los alumnos con más problemática de trastorno mental. Pero el resto de alumnos está en escuelas ordinarias. ¿Qué había? Voluntad política.
Perdone que se lo haga repetir. ¿Realmente piensa que absolutamente todos pueden pasar en la escuela ordinaria?
La cuestión no es focalizarnos en el problema del alumno, sino ver qué hace la escuela para adaptarse a cada uno de sus alumnos. El problema nunca es el alumno, sino la transformación que tiene que hacer toda escuela para dar una respuesta educativa de calidad a este alumno. En Newham había alumnos con discapacidades muy graves -que aquí están en centros muy especializados- en escuelas ordinarias, porque allí había enfermeras y otros profesionales necesarios. Un alumno no es un problema, es una oportunidad que tú tienes de transformación.
¿Qué pasa cuando vuelve de conocer esta experiencia?
Pues que vuelvo y le digo a la escuela Xiprers que por qué no ponemos en su escuela los recursos de la escuela especial que tenemos para los cuatro alumnos que teníamos en compartida. Y dicen que vale. ¡Fue un proyecto fantástico! Y así seguimos con las escuelas Costa i Llobera, Vila Olímpica, Bellesguard… hasta que en el año 2012 se ve que a la Generalitat eso que hacíamos no les gustó y nos apartó. Tuvimos que ir a la justicia y el juez terminó dándonos la razón. ¡Funcionaba bien y estaba amparado por la LEC [Ley de Educación de Cataluña]! A partir de ahí estos apoyos los empezamos a hacer con un convenio experimental que aprobó el propio gobierno catalán y más adelante hicimos la concertación, cuando aún no se llamaba CEEPSIR.
Foto: Pol Rius
El síndic de Greuges ha recomendado el cierre de centros de educación especial hasta conseguir la reducción de un 70% de su alumnado. Esto ha alarmado un poco, pero entiendo que para usted todavía sería una medida tímida.
¡Por supuesto! Y también me lo parecían los planteamientos de la ministra Celáa, que por otro lado ha sido una gran ministra y en el País Vasco fue una gran consejera de Educación, y por eso allí la mayor parte de los alumnos con discapacidad están en la escuela ordinaria con los recursos adecuados y poniendo el porcentaje del PIB que toca. Pero las 84 páginas del informe del Síndic dicen muchas más cosas y se tienen que leer atentamente. Tiene que ser un orgullo para la escuela especial poder ayudar a transformar la ordinaria, y la normativa de los CEEPSIR es buenísima, porque te da todo el abanico que quieras para transformar la escuela ordinaria.
Cuénteme qué es un CEEPSIR de forma sintética.
Un CEEPSIR no son manos, no es una legión de monitores de apoyo, un CEEPSIR es conocimiento, que tienes que aprovechar no sólo para este niño, sino por toda la escuela. Y nosotros, con esta resolución podemos intervenir en toda la escuela, para ayudar a transformar. La idea básica de un CEEPSIR es crear una situación educativa que permita que aquel alumno tenga el máximo nivel de autonomía y mínima dependencia posible y, para eso, deberás tener en cuenta a los otros 24 alumnos que hay en el aula.
Un CEEPSIR no son manos, no es una legión de veladores, un CEEPSIR es conocimiento, que tienes que aprovechar no sólo para este niño, sino por toda la escuela
Con el Consorcio de Educación de Barcelona llevamos años trabajando la metodología del CEEPSIR. El Consorcio es el que debe asignar el CEEPSIR, a partir de las propuestas que hacen los EAP. Se cuantifica, se hace una graduación de más a menos necesidad, la comisión del Consorcio se reúne y asigna los seis CEEPSIR que hay en estos momentos en Barcelona.
¿No le parece que esto va muy lento? Toda su vida laboral la ha dedicado prácticamente a esto…
Y estoy muy contento, porque cientos de alumnos se han beneficiado, y no sólo ellos, sino también los miles que han podido estar con ellos y a los que ha impactado. Esta es la esencia de la escuela inclusiva, que no es una finalidad en sí misma, sino una palanca para transformar la realidad social y que todos tengamos un espacio.
De acuerdo, pero le preguntaba si las cosas no avanzan a paso de tortuga.
Lo que veo es que, desde el año 1984, que sería el momento en el que llega la integración en Cataluña, hemos ido oscilando. Y, paradójicamente, ahora que finalmente tienes todo el marco jurídico y legal correcto, ahora falta la voluntad. La voluntad política, la voluntad educativa y, evidentemente también, faltan las ganas de la escuela especial para entrar en este sistema. Esta es una parte del problema que no se debe olvidar. Una causa de esta lentitud es la actitud de la escuela especial, que muy a menudo está desobedeciendo la ley. Es decir, yo, escuela especial, no puedo coger q un alumno de 3, 4 y 5 años. Puedo aceptar alumnos a partir de unas edades y de unas características. Por lo tanto, si el alumno que me llega no tiene estas características, yo le tengo que decir al EAP que este alumno no puede venir a esta escuela porque es ilegal. Este alumno debe estar en la escuela ordinaria y yo, como escuela especial, te ayudaré. Envíame como CEEPSIR e iremos donde esté ese alumno. A los EAP, Josep Maria Jarque les llamaba los «guardagujas del sistema», esta descripción siempre me pareció magnífica.
El decreto catalán 150/2017 dice que en la escuela especial sólo deben estar los alumnos con discapacidad intelectual grave o muy grave.
Los documentos de acompañamiento hacían la previsión de que 2.400 alumnos con discapacidad intelectual leve y moderada tenían que pasar a la escuela ordinaria, y no sólo no lo han hecho, sino que ahora tenemos 1.000 alumnos más.
Algunas escuelas especiales a menudo desobedecen la ley porque cogen alumnos que no tienen que coger. Le tienen que decir al EAP que este alumno no puede venir aquí, que vaya a la ordinaria y yo le ayudaré
¿Ve menos voluntad política ahora que antes, o es que nunca ha habido mucha?
Recuerdo como buenas épocas la de Carme Laura Gil, que hizo el primer plan director, y la de Ernest Maragall. Y eran de colores políticos distintos. Y naturalmente también la época de Carme Ortoll y Mercè Esteve, directora y subdirectora general cuando se está elaborando el decreto de escuela inclusiva.
Cuando trabaja con escuelas ordinarias por primera vez, ¿cuáles serían los primeros consejos que da?
Es que depende de la escuela. Las hay en las que todo viene absolutamente rodado. Un factor importante es el maestro, otro es el equipo directivo, que se lo crean. La cultura de la escuela es un factor importante. Si ves que tienen muy claro que delante tienen alumnos y no diagnósticos, a partir de ahí todo sale adelante. Por eso les contamos que el CEEPSIR no somos manos, somos cabeza, somos un instrumento y nos tienen que utilizar y les ayudaremos a poner miradas diferentes, como intervenir en un problema de conducta, por ejemplo. Nos encontramos a menudo con la típica frase “con este niño no sabemos qué hacer”, y lo primero es entender que los problemas de comportamiento no surgen porque sí, no conozco a nadie que se comporte mal porque sí. Tiene que haber una causalidad y, sobre todo, una funcionalidad, y normalmente también hay un problema de comunicación. Si intentamos entender por qué hace lo que hace, muy a menudo llegaremos a la conclusión de que es porque no nos habíamos anticipado. Si tú trabajas con sistemas de anticipación y, sobre todo, de prevención verás cómo los problemas de comportamiento mejoran.
¿Pero el origen muy a menudo no es algún tipo de trastorno mental?
Algunos sí, y entonces es otra historia, pero la mayoría no. Un problema de comportamiento de un alumno con TEA habitualmente tiene que ver con que no te entienden. Si quieres que te entienda debes intentar ponerte en su nivel, intenta mirar cuál es su código de comunicación, y si tú le vas avanzando las cosas y le vas creando unos calendarios para que vea cómo será cada día, verás cómo la angustia y el estrés de ese alumno bajan, porque sabe lo que tiene que hacer, y se acaban los problemas de conducta. Otro problema es pensar que estás tú solo con 25 en el aula. No lo estás, plantéate trabajar más con tus compañeros. Para mí es muy importante que se redescubra el valor de trabajar juntos.
¿Se ha encontrado alguna vez que una escuela con un alumno como CEEPSIR les haya dicho que este alumno mejor que el curso siguiente pase al CEE?
Directamente no, indirectamente sí. Lo intuyes, por ejemplo, cuando algún profesional de EAP te comenta «escucha, de este alumno tendremos que hablar». ¿Qué debemos hacer? Detectarlo y empezar a darle la vuelta para que esto no ocurra. Este alumno no tiene ningún problema, al contrario, es un valor. También nos hemos encontrado con escuelas que nos llaman para decirnos que tienen barreras. ¿Qué barreras… dos escalones? En Xiprers había escaleras y en tres meses lo arreglaron con una silla. Esto son excusas.
Foto: Pol Rius
¿Las primeras escuelas con las que trabajó eran inclusivas por convencimiento y ahora hay demasiadas que lo son o lo hacen ver por obligación?
En los años 70, en Italia, fueron las escuelas ordinarias las que dijeron «estos niños deben estar con nosotros». Cuando nosotros empezamos con este grupo de escuelas que lo tenían clarísimo ¡transgredimos la ley! Con proyectos muy bonitos y muy cuidados. Y, efectivamente, lo hacíamos por convicción.
A eso me refería: ahora ya hay un derecho reconocido, pero parece que la convicción haya desaparecido.
Pues no sé qué debemos hacer… O sí lo sé: que se aplique la ley en la escuela especial. ¿Cómo puede haber escuelas que hayan creado unidades de educación infantil? Nosotros tenemos un convenio con el IMEB [el organismo del ayuntamiento de Barcelona del que dependen las escuelas 0-3 públicas], y este año tenemos asignados 24 alumnos de una veintena de escuelas infantiles municipales. Lo que hacemos es formar a los educadores de estas escuelas para que sean capaces de dar respuesta a estos alumnos. Y es una formación en la que los educadores gravan a los alumnos, y así todos vemos qué pasa, ponemos en común lo que sabemos y entre todos construimos. Mano de santo. Y estos alumnos terminan en un 90% en escuelas ordinarias. Por tanto, no hagas unidades de educación especial. Dota de recursos a la escuela donde está este alumno, y estos recursos no son tan humanos como formativos. Al final, el maestro no quiere teorías, quiere saber qué tiene que hacer con aquel chaval al que le pasa esto o aquello. Tenemos gente que hace muchos años que trabaja y sabe lo que se debe hacer, y tenemos un espacio donde nos encontramos cada quince días y compartimos conocimiento. Eso sí, a las 6 de la tarde.
El maestro no quiere teorías, quiere saber qué tiene que hacer con aquel chaval al que le pasa esto o aquello. Tenemos gente que lo sabe y tenemos un espacio donde nos encontramos cada quince días y compartimos conocimiento
Uno de los argumentos más repetidos es que no hay recursos para que la escuela sea inclusiva. ¿Está de acuerdo?
En el libro que tiene que salir cuento mi primera experiencia como maestro en un aula con 5 alumnos, de quienes lo desconocía todo. Una se autolesionaba y tiraba del cabello constantemente, otra tenía síndrome de Down pero no caminaba y sólo se arrastraba por el suelo, tenía otro que estaba todo el día moviéndose, se hacía caca y embadurnaba las paredes, otra tenía crisis epilépticas muy a menudo… ¿Qué hacía yo con ellos? Me busqué la vida. Y hacíamos salidas. La que caminaba empujaba la silla de la que no. ¿Qué quiero decir? Que al final lo más importante es ponerle ganas. Y más ahora, con el conocimiento que hay. Nosotros no teníamos internet, los materiales nos los hacíamos nosotros, aprovechábamos el trabajo que habían hecho a mano María Mullerat y Vicenta Verdú, buscábamos publicaciones en los mercadillos… Ahora en Internet lo tienes todo. ¿Faltan recursos? Sí, pero voluntad y actitud también. Está claro que el PIB del 3,6% no es lo que dice la LEC, pero hay que preguntarse qué puedo hacer con lo que tengo. En mi recorrido vital me ha ayudado mucho un autor austríaco que se llama Peter Drucker, y que siempre decía lo mismo: tú puedes estar en dos lugares, en el problema o en la solución. Elige.
¿Tampoco compra, por lo tanto, el argumento de la falta de formación?
En el siglo XXI tienes la formación que quieras. Cada día el Consorcio de Educación te envía una batería de formaciones que se hacen. Tienes la formación que quieras en técnicas para implementar una escuela inclusiva, de diseño universal del aprendizaje, de trabajo cooperativo… lo que quieras y más. Eso sí, debes querer formarte. ¿Tú crees que un médico cuando termina la carrera está formado? Tienen que formarse constantemente. Pues los maestros, también.
Carbonell y el entrevistador. Foto: Pol Rius
¿Qué miedos y preocupaciones detecta en los maestros?
Uno de los peores aliados que tienes es el miedo y la angustia del maestro. Y este miedo es lo que tienes que combatir, y normalmente es un miedo a que no harás lo suficiente por ese alumno. El miedo se combate haciendo ver al maestro que no está solo. Y de ahí también la importancia del plan individualizado, que es una herramienta muy importante. Con él ayudas al maestro a marcar objetivos, y le enseñas que con ese alumno no hay que marcar treinta objetivos, sino tres. Entonces el maestro se tranquiliza, y pierde el miedo al “no lo sabré hacer”. La gente quiere herramientas, no quiere discursos.
Este es uno de los miedos, pero también está el miedo a que te desmonte la clase.
Esto sería el alumnado que tiene comportamientos disruptivos. Aquí también entramos nosotros, damos herramientas y pautas y paulatinamente este comportamiento se minimiza. Pero esto son técnicas. Una de las premisas de nuestro proyecto educativo es el apoyo conductual positivo, es decir, entender el problema de comportamiento desde un prisma multifuncional. En un tema de comportamiento lo primero que tienes que descartar es que no haya un problema orgánico, porque una de las causas más habituales es que haya un sufrimiento físico. Por lo tanto, descarta primero que haya un problema orgánico.
¿Quiere decir que un malestar físico que el niño no sabe explicar es lo que causa los problemas de comportamiento?
Pasa a menudo. En segundo lugar, tienes que buscar todas las acciones preventivas posibles desde el entorno. Es decir, tú tienes que intervenir en el entorno. Tienes que mirar todos aquellos elementos del entorno que pueden posibilitar un problema de comportamiento. Y entonces tienes que dar herramientas y habilidades al alumno que le permitan que con lo que le enseñarás obtenga lo mismo que con la conducta problemática. El apoyo conductual positivo es una herramienta fantástica, para cualquier maestro, porque es preventiva.
Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2021/10/25/efren-carbonell-absolutamente-todos-los-alumnos-con-discapacidad-pueden-ir-a-una-escuela-ordinaria/
América del Sur/Perú/29-10-2021/Autor(a) y Fuente: sutep.org
Cuando surge un nuevo gobierno en el Perú, aparecen oportunistas de todo pelaje. No importan principios ni decencia política. Por eso, no extraña que ahora salte a la palestra un segundón que, amparado por el presidente de la república, vocifera que el SUTEP no cuenta con los requisitos exigidos para mantenerse como sindicato y, por lo tanto, él y su grupúsculo, exigen al Ministerio de Trabajo “una reunión para tratar este asunto”. (Expreso, 24/11/21, p. 7).
En casi 50 años de lucha, varios han sido los intentos por desaparecer al SUTEP. Nunca triunfaron.
Pedido sin sentido
Resulta hasta cómico que los dirigentes de la organización pro patronal, fundada por el mandatario de la república, quien funge de presidente y dirigente a la vez, hable de someter a revisión la vigencia y legalidad del histórico SUTEP, un sindicato con casi 50 años de lucha e intachable trayectoria, cuando ellos recibieron partida de nacimiento entre gallos y medianoche.
El país no olvida que a 24 horas de instalada la administración Castillo, el ministro Íber Maraví Olarte, opaco personaje de cuestionados vínculos, legalizó a la organización pro patronal, la misma que en dos ocasiones no alcanzó inscripción en el Registro de Organizaciones Sindicales del Sector Público – ROSSP, precisamente por no cumplir con los requisitos exigidos por la norma vigente: bases, representación y, por su carácter de federación, la confluencia de dos o más sindicatos de alcance nacional.
Pedro Castillo e Íber Maraví son los padres de la organización sin representatividad que hoy quiere la nulidad del SUTEP.
El vocero de las pretensiones divisionistas del magisterio ha dicho sin ambages que condicionan su apoyo a Pedro Castillo: “Nosotros vamos a seguir respaldando al presidente; pero en el momento que veamos que van postergando los anhelos –como es el cambio de la Constitución- nosotros ya tendremos que dejar ese respaldo”.
Fracasos anteriores
Horacio Zevallos y los maestros dirigentes del SUTEP, luego de recuperar su libertad tras la persecución de la dictadura militar.
No es ninguna novedad que segundones y lacayos gobiernistas pretendan desaparecer al SUTEP. Recordamos que el gobierno militar vociferó: ¡El SUTEP o la revolución! Creó su propio sindicato SERP y encarceló a los dirigentes en una prisión para criminales, la colonia penal “El Sepa”. Después persiguió y trasladó a los maestros que asumieron las huelgas heroicas del 78 y 79. Por ejemplo, los maestros luchadores del Colegio Guadalupe fueron trasladados a escuelas de Lima provincias por “convenir al servicio”.
El poder militar y sus sirvientes no pudieron derrotar a los maestros y al pueblo que los respaldaba en la lucha por la democracia y mejores condiciones de vida y trabajo para las grandes mayorías. Hoy el SUTEP se apresta a celebrar 50 años de existencia junto al pueblo.
El SUTEP y el pueblo
Nuestro sindicato siempre se ha caracterizado por luchar al lado del pueblo.
¿Por qué el SUTEP resistió y derrotó los intentos de desaparecerlo? El magisterio nacional consideró que la unidad y el vínculo con el movimiento popular organizado era vital para enfrentar al poder gubernamental de turno, asumiendo el principio de independencia política de clase. Los maestros rechazan los sindicatos pro patronales,como la impulsada por Castillo y sus aliados.
No olvidemos la práctica de tres valores esenciales en el movimiento sindical clasista: solidaridad, desprendimiento y, sobre todo, dignidad. Sobre los tres, el SUTEP puede dar testimonio, los divisionistas solo hablar desde la utopía.
Aquello de pedir la revisión de la vigencia del SUTEP al Ministerio de Trabajo no es más que una clara muestra de desesperación por parte de los divisionistas, pues no tienen afiliados porque el magisterio los rechaza por ser pro patronal. Ahora, pretenden acudir a leguleyadas sin sentido, tratando de ejercer presión política con el silencio cómplice de quien debe actuar como presidente de todos los peruanos y no como patrocinador de su feudo sindical. ¡Los divisionistas, no pasarán!
Fuente e Imagen: https://sutep.org/articulos/el-sutep-frente-a-la-desesperacion-de-los-divisionistas/
Ocho casos terminaron en la Fiscalía de Menores. Durante el pasado curso hubo 124 situaciones de absentismo, un 4% más que el año anterior.
El miedo de las familias al contagio o su rechazo a las restricciones que la covid impuso en los colegios dejó a 22 niños sin acudir a más de un 20% o más de clases en un mes. 48, si se tienen en cuenta los alumnos que además de ésta tenían otras problemáticas asociadas. Ocho casos acabaron en la Fiscalía de Menores. Todo ello pese a que «el absentismo escolar favorece el abandono educativo temprano», que implica a su vez «mayores tasas de desempleo y de temporalidad, así como puestos de trabajo de menor cualificación y remuneración».
Son las conclusiones del último informe de evaluación del proyecto de trabajo socioeducativo sobre absentismo, que refleja que durante el curso 2020-2021 se registraron en 124 casos de absentismo escolar entre los 21.527 alumnos matriculados en los centros públicos de Educación Primaria y Secundaria, un 4% más que en el último curso anterior a la pandemia, 2018-2019. Son casos en los que las medidas previas del colegio o instituto no han funcionado y el alumno falta de forma «reiterada e injustificada» a clase. Y entre ellos, por primera vez, se incluye una variable distinta a las habituales que pesa tanto como para convertirse, tras la desmotivación -presente en un 52% de los casos-, en la principal causa de absentismo: la pandemia.
Puede estar detrás, también, de ciertas alteraciones respecto a lo que venía siendo habitual en el perfil mayoritario del alumno que falta a clase. En los últimos años era el de un chico de Secundaria, que había repetido al menos un curso, perteneciente a una familia monomarental en situación de desempleo y con relación previa con Servicios Sociales y que principalmente sufría desmotivación y problemas familiares. El curso pasado el perfil del alumnos absentista seguía siendo el de un chico (en el 55% de los casos), de Secundaria en el 65% de los casos. Sin embargo, este curso se acortó la distancia entre las dos etapas educativas, aumentando los casos en Educación Primaria (35%). Otra variación se da en la estructura familiar: el 67% de los casos pertenecían a una familia biparental, es decir, con dos adultos a cargo del menor, frente a un 33% de familias monoparentales, siendo la mayoría de estas encabezadas por madres.
Fragilidad socioeconómica
«El absentismo se asocia a la fragilidad socioeconómica de las familias», apuntó la coordinadora del proyecto, Ana Luis Gutiérrez, quien explicó en la presentación que un 53% de los padres estaban en situación de desempleo o empleo precario, porcentaje que se eleva al 72% en el caso de las madres. De las 111 familias, 62 eran beneficiarias del Salario Social Básico o del Ingreso Mínimo Vital. Un 47% de los casos se dieron en familias de minoría cultural de etnia gitana y un 28% en familias de origen extranjero, dos variables que confluían en 12 de los menores.
Por zonas de la ciudad, un 31% de los casos de absentismo se concentraron en colegios e institutos del Centro y la zona sur y un 30%» en El Natahoyo y La Calzada, cuando anteriormente habían sido El Llano-Contrueces y El Natahoyo-La Calzada.
Cabe destacar que un 46% de los casos detectados evolucionaron positivamente, consiguiendo que desapareciera el absentismo o se redujeran las faltas, mientras que un 40% no mejoró el absentismo aunque sí se consiguió intervenir en problemáticas de desprotección (20 casos).
Fuente e Imagen: https://www.elcomercio.es/gijon/veintidos-menores-dejaron-20211021001141-ntvo.html
En Kabul, una decena de mujeres se manifiestan denunciando el “silencio” de la comunidad internacional ante la “situación política, social y económica” de Afganistán.
¿Por qué el mundo nos mira morir en silencio?” o “Derecho a la educación y al trabajo” son algunas de las frases que figuran en las pancartas que llevaban las manifestantes, que se presentaron como miembros del “movimiento espontáneo de mujeres militantes de Afganistán”.
“Cada día la pobreza hace estragos, nuestros hijos mueren, los hombres no tienen trabajo, se suicidan y el mundo se calla”, clamó Husna Saddat, una de las participantes.
A las mujeres en Afganistán se les ha ido quitando derechos desde que los talibanes tomaron el poder. Hace una semana las comadronas afganas pidieron a los talibanes poder seguir trabajando.
Los talibanes han excluido en la práctica a muchas mujeres y chicas de la educación y el trabajo como hicieron en su primer mandato (1996-2001). A las profesionales sanitarias las animan a volver a sus puestos, aunque muchas tienen miedo.
La protesta, que inicialmente estaba prevista para celebrarse cerca de la misión de la ONU en Afganistán (Unama), se desplazó en el último momento a la entrada de la antigua “zona verde”, donde se encuentran los edificios evacuados por varias embajadas tras la toma de poder de los talibanes en agosto.
“¿Por qué y hasta cuándo tendremos que permanecer prisioneras en casa? ¿Por qué nadie nos oye? ¿Por qué las mujeres ya no tienen derecho a participar en nuestra sociedad?”, prosiguió Saddat.
En declaraciones a AFP, Wahida Amiri, declaró que piden al secretario general de las Naciones Unidas “que apoye nuestros derechos, a la educación, al trabajo. Hoy estamos privadas de todo”.
Aunque estas manifestaciones están prohibidas por los talibanes y han sido violentamente reprimidas desde su llegada al gobierno, Amiri se apresuró a añadir que no tienen nada contra los nuevos gobernantes: “Sólo nos queremos manifestar pacíficamente”.
Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/noticias/internacional/mujeres-afganas-protestan-derechos/893686/2021/
Que especialistas en reforma fiscal, políticos comprometidos con el bien común y funcionarios del gobierno formados en este campo y sensibles a los más vulnerables, diseñen una estrategia de información y de educación.
La sociedad dominicana escucha con atención, y con no menos preocupación, una posible e inminente reforma fiscal. Cada vez que se debate un tema de esta naturaleza, las personas más vulnerables, en los ámbitos educativos y económicos, acumulan tensiones y cuentan con poca ayuda para obtener información y orientación clarificadoras. Se institucionaliza, cada vez más, la cultura de hacer un debate entre los teóricos de las reformas. Un grupo reducido, constituido por los versados en temas económicos y en la articulación de estos con la política, se convierten en las estrellas del discurso. Se asumen como los grandes premonitores del presente y del futuro de la sociedad en todos sus niveles y ámbitos. Los medios de comunicación, las redes sociales y los canales con que cuenta el gobierno convierten el tema de la reforma fiscal en prioridad, antes de que se anuncie oficialmente. El conocimiento de los análisis y de las implicaciones de una reforma fiscal es pertinente, pero no lo es mantenerlos en un círculo de eruditos económico-políticos. Estos lanzan epítetos; anuncian convulsiones y fracturas sociales, sin una propuesta educativa para el mayor porcentaje de la población que no tiene formación alguna en el tema.
Es tiempo de cambiar la metodología y de establecer coherencia entre la denuncia permanente sobre la falta de educación de la mayoría de los ciudadanos y un esfuerzo real por el fortalecimiento de su educación. Los grandes temas que inciden de forma directa en la calidad de vida de las personas y en el desarrollo del país requieren la inclusión de una propuesta de formación ciudadana. Este tipo de propuesta no tiene nada que ver con mecanismos manipuladores para que la sociedad acepte una reforma que robustezca el capital de los más ricos y deteriore vertiginosamente la ya precaria situación del porcentaje más elevado de la población. Es recomendable que a la ciudadanía en general, especialmente a la más sencilla en materia educativa, se le explique la naturaleza de la reforma, las razones que le dan sentido y las implicaciones para los ciudadanos. De igual manera, se ha de diseñar una estrategia que involucre a la ciudadanía en la discusión. Es necesaria una discusión inclusiva y democrática. No se debe mantener una discusión elitista que les dicte a los demás los planteamientos centrales de una reforma que va a impactar la vida de la gente.
Es importante que los teóricos de la reforma fiscal y el gobierno revisen qué quieren decir cuando se lamentan por la baja calidad de la formación ciudadana. También deben revisar por qué no aprovechan los temas vitales para mejorar de forma significativa la educación y la participación social. Estos temas vitales son los que deben analizarse en un contexto educativo y de participación amplia. De no ser así, se incide de forma negativa en la calidad de la formación ciudadana; y las personas se convierten en objetos de los economistas, de los políticos y del gobierno. La privatización de los saberes y de los métodos de análisis y discusión deben ser asuntos del pasado.
Parecería que hay interés en el desarrollo de tensiones sociales. Estas se cultivan y emergen sin esfuerzo alguno cuando a la ciudadanía se le mantiene orillada de la información integral, del debate y del diálogo reflexivo. Si ese interés es real, es tiempo de cambiar de posición y abrirse a un proceso que priorice la educación en la reforma fiscal y para la reforma fiscal. Para nadie es un secreto que el contexto de la pandemia ha provocado cambios profundos en la esfera de la salud, de la economía, de la educación y de las condiciones de vida. Estos cambios determinan modificaciones necesarias en diferentes ámbitos de la vida nacional, pero no pueden hacerse acentuando el problema educativo de las personas. Proponemos que especialistas en reforma fiscal, políticos comprometidos con el bien común y funcionarios del gobierno formados en este campo y sensibles a los más vulnerables, diseñen una estrategia de información y de educación. Esta estrategia debe tener como objetivo principal el fortalecimiento de la calidad de la educación de la sociedad; y una participación consciente y corresponsable en la reforma fiscal.
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